Historia Criminología
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Historia Criminología
hecho que hizo que se abrieran los ojos de ambos y notándose desnudos,
cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos ceñidores. Al ser descubiertos
por el Creador, el hombre tan solo atinó a decir:... “la mujer que me diste por
compañera me dio de él y comí”...; Dios se enfurece, regaña a la serpiente y la
conjura a ser el peor de los ganados: “...te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el
polvo todo el tiempo de tu vida”.
A la mujer la sentencia: “...multiplicaré los trabajos de tus preñeces, parirás con
dolor los hijos y buscarás con ardor a tu marido que te dominará”.
Al hombre lo condena: “.. . Por ti será maldita la tierra, con trabajo comerás de ella
todo el tiempo de tu vida, con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que
vuelvas a la tierra, pues de ella has sido tomado; ya que polvo eres y al polvo
volverás”. Ambos fueron arroja dos del jardín del Edén.
Eva y Adán tuvieron dos hijos: Caín, el mayor, que era labrador, y Abel el pastor;
de este tronco común, según esta teoría, fueron surgiendo todos los hombres que
paulatinamente poblaron la Tierra
Expulsado del Edén, el primer acto trascendental del hombre es un crimen: " Cain
asesina a su hermano Abel, y estando los dos en el campo, Caín acometió a su
hermano Abel y lo mata" [Gén. 4:8]. La relación de Dios con el hombre se
convierte nuevamente en un interrogatorio criminológico: ¿Dónde está tu hermano,
Abel?...¿Qué has hecho de tu hermano? [Gén. 4:9, 10]. Todas las religiones,
mitologías, contemplan la historia del hombre en el mandato contra desobediencia,
criminal y victima, y crimen contra castigo.
Primeramente en China, Confucio (551-478 a. C.) se ocupó en varias ocasiones
de analizar el fenómeno criminal, así afirmaba que hay cinco tipos
de delitos imperdonables
ESOPO (siglo VI a.C.): “Los crímenes son proporcionados a la capacidad del que
los comete, a mayor peligrosidad más terribles han de ser”.
ISÓCRATES (436-338 a.C.): “Ocultar el crimen es tener parte en él” (antecedente
figura del encubrimiento).
PROTÁGORAS (485-415 a.C.): “Nadie castiga al malhechor porque ha hecho un
mal, pues el mal solo lo hace la furia irrazonable de la bestia. El castigo debe ser
racional y no emplear represalias por un mal pasado que ya no puede
deshacerse”.
SÓCRATES (470-399 a.C.): “...Conócete a tí mismo... La virtud es la disposición
última y radical del hombre, aquello para lo cual ha nacido, y esa virtud es ciencia.
El hombre malo lo es por ignorancia, el que no sigue el bien (buen camino) es
porque no lo conoce, por eso la virtud ha de enseñarse y aprenderse.
“La justicia, entre otras virtudes, no es más que sabiduría. Debe enseñarse a los
criminales cómo no cometer más infracciones, dándoles la instrucción y formación
que les hace falta”.
HIPÓCRATES (460-377 a.C.): “Si las enfermedades proviniesen de los dioses los
más enfermos serían los pobres, pues careciendo de medios no pueden hacer
ofrendas, por el contrario, los ricos son quienes con mayor frecuencia enferman.
“Todo vicio es fruto de la locura y el crimen como vicio es también producto de la
locura”.
Su teoría de los humores:
1. Predominio sangre: carácter sanguíneo, impulsivo.
2. Predominio bilis: colérico.
3. Predominio flema: —moco— flemático, parco, reservado.
4. Bilis negra: melancólico.
Para HIPÓCRATES el clima ejercía influjo en los hombres:
a. Vientos fríos del norte, traen costumbres fieras.
b. Los de oriente, la ira.
e. Occidente, depravaciones.
d. Las variaciones del clima., cólera...
PLATÓN (427-347 a.C.): Atribuía el crimen al medio ambiente. “...La pobreza y
miseria son factores criminógenos. Hay que castigar no porque alguien delinquió,
sino para que los demás no delincan...”. Principio fundamental de la penología, la
prevención por medio del castigo.
ARISTÓTELES (384-322 a.C.): Conviene con PLATÓN en que la pobreza es un
factor que influye en la criminalidad, pero le da mayor importancia a lo superfluo, lo
innecesario, que para procurárnoslo recurrimos a la criminalidad. Agrega este
pensador que las pasiones llevan al virtuoso a cometer delitos.
TOMÁS DE AQUINO (1225-1274): “...La miseria engendra rebelión y delito”,
coincidiendo con los anteriores en que la pobreza es factor criminógeno.