Todo Esta en El Cuerpo
Todo Esta en El Cuerpo
Todo Esta en El Cuerpo
Christine Cadwell
Todo está en el cuerpo
“Quien lo siente, sabe más”. Bob Marley
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Nuestra energía es una función vital tan básica que no puede ser mala.
Gran parte de nuestro sufrimiento se debe a que constantemente se nos castiga por
nuestra energía. Wilhelm Reich consideraba que la sociedad moderna es una gran
fuerza represora que estruja y pervierte nuestras energías más fundamentales y que
esta represión es la base de toda enfermedad. Esta opinión contrasta con el concepto
de la libido de Sigmund Freud, que la consideraba una forma de energía primitiva,
sin civilizar, que existe en nuestro interior y que debe ser frenada y controlada para
que la sociedad funcione como tal. Sin embargo, según nuestra premisa, considerar
que nuestra energía está fuera de control y que puede resultar peligrosa se halla en el
origen de una profecía que provoca su propio cumplimiento: Toda energía que
rechacemos o temamos se hará distorsionada y se verá herida al no ser expresada o
sentida de forma normal.
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somático es una valoración de dónde experimenta esta persona el movimiento
pulsador de la vida en su cuerpo, y dónde no.
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movimiento programado de aproximación. La belleza de esta teoría reside en que. en
este momento, es la única que abarca los efectos, sumamente variables, de muy
diversas sustancias adictivas. y de conductas como la ludopatía ola adicción al sexo.
Por lo tanto, moveremos con apremio nuestro cuerpo hacia cualquier cosa que
nosotros mismos hayamos condicionado a asociar con la recompensa. Tengo el
convencimiento de que la adicción es también. al mismo tiempo. una conducta
motivacional de retirada. Cuando nos acercamos a la recompensa, también rehuimos
el dolor.
Parte de este programa de los doce pasos se basa en compartir la recuperación con
otras personas. y en mi opinión. muchos de los libros y artículos de carácter
divulgativo que se han publicado sobre dependencias y recuperaciones han surgido,
en parte, del paso doce, en el que los adictos en fase de recuperación empiezan a
escribir ya compartir los frutos del viaje de la recuperación. Otra razón por la que
este campo de la literatura ha llegado a tener tanta influencia es porque los escritos,
al parecer, explicaban muchos aspectos de grandes áreas de la teoría psicológica. y
así. de repente, nos encontramos acudiendo a adictos en recuperación para explicar
disfunciones en el sistema familiar. Investigando el campo de las adicciones para
estudiar en profundidad el fenómeno del niño Interior. Aprendiendo de los adictos
los diferentes roles familiares que les hablan asignado en la niñez y que los hablan
moldeado como adultos con disfunciones.
Pero sobre todo, lo que sucedió en esta época crucial, que comenzó hacia 1980, es
que empezamos a damos cuenta de que hay muchos tipos de adicciones, aparte de
las provocadas por las sustancias químicas (la adicción al sexo, al tabaco, al dinero, al
trabajo, a la comida o al juego), y más gente adicta de la que se creía -al ampliar la
definición de adicción, se ve claramente que la mayoría entramos en ella-, ya que la
adicción se enraíza en una estructura familiar con disfunciones más amplias, que
tiene reglas perceptibles que impiden que sus miembros vean cubiertas sus
necesidades.
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que hace es difuminar el color vibrante de la existencia, poniendo sordina a su canto
y convirtiendo nuestra danza extática en un torpe arrastrar de pies. La adicción nos
acecha, a casi todos, no como un monstruo depravado sino como un fracaso de la
creatividad, como un temor a “conseguir nuestra felicidad”, en palabras de Joseph
Campbell.
Pero dentro de esta falta de conciencia, hay algunos islotes de conciencia. Charles
Whitfield ( 1987) reconoce que tenemos una necesidad básica de cosas como el
contacto físico, y que interferir en ello puede causar adicción. Anne Wilson-Schaef
(1988) menciona que la enfermedad física es una característica de la codependencia.
Marion Woodman habla, en su libro Addiction to Perfection (1982), del cuerpo como
un recipiente sagrado, instando a prestar atención a los mensajes que nos envía
(sensaciones, visiones imaaginarias de los sueños), como un paso para contribuir a su
recuperación. y John Bradshaw (1990), por su parte, recomienda actividades que nos
hagan sentir bien físicamente, y que sean nutritivas para el cuerpo como método
para recuperar al niño que cada uno llevamos dentro.
Sin embargo, aunque estos autores intuyen la participación del cuerpo en algunos
aspectos de la recuperación, ninguno ha planteado una teoría sistemática del papel
que éste cumple en la etiología, el desarrollo y el curso de la adicción. Y sin una
teoría así como punto de partida, cualquier mención del cuerpo en la recuperación
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será un apunte sobre la marcha y las adicciones con las que todos tratamos, mucho
más difíciles de afrontar.
Pero es el acto de situarnos. de decir “¡Aquí estoy, en el aquí y ahora!”lo que ilumina
y embellece nuestra vida. Cuando sabemos dónde estamos. somos capaces de
movernos en cualquier dirección que nos lleve la vida. Localizarme en el espacio me
sitúa en el entorno como si me guiara una brújula. Es un placer sentarse a mirar por
la ventana y observarnos sólo a nosotros mismos y decir: “iOh, estaba a un millón de
kilómetros!” Ahí tenemos. entonces, una oportunidad de volver a casa. Pero ¿dónde
está esa casa' La única casa que vamos a tener durante toda nuestra vida, las
veinticuatro horas del día, es nuestro cuerpo. Estar a un millón de kilómetros con
nuestros pensamientos puede ser una diversión agradable, pero también puede hacer
que se nos escape un hermoso atardecer, o la luz de los ojos de nuestros hijos.
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estamos en relación con el mundo que nos rodea y cómo podemos relacionamos con
los demás de manera satisfactoria en este mundo. Llegados a este punto, surgen
varias preguntas: ¿Cuáles son las fuentes de nutrición a las que podemos recurrir
durante el trayecto? ¿Dónde está y cuál es el camino que nos llevará hasta allí? ¿Qué
medio de transpone usamos?
En los siguientes capítulos repasaremos nuestros recursos innatos para iniciar el viaje
que nos hará ubicamos; hablaremos de cómo aprendemos a abandonar dichos
recursos, y también de cómo recuperarlos. Revelaremos cómo trazar un mapa de
carreteras para la empresa que vamos a iniciar, y echaremos una mirada al camino
que conduce a casa, equipándonos primero con un mapa y una brújula para volver a
localizar nuestro lugar primero de experiencia directa y de actividad vital.