Tratamientos Termoquímicos de Carbonitrurado, Cementado, Nitrurado.
Tratamientos Termoquímicos de Carbonitrurado, Cementado, Nitrurado.
Tratamientos Termoquímicos de Carbonitrurado, Cementado, Nitrurado.
Dicho tratamiento se realiza en las mismas condiciones que la cementación ya sea en baño de sales
de una composición determinada o en atmósfera gaseosa con adición de nitrógeno por medio de la
disociación de amoniaco. Por esta razón la temperatura de la carbonitruración se sitúa entre las
temperaturas de estos dos procesos. La oferta de nitrógeno, que se difundirá en el acero, dependerá
de la composición del baño y también de su temperatura. Por lo contrario, el aumento de nitrógeno
se reduce a medida que aumenta la temperatura. Diremos que el tratamiento de carbonitruración
está subdividido en:
El objetivo de la cementación es que en el templado del acero proporciona dureza a la pieza, pero
también fragilidad. Por el contrario, si no se templa el material no tendrá la dureza suficiente y se
desgastará. Para conservar las mejores cualidades de los dos casos se utiliza la cementación, que
endurece la superficie de la pieza sin modificación del núcleo, dando lugar así a una pieza formada
por dos materiales, la del núcleo de acero con bajo índice de carbono, tenaz y resistente a la fatiga,
y la parte de la superficie, de acero con mayor concentración de carbono, más dura, resistente al
desgaste y a las deformaciones, siendo todo ello una única pieza compacta.
Consiste en recubrir las partes a cementar de una materia rica en carbono, llamada cementante, y
someterla durante varias horas a altas temperatura de 900 °C. En estas condiciones es cuando tiene
mayor capacidad de disolución el carbono, que irá penetrando en la superficie que recubre a razón
de 0,1 a 0,2 milímetros por hora de tratamiento. Una vez absorbido por la capa periférica del acero,
comienza el proceso de difusión del carbono hacia el interior de la pieza (el espesor de la capa
cementada depende de la temperatura y del tiempo que dure la operación). La pieza así obtenida
se le da el tratamiento térmico correspondiente, de temple y revenido, y cada una de las dos zonas
de la pieza, adquirirá las cualidades que corresponden a su porcentaje de carbono. En ocasiones se
dan dos temples, uno homogéneo a toda la pieza y un segundo temple que endurece la parte
exterior.
La cementación encuentra aplicación en todas aquellas piezas que tengan que poseer gran
resistencia al choque y tenacidad junto con una gran resistencia al desgaste, como es el caso de los
piñones, levas, ejes, etc.
• Sólidos.
• Líquidos.
• Gaseosos.
La penetración de este tratamiento es muy lenta, del orden de un milímetro de espesor por cada
100 horas de duración, aunque después de esto, la pieza no precisará de temple. Este tratamiento
se realiza normalmente en hornos eléctricos a temperaturas aproximadas de 500 ºC, por cuya
cámara circula el gas de amoníaco. Tanto la temperatura como la concentración del gas en
amoníaco, deben mantenerse constante durante todo el proceso. Además, en caso de existir alguna
parte de la pieza que no se desee nitrurar, se introducen dichas partes en una solución de estaño y
plomo al 50 %, que evitará que la atmósfera de nitrógeno les afecte.
La nitruración se aplica principalmente a piezas que son sometidas regularmente a grandes fuerzas
de rozamiento y de carga, tales como pistas de rodamientos, camisas de cilindros, etc. Estas
aplicaciones requieren que las piezas tengan un núcleo con cierta plasticidad, que absorba golpes y
vibraciones, y una superficie de gran dureza que resista la fricción y el desgaste. Las piezas que se
hayan pasado por un proceso de nitruración se pueden usar en trabajos con temperaturas de hasta
500 °C (temperatura de nitruración), temperatura a la cual el nitrógeno comienza a escaparse de la
pieza, eliminando los efectos de la nitruración y disminuyendo la dureza de la pieza.
Podemos diferenciar cuatro tipos de nitruración:
• Nitruración gaseosa.
• Nitruración líquida.
• Nitruración sólida.
• Nitruración iónica.