Exegesis A Horacio Edición Bilingüe

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EXEGI MONUMENTUM

EXEGESIS A HORACIO (O. III, 3o)

I Texto
Exegi monumentum aere perennius
regalique situ pyramidum altius,
quod non imber edax, non Aquilo impotens
possit diruere aut innumerabilis
annorum series et fuga temporum, 5
non omnis moriar multaque pars met
vitabit Libitinam; usque ego postera
cresçam laude recens, dum Capitolium
scandet cum tac5ta virgine pontifex.
dicar, qua violens obstrepit Aufidus 10
et qua pauper aquae Daunus agrestium
regnavit populorum, ex humili potens,
princeps Aeolium carmem ad Italos
deduxisse modos, sume superbiam
quaesitam meritis et mihi Delphica 15
l
lauro cinge volens, Melpomene, cornam .

II Esiruclura
a) El verso. Horacio ha escogido para esta oda el verso ascle-
piadeo menor dispuesto xaià oir/ov, es decir, en hiIadas mono-
rrimas.
Trátase de un verso del grupo eólico, así llamado por haber sido
a
empleado, de manera especial, por los poetas eólicos Alceo y Safo .

* Texto de VoLLMER, Teubner.


2
También suelen llamarse «versos logaédicos», pero ese término discutible
no define ni el origen ni Ia naturaleza de los mismos.

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428 P. XAViER ÍTURGÁlZ

El origen de este verso es oscuro y Meillet Io hace remontar a


3 4
Ia época i. e. . «Soslayando dificultades voluntariamente» , dire-
mos con Nougaret 5 que el asclepiadeo menor, como todos los del
grupo eólico, pertenece a una métrica silábica y consta de un núme-
ro determinado —12— de sílabas. Toda división en pies es arries-
gada, si bien es fácil señalar Ia presencia, en todos ellos, del gru-
po .w enmarcado por dos largas, sin que sepamos, en realidad,
si se trata de un coriyambo como unidad métrica: _ v v ..
Este grupo _ „ „ . viene precedido en el asclepiadeo menor, así
como en otros varios versos del grupo eólico, de dos sílabas dichas
base (Oodo foi, Hermann) 6 que en Horacio toman Ia forma de un
espondeo, _ -, invariablemente. Catulo, por el contrario, es más li-
bre, siguiendo en esto a los griegos, en Ia estructura de Ia base: „ _,
. _ y también _ v .
La estructura cierta del asclepiadeo menor es:
V ** —

Una estructuración ulterior es siempre arriesgada:


„ _ / - - . . Ii / ~ » (Nougaret).
. - / - ~ . _ Ii / - ~ i Ä (Q. Oiri).
_ - / _ - - / - Ii / _ - Ä (Llobera) 7 .
b) Estrofa. La composición que examinamos consta de 16 as-
clepiadeos menores dispuestos xata otfyov. Es una combinación in-
tencionada repetida por Horacio en tres composiciones parejas por
suasunto: I1 1; III,30; IV,8 8 .
1(
Conforme Ia conocida ley de Meineke , todas las odas de Hora-
cio son extructuradas en estrofas. Conteniendo todas ellas ua nú-
mero de versos divisible por cuatro, síguese que todas deben, incluí-

8
MEiLLET, Aperçu d' une histoire de Ia langue latine, cap. V. (París, 1920).
4
V. H. HERNÁNDEZ VíSTA, Estudios clásicos anejo de Bordón. Critica del
Traite de Metrique latine de Nougaret. ï, 1951 (212).
5
NouQARET, Traite de metrique latine. (Kiincksieck, París, 269-272).
8
HERMANN, Elementa doctrinae metricae. (Lipsiae, 1816) 69.
7
En un alarde de complicación el P. Q. MARTÍNEZ CABELLO, trae otras sie-
te combinaciones de los asclepeadeos menores propuestos por gramáticos des-
preocupados. De arte métrica latina. L (Matriti, 1945) 66.
8
SÉNECA Io emplea bastante en sus tragedias, Herc. f. 224; Tro. 371; Med. 56;
Pha. 743; Phy. 122.
8
Citado por NOUQARET o. p. pág. 307.

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EXEOI MONUMENTUM 429

das las que parecen escritas x«tà otíyov, ser descompuestas en es-
trofas de cuatro versos.
La teoría vale para Ia presente oda (16 vv.: cuatro estrofas) y para
I, 1 (36 vv.: nueve estrofas); pero falla en IV1 8 (34 vv.). En cambio
también se salva en I, 18 (16 vv.: cuatro estrofas) y I, 11 (8 vv.: dos
estrofas) escritas en asclepiadeos mayores rnonorrimos, así como
e n I , 8 ( 1 6 v v . : c u a t r o estrofas) escrita en sáficos mayores mono-
rrimos.
De hecho son muchos Ios editores que adoptan en Ia impresión
de estas odas esa disposición tatrástica sugerida por los versos múl-
tiplos de cuatro.

c) Rima y ritmo. Debe señalarse Ia presencia en los dos prime-


ros versos de una rima, probablemente casual:
perennius
aitius.
Por el contrario en el v. 5 ha sido evitada otra rima mediante
una fácil combinación de genitivos:
annorum series et fuga temporum.
El ritmo del verso asclepiadeo, necesariamente de 12 sílabas, es
particularmente pomposo para nuestros oídos. Muchas veces nos
recuerda los alejandrinos de 12 sílabas a Io que contribuye Ia cesura
semiquinaria que los •í divide, Ia más de las veces, en dos he;mistiquios
de 6 sílabas.
Exegi monuméntum / aére perénnius
regalíque sítu / pyrámidum áltius
Versos como los transcritos pueden ser entendidos desde el
punto de vista de una concepción rítmica acentual sin que por ello
pierdan nada de su ágil extructura de cuantidad. Este ritmo ambiva-
lente es propio especialmente de los asclepiadeos menores y de los
sáficos, como puede verse en I, 1 ytambién en III, 8.
d) Desarrollo estilístico. El movimiento conceptual de Ia com-
posición es lentísimo en los 9 primeros versos acentuándose algo
más en los restantes versos finales.
4

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430 P. XAVIER iTUROÁIZ

Los motivos claves que condicionan este movimiento son tres:


1/ Augurio de immortalidad (vv. 1-9).
2/ Horacio primer poeta lírico en Roma (vv. 10-143).
3/ Triunfo de Melpòmene y del poeta (vv. 14 h -16).
Estos tres motivos vienen claramente enunciados en sendassen-
tencias gnómicas tan del gusto del poeta:
1/ Exegi monumentum (v. 1) Non omnis moriar (v. 6).
2/ Dicar... deduxisse ad ítalos modos (v. 10).
3/ Sume superbiam quaesitam meritis (v. 14).
En realidad el motivo base es el primero, figurando los otros
dos como complementos del mismo Í0. En cuanto alprimermotivo
es desarrollado en los nueve primeros versos; a los otros dos moti-
vos se Ies concede respectivamente cuatro versos y medio (10-14Y<>)
y dos y medio (14Y*> 16), dentro de unaextructuradependiente del
primer motivo.
Estos motivos claves, que condicionan el movimiento de Ia com-
posición, están desarrollados en el curso de Ia misma a base de va-
rios tópicos de estilo. En conjunto se trata de recursos fáciles ma-
nejados por el poeta con maestría y mesura.
He aquí un esquema de ese desarrollo:

L° Motivo: Augurio de su inmortalidad (v. 1-9).


a) l.° enunciado: Exegi monumentum (v. 1).
b) Desarrollo delpñmer enunciado (vv. 1-5).
-por comparación:
-aere perennius (v. 1).
-regalique situ pyramidum altius (v. 2).
-por ponderación:
-quod non imber edax (possit eruere) (v. 3)*
-non Aquilo impotens (possit eruere) (v. 3).

10
Estos mismos motivos que aquí aparecen como secundarios han sído de-
sarrollados en II, 20; IV, 30 respectivamente por Horacio.

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P'XFOI M O N L ' M E N H ' M 431

-annorutn series (possit eruere) (v. 5).


-fuga temporum (possit eruere) (v. 5).
aa) 2°. enunciado: Non omnis moriar (v. 6).

bb) Desarrollo del segundo enunciado (v. 6-7).


-por oposición:
-multaque pars mei/vitabit Libitinam (vv. 6 7).

aaa) 3.0 enunciado: Crescarn laude recens (v. 9).

bbb) Desarrollo del tercer enunciado: (vv. 9-10).


'porponderación:
-dum Capitolium/ scandet cum tacita virgine (v. 10).

0
2. Motivo: Horacio primerpoeta lirico en Koma. (13-14).

a) Enunciado: Dicar deduxisse ad ítalos modos (v. 10-14).

b) Desarrollo del enunciado (vv. 10-14).


-por ponderaciones geográficas:
-(dicar) qua violens obstrepit Aufidus (v. 10).
-et qua pauper aquae Daunus agrestium regnavit papulorum
(vv. 13-14).

0
3. Motivo: Trmnfo de Melpomene y del poeta (vv. 15-16).
a) Enunciado: -sume superbiam quaesitam meritis (vv. 14-15).
-et mihi Delphica lauro cinge volens, Melpomene, comam.
(vv. 15-16).
b) Desarrollo del enunciado, no se da en este tercer motivo.

HI Análisis liíerario

l.° Motivo: Augurio de Ia inmortalidad, (vv. 1-9).


El enunciado de este augurio de inmortalidad (exegi monumen-
tum) debe entenderse como el acabamiento de su Monumentum

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432 P. XAVIER iTURGÁIZ

o tumba fúnebre: Más allá de Ia muerte, Horacio contempla super-


vivencia inmortal de Poeta:
v. 1 Exegi: ex- indica perfeccionamiento (como en ef-ficio de
ex-facio); -egi significa acabar, llevar a término (conf. Virg. Ae. I, 78)
de donde: he terminado. El autor declara que su obra como poeta
lírico está definitivamente acabada (Torner) u. Monumentum: todo
Io que hace pensar (raíz i. e. men-) en el futuro (Pl. St. 63) y en
particular en el porvenir de los muertos; de aquí tumba, monumen-
to fúnebre o conmemorativo. Así enunciado su triunfo sobre Ia
muerte pasa a desarrollarlo por comparaciones tornadas de circuns-
tancias concretas. La presencia de estatuas hace pensar en los mo-
numentos fúnebres de Ia Vía Apia a Io largo de Ia cual parece estar
pensada esta oda; incluso el recuerdo de las pirámides pudo nacer
en el poeta ante Ia vista de Ia de Cayo Cestio (50 a. C.) en Ia puer-
ta Ostiense.
v. 1 Aere: aeris statuis (metonimia): Igual empleo en (Virg. O. I 1
408; Hor. III, I 1 4). No se compara su obra con el bronce sino con
las estatuas hechas de ese metal y que se suponían más duraderas
que las realizadas en mármol o en materias deleznables 12.
v. 2 regalique: es transferido de pyramidum (hechas por reyes
-Torner- ) a sita. Situ puede tener dos significaciones: 1/ hecho de
colocar (o estar colocado) de donde: negligencia y también antigüe-
dad (Virg. Ae. 7, 442). 2.a Lo que resulta de estar colocado o aban-
donado: ruinas, moho (Virg. Ae. 6, 640; Hor. Epis. II, 2, 180). Situs
está aquí empleado en un sentido poco corriente (Torner), es decir
no como ruina o abandono (Arnaldi) sino como cosa colocada: em-
plazamiento (Riber). Este sentido viene exigido por el término de

11
La frase hace pensar en una pausa retrospectiva en Ia producción deI
autor. Quien esto escribe está ya Íejos de Ia indecisión de I1 1.
12
Es interesante constatar Ia ironía que estas ponderaciones cobran con eI
correr de Ia historia. En cuanto han llegado hasta nosotros miles de estatuas clá-
sicas realizadas en mármol e incluso en barro y porcelana, son contadas las esta-
tuas en bronce que se han conservado. Apenas un auriga de Delfos o un Marco
Aurelio, pueden catalogarse entre las estatuas en bronce de auténtico valor. Ello
debido al valor del bronce para otros usos.

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EXEÜI M o N U M t N T l ' M 433

comparación, altius que no tendría razón de ser tratándose de unas


ruinas 13.
Un segando desarrolloporponderadones del tema o motivo de
su inmortalidad. Si eI primero estaba tomado de circunstancias loca-
les, este segundo es de carácter general e incluso parece basarse en
0
Píndaro, Pít. o. vv. 12 ss.: oui' ave[ioc éc px ^ / "^c á^oíoi xaucpópíp /
^epa8et TUTCtó^evov.
v. 3. Quod non imber (-bris.m): Pluvia, edax: voraz, corroedora
(de Ia raiz i. e. *ed- *od-: comer; conf. lat.: edo, est; gr. e8o^at) Aqmlo,
empleado con valor genérico por un viento.fuerte e impetuoso. Im-
potens (impos sui): que no es dueño de sí, impetuoso, violento y no
(gr. dxpctT^c): que no tiene poder, impotente, ya que no daría sen-
tido con Ia ponderación (Riber).
v. 4. Possit (tale ut non possit; de donde en subjuntivo con ca-
rácter consecutivo: conf. Riemann-Ernout Syntaxe latine, n. 224). El
verbo en singular aunque referido a cuatro sujetos (imber, Aquilo,
series, fuga). Presente con matiz de futuro (véase moriar v. 6) por
su sentido consecutivo (Bassols de Climent. Sintaxis histórica del
latín. II, 1, n. 59-65). Así también Ribery Meabe. Diruere (compues-
to de ruo): destruir Io opuesto a exigo (v. Î).
v. 5. Innumerabilis: palabra con volumen intencionalmente lar-
u
go a tono con annorum y todo el verso 5, algo barroco como el
el texto de Píndaro en que se basa (F. Arnaldi). Series (de sero:
unir, enlazar; conf. sermo: unión de palabras): serie ininterrumpida.
Temporum, plural concinnitatis o contaminación conannorum (Bas-
sols de Climent, Sintaxis histórica, vol. I 1 pág. 85).
0
2. enunciado del tema de Ia inmortalidad (Non ornnis moriar
(v. 6). Más bello y emotivo que el primero (v. 1): Curiosa coinciden-
cia en el tema y Ia expresión con Ovidio (Am. I, XV, 38): vivam
parsque mei multa superstes erit. El desarrollo del tema es senci-
llo, por oposición.

13
F. Arnaldi apoyándose en textos de Luciano (Dial. muer. 24, 3) se inclina
por esta significación:
Sóbrelas pirámides fuéunánime eI sentimiento de admiración en Ia aníigüe-
dad.Recuérdense Ios testimonios de Heródoto, cap. 2, Hb. 2; Estr. Hb. 17;
Au. Marc. Hb. 22; Diod. Sic. lib. 2 cap. 2; PIin. Hb. 36 cap. 12,
14
MAROUZEAU, Traité de stylistique latine (Les belles Iettres, Paris 1946) 98-

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431 P, X A V i H R l T l , ' R O A l /

v. 6. Omnis: traducción por un adverbio; enteramente (O. üili):


muItaque: sentido adversativo de -que (igual sentido en III, 3, 29):
antes bien. Pars mei: se refiere a su pensamiento que ha de quedar
vivo en sus libros.
v. 7. Libitinam. TaI vez se trate originariamente de una divini-
dad etrusca. Varrón (L. L. VI, 47) escribe: ab lubendo, libido, libidi-
nosus ac Venus Libentina et Libitina. Se trata de una etimología po-
pular que ha dado origen a esa bizarra Venus (diosa del amor: libi-
do) infernal. G. Qiri cree que se debe entender, no de Ia diosa, sino
del templo en que se realizaban las ceremonias fúnebres (cf. Hor.
III, 5, 12 en que se emplea Júpiter por su templo y Livio, XL, 19, 2,
en que Libitina tampoco significa Ia diosa sino las ceremonias fú-
nebres). Traduciendo ad sensum: losfuneraIes. (Libitinam faceré: ser-
vicios fúnebres; Libitinarius: sepulturero).
J.° enunciado del motivo de Ia inmortalidad (crescam laude re-
cens) (v. 8). En este enunciado se insinúa Ia paradójica vida de los
muertos con gloria, tema tan del gusto, por ejernplo de nuestro
Unamuno. TaI vez sea más lógica poner punto después de recens,
suponiendo que este anuncio queda como un epifonema de toda
esta primeraparte J5.
Usque (empleo absoluto, cf. Riemann*Ernout, Syntaxe latine,
208): de continuo (crf. Dum v. 8). Póstera (:posterum, gen. pl.).
v. 8. Laude; referible de igual manera a crescam o a recens.
(predicativo de crescam (Torner). Capitolium: i. e. el templo colo-
cado en el Capitolio, frente al Palatino, dedicado a Júpiter.
v.9. Scandet: subir (cf.IV,16,2l-22).Verbo de tipo popu-
lar-(presencia de Ia «a») y por Io mismo expresivo. Cum tacita: (re-
cogimiento religioso por Ia función sagrada que realiza »O. Oiri-).
vi/g7"ne.Puedeserentendido en dos sentidos: l.° Subida de los
Pontífices acompañados de las vestales para una ceremonia religio-

15
En eÍ texto hemos conservado Ia notación de Teubner. La opinión contra-
ria que hace comenzar e] período en «Dum Cap.» tiene a su favor Ia bruscasen-
sación qne produce ese «dicar» inicial. Comenzando en «Dum CapitoHum» Ia
construcción es más armónica mezclando en Ios dos desarrollos los motivos geo-
gráficos que de esía manera obran como una transición lógica de pensamiento a
pensamiento. El tro/o *usque póstera» viene a ser el desarrollo y final del pen-
samiento anterior.

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EXEOÏ MONUMENTUM 435

sa cualquiera. 2,° Subida del pontífice acompañado de Ia Vestal


Máxima para alguna fiesta determinada. La primera interpretación
es Ia normal, pues esa era Ia costumbre corriente en las fiestas de
Roma. Para ello es preciso violentar levemente el texto entendien-
do virgine y pontifex como singulares colectivos. Para Ia segunda
interpretación vale el sentido directo del texto, confirmado con el
testimonio de Q. Lido escritor bizantino que en su obra «De men-
sibus» nos dice que todos los años en las idus de marzo subía Ia
Virgen Máxima al Capitolio a rogar por Ia salud del estado (De
mensibus, IV, 36).
2.0 Motivo: Horacio primerpoeta lírico en Roma (vv. 10-14).
El enunciado de este segundo motivo de Ia composición es in-
completo en su expresión. No sería una gloria excesiva el hecho de
haber introducido en Rorna los versos eólicos (recuérdese en caso
parecido el oscuro papel de Boscán) tanto más que Catulo Ie podía
1G
discutir aquella supremacía .
v.lOD/car:serecelebrado; resulta un poco violento esteco-
mienzo de frase por un impersonal. Dado caso que «dum Capito-
lium...» no se refiera a este motivo, habrá que suponer intencionen
el poeta en Ia colocación de este verbo.
0
El desarrollo del motivo 2. : Horacio primer poeta lírico en Ro-
ma se logra por Ia gráfica descripción de Ia patria del poeta. Se pre-
senta una cuestión de exégesis para saber si esos vv. 10-13 han de
referirse a dicar o a deduxísse.
Qua violens (en anáfora con: qua pauper del v. 11): raudo. Adje-
tivo menos empleado que violentus (En IV, 9, 2: lorige sonans).
Aüfldüs: el actual Ofanto, el río más importante de Ia Apulia 17. A

16
TaI vez no deba entenderse este moíivo en sentido absoluto. El poeta no
quiere decir que Ia causa de su monumento así levantado sea su fama: el monu-
mento que él opone a Ia muerte es su gloria de poeta lírico. Este nombre es ya
conocido un su tierra y en todo el Imperio. Horacio repara en su horizonte fami-
liar recordando que ha comparado su obra a un monumento fúnebre, que siem-
pre tiene algo de familiar y local.
17
Es frecuente en Horacio este tópico de nombrar Ia tierra por el río que
pasa por ella I, 22; í, 31; III, 3. Por Io demás es recurso de todos los tiempos y
poetas. Recuérdense los versos de Machado:
Colinas plateadas
grises alcores, cárdenas roquedas

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4$6 P. XAVIER tTL'ROA!2

esta visión del río sonoro se contrapone el seco paisaje en torno.


v. 11 Pauperaquae: Se aplica a Dauno, rey, por Ia Apulia en
que reinó y que era pobre en aguas con sus dilatados encinares (I,
22, 14). Daunus: héroe legendario hijo de Pilumno y Dánae (conf.
Hor. IV, 14, 26 y Virg. e. XII, 22, 406, 723).
v. 12. Agrestium regnavitpopulorum: Construcción en geniti-
vo tomada del griego (verbos de mandar en gr. con gen. CucueI,
Rgles. fun. d. 1.Syntaxe grecque. n. 42; cf. Riemann-Ernout, Synta-
xe latine, n. 55, remarque). Ex humtlipotens (suple: factus). Referi-
ble a Dauno (venido de Ia Iliria para constituirse rey de Apulia) y
a Horacio (hijo de un Liberto).
v. 13. Princeps: el primero. Horacio omite maliciosamente los
intentos de Catulo por introducir los versos eolios. En realidad él
es el primero por Ia importancia de su aportación. Aeolium carmen
(cf. Io dicho sobre esta denominación. Horacio se refiere varias
veces a estos versos con las mismas palabras IV, 3,12; II, 13, 24-32).
I8
ítalos modos: al ritmo latino .
v. 14. Deduxisse: transplantar. Deducere coloniam es fundar
una colonia, llevando gente de una región a otra. Horacio ha tras-
plantado a Roma Ia lírica griega.
0
5. Motivo: Triunfo de Melpòmene y delpoeta (vv. 14-16).
Este tercer motivo en Ia estructura de Ia composición no es sino
Ia conclusión de Ia misma: En realidad el motivo no se hace más
que insinuar en unos versos rápidos y esperanzados.
Sume superbiam, curiosa aliteración intencionada. Superbiam:
gloria, más cerca de nuestro adverbio soberbio: magnífico, que del
adjetivo soberbio: orgulloso.
v. 15 Quaesitam meritis (suple: meis). La gloria debida al poe-
ta redunda en favor de Ia Diosa a que se sabe acreedor. Igual trans-
ferencia en IV1 3, 24. Delphica (en IV, 2, 9: ApoIlinari): de Apolo
(cuyo templo estaba en Delfos).
v. 16 Lauro, Ia corona de laurel era el premio de los poetas líri-

por donde traza el Duero


su curva de ballesta
en torno a Soria.
18
Un interesante estudio sobre Ia historia de Ia expresión Latiniías, en
Emérita (XiV, Î95Î). Cfr. una síntesis dal mismo en este número de HELMANTiCA.

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ExEüESl MONUMENTUM 437

cos ( c f . 1 1 , 1 5 , 9 ) . y0/ens:benigna, empleadoconmuchafrecuen-


cia en las invocaciones a los dioses «volentibus dis». Melpomene:
Horacio no se refiere a Melpòmene como musa de Ia tragedia (I,
24, 3), sino como musa en general y ángel de toda su producción
(IV1 3, 8 ss.).

IV Contenido doctrinal:
Riber, insistiendo un poco en ese «monumentum» inicial con
que se abre Ia oda, llama a ésta «monumento de concisión y de
gravedad y de legítimo y noble orgullo» i;t . Veamos los valores in-
ternos que avalan una tan halagüeña interpretación.
a) La introversión poética de Horacio. La presente oda forma
parte de una larga serie de composiciones en que Horacio aborda
el tema de su menester poético. «Vino, sentimiento... y poesía» -°
son las notas de Ia lira de Horacio. Cualquiera de estos tres temas
ha encontrado en el venusino notas de Ia más vibrante vitalidad y
dinamismo.
Ciñéndonos al tema de Ia poesía, destacamos en primer lugarla
facilidad con que el poeta ha sabido dar cobertura poética a hechos
tan vulgares como Ia caída del árbol con peligro de aplastar al poe-
t a ( H , 1 3 ; I I I , 8 ) . Supoesía e s d e u n a sinceridad flagrante hastael
punto de poder ser interpretada en muchas de sus páginas como
restos de su biografía. La historia y Ia geografía han sido interpre-
tadas en sus obras con rara perfección estilística mereciéndose se-
fialarsusestrofasecológicas ( c f . I , 7 , e s t r . l ) comparables con las
sonoras enumeraciones de Hornero en su desfile de las naves
(Iliada, 11, 454 y ss.). Ello nos coloca ante uno de los más robustos
poetas de todos los tiempos. Todo en sus manos de dios apolíneo
cobra color y ambiente parnasiano.
Horacio está convencido de este poder divino, regalo de Mel-
pomene. Por todo y por nada el poeta nos recuerda su menester
poético.

19
LoRENZoRiBER, obrascompletasde VtrgilioyHoracio. (Aguilar. 1941)
p. 848.
20
Lo hemos querido decir con las palabras de Manuel Machado en *Canta-
res», Había mucho de horaciana fragancia en el poeta de las seguidillas fatales.
5

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438 P. X A V I E R i T U R ü Á I Z

Horacio es un poeta introvertido que tiene conciencia, reflejo de


su poder creador. La lira en sus manos tiene reflejos divinos;
*Yo te saludo y te invoco según rito, oh gloria de Febo,
oh lira grata en los festines del supremoJúpiter,
dulce consuelo en todos los quebrantos> (I, 32, 4 est).
El mismo poeta se siente penetrado del sacro fervor que rige
los cisnes de Leda:
*Ya Ia parte más a l t a d e m i c u e r p o s e t r u e c a e n c i s n e
blanco y por dedos y hombros nácenme leves plumas»
(11, 20, est. 3).
EI poeta ha visto, así metamorfoseado, a Baco,
«que en roquizales apartados enseñaba p o e m a s y v í a
las ninfas que los aprendían y a los sátiros de agudas
orejas y pies de cabra (11, 19, est. I).
Arriesgada profesión Ia de ser poeta en tan sentidas condiciones:
*Peligro dulce es, oh Leneo, ¡r en seguimiento del Dios
que ciñe sus sienes con pámpano verde* (111, 25
vv. 18-19).

Pero cada uno nació con su sino y Horacio fué mirado al nacer
con plácidos ojos por Melpòmene. Por eso:
«Todo es dádiva de ella, si soy señalado por el dedo de
los que pasan, tañedor de Ia lira romana. Si tengo alien-
to lírico y si contento, si es que contento, dádiva es tuya
(de Melpòmene)* (IV, 3, est. últ.)
Horacio ha reflejado en multitud de pasajes de su obra esta
convicción de «sanctus», de elegido, como dirá Ennio. (Citado por
Cic. en Pro Arquía). No se crea, sin embargo, que él tiene un con-
cepto pasivo de su vocación. Amparado por las musas y su destino
de poeta él se entrega con toda su a!ma a este noble destino. Pocos
poetas tan trabajadores del verso como Horacio.
El pasa y repasa sus composiciones (Sat. 11, 3, 2), conoce el co-
lor y peso de Ios versos, y «así con el dedo como con Ia oreja el

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EXEÜESI M ü N Ü M h N ï U M 439

verso bien sonante y el escandido> (Art. poét. 274). E'.1 yambo es


rápido (id.-252) y el dístico de pies desiguales (id. 75). Si a veces
sus poemas se nos antojan de una facilidad contagiosa, él sabe acau-
telarnos contra el tonto intento de imitarle en su difícil facilidad.
«De un asunto conocido yo sacaré otro mío de tal ;manera que
piense cualquiera que serà capaz de hacer Io rnismo; mas si Io in-
tentare, sude muy mucho y se fatigue en vano> (Art. pcét. 240).
Horacioha Ilegadoalvirtuosismo ensutrabajo de orfebreria
poètica. Su carta a los Pisones es un monumento de reflexión poé-
tica comparable a los sutiles análisis de nuestros místicos. Nunca se
ha dado un caso de tan sorprendente reflexión lírica en un poeta.
Horacio que escribió a impulsos del más hondo sentico de Ia ins-
piración tuvo, no obstante, frecuentísimas alusiones a su amada vo-
cación de poeta.
En este ambiente de introversión poética debe ser colocada Ia
oda que nos ocupa.
Horacio destaca en ella Ia sudorosa comparticipación que su
hombro mortal ha puesto en el intento. Trátase de una recia cons-
trucción con peso y volumen en que gravita Ia conciencia de su es-
fuerzo.
Podemos decir que en esta oda Horacio ha querido poner de
relieve, de manera especial, Ia parte humana de su quehacer de
poeta. Al mirar desde Ia cumbre de su obra Ia labor realizada, Ho-
racio se encarama sobre todos nosotros y proclama, una vez más,
su convicción minoritaria de poeta selecto.
Junta a esta convicción del esfuerzo, coronado con Ia gloria,
debe señalarse esa compartición que él concede, gozosamente, a Ia
mentora de su triunfo, Ia grácil y leve Melpòmene, (vv. 15-16).
b) Concepto de Ia poesía, a través de Ia oda. Hemos visto cómo
Horacio en esta oda acentúa el esfuerzo personal de su numen en
el quehacer poético. En realidad, et poeta se nos presenta, de pron-
to, como un afanado arquitecto-escultor. Dura imagen esta de Ia
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arquitectura aplicada al poeta . Ella realza, es cierto, Ia enconada

21
Recordamos que Gerardo Diego se comparó también a un arquitecto
si bien su arquitectura era bien diferente de esta mole horaciana cuando dice que
anda a construir, ni más ni menos que colmenas y panales: henos aquí ante Ia fu-
ga de Ia metáfora apenas prevista tan del gusto de üerardo Diego.

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440 P. X A V I F R l T U R O A l X

Iucha del escritor iras Ia forma perdida en el aire. Con todo, este
manejo de masas y volúmenes Ie han de restar necesariamente al
concepto de Ia poesía aquel tono de ala y vuelo que Platón recla-
maba para los poetas de verdad inspirados.
Y así se nos antoja el poeta, a través de estos versos, humano,
demasiado humano, y cargado de responsabilidades. La poesía es
comparada en ella a las pirámides y a los sarcófagos de los patri-
cios como si se tratase de una obra de albañilería. Se dirá que Ia
comparación es tangencial y sólo se roza en ella el tiempo. Es ver-
dad; mas por los versos 2 y 3 resbala el agua con todo su sentido
destructor buscando una imposible poesía a que lamer el peso de
los años.
La poesía es más alta y limpia que todo esto. Horacio Io siente
así en toda su obra --. Bien merece que Ie perdonemos esta conce-
sión a su esforzada labor si con ello quiere y puede alentar nuestro
esfuerzo, perdido aún entre el andamiaje de su poética.

P. XAViER ITURüÁIZ.

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Examinando los textos que hemos aducido al hablar de Ia introversión
de Horacio, es fácil descubrir Ia desgracida opinión que tiene de su obra este
fino cincelador de versos.

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