Los Reinos Cristianos

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LOS REINOS CRISTIANOS

Cuando los musulmanes invadieron la Península, en las zonas del norte se


constituyeron
pequeños reinos y condados. Poco a poco empezaron a extender sus dominios de norte a
sur.
Había dos grandes bloques: la zona astur-leonesa y el territorio que ocupaba los
Pirineos y la actual Cataluña.

1- EL REINO ASTUR-LEONÉS.

Aquí los musulmanes encontraron mayor resistencia y fueron vencidos por Don
Pelayo en Covadonga en el año 722. A partir de este año comienza la RECONQUISTA,
es decir, la recuperación por parte de los reinos cristianos de las tierras peninsulares
ocupadas por los musulmanes, aunque cuando más repercusión tuvo fue desde el siglo XI
al XIII.
Los sucesores de D. Pelayo ganaron los territorios de Galicia, el valle del Duero y el
nacimiento del Ebro. En el siglo X este reino había alcanzado grandes territorio con la
finalidad de reconquistar parte de la Península Ibérica y así surgieron los reinos de
Castilla (gobernando por Fernán González y después por Sancho III), el reino de
Portugal y el Reino de León, que durante la época del Califato de Córdoba fue el que
más sufrió los ataques militares de los musulmanes.

2- LOS NÚCLEOS PIRENAICOS.

Destacaban principalmente:
- Reino de Navarra: que en sus comienzos se conocía como reino de Pamplona,
alcanzó mayor esplendor bajo el gobierno de Sancho III el Mayor que unió Navarra,
Castilla y Aragón.
- La Marca Hispánica: que estaba constituida por los Condados de Aragón y los
condados catalanes. Fue creada por los reyes francos para defender sus fronteras.

3- LA RECONQUISTA.

Precisamente fue en el S. XI cuando la zona ocupada por los musulmanes se


dividió en los Reinos de Taifas, poseyendo así una gran debilidad que favoreció la entrada
de los cristianos.
El reino de Navarra bajo el poder de Sancho III se convirtió en el más poderoso de todos.
Los reyes musulmanes intentaron frenar los ataques cristianos comprometiéndose con
ellos a entregarles anualmente una cantidad de oro y objetos valiosos; esto se llamó las
parias. Con los ingresos de estos “impuestos” los reinos cristianos reforzaron su ejército y
se hicieron más fuertes.
La iglesia tomó parte en estas luchas instaurando un periodo de “cruzadas” en la
península ibérica.

Durante todo el S. XI y XII el reino de Castilla y el de León se unió y se separó por


motivo hereditatios varias veces. Cuando se unieron definitivamente, éste tomo el nombre
de Corona de Castilla, pero entonces se separó una nueva parte que limitaba con el
Átlantico, y así nació el Reino de Portugal. En el S. XIII Aragón y los Condados
Catalanes se unieron formando la Corona de Aragón. Por otro lado queda el reino de
Navarra, ocupando casi lo mismo que actualmente. (Ver pág. 152).
Los musulmanes como veían que no podían hacer resistencia a los cristianos, ni
siquiera con las parias, llamaron a los almorávides que eran guerreros islámicos del
Norte de África. Éstos ayudaron a frenar la Reconquista pero no pudieron detenerla
totalmente.

Un personaje histórico importante en esta época es Rodrigo Díaz de Vivar, que


fue un noble castellano al servicio del rey de Castilla. Más conocido como El Cid, tomó
protagonismo en la reconquista del reino de Valencia y su defensa ante los ataques de los
almorávides. Los juglares (escritores literarios de la época) recogieron sus hazañas en el
libro el Cantar del Mío Cid.
4- LA REPOBLACIÓN.

Durante el tiempo que duró la reconquista hubo también un fenómeno de


repoblación que consistía en ocupar las tierras vacías o conquistadas a los
musulmanes y tomar posesión. Muchas de estas tierras las ocupaban los mozárabes.
El conjunto de tierras cercanas se llamaba villa y los habitantes de las villas se reunían en
un concejo para decidir los asuntos de interés: zonas de barbechos, pastos, uso del
molino...
El modo de adquirir una tierra fue variando con el paso de los siglos, y a medida que la
reconquista iba tomando fuerza, el sistema de sociedad feudal se iba asentando en la
Península Ibérica, de manera que las tierras quedaban en manos de la nobleza y las
órdenes militares (que eran un grupo de personas que mezclaban su papel de monjes y
soldados con el fin de defender las fronteras de los reinos cristianos para no ser invadidos
de nuevo por los musulmanes).

5. ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD:

En la Península Ibérica había en esta época una mezcla cultural importante entre:
cristianos, musulmanes y judíos. Eran abundantes los mozárabes (que eran los cristianos
que no se convirtieron al Islam en la época de conquistas árabes) y también los
mudéjares, que eran los musulmanes, que permanecieron en los territorios repoblados
por los cristianos, pudieron conservar sus leyes y su religión.

Esta variedad influyó en la cultura, la lengua y arte; entre otras cosas.


Entre los S. IX y X, se desarrolló el “Arte mozárabe”. Eran iglesias cristianas
pequeñas pero con detalles en su arquitectura y la decoración del arte árabe, como por
ejemplo, el arco de herradura.
Cuando las grandes iglesias del Gótico o incluso del Románico, tenían influencia árabe,
se les denominaba “Arte Mudejar”.
Otros edificios representativos eran las sinagogas, que son los templos judíos. Destacan
las de la ciudad de Toledo.
En total, en toda la península ibérica, especialmente en la mitad norte, las construcciones
de diferentes culturas era algo numeroso y enriquecedor para nuestros días. (Ver pág.
153).

Desde finales del S. XIII y todo el S. XIV, el territorio cristiano empezó a crecer como el
resto de Europa gracias al comercio y la expansión de las rutas comerciales. Se
comerciaba, especialmente con tejidos (lana de oveja), algunos cereales, vid, olivo y
ganadería. Las rutas terrestres se hacían por las cañadas y había dos principalmente:
- La cañada leonesa: que iba desde Sevilla hasta Mérida, Salamanca, Zamora y León.
- La cañada segoviana: que unía Sevilla con Toledo, Ávila y Segovia, Medina del
Campo, Valladolid y Soria.
Y las rutas marítimas:
- Desde la costa de Huelva más cercana a Sevilla, por todo el Mediterráneo y con las
Islas Canarias. Se desarrollaron así ciudades como Almería, Barcelona y Valencia.
- Y desde Lisboa a Santander, que luego unía con el puerto Europeo de Flandes.
A finales del S. XIV y el S. XV, la peste y el hambre también asoló los campos de este
territorio.

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