Antena Parabolica
Antena Parabolica
Antena Parabolica
Las antenas con reflector parabólico han sido utilizadas de forma intuitiva desde los inicios de la
era de la radio (finales del siglo XIX), pero no fue hasta finales de la II Guerra Mundial que,
debido a las demandas cada vez más exigentes de los sistemas de radar, se estimuló un desarrollo
teórico y tecnológico en este campo. Un interés posterior por la radioastronomía y los radioenlaces
terrestres de microondas establecieron, a finales de la década de los 40, los principios y
requerimientos para los sistemas simétricos con alimentador en el foco. Una antena de esta época
es el reflector de bocina, que se utilizó en las primeras comunicaciones por satélite y que permitió
identificar la radiación de ruido de fondo; ha sido declarada monumento nacional en EE.UU. Las
antenas Cassegrain (con un subreflector adicional) fueron introducidas en la década de los 60,
ligadas a la aparición de los satélites de comunicaciones. En este mismo contexto, una estructura
alternativa, que utiliza una configuración de reflector asimétrico respecto al eje de la parábola
(offset), adquiere una importancia creciente al no existir bloqueo de la apertura por el alimentador
y permitir un mejor control del diagrama y una disminución del acoplamiento entre el alimentador
y el reflector.
Un haz angosto minimiza los efectos de la interferencia debida a fuentes externas y a antenas
adyacentes. Sin embargo, para transmisión por la visual, como la que se usa en la radio de
microondas, un haz angosto impone varias limitaciones, como son estabilidad mecánica y
desvanecimiento, que pueden causar problemas en el alineamiento de la antena.
Las antenas de microondas tienen tres características importantes, que son la eficiencia
direccional (relación front to back), acoplamiento lado a lado y acoplamiento espalda con
espalda. La eficiencia direccional de una antena de microondas es crítica en el diseño de un
sistema de radio, porque las antenas de transmisión y recepción, en las estaciones repetidoras, se
ubican con frecuencia opuestas entre sí, en la misma estructura.
Las antenas muy direccionales (de alta ganancia) se usan con los sistemas de microondas de
punto a punto, o entre puntos fijos. Al enfocar la energía radioeléctrica en un haz angosto que se
pueda dirigir hacia la antena receptora, la antena transmisora puede aumentar varios órdenes de
magnitud la potencia efectiva irradiada, respecto a una antena no direccional. La antena
receptora, en forma parecida a un telescopio, también puede aumentar la potencia efectiva
recibida en una cantidad parecida. El tipo más común de antena de transmisión y recepción de
microondas es el reflector parabólico.
Reflectores
Los reflectores se colocan en frente de un radiador primario (dipolo, boca de guía, bocina), para
convertir las ondas aproximadamente cilíndricas o esféricas generadas por el radiador primario
en un frente de onda que puede ser considerado como localmente plano sobre la apertura del
reflector. Este frente de onda es capaz de concentrar la radiación en un reducido sector angular
del espacio y obtener así directividades elevadas.
Una antena que usa un reflector consta de dos partes: el alimentador y el reflector en sí. El
alimentador suele ser una bocina, aunque también podría ser un dipolo. El reflector es la
superficie que confina la radiación por obtener una directividad mucho más elevada que la del
alimentador.
Se puede entender el principio en el que se basa este tipo de antenas de la siguiente manera: en
el foco del reflector parabólico tenemos el alimentador; éste radia hacia el reflector. Dado el
perfil parabólico, todos los caminos que van desde el alimentador a la apertura tienen la misma
longitud. Considerando que la fuente en el alimentador sea isotrópica, se puede aproximar la
amplitud del campo en el plano de la apertura como casi uniforme en amplitud y uniforme en
fase. Casi uniforme en amplitud, puesto que, si bien es cierto que los caminos del alimentador al
plan de la apertura, no sufren la misma atenuación. En el tramo del alimentador al reflector de
onda radiada presenta un patrón esférico y, por lo tanto, una atenuación del tipo 1/r.
Como el camino del foco al reflector no es constante y es la más corta la normal del reflector,
quiere decir que la amplitud del campo decae hacia los bordes (decaimiento a los bordes). En el
tramo del reflector al plano de la apertura, el frente es plano y, por lo tanto, a nivel local no hay
atenuación. Por lo tanto, aun cuando el camino del foco dónde se sitúa el alimentador en el
plano de la apertura sea constante, la amplitud experimenta una caída en los bordes y la fase
permanece constante, hecho que causa un frente coherente en el plan de la apertura. Recordando
el estudio de agrupaciones, se puede decir que se dispone de una agrupación de elementos muy
próximos y radian con la misma amplitud y fase. Por lo tanto, cuanto mayor sea, en términos
eléctricos, la superficie del reflector, más directividad conseguiremos, puesto que es como si
tuviéramos un array de más longitud eléctrica. La diferencia con el array es que al tratarse de
una distribución continua, no aparece el concepto de lóbulos de difracción. Recordemos que los
lóbulos de difracción salen debido a realizar un submuestreo de la corriente.
El campo eléctrico incidente sobre el reflector Ēi , referido a la figura, se calcula a partir de esta
expresión y de: 𝐾𝑓 = 𝑟′2 . |Ē𝑖|/ɳ valiendo:
Y, al haber supuesto que el reflector está en el campo lejano del alimentador, obtenemos los
campos magnéticos incidente y reflejado sobre la superficie del reflector:
A partir de este punto los dos métodos de análisis son distintos y se presentan a continuación
por separado.
Método de la apertura
Aplicando el teorema de equivalencia, la boca del reflector puede ser considerada como una
apertura (Fig. 5). El campo eléctrico Ēa sobre la apertura, cuya abscisa vamos a tomar 𝑧′𝑎 como,
se calcula a partir de la reflexión óptica del campo eléctrico radiado por el alimentador como:
Considerando que después de la reflexión el campo viaja como una onda plana, la distribución
en la boca puede trasladarse sin error apreciable hasta el plano focal y ponerse como
Con el resultado:
Teniendo en cuenta que r’+z’ = f+a+f-a = 2f = cte., vemos de nuevo que en el plano de la
apertura el frente de onda es plano. Para calcular el campo radiado por el reflector, se puede
utilizar una de las tres formas del principio de equivalencia. Utilizando la primera de ellas, que
considera una distribución de corrientes eléctricas y magnéticas equivalentes, se obtiene,
referido al sistema (r, 𝜃, ɸ) de la figura 5.
Método de las corrientes inducidas (Óptica física)
Si nos referimos a la figura 6, el campo radiado en un punto (r, 𝜃, ɸ) se obtiene a partir del
conocimiento de la distribución de corrientes eléctricas inducidas sobre la superficie del
reflector S1 cuando es iluminado por el alimentador, las corrientes en el reflector pueden
obtenerse usando
Si la superficie del reflector puede aproximarse localmente por una superficie plana infinita
(aproximación de óptica física), entonces aplicando imágenes resulta:
Ganancia de potencia de una antena parabólica. Para una antena parabólica de transmisión, la
ganancia de potencia se aproxima como sigue
La ganancia de una antena parabólica de recepción, con eficiencia ɳ=0.55, se puede calcular con
mucha aproximación como:
Fig. 7 Direcciones de radiación, (a): foco fuera del reflector, (b): foco dentro del reflector
La gráfica de radiación que muestra la figura 8 es característica de antenas tanto de transmisión
como de recepción. La ganancia de potencia dentro del lóbulo principal es, en forma
aproximada, unos 75 dB mayor que en la dirección hacia atrás, y casi 65 dB más que la
ganancia máxima del lóbulo lateral.
Ejemplo:
Mecanismos alimentadores
El mecanismo de alimentación en una antena parabólica es el que irradia, en realidad, la energía
electromagnética, y por eso se le llama a menudo antena primaria. Este mecanismo de
alimentación es de importancia básica, porque su función es irradiar la energía hacia el reflector.
Un mecanismo ideal de alimentación debería dirigir toda su energía hacia el reflector
parabólico, sin tener efecto de sombra. En la práctica es imposible lograr lo anterior, aunque si
se tiene cuidado al diseñarlo, la mayor parte de la energía se puede irradiar con la dirección
adecuada, y se puede reducir la sombra al mínimo. Hay tres tipos principales de antenas
parabólicas: alimentación central, alimentación cónica y alimentación de Cassegrain.
Alimentación central
La fig.9 muestra un diagrama de un reflector paraboloide alimentado en el centro, con un
reflector esférico adicional. La antena primaria se coloca en el foco. La energía irradiada hacia
el reflector se refleja hacia afuera, en forma de un haz concentrado. Sin embargo, la energía que
no refleja el paraboloide se reparte en todas direcciones, y tiene la tendencia a perturbar la
distribución general de la radiación. El reflector esférico redirige esas emisiones, hacia atrás,
hacia el reflector parabólico, donde se vuelven a reflejar en la dirección correcta. Aunque el
reflector esférico adicional contribuye a concentrar más energía en la dirección deseada,
también tiene la tendencia de bloquear algunas de las reflexiones iniciales. En consecuencia la
ventaja que logra se anula algo debido a su propio efecto de sombra, y su eficiencia general sólo
es un poco mejor que cuando no se agrega el reflector esférico.
La abertura del haz de una bocina en un plano que contiene el eje de guía es inversamente
proporcional a la abertura de la boca de la bocina en ese plano. Unas fórmulas aproximadas para
calcular las aberturas de haz de media potencia, de cuernos con abocinado óptimo y en los
planos E y H, son las siguientes:
Fig. 10 Antena parabólica con alimentación por cuerno: (a) alimentador de cuerno, (b) tipos de guías de onda
cónicos
Alimentación de Cassegrain.
Esta alimentación recibe el apellido de un astrónomo del siglo XVIII, y evolucionó en forma
directa de los telescopios astronómicos ópticos. La fig. 11 muestra la geometría básica de un
mecanismo de alimentación de Cassegrain. La fuente de radiación primaria está en o justo atrás
de una pequeña abertura en el vértice del paraboloide, y no en el foco. La antena primaria se
apunta hacia un pequeño reflector secundario (el subreflector Cassegrain) que está entre el vértice
y el foco. Los rayos emitidos por la antena primaria se reflejan en el subreflector de Cassegrain y
a continuación iluminan el reflector parabólico principal, como si se hubieran originado en el
foco. Los rayos son colimados por el reflector parabólico de la misma forma que en los
mecanismos de alimentación central y por bocina. El subreflector debe tener curvatura hiperbólica
para reflejar los rayos de la antena primaria en tal forma que funcione como una fuente virtual en
el foco del paraboloide. La alimentación de Cassegrain se suele usar para recibir señales
extremadamente débiles, o cuando se requieren líneas de transmisión o tramos de guías de onda
extremadamente largos, y es necesario colocar preamplificadores de bajo ruido tan cerca de la
antena como sea posible. Con la alimentación de Cassegrain, los preamplificadores se pueden
instalar justo antes del mecanismo de alimentación, sin obstruir las ondas reflejadas.