Resumen de Derecho Agrario
Resumen de Derecho Agrario
Resumen de Derecho Agrario
Dentro de los antiguos pueblos que habitaron lo que hoy comprende las circunscripciones
territoriales de Guatemala, fueron los mayas quienes en muy diversos órdenes de la vida
lograron una mejor y más avanzada organización. La forma de propiedad y explotación de la
tierra entre los mayas era de carácter comunal en cuanto a sus relaciones agrarias de
producción, pues en dicha época los mayas al igual que todos los pueblos del mundo
atravesaron el estadio histórico y económico de la comunidad primitiva.
La propiedad era comunal entre estos, no solo por lo que respecta a la nuda propiedad sino por
lo que se refiere también al aprovechamiento de la tierra, pues ellos se resistían a la propiedad
particular y exclusiva de la tierra de labranza. El autor Diego López Cogolludo afirma: que las
tierras eran comunes, así entre los pueblos no había términos o mojones que las dividiesen:
aunque si entre una provincia y otra por causa de las guerras, también eran comunes las
salinas que están en las costas del mar.
Esta cultura tenía la buena costumbre de ayudarse unos a otros en todos sus trabajos, por
ejemplo daban ordenes de juntarse de 20 en 20 o más o menos para hacer todos juntos un
trabajo y no las dejaban hasta cumplir con el trabajo de todos, en conclusión los mayas tenían
vocación por el colectivismo agrícola, pues todos los trabajos los realizaban en cooperación,
ayudándose unas familias a otras en la siembra y la recolección de cada grupo familiar.
En cuanto a la forma de tenencia de la tierra los mayas no atribuían ningún sentido a la venta,
renta o cambio de tierras, las tierras de labor eran de dominio público. No existió la propiedad
personal de la tierra. Las tierras de los pueblos se repartían anualmente entre los miembros de
la comunidad de acuerdo con sus necesidades.
REPARTIMIENTO DE INDIOS
Era el régimen de trabajo colonial en el cual se hacía repartimiento de tandas de indios
atendiendo a la necesidad de los vecinos españoles y no a la necesidad de los indios, los
repartían semanalmente y mandaban a pagarles cuatro reales por semana; los empleaban en
trabajos como: labrar los campos, edificios, guarda de ganados y servicio de las casas y
cualesquiera otros servicios.
- LA ENCOMIENDA
La encomienda fue una institución implementada por los conquistadores españoles durante la
colonización en América, para sacar provecho del trabajo indígena. Consistía en la entrega de
un grupo de indios a un español para que éste los protegiera, educara y evangelizara. Aquellos
debían pagar un tributo como obligación de ‘‘vasallos’’ de la Corona, retribuyendo de esta
manera los servicios prestados por el encomendero. Generalmente, este tributo se pagaba con
trabajo, pero existieron diferencias regionales.
En un principio las encomiendas tuvieron como plazo de vencimiento la extinción de la vida del
encomendero, incorporándose luego los encomendados a la Corona. En época ulterior el
disfrute de la encomienda paso a ser motivo de sucesión hereditaria. Posteriormente se
concedió la encomienda por dos vidas; la del primer beneficiario y la de su heredero. Todavía
el 10 de octubre de 1704 se extendió la encomienda por una cuarta vida. La derogación formal
de esta inhumana explotación de que fueron objeto los indígenas se hizo hasta en 1721.
Según Ignacio Solís, las formas de tenencia de la tierra en la década que termina en 1870, era
la siguiente:
1. Tierras adquiridas con título legitimo
2. Terrenos poseídos por personas que carecían de título de propiedad
3. Tierras tituladas “ad corpus”
4. Ejidos municipales y tierras comunes de los pueblos de indios
5. Tierra de propiedad de las comunidades religiosas
6. Tierras de cofradías religiosas
7. Terrenos de las fundaciones de festividades religiosas
Como vemos por lo menos cuatro de las formas de tenencia de la tierra pertenecían a la
iglesia, o estaban bajo su dominio directo. Las otras se repartían entre las comunidades
indígenas (que pagaban a la iglesia los Diezmos y las primicias), los grandes latifundios, las
propiedades de pequeñas o medianas dimensiones entre las que se encontraban las
sembradas con grana y por supuesto, el Estado era dueño del resto, que en su mayoría nunca
fueron puestas en explotación: eran las tierras Realengas, posteriormente llamadas “baldías”.
Jorge Ubico tomó el poder con el apoyo del imperialismo estadounidense y durante su gobierno
Guatemala se consolidó como una república bananera, proceso iniciado durante la dictadura
de Manuel Estrada Cabrera (1898 -1920). En particular la United Fruit Company, con la
colaboración servil de Ubico, se convirtió en un Estado dentro de otro Estado, gracias a la
entrega gratuita de nuevas tierras de plantación en la región costera del Pacifico, la exención
de impuestos, la importación libre de impuestos de todos los bienes necesarios, la garantía de
bajos salarios y la concesión de la explotación de servicios públicos. De esta manera la UFCO
era dueña de la red ferrocarrilera del país por medio de la Internacional Railways of Central
América, del único puerto en el Atlántico, Puerto Barrios y de la única flota de cargueros con
acceso a este puerto. Por otro lado, la producción y distribución de energía eléctrica estaba
monopolizada por la imperialista Electric Bond & Share.
- DECRETO 900
El decreto 900 o Ley de Reforma Agraria en Guatemala fue una de las metas del gobierno del
coronel Jacobo Arbenz Guzmán (1951-1954). Con ella se pretendía evitar que hubiera una
relación de latifundio-minifundio. Todo esto se lograría al expropiar tierras ociosas de los
grandes latifundistas para poder darlas en usufructo a quienes no las tuvieran. Dicho
procedimiento se lograba por medio de los Comités Agrarios Locales, los cuales recibían
denuncias de tierras en estado ocioso, que pasaban a los Comités departamentales y
finalmente al departamento Agrario Nacional. La reforma pretendía permitir a los campesinos
tener tierras para trabajarlas y darles la oportunidad de tener más ingresos.
Según el artículo 3 de la ley, la Reforma Agraria se proponía cumplir los siguientes objetivos:
a) Desarrollar la economía capitalista campesina y la economía capitalista de la agricultura
en general;
b) Dotar de tierra a los campesinos, mozos, colonos y trabajadores agrícolas que no la
poseen, o que poseen muy poca;
c) Facilitar la inversión de nuevos capitales en la agricultura mediante el arrendamiento
capitalista de la tierra nacionalizada;
d) Introducir nuevas formas de cultivo, dotando, en especial a los campesinos menos
pudientes con ganado de laboreo, fertilizantes, semillas y asistencia técnica necesaria; y
e) Incrementar el crédito agrícola para todos los campesinos y agricultores capitalistas en
general.
- BIENES AFECTABLES:
Tres clases de propiedad, en lo fundamental, se sujetaron a medidas de afectabilidad por la
Reforma Agraria:
1. Fincas y tierras nacionalizadas
2. Latifundios feudales; y
3. Tierras municipales
En escala jerárquica ascendente los órganos de aplicación de la Reforma fueron los siguientes:
a- Comité Agrario Local
b- Comisión Agraria Departamental
c- Consejo Agrario Nacional
d- Como órgano superior de la Reforma Agraria estaba el Presidente de la Republica
quien actuaba, fundamentalmente, por conducto del Departamento Agrario Nacional.
Jacobo Arbenz Guzmán impulso la Reforma Agraria para convertir a Guatemala en un país
moderno y capitalista, por las condiciones estructurales y relaciones de producción de carácter
feudal y semicolonial, que caracterizaban al país y la sociedad.
REFORMA AGRARIA
Es el conjunto de medidas políticas, económicas, sociales y legislativas impulsadas con el fin
de modificar la estructura de la propiedad y producción de la tierra en un lugar determinado.
Las reformas agrarias buscan solucionar dos problemas interrelacionados, la concentración de
la propiedad de la tierra en pocos dueños y la baja productividad agrícola debido al no empleo
de tecnologías o a la especulación con los precios de la tierra que impide o desestima su uso
productivo. En los sesentas se concretaron importantes cambios agrarios impulsados por
diversas causas.
Las formas de cambiar la tenencia de la tierra son por medio de la expropiación de la tierra sin
indemnización o mediante algún mecanismo de compensación a los antiguos propietarios.
Generalmente los resultados sociales son la creación de una clase de pequeños y medianos
agricultores que desplazan la hegemonía del latifundista.
- APLICACIÓN:
Las fincas menores de 90 hectáreas no estaban afectadas por la ley, ni las de menos de 200
hectáreas que estuviesen cultivadas, al menos en sus dos terceras partes. Tampoco las
grandes propiedades en producción, cualquiera que fuera su tamaño; pero al prohibirse el
colonato y la aparcería, se intentaba obligar a los terratenientes a invertir en salarios. Durante
los 18 meses de aplicación de la reforma agraria, se repartieron entre 603 y 615 hectáreas de
tierras particulares (10% del total de dichas propiedades); 280 mil hectáreas de tierras
nacionales; y se concedieron créditos para apoyar la producción. A la compañía bananera
United Fruit Company (UFCO), que mantenía sin cultivar el 85% de sus 220 mil hectáreas, se
le expropiaron 156 mil hectáreas; es decir el 64% de su superficie.
- INTERPRETACIÓN INCORRECTA:
A pesar de la intención de los promotores de la Ley de Reforma Agraria fue la de enajenar
únicamente las tierra ociosas de las grandes fincas, en muchas regiones las comunidades
intentaron resolver viejos conflictos locales a través de ellas, como los problemas que
planteaban las tierra comunales. Uno de eso problemas tuvo lugar en el municipio de Cantel,
Quetzaltenango, donde se solicitó la devolución de tierras adjudicadas por Justo Rufino Barrios
en 1877 a una comunidad ladina y que los indígenas reclamaban como propias. La resolución
de la Comisión Agraria departamental en 1953 favoreció a estos últimos. Asimismo, en otras
ocasiones se produjeron denuncias y ocupaciones de tierras no afectables, así como casos
irregularidades en la distribución de las parcelas. Episodios de esta índole fueron
consecuencia, entre otras razones, de la deficiente información que existía sobre la ley, de su
errónea comprensión o interpretación por parte del campesinado, de la falta de experiencia de
la incipiente organización campesina y de la politización del proceso en su conjunto. Ello
contribuyó a “crear tensiones entre los mismos revolucionarios, en la medida en que las
acciones del Gobierno no satisfacían las expectativas de las organizaciones comunitarias.
LA CONTRAREVOLUCIÓN EN EL PODER
Consumada toda la trama intervencionista, auspiciada, financiada y dirigida por el gobierno de
los Estados Unidos, las nuevas autoridades contrarrevolucionarias se encargaron con premura
a echar por tierra todas las conquistas económicas y sociales de que gozaba el campesino
guatemalteco.
En definitiva, pues, el Decreto 31 no constituyo más que una reglamentación legal que daba
oportunidad a los terratenientes feudales de iniciar la revisión de los expedientes
administrativos que se habían seguido en su contra y que dieron como resultado
expropiaciones de tierra ociosa de la que tanto necesitaban las hambrientas masas
campesinas guatemaltecas. El proceso contrarrevolucionario se había iniciado en su aspecto
legalistico y de nuevo se legitimaba la opresión al campesino con la presencia del latifundio y
otras formas antisociales y antieconómicas de tenencia y explotación de la tierra.
2. OTRAS DISPOSICIONES LEGALES
Continuamos con la labor legislativa encaminado a truncar las realizaciones de la política
agraria de la revolución, los gobiernos militares posteriores a junio de 1954 dictaron otras leyes.
Entre ellas destaca el Decreto Número 57, por medio del cual se restituye el patrimonio del
estado el dominio útil de las fincas nacionales que había sido entregadas a los campesinos,
incluyendo bienes muebles, cosechas pendientes, semovientes rancherías, construcciones,
instalaciones, etc., este decreto, además disolvió y liquido las cooperativas que habían sido
formadas en aplicación de la Reforma Agraria.
El proceso de afectación señalado por la ley entraña largos trámites que en definitiva lo que
pretendían era la protección de los terrenos de los grandes propietarios.
5. CONSTITUCIÒN DE 1965
Este instrumento jurídico surge a la vida institucional del país en las condiciones más adversas
en cuanto a la integración democrática del poder constituyente. Con justa razón. La entidad
jurídica no oficial mas calificada –el Colegio de Abogados- la denuncio como ilegitima. No
obstante que, como la anterior, recoge en sus aspectos más generales principios
constitucionales que le precedían, este ordenamiento fundamental introduce algunos cambios
en reglones determinados.
En nuestro país los datos censales económicos más recientes confirman que aproximadamente
más de 16,514,591 de habitantes que oficialmente tiene contabilizados el país según el último
censo, un 67% de ellos vive en el área rural. Según los esquemas del resultado del censo el
resultado de distribución de la tierra es rígido, pues se sigue viviendo con la realidad del
latifundio y el minifundio. De dichos resultados contrasta el bajo porcentaje de superficie
utilizada para los cultivos permanentes (entre los que se encuentra el café, la caña de azúcar,
el cardamomo y hule, entre otros) con el de la tierra dedicada a los cultivos anuales. Este dato
evidencia la asimétrica relación que existe entre el uso de la tierra para cultivos de subsistencia
y los de agro exportación y sobre todo, en su significativa incidencia en la generación del
Producto Interno Bruto.
A dicha situación es necesario añadirle que estos usos del suelo se dan de manera “alterada”.
Por un lado, buena parte de los cultivos anuales se generan en tierras de vocación forestal, tal
es el caso de los granos básicos cultivados en el altiplano, o en de las tierras de Peten donde
la ampliación de la frontera agrícola para usos no adecuados ha significado la destrucción de
importante masa de bosque. Por otro lado, grandes extensiones de tierra con vocación para
cultivos anuales son utilizadas en pastos, como ocurre en la Costa Sur. Cabe resaltar que
estos usos alterados repercuten negativamente en un acelerado desequilibrio ecológico.
El Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria está estructurado en cuatro
grandes apartados:
1. democratización y desarrollo participativo,
2. desarrollo social,
3. situación agraria y desarrollo rural, y
4. modernización de la gestión pública y política fiscal.
Además, está precedido por una serie de considerandos generales referidos a la problemática
socioeconómica, así como los retos y responsabilidades que de ésta se desprenden para la
sociedad guatemalteca.
EL AGRICULTOR O CAMPESINO
Esta categoría es posible dividirla en:
a. Campesinos pobres
b. Campesinos medios
c. Campesinos ricos
CAMPESINOS PROBRES
Carecen de tierra o la tienen en áreas tan pequeñas que se ven obligados a tomarla en
arrendamiento, pagando el precio del mismo en dinero o en especie. Practican una agricultura
consumitiva y de bajo rendimiento. La fuerza de trabajo de la familia campesina resulta
excesiva para la reducida capacidad de la parcela.
CAMPESINOS MEDIOS
Están colocados en una posición intermedia entre los campesinos pobres y los ricos. Tienen
tierras en extensiones variables pero suficiente para satisfacer las necesidades de él y de su
familia. En ocasiones producen excedentes que venden en los mercados vecinos. El
campesino medio generalmente tiene una idea infundada de su independencia, idea
proveniente de esa situación intermedia y de sus posibilidades de mercadeo; pero lo cierto es
que paulatinamente cae en manos del terrateniente rico o del comerciante usurero local,
perdiendo su tierra.
CAMPESINOS RICOS
Son poseedores de extensiones de tierra más o menos considerables las cuales trabajan
personalmente. Emplean mano de obra asalariada y ceden parte de sus terrenos
(arrendamiento) explotando a los usuarios o productores directos. Su producción la destinan al
comercio y buena parte al comercio exterior. El campesino rico frecuentemente tiene su
residencia en lugares cercanos a sus fincas: capitales de provincia, cabeceras departamentales
o municipales.
OBRERO AGRICOLA
Se clasifica en:
a. Obreros agrícolas propiamente dicho
b. Mozos colonos
c. Jornaleros
MOZOS COLONOS:
Estos trabajadores viven y trabajan en fincas que no son de su propiedad, recibiendo por su
labor un salario mixto; en especie (productos alimenticios) y en dinero; y tierra para cultivar
como salario complementario. Esta situación puede dar origen a confusiones en la clasificación
de la capa social a que pertenece el mozo colono, especialmente cuando este efectúa sus
labores en lugares que todavía acusan resabio del sistema feudal de producción.
Los campesinos colonos y sus variantes no son, efectivamente “proletarios puros” como
pueden serlo los que habitan en regiones colonos puede considerarse al proletario rural
porque: su actividad fundamental la realiza en la esfera del trabajo productivo; porque tal
actividad crea valor; y porque produce plusvalía.
JORNALEROS:
Laboran de manera no permanente en las fincas, haciendas o plantaciones en tiempo de
cosecha. El jornalero trabaja, en ocasiones, acompañado de su mujer e hijos menores, lo que
determina un nivel aun mayor de explotación y de pobreza en su familia. A esta clase de
trabajadores se les conoce como: “temporeros”, “planilleros” o “ganadores”.