Peritonitis
Peritonitis
Peritonitis
Es una inflamación (irritación) del peritoneo, el tejido delgado que recubre la pared interna
del abdomen y cubre la mayoría de los órganos abdominales.
Causas
La peritonitis es causada por una acumulación de sangre, fluidos corporales o pus en el
vientre (abdomen).
Las células meso tiliales no son células pasivas, sino que juegan un papel esencial en la
homeostasis peritoneal y sintetizan un sinfín de citoquinas, factores de crecimiento,
proteasas y proteínas de la matriz. La peritonitis causa lesiones severas en esas células,
en el mecanismo de defensa del peritoneo en general, así como al mantenimiento de la
estructura de la membrana peritoneal.
En niñas pre púberes, la peritonitis primaria parece ser el resultado de una infección genital
ascendente, que puede confirmarse con muestras de bacteria Streptococccus pneumoniae
en secreciones vaginales y líquido peritoneal. A esta edad, las secreciones alcalinas
vaginales no inhiben suficientemente el crecimiento de las bacterias en comparación con
las mujeres postpúberas con secreciones ácidas.
El nivel proteínas ascíticas totales ha demostrado ser una herramienta de pronóstico, por
lo tanto el riesgo de desarrollar este tipo de peritonitis es mayor cuando hay menos de 1g/dl
proteínas totales. Otros factores de riesgo conocidos son la concentración de bilirrubina en
el serum por encima de 2.5mg/dl, hemorragia de las varices, y episodios anteriores de
peritonitis bacteriana espontánea.
Causas de la peritonitis secundaria y terciaria
Un tipo se llama peritonitis bacteriana espontánea (PBS). Ocurre en personas con ascitis.
Ascitis es la acumulación de fluido en el espacio entre el revestimiento del abdomen y los
órganos. Este problema se encuentra en personas con daño hepático por largo tiempo,
ciertos cánceres, e insuficiencia cardíaca.
Divertículos rotos
Síntomas
El vientre está muy dolorido y sensible. El dolor puede empeorar cuando se toca el vientre
o cuando usted se mueve.
Si el proceso ha sido causado por una infección grave o una perforación, puede
acompañarse de intenso malestar general, taquicardia y sudación.
Otros síntomas que suelen estar presentes en la peritonitis son la fiebre, los vómitos o la
interrupción del tránsito intestinal. La fiebre suele ser más llamativa en la peritonitis
secundaria, generalmente porque el proceso que lo causa es más brusco en su aparición.
No así en la peritonitis espontánea, en la que es habitual que la fiebre sea tenue, no
superando habitualmente los 38ºC.
En los casos de peritonitis bacteriana espontánea, como en los pacientes con cirrosis, se
observa un aumento del perímetro del abdomen por la presencia de ascitis o líquido
peritoneal, acompañado de una hernia en el ombligo. En ellos también puede producirse
una descompensación de la enfermedad hepática por la peritonitis, manifestando síntomas
como la confusión o encefalopatía.
Fiebre y escalofríos
Fatiga excesiva
Náuseas y vómitos
Palpitaciones aceleradas
Dificultad respiratoria
Pruebas y exámenes
El proveedor de atención médica realizará un examen físico. El abdomen generalmente
está sensible. Puede sentirse firme o como una "tabla". Las personas con peritonitis
generalmente se acurrucan o se rehúsan a permitir que alguien les toque el área.
Tratamiento
Se debe identificar y tratar la causa inmediatamente. Típicamente, el tratamiento involucra
cirugía y antibióticos.
Analgesia
Otros opiáceos: están indicados cuando el dolor no se logra controlar con analgésicos
orales. Una dosis de 0.1 mg/kg de morfina es lo indicado para tratar el dolor en forma
aguda. En caso de no tener buena respuesta con una o dos dosis se debe solicitar apoyo
del equipo de dolor para utilizar otro método como infusiones continuas o controlada por el
paciente (PCA).
Monitorización.
La evaluación clínica repetida y la apreciación subjetiva son herramientas de primera línea
en el manejo post operatorio pediátrico. La medición de signos vitales y diuresis son
excelentes indicadores en el manejo postoperatorio. En general la diuresis ideal es de 1
ml/kg/hr.
Alimentación
Los recién nacidos o lactantes pueden ser alimentados al despertar de la anestesia, con
leche materna o fórmula. Esta indicación tiene, además, un importante efecto analgésico y
de confort, especialmente en los pacientes con lactancia materna.
En pacientes con cirugías en las que puede haber un íleo prolongado, como en
laparotomías con manipulación de intestino o peritonitis, es necesario ser un poco más
conservador. Se debe constatar la presencia de signos de recuperación del íleo (presencia
de ruidos hidro aéreos, flatulencia anal o eliminación de deposiciones) para comenzar la
realimentación del paciente en forma progresiva.
Los sangramientos de la herida operatoria, si bien son poco frecuentes, son otra de las
complicaciones quirúrgicas en el postoperatorio pediátrico. Un sangrado menor puede ser
controlado adecuadamente con compresión, sin embargo, si es significativo o persistente
puede llegar a necesitar revisión de la hemostasia en pabellón y posteriormente estudios
de la coagulación.
Los pacientes sometidos a una circuncisión suelen presentar edema, costras y escaras.
Esto es habitual y mejora luego de varias semanas. En general, se usa algún ungüento
protector que además evita que el pene se adhiera a la ropa interior.
Posibles complicaciones
La peritonitis puede ser mortal y causar complicaciones. Éstas dependen del tipo de
peritonitis.
Bibliografía: Wikipedia, Medi plus