El documento presenta una discusión sobre el problema antropológico desde la perspectiva de la filosofía. Aborda tres ideas principales: 1) La antropología filosófica busca entender el significado de la existencia humana, pero este es un problema complejo dado que el hombre se encuentra en crisis existencial. 2) Los enfoques individualistas de la modernidad han causado procesos de deshumanización, por lo que se requiere una reflexión sobre lo que significa ser humano desde una perspectiva más colectiva. 3) El amor hacia los demás es
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El documento presenta una discusión sobre el problema antropológico desde la perspectiva de la filosofía. Aborda tres ideas principales: 1) La antropología filosófica busca entender el significado de la existencia humana, pero este es un problema complejo dado que el hombre se encuentra en crisis existencial. 2) Los enfoques individualistas de la modernidad han causado procesos de deshumanización, por lo que se requiere una reflexión sobre lo que significa ser humano desde una perspectiva más colectiva. 3) El amor hacia los demás es
El documento presenta una discusión sobre el problema antropológico desde la perspectiva de la filosofía. Aborda tres ideas principales: 1) La antropología filosófica busca entender el significado de la existencia humana, pero este es un problema complejo dado que el hombre se encuentra en crisis existencial. 2) Los enfoques individualistas de la modernidad han causado procesos de deshumanización, por lo que se requiere una reflexión sobre lo que significa ser humano desde una perspectiva más colectiva. 3) El amor hacia los demás es
El documento presenta una discusión sobre el problema antropológico desde la perspectiva de la filosofía. Aborda tres ideas principales: 1) La antropología filosófica busca entender el significado de la existencia humana, pero este es un problema complejo dado que el hombre se encuentra en crisis existencial. 2) Los enfoques individualistas de la modernidad han causado procesos de deshumanización, por lo que se requiere una reflexión sobre lo que significa ser humano desde una perspectiva más colectiva. 3) El amor hacia los demás es
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El Problema Antropologico
La antropología filosófica, es la encargada de asumir la problemática especifica del
hombre, se basa en el conocer el verdadero significado de la existencia humana, y por ello es un problema ligado al hombre, no se pregunta por el, el problema se presenta. El hombre se encuentra en crisis existencial debido a la falta de identidad dada por la indiferencia y falta de amor hacia el otro. La vida que lleva el hombre es problemática debido a los procesos de deshumanización causados por el enfoque individualista de la modernidad. La angustia existencial crea la necesidad de una reflexión urgente acerca de qué significa ser hombre. Los cimientos de este cuestionamiento se deben hacer desde la pérdida del yo solitario e individual y empezar a considerar al humano en conjunto. La sociedad forma a los individuos, por lo que la esencia humana se encuentra en la vida en sociedad. El hombre, valiéndose de la palabra, crea las conexiones culturales necesarias con su entorno y con el otro. Sin embargo el hombre para conectarse con el otro debe contar con un amor activo hacia los demás, que permite la realización del individuo, sustituyendo así el esquema individualista por uno colectivista. El amor debe ser el motor y el alma de las estructuras humanas y debe ser el punto de partida para el funcionamiento y entendimiento de todas las demás actividades humanas.
El problema Antropologico - Resumen
El problema antropológico, da cuenta a los innumerables interrogantes que se
plantea el hombre a si mismo, alrededor del problema de su existencia. Es claro que el dilema esta en la complejidad de la pregunta misma, de esto que el texto pretende brindarnos las herramientas para acercarnos a las respuestas categorizándolas en el origen del hombre, y su sentido proyectivo. Adicional a esto, nos arroja una serie de posiciones, argumentos e intuiciones que se han presentado a lo largo de la historia alrededor del estudio del hombre y sus componentes tanto externos como internos.
Lograr entender en esencia que significa la existencia humana nos va a tomar
tiempo y hasta es posible que no encontremos respuesta a nuestros propios interrogantes, pero la aproximación a estas incógnitas las vivimos y reflexionamos a través del texto; donde es posible intuir la esencia y los fundamentos que ataca directamente la naturaleza humana. La vigencia del problema en la actualidad es tratada, mediante espacios, donde las raíces mas profundas del problema antropológico son expuestas, y se establecen como la relación que el hombre mantiene con sus semejantes y la naturaleza haciendo uso de su realidad, la razón para el desarrollo de la libertad. Por último, el camino que permite desarrollar una indagación antropológica y descifrar las condiciones específicas, tiene respuesta únicamente en el concepto de la categoria de hombre, esta vez desde preguntas metafísicas como ¿Qué papel ocupa el hombre en el universo?.
LA PROBLEMÁTICA DE LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA DE LA EDUCACIÓN
JOSÉ MARÍA BARRIO MAESTRE (0) LA UNIDAD DEL SABER ANTROPOLÓGICO La necesidad de contar con una precomprensión antropológica, que incluya un concepto, más o menos explícito, de lo que el hombre es y de lo que puede «dar de sí» a la hora de afrontar la tarea de su educación, nos viene dada, en primer lugar, por el hecho obvio de que el hombre es el eje central y la justificación de la educación. R. Halkes (1986) ha subrayado que la idea antropológica directriz que tiene un educador no resulta irrelevante a la hora de enfrentarse a su tarea: «Es obvio que lo que los profesores hacen está dirigido en no pequeña medida por lo que piensan». En efecto, no podemos ponernos a educar sin tener una idea de lo que, en último término, pretendemos conseguir con ello, y así hemos de plantearnos cuál es la esencia de una persona, qué dimensiones de ella debernos desarrollar, qué actitudes y valores hemos de promover para su más perfecto desenvolvimiento individual y social. Ya decía B. Suchoclolski (1977, pp. 27- 28) que la pedagogía es la ciencia de lo que es posible hacer con el hombre y de lo que el hombre es capaz de hacer consigo mismo — autoeducación--. El hombre, efectivamente, se realiza y se transforma perfectivamente gracias a la educación. (*) Universidad Complutense de Madrid. Revista de Educación, núm. 316 (1998), pp. 111-132 La Antropología de la Educación tiene ante sí la ingente tarea de lograr la unificación del pensamiento filosófico-antropológico con todo el material empírico que aportan las antropologías regionales. Dicha tarea tiene como objeto la propuesta de modelos antropológicos plurales —capaces de integrar aspectos diversos, a veces descubiertos desde otras perspectivas distintas— y que sirvan de base a la tarea educativa. El trabajo de unificar el conocimiento teórico sobre el hombre con el empírico no parece, en principio, algo sencillo. En efecto, como señala J. Escámez (1981, p. 8): parece haber una actitud irreconciliable entre científico-positivos y filósofos en el análisis del hombre (...) La multiplicidad, siempre creciente, de ciencias ocupadas en el estudio del hombre ha contribuido más a enturbiar y oscurecer nuestro concepto del mismo que a esclarecerlo. Nunca el conocimiento del hombre ha sido tan problemático como en nuestros días y, por otro lado, nunca se ha mostrado tan urgente. Es necesario establecer un amplio diálogo interdisciplinar entre teoría y científicos positivos buscando la clarificación de lo humano. La elaboración cle un auténtico saber comprensivo del hombre no puede ser tarea de una actividad aislada. 111 En estas páginas que a continuación se presentan trataré de esbozar una visión global de los principales ternas de los que se ocupa la Antropología Pedagógica de orientación filosófica, tal como de hecho se encuentra en la bibliografía alemana, la máxima atención a dicha orientación. Me centraré en las aportaciones generales de la investigación antropológica contemporánea en la vertiente que más se acerca a la temática educativa. TENTATIVAS DE UNIFICACIÓN EN LA ANTROPOLOGIA PEDAGÓGICA ALEMANA Sin desatender la distinción diltheyana entre ciencias del espíritu (Geisteswissenschaften) y ciencias de la naturaleza (Naturwissenschaflen), los principales autores alemanes que han tratado cuestiones pedagógicas, con algunas excepciones, han procurado aunar en sus investigaciones la vertiente filosófico-antropológica con la empírico-positiva. Incluso lo ha hecho H. Roth (1976), que considera necesario que las ciencias de la educación tengan el tratamiento epistemológico propio de las ciencias naturales: su propuesta de dar un giro «realista» (realistische Wendung) a la Pedagogía, en el sentido de trabajarla desde el punto de vista empírico-positivo, no desdeña su fundamentación filosófico-antropológica. Así mismo, y también desde una perspectiva empírica, M. I,iedtke (1972) afirma que la Antropología de la Educación debe llevar a cabo un estudio de la evolución, estructuras y necesidades ,humanas que ayude a resolver problemas prácticos y a mejorar la calidad de la vida de las personas. Por su parte, H. Zdarzil (1980) entiende esta disciplina científica como un espacio epistemológico unitario que cubre todo el espectro de lo relativo a la educación, integrando todos los aspectos, tanto cientí- ficos como filosóficos, que reviste el hombre como ser educando. J. Derbolav (1980) insiste en que la Antropología de la Educación es la base de la Pedagogía y postula un principio hermenéutico que garantice la unidad de las diversas aportaciones empíricas. Tal principio ha de ser el de la autorrealización individual, génesis de la persona o «personación» (Personwerdung). Para K. Dienelt, la Antropología de la Educación, partiendo de los materiales empíricos de las ciencias positivas, ha de proporcionar las bases de una teoría pedagógica que describa, al menos, lo relativo al «deber ser» humano, lo cual no puede hacerse sin recurrir, a su vez, a la Antropología filosófica. A Dienelt le parece necesario distanciarse: de una antropología pedagógica caracterizada por una orientación exclusivamente empírica. Frente a ello, intentamos poner en claro que una antropología pedagógica ha de legitimarse en cualquier caso filosó- ficamente (Dienelt, 1977, pp. 32). Desde una perspectiva netamente filosófica —la fenomenología existenciaria0.F. Bollnow (1984) ha ensayado una Antropología pedagógica que trata de aclarar las relaciones entre el fenómeno educacional y el modo de vivir y de existir del hombre. Más o menos en esta línea han seguido W. Loch (1966) y R. Lassahn (1983). Este último, muy influenciado por la tradición existencialista, ha desarrollado una antropología consciente de la dimensión de la finitud. Cabe mencionar, en esta misma tradición, los trabajos de E. Fink (1978) y de M.J. Langeveld (1981). RECIENTES PROPUESTAS ANTROPOLÓGICAS PEDAGÓGICAMENTE RELEVANTES Toda práctica educativa sólo es coherente e inteligible a partir de la concepción antropológica que le es inmanente, de manera explícita o implícita. B. Hamann (1992) reseña tres grandes concepciones antropológicas que han convivido en la modernidad: la occidental-cristiana, la naturalista-biologista y la marxista. 112 • En la concepción antropológica occidental el hombre aparece como un ser híbrido entre la materia y el espíritu, siendo este último su componente principal —la inteligencia, participación del logos divino creador— que está llamado a una vida inmortal, en comunión con el cuerpo, que resucitará al final del tiempo. El homo sapiens es un microcosmos, un mundo a menor escala, pues tiene vida interior, intimidad, debido a su índole espiritual que, a su vez, es el fundamento de su superior dignidad sobre el resto de la creación. • En la cosmovisión biologista, el hombre aparece como un puro horno faber, en el que lo que semeja espiritualidad no resulta ser más que un cerebro hiperdesarrollado. Aquí, el hombre genuino es el fuerte, el que domina y doblega. • Y por último, la Weltanschattung marxista propone una imagen también materialista del hombre, en la cual todo progreso se debe a su capacidad productiva. El valor del hombre sólo podrá ser patente cuando se libere de las relaciones sociales de clase que hacen alienante el trabajo productivo. Junto a estas tres concepciones clásicas, Hamann destaca algunas nuevas concepciones del hombre (neue Menschenbilder) que han irrumpido en nuestro siglo con propuestas relevantes para la Antropología de la Educación. Señalaré brevemente algunas de ellas: • En primer lugar, hay que destacar, dentro de la tradición fenomenoló- gica iniciada por E. Husserl, la propuesta axiológica de M. Scheler (1975). En contraposición a las tesis naturalistas y positivistas, el filósofo alemán subraya la importancia que tienen los impulsos inconscientes en el dinamismo psicológico humano, aunque éste, a su vez, sea muy distinto del animal. Todo este dinamismo es de índole espiritual y se fundamenta últimamente en un centro personal. Entre las potencialidades activas del psiquismo humano, destaca la «estimativa» (la facultad de percepción, mediante «sentimientos espirituales» de los valores, que son un tipo peculiar de esencias ideales). La antropología filosófica más reciente pone de manifiesto el nivel propio de la afectividad como un estrato de la persona que, hasta hace no mucho, ha sido marginado. Ha sido, sin ninguna duda, Max Scheler quien ha contribuido de manera más notable en la filosofía reciente a reivindicar el estatuto propio de la vida emocional y su carácter netamente personal. • En su modelo antropobiológico, A. Gehlen (1980) insiste en el déficit biológico de la especie humana, que hace del hombre un animal muy desvalido en comparación con el resto de las especies animales. Dicho desvalimiento está en función de tres factores anatomofisiológicos: el primitivismo de su sistema orgánico, (que se aprecia en que sus órganos no están suficientemente adaptados ni especializados para las funciones que han de desarrollar en el sostenimiento de la vida humana ni en la subvención de sus necesidades), una larga e incomparable necesidad de protección y una gran pobreza instintiva. Pese a ello —más bien por ello— el hombre tiene una considerable ventaja sobre el resto de los animales, justo por su capacidad de transformar el medio natural (cultura) y de servirse de una serie de instrumentos (tecnología). Dicha capacidad conforma una especie de segunda naturaleza, ya no biológica