06 La Maquina de Las EMOCIONES Marvin Minsky
06 La Maquina de Las EMOCIONES Marvin Minsky
06 La Maquina de Las EMOCIONES Marvin Minsky
Introducción
Reconocemos las cosas que vemos, comprendemos las palabras que oímos y recordamos lo que
hemos experimentado, de modo que más tarde podemos aplicar lo que hemos aprendido a otros
tipos de problemas y circunstancias.
Cuando nuestros modos habituales de pensar fracasan, podemos ponernos a pensar sobre nuestros
propios pensamientos y, si éste “pensamiento reflexivo” nos muestra donde nos habíamos
equivocado, esto nos puede ayudar a inventar modos de pensar nuevos y más poderosos. No
obstante, sabemos todavía muy poco sobre el modo en que nuestro cerebro consigue hacer tales
cosas.
Los psicólogos han intentado imitar a los físicos buscando unos compactos conjuntos de leyes para
explicar lo que sucede dentro de nuestros cerebros. Sin Embargo, no existen tales conjuntos
sencillos de leyes, porque cada cerebro tiene cientos de partes, cada una de las cuales, ha
evolucionado hasta llegar a realizar ciertos tipos concretos de tareas; algunas de estas partes
reconocen situaciones, otras dicen a los músculos que ejecuten acciones, otras formulan objetivos y
planes, y también existen otras que acumulan y utilizan enormes recopilaciones de conocimiento.
Aunque todavía no sabemos lo suficiente sobre como funciona cada uno de éstos centros cerebrales,
sí sabemos que su construcción se basa en la información contenida en decenas de miles de genes
heredados, de tal manera que cada parte del cerebro funciona de un modo que depende de un
conjunto de leyes específicas.
En vez de buscar explicaciones sencillas, necesitamos hallar formas más complicadas para explicar
los hechos más corrientes que suceden en nuestra mente. Los significados de palabras tales como
“sentimientos”, “emociones” ó “conciencia” nos parecen tan claros, naturales y directos, que no
vemos el modo de comenzar a reflexionar sobre ellos.
Cada uno de nuestros “estados emocionales” importantes es el resultado de activar ciertos
recursos, al tiempo que se desactivan otros, cambiando así algunos modos de comportamiento de
nuestro cerebro.
Nuestros cerebros también deben estar provistos de unos recursos que llamaremos “críticos”, cada
uno de los cuales esta especializado en el reconocimiento de una situación determinada y en la
subsiguiente activación de un conjunto específico de recursos. Algunos de nuestros recursos críticos
están incorporados a nuestro cerebro desde que nacemos, para proporcionarnos ciertas reacciones
“instintivas”, que evolucionaron para ayudar a nuestros antepasados a sobrevivir.
A medida que aprendemos y crecemos también desarrollamos modos de activar otros conjuntos de
recursos, y de esto nos lleva a unos tipos de estados mentales que consideramos más “intelectuales”
que “emocionales”.
Cada uno de nuestros modos de pensar relevantes es el resultado de activar ciertos recursos, al
tiempo de desactivamos otros, cambiando así algunos de los modos de comportamiento de nuestro
cerebro.
El pensamiento es básicamente racional –desapasionado, objetivo y lógico-, mientras que las
emociones avivan nuestro modo de pensar añadiendo sentimientos y tendencias irracionales.
Muchos de nuestros estados emocionales se producen cuando ciertos modos de pensar empiezan a
suprimir el uso de determinados recursos.
1
Enamorarse (nacemos con recursos mentales)
1.1 El Enamoramiento
La lógica está basada en reglas claras y sencillas, precisamente del tipo que los ordenadores pueden
utilizar con facilidad.
La palabra “amor” es una especie de baúl en el que caben otros tipos de vinculaciones como el
amor de un padre o de una madre por su hijo, el amor de un niño por sus padres y amigos, y los
vínculos que dan lugar a un compañerismo para toda la vida
También se puede aplicar la palabra “amor” a nuestra implicación con objetos, sentimientos,
ideas y creencias, y no solo para lo que es repentino y breve, sino también en vínculos que se hacen
mas fuertes a través de los años, como puede ser la adhesión de un converso a una doctrina ó
religión, la lealtad de un patriota a su país ó nación ó la pasión de un científico por hallar verdades
nuevas ó la afición de un matemático a las demostraciones.
Cuando alguien que conocemos se ha enamorado, es como si hubiera surgido una persona nueva:
una persona que piensa de otro modo, que tiene otros objetivos y otras prioridades. Es casi como si
hubiera pulsado una tecla, y un programa diferente hubiera empezado a funcionar.
2
clasificar nuestros estados mentales, ordenando términos como sentimientos, propensiones,
temperamentos y estados de ánimo en gráficos ó diagramas.
En la vida cotidiana, esperamos que nuestros amigos sepan lo que queremos decir cuando hablamos
de placer ó temor, pero se sospecha que el intento de hacer que nuestras viejas palabras sean más
precisas ha sido más un obstáculo que una ayuda a la hora de formular teorías sobre como funciona
la mente humana.
3
De esta manera, podemos considerar que nuestros estados mentales son lo que sucede cuando se
produce la interacción de diferentes conjuntos de recursos.
Debemos preguntarnos como se originan éstos recursos, muchos de los “instintos básicos” están ya
instalados en nuestros cerebros cuando nacemos. Otros recursos aparecen en años posteriores: es el
caso de los que están relacionados con la reproducción (que a menudo entraña algunos
comportamientos de riesgo); también algunos han de ser innatos, pero otros en gran medida deben
aprenderse.
Puede suceder que varias selecciones se activen al mismo tiempo, de tal modo que algunos recursos
no solo se ponen en marcha, sino que también se suprimen. Por ejemplo, cuando detectamos algún
tipo de amenaza, las partes que se despiertan podrían corresponder tanto a la ira como al temor.
En éste caso, cuando intentamos tanto atacar como retroceder, la contradicción podría hacer que nos
quedáramos paralizados, lo que ocurre a veces en algunos animales. Sin embargo, la mente humana
puede escapar de este tipo de trampas, utilizando recursos de “nivel superior” para acabar con estos
conflictos.
Se utiliza la palabra recurso en un sentido amplio, para referirse a estructuras y procesos de todo
tipo que varían desde la percepción y la acción hasta los modos de pensar sobre los conjuntos de
conocimientos. Algunas de estas funciones se realizan en ciertas partes específicas del cerebro,
mientras que otras utilizan partes que se encuentran más dispersas por zonas mucho más amplias
del mismo.
Por lo que respecta a las emociones, muchos puntos de vista tradicionales subrayan la gran
influencia que los incidentes corporales tienen en nuestros procesos mentales, como sucede cuando
se experimentan tensiones musculares. No obstante, nuestros cerebros no detectan directamente
esas tensiones, sino que se limitan a reaccionar ante las señales que les llegan a través de los nervios
que conectan las distintas partes del cuerpo. Así, aunque nuestros cuerpos pueden desempeñar un
papel importante, también podemos considerar que en ellos hay recursos que nuestros cerebros
pueden utilizar.
De hecho, ciertos recursos nunca están desactivados (por ejemplo, los que participan en funciones
vitales como la respiración, el equilibrio y la posición del cuerpo, ó aquellos que nos mantienen
siempre atentos ante la posibilidad de ciertos peligros). Sin embargo, si todos nuestros recursos
estuvieran activos al mismo tiempo, surgirían conflictos con demasiada frecuencia. No podemos
hacer que nuestro cuerpo camine y corra simultáneamente, o se mueva en dos direcciones diferentes
al mismo tiempo. En consecuencia, cuando tenemos varios objetivos que son incompatibles entre sí,
porque compiten por los mismos recursos (o por tiempo, espacio ó energía), tenemos que iniciar
procesos que incluyan modos de gestionar estos conflictos.
En una sociedad humana viene a suceder prácticamente lo mismo: cuando personas diferentes
tienen distintos objetivos, pueden ser capaces de ir tras ellos, persiguiéndolos por separado. Pero
cuando esto conduce a conflictos ó desgastes excesivos, las sociedades crean a menudo múltiples
niveles de gestión en los que (al menos en principio) cada gestor controla las actividades de ciertos
individuos de nivel inferior.
No obstante, tanto en las sociedades como en las sociedades como en los cerebros, hay pocos
“ejecutivos de algo nivel” que conozcan los detalles del sistema de tal manera que puedan
especificar qué se debe hacer. Por ende, gran parte de su “poder” consiste de hecho en la facultad de
elegir entre las opciones propuestas por sus subordinados.
Un proceso de bajo nivel que tenga lugar dentro de la mente puede implicar a tantos otros de nivel
superior, que al final acabamos en un estado mental nuevo equivalente a un modo de pensar
diferente.
Lo que llamamos “flujo de conciencia” es una ilusión que se presenta porque toda parte de nivel
superior de nuestra mente no tiene prácticamente posibilidad alguna de saber qué sucede en la
mayoría de los otros procesos.
Llamamos tener “sentimientos mezclados” a activar varios recursos al mismo tiempo.
4
1.6 Emociones Adultas
En el cerebro de un niño solo puede funcionar cada vez “un modo de pensar”, de tal modo que
No surgirán muchos conflictos. Sin embargo, estos sistemas infantiles no son capaces de resolver
los conflictos a los que nos enfrentamos en etapas posteriores de nuestras vidas. Esto llevó a
nuestros antepasados a evolucionar hacia sistemas de nivel superior en los que algunos instintos que
anteriormente habían sido diferentes podían luego mezclarse cada vez más. No obstante, a medida
que adquiríamos más habilidades, asumíamos también nuevos modos de cometer errores, por lo que
también tuvimos que evolucionar hacia nuevos modos de controlarnos.
Solemos considerar que un problema es “difícil” cuando hemos intentado aplicarle varios métodos
de resolución sin conseguir avances, para poder abordar problemas difíciles nuestros cerebros
añadieron a sus antiguos mecanismos de reacción lo que se llama “mecanismos basados en la
discriminación y la selección”. Las versiones más sencillas de éstos mecanismos serían las del tipo
“Si->Hacer”, en ellas cuando un “si” detecta cierta situación en el mundo real, su “hacer” responde
con una determinada acción, también en el mundo real; esto significa que los sencillos mecanismos
“Si->Hacer” son sumamente rigurosos e inflexibles.
No obstante, los “discriminadores” de los mecanismos de discriminación y selección también
detectarían situaciones ó problemas generados dentro de la mente, tales como los graves conflictos
que surgen entre algunos recursos.
Por ejemplo, uno de estos modos de pensar consistiría en considerar varias maneras alternativas de
proceder, antes de decidir qué acción se va a emprender. Así, un adulto que se encuentre con lo que
podría ser una amenaza, no tiene porqué limitarse a reaccionar instintivamente, sino que puede
ponerse a deliberar sobre si es mejor retirarse ó atacar, y esto lo hará utilizando estrategias de alto
nivel para elegir entre los posibles modos de reaccionar. En este sentido, se podría tomar
reflexivamente una opción entre la posibilidad de encolerizarse y la de asustarse.
¿Donde y cómo desarrollamos nuestros modos de pensar de nivel superior?, se sabe que durante la
infancia nuestros cerebros atraviesan múltiples etapas de crecimiento.
Este desarrollo se produce en al menos seis niveles de procedimientos mentales sobre el modo en
que la mente humana está organizada.
Los niveles son:
Emociones Autoconscientes
Pensamiento Autorreflexivo
Pensamiento reflexivo
Pensamiento deliberado
Reacciones aprendidas
Reacciones instintivas
El nivel más bajo corresponde a los tipos más comunes de “instintos” de los que nuestros cerebros
están dotados desde el nacimiento. Los niveles más altos sustentan los tipos de ideas que
adquirimos posteriormente y a las que adjudicamos nombres tales como ética ó valores. En las
capas intermedias están los métodos que utilizamos para abordar todo tipo de problemas, conflictos
y objetivos, aquí se incluye gran parte de nuestro pensamiento cotidiano de sentido común.
5
Entonces, todo gran cambio en el que los recursos estén activos alterará de modo sustancial nuestro
estado mental. Este proceso podría comenzar cuando un recurso selector despierta directamente a
otros.
Entonces, algunos de estos recursos recién activados podrían proceder a su vez a despertar a otros y,
si cada cambio de este tipo induce otros más, el resultado de todo esto sería una “cascada” a gran
escala.
Cuanto más se difundan estas actividades, mayor será el cambio que produzcan en nuestro estado
mental, pero, por supuesto, esto no lo cambiará todo.
Cuando decimos que alguien es como una máquina, esto tiene dos significados opuestos:
“Que carece de intenciones, objetivos ó emociones”
“Que se este comprometido permanentemente con un único objetivo ó una única política”
Cada uno de estos significados sugiere inhumanidad, así como una especie de estupidez, porque el
exceso de compromiso da como resultado la rigidez, mientras que la falta de objetivos conduce a la
apatía.
Muchas son las palabras de que disponemos para intentar describir cómo nos sentimos, pero nuestra
cultura no nos ha animado mucho a construir teorías sobre el modo en que estos sentimientos
funcionan.
Cuando deseamos comprender cualquier cosa compleja, ya sea un cerebro ó un automóvil,
necesitamos desarrollar unos sólidos conjuntos de ideas para explicar las relaciones entre las partes
que hay en su interior. Si queremos saber qué le pasa al coche, hemos de tener los conocimientos
necesarios para averiguar si hay algún problema con el arranque, ó si el depósito de la gasolina está
totalmente vacío, ó si un esfuerzo excesivo ha roto algún eje, ó si algún fallo del circuito eléctrico
ha descargado por completo la batería. Del mismo modo, no podemos averiguar gran cosa si
consideramos la mente como un único yo: hemos de estudiar las partes para conocer el todo.
En nuestras primeras etapas de desarrollo, los procesos de bajo nivel nos resuelven gran cantidad de
pequeños problemas sin que nos demos cuenta de cómo sucede esto. Sin embargo, a medida que
desarrollamos más niveles de pensamiento, estos niveles superiores empiezan a hallar modos de
representar algunos aspectos de nuestros pensamientos recientes. Finalmente, esto desemboca en la
creación de conjuntos de “modelos” de nosotros mismos.
Cada persona construye finalmente unos modelos más complejos del yo que representan, por
ejemplo, ideas referentes a nuestras relaciones sociales, habilidades físicas y actitudes económicas,
se aclara que cuando decimos “yo”, no nos referimos a una representación única, sino a una amplia
red de modelos diferentes que representan diferentes aspectos de nosotros mismos.
Según lo que se suele pensar sobre el crecimiento de la mente humana, todo niño comienza
teniendo reacciones instintivas, pero luego atraviesa etapas de crecimiento mental que nos
proporcionan estratos y niveles adicionales de los procesos. Estos instintos de las primeras etapas
pueden aún perdurar, pero los nuevos recursos adquieren un control cada vez mayor, hasta que
somos capaces de reflexionar sobre nuestros propios motivos y objetivos, e incluso quizá tratar de
cambiarlos y reformularlos.
6
Apegos y Objetivos (Aprendemos de interactuar con otros)
7
Cuando hemos de superar varias diferencias, pueden ser necesarios varios pasos. Por ejemplo,
supongamos que tenemos hambre y deseamos comer, pero solo disponemos de una lata de sopa,
entonces necesitaremos un instrumento para abrir la lata, necesitaremos un tazón y una cuchara, y
además necesitaremos un lugar donde podamos sentarnos a comer. Cada una de esas necesidades es
un “subobjetivo” que surge de alguna diferencia entre lo que tenemos en ese momento y lo que
deseamos. Para alcanzar varios objetivos de manera eficiente, necesitaremos un plan, porque, si no,
podríamos perder mucho tiempo.
8
El modo en que pueden organizarse nuestros objetivos, esta relacionado con el modelo de
actividades mentales de seis niveles, los cuales son:
Emociones Autoconscientes
Pensamiento Autorreflexivo
Pensamiento reflexivo
Pensamiento deliberado
Reacciones aprendidas
Reacciones instintivas
“Elevar” un objetivo podría significar copiarlo, desplazarlo ó vincularlo a alguna posición más alta
en esa torre.
Si se detecta un “elogio”, y un generador de impronta está presente, entonces hay que “elevar” el
objetivo actual. Cabe destacar especial atención, que todos estaríamos en peligro si cualquier
extraño pudiera reprogramar nuestros objetivos.
La riqueza de recursos de la mente humana procede del hecho de tener múltiples formas de afrontar
las situaciones, aunque de vez en cuando esto haga que nos sucedan cosas malas.
Cuando una persona aprende, no es solo cuestión de “establecer conexiones”, sino también de hacer
las estructuras que luego se conectarán, lo cual significa que necesitamos encontrar ciertos modos
de representar no solo las circunstancias externas, sino también los sucesos mentales relevantes.
En la vida cotidiana, utilizamos de manera rutinaria expresiones como sufrimiento, placer, disfrute
y aflicción, pero nos quedamos bloqueados cuando intentamos explicar lo que significan.
El problema surge por el hecho de que pensamos en esos “sentimientos” como algo simple ó básico,
cuando la verdad es que cada uno de ellos implica el desarrollo de procesos realmente intrincados.
9
Toda sociedad, todo club ó grupo desarrolla ciertos códigos sociales y morales, inventando diversas
reglas y tabúes que le ayudan a decidir qué debe o no debe hacer. Estos conjuntos de condicionantes
tienen efectos muy importantes en todo tipo de organizaciones; configuran las costumbres,
tradiciones y culturas de las familias, las naciones, las profesiones y las creencias religiosas. Incluso
pueden hacer que estos grupos se valoren a sí mismos por encima de cualquier otra cosa, de tal
modo que a sus miembros les hace felices morir por ellos, en sucesiones interminables de batallas y
guerras.
Esta claro que algunas de nuestras características se basan parcialmente en los genes que hemos
heredado, pero otras se propagan en forma de ideas contagiosas que pasan de un cerebro a otro
como parte de un patrimonio cultural.
Luego se llegó a la conclusión de que habitualmente eran más importantes otros dos factores:
La rapidez con la que la persona responde y
La intensidad de esa interacción
En cualquier caso, entre los generadores de impronta estarán generalmente los padres de los niños,
pero también pueden estar sus compañeros y amigos. Esto indica que los padres deberían examinar
con especial cuidado a las personas con las que se relacionan sus hijos, y sobre todo a aquellas que
son más atentas con los niños.
Cuando un niño carece de “generadores de impronta”, se llegó a la conclusión de que esto conduce
en última instancia a un tipo especial de temor, y a sentir un poderoso impulso de encontrar a ese
“generador de impronta”.
También se ha descubierto que, cuando están privados de “generadores de impronta” durante más
de unos pocos días, los niños pequeños muestran a menudo signos de que esta situación les ha
hecho daño, y esto les dura un tiempo mucho más largo.
A su vez el “apego” depende de la “rapidez con la cual la persona responde, y la intensidad de esa
interacción”, porque con frecuencia las personas abusivas son excelentes justo en esos aspectos.
Observamos comportamientos similares en nuestros diversos parientes del mundo de los primates
(como los orangutanes, los gorilas y los chimpancés) así como en los monos, que son parientes más
lejanos.
Los seres humanos son diferentes de las aves, pero las crías de unos y otras comparten algunas
necesidades similares, y puede que haya habido en tiempos pasados muchos precursores de esto.
Aunque algunos investigadores han indicado que los niños pueden reconocer la voz materna incluso
antes de nacer, se piensa en general que los recién nacidos aprenden primero sobre todo a través del
tacto, el gusto y el olfato, y posteriormente distinguen el sonido de una voz y reaccionan a la vista
de un rostro. Se podría suponer que esto último depende del discernimiento de estructuras tales
como los ojos, la nariz y la boca, pero parece que hay algo más en éste asunto: los niños pueden
reaccionar en menor medida ante los rasgos de rostros que ante su forma global a gran escala, esto
hace pensar que nuestros sistemas visuales pueden utilizar diferentes conjuntos de procesos en las
distintas etapas del desarrollo, y quizá opten por aquellos que operan en primer lugar para conseguir
principalmente el apego entre madre e hijo.
10
2.8 ¿Quienes son nuestros “Generadores de Impronta”?
¿Cuando empiezan y terminan los apegos?: habitualmente suele ser hacia el final del primer año
cuando el niño empieza a protestar por la separación, y aprende a sentirse molesto ante cualquier
indicio de que su “generador de impronta” intenta marcharse. Es también el momento en que la
mayoría de los niños empiezan a mostrar temores ante cosas inusuales. Tanto el temor ante lo
extraño como el miedo a la separación empiezan a declinar en el tercer año de vida del niño, de tal
modo que entonces ya puede ser enviado a la escuela. Sin embargo, no se observa la misma
disminución en el papel que desempeñan los otros sentimientos de timidez en el apego, estos
persisten durante más tiempo, en ocasiones quizá a lo largo del resto de nuestras vidas.
¿Qué sucede cuando se trata de animales?: en aquellos que no permanecen en manada es frecuente
que el apego persista únicamente hasta que las crías puedan vivir por su cuenta.
11
2.10 Generadores de Impronta Públicos
Un discurso bien encaminado puede parecer “interactivo” al hacer que surjan preguntas en las
mentes de los oyentes –y responderlas luego justo en el momento preciso-. Podemos hacer esto en
una interacción con algunos “oyentes ficticios”, simulándola nosotros mentalmente, de tal modo
que al menos parte de la audiencia sienta que ha obtenido una atenta respuesta, aunque no hubiera
un auténtico diálogo. Otro truco sería hacer una pausa lo suficientemente larga como para que los
oyentes sientan que se espera de ellos una reacción, pero sin darles el tiempo necesario para pensar
en las objeciones que podrían poner a nuestros mensajes.
Todos nuestros apegos están hechos de ficciones; nunca conectamos con una persona real, sino
únicamente con los modelos que hemos elaborado para representar las concepciones que tenemos
de esas personas a las que nos vinculamos.
Algunos de nuestros objetivos son impulsos instintivos que nos llegan con nuestra herencia
genética, mientras que otros son subobjetivos que aprendemos (por un método de tanteo) para luego
alcanzar objetivos que ya teníamos planteados. En cuanto a nuestros objetivos de alto nivel, se ha
formulado la conjetura de que son generados por unos mecanismos especiales que nos hacen
adoptar los valores de los progenitores, amigos ó conocidos a los que llegamos a estar “apegados”,
porque responden de manera activa a nuestras necesidades, y por lo tanto inducen en nosotros
sentimientos “relacionados con la timidez”, tales como la vergüenza y el orgullo.
Al principio, los “generadores de impronta” han de encontrarse cerca de nosotros, pero una vez que
nos hemos construido “modelos mentales” de ellos, podemos utilizar dichos modelos para “elevar el
nivel” de los objetivos incluso cuando esos generadores de impronta están ausentes; en última
instancia esos modelos se convierten en lo que llamamos conciencia, ideales ó códigos morales. De
esta manera, los apegos nos enseñan los fines, no los medios, y nos imponen así los sueños de
nuestros padres.
12