Escuela Del Derecho Natural

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Escuela del derecho natural o iusnaturalismo.

El derecho natural es un constructo filosófico destinado a manifestar un nuevo


concepto de la naturaleza humana cuando esta ya no está dispuesta por Dios,
sino como conjunto de condiciones necesarias para regular la coexistencia entre
los humanos.

La escuela del derecho natural incluye la mayor parte de los filósofos de los
siglos XVII-XVIII. Hobbes, Locke, Leibniz, Kant, Pufendorf son destacados
autores iusnaturalistas. Todos ellos comparten un método filosófico racional-
deductivo con el objetivo de reducir el derecho y la moral a una ciencia.

El esquema racionalista moderno se basa en el individuo, no en la sociedad.


El zoon politicon aristotélico abandona definitivamente la práctica política y sólo
se mantiene como intento por parte de algunos pensadores de reactivar el
debate y la práctica de la ciudadanía. El ente político que se impone en la
modernidad es un individuo separado de Dios -por la reforma protestante- y no
unido a los demás individuos a partir de los lazos sociales como defienden
autores comunitarista.

Toda la filosofía política moderna se encamina a demostrar que el poder sólo es


legítimo si es consentido por los individuos, pactado a partir de premisas
racionales. Para la mayoría de autores, el orden social racional por excelencia
es el derivado del contrato social. En la medida en que se niega a las mujeres
su estatus de individuo y quedan excluidas del contrato social reivindicará

ESCUELA DEL DERECHO NATURAL CLASICA PRINCIPALES FILÓSOFOS


DEL DERECHO NATURAL CLÁSICO REALIZADO POR: KAREN BERENICE
DE LA CRUZ JIMÉNEZ HOMERO Con el es donde conocemos cuál fue la
primitiva concepción que tuvieron de la ley los griegos: la ley como Themis,
decreto de carácter sagrado revelado a los reyes por los dioses a través de
sueños y oráculos, que se transmite de padres a hijos como norma sagrada del
grupo gentilicio y patrimonio de la clase dominante.

HERÁCLITO
escribe que todas las leyes humanas se nutren de una única ley divina,
apareciendo por primera vez la idea de un fundamento absoluto de las leyes
positivas. Para Heráclito esta ley divina, que es la primera y verdadera ley, no
puede ser otra cosa que el logos, la razón universal, sustancia y principio (arjé),
de toda la realidad a la que el hombre accede PRINCIPALES FILÓSOFOS DEL

DERECHO NATURAL CLÁSICO DEMÓCRITO

Este no se limitó a ocuparse del mundo físico, sino que n temas éticos, con
alusiones a las leyes y la justicia.
Para Demócrito la ley jurídica no es otra cosa que una tentativa de limitar las
consecuencias exteriores de la conducta del que no observa espontáneamente
la ley moral.
SÓFOCLES
quien por primera vez ofrece el contraste entre una legislación superior, y la
humana. Es en su famosa tragedia, en donde personifica tal contraste: Antígona
Yo no creo que tus decretos tengan tanta fuerza como para que un mortal pueda
vencer las leyes no escritas e inquebrantables de los dioses. Porque éstas no
son de hoy o de ayer, sino de siempre, y nadie conoce el instante en que tuvieron
origen”

LOS SOFISTAS con la aparición de los sofistas, aparece la distinción entre ley
positiva o convencional y naturaleza. En cuanto a sus ideas fundamentales, una
de ellas es la distinción entre lo que es justo por naturaleza y lo que es justo por
ley. Sin embargo, pusieron relieve en el hecho de que el orden establecido por
las leyes de la ciudad, no se ajustaba al orden establecido por la naturaleza.
Unido a esto, estaba la idea de que el hombre debía actuar conforme a la
naturaleza}

SÓCRATES
reclama el respeto a la ley no por el valor intrínseco, objetivo de la misma, sino
en virtud de una exigencia moral, propia de la conciencia del hombre. De este
modo, la justicia consiste en obrar conforme a la ley, pero no porque la ley sea
por sí misma necesariamente buena, sino más bien porque aunque es molesta
no se debe violar. La obediencia a las leyes de la polis, es un deber del
ciudadano, aún cuando fueren injustas.

PLATÓN
retoma la idea de justicia como parte de la virtud humana, y la conecta con la
idea de naturaleza. Desarrolló una concepción de las ideas como realidades
existentes en un mundo propio. Las ideas permanecen inmutables y siempre
idénticas a sí mismas, en contraste con el mundo cambiante de lo sensible. Son
también independientes de las cosas y de los hombres y tienen una escala
jerárquica en cuya cima se encuentra el bien. Las cosas del mundo se ven como
reflejos de la verdadera realidad, de las esencias existentes por sí mismas. Todo
lo creado por el hombre, debe reflejar la idea que le corresponde según su
naturaleza.

ARISTÓTELES
replantea los conceptos de idea y de naturaleza, dándole una perspectiva realista
a la teoría de las ideas y abriendo camino para la formulación de un derecho
natural en sentido propio. Las ideas se conciben como principios inmanentes a
las cosas, es decir como algo que les pertenece y permanece en ellas, como la
naturaleza que hace que las cosas sean lo que son y no algo distinto. De esta
manera quedan identificados los conceptos de idea y de naturaleza. Desde este
punto de vista, las cosas son normales cuando responden a lo que reclama su
esencia y realizan los fines propios de su naturaleza.
CICERÓN
Fue el mayor exponente de la escuela Estoica. Se inclina a entender la Justicia
como virtud total, calificándola de única, señora y reina de todas las virtudes”
(Cicerón, “DeOfficis”)

Sin embargo, pone de relieve su naturaleza intersubjetiva, considerando como


principio esencial de la misma el dar a cada uno lo suyo. De ahí su definición de
justicia como “la disposición del espíritu, que respetando la utilidad común,
atribuye a cada uno su valor”. Afirmó que el derecho natural no ha sido producido
por ninguna opinión, sino que está impreso en la naturaleza. La ley natural es ley
verdadera, por lo que desobedecerla es negarse a sí mismo, rechazando la
naturaleza humana, ya que la ley natural es la ley del hombre en cuanto tal.

SAN AGUSTÍN
Figura central del pensamiento antiguo, ofrece la teoría más completa de la ley
natural.. Su teoría de Ley Eterna, como ejemplar divino de la ley natural, fue la
más sobresaliente de sus ideas.
Todo su pensamiento gira en torno de Dios. Por ello, su doctrina de ley natural,
también estará centrada en Dios, como principio de las cosas creadas
Todas sus definiciones jurídico - políticas presuponen una idea de orden,
entendido como la adecuada disposición de cosas semejantes o diferentes en
función de un fin. Existe implícito un principio regulador capaz de disponer
adecuadamente los diversos elementos, y ese principio regulador es la ley.

SANTO TOMÁS DE AQUINO


Figura cumbre de la escolástica. Utiliza un método de trabajo estrictamente
filosófico y coloca la idea del fin en el eje del sistema. Tres ideas se unen para
fundar el orden jurídico: razón, orden y fin, vinculadas a su vez a los conceptos
de ley y de derecho. El orden tiene su principio en la ley eterna, para luego incidir
en la ley natural y concluir en la ley humana. Dicho orden determina la tendencia
a los fines propios de la naturaleza de las cosas y de los seres creados por Dios.
La razón es el elemento para conocer el fin y para juzgar acerca de los medios
más apropiados para conseguirlon su derecho natural a rebelarse contra la
tiranía.

Derecho natural
Busto del jurista, abogado, orador, filósofo y escritor Marco Tulio Cicerón, uno de
los primeros en desarrollar el principio de que hay un derecho universal común
a toda la humanidad que es de categoría superior al derecho positivo.
El derecho natural es una doctrina ética y jurídica que postula la existencia de
derechos humanos fundados o determinados en la naturaleza humana.
Propugna la existencia de un conjunto de derechos universales, anteriores,
superiores e independientes al derecho positivo y al derecho consuetudinario.
También se denomina derecho natural a una de las fuentes del derecho o de la
justicia junto a la costumbre y el derecho positivo o escrito. No debe confundirse
con el iusnaturalismo, un conjunto de pensadores o de escuelas de pensamiento
que se inspiran en el derecho natural; el derecho natural se refiere a un conjunto
de normas o preceptos que nacen de la misma naturaleza o conciencia humana.
Introducción
Bajo el término «iusnaturalista» se agrupa a un conjunto de teorías sobre el
derecho y la justicia que difieren en métodos y formas de fundamentación, pero
que coinciden en sostener que existen ciertos mandatos o principios que por
definición pertenecen al derecho, de modo que si el derecho positivo no los
consagra y sanciona no es verdadero derecho. Dicho de otro modo, las teorías
iusnaturalistas o «jusnaturalistas» afirman que la legitimidad de las leyes
positivas, que son el conjunto de normas efectivamente vigentes en un Estado,
dependen en último término de su concordancia con el derecho natural. En
definición de Johannes Messner, "el derecho natural es orden de la existencia"
(Naturrecht ist Existenzordnung)1 Para Messner, el derecho natural contiene
principios específicos y negar esto implica entrar en contradicción con la
conciencia humana.
El jurista Gustav Radbruch afirmó que «la ley extremadamente injusta no es
verdadera ley».
Para el iusnaturalismo, la validez de la ley depende también de su justicia (o
corrección material) y por eso la tesis principal del iusnaturalismo se puede
resumir en la expresión de Gustav Radbruch: "La ley extremadamente injusta no
es verdadera ley". Experimentos recientes demuestran además que el sentido
de la justicia está ingénito en la especie humana y es igual en todos los seres
que la forman, ya incluso cuando apenas tienen quince meses.
En la literatura aparece ya la antinomia entre autoridad humana (el νόμος o
nόmos) y las «leyes no escritas» que provienen de la voluntad divina (los
ἄγραπτα νόμιμα o ágrapta nόmima) en la tragedia Antígona de Sófocles, en
cuyos versos se apoyan aquellos que defienden la existencia de un derecho
absolutamente válido superior y anterior a las leyes humanas. Asimismo, la
invocación al derecho natural sirvió a los juristas estadounidenses del siglo XVIII
para proclamar y autentificar la independencia de su país respecto a Gran
Bretaña alegando su derecho de resistencia a la opresión, "consecuencia de
todos los demás derechos" que acogen también las constituciones francesas de
1789 y 1793.

La filosofía del derecho de Radbruch deriva del neokantismo, que postulaba que
hay una ruptura entre ser (Sein) y deber ser (Sollen), o entre hechos y valores.
Asimismo, existe una divisoria tajante entre las ciencias explicativas, causales,
como las ciencias de la naturaleza, y las ciencias interpretativas o
comprehensivas ("ciencias del espíritu"). La ciencia del derecho se situaría, para
Radbruch, entre las ciencias del espíritu, pues no se limita a describir una
realidad, sino que aspira a comprender un fenómeno cargado de valor (el
derecho). La ciencia jurídica se distingue así tanto de la sociología del derecho
como de la filosofía del derecho.
El núcleo de la filosofía del derecho de Radbruch consiste en la separación entre
derecho positivo y la idea del derecho. La idea del derecho se define mediante
la tríada constituida por: justicia, utilidad y seguridad. La fórmula de Radbruch se
fundamenta en esta tríada.
Radbruch asumió durante la mayor parte de su vida una postura racionalista y
relativista, definiendo el relativismo como "el supuesto ideológico de la
democracia".3 Ninguna ideología es demostrable ni refutable, y todas merecen
similar respeto. Sin embargo, después de 1945 Radbruch experimenta una
evolución en sus posiciones teóricas, como consecuencia de la caída del
régimen nazi, el desvelamiento de sus crímenes y la necesidad de juzgar a los
responsables de estos. Admite entonces la posibilidad de un "derecho
supralegal" o "naturaleza de las cosas" que se impone sobre las leyes
abiertamente injustas y arbitrarias. Algunos autores, como Lon Fuller, interpretan
esto como un cambio de postura desde el positivismo al iusnaturalismo; otros,
como Erik Wolf, han defendido la esencial continuidad del pensamiento de
Radbruch.
Como testigo destacado de su época, al analizar el sistema jurídico
nacionalsocialista, Gustav Radbruch constata un hecho incuestionable: el
legislador puede hacer leyes extremadamente injustas. Y como consecuencia de
lo anterior este autor postula la existencia de un derecho "supralegal" que es
límite al derecho del Estado. Tal derecho supralegal se comporta como un índice
o parámetro de la validez material de las normas nacionales y se opone
abiertamente a la relatividad absoluta de la justicia. Pero, para Radbruch, no
cualquier injusticia invalida una norma positiva, sólo la injusticia extrema: "La ley
extremadamente injusta no es verdadera ley".
Una consecuencia que habitualmente se extrae de algunas posiciones
iusnaturalistas, particularmente la tomista y la lockeana, es la siguiente: "Sería
legítimo resistirse a la autoridad cuando se intenta imponer el cumplimiento de
una ley que no es compatible con la ley natural".
Tesis
La tesis principal del iusnaturalismo puede resumirse del siguiente modo:
Existen ciertos principios en relación con el bien o el mal de carácter universal:
leyes naturales o derechos naturales, que actúan como marco supralegal.
El contenido de dichos principios es cognoscible por el hombre mediante la
razón.
El derecho descansa en la moral (moral, del gen. latín mōris, costumbre, y de ahí
mōrālis, lo relativo a los usos y las costumbres).
Si estos principios no son recogidos o sancionados por el ordenamiento jurídico
positivo, este último no puede considerarse un verdadero ordenamiento jurídico.
Este último punto, no obstante, no es tratado de manera uniforme por todos los
autores iusnaturalistas. Obviamente, para algunos autores no cualquier omisión
o contravención de los principios morales incorporados al derecho acarrea la
invalidez del ordenamiento jurídico positivo.

Por su parte, Robert Alexy explica que puede entenderse que la aplicación de la
llamada "fórmula de Radbruch" ("la ley extremadamente injusta no es verdadera
ley") puede entenderse de dos maneras, que corresponden a lo que él llama la
"tesis de la irradiación" y la "tesis del derrumbe", respectivamente.
Así, de acuerdo a la primera, la extrema injusticia de ciertas normas
fundamentales del ordenamiento jurídico acarrearían por vía de contagio la
invalidez de la totalidad del ordenamiento jurídico.
De acuerdo a la segunda tesis, la "tesis del derrumbe", la fórmula debe aplicarse
a normas jurídicas particulares, de suerte que el único modo en que un
ordenamiento jurídico positivo pudiera ser considerado inválido en su totalidad
tendría lugar porque en él hubiese muchas normas particulares extremadamente
injustas, de modo que la eliminación de todas y cada una de ellas dejaría al
ordenamiento jurídico sin normas suficientes para poder regular las relaciones
sociales. Alexy afirma que debe desecharse la primera tesis, la "tesis de la
irradiación", en consideración a la certeza jurídica. En consecuencia, sólo admite
la segunda forma de aplicación de la fórmula de Radbruch.
Nociones históricas
El derecho natural no se encuentra escrito, al contrario que el derecho positivo,
sino que emana de la misma especie humana, de la misma condición humana.
Es inherente e igual en cada uno de sus miembros independientemente de su
posición social, de su etnia y de su nacionalidad, o de toda otra consideración.
Las primeras formulaciones modernas del concepto de derecho natural
provienen de la Escuela de Salamanca y han sido tomadas y reformuladas por
los teóricos del contrato social (Thomas Hobbes, John Locke, Jean-Jacques
Rousseau) a partir de la noción nueva para la época de "Estado natural".
Iusnaturalismo clásico
Grecia y Roma
Los orígenes remotos de la idea de derecho natural se encuentran en Platón (s.
IV a. C.), particularmente en su obra República y Leyes. En su Ética nicomáquea,
Aristóteles, por su parte, distingue entre la justicia legal o convencional y la
justicia natural. Esta última hace referencia a aquello "que en todo lugar tiene la
misma fuerza y no existe porque la gente piense esto o aquello". En el mismo
lugar, Aristóteles insiste en que las leyes naturales no son inmutables, pues en
la propia naturaleza humana hay cambios naturales debido a principios internos
de desarrollo. Y el ser humano tiene como rasgo fundamental la racionalidad que
permite indagar en la vida característicamente humana. Por otra parte, en la
política de Aristóteles se establece también que el raciocinio del hombre es una
ley natural y determina distintos preceptos como la libertad (y la justificación de
la esclavitud por ley natural, ya que para él existen hombres inferiores y
superiores).
Busto de Zenón de Citio, fundador del estoicismo en Atenas, Grecia. Afirmaba
que el hombre debe vivir de acuerdo a los principios universales de la naturaleza.
Este aspecto de la racionalidad será retomado por el estoicismo desde otro punto
de vista. La naturaleza humana forma parte del orden natural. La razón humana
es una chispa del fuego creador, del logos, que ordena y unifica el cosmos. La
ley natural es así: ley de la naturaleza y ley de la naturaleza humana, y esta ley
es la razón. Y esa razón ha sido implantada por la divinidad o los dioses. Como
la razón puede pervertirse al servicio de intereses fuera de la propia razón se
decía que la ley natural es la ley de la recta o sana razón.
De este modo, Cicerón (s. I a. C.) afirmará que para el hombre culto la ley es la
inteligencia consciente, cuya función natural es prescribir la conducta correcta y
prohibir la mala conducta -es la mente y la razón del hombre inteligente, la norma
por la que se miden la justicia y la injusticia (Leyes, 1.VI). Y un hombre debe a
todos los demás y es debido a todos los demás: Non nobis solum nati sumus
("no nacemos para nosotros mismos", De officiis, 1:22). Cicerón escribe en el
contexto de la formación del derecho romano, el cual es fundamental para la idea
de Estado de derecho, y tiene como fuente intelectual el estoicismo. Cicerón en
De re publica (III, 17) escribirá:
Existe una ley verdadera, la recta razón, conforme a la naturaleza, universal,
inmutable, eterna, cuyos mandatos estimulan al deber y cuyas prohibiciones
alejan del mal. Sea que ordene, sea que prohíba, sus palabras no son vanas
para el bueno, ni poderosas para el malo. Esta ley no puede contradecirse con
otra, ni derogarse en alguna de sus partes, ni abolirse toda entera. Ni el Senado
ni el pueblo pueden libertarnos de la obediencia a esta ley. No necesita un nuevo
intérprete, o un nuevo órgano: no es diferente en Roma que en Atenas, ni
mañana distinta de hoy, sino que en todas las naciones y en todos los tiempos
esta ley reinará siempre única, eterna, imperecible, y la guía común, el rey de
todas las criaturas, Dios mismo da el origen, la sanción y la publicidad a esta ley,
que el hombre no puede desconocer sin huir de sí mismo, sin desconocer su
naturaleza y sin sufrir por esta sola causa la más cruel expiación, aunque haya
evitado en otro tiempo lo que se llama suplicio.
Cristianismo
El cristianismo prosiguió las concepciones estoicas. En la Edad Media, Tomás
de Aquino partirá de la idea de Cicerón reformulando la idea de ley divina: Dios
ha establecido una legislación eterna para el mundo natural y el mundo humano,
y eso es lo que conocemos como ley natural. Santo Tomás sostiene en primer
lugar que hay un orden de los instintos propios de la especie humana y en
segundo lugar que existen fines señalados a aquellos por la naturaleza misma
(teleología), por ejemplo los de conservación, de nutrición, de procreación, de
los instintos de vida comunitaria en la familia y en el Estado.
Iusnaturalismo moderno
Se suele afirmar que la diferencia fundamental entre el iusnaturalismo clásico y
el iusnaturalismo moderno estriba en el énfasis que cada una de ellas pone en
la noción de ley natural y de derecho subjetivo, respectivamente. Así, mientras
las doctrinas iusnaturalistas modernas se desarrollan y articulan
fundamentalmente a partir de la noción de derecho como facultad moral (derecho
natural), las teorías iusnaturalistas clásicas lo harían a partir de la noción de ley
natural.
Asimismo, aunque la transición entre ambas formas de iusnaturalismo fue
gradual, se acepta que la obra de Hugo Grocio constituye el hito que marca la
separación entre el iusnaturalismo clásico y el iusnaturalismo moderno.

Los jesuitas como Francisco Suárez (1548-1617) ya habían afirmado la


autonomía de la ley natural y en el siglo XVII el racionalismo se ocupa del
derecho natural con autores como Hugo Grocio. En medio de las guerras de
religión europeas, estos autores intentan proporcionar un marco moral para las
naciones que garantice la paz:

Ciertamente, lo que hemos dicho tendría lugar, aunque admitiésemos algo que
no se puede hacer sin cometer el mayor delito, como es el aceptar que Dios no
existe o que éste no se preocupa de lo humano.6
Thomas Hobbes, también en el siglo XVII, definió en su Leviatán el derecho
natural como:

La libertad que cada uno tiene de usar su propio poder a su arbitrio para la
conservación de su naturaleza, esto es, de su vida, y consiguientemente de
hacer cualquier cosa que, según su juicio y su razón, él conciba como el medio
más idóneo para tal fin.7
El iusnaturalismo en la Filosofía del derecho fue defendido por el citado Tomás
de Aquino (iusnaturalismo teológico) y en manos del iusnaturalismo racionalista
dio origen a las teorías del contrato social o contractualismo. El iusnaturalismo
fue la doctrina más influyente hasta que el positivismo jurídico lo desbancó
mediante posiciones teóricas como la Teoría pura del derecho de Hans Kelsen.
A comienzos del siglo XIX se difunde en Europa la Escuela Histórica del
Derecho, que considera las tradiciones históricas y el derecho consuetudinario
como las fuentes de todo sistema jurídico, limando las diferencias con el
positivismo. Su principal autor es Friedrich Carl von Savigny. Tras la Segunda
Guerra Mundial se reaviva la influencia del iusnaturalismo, como consecuencia
del cuestionamiento de la obediencia de los ciudadanos a los regímenes políticos
totalitarios que se achacó, en parte, a las doctrinas iuspositivistas. Una expresión
de ello es la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Uno de los exponentes actualmente es John Finnis, con su teoría de casos
centrales y periféricos.

En el cristianismo
En el cristianismo se considera a la moral como algo universal, ya que en la
Biblia, específicamente en el Nuevo Testamento, se describe que todos los
hombres (incluso los gentiles) tienen una "ley escrita en sus corazones",8 lo que
es interpretado como una ley natural que fue dada por Dios, que es manifestada
como una moralidad innata, y que constituye la raíz espiritual de la consciencia
humana.91011

Asimismo, los nn. 1954 a 1960 del Catecismo de la Iglesia Católica tratan de la
ley moral natural.

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