Institutos Seculares Su Novedad A La Luz PDF
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INSTITUTOS SECULARES:
SU NOVEDAD A LA LUZ DE LA “PROVIDA MATER”
1 Mechtilde of Magdeburg, The flowing Light of the Godhead, book 7, chapter 55, en Classics of
Western Spirituality 91, Paulist Press, New York 1998.
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La iglesia, conducida por el Espíritu Santo, no transita por este mundo como a través
de una carrera de obstáculos, para ver cómo puede esquivarlos o para seguir los
meandros abiertos según la línea de menor resistencia, sino que, por el contrario,
camina sobre la tierra con paso firme y seguro, abriendo Ella camino y consciente,
además, de que trae en su seno el signo de contradicción para la ruina y la salvación
de muchos”2.
Con estas palabras quería san José María abrir su comentario a la “Próvida
Mater” y su posterior aplicación al Opus Dei. Las imágenes que utiliza son
preciosas: la iglesia como organismo vivo en constante movimiento, que
sorprende como sus intromisiones, por su señorío. Y todo ello ¡bajo la guía del
Espíritu Santo!
Los institutos seculares son una de esas genialidades del Espíritu –especial
inspiración de la divina Providencia3-. Son asociaciones que comenzaron a
fundarse en la primera mitad del siglo XIX “entrometiéndose” en el organismo
vivo de la Iglesia. Quienes participaban en ellas profesaban en el mundo los
consejos evangélicos y ejercitaban con mayor libertad los servicios de caridad,
que a duras penas o de ningún modo podían ejercer las familias religiosas, por la
malicia de los tiempos4.
Ya entre los años 1920 y 1940 el Espíritu suscitó grupos de personas que se
sentían llamadas a entrar en apasionada alianza de amor con Dios y a colaborar
en el advenimiento del Reino de Dios, pero sin asumir las características
tradicionales de la vida religiosa. Aquellos años estuvieron marcados por el
contexto de dos guerras mundiales (una que concluía y otra que se iba
fraguando), por el pensamiento materialista, existencialista, por ideologías
totalitarias e idolátricas… Y nuestra “divinidad inquieta”, el Espíritu decidió
iniciar en la Iglesia una nueva forma de vida consagrada –distinta de las anteriores-.
No debería confundirse con ningún instituto religioso; y habrían de cuidar y
proteger su diferencia. Así lo requerían las interpelaciones del momento histórico
a las que habría de responder. El instituto secular debería ser como un agente
secreto de la misión de Dios, como un testigo inadvertido, secular, de la Alianza
de Dios con la humanidad y de la humanidad con Dios.
La Iglesia advirtió este movimiento del Espíritu y quiso prestarle atención. En
torno al otro 1940 comenzó a estudiarlo y a discernirlo5. Fruto de ello fue la
2 Mons. José María Escrivá de Balaguer, La Constitución Apostólica «Provida mater Ecclesia» y el Opus
Dei, Madrid 1949, p. 7.
3 “Speciali Divinae Providentiae afflatu” PME, 9
4 “Fideliter consilia evangelica in saeculo sequerentur et caritatis officia maiore libertate obirent,
a quibus per temporum nequitiam exercendis, religiosae familiae aut paene aut omnino
prohibebantur” PME, 9.
5 Fue el resultado de un estudio que duró desde el 1941-1946, en tres sucesivas Comisiones (1944-
1945-1946). Tomaron parte en estas Comisiones Consultores competentes del Santo Oficio, de
la Sagrada Congregación de Religiosos y del Concilio. Entre los consultores el P. Arcadio
Larraona, cmf, tuvo un papel muy importante.
3
Constitución Apostólica “Provida Mater Ecclesia”, que el Papa Pío XII sancionó
con su autoridad el 2 de febrero de 19476:
“Aprobamos por las presentes letras el Estatuto General de los Institutos Seculares,
que ya había sido diligentemente examinado por la Suprema y Sagrada Congregación
del Santo Oficio por lo que toca a su competencia y, que por nuestro mandato y bajo
nuestra dirección (iussu ductuque nostro) fue ordenado y perfilado cuidadosamente
por la Sagrada Congregación de Religiosos… y todo lo que sigue lo declaramos,
determinamos y constituimos con nuestra autoridad apostólica” (“Provida Mater
Ecclesiae”, n. 12).
San José María Escrivá de Balaguer lo calificó así:
“documento histórico en la vida interna –mística y real- de la Iglesia”. “Una nueva
arteria por donde dirigir su torrente circulatorio”7.
La “Provida Mater Ecclesia” no pretende regular la actividad de unas posibles
nuevas asociaciones de fieles. Decide reconocer jurídicamente un nuevo “estado
de perfección” (status perfectionis adquirendae!), distinto de los “estados de
perfección” hasta aquel momento reconocidos y que eran sinónimo de “estado
religioso”. Esta nueva forma de vida de perfección, en la que sus miembros no son
religiosos, no se aparta del mundo, cumpliendo en el siglo los consejos
evangélicos. “Ahora es del mismo mundo de donde surgen estos apóstoles que
se atreven a santificar todas las actividades corrientes de los hombres”8.
El P. Siervo Goyeneche, cmf, que formó parte de la Comisión que preparó la
Constitución apostólica escribió:
“A nadie le pasará desapercibida la importancia máxima de este documento que
pretende promover la perfección cristiana. Contiene dos partes perfectamente distintas:
una histórico-doctrinal y la otra normativa. Responde a nuevas formas de apostolado
y de perfección cristiana que no caben en el concepto de asociaciones simples de fieles
(CIC III, lib. II). Así “Provida Mater Ecclesia” ilustra sobreabundantemente la
doctrina clássica sobre los estados de perfección”9
Jean Beyer, sj, reconoció que la «Provida Mater Ecclesia» originó un nuevo
camino en la Iglesia y favoreció y seguirá favoreciendo en el porvenir la
adaptación de las órdenes y congregaciones religiosas a las necesidades de los
10 Jean Beyer, La consécration à Dieu dans les Instituts Séculiers, vol II, Presses de l’Université
Grégorienne, Roma, 1964, p. III.
11 Para Jean Beyer, los institutos seculares conservan el elemento esencial a la vida de perfección:
“plena Deo deditio et consecratio”, lo que permite decir que la vida consagrada es “quoad
substantiam vere religiosa”.
12 Se ha elegido el término “professio”, no “virginitas”, pues virginidad expresa según los
redactores el don total a Dios como en el martirio (card. Larraona): Jean Beyer, La consécration
à Dieu dans les Instituts Séculiers, vol II, Presses de l’Université Grégorienne, Roma, 1964, p. 15.
13 Cf. Lex Peculiaris Institutorum saecularium (=LP), art. 3 & 2, 1º: “Professione nempe coram Deo
facta coelibatus et castitatis perfectae, quae voto, iuramento, consecration in conscientia
obliganti, ad normam Constitutionum, firmetur.
5
El Concilio Vaticano II dedicó a los Institutos seculares solo un texto: PC, 11.
En él se describen sus características del siguiente modo:
• Descripción negativa: no son institutos religiosos, ni una forma moderna
de vida religiosa, sino una vocación y forma de vida originales.
• En ellos se hace una verdadera y completa profesión de los consejos
evangélicos. Esta profesión los marca con la consagración, que viene de
Dios, a quien se entregan totalmente en perfecta caridad.
• Realizan su profesión y seguimiento de Cristo a través de los consejos
evangélicos “in saeculo”, en el mundo, en la vida secular. Por eso, su índole
propia y peculiar es “secular”.
• Ejercen el apostolado para el que han nacido “in saeculo ac veluti ex
saeculo”, sirviéndose de profesiones, actividades, formas, lugares y
circunstancias que correspondan a su condición16.
• Se recomienda a los miembros de los institutos seculares una esmerada
formación “in rebus divinis et humanis”, porque se trata de una vocación
muy exigente.
Hay que decir, así mismo, que la doctrina general del Concilio Vaticano II les
ofrece a los institutos seculares un nuevo horizonte teológico y práctico:
• El capítulo V de Lumen Gentium presenta la llamada universal a la
santidad y a la perfección de la caridad como una vocación dirigida a todos
los miembros de la Iglesia. Así mismo, los consejos evangélicos son
presentado como perspectiva e interpelación para todos los creyentes. El
Concilio evitó el lenguaje de los “estados de perfección” y articuló la
reflexión eclesiológica en otros parámetros, no de más y menos, sino de
comunión desde los diferentes dones.
• El Concilio reafirmó también la índole secular, como propia de los laicos
(LG, 31).
• La Constitución pastoral “Gaudium et Spes” ofrece nuevas claves para la
14 Se trataba de algunas aclaraciones que se volvieron necesarias. En el documento hay tres partes:
1) reconoce la existencia de tres estados de perfección. Propios de los institutos seculares es:
vida en el mundo, en vista a una acción apostólica por los medios del mundo. Dependen de la
Congregación de Religiosos; 2) La idea de consagración total a Dios está presente en el exordio
del documento: los institutos seculares se distinguen por la consagración de toda la vida a Dios
y por la profesión de los consejos; 3) se subraya el carácter apostólico de los institutos seculares,
reafirmando, con todo, su valor primordial de consagración a Dios.
15 Cf. Jean Beyer, o.c., p. 61.
16 Tomado del motu proprio Primo Feliciter, II.
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20 “Sentíos implicados en todo dolor, en toda injusticia, así como en toda búsqueda de la verdad,
de la belleza y de la bondad, no porque tengáis la solución de todos los problemas, sino porque
toda circunstancia en la que el hombre vive y muere constituye para vosotros una ocasión de
testimoniar la obra salvífica de Dios. Esta es vuestra misión”.
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21 La relación entre la Iglesia y el mundo se ha de vivir en el signo de la reciprocidad, por lo que no sólo la
Iglesia da al mundo, contribuyendo a hacer más humana la familia de los hombres y su historia, sino que
se trata también del modo de dar a la Iglesia, de tal forma que pueda comprenderse mejor a sí misma y
vivir mejor su misión (cfr. Gaudium ed Spes, 40-45).
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CONCLUSIÓN
Quizá estemos en el momento adecuado para re-escribir una nueva “Provida
Mater Ecclesia”. Han pasado 70 años. Y han sido años de mucho cambio en todos
los sentidos. La Iglesia ha seguido un camino sinodal de enorme importancia, en
diálogo con nuestra realidad mundial.
Los institutos seculares pueden re-encontrarse hoy con la nueva razón de ser
que el Espíritu les inspira.
Concluyo con las palabras de Jesús en su llamada oración sacerdotal:
“Padre, no te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. Ellos
no son del mundo como yo no soy del mundo. Conságralos en la verdad. Tu palabra es
verdad. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por
ellos me consagrado a mí mismo, para que ellos también sean consagrados en la
verdad” (Jn 17, 15-19).
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INDICE
1. LA NOVEDAD: LOS INSTITUTOS SECULARES EN LA “PROVIDA MATER ECCLESIA” 1
CONCLUSIÓN 10