Fracturas
Fracturas
Generalidades
• Representan el 3% de todas las fracturas.
• Son frecuentes en pacientes jóvenes por traumatismos violentos y en mujeres a partir de
los 50 años tras sufrir caída casual.
• Las producidas por accidentes de alta energía son abiertas en un porcentaje alto y pueden
asociarse a parálisis radial.
Mecanismo Lesional
Las fracturas diafisarias de húmero pueden producirse tanto por traumatismos directos
como indirectamente tras caídas de baja energía con el antebrazo en extensión.
Clasificación
Se basa en criterios descriptivos como:
• Localización de la fractura: Tercio proximal, medio y distal
• Trazo de la fractura: transversal simple o con tercer fragmento, oblicua, espiroidea simple
o con tercer fragmento, bifocales o conminuta
Primeros auxilios.
- Inmovilice un brazo lesionado colocándolo en un cabestrillo. Doble un pañuelo
grande o bufanda en forma triangular y átelo detrás del cuello. También, la parte
inferior de una camisa puede abotonarse o sujetarse con la parte superior de la
camisa para improvisar un cabestrillo.
- En el entablillado del brazo es igual al de la pierna, pero las varas deben ser más
delgadas.
- En caso de fractura de codo, si el codo está doblado no trate de enderezarlo. Si está
derecho no trate de doblarlo, debe entablillarlo así como está y llevar al paciente al
médico.
Complicaciones
Las complicaciones de las fracturas de la diáfisis de húmero se pueden producir como
consecuencia del traumatismo o en relación al tratamiento. De ellas las más habituales son:
• Pseudoartrosis: hasta un 9% independientemente del tipo de tratamiento
• Lesión del nervio radial primaria o secundaria: la mayoría en relación a fracturas de tercio
medio de diáfisis humeral. La mayoría se recuperan de forma espontánea (90% de los
casos).
En el caso del muslo, la fractura se da en el fémur que es el hueso más fuerte que poseemos
y para fracturarlo requiere de un trauma muy violento (accidentes de tránsito, caídas de
altura, etc.); son muy frecuentes, mayor en los varones y de preferencia en la gente joven.
También puede ocurrir por el efecto de un arma de fuego que hace estallar al hueso.
Entendemos por diáfisis femoral, la zona comprendida entre la línea subtrocantérica más o
menos 3 cm por debajo del trocánter menor hasta la zona voluminosa y esponjosa de la
región supracondílea. La nutrición sanguínea en este segmento es muy buena por lo que
raras veces hay una falta de unión. Poderosos músculos de nuestra economía se insertan en
el fémur los que determinan los desplazamientos y cabalgamientos típicos; el fémur está
rodeado por verdaderas celdas aponeuróticas musculares que pueden permitir el depósito
de abundantes líquidos (sangre o pus).
3.2. Tratamiento
Primeros auxilios.
Se debe inmovilizar el área fracturada, para esto nos ayudamos de dos tablillas.
- La vara de adentro debe der del largo de toda la extremidad, es decir desde la ingle
hasta el pie.
- El palo del lado de afuera debe ser más largo, desde la axila hasta el pie.
Diagnóstico:
Exploración física
Se debe realizar una evaluación completa del paciente (recordemos que frecuentemente ha
sufrido un traumatismo de alta energía) antes de centrarnos en la evaluación de la pierna.
Los pacientes con fractura diafisaria de tibia y peroné presentan dolor y deformidad y se
observará un edema de partes blandas en la zona de la fractura desde un estadio muy precoz.
Los pacientes presentan incapacidad para la bipedestación y la marcha.
Se debe valorar la movilidad activa y pasiva de la rodilla y del tobillo. Es muy importante
la valoración de las partes blandas (que va a condicionar el tratamiento inicial, el definitivo
y el pronóstico): la presencia de fractura abierta (muy frecuentes las fracturas abiertas
puntiformes, de dentro a fuera), de heridas o erosiones y el grado de tumefacción. Se debe
realizar un examen neurológico completo de la pierna, ya que las fracturas de tibia pueden
producir con frecuencia lesiones del nervio peroneo común, tibial posterior, sural y safeno.
Se deben evaluar cuidadosamente los pulsos distales. Debe descartarse la presencia de
síndrome compartimental, que es muy frecuente con fracturas de esta localización.
Primeros auxilios:
En estos casos se debe inmovilizar la pierna, para eso hay dos maneras de entablillar la
pierna fracturada.
- El método más rápido es amarrar la pierna fracturada a la primera sana.
- Amarrar las piernas juntas por lo menos en dos lugares: arriba y debajo de la
fractura.
- Lo mejor es entablillar la pierna fracturada con dos tablas o dos palos largos.
- Amarre uno a cada lado de la pierna rota.
- Estas tablas o palos deben ser un poco más largo que la pierna para poder amarrar
más arriba de la rodilla y cerca del pie.
- Si es posible deben cubrirse las varas con tela u otra cosa suave para que no lastime
la piel.
Pronóstico y complicaciones