Devocionario Musicancen
Devocionario Musicancen
Devocionario Musicancen
MARZO DE 2018
COMISION CONFERENCIAL DE MUSICA Y ALABANZA CANCEN
Presentación.
Con tan grande gozo en el corazón presentamos este documento que recopila experiencias,
anécdotas, y comentarios meditativos para la formación espiritual de cada miembro de las
comisiones locales de música y alabanza, un trabajo en equipo en donde más de 30 autores
plasmaron su corazón en devocionales inspiradores, entre los cuales hay pastores
metodistas y de denominaciones hermanas, misioneros, administradores y funcionarios de
la iglesia, a quienes agradezco sinceramente su tiempo, disposición y deseo de compartir
con el cuerpo de Cristo una cuartilla de amor para la edificación de sus hermanos.
Este trabajo tiene como propósito principal proveer herramientas para facilitar la
implementación del indicador de calidad de alabanza número 3.
“c) Reflexión con los miembros de grupos de alabanza y/o coros sobre su ministerio
musical. Entendemos que la participación de coros y grupos de alabanza es un ministerio
dentro del culto. Para ello, es necesario que el Pastor, en conjunto con el Área de Desarrollo
Cristiano, se reúnan por lo menos una vez al mes con quienes participan de este ministerio
para tener un momento devocional, hacer sugerencias e indicaciones sobre la dinámica del
culto y promover en todo momento el espíritu de servicio y constante preparación, a fin de
acompañar de manera adecuada a la congregación. Además, se hace necesario que
quienes participan dentro del ministerio musical, asistan a la Escuela Dominical o Grupos
de Estudio Bíblico, así como cursos de capacitación correspondientes en la iglesia local, se
reúnan para orar antes de los servicios y conozcan de antemano la liturgia y el tema del
mensaje”
Pero no está limitado solo a esto, sino que busca ser de inspiración para cada lector en la
búsqueda profunda y constante de Dios a través de la lectura bíblica y la oración.
“¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con
el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.” 1 Corintios 14:15
1
El valór de la calidad
1 Corintios 3:13
Es entendido que en todo lo que el cristiano hace, debe dedicar tiempo, esfuerzo y conocimiento,
para así ofrecerlo a Dios. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no
para los hombres”, esto en palabras del apóstol Pablo a los Colosenses, de nuevo en Filipenses:
“Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que
queda atrás y extendiéndome a lo que está delante”, y finalmente: “ser imitadores de mí como
yo soy de Cristo”. Es un reto que nos da el apóstol a caminar en una forma de calidad. La calidad
se refiere al conjunto de propiedades inherentes a una cosa que permite caracterizarla y
valorarla con respecto a las restantes de su especie. El ser de “buena calidad” expresa que algo
es superior o excelente. La calidad es una verdad, es un valor agregado. Esto es, si te preparas
en la vida y buscas conocer o desarrollarte en diferentes talentos, entonces eres un ser humano
de calidad.
En los años que ingresé a la alabanza había dos grupos: los que estudiaban música y los líricos.
En verdad los de escuela tocaban muy bien y apoyaban a los líricos en su preparación. Los
líricos batallaban, pero se esforzaban por aprender más, y una cualidad que tenían era su
dedicación en oración y lectura de la Palabra. Por sus trabajos y situaciones de vida, los líricos
estudiaron otras carreras, y los de escuela tuvieron la oportunidad de dedicarse por completo a
la música. A pesar de ello, los líricos también nos llevaban a la presencia de Dios; se podía
sentir el tiempo que pasaban con Él. Cuando se ve en las manos quién es un pianista, o cuando
se nota quién trabaja en algo pesado, no es más uno que el otro, pero se define su labor si se
empeñan en ejecutar bien su trabajo. El ministro de alabanza debe esforzarse en preparar su
instrumento y ejecutar las melodías, pero sin perder el objetivo mayor: el de entregárselo a Dios.
Por ello deben levantarse grupos de alabanza llenos de conocimiento y adoración a Dios.
Dios busca adoradores verdaderos, los que anhelan alabarlo con autenticidad y en espíritu, y
para ayudarnos en esta búsqueda, nos da su Espíritu Santo para que así sea más fácil adorarle
(Flp. 3:3; Jds. 20; Rom. 8:26-27). Más que nada, quiere que lo adoremos de verdad, de acuerdo
con su voluntad y con todo el corazón, y aunque haya músicos líricos o de escuela podernos
unir a darle a Dios una adoración de calidad y en nuestra postura estar llenos de su amor.
Oración: Padre Celestial, gracias por tu Espíritu Santo, quien intercede para perfeccionar esta
oración. Mi corazón se alegra de que no solo me conozcas, sino que quieres que entre a tu
presencia. Acepta mis palabras y escucha la emoción mientras digo "gracias" por todo lo que
has hecho por mí. En el nombre de Jesús, Amén.
2
Proverbios 13:16 y 14:8;15
La prudencia es una cualidad que libra de cualquier trampa y ayuda a salir de conflictos
innecesarios (Prov. 22:3). Mediante ella, seremos buenos administradores de la gracia de
Dios al mostrar cuidado en lo que se nos confió. Por ello debe de ser ejercitada
constantemente en el grupo de alabanza, el cual la mayoría de las veces es vulnerable a
ataques del enemigo, logrando en ocasiones tristes resultados.
Los músicos cristianos han sido conocidos por ser poco estudiosos de la Palabra o flojos
para orar. Consideremos que no se puede generalizar, pero si el caso es que se está
mostrando esta falta de compromiso, entonces ¿cómo se puede hacer uso de la prudencia
si no se tiene una relación con el Señor?
Por ello, hoy debemos recordar el valor de la prudencia. Nos corresponde ser cuidadosos
en el orden y la organización del ministerio musical, siendo prudentes para mejorar en el
servicio al Señor. Recordemos que la prudencia nos permite estar sujetos a la autoridad,
ayudándonos a mejorar musicalmente al recibir instrucciones de personas sabias, con toda
la disposición de corazón (Prov. 14:18).
Que nuestro Dios nos ayude a poner en práctica este valor cada día, para que Su nombre
sea glorificado al ser hombres y mujeres prudentes en el grupo de alabanza.
Oración: Señor, ten misericordia de nosotros y ayúdanos a ser personas prudentes para
servirte eficazmente cada día, para edificación de la Iglesia y perdona nuestros errores, que
sin darnos cuenta cometimos. En Cristo Jesús oramos.
3
Juan 15:2
Hubo una vez tres higueras: la primera estaba en un jardín y por lo tanto permanecía bien
cuidada por un jardinero. Era hermosa, tenía hojas grandes, verdes y bellas pero no
producía fruto.
La segunda higuera también era hermosa, aunque no era de jardín como la primera. Tenía
unas hojas muy verdes y por el contrario, ésta si producía fruto que era atractivo a los ojos.
Sin embargo, el fruto era amargo, y por lo tanto no se podía comer.
La última higuera tampoco era de jardín. A la vista resultaba ser pequeña, sus hojas no eran
muy verdes, y si bien producía fruto, éste era muy pequeño. A pesar de ello, el fruto era
dulce y agradable para comer.
¿Somos como la primera higuera, hermosa, pero sin producir fruto? Tal vez somos como la
segunda, también de buen ver y producimos fruto, pero resulta amargo y no se puede comer.
O acaso somos como la tercera higuera, tal vez era pequeños, no produmos un fruto tan
grande y bello, pero que es dulce y agradable para disfrutar.
Tal vez como musicos tocamos de forma excelente un instrumento, pero sin adorar con el
corazón, ni buscar a Dios en oración, o perseverar en la lectura de la Biblia, no produciremos
fruto. Meditemos: ¿Qué fruto estoy produciendo?
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo,
si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí (Juan 15:4).
4
Salmo 38:4-6
El mejor aliado del Diablo para destruir al ser humano, así como el pecado más grande que
desprecia Dios; es el de la soberbia. Por este mismo pecado Satanás fue echado del cielo
(Isaías 14:12-15) habiendo sido el principal de los ángeles, adorador y en verdad perfecto
(Ezequiel 28:15). La soberbia se manifiesta de muchas formas e intoxica una parte interior
de la naturaleza espiritual, generando muchos conflictos, como el egoísmo, envidia,
vanidad, altivez y la vanagloria. De tal manera que la soberbia engendra todas estas
manifestaciones que conducen al fracaso. Pero, ¿qué nutre la soberbia para que engendre
todos estos frutos diabólicos? Alimenta el “ego” o el “YO” creando un “yoísmo”, el cual
conduce a todos los males que nacen del hecho de poseer un “alto concepto de sí mismo”,
alimentando al orgullo, el cual destruye la sencillez.
La presencia de Dios no desciende a través de tu guitarra, por medio de las baquetas o las
teclas que tocas, como muchos cristianos suelen pensar de una manera inconsciente. Los
triunfos musicales no demuestran tu espiritualidad. Tu humildad demostrara tu verdadera
posición de adorador, y aunque nuestros ojos humanos no puedan verla, tu relación en
devoción demostrara tu posición como adorador. Si tu deseo es ser un adorador como
describió Jesús, “en espíritu y en verdad”; entonces desecha toda la soberbia, orgullo,
altivez y humíllate ante Dios. Y además de ello, aun ante los hombres, no tengas mayor
concepto de ti mismo que el de las demás personas.
El Buen Ejempló
5
1 Tesalonicenses 1:7
Cuentan que una vez hubo un hombre muy pobre, quien tenía el vicio del cigarrillo y el licor.
Se casó y al cabo de unos meses estaba esperando un hijo. Al ver su pobreza éste hombre
se sentía muy triste, pues no tenía nada que heredar a su futuro hijo; ni tierras, ni objetos
de valor. Orando una noche a Dios, le pedía ayuda, para que le diera la oportunidad de
heredar algo a su hijo. Después de un minuto Dios le contestó.
“Tienes en tus manos el mejor regalo de todos, lo mejor que puedes heredar a tus hijos y
que vale más que tierras o tesoros”. El hombre comprendió lo que Dios le había dicho, y a
partir de ese día decidió dejar de tomar y beber, para heredar lo mejor de sí a sus hijos: ¡un
buen ejemplo!
¿Es tu vida diferente? ¿Nadas como el salmón contra la corriente? ¿O simplemente solo te
dejas influenciar por las costumbres, los hábitos y las formas de ser del entorno que te rodea
y te acomodas al grupo donde te toca estar? Dios espera que regales tu buen ejemplo,
aunque no tengas fuerzas, aunque estés cansado, aunque nadie lo haga. Tu influencia
puede ser muy notoria en tu entorno. ¿Es acaso un ejemplo positivo o uno negativo?
6
Desde el principio de los tiempos, el ser humano siempre ha tenido una relación, una
experiencia con Dios; saben quién es Él, cómo es, qué es capaz de hacer y su carácter.
Después de la caída, la relación que había entre Dios y el hombre fue afectada, ocasionando
la separación de su Creador.
Dios entonces tomó la iniciativa cuando les hizo túnicas de pieles y los vistió (Génesis 3:21).
Esto nos habla de un sacrificio, mediante el cual Adán y Eva, podían acercarse a su Creador.
De ese modo, la forma de acercarse a Dios era por medio de la adoración expresada en
actos como levantamientos de altares, ofrendas, dedicando lugares y objetos. Entre los
ejemplos que encontramos podemos mencionar:
Caín y Abel. Caín ofreció el fruto de la tierra. Pero Abel ofreció lo primogénito de sus
ovejas de lo más gordo de ellas (Génesis 4:3-4).
Noé. Cuando descendió del arca sacrificó de todo animal limpio (Génesis 8:20).
Abraham. Todo el tiempo en que Dios le habló en Siquem (Génesis 12:7).
Jacob. Cuando Dios se le aparece en sueños, levantó la piedra como señal y vertió
sobre ella aceite (Génesis 28:18).
El pensamiento del Antiguo Testamento está centrado en Dios. Sin embargo, no hace ningún
esfuerzo para probar que Dios existe. Porque el Dios del Antiguo Testamento es el Dios de
la experiencia y no de la especulación. Ellos no cuestionaron más Su ser tanto como
cuestionaron la realidad del mundo que les rodeaba o a sí mismos (esto es, su propia
existencia).
El filósofo puede poner en duda la certeza de todas las cosas, pero el hombre común está
contento al basar sus creencias en la realidad del mundo sobre su experiencia, a pesar de
que el filósofo pueda decirle que todo es ilusorio (y un iluso). Así que el pueblo hebreo basó
su creencia en la existencia de Dios, en lo que encontraron ser la experiencia de Dios,
concedida a sí mismos y a su pueblo, en especial sobre la presencia de Dios dada a la
nación de Israel en los grandes momentos de su historia.
Mirad a la hórmiga
Proverbios 6: 6-11
7
Alguna vez leí en un libro que si un músico no era capaz de levantar una escoba para barrer
el templo, tampoco debería poder tocar algún instrumento en la congregación. La frase
pudiera parecer exagerada y cruel, pero estoy de acuerdo con ella. No solamente los
músicos, sino todo cristiano, no solo en la cuestión de no querer ayudar a barrer el templo,
sino en cada una de las tareas que se realizan en la cotidianidad: en casa, en la escuela,
en la colonia, en la sociedad, y obviamente en la iglesia. El objetivo es que en cuanta
oportunidad de servir en algo, lo hagamos.
Dios condena la pereza o “flojera”, como más comúnmente le denominamos, y nos exhorta
con su creación a dejarla. El pasaje de Proverbios nos señala a ver la hormiga como un
ejemplo de trabajo y dedicación, y nos exhorta a no estar siempre dormidos, siempre “en
reposo”, a no dejar las actividades que son necesarias por causa de la flojera.
Querido hermano, esfuérzate un poco más, no permitas que la flojera se apodere de ti,
privándote de asistir a las reuniones de la iglesia, de estudiar, de mantener limpio el espacio
donde vives, o el espacio donde trabajas y que sobre todo, no te impida servir al Señor con
excelencia.
Oración: Buen padre celestial, dame fuerza y sabiduría para no ser vencido por la pereza,
ayúdame con tu Espíritu Santo a no abandonar actividades que son buenas para mi
formación espiritual, académica y social, ayúdame a servirte. Amén.
Siendó influencia
Santiago 4:1-4
8
Todos hemos escuchado alguna vez el dicho: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
La influencia de las personas con quienes nos relacionamos es muy grande. De esta forma,
al pasar tiempo con alguien, nos percatamos que en el transcurso hemos adoptado, frases,
gestos e incluso gustos que en un principio no teníamos, y que después terminamos
adoptando e imitando.
De esta manera, nuestra vida refleja la influencia de aquellos por quiénes estamos siendo
influenciados. Como hijos de Dios y siervos suyos debemos estar moldeados por la persona
de Jesucristo, el mejor y mayor ejemplo que podemos tener. El Señor Jesús en el evangelio
de Juan, ya no nos llamó siervos sino sus amigos, y como sus amigos debemos amar las
cosas que nuestro fiel amigo Jesús ama: al Padre. Jesús siempre glorificó a Dios el Padre
con su manera de vivir, constituyéndose así enemigo del mundo.
Permitamos que la comunión con el Padre a través de su hijo Jesucristo sea de ejemplo en
nuestras vidas y podamos así constituirnos amigos de Dios.
Oración: Que la influencia de tu hijo Jesucristo afecte nuestra vida de tal modo que nos
lleve a tomar sabias decisiones que te alaben y te glorifiquen siempre. Amén.
1 Juan 2:1
9
Hace algunos meses en una convivencia familiar, asistimos a una laguna en donde se
facilita a los comensales pescar su trucha y más adelante pedir que se cocine al gusto.
Mientras nos encontrábamos lanzando la rustica caña de madera con un cebo que parecía
ser de masa de harina, pude notar tres tipos de comportamiento dentro del estanque: el
primero, eran aquellas truchas con más experiencia o edad, las cuales sabían qué sucedería
si se acercaban a comer lo que se ofrecía. El segundo; truchas un poco más jóvenes y
veloces que se acercaban sigilosamente, logrando llevarse el alimento sin ser atrapadas en
la caña. Finalmente el tercero, truchas más jóvenes e inexpertas que, vencidas por el
hambre, se acercaban sin ningún temor y terminaban siendo ingeridas por los visitantes del
lugar.
Esto me hizo reflexionar que dentro de la iglesia, muchas veces tenemos estos tres tipos de
personas: aquellas que identifican inmediatamente una tentación y se alejan de la misma;
aquellas que caen en la tentación, pero rápidamente pretenden esconder su caída del
hombre y la iglesia (pero no de Dios); y la tercera, aquellas que continuamente se
encuentran cayendo y equivocándose, alejándose de Dios y sin ningún esfuerzo de buscar
en Dios el cambio del rumbo de sus vidas.
Así como las truchas, y como la Palabra de Dios lo expresa, la paga de la caída en la
tentación y al ser consumado el pecado, da a luz la muerte (Stgo. 1:13-15; Rom. 6:23). Es
importante que como pastores, maestros, misioneros, miembros de la alabanza, nos
enfoquemos en dar una enseñanza y un discipulado bíblico continuo por medio de la Palabra
de Dios, para llevar al individuo a una consciencia real y genuina del pecado, la gracia, el
arrepentimiento y la regeneración en Cristo. Sin ello, como muy comúnmente sucede,
únicamente formaremos hermanos semejantes al segundo y el tercer tipo de truchas, que
solo pretenderán ocultar la dureza de su corazón, llenos de emoción por la música y el
sonido durante el culto, pero al final alejados de Dios.
Oremos por los líderes de nuestras iglesias y el acompañamiento en amor y gracia que
dan al resto de la iglesia al ser instrumento en las manos de Dios.
10
Sí, el pueblo de Dios estaba en graves problemas, pero no era por faltar a la escuela
dominical o al culto de adoración, no era por falta de ofrendas o por no cantar de pie en las
reuniones; al parecer todo eso lo hacían sin contratiempos. Difícilmente alguien podría
culparnos de esto a nosotros porque generalmente llegamos temprano y nos vamos tarde,
nos esforzamos, ensayamos, somos visiblemente quienes velan por una liturgia rica en cada
reunión.
Pero, ¿qué si hemos perdido lo esencial sin darnos cuenta? Muchas veces la carga nos
hace concentrarnos en ciertos aspectos de nuestra adoración y de nuestra relación con Dios
que están lejos de ser los esenciales; cumplimos con todos los ritos y formas externas pero,
¿dónde queda nuestro corazón?
¿Cuántas veces le hemos presentado a nuestro Dios regalos sin sentido, o cuántas veces
nuestro ayuno ha sido falso? ¿Cuántas veces hemos manchado nuestra adoración con
sangre inocente? Isaías nos muestra una forma sencilla de evaluarnos:
Oración:
Padre, abre mis ojos para ver más allá de la superficie de mis acciones. Ayúdame a ver mi
pecado y arrepentirme, ayúdame a ver las cosas que tú ves. Que mi canción pueda
enraizarse en la riqueza de mi comunión contigo y pueda reflejar tu amor por la justicia y tu
cuidado por los más desprotegidos. Que mi servicio y mi comunión contigo vayan siempre
más allá de una canción.
11
Salmos 68:3-6 NTV
Para nosotros, quienes hemos sido hechos justos por la obra de Cristo, Dios no puede ser
separado del gozo que experimentamos en su presencia. Constantemente la Biblia nos
recuerda que estar en su presencia nos llena de alegría; y esa alegría no puede contenerse
sino que se expresa una y otra vez en cánticos de alabanza que celebran sus obras, su
carácter y su fama; cantos que dan a conocer a otros lo que nosotros ya disfrutamos y que
constituye el deseo de Dios para toda la raza humana.
Alabamos a Dios por su naturaleza y su carácter, y por lo que Él ha hecho por nosotros.
Éste salmo nos muestra a un Dios santo cuyo corazón está atento a suplir las necesidades
de quien está afuera; de quien está solo. Es un Dios que se compadece de los huérfanos y
las viudas e interviene en su favor llamándose a sí mismo su Padre y defensor; y eso mismo
ha hecho por cada uno de nosotros al atraernos a sí mismo y hacernos parte de su propia
familia. Es un Dios que interviene en la vida de quien está encerrado, sin el privilegio de la
hermandad humana y le pone en libertad para experimentar de nuevo aquello para lo que
fue diseñado desde el principio: comunidad y comunión. Es un Dios empeñado en darnos
la alegría de pertenecer a una familia y a una comunidad; el desierto y la soledad sólo están
destinados a quienes lo rechazan a él.
Oración:
Amado Padre, ayúdanos a disfrutar plenamente la bendición de ser hijos tuyos y miembros
de la comunidad del Reino. Que nuestra vida y ministerio apunten constantemente a tu
carácter de amor y tu anhelo de atraernos a ti, y que nuestro corazón y nuestras acciones
rebosen de amor por aquellos a quienes amas; especialmente los huérfanos, las viudas y
los prisioneros.
En ayunó
Marcos 2:18-22
12
Para ésta cuaresma dispusimos como actividad promover el ayuno y la oración en la
congregación que pastoreo, y aunque el énfasis fue sobre el ayuno, una cosa no está
separada de la otra. Para instruir e insistir a la congregación en esta práctica, además de
los sermones dominicales y un culto especial al inicio de la cuaresma, desarrollamos una
dinámica consistente en hacer un rol de ayuno para los 40 días de la cuaresma.
Pensemos: Cuando en la infancia nos enseñaban a orar; ¿qué nos decían que era la
oración? Hablar con Dios, y esto significa: acercarse a Él. Por lo tanto, cuando hay una
revelación divina, es Dios quien se acerca a nosotros. Podemos ver entonces que los
últimos dos motivos del ayuno descritos en la Biblia, tratan del acercamiento entre Dios y el
Hombre.
Para que esta aproximación suceda, sabemos que tiene que suceder algo. Debemos ser
purificados, ser santificados de todo mal y perversidad que en nosotros habita, tenemos que
someter a la carne... ¿ya sabes hacia dónde vamos?
Como explica el pasaje, es verdad que el novio nos fue quitado. Sí, pero aunque el novio
resucitó y ascendió a los cielos, el novio es Dios, y está en todos lados, como aquí con
nosotros hoy. Cristo mismo dijo: “Mas vendrán días, cuando el esposo les será quitado, y
entonces en aquellos días ayunarán”. Por tanto, si el novio, aunque nos fue quitado, hoy
está con nosotros, ¿qué motivo hay para ayunar? Lo hacemos porque el ayuno nos prepara
para allegarnos a Dios, para acercarnos al novio de una manera más íntima.
Oración: Buen Padre celestial, pon en nosotros el querer como el hacer por tu buena
voluntad, ayúdanos a que como siervos tuyos podamos apartar tiempos de meditación,
tiempos de oración y ayuno donde te busquemos con amor. Amén.
¿Pórque te detienes?
Hechos 22:4-21
13
Hace unos años fui a predicar a un campamento de jóvenes, y en él compartía acerca de
las experiencias y reacciones de algunos personajes del Nuevo Testamento cuando se
encontraban con Jesús, todo esto cuando Él caminó como hombre en esta tierra. Juntos
recordamos a Nicodemo, Mateo, la Samaritana, Bartimeo, Zaqueo, y a otros tantos
personajes que cambiaron de manera radical con una pequeña experiencia ante Jesús. Si
bien algunos sólo tenían una conversación muy corta, según el relato bíblico, otros
compartían la mesa; pero en todos trascendía esa experiencia con Jesús.
En esa misma predicación hablamos del apóstol Pablo, quien después de la Trinidad, es el
personaje más sobresaliente del Nuevo Testamento, y aunque tuvo su experiencia con
Jesús después qué Él ascendiera al cielo, fue conmovido de la misma forma a cambiar de
manera radical. Recordando su experiencia, luego de quedar ciego fue a visitarlo un profeta
de nombre Ananías, quien después de declarar el mensaje de Dios de que sería su testigo
en muchos lugares y devolverle la vista, le confrontó con esta pregunta: ¿Por qué te
detienes? Levántate, lava tus pecados, e invoca su nombre.
Dios de la misma forma nos hace un llamado a nosotros, un llamado ministerial, un llamado
a santidad y un llamado a proclamar el evangelio. Muchas veces, sin duda, nos ha
confrontado de manera similar al apóstol Pablo, cuando nuestros pensamientos,
sentimientos o pecados nos imposibilitan para cumplir el llamado. ¿Por qué te detienes?
Mi “MaPa”
Mateo 26:74-75
14
Recuerdo que durante un tiempo en mi infancia, cuando tenía apenas 8 años de edad y
estudiaba en un convento, ocurrían las conversaciones entre los niños la clásica plática
sobre sus padres, y mientras ellos lo hacían con mucha alegría y pasión, al llegar mi turno,
prefería cambiar la conversación o irme a jugar. Toda esa actitud estaba estrechamente
relacionada a que no me gustaba reconocer el hecho de que no vivía con mi padre. Era algo
duro de aceptar delante de la sociedad estudiantil y amigos del convento, el hecho de no
tener esa guía y respaldo en casa, siendo yo tan pequeña.
Por otro lado, mi madre siempre ha sido fuerte en lo más pequeño y en lo más grande, nos
ha dado todo y siempre nos ha mostrado su amor, a mis dos hermanos y a mí.
Lo más probable es que en alguna ocasión de tu vida hayas tenido que sufrir por encubrir
una mentira, una mala actitud, un sentimiento o algo que te de pena, y que cuando "canta
el gallo", regresas a la realidad y tratas de rectificar tu error delante de Dios. No dejes que
tu ‘yo’ sea más grande que la voluntad de nuestro Padre Celestial, porque caerás en un
error y no podrás vivir con esa paz que sólo Dios te da.
Hoy, doy gracias a Dios por la vida de mi madre, y de mi padre que a pesar de no vivir
conmigo desde los 3 años, soy feliz y lo perdono.
Oración: Amado Padre y buen Dios sea tu misericordia en nuestras vidas y ayúdanos a
reconocer nuestras faltas delante de ti y a volvernos a tu camino de amor, aunque nos
hemos desviado de el por nuestras rebeliones, por el nombre poderoso y redentor de Cristo
Jesús, Amén.
En la casa
Marcos 13:34-37
15
¿A quién no le gusta descansar? Yo creo que a todos nos agrada dormir, y si alguien nos
despierta sin una razón justificable hasta violentos nos ponemos. Imagina que te solicitan
no dormir, que tu padre o madre un día digan: “vas a vigilar toda la noche la casa, y no te
acostarás”, seguramente respingarías, propondrías otro método tal vez, pero de alguna
forma buscarías la manera de descansar.
En el pasaje que acabamos de leer, Jesús está haciendo una semejanza entre Dios Padre
y el dueño de una casa, y aunque el énfasis está precisamente en el señor, y sobre cuando
éste dueño vendrá, también se hace mención de aquellos que, como menciona un versículo
antes, deben estar preparados para recibir al Señor. Deben velar.
En esta ilustración hay un guardia, y no imagino al Señor diciendo: “Ahí se pone uno, el que
sea, a velar”. No, el pasaje claramente dice: “al portero mandó que velase”, señalando que
a una persona especifica le dejo una labor especifica, pero también menciona que “dió
autoridad a sus siervos y cada uno su obra”. Otorgó autoridad sobre la casa a cada siervo,
pero les dejo encomiendas especificas. Seguramente la autoridad que todos tenían era
sobre las labores comunes.
Mientras el señor está ausente, la casa debe ser atendida, porque cuando una casa se
queda sola y sin cuidados, se deteriora hasta su caída, deja de ser, el tiempo la consume.
El dueño sabe esto, por eso deja tareas por hacer a sus encargados, pero no sólo dijo: “ahí
se ocupan de elllo”, sino que en su sabiduría asignó una obra a cada siervo. Esto además
las labores conjuntas.
Ésta es la casa de Dios, y como tal necesita ser atendida. Nosotros somos sus siervos, y Él
ya ha dicho lo que se debe de realizar, tanto las tareas individuales como las comunitarias.
Por tanto, todos y cada uno de nosotros tenemos labores que atender.
Oración: Bondadoso Padre, danos la sabiduría para reconocer el llamado que nos hace, y
la humildad para servir a nuestro prójimo y a tu iglesia sabiendo que lo hacemos para Ti.
Amén.
Desde Mi Córazó n
Salmo 100
16
Hace años dirigí un coro de adultos jóvenes. Cantábamos regularmente en nuestra propia
congregación y con frecuencia acompañábamos a mi esposo cuando predicaba en algunos
cultos especiales de congregaciones vecinas.
Uno de los hombres del coro tenía una voz desfavorable para el canto y siempre lo hacía
en una voz muy alta. Por esta razón algunos miembros me pidieron que no le permitiese
participar más, porque hacía mucho daño a la armonía grupal y desconcentraba a todo el
coro, pero yo nunca lo hice. ¿La razón? Porque a pesar de no cantar nada bien, lo hacía
con pasión, siempre acompañando su canto con una enorme sonrisa. El cantaba con alegría
de corazón, porque amaba a Jesús.
El autor del Salmo 100 nos invita a cantar de esta manera, alegres, porque el Señor merece
nuestra alabanza y adoración. Y no prescribe esta recomendación solamente a los
cantantes buenos, sino que la proclama para los todos habitantes de la tierra.
Entonces nosotros, como miembros del ministerio de alabanza, debemos esforzarnos por
cantar de manera excelente, pero al mismo tiempo con gozo por todo lo que Él ha hecho
por nosotros y en nosotros.
Oración: Gracias, Señor, por llamarme al ministerio de alabanza. Gracias por los talentos
musicales que me has dado. Guárdame de no depender sólo de mis habilidades y ayúdame
a cantar desde el corazón con alegría, porque es lo que te place lo mas. En el nombre de
Cristo Jesús. Amén.
Bonnie Hipwell
Colaboradora en la iglesia “Tomoka Crhistian” Palm Bay Florida E.U.
Ex-maestra Seminario Metodista Juan Wesley
“Aferradó a pecar”
Éxodo 9:27-35
17
En este pasaje, vemos que Jehová hizo llover granizo sobre todo Egipto, excepto en la tierra
donde habitaba el pueblo de Israel. Moisés sabía lo destructivo que sería, y advirtiendo al Faraón le
pidió que recogiera a su ganado y personal de los campos para verse afectados. Sólo algunos
respondieron a esta petición. El granizo dañó las cosechas, hirió a hombres, animales, e incluso
desgajó los árboles (v. 9:25). Entonces observamos en Faraón un cambio de actitud. Pareciera que
a través de las plagas y señales enviadas por Dios, ha entendido su situación personal ante Jehová;
reconoce ¡por primera vez! que ha pecado, que Jehová es justo y el pueblo egipcio (incluyéndose)
son impíos. Podríamos creer que finalmente el pueblo de Israel sería liberado, pero Moisés sabía
que esto no sería así. Oró como Faraón le pidió, para que cesaran los truenos y el granizo, pero
Faraón nuevamente endureció su corazón y se “obstinó en pecar” (9:34), esta vez de forma
deliberada.
A veces buscamos, como el Faraón, que Dios nos responda en algo que nos atormenta (a veces
como consecuencia de nuestro pecado o desobediencia) y prometemos que haremos tal o cual cosa
“a cambio”, pero en cuanto tenemos la respuesta nos olvidamos de lo prometido y nos aferramos a
seguir pecando en hacer las cosas como queremos. Santiago 4:17 dice: “y al que sabe hacer lo
bueno, y no lo hace, le es pecado”.
Podríamos creer que este tipo de actitudes la tienen solo aquellos que no tienen temor de Dios,
como Faraón, pero tristemente nadie está exento de esto, pues es una característica muy humana.
Incluso los niños pequeños, reconocen que han desobedecido a sus padres y por un corto tiempo
parecen detener su mal comportamiento, en ocasiones como una negociación para obtener su
juguete anhelado. Pero en cuanto obtienen lo que desean vuelven a su mala conducta. Este actuar
se repite a lo largo de nuestras vidas. Sabemos que no es lo más conveniente como hijos de Dios.
Examinémonos y pidamos a Dios que nos haga humildes, reconociendo su grandeza y poder en
toda situación. Esta es la clave para ser un verdadero discípulo de Cristo. Reconocer nuestras faltas
y pedir a Dios que nos ayude a ser sencillos y sensibles a lo que El desea enseñarnos.
Sigamos el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, que fue obediente incluso a una muerte tan cruel
la crucifixión. Mateo 11:29-30 dice: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y
ligera mi carga”. Ésta es la clave. El nos dejó una gran lección, el no dejarnos llevar por nuestra
carne, porque siempre estará buscando su propio bienestar, a costo de la santidad o incluso de
nuestra salvación.
Oración: Padre eterno, hoy a través del ejemplo de Faraón puedo notar que la humanidad siempre
tiende a buscar su propio bienestar. Yo he muerto a mis propios deseos al venir a Ti, ayúdame a
permanecer fiel y a reconocer mi pecado, a ser manso y humilde de corazón. En Cristo Jesús, Amén.
18
Hoy oramos diciendo: “perdónanos… como nosotros también perdonamos”. Queremos vivir
en la dimensión de la gracia, reconociendo nuestras faltas y permitiendo que nuestro
corazón se ensanche para perdonar—lo cual no significa solapar ni participar en injusticia,
sino ser libres del resentimiento para poder andar en el camino correcto.
Por eso hoy podemos pedir perdón si es que nos hemos preocupado de más por el qué
dirán. Si hemos buscado agradar a la opinión pública, la opinión de amistades, o familiares,
en lugar de buscar la aprobación del Señor Jesús. Él tiene autoridad para hacer cambios en
nuestra vida, así como lo hizo en el templo de Jerusalén. No vayamos a resistirnos a sus
iniciativas transformadoras, incluso si son medidas impopulares o que no nos brindarán
muchos “likes” en las redes sociales.
ORACIÓN: Padre nuestro que estás en los cielos, perdónanos nuestras deudas, así como
también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Amén.
¡Sí! Aceptó
Éxodo 24:1-18
19
Desde mi perspectiva, las palabras “Sí, acepto”, en el compromiso de un matrimonio son como firmar
un pacto. Éste, como los demás pactos que hacemos ante Dios, es muy importante porque nuestro
testigo es Él. Pero en el pasaje de hoy, encontramos un pacto que el pueblo hizo con Dios. Hubo
una ceremonia para realizarlo (como en las bodas) y la respuesta del pueblo hacia Dios fue:
“Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos”. Ese momento ellos dijeron: “Sí,
acepto”, formando un compromiso directo con Dios.
Ciertamente esta ceremonia es fuera de lo común para nosotros. Pero el significado que toma
delante de Dios es muy fuerte. Moisés, presenta al pueblo todo lo que Jehová ha dicho y todas sus
leyes. El pueblo responde que están de acuerdo con ello y que obedecerán. Existe un sacrificio de
por medio, derramando la sangre del pacto, y al suceder esto ocurre un acuerdo en las dos partes,
cada quien tomando la responsabilidad que le corresponde.
Se usa la frase “la sangre del pacto” lo cual hace recordar “la sangre (de Jesús) del nuevo pacto”.
Jesús tomó nuestro lugar al ser sacrificado en lugar de nosotros. Ahora estamos bajo ese nuevo
pacto. ¿Le dijimos a Jesús: “Sí, acepto, haré todas las cosas que Dios ha dicho y obedeceré”? Si la
respuesta es “sí” entonces hicimos algo muy importante: un pacto con Dios al igual que el pueblo de
Israel.
Aún algo más, el sacrificio esta vez no fue sólo un cordero sino que fue el Cordero de Dios quien fue
sacrificado y no sólo para cubrir sus pecados sino para quitarlos por completo. El sacrificio de Jesús
fue una vez y para siempre. Nosotros tenemos “ventajas sobre el pueblo de Israel”, tenemos libre
acceso a Dios por medio de Cristo ya no hay intermediarios (sacerdotes) entre Dios y nosotros.
También tenemos al Espíritu Santo con nosotros que nos guía y redarguye cada vez que hacemos
algo que no agrada a Dios. Y tenemos a Jesucristo como abogado ante el Padre. Él es quien
intercede por nosotros. ¿Podremos, con la ayuda de Dios, cumplirlo?
Realmente vivimos en una época de gracia, pues ya no llevamos el pesado yugo de la ley, sino que
como Jesús lo dice “mi yugo es fácil y ligera mi carga” (Mt. 11:30) No sé si te has puesto a pensar
en que lo único que se nos pide es ser fieles. Tenemos todo a nuestro favor. A pesar de esto, es
difícil mantenernos, pues constantemente vivimos situaciones que nos desvían del Señor. Pero
Jesús dijo que no nos dejaría solos, que enviaría al Consolador para estar con nosotros todos los
días hasta el fin del mundo. Jesús ha sido fiel y ha cumplido con su parte. Ahora te toca a ti.
Oración: Señor hermoso, gracias por tu sacrificio pues por él es que nosotros tenemos libre entrada
a la presencia del Padre. Gracias por pagar el precio más alto por nosotros. Ahora yo tomo mi
compromiso y decido cada día tomar mi cruz y seguirte. Ayúdame a permanecer pues cada día vivo
situaciones que me alejan de ti. Gracias por tu perdón que es para siempre. Amén.
20
“El valór del cómprómisó”
El propósito principal del ser humano es glorificar a Dios con todo lo que somos y en todo
lo que hacemos, esto es lo que nos dicen las Escrituras y específicamente (Efesios 1:12).
Pablo escribe “si pues comes o bebes, o haces otra cosa, hazlo todo para la Gloria de Dios
(1 Cor. 10:31). Ahora ¿cuánto más aquellos que han sido llamados por Dios para servirle
dirigiendo la alabanza en los cultos de la iglesia? Pero para que tu ministerio sea de grande
bendición, toma en cuenta los siguientes consejos:
Oración: Señor, danos de tu gracia para dar lo mejor de nosotros para tu servicio, danos el
talento pero también danos un corazón limpio para ser un instrumento tuyo para tu gloria y
tu honra.
21
“El valór de la excelencia”
Cuando estudiamos las Escrituras, ellas nos revelan el carácter de Dios. Él es santo, grande, temible,
justo, inteligente, creador. Si usamos términos más teológicos Él es, entre muchas otras cualidades,
omnisciente, omnipresente, todopoderoso, eterno e infinito… pero es además, para los creyentes
un padre amoroso, bondadoso y tierno. Y nos faltarían palabras y espacio si tuviésemos que
describir cada texto de la Biblia que nos habla de Él.
¿No es el único digno de recibir toda la gloria y adoración? Cuando aprendemos del maravilloso
carácter de nuestro Dios, resulta ser muy sencillo alabarle cada día, tanto como respirar el oxígeno
que nos da vida. ¡Te amo Padre! Alguien dijo que de acuerdo al concepto de Dios que tenga un
cristiano eso determinará la clase de vida que logrará. Pero eso lo llevará también a ser un mejor
adorador. Recordemos que fuimos creados para alabarle. Jeremías nos lo describe en el contexto
específico del llamado de Dios para su pueblo. Y lo expresa así: “Porque como el cinto se junta a
los lomos del hombre, así hice juntar a mí toda la casa de Israel y toda la casa de Judá, dice Jehová,
para que me fuesen por pueblo y por fama, por alabanza y por honra; pero no escucharon” (Jeremías
13:11).
Y de idéntica manera el profeta Isaías nos recuerda este supremo llamamiento a ministrar alabanza
al Señor. “Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará” (Isaías 43:21) Tenemos el
privilegio más grande que puede tener un ser humano, ¡fuimos creados para alabanza de su gloria!
Al pensar en eso nos debe llevar a querer hacer todo con excelencia, porque no lo hacemos para
nosotros, lo hacemos para nuestro Creador como un gran privilegio.
¿Qué implica el ser excelente? Primeramente, debemos entender que no se trata solamente de
tocar un instrumento muy bien, o poder cantar muy bien afinado y con una perfecta armonía. Se
trata de rendir todo nuestro ser al Señor, esto es, nuestro espíritu, alma y cuerpo, (implica mis
sentimientos, emociones, deseos, mi forma de vestir, de hablar, de actuar, mi preparación). Si yo
entiendo esto, tendré la capacidad de entregar todos mis dones y talentos a mi amoroso Padre, y
de esta manera El me dará la gracia para ser excelente en el servicio que hago para El. Ya sea
tocar un instrumento, cantar, dirigir, predicar, enseñar, etc.
Esto, por supuesto, no excluye nuestro deber de esforzarnos por hacer todo de la mejor manera
posible, ya que, como antes vimos, no lo hacemos para los hombres, sino para nuestro Creador, así
que, al entregar nuestra vida en totalidad a Dios, y con la ayuda y dirección del Espíritu Santo,
esforcémonos y andemos en excelencia en nuestra vida, sabiendo que, de Él proviene nuestra
fuerza.
Oración: Padre amoroso, al recordar hoy, que fuimos creados para alabanza de tu gloria, ayúdanos
a ser excelentes en toda nuestra manera de vivir, usando los medios de gracia para poder ser un
instrumento útil en tus manos. Por Cristo nuestro Salvador, Amén.
22
“El valór de la armónía”
Es imprescindible mantener ese valor armónico, que aunque existan dones diferentes y
distintas personalidades dentro de un grupo de alabanza, puedan unirse y hacer uso de sus
capacidades para perseguir el objetivo de adorar a Dios, ayudándose mutuamente.
Oración: Señor, danos tu gracia para habitar en unidad y en armonía, para que envíes
sobre nosotros tu bendición.
23
“El valór de la diligencia”
El ministerio musical a través de la historia, ha sido una oportunidad para avivar y profundizar en la
experiencia espiritual con la que alabamos a Dios en la comunidad de fe. Quienes participamos en
este ministerio, realmente gozamos de un gran privilegio, y a su vez, de una gran responsabilidad.
En la Biblia, podemos apreciar algunas cualidades y dones que debían tener los encargados de
ejercer este ministerio. Por ejemplo, en 1ª de Crónicas 15:16-24 leemos que había músicos
seleccionados para acompañar el traslado del arca del pacto. David estableció primeramente que
estos músicos fueran de los levitas, la tribu consagrada para el sacerdocio, además de que debían
ser seleccionados por los principales de los levitas, pidió a su vez, que fueran cantores con
instrumentos de música.
Esto nos hace pensar que los ministros escogidos, debían tener al menos dos cualidades ya muy
propias del ministerio musical: Ser cantores y ejecutantes de algún instrumento. Aquí se habla de
salterios y arpas y címbalos, instrumentos de cuerda y percusión. Si seguimos con calma el pasaje,
podemos percatarnos de que además de contar con las cualidades anteriores, debían hacer que los
instrumentos ejecutados resonasen, y que ellos alzasen la voz con alegría. No era únicamente
necesario ser levita, o haber sido seleccionado por los principales, por tener cualidades de cantante
e instrumentista. No podemos imaginar que estas personas fueran perezosas o apáticas para
desempeñar el ministerio, al contrario, seguramente eran diligentes y fervientes en espíritu, lo cual
podemos comprender mejor cuando leemos Salmos como el 33, 148, 149, 150 ¡No cabe duda que
la actitud y los valores, jugaban desde aquellas épocas, un papel muy importante!
De primera instancia parecería difícil encontrar hermanos que cumplieran con este exigente perfil,
pero la Biblia nos menciona incluso los nombres de los levitas seleccionados, que seguramente eran
varones muy capaces y esforzados para la labor encomendada: El ministerio musical. Y más
adelante, la Biblia dice: “Quenanías, principal de los levitas en la música, fue puesto para dirigir el
canto, porque era entendido en ello”. Este versículo confirma la idea de que quien sea puesto para
dirigir (canto o ejecución musical), debe comprender a profundidad los aspectos del ministerio para
el que ha sido escogido por Dios, lo cual implica estudio, esfuerzo, dedicación y consagración. Dicho
en otras palabras: En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al
Señor”.
Oración: Señor, danos tu gracia para habitar en unidad y en armonía, para que envíes sobre
nosotros tu bendición
Carlos Suárez Ruiz. Presidente Nacional de Música y Alabanza de la IMMAR
Al principio que nos integramos al grupo de alabanza podemos sentir un gozo inmenso,
por lo que queremos participar en la mayoría de las actividades, tratamos de acudir a todos
los servicios y buscamos ser comprometidos en nuestro ministerio. Pero al pasar el tiempo
esto va desapareciendo, porque lo que realizamos se puede tornar una costumbre,
pareciendo ser algo aburrido y que requiere demasiado compromiso. Esto suele suceder a
muchos cristianos inclusive en otros ministerios, pero Dios nos hace una reprensión en
Apocalipsis 2:4-5, diciendo que volvamos al primer amor. Como ministros de alabanza, es
importante que mostremos entusiasmo en nuestro amor a Dios y en el servicio de la Iglesia,
pues es una cualidad que nos debe caracterizar como cristianos.
Un texto que leí, mencionaba que el entusiasmo hace la vida más agradable y que es
divertido el estar con personas que lo expresan, por lo tanto nosotros como cristianos
tenemos muchas razones para estar entusiasmados, más que los no cristianos. Estoy
totalmente de acuerdo con esta idea, hemos recibido tanto sin merecer y no podemos
darnos el lujo de hacer las cosas de manera forzada, sino de corazón, pues la Iglesia percibe
lo que sentimos en la hora de alabar, transmitimos nuestras emociones, por eso debemos
tener sumo cuidado y orar para que sea el Espíritu Santo quien nos ayude a controlar
nuestras emociones y no que ellas nos controlen a nosotros.
Los exhorto a regresar al primer amor y a recordar que todo lo que hacemos es para el
Creador, así podemos servir con pasión al Rey de reyes en cualquier lugar. Continuemos
esmerándonos, buscando nuevos cantos e himnos para compartir con todos los miembros
de la congregación, seamos constantes en practicar nuestra voz e instrumentos, busquemos
nuevos arreglos para adornar los cantos, aprendamos nuevas técnicas para poner en
práctica y para compartir con nuestros compañeros; acudamos con alegría a los servicios y
ensayos, orando y disfrutando lo que cantamos. Seamos creativos para que en todo sea
glorificado nuestro Señor Jesucristo, que la iglesia llegue expectante al culto y se sorprenda
por la forma que Dios utiliza la alabanza para abrir camino a su palabra.
Que nuestro mayor deleite sea Cristo, de tal manera que disfrutemos nuestra vida cristiana
y nuestro servicio en la Iglesia, contagiando a otros de entusiasmo, así poder ser la mano
extendida del Señor para que otros alcancen bendición y que anhelen acercarse a conocer
al Amado de nuestra alma, a quien adoramos.
Oración: Señor, perdóname y ayúdame a volver al primer amor, para dar el fruto del Espíritu
que es gozo, y así tener entusiasmo en todo lo que emprenda.
25
Leer: Isaías 29:19
La palabra humilde significa según el diccionario bíblico: manso, pobre, sumiso. Una
persona a la cual Dios hace el llamado a servirle en alguna área de los ministerios dentro
de la Iglesia, debe de tener dentro de sus cualidades la de ser humilde.
Cuando aceptamos la invitación de servirle, debemos de saber que desde que el Señor
pensó y puso sus ojos en nosotros para usarnos en su Reino, vio algo que le agradó y supo
que estaríamos dispuestos a servirle. Hay una cosa muy importante que debemos tener en
cuenta, no lo hizo viendo nuestras posibilidades (profesión, cultura, nivel social, etc.), sino
que vio disposición y voluntad para servirle.
Nosotros no vamos a hacerlo en nuestras fuerzas sino con la ayuda y guianza de su Espíritu
Santo y para la gloria de Él, sólo sabiendo y haciendo esto es que las cosas van a salir bien.
Cuántos hombres y mujeres con voces privilegiadas han caído en la vanagloria y orgullo
personal de sus talentos y orgullosos de ello empiezan a perder la visión para la que fueron
llamados. Es entonces que lo que hacen es personal y la edificación a la congregación no
llegará. Por esto es que la humildad y la mansedumbre deben de ser cualidades intrínsecas
en aquellos servidores del Señor.
Mateo 23:12 dice “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será
enaltecido”. Y Santiago 4:10 nos continua recordando “Humillaos delante del Señor, y él os
exaltara”.
Así que dispongamos el talento musical que Cristo ha tenido a bien darnos y pongamos a
los pies del Señor nuestra alabanza y adoración.
Oración. Padre eterno te damos gracias por el privilegio que nos has dado a aquellos que
podemos pertenecer a un grupo que te alaba en una congragación. Ayúdanos a recordar
siempre que lo hacemos para que Tú te glorifiques y para bendición de la congregación a
la que pertenecemos. En Jesucristo tu Hijo oramos. Amén.
Martha E de Vizcarra
Presidente comisión local Relación Pastor – Iglesia
26
Un valor importante que debemos fomentar es el de compartir, lo cual lleva implícito el valor
de dar y de recibir, es decir, lleva consigo la generosidad, por lo que es menester dentro de
la alabanza, impulsar la participación mutua de esa bendición.
Es importante acordarse, que si damos de lo que recibimos seremos los más beneficiados,
pero también debemos aprender a recibir evitando la soberbia y el orgullo, sin
murmuraciones ni quejas que desanimen a otros, sino con oraciones, ruegos y ayunos, para
proseguir hacia la meta, que es llegar hasta la presencia de nuestro Señor Jesucristo para
ser aprobados, y que nos pueda seguir dando de ese regalo precioso no merecido para
compartirlo, siendo de bendición para otros motivándolos a que se sigan añadiendo a los
grupos de alabanza.
Oremos por los jóvenes que Dios quiera atraer para el don de servicio de su alabanza.
Oración: Señor, danos tu gracia para habitar en unidad y en armonía, para que envíes
sobre nosotros tu bendición
Al expresarnos con los miembros del grupo evitamos conflictos y malentendidos, puesto que
se puede proponer una idea sobre nuevos cantos a elegir y así evitar la monotonía al repetir
constantemente los mismos. Esto también fortalece de una manera importante los grupos de
alabanza, fomentando crecer como equipo en el aprendizaje musical, por ejemplo, al considerar
nuevas técnicas para tocar un instrumento, si se desea incluir un nuevo canto al repertorio o la
composición de uno nuevo por parte de algún miembro del grupo o hacerlo en conjunto, e
incluso animar e impulsar a otros miembros con dotes para cantar en público. Tener
conocimiento claro de lo que se quiere y pretende, así como del rumbo hacia donde van las
cosas, da como resultado que todo sea más fácil.
Para una buena comunicación no solamente basta con expresar nuestras ideas, también es
imprescindible escuchar y saber cuándo callar de manera sabia, así como tener la apertura de
aceptar nuevas ideas cuando se propongan. (Proverbios 11:9). Es menester resaltar, que se
debe formar el hábito de hablar para edificación y bendición de nuestros hermanos, dejando
palabras vanas que no dejan algo positivo (Proverbios 4:24); es necesario tener en claro lo que
se quiere expresar (Proverbios 31:26) como comúnmente se dice “Cuentas claras amistades
largas”.
No se pueden conocer las ideas que puede tener algún miembro, de manera que se pueda
llegar a un común acuerdo que beneficie a todos y así fortalecer la relación del grupo de
alabanza, es triste que los grupos se separen por pleitos, chismes, discordias o malentendidos
a causa de falta de comunicación entre ellos, por lo tanto es recomendable no guardar secretos,
no criticar, no descalificar y no faltar al respeto. Dios da la capacidad de hablar para bendecir,
no para maldecir (Santiago 3:8-10).
Oración: Señor, ten misericordia de nosotros para tener como hermanos una buena
comunicación, quita los malentendidos y danos la gracia para mostrar amor y perdón, para
mantener la unidad, en el nombre de Cristo Jesús oramos.
El valór de la preparació n
28
1ª Corintios 15:58, Mateo 25:23
La preparación se define como la disposición o arreglo de las cosas necesarias para realizar
algo o para un fin determinado, en este caso, la alabanza en la iglesia.
Este valor es importante porque implica tener un conocimiento previo para llevar a cabo
alguna actividad dentro del grupo de alabanza. Conocer qué música y qué canto poner,
cuáles instrumentos tocar, la elección de los integrantes del grupo, así como afrontar
situaciones que ocurran durante un ensayo o el culto, etc., son ejemplos que nos ayudan a
tomar mejores decisiones con óptimos resultados, al prepararnos adecuadamente, todo
esto sin olvidarnos que el Espíritu Santo sea nuestro guía y la Palabra de Dios nuestra
pauta.
Existe un aspecto que no se debe dejar escapar, el cual consiste en estar preparados
teológicamente, pues se tiende a escoger alabanzas solo por el gusto musical o se incluyen
solo por el hecho de tener la etiqueta con el título de “música cristiana”, sin tomar en cuenta
su contenido. Debido a esto, es preciso leer la Palabra de Dios y estar en constante oración,
para mantener una relación con Dios y poderle conocer cada día más, así Él nos guiará en
la elección de los cantos donde la letra esté de acuerdo con la sana doctrina. Esto nos dará
como resultado el poder cantar con el entendimiento (1 Corintios 14:15) y agradar a Dios
haciéndolo como a Él le gusta.
Oración: Padre celestial, ayúdanos a ser fieles en tu ministerio, que en lo poco o mucho
que nos has confiado nos preparemos constantemente, velando en oración y leyendo tu
palabra. En Cristo oramos, amén.
El valór de la perseverancia
29
Isaías 40:31
Entonces tomó su Biblia leyendo todo lo referente al Mesías, y conmovido por estas
grandiosas profecías y el cumplimiento de ellas, como un torrente llegó una nueva
inspiración, y así después de veinticuatro días de intensa labor; tuvo nacimiento el célebre
oratorio “El Mesías”, y Handel con su cabeza inclinada decía que “Dios lo había visitado”.
Así como Handel, muchas veces nos sentimos abandonados y desesperados, tal vez allí en
el lugar que estás, ves que sólo hay sequía, y en el ministerio en que te encuentras, la
alabanza, el templo, o tu hogar, no hay “inspiración”, solo desesperanza.
Dios te dice hoy: “Confía”, “Espera”, “Persevera”, pues en el momento menos previsto, Dios
te visitará, y entonces verás las dificultades desaparecer desde lo alto, pues el viento de la
tempestad y de la desesperación, Dios lo tornará para impulsar tus alas y elevarte como las
águilas.
Oración: Dios, Padre, que nuestras vidas sean, a fin de agradarte, bendecidas con tu
presencia, y la desesperación no nos consuma, sino que permítenos con tu poder superar
la prueba para llenar a otros de esperanza. Amén.
Génesis 12:1
30
Crecí en un hogar con padres cristianos, viviendo en casa de mis abuelos paternos, recibiendo sus
mimos y abrazos tiernos todo el tiempo. Realmente soy muy afortunada, pues mi infancia fue muy
hermosa. Solía ser tímida, un tanto retraída y muy introvertida, por lo que, llegando a la adolescencia,
pasé mis días en la secundaria apartada del la población estudiantil y con apenas un puñado de
amigas. No tenía grandes aspiraciones en la vida: soñaba con ser maestra de preescolar y disfrutar
de la oportunidad que me brindaban en la iglesia al ser maestra de los más pequeños. Al tiempo de
cumplir dieciséis años escuché el testimonio de dos chicas de mi congregación, quienes regresaban
de un viaje misionero en el norte de África y sur de Europa. Con gran ánimo relataron sus
experiencias y no pude evitar sentirme emocionada por todo aquello que era nuevo para mí.
Descubrí, que había mucho más que sólo servir a Dios en la iglesia local, pero estaba segura que
eso no era para mí. ¿Cómo sería útil? Yo nunca me había imaginado hablando en público, hacerme
notar… no, sencillamente no lo podía concebir.
Regresé a casa con esa inquietud en mi mente. Al dormir, tuve un sueño que me impresionó: una
mujer tenía un “tendajo” con artículos de brujería, cuarzos, inciensos y lectura de mano. Vi a dos
personas platicando con ella, quien mostraba el ceño fruncido y los brazos cruzados. Poco a poco
la mujer relajó su rostro y mostró interés en lo que escuchaba. Podo después la vi bañada en
lágrimas y con actitud de arrepentimiento. Al final, la mujer quemó todo aquello que vendía,
mostrándose decidida a dejar aquel oficio. Desperté bruscamente y estando en la cama reflexioné
en aquello. En mi corazón pregunté al Señor: ¿Qué es esto?, acaso ¿soy yo?, refiriéndome si era
yo quien había compartido el mensaje de salvación con ella, y sentí en mi corazón una respuesta
de Dios: “Si quieres, puedes ser tú”. Respondí: “Bueno, no sé qué es esto ni cómo hacerlo, pero…
¡Acepto el reto!”. Y en ése momento decidí asistir al primero de muchos viajes misioneros de corto
plazo, donde el llamado fue confirmado para servir a Dios de tiempo completo.
Como Abraham, recibí el llamado a moverme hacia donde el Señor me mostrara, a salir de mi
comodidad. Él estaba muy tranquilo viviendo con su padre y hermanos, sin pasar ninguna necesidad.
Movido a la incertidumbre, a caminar en fe y creyéndole a Dios, se movió en obediencia, a fin de ser
bendición a todas las familias de la tierra. Creo que Abram descubrió su propósito al caminar en
obediencia, en aventurarse y tal vez sufrir por la inquietud de ir a algún lugar no definido desde el
inicio. Arriesgarse, descubrir nuevos lugares, comenzar su vida desde cero. No cualquiera lo hace,
y como Abraham, pasar por pruebas, tal vez burlas e incertidumbre, pero al final el Padre cumplió
su propósito para con él, su parentela y todas las familias de la tierra.
Oración: Dios muéstrame hacía donde deseas moverme para ser de bendición a todas las familias
de la tierra, quiero dejarme usar por ti. Deseo dejar de buscar solo bendiciones para mí y poder ser
útil en tu reino. Amén.
Afirma mi córazó n
31
Siendo de noche, aproximadamente a las 2:00 am, me encontraba inquieta y sin poder
dormir, buscando respuestas del porque y sin razón alguna; sentía ansiedad en mi corazón.
Meitando en eso, decidí leer un poco y al leer este Salmo me encontré con una realidad que
vivimos hoy en día, donde es común que muchos cristianos quizás no estén cometiendo
abiertamente un pecado, por así decirlo, pero en cambio son perezosos.
Fue entonces cuando a través del salmista, Dios habló a mi vida diciendo: "Afirma tu corazón
para que tema mi nombre", y es cuando comprendí que afirmar nuestro corazón no es algo
que se pueda lograr de la noche a la mañana, más bien es un proceso, una tarea diaria, la
cual permitirá afianzará nuestras convicciones y nos ayudará a ir perfeccionando aspectos
de la vida día con día, para así vivir en santidad. Esto se logra dedicando el tiempo necesario
para tener una comunión genuina con Dios, por medio de la oración y la lectura de la Biblia.
Anterior a esto dice el Salmista: "Enséñame, oh Señor, tu camino", para lo cual el Señor
promete instruir a sus hijos, y ¡vaya cómo lo necesitamos! En el Salmo 32:8: "te enseñaré
el camino en que debes andar" y nuestra respuesta debe ser: "caminaré yo en tu verdad",
lo que significa caminar en la luz y el conocimiento de la Palabra de Dios que Él mismo nos
proporciona. De esta manera Él recibirá la alabanza de todo nuestro corazón.
Cuando tenemos un corazón íntegro y dedicado a Él, nuestra alabanza es aún más
completa y se presenta como un olor fragante delante de Dios.
Oración:
Dios sé tu afirmando mi corazón para que tema tu nombre y por amor camine en tu verdad
día con día, a fin de perfeccionar mi vida y ser agradable delante de ti.
Stephany Aguilar
32
Hace un par de días mientras estaba de visita en el rancho de mis tíos, el cual se encuentra
junto a una carretera, y mientras me encontraba sentado en una mecedora, me percate de
una gallina que estaba juntando a sus polluelos, usando diferentes métodos para atraer su
atención: a unos, le ponía comida junto al corral, a otros los llamaba con su sonido peculiar
y a otros cuantos (los más necios), tenía que ir por ellos hasta donde se encontraban.
El hecho de ver que aun así ellos preferían estar cerca del peligro de la carretera, fue tan
asombroso y de reflexión para mí, que me hizo recordar el pasaje de Mateo 23:37, el cual
menciona cómo es el cuidado de Dios para con nosotros, como aquella madre gallina que
tiene cuidados preventivos con sus pollitos y que de una o de otra manera intenta llamar su
atención para atraerlos a ella y guardarlos del peligro de muerte, haciéndolos consientes del
peligro en el que se encuentran.
La segunda parte del pasaje menciona “Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como reúne
la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!” (Mateo 23:37b), lo cual hace
pensar acerca de las personas que aún habiendo estado frente a la oportunidad de cambiar
o alejarse del pecado, deciden no hacerlo.
Sin embargo, la gracia de Dios es grande y no deja que permanezcamos así, pues Dios
conoce que por nuestras propias fuerzas no podremos alejarnos del pecado, sino sólo con
su poder, “pero, allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Romanos 5:20). Y es
esta gracia la que sigue redarguyendo los corazones, exhibiendo el error en el que se
encuentra el hombre y mostrándole que sólo Jesús es quien puede salvarlo.
Oración:
Señor, ayúdanos a poner nuestros ojos solamente en Ti y seguirte siempre a Ti.
La Razó n
Pablo en su carta a los Romanos invita a renovar nuestro entendimiento, para realmente entender
la voluntad de Dios (Romanos 12:2). El llamado entonces es buscar, indagar, preguntar, profundizar
en las Escrituras para ‘estar siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y
reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros’. (1 Pedro 3:15).
Dios, a diferencia de toda la creación, nos diseñó con la capacidad de sentir, decidir y razonar, ¿El
propósito? Amar a Dios con todo el corazón, todas las fuerzas y con toda la Mente.
‘Si estás pensando en hacerte cristiano, te advierto que te estás embarcando en algo que te va a
exigir todo lo que eres, incluido el cerebro’. - C.S. Lewis
Pbro. Ana Borunda
Nó hay cómparaciónes
En mis “cortos” veinte años de vida he experimentado la frustración una y otra vez, y gran
parte de esto deriva de mi insistencia en compararme con otras personas. Cuando te
comparas o te mides con otra persona, únicamente puedes llegar a dos conclusiones
totalmente subjetivas (ambas erróneas): “Yo soy mejor” o “yo soy peor”. El tratar de medir
34
mis capacidades y habilidades en torno a otra persona solo me ha limitado y me ha dejado
estancado en muchas áreas de mi vida haciéndome pensar que nunca seré suficientemente
bueno para Dios o para los demás.
En el capítulo 4 de la carta a los Efesios, Pablo habla sobre los dones y los ministerios,
exhortando a la iglesia a que lleven una vida digna del llamado que han recibido y que
además busquen siempre la humildad y el amor. Según el versículo siete cada uno de
nosotros ha recibido un don, esto con el fin de servir y conducir a otros a hacerlo, para que
algún día seamos perfeccionados hasta llegar a la estatura de la plenitud de Cristo.
Este debe de ser el verdadero enfoque, no se trata de ser mejores que los demás, tampoco
se trata de demostrar lo bueno que somos haciendo algo para impresionar a alguien (incluso
a Dios), y ni se diga pensar que valemos menos; se trata de dedicarle a Dios todo lo que
hacemos en servicio, con humildad y sencillez, desde el fondo de nuestro corazón y trabajar
con lo que Él nos ha dado para que así, un día, alcancemos la plenitud y la medida de Cristo,
no la medida de los hombres.
Oración:
Bendito Dios, te pido que me ayudes a mantener mi vista únicamente en lo que tú quieres
de mí y que mis manos te sirvan. Gracias por todo lo que me has dado, en el nombre de
Jesús, Amén.
Un “Cóach” celestial
Toda mi vida he tenido sobrepeso, razón por la cual uno siempre está buscando la forma
de verse mejor. Como muchas personas, he intentado innumerables dietas y me he
propuesto hacer ejercicio. Sin embargo, las veces que mejores resultados obtengo,
35
definitivamente son cuando asisto con profesionales. Uno se motiva y también obliga más
a ser fiel y obediente tanto a la dieta como las restricciones que la acompañan.
Meditando así en el ejercicio espiritual, me doy cuenta que también tenemos un entrenador
personal que nos alienta, consuela y exhorta, para seguir en la carrera que tenemos por
delante (Filipenses 3:14). Jesús prometió la llegada del Espíritu Santo cuando Él se fuera.
¡Qué difícil sería la vida cristiana sin el Espíritu Santo trabajando constantemente en nuestra
vida!
¿Qué resultados espera nuestro entrenador? Bueno, como todo buen ejercicio, se esperan
evidencias internas y externas. Así es también en la vida cristiana.
La próxima vez que sientas que quieras rendirte, recuerda que unos brazos te sostienen y
constantemente dicen: “inténtalo otra vez”. La vida cristiana es hermosa. El Espíritu Santo
es quien dirige y corrige nuestra vida. No estamos solos.
Oración:
Anhelar ver la obra del Espíritu Santo en nuestra vida.
Mi familia
Algunos sociólogos definen a la familia como el núcleo de una sociedad, es decir, el lugar
primario donde un individuo se desarrolla es en la casa. Es ahí donde deben darse las
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herramientas para enfrentar la vida, donde uno debe encontrar el amor, seguridad,
educación, estabilidad emocional, disciplina, etc. Personalmente, cuando pienso en familia,
vienen a mi mente todos los recuerdos más hermosos que he vivido.
Cuando Jesús dijo a la multitud “el que hace mi voluntad, ese es mi madre y mi hermano”
era un mensaje de aliento para los lectores. Marcos fue escrito para los cristianos gentiles,
próximos a vivir la persecución desatada por el gobernador Nerón. Muchas familias los
rechazarían por ser cristianos, muchos perderían su hogar a causa de Cristo. Que
esperanzador debió ser para ellos saber que Jesús decía “yo soy tu familia ahora”.
Todos los que anhelamos agradar al Señor necesitamos buscar un refugio y saber que todos
vamos en el camino, porque la carga se hace más ligera cuando estamos juntos. Eso es la
Iglesia. No un templo, ni una denominación. Somos una sola familia, santa, universal y
comprada a precio de sangre.
Oración:
Por unidad entre Iglesias Cristianas. Que la Iglesia viva como una familia.
‘Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis
sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios’.
(1ª Corintios 6:11)
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Quizás cuando escuchamos la palabra ‘santidad’, a veces lo vemos a lo lejos, tal vez como
algo inalcanzable, ¿verdad? O en ocasiones hemos pensado que la santidad es siempre
un "No" a nuestra vida: ‘no hagas, no vayas, no mires’, etc. Pero hoy quisiera que
cambiáramos nuestra perspectiva sobre esto.
En 1ª Corintios 6:11, vemos que gracias a la obra que Jesús hizo en la cruz, por su amor
y su gracia hemos sido lavados y santificados. De manera que más que llegar a ser perfectos
de forma inmediata; se trata de un progreso. No consiste en obsesionarnos con la
perfección, pero no podemos lograrla si estamos viviendo en pecado.
Por tanto, cuidemos nuestro corazón y no seamos como los fariseos, ya que la santidad
es más que cumplir normas, es rendirnos a Él y reconocer que no es por nuestras fuerzas.
Cuando nos presentemos en alabanza a Dios a través de la música con instrumentos o con
nuestras voces con un corazón dispuesto, debe ser igual en nuestra vida diaria. Una vida
en santidad es una vida abundante, de avance y crecimiento, no consiste solamente en no
pecar sino en imitar el carácter de Jesús en nuestras vidas.
Haz tu oración con tus propias palabras. Abre tu corazón a Dios. Que tu vida sea una sola,
entera y completa a su servicio y dedicación.
Paola Salazar S.
Rafael Stringel
Estudiante de “Zion Fellowship International”
Adóració n espiritual
Juan 4:23-24
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1. La adoración en Espíritu: La adoración en koinonía o unión con el Espíritu Santo.
2. La adoración en verdad: Adorar conforme a la verdad de la Palabra de Dios.
La primera tiene más que ver con la actitud y carácter con la que adoramos a Dios, mientras
que la segunda, se refiere a la liturgia: el cómo debemos llevar nuestros cultos de adoración.
Juan Wesley en su comentario de Juan 4:24, menciona lo siguiente:
“Dios es Espíritu: no sólo alejado del cuerpo y de todas sus propiedades sino lleno de todas
las perfecciones espirituales: poder, sabiduría, amor, santidad. Y nuestra adoración debe
ser congruente con su naturaleza. Debemos adorarle con un culto [adoración, énfasis
mío] verdaderamente espiritual, de fe, amor y santidad, que se les dé vida a todas
nuestras actitudes, pensamientos, palabras y acciones” (Obras de Wesley, Tomo IX, Pag
491).
En el comentario de Wesley, la adoración, no es meramente algo musical, sino ¡un estilo de
vida! Similar a lo que Pablo enseña claramente en Romanos 12:1: “Así que, hermanos, os
ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1).
La Traducción en Lenguaje Actual, dice: “Por eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno
con ustedes, les ruego que dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le
agrada. Así es como se le debe adorar” (Romanos 12:1, TLA).
El Apóstol Pablo, vincula la verdadera adoración, con un estilo de vida piadoso, santo, pero
a la vez hace la analogía al decir “en sacrificio vivo”, similar a los sacrificios ofrecidos altar
de bronce del Tabernáculo de Moisés y el Templo de Jerusalén en tiempos de Pablo.
Adorar en espíritu es sacrificar todo aquello que nos impide vivir en santidad para con
nuestro Padre Celestial.
Oración:
“Señor, que mi vida entera esté consagrada en el Altar de consagración. Quema con tu
Espíritu Santo todo lo que no te agrada y hazme caminar en tus veredas. ¡Hazme un
verdadero adorador! Amén.
Rafael Stringel
Estudiante de “Zion Fellowship International”
El famósó 99%
Hebreos 12:14
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”. (Romanos
12:1) ¿Porqué Pablo dice: “presentéis vuestros cuerpos”? Quizás la razón es evitar toda la
“espiritualidad” moderna al escudarse en frases como “Entregué mi corazón a Jesús, no
puedes juzgar un libro por su tapa”, “Que nadie juzgue mi condición interior por mi exterior”.
Sin embargo Jesús dijo: “Por su fruto los conoceréis”. (Mateo 12:33)
Si afirmas que has entregado tu corazón a Jesús, entonces tu cuerpo también le pertenece.
En este sentido, el corazón no es sólo un músculo que bombea sangre, sino la verdadera
esencia, el centro mismo de nuestro ser. No es posible que Jesús posea nuestro corazón y
no afecte todo aspecto de nuestro cuerpo y vida.
La santidad no es sólo una expresión externa, pero hay quienes que se excusan diciendo
que la obra interna no tiene relación con lo que sucede en el exterior. ¿Anhelas ver el poder
de Dios obrando en tu vida? Algo debe de irse. ¿Deseas conocerle en verdad? Entonces
no debes guardar silencio en lo que a separación del mundo se refiere.
“… porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¡Nada! ¿Y qué comunión
la luz con las tinieblas? ¡Ninguna! ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¡Ninguna! ¿O qué
parte el creyente con el incrédulo? ¡Ninguna!” (2 Corintios 6:14)
Oración: Dios no desea el noventa y nueve por ciento, busquemos darle una santificación
total.
Sin merecerló
Efesios 2:8-9
Me declaro amante de los perros. Siempre ha habido uno o más en mi hogar desde que era
niño, y por ello desde que tengo oportunidad me he hecho de la compañía de estos fieles y
peludos amigos. Hoy en día tengo dos perros, macho y hembra y los quiero mucho.
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Al mudarme a una casa más amplia, decidí, además de tener a mis perros, ejercer mis
pocos conocimientos sobre cultivo de hortalizas en mi nuevo hogar, así que sembré tomates
y acelgas, los cuales crecieron hermosos y pudimos, no solo degustarlos mi esposa y yo,
sino también compartir con amigos y familiares. Pero al paso de unos meses, mis perros
destruyeron casi en su totalidad nuestro pequeño huerto de acelgas. Me enoje mucho, los
regañe, les enseñé su mal, incluso los amenace con regalarlos. Sin embargo, luego les dije
que era broma, pues no serviría en lo absoluto enojarme y repelar.
Sé que mis perros tienen necesidad de comer, y en aquel tiempo estaba preocupado porque
uno de los dos no engordaba lo suficiente. Pensaba que estaría enfermo o que necesitaba
más comida, así que les preparé alimento. Al momento de salir al patio, mire el lugar de las
acelgas, y pensé: "No se lo merecen... pero lo necesitan". Luego, hablé con ellos diciendo:
“Tomen, esto es por gracia. Lo necesitan. No es un premio. Nada hicieron para merecerlo,
al contrario, han hecho en estos días lo peor, porque yo AMABA esas acelgas”. Y les di la
comida que tanto precisan.
Esta experiencia me llevo a meditar: yo necesito a Dios, y Él, a pesar de mis malos actos,
se acercó a mí, y lo sigue haciendo, no porque lo merezca, al contrario, he hecho todo lo
que pudiera separar de Él. Sin embargo, Él hizo y continúa haciendo todo por acercarse a
mí, así como a toda la humanidad.
Dios ha mostrado a tavés de la historia que desea restaurar la relación que todos los seres
humanos perdimos con Él a causa del pecado y ha provisto lo necesario para la
reconciliación, nos ofrece perdón, santidad, su amor, y esto por gracia, gracia para todos.
Oración: Gracias Dios por todo lo que has hecho, haces y harás para bien nosotros, todos
los humanos, exaltamos tu nombre y glorificamos con gozo en nuestro corazón sabiendo
que nos amas y nos das por gracia lo que no merecemos. Amén.
Imitadóres
Efesios 5:1-2
Y la respuesta que encontré es sencilla de entender, pero también es un gran reto; la gente
al ver a los primeros discípulos de Jesús, no tardaba en identificarlos con el mismo Cristo,
de manera que les llamaron “cristianos”.
Entonces, ¿qué ha cambiado desde ese momento hasta ahora?, los que hoy en día nos
llamamos a nosotros mismos “cristianos”, ¿realmente reflejamos el amor de Dios?, ¿En
verdad vemos por el necesitado? ¿Somos movidos a misericordia? ¿La gente puede ver
amor y unidad entre nosotros?
Este día reflexiona sobre el impacto que tiene tu vida en las personas que te rodean. Siendo
miembros del grupo de alabanza debemos tener un corazón preparado y dispuesto no
solamente para interpretar una canción o para tocar un instrumento el domingo, sino para
servir en cualquier momento a quien lo necesite.
Oración:
Padre eterno, gracias por los talentos que me has confiado, gracias por tu misericordia y tu
fidelidad. Haz tu voluntad en mí. Guíame para ser cada día más como tú. Enséñame a vivir
en santidad en todo momento como un imitador tuyo.
Apróbadó
2ª Timoteo 2:15
Hay pocas cosas en la vida que se comparan al glorioso momento en el que escuchas tu
nombre y el profesor dice “Aprobaste”. Si eres joven y aun estás en la escuela sé que
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entenderás esto. Incluso he escuchado decir a compañeros supuestamente “ateos” cuando
esperan por un examen “No pues… que sea lo que Dios quiera”.
He conocido gente que se va de iglesias porque le prometen un Dios que está despierto
24/7 para lo que se le ofrezca a la persona. Y aunque Dios realmente está dispuesto a
escucharnos en cualquier momento, no es porque esté a nuestro servicio. Es porque Él en
su misericordia y amor se dispone a abrazarnos en nuestra debilidad.
Dios por medio de Pablo nos lo dice de esta manera en 2ª Corintios 12:9ª “… bástate mi
gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…”.
Las pruebas que Dios pone en nuestra vida son para que aprendamos a depender de Él, y
solamente de Él. Cada prueba que pasamos satisfactoriamente nos encamina más y más a
Dios. Dios nos ha llamado a vivir en santidad en todo momento, pero para poder ser santos
primero debemos ser probados.
Oración:
“De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo. Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz
de mi suplica” (Salmo 130:1-2), Dios Todopoderoso, ten misericordia de mí y perdona mis
pecados, quita toda vergüenza de mí. Dame sabiduría para entender y usar tu palabra en
mi vida diaria. Enséñame a depender de ti siempre, para que mi adoración sea aprobada.
Estare cóntigó
Éxodo 3:14
Durante un tiempo en la pequeña población donde fui criado, nos estuvieron visitando
misioneros desde los Estados Unidos, a los niños y adolescentes nos daban clases de
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diferentes oficios, así mientras enseñaban la palabra de Dios, también nos enseñaban a
trabajar. Durante ese tiempo yo era un adolescente y aprendí un poco de carpintería. Uno
de los retos más grandes al ser estudiante de este oficio, fue el aprender a usar el torno:
una herramienta para hacer las hermosas patas de las mesas, los rodillos con que hacen
tortillas las amas de casa y demás artículos con la madera. En mi caso la construcción de
una pequeña pluma para escribir seria el examen de aprobación.
Allí estaba yo con unos pequeños trozos de madera en la mano y una cuchilla que
extrañamente, para mí, olía a limón. Mi padre se encontraba a la puerta del taller y Mica
Wakefield, el misionero estadounidense que me enseñaba, junto al torno. Ambos me decían
“Ve, comienza a hacer esta pluma”. Al empezar, rompí la madera, y ya no quería continuar,
pero ellos insistieron - Ve, comienza esta pluma, podrás hacerla.
Volví al torno, y no fue hasta el tercer intento, habiendo roto ya varios rectángulos de
madera, que pude concluir esa bella pluma de madera. Mi papá y Mica siempre estuvieron
ahí conmigo.
Dios le dice a Moisés ‘ve y yo estaré contigo, la muestra es que en este monte me servirás
después de sacar al pueblo’. Muchas ocasiones, al igual que Moisés, dudamos de la
capacidad que Dios pone en nuestra vida para hacer tantas cosas, porque a simple vista
parecen difíciles o imposibles, y pedimos a Dios que muestre su presencia para continuar,
cuando en realidad nos ha estado diciendo “Aquí estoy” como estaba con Moisés, como
estaban Mica y mi Padre conmigo, como permanecieron hasta que terminé.
Oración:
Padre celestial permítenos experimentar tu presencia a pesar de las tribulaciones y
angustias, a pesar de nuestros sentimientos de frustración, inferioridad, o superioridad, y
ayúdanos a nunca rendirnos sino solo a tu voluntad, a cumplir santamente con tu llamado.
Amén.
En tu mente y en tu córazó n
Hebreos 12:4
Hace unos días, durante una reunión de pastores, compre un libro que un buen amigo tenía
en exhibición, y del cual tenía ya un tiempo echándole el ojo, pero no me había animado a
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comprárselo. Dicho libro tiene como tema principal la hombría, y usaba como ejemplo a
siete hombres. Si bien las biografías de los hombres descritas en este libro son muy
interesantes, me cautivo más la introducción, donde el autor explicaba los motivos por los
cuales se dedicó a recopilar estas siete biografías.
Él explicaba de manera minuciosa que estos hombres habían sido hombres admirables
porque tenían un ejemplo a seguir, y ése se había vuelto su filtro en la cotidianidad, así
también en su ministerio, siempre un modelo al cual, con toda seguridad declaraban bueno
y por supuesto, digno de admiración. Se regían bajo los mismos valores de quien
admiraban, y buscaban exaltarlos tanto o más como lo haría esa persona. En cuestiones de
ética, moral, y santidad, esta persona, a quien admiraban, era su máxima autoridad.
Los cristianos protestantes tenemos como máxima autoridad teológica la Palabra de Dios,
la Biblia. Este es un principio de suma importancia en la vida y ministerio de todo creyente,
esta premisa; la suficiencia de las Escrituras, es estandarte representativo del cristiano
metodista, y nos ayuda a tener un filtro para cada cosa que realizamos, decimos o pensamos
respecto a las cuestiones de fe y doctrina. En ella encontramos la máxima revelación de
Dios, TODO cuanto Él ha querido darnos allí se describe para beneficio nuestro, y es
suficiente. Si dejamos dirigir nuestro corazón, y alineamos nuestros sentimientos a las
enseñanzas de la palabra de Dios para nosotros, sin duda, superaremos las expectativas
propias de entrega y excelencia, y se cumplirá la promesa descrita allí mismo de que Dios
nos transformará de gloria en gloria por la acción de su Espíritu para exaltación de su
nombre (1 Corintios 3:18).
Oración: Amado Dios, gracias por tu palabra que nos dirige en santidad conforme a tu santa
voluntad, permítenos por tu Espíritu Santo, atesorarla en nuestro corazón y practicarla en el
ministerio y la cotidianidad. Nuevamente; gracias Dios, Amén.
La necesidad de recónócimientó
Leer Lucas 14:8-11.
Todo ser humano necesita reconocimiento, esto es sano y necesario para fortalecer la
seguridad y la autoestima.
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Sin embargo, hay quienes no se sacian y desean más reconocimiento, más aplausos, más
reverencias, necesitan ser vistos, ser protagonistas y así, como resultado, manipular lo que
tenemos a nuestro alrededor: casa, trabajo, escuela, sociedad, iglesia....
Jesús nos recomienda no pretender ser lo que no somos, nos recomienda no ocupar lugares
que no nos corresponden, una clara invitación a la humildad en todos los sentidos. De hecho
Pablo nos dice:
“Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno
a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino
cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también
en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa
a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante
a los hombres”. Filipenses 2:3-7.
Así que cuando sientas la necesidad de imponer tu criterio, piénsalo dos veces. Cuando
creas que sólo tú tienes la razón, deja que Dios haga las cosas; cuando necesites
reconocimiento, búscalo de Dios, no de los hombres.
Oración: buen Dios ayúdanos a desarrollar la humildad con la que te agrada que te
alabemos y sirvamos, pon tu Espíritu Santo en nuestro corazón que nos dirija y nos de
sabiduría para escuchar y aprender. Amen,
Romanos 10:8-11
Conocí a un hombre que todos los días llegaba conduciendo un hermoso Mercedes Benz
E60 AMG, con un café caro en la mano y saludándonos a todos los seminaristas. Él nos
invitaba a comer y hacía regalos esplendidos a muchos estudiantes, por no decir que a
todos. Si alguno tenía una necesidad y se enteraba, sin duda él se ofrecía a ayudar. Este
hombre no sólo era otro estudiante como todos los demás seminaristas, también era un
ingeniero con un buen puesto en una empresa que le pagaba mucho dinero, hasta que llegó
el momento al haber culminado sus estudios, de trabajar de tiempo completo en el
pastorado, porque así era el llamado que Dios había hecho a su vida, por lo que ésta cambio
de una forma radical, sobre todo en cuestiones económicas.
El hombre del testimonio anterior pudo haber decidido no atender el llamado ministerial,
continuar como un buen cristiano más que ayudaba a los necesitados de su iglesia y del
seminario, pero su elección fue otra: Su decisión, y de nadie más, fue atender la
encomienda que de Dios había recibido.
Dios, de la misma forma hace llamados a nuestra vida, a creer en Él, a reconocerle Rey y
Señor, a servirle, a dejar actividades que interfieren con nuestra santidad o con el ministerio
que tenemos en las manos, pero también nos da libre voluntad de decidir (libre albedrio).
Karl Barth, describe que para el apóstol Pablo el individuo no es el objeto de la elección o
de la reprobación, sino más bien la arena de la elección o de la reprobación. Ambas
decisiones se encuentran en el interior del mismo individuo. Cree en Dios y en su
llamado para tu vida y decide, como muestra de tu fe, obedecerle y servirle.
Oración:
Bondadoso Padre celestial, tú eres Dios bueno y soberano, en tus manos está mi vida, y
decido también poner en ellas el ministerio en el que permites servirte. Te ruego me
santifiques me des de tu Espíritu Santo para siempre elegir tu camino. Amén.
Génesis 3:1-6
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La primera nos dice que, “es la constante inclinación al mal con la que todo ser humano
nace”. La segunda dice que, “es el primer acto de desobediencia de Adán y Eva”, efectuado
al comer del fruto prohibido en el huerto del Edén.
Sin embargo, podemos considerar dos actos más que preceden a los anteriores:
El primero es que Adán y Eva no pecaron voluntariamente, ellos fueron seducidos por
Satanás a través de la serpiente, los cuales fueron convencidos con engaños para que
comieran del fruto.
Actualmente estas son las mismas estrategias que predominan en varios ámbitos de la vida
humana. La ambición y el ansia de poder llevan al hombre a emplear estrategias basadas
en la mentira y las falsas ilusiones con tal de lograr sus propósitos egoístas. Y el ministerio
musical no está exento.
Mediten en lo siguiente, confiésense los unos a los otros y pidan perdón a Dios ¿Has sido
tentado con alguno de estos pecados?
Ser un creyente en un país musulmán tiene sus consecuencias muy serias; Por la voluntad
de Dios trabaje como misionero en un país del norte de África por seis años. Mantengo vivo
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el recuerdo de la devoción que los musulmanes exteriorizaban por su religión: el Islam.
Muchos musulmanes dan la vida por lo que creen que es la verdad, son entregados a tal
punto de martirizarse por la causa de Alá*.
El llamado para seguir a Jesús tiene un costo alto para todos los salvos. Los apóstoles y la
iglesia atreves de la historia han enfrentado las más aterradoras persecuciones. El
sufrimiento es parte de la vida del creyente. En Hechos 4: 20 vemos la respuesta que Pedro
y Juan dan a los que le amenazan diciendo: “porque no podemos dejar de decir lo que
hemos visto y oído”. La convicción de los apóstoles era clara: Jesús era superior y por
el estoy dispuesto a darlo todo.
¿Qué tan entregados estamos realmente a Jesús? ¿Qué tipo de discípulos somos delante
de una Dios que nos llama a entregarlo todo? La vida cristiana tiene sus demandas y Jesús
lo ha dejado muy claro en Mateo 16:24 “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. Dios nos
pide un todo de nuestras vidas y no pequeñas porciones. No necesitamos que el mundo
nos acepte; solos debemos estar dispuestos a Seguir a Jesús a todo precio… Esta es
la marca de la iglesia triunfante.
Él ha prometido estar con nosotros, Juan 16:33 lo dice muy claro: “Estas cosas os he
hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he
vencido al mundo.”
Oración: Señor ayúdame a vivir como un verdadero discípulo que esté dispuesto a
proclamar tus verdades sin temor. Ayúdame a vivir plenamente para ti aunque me cueste la
vida. Amen.
Pastor Ramón Sánchez
Latinos Global / World Horizons México
*Alá es la hispanización de la palabra árabe Al-lāh ()هللا, que en idioma castellano significa ‘Dios’.
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Cuando escuchamos habla de un ministerio de alabanza inmediatamente nos trasladamos
mentalmente a la escena de aquellos hermanos músicos que dirigen a la congregación con
cantos.
Estos hermanos tienen la facultad de tocar uno o varios instrumentos musicales, y también
tienen una voz privilegiada, gracias a la buena dadiva de parte de Dios para sus vidas desde
el momento en que fueron concebidos.
La alabanza no solo es un deseo de nuestra alma y corazón, sino también un deseo de los
ángeles del cielo, y de la creación misma; las aves del campo, los portentosos vientos, las
torrenciales lluvias, el ancho y agitado mar, donde habitan innumerables seres vivientes,
todos ellos, el hombre al igual, emitimos alabanza que nos trasporta al mismo corazón de
Dios. ¡Así que alaba!
Oración: amado Padre, te agradecemos el don de la vida, gracias también, porque tenemos
la oportunidad de demostrarte nuestro amor y agradecimiento a través de la alabanza, que
esta forme siempre parte de nuestra adoración, y tú te agrades de ello. En el nombre de
Jesús, Amen.
En estos tres versículos tan breves pero con grandes afirmaciones, Dios se presenta como un Dios
personal. Se identifica como Jehová, Dios del pueblo de Israel y su libertador. Se identifica porque
el pueblo de Israel sabe que Jehová fue quien los sacó de Egipto. Dios les recuerda a través de
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estas palabras, las grandes señales que hizo cuando se enfrentaron al Faraón. Se personaliza
porque les dice: “Yo soy Jehová tu Dios” Es decir YO soy tu único Dios, así que “No tendrás dioses
ajenos delante de mí.” Ese Dios que habló, identificándose y recordándoles al pueblo de Israel que
había hecho algo importante con y por ellos, les dice la primera cosa que no deberán hacer, tener
otros dioses. Dios es celoso, desea nuestra completa devoción, que no haya alguien más en su
lugar, desea fidelidad de nuestra parte. Nos demanda una entrega completa.
Dios constantemente ordenó al pueblo de Israel esto mismo, fidelidad. Y todavía está pidiendo lo
mismo de nuestra parte. Él desea tener el primer lugar en nuestras vidas, que gastemos nuestras
vidas en Él. Que seamos obedientes, prestando nuestro oído a escuchar su voz, a ser sabios
escogiendo el bien. Como sus hijos nos pide lealtad, compromiso con Él y toda nuestra devoción.
Con el pueblo de Israel fue muy paciente. Cuando Moisés baja del monte para presentar al pueblo
los mandamientos (Exódo 32), él encuentra que el pueblo había hecho una imagen de un becerro
que comenzaron a adorar. Se olvidaron pronto del verdadero Dios. Sin embargo, siempre que ellos
se desviaban y comenzaban a adorar otros dioses, Dios los volvía a aceptar, a pesar de haberles
dado una clara instrucción.
Jesús cita en Marcos 12:29-30: “El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro
Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda
tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento”. Dios tuvo que recordarle a
Israel esto y Jesús también nos pide a nosotros recordarlo.
¿Porqué debemos saber que Dios es uno? Hoy existen tantas corrientes erróneas de pensamiento
que es muy fácil desviarse de la verdad. Israel estaba rodeado de pueblos que no rendían adoración
al Dios verdadero y es similar hoy en dia. Un mundo egoísta, egocéntrico, hedonista, “open mind”,
donde todo es aceptado y casi nada es cuestionado, todo es “relativo”, y es fácil cruzar la delgada
línea que nos aparta del Creador. Por esta razón es muy importante tener Éxodo 20:1-3 en nuestra
mente así como Marcos 12:29-30.
Te invito a que no seamos “oidores olvidadizos, sino hacedores de la obra” (Santiago 1:25) Dios es
un padre amoroso, volvamos a Él cada vez que nos desviemos, pidamos perdón y seamos fieles.
Oración: Padre, reconozco que últimamente me he dejado llevar por la corriente del mundo, he
puesto a dioses ajenos delante de ti. Así que reconozco mi pecado y te pido perdón. Ayúdame a ser
fiel a ti cada día. Amén.
Un Mesías diferente
Antes de terminar su viaje a Jerusalén, el Señor Jesús tuvo este último episodio según los
Evangelios sinópticos. El encuentro con la ciudad de Jerusalén significa para el Hijo
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enfrentar la cruz, y confiar que el Padre lo sacará de entre los muertos por la fuerza del
Espíritu.
Al acercarse a Jerusalén, los niveles de expectativa están subiendo. El grupo intuye que
van a “tomar el poder” en la ciudad capital, pues vienen siguiendo al Mesías profetizado.
En verdad han visto a Jesús realizar grandes maravillas: multiplicar panes y peces,
caminar sobre el agua, resucitar muertos... Obviamente no puede haber quién lo resista.
Una vez que el grupo entre a Jerusalén, se sabrá quién es quién…
Justo antes de entrar a la capital, la agenda del Mesías tiene que mostrar la gran
importancia del momento. Seguramente tendrá reuniones de alto nivel, preparaciones para
la formación de un gabinete, de un equipo de transición, para tomar el poder en Jerusalén.
Seguramente, Jesús tendría en mente cosas muy importantes. Todo, menos detenerse a
atender a dos limosneros ciegos…
¿Cómo es posible que en este momento del relato aparezcan estos dos pordioseros
ciegos? Nos parece fuera de lugar, en vista de la gravedad e importancia del camino a
Jerusalén. Lo que pasa es que Jesús es un Mesías diferente. Rompe las expectativas del
mundo. Reconoce el inmenso valor de la persona humana, y detiene su desfile triunfante
para atender a aquellos hombres.
En Marcos aparece el nombre de uno de ellos: se llamaba Bartimeo. Pero en Mateo dice
que eran dos. Esto quiere decir que de alguna manera ahí estamos tú y yo. Porque el otro
ciego era yo.
ORACIÓN: Señor Jesús, gracias porque eres un Mesías diferente. Nos atiendes sin
merecerlo, y nos haces ver. Podemos seguirte en el camino y ver las maravillas de tu
gracia. Podemos ver también las grandes posibilidades de lo que podemos llegar a ser al
seguirte. Amén.
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Anexós
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1. Por el poder de la música, quiero decir su poder de afectar a los oyentes y levantar varias
pasiones en la mente humana. De esto tenemos varios ejemplos sorprendentes en la
historia antigua. Se nos dice que los músicos de la antigua Grecia eran capaces de producir
cualquier pasión que les pareciera: inspirar amor u odio, gozo o dolor, esperanza o temor,
valor, furia o desesperación. Ya fuera levantar estas pasiones una después de otra o variar
la pasión de acuerdo con la música.
2. ¿Cómo podemos explicar esto? La música moderna no alcanza estos efectos, aunque
todos confiesan que nuestros instrumentos superan a los de ellos en toda forma de
comparación. ¿Qué era la lira, su instrumento de siete o diez cuerdas, comparado con
nuestro violín? ¿Qué era cualquiera de sus flautas comparada con nuestro oboe o nuestra
flauta alemana? ¿Qué, todos ellos juntos, todos los que se usaban hace dos o tres mil años,
comparados con nuestro órgano? ¿Por qué, entonces, con esta ventaja inconcebible, la
música moderna tiene menos poder que la antigua?
3. Algunos han dado una respuesta muy breve a esta pregunta, cortando el nudo que no
han podido desatar. Dudan, o pretenden que dudan, que tal cosa sea cierta. Probablemente,
hasta la han negado. Pero nadie que sea sensato hará tal cosa, a menos que el prejuicio le
haya cegado completamente. Porque hacerlo equivaldría a negar la fe de la historia, ya que
ningún hecho ha sido mejor probado. Es más fácil cerrar los ojos ante la realidad. Ningún
otro caso ha llegado hasta nosotros con un testimonio más irrefutable. No tenemos mayor
razón, entonces, para dudar más del poder de la música de Timoteo que de las armas de
Alejandro. Ni tenemos tampoco más razón para negar la toma y el incendio de Persépolis
que para negar lo que se nos dice, que esto se debió al inesperado furor producido en
Alejandro por el mencionado músico. Y los varios efectos que fueron sucesivamente
forjados en su mente (tan bellamente descritos por Dryden en su Oda para el Día de Santa
Cecilia) son ejemplos sorprendentes del poder de una simple arpa para transportar, por así
decirlo, la mente fuera de uno mismo.
4. También leemos de otro ejemplo, incluso en la historia moderna, del poder de la música,
semejante al que hemos mencionado. A un músico, que fue llevado al Rey de Dinamarca,
se le preguntó si podría incitar cualquier pasión con su música, a lo que contestó
afirmativamente y se le pidió que lo intentara con el Rey. Muy pronto el Rey estaba llorando
y cuando el músico cambió el espíritu de la música rápidamente se llenó de tal furor que,
arrebatando una espada de manos de uno de sus asistentes (porque previamente le habían
quitado la suya) inmediatamente lo mató y hubiera matado a todos en el salón, si no lo
hubieran detenido por la fuerza.
5. Esta historia por sí sola quita toda duda relacionada con la música antigua. Pero, ¿por
qué la música moderna en general, en el presente sentido de la palabra, es cosa tan
diferente? Es decir, un contraste de varias notas, opuestas entre sí y sin embargo unidas.
«Por lo alto y por lo bajo, huyen las notas de la fuga.» El Dr. Gregory dice: «Esta armonía
ha sido conocida en el mundo por más de doscientos años». Sea como sea, desde que fue
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introducida, desde que el contrapunto fue inventado, así como ha afectado el curso de la
música, también ha destruido sus efectos.
6. Ciertamente, algunos han imaginado y tratado de probar que los antiguos estaban
familiarizados con esto. Parece que es necesario un solo argumento para probar lo
contrario. Tenemos muchas piezas importantes de música antigua que ahora están en
manos de los estudiosos. El Dr. Pepusch, que estaba bien versado sobre la música de la
antigüedad (probablemente mejor que cualquiera otro en Europa), me mostró varios folios
griegos con muchas composiciones. Ahora la pregunta es: ¿Había o no algún contrapunto
en ellas? El erudito sabe que no hay tal cosa. No se puede encontrar la menor traza de él.
Todo es melodía y nada de armonía.
8. ¿Necesitamos otro ejemplo? No podemos tener uno de mayor fuerza que las modernas
oberturas, voluntarios o conciertos que consisten completamente de sonidos artificiales, sin
una sola palabra. ¿Qué tiene que ver cualquiera de las pasiones con esto? ¿Tienen juicio,
razón, sentido común? Absolutamente ninguno. Todo esto queda totalmente excluido por
sonidos extravagantes y sin sentido.
9. En este respecto, la música moderna no tiene ninguna relación con el sentido común,
como no lo tiene con las pasiones. En otro, es obvio, innegable, contrario al sentido común
el permitir y hasta designar diferentes palabras a ser cantadas por diferentes personas al
mismo tiempo. ¿Qué puede ser más repugnante que esto para una persona inteligente?
Díganme, ¿a cuál de estas sentencias he de dar atención? Yo puedo dar atención
únicamente a una sentencia a la vez y puedo oír tres o cuatro al mismo tiempo. Y, para
complicar más el asunto, esta jerigonza ha encontrado un lugar hasta en el culto de Dios.
Ocupa (¡que pena! ¡que vergüenza!) la mayor parte de nuestra música eclesiástica. Se
encuentra hasta en nuestros mejores motetes o antífonas y en las partes más solemnes de
nuestro culto público. Que diga cualquier persona imparcial o sin prejuicio, si puede haber
una mayor burla a Dios.
10. Volviendo a nuestro asunto, ¿Es extraño que la música moderna no responda al fin para
el cual fue designada y planeada? De ninguna manera. Si Timoteo hubiera «seguido la
resonante fuga» su música no hubiera tenido ningún peligro. No hubiera afectado a
Alejandro más que el Bucéfalo, y la ciudad más hermosa en el mundo de su tiempo no
hubiera sido destruida.
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11. Es cierto que en algunas ocasiones la música moderna ha parecido tener un efecto tan
poderoso como la antigua, de manera que frecuentemente personas individuales y algunas
veces asambleas numerosas, se han visto derramar lágrimas. ¿Pero cuándo sucedió tal
cosa? Generalmente, si no siempre, cuando se ha cantado un hermoso solo, cuando el
sonido ha sido un eco del sentimiento, cuando la música ha sido extremadamente sencilla
y sin adornos. Cuando el compositor se ha preocupado por la melodía, no por la armonía.
Entonces, y sólo entonces, el poder natural de la música para mover las pasiones ha
aparecido. Esta música fue calculada para tal fin y lo ha cumplido.
12. Por esta razón es que tantas personas se ven afectadas por los aires escoceses e
irlandeses. Estos son compuestos no de acuerdo con las reglas del arte, sino de la
naturaleza. Son simples en el más alto grado. No hay armonía, de acuerdo con el presente
sentido de la palabra, pero contienen mucha melodía. Y esto no se oye únicamente, sino
que se siente, por todos los que mantienen su gusto nativo, por aquéllos cuyo gusto no se
ha viciado (podría decir, corrompido) por dar atención al contrapunto y la música
complicada. Es el contrapunto, es la armonía (así llamada) lo que destruye el poder de la
música. Si alguna vez esto pudiera desaparecer de nuestras composiciones, si alguna vez
pudiéramos retornar a la simplicidad y la melodía de los antiguos, entonces los efectos de
nuestra música serían sorprendentes como cualquiera de la que ellos compusieron.
Probablemente aún más grandes, ya que los instrumentos modernos son mucho mejores
que los antiguos.
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1. Canten todos. Procura reunirte con la congregación tan frecuentemente como te sea
posible. No permitas que un poco de debilidad o cansancio te lo impida. Si tal cosa es una
cruz para ti, tómala, y descubrirás que es una bendición.
2. Canta fuertemente y con vigor. No cantes como si estuvieras medio muerto o medio
dormido. Levanta tu voz con fuerza. No tengas más temor de oír tu voz, ni más vergüenza
de ser oído ahora, que cuando cantabas los cantos de Satanás.
3. Canta con modestia. No grites, como si quisieras sobresalir o distinguirte del resto de la
congregación, para que no destruyas la armonía. Procuren todos unir sus voces a las del
resto de la congregación para producir un sonido claro y melodioso.
4. Canta a tiempo. Cualquiera que sea el tiempo en que se cante, procura guardarlo, no te
adelantes ni te atrases; sigue a las voces que guían y ve con su tiempo tanto como te sea
posible. No cantes muy despacio. El arrastrar el tiempo es cosa natural en los vagos y ya
es tiempo de que esa costumbre desaparezca de entre nosotros y de que cantemos todos
nuestros himnos tal y como los cantábamos al principio.
5. Sobre todo, canta espiritualmente. Piensa en Dios en cada palabra que cantes. Que tu
intención sea complacerlo a él antes que a ti mismo o a cualquiera otra criatura. Para lograr
esto, pon mucha atención en el sentido de lo que cantas y cuida de que tu corazón no se
envuelva demasiado con la melodía, sino ofrécelo a Dios continuamente, para que tu canto
sea tal que el Señor pueda aprobarlo aquí y tú puedas recibir tu recompensa cuando venga
de su gloria en las nubes
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Encuesta Nacional para Seguimiento y Evaluación
Del Plan Operativo Nacional de Música y Alabanza 2014-2018
Levantamiento 2016
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