Homilía Lunes Santo 6 de Abril de 2020

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Lunes Santo – 6 de abril de 2020 - Homilía

La Pascua está próxima. Es la primera idea que nos expresa el Evangelio de hoy.
Hemos entrado a la Semana de la glorificación de Jesús. El lugar donde ocurren
los hechos es en Betania, lo cual nos quiere evocar una ambiente que es festivo y
a la vez familiar. Sin embargo, hay que recordar que las autoridades judías ya
habían decidido darle muerte; la sombra de la muerte cubre ya la vida del Señor.
Se trata de una sombra que nos cubre a todos los seres humanos y Jesús la
experimenta. Jesús tomó nuestra condición mortal como lo explica san Agustín:
“Él hizo, pues, con nosotros este admirable intercambio: tomó de nuestra
naturaleza la condición mortal, y nos dio de la suya la posibilidad de vivir.” Estas
palabras nos ayudan a ver que este ambiente de muerte es superado por la vida
de Cristo. Según la lógica humana donde hay muerte ya no puede haber nada
más. Según la lógica cristiana donde hay muerte surge la vida. Nos asusta el drama
de la muerte pero la fe y la esperanza nos dicen que donde está Jesús no hay
espacio para el miedo de la muerte. Jesús decide afrontar el drama de la muerte
para darnos vida. El ejemplo de la vida que se impone sobre la muerte está en la
presencia de Lázaro. Es que Jesús había dicho: “Yo soy la resurrección y la vida”.
El ambiente es de muerte, pero también se impone el calor de familia y sobre
todo aparece un gesto de amor: Ungen los pies de Jesús. El dato interesante es
que ella no tuvo reparo en gastar un perfume de nardo costoso. El amor a Jesús
es un amor sin medida y es un amor que se impone incluso sobre la avaricia de
Judas y sobre la situación difícil que vivía ya Jesús. María se convierte en Imagen
de la Iglesia que en estos días se une amorosamente al sacrificio de Cristo.
Si pasamos a la primera lectura encontramos que Dios nos presenta a su siervo
elegido con una serie de características que lo convierten en salvador del pueblo.
Estas palabras se cumplen en Jesús: “Sobre él he puesto mi espíritu”; “no
desfallecerá hasta establecer la salvación”. Pero sobre todo podemos fijarnos en
el mandato: miren a mi siervo a quien sostengo. Esto es un gesto muy sencillo:
“Miren”. Se trata de un primer paso que estamos llamados a dar. Mirar a Cristo
que está pasando por una situación de muerte. Mirar a Cristo que todo lo hace
por amor. Mirar y no quitarle la mirada al Señor. Lo que vamos a ver es amor de
verdad. Luego podemos hacer como María que le demostró todo su amor. El
Señor sabe que a veces nos cuesta demostrar amor, pero esta Semana Santa
encendamos la llama del amor para Jesús se dé cuenta de que lo amamos. Aun
cuando hay este panorama, nos anima que Jesús nos ama, nos quiere dar su vida
y nosotros lo podemos amar.

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