Uno
Uno
Uno
Uno no quería contar con nadie, y uno no entendía porque era impar si antes de él había
alguien.
Uno no quería contar con nadie, y uno sentía que después de él estaba el infinito y a uno lo
sentía eterno le daba miedo, así que:
Uno muerto de pavor se fijó en cero, y cuando uno vio a cero pensó que cero era el número
más bonito que había visto y que aun viniendo antes que él era entero.
Uno pensó que en cero había encontrado el amor verdadero, que en cero había encontrado a
su par así que decidió ser sincero con cero y decirle que aunque era un cero a la izquierda
sería el cero que le daría valor y sentido a su vida. Eso de ser el primero ya no le iba, así
que, debía ser una gran bienvenida juntos eran pura alegría y se completaban.
Uno tenía cero tolerancia al alcohol, pero con cero se podía tomar una cerveza cero por su
aniversario, aunque para eso tuviesen que inventarse una fecha cero en el calendario.
Cero era algo cerrado y le costaba representar textos, pero junto a uno hacían el perfecto
código binario, eran los dígitos del barrio, y, procesaban el amor a diario.
Pero, uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, así que uno perdió a cero y para cuando
uno se dio cuenta cero ya contaba de la mano con menos uno que a pesar de ser algo
negativo le trataba como a una reina.
Cero le gustaba que menos uno fuera original tener un hueco en menos uno un guion con el
que podían jugar, cero le gustaba que menos uno no fuese uno más, que menos uno no
fuese ordinal.
Que fuese justamente competitivo y que cuando jugasen al uno menos uno no le dejase
ganar, cero sentía que a diferencia de uno menos uno si le trataba como un número de
verdad y menos uno no ponía peros ni pretendía darle valor a cero poniendo comas entre
ellos.
Menos uno no tenía complejos, y cuando hacían el amor a menos uno le encantaba estar
bajo cero.
Y uno una vez más volvía a quedarse solo separado como una unidad, sin cero su vida se
consumía como una vela, sin cero el tiempo en él hacía mella. Y uno empezó a contar pero
sin cero, se olvidó de los besos de cero, del sexo con cero, de los celos de cero y uno
empezó a contar pero sin cero.
Uno se olvidó de cero y le dijo adiós, uno se olvidó de cero y tal vez hasta del amor y
empezó a contar hacía lo que más miedo le daba, hasta el infinito, o tal vez solo hasta dos.