Puerto Madero

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PUERTO MADERO, BUENOS AIRES, ARGENTINA.

Desde su fundación, Buenos Aires utilizó el Riachuelo de los Navíos para el desembarco de
mercaderías, que se realizaba de una manera muy modesta: fondeados los barcos, los
botes acercaban a los pasajeros y mercancías hasta la orilla, ya que no existía muelle. Hasta
fines de 1770, se habían presentado unos 60 proyectos fuera de la zona del Riachuelo,
ninguno de los cuales había prosperado. Buenos Aires era, paradójicamente, una ciudad
portuaria sin puerto.

Rio de la plata, 1852.


Fuente: Wikipedia

En 1872 se construyen el muelle y los depósitos Las Catalinas, en la bajada de las actuales
calles Córdoba y Viamonte. Es entonces cuando, una vez resuelta la federalización de
Buenos Aires, se acordó la necesidad impostergable de construir un puerto completo. En
1881 el ingeniero Luis Huergo presenta un original proyecto y un año después el comerciante
Eduardo Madero expone el suyo. Se trata de dos propuestas muy diferentes, que
representaban intereses contrapuestos y provocaron encendidas polémicas en la época.

El Plan de Huergo consistía en la construcción de dársenas abiertas o dentiformes desde el


Riachuelo hacia el Norte, permitiendo ampliaciones futuras. El de Madero, en cambio,
requería la construcción de una serie de diques cerrados, interconectados mediante puentes.
En 1882, bajo la presidencia de Julio A Roca, el Congreso Nacional aprueba el proyecto de
Madero, desestimando así el presentado por Huergo. El contrato ascendía a 20 millones de
pesos oro sellado.
Plano original de Puerto Madero.
Fuente: Wikipedia

La obras comenzaron el 1° de abril de 1887 y finalizaron el 31 de marzo de 1898. Sin


embargo, en menos de una década las instalaciones portuarias evidenciaron sus limitaciones,
cuando el fuerte crecimiento del intercambio comercial las volvió claramente disfuncionales,
poniendo de manifiesto el tiempo y los recursos desperdiciados.

Entre 1911 y 1925 comenzó a construirse el Puerto Nuevo , basado en la propuesta inicial de
Huergo, el cual una vez en funciones fue relegando al diseñado por Madero a actividades
cada vez más periféricas, hasta quedar definitivamente obsoleto. Los docks , los silos y los
molinos que hoy caracterizan al barrio quedaron rápidamente en desuso, dándole al lugar un
aspecto sombrío. Sin embargo, este abandono no se extendió necesariamente a toda la zona.
En efecto, la inutilidad del puerto diseñado por Madero no impidió que durante varias
décadas se desarrollara de espalda a sus instalaciones una movida popular memorable, en
el corazón mismo de la Costanera Sur.

En 1918 se inauguró el Balneario Municipal , en el que en sus épocas de esplendor se dieron


cita unas 45.000 personas por semana. Asimismo, a fines de la década del 20, se abrieron
por la zona una serie de cervecerías, que ofrecían a los visitantes números de variedades (o
varieté, como se llamaba en la época). De allí surgieron cómicos reconocidos, como José
Marrone y Adolfo Stray. El lugar de encuentro más famoso fue sin dudas la Munich, que hoy
es sede de la dirección General de Museos. Sin embargo, en la década del 50 la Costanera
Sur empezó a perder terreno en las preferencias de los porteños.

El río comenzó a dar evidencias de su creciente contaminación y el balneario dejó de ser tan
concurrido. Asimismo, las cervecerías fueron cerrando y los números de variedades se
habían mudado hace un tiempo a la floreciente calle Corrientes. En las décadas del 70 y 80
se rellenaron terrenos aledaños al río, clausurando definitivamente el balneario y dando
origen, sin saberlo, a lo que hoy es la Reserva Ecológica. De esta manera, la zona se
introdujo en un nuevo período de ostracismo.
Fue recién en 1989, con la creación de la Corporación Antiguo Puerto Madero , que se tomó
la decisión de incorporar definitivamente la zona al tejido urbano, impulsándose también la
simbólica reconciliación de la ciudad con su río.

El inicio de la construcción del denominado Puerto Nuevo se produjo en 1911 y se extendió


hasta 1925. A punto de inaugurado logró duplicar rápidamente su capacidad de
funcionamiento y comenzó a funcionar de modo complementario con las instalaciones de los
puertos Madero y del Riachuelo; pero debido a su eficacia y supremacía operativa fue
relegando a aquellos a una paulatina inutilización. Más aún, en la medida que las
embarcaciones aumentaban de calado, mayor complejidad les representaba atravesar las
mangas que comunicaban los diques de Puerto Madero; con lo cual, lentamente, este puerto
comenzó a reemplazar barcos por roedores, cayó en el abandono y precipitó su decadencia
y desuso vertiginoso.

Puerto Madero
Imagen recuperada de Revista Plataforma Urbana.

Urbanizar el antiguo puerto


A partir de la propuesta de Manuel de Solá Morales para el Moll de la Fusta en Barcelona, en
donde planteaba la modificación del antiguo puerto en un lugar de expansión, renovando
depósitos y modificando el trazado vehicular, surgió la idea de refuncionalizar las viejas
construcciones de Puerto Madero, para restablecer un nuevo diálogo entre la ciudad y río.
En 1990, la donación del proyecto por parte del Ayuntamiento de Barcelona a la que era en
ese entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, luego de un intenso debate,
derivó en un Concurso Nacional de Ideas que organizó e impulsó la Sociedad Central de
Arquitectos, que definió un horizonte de desarrollo para la construcción de una pieza de la
ciudad que presentaba alto grado de obsolescencia. Las premisas planteadas para la
urbanización del área del antiguo puerto, con 170 hectáreas, se focalizaron en cinco
objetivos estructurales:
• Reconvertir el área para salvarla de la decadencia y del deterioro.
• Recomponer su carácter, preservando el fuerte poder evocativo.
• Alojar actividades terciarias que requieren de una ubicación central.
• Reconquistar una nueva y efectiva aproximación del río a la ciudad.
• Re-centrar el área central, equilibrando sus sectores norte y sur.
En consecuencia, la propuesta aspiraba a devolverle una impronta, a recuperarlo para usos
urbanos y a capitalizar demandas de nuevos equipamientos, revalorizando las preexistencias
y las connotaciones míticas y simbólicas. Del concurso de ideas, en el que participaron más
de cien proyectos, obtuvieron el primer premio tres equipos, que en conjunto completaron el
proyecto en 1992 y presentaron el Plan Maestro de Desarrollo Urbano, que trazó las líneas
estructurales por las que transitó la intervención.

Puerto Madero, 2016


Fuente: Wikipedia
Hacer ciudad desde un plan
El proyecto de Puerto Madero pretendió absorber la demanda de las oficinas de nueva
generación, cuya eficacia de funcionamiento demandaba plantas flexibles de grandes
dimensiones y con capacidad para adecuarse con celeridad a los cambios. Y esto se realizó
sobre un terreno instalado en el mismo centro, en un área industrial desafectada, sin
utilización portuaria, y que tiende a crecer hacia el sur de la ciudad y, por lo tanto, a revertir el
proceso de degradación de ese sector.
Si bien se trata de un área altamente condicionada por la escasa accesibilidad de sus
puentes, el objetivo fue generar un sitio de prestigio como expansión lateral del área central.
Acentuando el criterio de preservación de sus características intrínsecas, la codificación ha
eludido el concepto de distritos del Código de Planeamiento Urbano, en favor del de
manzana a manzana.
De esta manera, el conjunto quedaba estructurado mediante: el sistema de avenidas y la
modulación de los diques, que permiten identificar y caracterizar tramos diferenciados; los
llenos y vacíos de los docks, que no respetan el ritmo del trazado de la ciudad; y los edificios
de los molinos, grúas y elevadores de granos, que definen la impronta del antiguo puerto.

Puerto Madero
Imagen recuperada de Revista Plataforma Urbana.

El plan comprendía la rehabilitación del sector oeste, la conservación de los edificios con
valor patrimonial, la construcción sobre el sector este de una tira angosta de edificación con
predominio de usos residenciales, la prolongación de la calles, y en el espacio intermedio
resultante, la localización de dos conjuntos de torres y, por detrás, el gran parque que se
restablecería la relación de la ciudad con el río.

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