Guia de Redaccion Proedit Agosto 2017
Guia de Redaccion Proedit Agosto 2017
Guia de Redaccion Proedit Agosto 2017
México, 2016
Índice
I. El original
Algunos conceptos básicos
El autor
El texto: consejos para su elaboración
El destinatario
Lenguaje respetuoso de los derechos humanos
Requisitos básicos
Las fuentes
Material de consulta
Organización interna de una obra
Textos introductorios
Desarrollo: los capítulos de la obra
Conclusión o epílogo
Citas y transcripciones
Notas y bibliografía
Notas
Bibliografía
Recursos electrónicos
Otros sistemas bibliográficos
Índices
Características del párrafo
Características del documento: cómo entregar el original
Características técnicas
Jerarquías tipográficas
Material gráfico
2
II. Revisión
Indicaciones generales
Pequeñas dosis de ortografía y gramática
Acentuación
Preposiciones
Puntuación
Errores y dudas frecuentes
Cuestión de estilo: normas ortográficas y editoriales
Mayúsculas o altas
Minúsculas o bajas
Cursivas, versalitas y negritas
Abreviaturas, siglas y acrónimos
Expresión de cifras y numerales
3
I. El original
El autor
El Diccionario de la lengua española de la Real Academia define la voz autor, en
su tercera acepción, como la “persona que ha producido alguna obra científica,
literaria o artística”. Como toda definición de carácter general, ésta deja de lado un
gran número de variantes relacionadas con la autoría de un texto. El caso más
común es aquel en que una persona concibe y da a la luz una obra de su
invención, sea ésta del género que sea. También puede ocurrir que varias
personas escriban en conjunto un solo texto, compartiendo el crédito de su
autoría; asimismo, cabe la posibilidad de que varios autores desarrollen sendos
capítulos de un mismo libro, con la colaboración de un editor o compilador que
coordine el proceso de creación y editorial.
Pero también, tanto en el ámbito privado como en el sector público, ocurre a
menudo que la elaboración de los libros, especialmente cuando éstos presentan
como autor a una institución, es encomendada a personas que, si bien dominan el
tema de la obra, carecen de experiencia como autores. En esos casos es muy
común —y hasta natural— que los escritores noveles se sientan intimidados por la
4
página en blanco. Y aunque difícilmente podrá encontrarse un medio para conjurar
ese temor, sí puede asegurarse que éste no es en modo alguno privativo de quien
se enfrenta por primera vez a la confección de un texto. En mayor o menor
medida, todo escritor debe encarar y superar sus miedos antes de sentarse a
escribir.
5
De igual modo, especialmente en el caso de los escritores noveles, se aconseja
emplear oraciones cortas —en las que sólo se desarrolle una idea completa— y
párrafos que no rebasen las 10 o 12 líneas.
Si la publicación tiene carácter institucional, se recomienda emplear siempre el
modo impersonal (pronombre se con verbo en singular; indica que debe
entenderse un sujeto tácito o no explícito de persona de naturaleza genérica: “se
recomienda”, “se ha demostrado”, “se necesitará”, etcétera).
Para expresar acciones realizadas y resultados, así como hechos históricos,
han de usarse verbos en pasado; para la enunciación de expectativas,
proyecciones y objetivos, se recomienda el uso de verbos en futuro, y en presente,
para acciones en curso. La alternancia innecesaria de tiempos verbales, además
de ser poco elegante, puede confundir al lector.
También es aconsejable que el texto tenga autonomía, es decir, que el lector
pueda comprender su contenido valiéndose de la información proporcionada en el
documento. Si acaso fuera necesario aludir a otro texto o artículo relacionado,
conviene introducir un resumen que haga comprensible la alusión sin necesidad
de que el lector acuda a la fuente citada.
Aunado a lo anterior, es recomendable —sobre todo tratándose de textos
estadísticos, científicos, sujetos a una actualización permanente— evitar el uso de
expresiones que indiquen tiempo o lugar y dependan del contexto en que se
emiten para ser interpretadas. Así, por ejemplo, en vez de decir “Este año, el país
vecino…”, debería escribirse “En 2016, Estados Unidos…”
Por último, una de las estrategias más útiles e indispensables del proceso de
escritura consiste en relegar el texto durante un tiempo breve una vez que esté
concluido. Transcurrido ese lapso, es sumamente recomendable que el escritor
relea el documento, con el fin de pulirlo y dotarlo de la mayor claridad posible.
El destinatario
Así como conviene conocer las características físicas y el tema de la obra que se
pretende redactar, es preciso saber de antemano a qué público se dirige el texto:
6
no es lo mismo escribir para un público infantil que para un grupo de académicos,
empresarios, ciudadanos, jóvenes, etcétera.
En consecuencia, aspectos como el estilo, el léxico, la organización del
material, el tono, el tratamiento y las figuras retóricas que se elijan deberán
adecuarse a los lectores potenciales; de no hacerse así, se corre el riesgo de que
la obra no cumpla el objetivo con que fue concebida o que la recepción del
mensaje se vea afectada por una interpretación equivocada o deficiente. En todo
caso, sin importar el lector de que se trate, siempre se debe buscar la claridad y la
sencillez por encima de una artificiosa o compleja elegancia.
7
Uso peyorativo Alternativa
Minorías étnicas Las comunidades indígenas
Los indígenas Los pueblos indígenas
Los afeminados Personas con preferencia sexual distinta de la
heterosexual
Las vestidas Personas travestis
Personas transgénero
Los enfermos de sida Personas que viven con VIH/sida
Los sidosos
Los viejitos Personas adultas mayores
Los ancianos
Los mojados Personas migrantes
Los braceros
Requisitos básicos
Las fuentes
Si bien es cierto que agotar un tema de investigación puede resultar imposible,
pues siempre habrá nuevas publicaciones, datos y enfoques, también lo es que el
autor de una obra —especialmente si en ella se exponen datos o si es producto de
un estudio acucioso y prolongado— está obligado a consultar el mayor número de
fuentes disponibles. Aunque no siempre es posible, lo más deseable es que el
acopio de información se lleve a cabo antes de emprender el proceso de escritura,
a fin de que el autor sea capaz de relacionar los datos pertinentes con las distintas
partes de su trabajo.
En cuanto a las fuentes, éstas se clasifican en dos grupos. Las directas,
primarias u originarias son documentos originales que contienen información de
primera mano; por ejemplo, libros, artículos, informes técnicos o científicos,
documentos históricos, etcétera. En cambio, las fuentes indirectas, secundarias o
derivadas son textos en los que interviene la acción o la interpretación de una
tercera persona; por ejemplo, una traducción, una compilación, las recopilaciones,
8
los resúmenes y las obras de referencia, como diccionarios y enciclopedias.
Huelga decir que en una investigación seria debe prevalecer la consulta de las
fuentes primarias.
Material de consulta
La herramienta principal de todo escritor es el lenguaje. Si un escritor, al ser
también hablante, domina su lengua, puede pensarse que no requiere más ayuda
que la pluma o el teclado para componer un texto. Esto no es del todo cierto. Cabe
recordar que el lenguaje escrito no es igual que el oral: mientras el segundo echa
mano de elementos como la entonación, la expresión corporal y el volumen de la
voz, el primero debe limitarse al uso de la palabra para expresar cualquier idea.
Así, tanto la precisión como la claridad adquieren gran importancia para quien
escribe un texto.
Uno de los recursos indispensables de todo autor, sea éste novel o no, es el
diccionario. El más básico de todos es el de la lengua; el más recomendable es el
que la Real Academia, en asociación con las academias de los demás países de
habla hispana, publica cada década y que puede consultarse en línea de manera
gratuita.
No menos útiles son los diccionarios de sinónimos y antónimos, que auxilian al
escritor cuando desea evitar la repetición de un término o dotar su texto de cierta
variedad y riqueza léxica. Por su parte, los diccionarios de uso proporcionan
ejemplos de las formas en que una voz se emplea, con lo que muchas veces
disipan dudas relacionadas con el uso correcto (o por lo menos común) de la
lengua. En cuanto a las dudas, asimismo, hay diccionarios que orientan al lector
sobre el uso de determinada voz y su adecuación con la gramática y la ortografía
vigentes. (El Diccionario panhispánico de dudas, publicado por la Asociación de
Academias de la Lengua y la Real Academia, es sumamente recomendable,
además de que puede consultarse en línea sin costo alguno.)
9
Otros diccionarios útiles son los ideológicos, enciclopédicos, biográficos y
especializados. Su elección dependerá de las necesidades y las preferencias de
cada autor.1
Pese a la gran diversidad de temas que pueden abordar, las obras, por lo general,
presentan una organización tradicional. Así, en primer término se describe a
grandes rasgos el objetivo del texto y se explica en qué consiste cada una de sus
partes; a continuación se desarrolla el contenido propiamente dicho; por último, se
ofrecen las conclusiones a que se llegó al término de la investigación, lo cual debe
recoger lo que se expuso a lo largo del texto.
Textos introductorios
Los términos presentación, prefacio, palabras preliminares, introducción y otros
semejantes están íntimamente relacionados por su significado y por la función que
desempeñan. Todos ellos anteceden al desarrollo propiamente dicho de la obra y
se encargan de introducir al lector en el tema que se abordará. La elección de uno
u otro dependerá del objetivo que se persiga al incluirlo: dar a conocer a un autor,
reconocer la trayectoria de algún personaje, proporcionar herramientas que
ayuden al lector a comprender mejor un texto, etcétera.
Para José Martínez de Sousa,
en la página impar siguiente a la última ocupada con texto, comienzan los textos de
presentación de la obra, que pueden consistir en una presentación (escrita por persona
distinta del autor), un prólogo (escrito por el autor o por persona ajena), una advertencia o
2
nota previa (escrita por el editor o por el director literario).
1
Aunque en la elaboración de su trabajo el autor recurra a diccionarios y otras obras de
consulta, por lo general se recomienda no citarlas en la bibliografía: se espera que en una
investigación se empleen fuentes menos “básicas” y más especializadas.
2
José Martínez de Sousa, Manual de estilo de la lengua española (MELE 3), 3ª ed., revisada y
ampliada, Gijón, Trea, 2007, p. 215.
10
Según el editor Roberto Zavala, autor de El libro y sus orillas. Tipografía,
originales, redacción, corrección de estilo y de pruebas, la finalidad de la
presentación es ofrecer una suerte de reseña de la obra, cuyos aciertos señala y
elogia, y una somera semblanza del autor. Tanto el prólogo como el prefacio, el
preámbulo, el proemio y el introito comparten, también al decir de Zavala, la
característica de preceder, de introducir. La función de tales textos es mostrar las
cualidades del autor o de su obra; en general, su tono es elogioso, o al menos
exegético, por lo que normalmente su escritura es tarea que recae en manos
ajenas al autor (aunque éste, sin contravenir ningún reglamento, puede signar el
prólogo de su escrito).
Por lo que toca a la introducción, éste es un texto más bien extenso;
proporciona al lector elementos necesarios para desentrañar el contenido de la
obra y, de ser necesario, lo sitúa en el contexto en que se escribió. Puede decirse,
en suma, que facilita la lectura y asegura una mejor comprensión del contenido.
En el apartado dedicado a la escritura de tesis académicas —cuya estructura es
muy semejante a la de cualquier obra de investigación—, Carmen Galindo,
Magdalena Galindo y Armando Torres-Michúa, autores de un útil Manual de
redacción e investigación dirigido a estudiantes y profesionistas, describen la
introducción, prólogo o prefacio de forma clara y sucinta. Vale citarlos aquí, pues
sus ideas pueden resultar de utilidad para resumir y reforzar las ideas de esta
sección:
3
Carmen Galindo, Magdalena Galindo y Armando Torres-Michúa, Manual de redacción e
investigación, México, Grijalbo, 1997, p. 151.
11
Desarrollo: los capítulos de la obra
Por lo general, las obras suelen dividir su parte central o desarrollo en capítulos.
En ellos se aborda un aspecto del tema de la obra, por lo que cada capítulo goza
de cierta autonomía sin dejar de estar vinculado con los demás. Por esa razón, y a
reserva de abordar el tema más adelante,4 las referencias bibliográficas que se
consignen en nota a pie de página deberán colocarse completas la primera vez
que aparezcan en cada capítulo.
En obras muy extensas o que requieran hacer una diferenciación temática, los
capítulos se agrupan en partes;5 el título de éstas ha de disponerse en una página
non, sin ningún otro texto y dejando la página siguiente, par, en blanco (página
falsa).
Por su parte, los capítulos se subdividen en apartados o incisos. Estas
divisiones resultan tanto más necesarias cuanto más extenso es el capítulo; por lo
general, su jerarquía y la relación que guardan entre sí se traducen en
un tratamiento tipográfico distinto (véase el apartado “Jerarquías tipográficas”,
en la presente guía). Sin embargo, también puede emplearse una
clasificación numérica (la cual resulta particularmente útil cuando el texto
tiene muchas
subdivisiones y numerosas referencias cruzadas): 1, 2, 2.1, 2.2, 2.2.1, 2.2.2, 3…
Conclusión o epílogo
Aunque estos dos términos tienen significados ligeramente distintos,6 ambos
sirven para hacer una recapitulación de lo que se expuso en el desarrollo de
la obra. No deben ser textos muy extensos ni dedicar demasiado espacio a
resumir
el tema del libro. Tampoco conviene que el autor reserve para los finales de la
4
Véase el apartado “Notas y bibliografía”, en esta misma sección.
5
José
6 Martínez de
El Diccionario de Sousa plantea
la lengua la división
española interna
de la Real de la obra conclusión
Academia en dos grandes
como laniveles:
macroestructura textual, compuesta por tomos, libros, partes y define
secciones, y microestructura “idea a la
que se llega después de considerar una serie de datos o circunstancias” y como “fin y terminación
textual: capítulos, subcapítulos, párrafos, apartados, subapartados y subsubapartados. Cf. José
de algo” (segunda y tercera acepciones). Por su parte, la palabra epílogo queda definida como
Martínez de Sousa, op. cit., pp. 209-211.
“recapitulación de lo dicho en un discurso o en otra composición literaria” y “última parte de una
obra, en la que se refieren hechos posteriores a los recogidos en ella o reflexiones relacionadas
con su tema central”. Cabe decir que, en la etimología de conclusión, se lee: “Del lat. conclusĭo, -
ōnis, y éste trad. del gr. ἐπίλογος epílogos”, lo que explica el uso a veces indistinto de ambos
términos en la práctica.
12
obra sus ideas más valiosas. Para elaborar la conclusión o epílogo, los autores del
citado Manual de redacción e investigación sugieren “releer cada uno de los
capítulos y señalar las tesis principales, así como la argumentación y las pruebas
centrales que confirman nuestras apreciaciones”.7
Citas y transcripciones
Si se considera que en todo trabajo, sea éste del tipo que sea, se desarrollan las
ideas de su autor, se entenderá que éste no debería echar mano de ideas ajenas
salvo para reforzar sus propios argumentos o establecer un contraste con ellos.
Asimismo, es preciso que la cita reproducida sea pertinente, que su extensión esté
justificada por el interés y la relevancia del fragmento en el marco de la
investigación, y que su autor sea autoridad en el tema.8
Huelga decir que, en aras del respeto al derecho de autor, la autoría de la cita
debe ser oportunamente aclarada, y que en toda circunstancia ha de indicarse la
ubicación del fragmento citado.
Ahora bien, de acuerdo con la forma de presentar el texto transcrito, las citas
pueden ser de dos tipos:
a) indirectas: son aquellas que presentan la idea de un autor sin emplear sus
mismas palabras. Por lo general se introducen tras un verbo transitivo,
como su complemento directo; en virtud de que no reproducen de modo
textual las palabras del autor citado, no requieren comillas ni ninguna otra
distinción textual:
En El libro y sus orillas, Roberto Zavala afirma que es válido usar el gerundio con
pronombres enclíticos.
7
Carmen Galindo, Magdalena Galindo y Armando Torres-Michúa, op. cit., p. 153.
8
Cf. José Martínez de Sousa, op. cit., p. 71.
13
compondrá a bando, esto es, en redondas, en un cuerpo de texto uno o dos
puntos menor que el resto de la obra, en párrafo justificado y sangrado en
todas sus líneas por la izquierda. Se debe dejar, asimismo, un blanco antes
de la transcripción y otro después. Al igual que el párrafo ordinario, los
párrafos del bando llevan sangría en su primera línea, a excepción de aquel
que encabeza la cita:
Otro uso correcto y muy frecuente del gerundio es el que no remite a ningún verbo,
caso en el que […] adquiere carácter de participio activo del sujeto: El oficiante
arrancando el corazón a la víctima; Un espermatozoide fecundando el óvulo; El
batallón Olimpia masacrando al pueblo. Este empleo se lee a menudo en pies de
grabado, donde el gerundio describe la acción justamente en el momento en que
se produce […]
La Academia aprueba también el empleo de los gerundios ardiendo e hirviendo
aplicados a un sustantivo, haciendo las veces de adjetivos [Roberto Zavala, El libro
y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y de pruebas,
México, Fondo de Cultura Económica, 2012, p. 213].
14
Notas y bibliografía
Notas
De acuerdo con lo que dicte la particularidad de cada proyecto, las notas pueden ir
a pie de página, al final de cada capítulo o al final de la obra. Existen dos tipos de
notas: las explicativas o aclaratorias y las bibliográficas o referentes. Las primeras
(por lo regular a pie de página) sirven para ampliar, comentar, disgregar o acotar
datos que puedan ser de utilidad a lo que se dice en el cuerpo del texto, pero que
pueden llegar a interrumpir la idea que se desarrolla. En las segundas se consigna
la fuente de la que se citaron datos precisos, conceptos o pasajes enteros; por su
contenido, es más común remitir estas notas al final del capítulo o de la obra. Vale
decir, asimismo, que ambos tipos de notas pueden usarse de forma alternada o
combinada.
Mientras las notas aclaratorias no requieren un formato único, pues en general
su aparición es decisión del autor, las notas bibliográficas representan un campo
más complejo, ya que hay diversos modelos para elaborarlas. El sistema de uso
más frecuente en español es el llamado hispánico. En éste se consigna el autor de
la publicación empezando por su nombre de pila,9 el título y el subtítulo de la obra,
el pie de imprenta (es decir, la ciudad, la editorial y el año de la edición), y la
colección, si la hay, entre paréntesis.10 Algunos otros elementos son el nombre del
traductor, editor y demás colaboradores, el número de edición, el número de
tomos o volúmenes (si los hay) y el número de páginas del texto.
He aquí un par de ejemplos de notas bibliográficas:
9
Cabe aclarar que la autoría puede ser individual (un solo autor), colectiva (dos o más autores),
corporativa (una persona jurídica; puede ser una institución, entidad, sociedad, organismo, entre
otros) o anónima. Cuando hay más de tres autores sólo se coloca el nombre completo del primero
de ellos, seguido de la locución latina et al. (et alii, “y otros”; hay que evitar la práctica común, pero
no por ello menos errónea, de colocar un punto después de la conjunción et, pues no es
abreviatura). Cuando la obra es anónima, la referencia comienza con el título de la obra; en ningún
caso ha de emplearse la palabra anónimo (o su abreviatura: anón.), y tampoco se recomienda usar
la abreviatura AA.VV. o VV.AA. (varios autores), pues en ambos casos se corre el riesgo de
asociar por un hecho circunstancial (el desconocimiento del autor o la autoría colectiva) obras
disímiles y dificultar su pronta localización.
10
Las colecciones deben escribirse en redondas y con mayúscula inicial en cada una de las
palabras que conforman su nombre, a excepción de preposiciones, artículos y conjunciones. A
menos que forme parte del nombre, no es necesario consignar la palabra colección (ni su
abreviatura) en la ficha bibliográfica.
15
1
Robert Bringhurst, Los elementos del estilo tipográfico, 2ª ed., Márgara Averbach y
Cristóbal Henestrosa (trads.), México, Fondo de Cultura Económica, 2014 (Libros sobre Libros),
445 pp.
2
Pete Hamill, Por qué importa Sinatra, 2ª ed., Jorge Hernández Campos (trad.), Margarita
López (ed.), México, Pértiga/Universidad Nacional Autónoma de México, 2012 (Ensayo, 19),
440 pp.
1
Rafael Vargas, “Los privilegios de la tinta”, en La Gaceta del Fondo de Cultura Económica,
núms. 539-540, México, Fondo de Cultura Económica, noviembre-diciembre de 2015, pp. 12-
11
13.
2
Marco Antonio Campos, “Pequeña guía idiomática para ser cronista de futbol”, en La
Jornada Semanal, suplemento cultural de La Jornada, núm. 1073, 27 de septiembre de 2015, p.
10.
3
Magda Díaz y Morales, “Carmen: el discurso erótico del romanticismo”, en Serafín
González y Lilian von der Walde (eds.), Palabra crítica. Estudios en homenaje a José Amezcua,
México, Universidad Autónoma Metropolitana/Fondo de Cultura Económica, 1997 (Vida y
Pensamiento de México), pp. 331-338.
1
Pete Hamill, op. cit., p. 45.
11
Algunas publicaciones periódicas contienen otros datos que conviene registrar; generalmente
se ordenan del mayor al menor. Éstos son los más comunes (en el orden que deben figurar en la
referencia): época, año, volumen, tomo y número. El ya citado Manual de estilo de la lengua
española de Martínez de Sousa ofrece una revisión muy completa de los elementos de la ficha
bibliográfica; el lector puede acudir a él si desea ahondar en el tema.
16
Si en la obra se hace referencia a varias obras del mismo autor, además de la
locución op. cit. se consignará la primera frase (o las primeras tres palabras con
sentido) del título de la obra citada:
1
Pete Hamill, Por qué importa…, op. cit., p. 49.
1
Pete Hamill, Por qué importa…, op. cit., p. 49.
2
Ibid., pp. 40 y 42.
También puede ocurrir que las citas consecutivas sean a la misma página de la
misma obra; en esos casos, la abreviatura correcta para las notas (a partir de la
segunda) será id. (idem, “el mismo”, “lo mismo”):
1
Pete Hamill, Por qué importa…, op. cit., p. 49.
2
Id.
3
Ibid., pp. 46 y ss.
Como puede verse en el ejemplo, id. e ibid. pueden alternarse de ser necesario.
Es importante, empero, verificar, una vez terminada toda obra, su uso correcto: en
virtud de que la escritura no suele ser un proceso lineal, sino que, por el contrario,
un nuevo dato, una rectificación o una relectura significan la adición o eliminación
de notas, no es poco frecuente que las referencias consecutivas dejen de serlo.
En este sentido podría ser útil colocar siempre las referencias completas y dejar
para el final su sistematización por medio de las abreviaturas que se han descrito
aquí.
17
Bibliografía
La bibliografía, por su parte, es una suerte de catálogo que comprende las fuentes
consultadas a lo largo de la obra. De preferencia, las fichas que aparecen en la
bibliografía deben corresponder a obras a las que se haya hecho referencia o se
hayan citado en el texto.
Las reglas que se han descrito aquí para la elaboración de las notas
bibliográficas son válidas también para la bibliografía, con la salvedad de que el
nombre del autor debe invertirse, de modo que comience por el apellido paterno. A
partir de éste, las fichas se ordenan alfabéticamente al final de la obra; por regla
general se disponen en párrafo francés. En ocasiones, especialmente cuando la
investigación demandó la consulta de un número igual o mayor de referencias
hemerográficas (diarios, revistas) que bibliográficas, la bibliografía se divide en
apartados, según el tipo de fuente; lo mismo vale para los recursos en línea.
Hay numerosos manuales, en línea, en librerías y en bibliotecas, que abordan
con gran solvencia las dificultades que se presentan al elaborar bibliografías
(alfabetización, reglas y excepciones; ediciones especiales, facsimilares, críticas,
paleográficas, etcétera). Al final de esta sección se consignan varias fuentes que
pueden resultar útiles para el lector no avezado. A continuación se ofrecen sólo
unos cuantos ejemplos de fichas:
Con un autor:
McCormack, Thomas, La novela, el novelista y su editor, Juana Inés Dehesa (trad.), México,
Fondo de Cultura Económica, 2010 (Libros sobre Libros).
Clark de Lara, Belem, y Ana Laura Zavala (introducción y rescate), La construcción del
modernismo (Antología), México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002
(Biblioteca del Estudiante Universitario, 137).
18
Ross, Stanley R., et al., ¿Ha muerto la Revolución Mexicana? Causas, desarrollo y crisis, 2 t.,
12
México, Secretaría de Educación Pública, 1972 (SepSetentas, 21).
Organisation for Economic Cooperation and Development, Education at a Glance 2015: OECD
Indicators, OECD Publishing, 2015.
México, Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Faros de México. Los guías de ultramar,
SCT/Programa Editorial del Gobierno de la República, 2015.
Recursos electrónicos
Cada vez resulta más frecuente recurrir a internet para buscar información,
consultar versiones digitales de publicaciones impresas, bases de datos, artículos,
libros, páginas electrónicas, etcétera. Sin embargo, al tratarse de documentos, su
registro no resulta muy distinto del empleado en las notas y en la bibliografía. En
términos generales, éstos son dos modelos de ficha de publicaciones electrónicas:
Autor (nombre y apellido), “Título del artículo citado”, en Título de la publicación que lo
contiene [en línea], volumen, tomo, número (y otros datos similares), país, fecha, páginas,
disponible en <páginaelectrónica o url>, consultado el (fecha).
12
Aunque a menudo se omite, la coma que sigue al nombre de pila del primer autor es muy
necesaria: permite distinguir a primera vista un autor del siguiente; de otro modo, de acuerdo con
las reglas vigentes para el uso de la coma, el inicio de la ficha puede interpretarse como una
enumeración cuyos elementos sean los apellidos del primer autor, su nombre de pila y el nombre
de pila del coautor que aparece a continuación (cuyo nombre no debe invertirse). En caso de que
haya tres o más autores, se colocará una coma seguida del nombre de pila del segundo autor:
Ross, Stanley L., Luis Cabrera y Howard F. Cline. Nótese que antes de la y la coma deja de ser
necesaria. Cabe aclarar que el nombre de los autores que siguen al primero no debe invertirse:
éstos no precisan ser ordenados alfabéticamente.
19
Autor (nombre y apellido), Título. Subtítulo [en línea], número de edición, colaboradores, pie
de imprenta, disponible en <páginaelectrónica o url>, consultado el (fecha).
APA
“Es del todo correcto emplear el gerundio con pronombres enclíticos” (Zavala, 2012, p. 212).
Zavala Ruiz, Roberto (2012). El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección
de estilo y de pruebas. México: Fondo de Cultura Económica.
20
Harvard
Muy semejante al sistema APA, el estilo Harvard, desarrollado en la universidad
homónima a mediados del siglo pasado, también suele utilizarse en el ámbito
académico, especialmente en física y en ciencias sociales. Se caracteriza por
emplear, a continuación de la referencia dentro del texto y entre paréntesis,
algunos elementos de la ficha bibliográfica: apellido del autor, año de la
publicación y páginas citadas:
“Es del todo correcto emplear el gerundio con pronombres enclíticos” (Zavala, 2012: 212).
Zavala Ruiz, Roberto (2012) El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de
estilo y de pruebas. México: Fondo de Cultura Económica.
Chicago
Otro sistema bibliográfico es el llamado Chicago, desarrollado por la Chicago
University Press en su Manual de estilo, un texto que contiene lineamientos
relacionados con la gramática, la ortografía y la tipografía en lengua inglesa. Este
documento, cuya primera edición vio la luz en 1906, se publica en papel y de
forma electrónica.13
El estilo Chicago admite el uso de dos sistemas de citas. El primero, utilizado
sobre todo en humanidades, echa mano de las notas bibliográficas a pie de
página, las cuales se elaboran con un criterio semejante al que se describió en la
sección titulada “Notas”:
1
Roberto Zavala, El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y
de pruebas (México: Fondo de Cultura Económica, 2012), 212.
13
En 2013, la Universidad de Deusto, en España, además de verter el manual al español,
ofreció una adaptación de su contenido a las necesidades de los lectores hispanohablantes.
Basada en la edición en inglés de 2010, la publicación se plantea como una herramienta útil para el
trabajo editorial en un entorno digital.
21
El segundo sistema es conocido como autor-fecha; se emplea con preferencia
en ciencias sociales, exactas y naturales. Al igual que en los estilos Harvard y APA,
en este sistema las referencias, compuestas por el apellido paterno del autor y el
año de la publicación, se insertan dentro del texto, entre paréntesis. Las fichas
bibliográficas completas se reúnen al final del texto, de acuerdo con el siguiente
modelo:
Zavala, Roberto. El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y de
pruebas. México: Fondo de Cultura Económica, 2012.
Índices
14
En su sitio electrónico, la Universidad Nacional Autónoma de México pone a disposición de
todo público una guía para usar el estilo APA: <www.dgbiblio.unam.mx/index.php/guias-y-consejos-
de-busqueda/como-citar>; en cuanto al Manual de estilo de Chicago-Deusto, éste se ofrece,
resumido y sin costo, en la página electrónica de la Universidad de Deusto: <www.deusto-
publicaciones.es/deusto/pdfs/otraspub/otraspub07.pdf>; por su parte, la página electrónica de la
Universidad Autónoma Metropolitana contiene una guía para el uso del estilo Harvard:
<www.bidi.uam.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=65:citar-recursos-normas-
harvard&catid=38:como-citar-recursos&Itemid=65>. Por último, la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales ofrece a los visitantes de su página un resumen comparativo de los tres
sistemas: <www.flacso.edu.mx/biblioiberoamericana/MATAUX/Estilos_bibliograficos.pdf>.
22
aparecen. Ambos tipos de índices presentan en orden alfabético las entradas que
los componen y se colocan en las páginas finales de la obra.
Algo menos comunes son, por último, los índices de primeros versos,
elementales en los libros de poesía, y los índices de figuras, fotografías, gráficas,
cuadros y demás material gráfico.
Por lo que toca al índice del contenido de la obra, donde se enumeran las
partes principales de ésta, conviene citar la siguiente precisión de Martínez de
Sousa:
La situación del índice de contenido es discutida, pero pueden tenerse en cuenta estas
normas: 1) en obras técnicas y científicas, el índice de contenido debe ir en los principios
del libro; 2) en los principios del libro, normalmente el índice de contenido se coloca
inmediatamente después de la página de derechos [o legal] (es decir, antes de la
presentación, el prólogo o texto que haga sus veces), pero en algunos casos los autores
suelen desplazarlo hasta el final de los principios del libro; 3) en obras literarias o
15
semejantes, el índice debe ir al final.
15
José Martínez de Sousa, op. cit., pp. 214-215.
23
Figuras 1 y 2. Ejemplos de índice general.
24
Figura 3. Índice analítico.
Fuente: Roberto Zavala, El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y de
pruebas, México, Fondo de Cultura Económica, 2012.
25
Características del párrafo
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26
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El llamado párrafo en bandera es aquel dispuesto de tal manera que uno de sus
lados (puede ser el derecho o el izquierdo) no está justificado; tiene un uso
limitado en libros y revistas. Al elegir esta formación es preciso evitar que en el
extremo no justificado de la línea queden artículos, conjunciones o monosílabos;
asimismo, por lo general se recomienda no emplear la división silábica:
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27
Características del documento: cómo entregar el original
Características técnicas
Sin importar que el texto será objeto de una serie de transformaciones una vez
que el autor lo entregue a la editorial, resulta sumamente útil que presente una
sola fuente tipográfica (Times New Roman y Arial figuran entre las más legibles, y
ambas se cuentan en el catálogo gratuito de que dispone Word), con un solo
tamaño (11 o 12 puntos; se exceptúan las citas textuales y las notas al pie, que
deberán estar en 9 o 10 puntos). La disposición del documento deberá ser vertical,
y sus márgenes derecho e izquierdo habrán de medir tres centímetros, mientras
que los inferiores y superiores serán de 2.5 centímetros. Para señalar el fin de un
capítulo y el inicio de otro se deberá insertar un salto de página; todas las páginas
deberán estar foliadas, lo mismo que las notas, los cuadros, las gráficas y demás
elementos gráficos.
Asimismo, una vez que dé por terminada la escritura de su texto, el autor,
valiéndose de la herramienta de búsqueda, habrá de localizar los dobles espacios
entre palabras y eliminarlos. Por regla general se suprimirán también los blancos
entre párrafos. De igual modo, conviene evitar el uso del tabulador para centrar o
sangrar líneas, así como los efectos de caracteres (sombreado, ahuecado,
subrayado) que ofrece Word.
La versión final de la obra habrá de entregarse en formato electrónico (un
archivo de Word con las características descritas) e impresa, cuidando que ambos
documentos sean exactamente iguales.
28
Jerarquías tipográficas
El texto que el autor entregue deberá organizarse de la siguiente forma:
1. Capítulos: Su título deberá estar centrado al inicio de la página, en versales
redondas del mismo tamaño que el texto. No deberá contener la palabra
capítulo; en su lugar se colocará, en números romanos, el que le
corresponda en orden, seguido de un punto.
2. Subtítulo 1: Se escribirán en versal/versalitas redondas, centrados, con dos
blancos antes y uno después; pueden llevar un número arábigo para indicar
el orden que les corresponde.
3. Subtítulo 2: Se escribirán en negritas, altas y bajas, alineados por la
izquierda, con dos espacios antes y uno después.
4. Subtítulo 3: Se escribirán en cursivas, altas y bajas, alineados por la
izquierda, con dos espacios antes y uno después.
5. Subtítulo 4: Se escribirán en cursivas, altas y bajas, alineados por la
izquierda, con un espacio antes y ninguno después.
6. Subtítulo 5: Se escribirán en cursivas, altas y bajas, alineados por la
izquierda. Llevarán un espacio antes; el texto que titulan se dispondrá en la
misma línea, separado por un punto y aparte.
Material gráfico
Sea o no abundante, el material gráfico que acompaña cualquier obra deberá
entregarse por separado, en un archivo generado en el programa electrónico con
el que se haya trabajado cada elemento. El título de cada uno de estos archivos
habrá de contener el número que corresponda a su ubicación y el tipo de
documento de que se trate (por ejemplo: “Gráfica 8”, “Lámina 2”, “Tabla 5”,
etcétera). Por su parte, en el documento deberá ser muy clara la situación del
material gráfico; para ello, el autor puede, si lo desea, insertar en el documento de
Word una imagen reducida del archivo correspondiente.
29
Figura 5. Jerarquías tipográficas.
30
II. Revisión
Indicaciones generales16
16
En los apartados siguientes se ofrecen sólo algunas recomendaciones y reglas de escritura.
Para tener mayor información al respecto, consulte la bibliografía sugerida.
31
(comillas, paréntesis, signos de admiración e interrogación, entre otros) abra y
cierre; que todas las ideas se vinculen con el tema principal del texto; que haya
correspondencia entre llamadas y notas, entre texto y notas, y entre las notas y la
bibliografía; por último, y ante todo, respetar el estilo del autor.
Respecto de las traducciones, hay distintas precisiones en función del idioma
con el que se trabaje, pues cada lengua presenta sus particularidades; en general,
se debe evitar el abuso de formas poco comunes en español.
Otras recomendaciones:17
• Se debe evitar el abuso de la voz pasiva.
• Evitar el uso de gerundios en títulos y subtítulos, lo que en el idioma inglés es
muy común. En el francés el gerundio se utiliza para calificar un nombre, uso
que debe descartarse en español por ser incorrecto.
• La palabra inglesa billions debe traducirse como “miles de millones”.
• Se debe evitar el abuso de extranjerismos.
• En el idioma francés hay una tendencia a iniciar las oraciones con participio;
en español hay que evitar que esa construcción se repita innecesariamente.
• En francés suele escribirse con mayúscula sólo la primera letra de la primera
palabra del nombre de una institución; en español todas las iniciales serán
mayúsculas y el nombre deberá escribirse en redondas.
• Cuando un topónimo tenga una forma consagrada por la tradición española
se preferirá ésta sobre el nombre extranjero.
• Debe respetarse la ortografía de los nombres propios extranjeros.
Acentuación
Hay tres reglas básicas de acentuación:
17
Prontuario de normas editoriales y tipográficas, México, Fondo de Cultura Económica, 1999-
2000, pp. 34-48.
32
1) Se acentúan las palabras agudas de más de una sílaba si terminan en n, s
o vocal.
2) Se acentúan las palabras graves si terminan en consonante que no sea n ni
s.
3) Las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas se acentúan sin excepción.
18
Cf. Ortografía de la lengua española, Madrid, Real Academia Española, Asociación de
Academias de la Lengua Española y Espasa, 2010, pp. 209-212.
33
respetará la escritura en la lengua original, salvo en aquéllos ya adoptados por el
español; por ejemplo: Nicolás Copérnico, Carlos Darwin, Nueva York, París.
Infinitivo Participio
argüir argüido
atribuir atribuido
disminuir disminuido
rehuir rehuido
Cuadro 3. Infinitivos y participios con el grupo –uir.
Sustantivos
No se acentúan los sustantivos que presentan el grupo vocálico -ui en la penúltima
sílaba. Ejemplos: altruismo, casuista.
Otros casos
• Todos los adverbios terminados en -mente llevarán el mismo acento del
adjetivo del cual se derivan.
común comúnmente
cínico cínicamente
único únicamente
19
Cf. ibid., p. 269.
34
• Las mayúsculas también se acentúan. Ejemplos: Álvaro, Óscar.
No llevan acento
Llevan acento
Hay palabras que nunca llevan tilde, aunque es común verlas acentuadas en
muchos escritos. Conviene memorizar esta lista para evitar cometer esas faltas de
ortografía:
fui, fue, di, dio, vi , vio, ti, bien, fe, son, fin, sin, esto, eso, aquello, no
35
36
37
Preposiciones20
Las preposiciones forman una clase gramatical cerrada. Sin embargo, el inventario que de
ellas se hace no siempre coincide en las diversas gramáticas, ya que algunas
preposiciones son de escaso uso, otras han ingresado no hace mucho en este paradigma y
otras, finalmente, poseen sólo algunas de las propiedades que caracterizan dicha clase de
palabras. En la actualidad suele aceptarse la relación siguiente: a, ante, bajo, cabe, con,
contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, so,
21
sobre, tras, versus y vía. [Véase el cuadro 1].
Puntuación
De acuerdo con la Ortografía de la lengua española, los de puntuación son los
signos ortográficos que organizan el discurso para facilitar su comprensión,
poniendo de manifiesto las relaciones sintácticas y lógicas entre sus diversos
constituyentes, evitando posibles ambigüedades y señalando el carácter especial
de determinados fragmentos. Forman parte de este grupo el punto (.), la coma (,),
el punto y coma (;), los dos puntos (:), los paréntesis ( ), los corchetes [ ], la raya
(―), las comillas (“”), los signos de interrogación (¿?) y de exclamación (¡!), y los
puntos suspensivos (…).
El punto
Es un signo cuyo uso principal consiste en señalar gráficamente la pausa que
marca el final de un enunciado, de un párrafo o de un texto. Se escribe sin
separación de la palabra que lo precede y separado por un espacio de la palabra o
el signo que lo sigue. La palabra que sigue al punto se escribe siempre con inicial
20
En su mayoría, los comentarios y ejemplos para este apartado se tomaron de la Nueva
gramática de la lengua española. Manual, México, Real Academia Española, Asociación de
Academias de la Lengua Española y Espasa, 2010, pp. 557-574.
21
Ibid., p. 558. Para una descripción más detallada sobre el uso de las preposiciones, pueden
consultarse la Nueva gramática de la lengua española y el Diccionario de uso de las preposiciones
españolas de Emile Slager (Madrid, Espasa, 2004).
38
mayúscula. El punto se escribirá siempre detrás de las comillas, los paréntesis y
las rayas de cierre. Nunca se escribe tras los títulos y subtítulos de libros,
artículos, capítulos, etcétera, cuando aparecen aislados (centrados o no) y son el
único texto del renglón. Tampoco llevan punto los nombres de autor en cubiertas,
portadas, prólogos, firmas, o cuando aparecen al pie de un epígrafe, ni después
de las dedicatorias al principio de una obra si éstas son breves y no tienen verbo
(por ejemplo: “A mi hija”) o en cualquier otro caso en que aparezcan solos en una
línea.
En pies de imágenes (cuando se trata de etiquetas, no en una explicación de
carácter discursivo con estructura oracional) no debe ponerse punto al final;
tampoco en eslóganes, enumeraciones en forma de lista, tablas e índices. El
punto no se repite si ya existe uno por otra razón al final de la frase, sean puntos
suspensivos o signos de interrogación y admiración, aunque con ellos termine el
enunciado. Dependiendo de su función, el punto recibe distintos nombres:
Un día llegaron en cantidad ramos y coronas de flores. Se nos prohibió la entrada a una de
las habitaciones. Advertimos rumor de llantos [José Vasconcelos, Ulises criollo, México,
Porrúa, 2014, p. 9].
No refieren las crónicas callejeras, esas crónicas amenas que escuchamos en pláticas
sabrosas con los viejos, ni el nombre verdadero del protagonista, ni la época cierta en que
acaeció el sucedido que hoy lanzamos a los vientos de la publicidad.
Pero el hecho fue tan cierto, como que todos los hombres son mortales, física, ya que
no intelectualmente, pues de los académicos se dice que no lo son. Y el que dude puede
consultar las citadas y verídicas crónicas, tan antiguas como sus autores [Luis González
39
Obregón, “Los polvos del virrey. Sucedido del portal de Mercaderes y esquina de Plateros”,
en Las calles de México, México, Porrúa, 2014, p. 141].
La elección entre un punto y seguido y un punto y aparte tiene que ver con la
forma en que quien escribe desea organizar la información. Las oraciones breves
suelen dar más peso a cada una de las ideas contenidas en ellas; el estilo resulta
así más contundente, enfático. En cambio las oraciones extensas, con relaciones
de subordinación, resultan más ágiles y también requieren un buen manejo de
otros signos de puntuación. Cabe recordar que, cuanto más extenso y complejo es
un párrafo, mejor será echar mano del punto para separar sus distintos elementos.
La coma
Es un signo de puntuación cuya función consiste en separar unidades lingüísticas
inferiores al enunciado y tiene presencia obligatoria en un escrito para que éste
pueda ser correctamente leído e interpretado. Entre otros, tiene los siguientes
usos normativos: para delimitar incisos (en aposiciones explicativas, en
expresiones u oraciones de carácter accesorio, o en cualquier clase de
comentario, explicación o precisión a algo dicho); para separar o aislar elementos
u oraciones dentro de un mismo enunciado (aunque, cuando la enunciación es
completa o exhaustiva y el último elemento va introducido por una conjunción, no
debe escribirse coma delante de y, e, ni, o, u), y para distinguir entre sentidos
posibles de un mismo enunciado.
El error más frecuente en el uso de la coma consiste en separar con ella el
sujeto del verbo; el único caso en que tal uso resulta válido es cuando entre éstos
hay una oración incidental o cualquier otro elemento que deba escribirse entre
comas. De igual forma, debe evitarse su empleo en las duplicaciones enfáticas o
expresivas de una palabra (luego luego, casi casi, muy muy).
La coma se escribe pegada al signo que la precede y seguida de un espacio
que la separa de la palabra o el signo que aparece a continuación de ella. “Las
40
comas —explica atinadamente Sandro Cohen— no sirven para indicarnos cómo
leer un escrito en voz alta, sino que son señales que nos anticipan las diversas
funciones de las palabras, frases y oraciones dentro de una proposición”.22
Este autor señala los siguientes usos obligatorios de la coma.
La misma regla se aplica para separar frases u oraciones en serie con una
construcción semejante entre sí:
Al evento llegaron los muchachos audaces, las chicas atractivas, los profesores carismáticos y
los niños intrépidos.
Todas las mañanas me levanto, me hago el desayuno, me lavo los dientes y me voy a trabajar.
22
Sandro Cohen, Redacción sin dolor, 5ª ed., México, Planeta, 2012, p. 160.
23
Una prueba para saber si una frase u oración es o no parentética consiste en suprimirla: si el
enunciado no cambia ni pierde su sentido sin ella, la oración que se suprimió es una incidental y
por tanto debe escribirse entre comas. Compárense las siguientes oraciones: Juan llegó a las seis
de la tarde / Juan, que tenía apuro por terminar pronto, llegó a las seis de la tarde. En la primera
oración es claro que “a las seis de la tarde” es un complemento circunstancial necesario para la
comprensión de la oración, por lo que no lleva comas ni puede suprimirse. En cambio, la oración
“que tenía apuro por terminar pronto”, aunque añade información, no resulta crucial para la
comprensión del enunciado, por lo que se escribe entre comas y puede suprimirse.
41
La idea central de este apartado, según lo dije en el prólogo, es que la ortografía constituye
un elemento fundamental para una buena comunicación escrita.
También pueden ocupar la posición inicial o final, en cuyo caso se marca su fin
o su inicio mediante una coma:
Según lo dije en el prólogo, la idea central de este apartado es que la ortografía constituye un
elemento fundamental para una buena comunicación escrita.
La idea central de este apartado es que la ortografía constituye un elemento fundamental para
una buena comunicación escrita, según lo dije en el prólogo.
Con las alas inmovilizadas, las gaviotas eran presas fáciles para los grandes peces.
Lo único que hemos logrado saber de ella, gracias a los conocimientos del compañero
Sabelotodo, es que pertenecía a la especie de las gaviotas argentadas.
Se consideran incisos:
a) Las estructuras explicativas, que interrumpen el enunciado para agregar
alguna precisión o comentarios sobre el elemento nominal que las
precede. Pueden ser: 1) aposiciones, es decir, sustantivos o grupos
nominales: Juan, el mejor amigo de Lucas, vino a la fiesta; El
arquitecto, Bermúdez, y su esposa, doña Ernestina, comieron en casa;
2) adjetivos o grupos adjetivales: Los estudiantes, entusiasmados,
asistieron al curso sabatino; El leñador, robusto, taló todos los árboles
de su terreno; 3) oraciones adjetivas (explicativas): La princesa Diana,
quien murió hace unos años, no pertenecía a la nobleza; El perro, que
42
no había comido en una semana, devoró todas las sobras; 4) otras
oraciones parentéticas: Los miserables, de Víctor Hugo, es una de las
novelas más populares de todo el mundo; El gorrioncillo, pecho
amarillo, se encuentra en una jaula.
b) Construcciones absolutas: son aquellas en que se predica algo de un
sujeto sin que aparezca un verbo conjugado (generalmente están en
participio o gerundio), aunque también pueden estar formadas por un
adjetivo. Por lo regular se colocan al principio de la oración, aunque
también pueden ir en medio, entre comas: Habiendo redactado su
novela, el escritor acudió a la editorial; Una vez terminadas las
excavaciones, el equipo de arqueólogos retiró su campamento; Ya
limpios, los mariscos se añaden a la sartén; El muchacho, viendo que
la oportunidad escapaba de sus manos, corrió tras el convoy que
escoltaba el coche de su amada.
c) Expresiones u oraciones de carácter accesorio, sin vinculación sintáctica
con los elementos del enunciado en que se insertan: Me dijo, créalo
usted o no, que nunca quiso a Manuelita; Se presentó, dime si no es
para matarlo, con todos sus amigos listos para comer.
d) Cualquier otra clase de comentario, precisión o aclaración a algo dicho:
Todos, salvo María, hicieron la tarea; Un político pobre, como dijo un
personaje de triste memoria, es un pobre político.
• Interjecciones
Son clases de palabras que forman expresiones exclamativas con las que
se manifiestan sentimientos, impresiones o reacciones afectivas, se induce
a la acción o se apela al interlocutor. Por sí solas constituyen una oración y
pueden escribirse por separado; por ello, dentro de una oración conservan
su carácter independiente y se escriben entre comas:
Bah, no te preocupes.
¡Ándale, a caminar se ha dicho!
El hombre que partió ayer, ¡ay!, se llevó su corazón.
43
• Vocativos
Se emplean cuando alguien se dirige a una persona o grupo de personas, a
una persona real o imaginaria, esté o no presente, por su nombre, título,
apodo o equivalente. Los vocativos pueden aparecer al principio de la
oración, en cuyo caso se escriben seguidos de una coma; en medio, entre
comas, o al final, precedidos por una coma:
• Apéndices confirmativos
Son expresiones interrogativas de refuerzo que cierran algunos enunciados
afirmativos (cuando se abusa de ellos llegan a ser muletillas). Siempre
deben ir precedidos de coma:
La fiesta estuvo animadísima y hubo platillos deliciosos. Diana trajo bacalao a la vizcaína; Luis,
un ceviche de camarón; Carmen, una ensalada griega, y Ramón, bocadillos de jamón serrano y
queso manchego.
Cabe destacar que las últimas dos oraciones se unen mediante la conjunción y
precedida por una coma, lo que equivale a punto y coma. Asimismo, cuando este
tipo de series constan de dos elementos, generalmente se usa la conjunción y
precedida de coma para unirlas:
44
Los hombres son de Marte, y las mujeres, de Venus.
El punto y coma
Es un signo de puntuación formado por un punto que se superpone a una coma;
se escribe pegado a la palabra o el signo que lo precede, y separado por un
espacio de la palabra o signo que le sigue. La primera palabra que aparece tras el
punto y coma se escribe siempre con minúscula (a menos que sea un nombre
propio). Se usa principalmente para separar expresiones que ya contienen comas,
en las relaciones de nombres cuando a éstos les sigue un cargo y para señalar la
existencia de ciertas relaciones sintácticas dentro de una oración. De acuerdo con
la Ortografía de la Academia, este signo resulta muy valioso en dos sentidos:
En la granja había gallinas, pavos, pericos; cabras, ovejas, terneras y vacas; perros y
gatos.
24
Ortografía de la lengua española..., op. cit., p. 350.
25
Ibid., p. 351.
45
1. Para separar oraciones yuxtapuestas de construcción no semejante, que no se
han unido por una conjunción
Dos oraciones pueden unirse en una sola mediante el uso de punto y coma,
siempre y cuando tengan una estrecha relación en cuanto a su sentido, ya sea
que ambas compartan el mismo sujeto o que los asuntos contenidos en ellas
estén íntimamente vinculados:
El escritor entregó su novela a la imprenta quince días antes de lo previsto; quería irse de
vacaciones con su familia sin preocuparse por su trabajo.
Algunas personas, llevadas por su ambición, lucran con la felicidad ajena; con tal de
obtener ganancias, mienten a sus semejantes; actúan, en fin, sin escrúpulos ni
miramientos.
El cielo está muy despejado; sin embargo, en el meteorológico anunciaron que llovería por
la tarde.
Las niñas no quisieron comer las verduras; en cambio, se acabaron el pastel.
46
La fiesta estuvo animadísima y hubo platillos deliciosos. Diana trajo bacalao a la vizcaína; Luis,
un ceviche de camarón; Carmen, una ensalada griega, y Ramón, bocadillos de jamón serrano y
queso manchego.
Uso correcto: Para hacer el pastel necesito algunos ingredientes: harina, huevo, cacao y
mantequilla.
Uso incorrecto: Para hacer el pastel necesito: harina, huevo, cacao y mantequilla.
47
Ya lo dijo Baltasar Gracián: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”.
Los dos puntos pueden usarse para conectar oraciones relacionadas entre sí
sin necesidad de emplear otro nexo. Pueden expresar diferentes relaciones; entre
ellas:
Causa-efecto: Está enferma: no vendrá a trabajar toda la semana.
Conclusión, consecuencia o resumen de la oración anterior: El trabajo fue
defectuoso y no se entregó a tiempo: los clientes decidieron no pagarle.
Verificación o explicación de la oración anterior, que suele tener un sentido más
general: La dieta de los mexicanos es poco saludable: consumen mucha azúcar,
carbohidratos y grasas saturadas.
Oposición: No quiero oro ni quiero plata: quiero romper la piñata.
Los paréntesis
Son un signo ortográfico doble utilizado para insertar en un enunciado información
complementaria o aclaratoria. De acuerdo con la Ortografía de la Academia, “la
función principal de los paréntesis es indicar que las unidades lingüísticas por ellos
aisladas (palabras, grupos sintácticos, oraciones, enunciados e incluso párrafos)
no son parte central del mensaje, sino que constituyen un segundo discurso que
se inserta en el discurso principal para introducir información complementaria de
48
muy diverso tipo”.26 El discurso que se escribe entre paréntesis goza de cierta
autonomía, por lo que puede tener puntuación propia:
Calculé que no tendría más de treinta años (con un margen de error de más/menos dos, lo cual
casi resultó exacto), es decir, unos quince menos que yo [Jorge Volpi, En busca de Klingsor,
México, Alfaguara, 2011, p. 200].
Los corchetes
Se emplean para ofrecer información complementaria o aclaratoria; en la
transcripción de un texto, para marcar cualquier interpolación o modificación en el
texto original, como adiciones, enmiendas o el desarrollo de abreviaturas.
La raya
Se utiliza en la representación de diálogos, en enumeraciones (debe dejarse un
espacio entre la raya y la primera palabra del elemento de la enumeración) e
índices, además de introducir comentarios dentro de una cita textual. No debe
confundirse con el guion (-) o el signo menos (–). Cuando se utiliza como signo
doble, su función consiste en delimitar o encerrar un segundo discurso que se
introduce en el discurso principal; indica que las unidades lingüísticas que aísla no
son parte central del mensaje, sino que constituyen un discurso secundario que
aporta información complementaria:
A lo lejos, el sol ha desaparecido de nuevo —¿quién podrá estar completamente seguro de que
volverá?— y, como recompensa por su paciencia, el negro averno de la noche se llena de
tímidas luciérnagas [Jorge Volpi, En busca de Klingsor, México, Alfaguara, 2011, p. 310].
26
Ibid., p. 365.
49
Se evitará el empleo de punto y raya, común en algunos índices y en obras
relativamente antiguas; en su lugar se usará punto y espacio, o dos puntos, según
sea el caso.
Al igual que en el caso de los paréntesis, la información contenida entre rayas
constituye un discurso autónomo y, como tal, puede tener puntuación propia e
independiente de la del discurso principal. Asimismo, cabe aclarar que, en esta
función delimitadora, las rayas siempre se usan por duplicado, sin importar que
después de ellas haya punto y seguido o punto y aparte.27
Las comillas
Se utilizan en citas textuales, en la reproducción de pensamientos, para enmarcar
el carácter especial de una palabra o expresión (pero no para términos extranjeros
o neologismos), para los títulos de artículos o capítulos, así como para marcar un
énfasis metalingüístico. En cambio, no deben usarse en las denominaciones
oficiales de establecimientos.
Existen varios tipos de comillas: las angulares, también llamadas latinas («»);
las inglesas (“”), y las simples (ʻʼ). Aunque los tres tipos pueden convivir en un
escrito, se recomienda evitar el uso de las comillas angulares, por ser
relativamente ajenas a la tradición tipográfica mexicana. Así, las comillas inglesas
cubrirán todos los usos aquí descritos, mientras que las comillas simples se
emplearán cuando haya necesidad de delimitar una cita o destacar una palabra
dentro de un texto entrecomillado.
27
Aunque comas, rayas y paréntesis pueden servir para aislar oraciones, su uso no es
indistinto. En palabras de Sandro Cohen: “Cada signo sugiere un grado distinto de alejamiento. Las
frases incidentales que menos alejadas se hallen del discurso de la oración, las que menos se
aparten del flujo del pensamiento, deben aislarse entre comas […]. Las que más se alejan del
discurso de la oración, las que agregan información meramente técnica o bibliográfica, por
ejemplo, o las que repiten alguna información que se dio con anterioridad, deben aislarse entre
paréntesis. Los casos intermedios de frases parentéticas pueden encerrarse entre rayas”, Sandro
Cohen, op. cit., pp. 246-247.
50
de forma obligatoria al comienzo y al final de la secuencia correspondiente.
Solamente se utilizan los de cierre escritos entre paréntesis para expresar duda
(?) o sorpresa (!). Nunca debe escribirse punto inmediatamente detrás de un signo
de cierre de interrogación o de exclamación. Las comillas y los signos de
interrogación y exclamación no deben omitirse cuando preceden a una letra
capitular.
Asimismo, la presencia de estos signos es distintiva, pues incide en el
significado de la escritura:
Entre los usos principales de los puntos suspensivos se cuentan los siguientes:
51
• Para indicar una pausa transitoria en el discurso que expresa duda, temor o
vacilación: Hola… Llamaba para… invitarte al cine.
• Para dejar un enunciado en suspenso, con el fin de crear expectación: Si
estas paredes hablaran…
• Para dejar el enunciado incompleto por cualquier otro motivo (por ejemplo,
indicar ironía, sorpresa o dramatismo): Esos días fueron muy duros para mí:
murió mi madre, enfermé gravemente, embargaron la casa… Prefiero
olvidar todo aquello.
• Para señalar la interrupción voluntaria de un discurso cuyo final se da por
conocido o sobreentendido por el interlocutor (un uso especialmente
frecuente cuando se reproduce un refrán o fragmento literario muy
conocido): No creo que seas tan diferente de tus amigos; ya sabes que el
que con lobos anda...
• Al final de enumeraciones abiertas o incompletas (en este uso, equivale a la
palabra etcétera): En Navidad comemos caldo de camarón, pavo,
romeritos, lomo de cerdo, ensalada, pastel…
• Para indicar la supresión de una palabra o un fragmento en una cita textual
(en esos casos, deben colocarse entre corchetes).
52
Errores y dudas frecuentes
28
Cf. Enrique Alcaraz Varo, Diccionario de lingüística moderna, España, Ariel, 1997.
53
Por el idioma del cual proviene el vocablo, los extranjerismos se clasifican
en galicismos (francés), germanismos (alemán), catalanismos (catalán),
anglicismos (inglés), lusitanismos (portugués), arabismos (árabe),
italianismos (italiano), helenismos (griego), valencianismos (valenciano),
galleguismos (gallego), etcétera.
54
• Gerundio modal: el gerundio funciona como un adverbio de modo, es
decir, describe la forma de ejecutar una acción, por lo que responde
a la pregunta “¿cómo?”, y puede reemplazarse por un adverbio o
frase adverbial. Ejemplo: Llegué corriendo a la escuela (por Llegué
rápidamente a la escuela).
• Gerundio en frases que se refieren al complemento directo: se utiliza
sólo en los casos concretos en los que los verbos que rigen la acción
indican percepción: ver, mirar, notar, observar, recordar, encontrar,
hallar, oír, percibir, contemplar o distinguir, entre otros análogos.
Ejemplos: Vi a María besándose con su novio; Distinguimos a ese
venado corriendo entre los árboles.
• Gerundio en complementos circunstanciales: el gerundio puede
usarse como complemento circunstancial prácticamente de cualquier
tipo. En este sentido, puede adquirir cierta independencia del verbo
principal; se debe recordar, sin embargo, que la relación entre la
frase circunstancial y el resto de la oración debe estar perfectamente
clara. Ejemplos: Siendo la voluntad de sus padres, los niños tienen
que obedecer (condicional); Habiendo visto las estrellas, los presos
dejaron de fijarse únicamente en las piedras del camino
(circunstancial de tiempo); Habiendo tantas mujeres, Edipo tuvo que
enamorarse de su madre (circunstancial concesivo).
En cuanto a los usos incorrectos, he aquí un par:
• Gerundio de posterioridad: cuando el gerundio denota consecuencia
o efecto de la acción del verbo principal. Ejemplo: El hombre recibió
un balazo muriendo enseguida (en vez de El hombre recibió un
balazo; como consecuencia, murió enseguida).
• Gerundio como adjetivo en función de atributo (modificador directo
de un sustantivo): se presenta cuando el gerundio modifica o califica
al sujeto de una oración. Por ello, es importante recordar que los
gerundios denotan acción, transformación o cambio, pero nunca
55
cualidades.29 Ejemplos: María encontró un cofre conteniendo
alhajas (por María encontró un cofre que contenía alhajas);
Promulgaron una ley regulando las tarifas telefónicas (por
Promulgaron una ley que regulará las tarifas telefónicas).
29
Sandro Cohen, op. cit., p. 361.
56
h) Imprecisiones léxicas: se presentan cuando las palabras no se utilizan
con propiedad y precisión; se confunde su significado o sentido real y
deja de existir una correspondencia entre el significado y el concepto que
se quiere expresar. Éstos son algunos ejemplos de palabras a las que se
le atribuye un significado distinto del real:
30
José Martínez de Sousa, op. cit., p. 136.
57
2) Timos: son dichos o frases que se repiten a manera de estribillo.
Ejemplos: Adónde vamos a parar; No somos nada; En qué país
estamos.
31
Sandro Cohen, op. cit., pp. 369-380.
58
A continuación se presentan algunos ejemplos de locuciones
preposicionales y otras formas que, sin ser una locución, se emplean
frecuentemente de manera incorrecta.
Forma incorrecta Forma correcta
a cuenta de por cuenta de
a excepción hecha de excepción hecha de
a grosso modo grosso modo
a lo que se ve por lo que se ve
a pesar que a pesar de que
a pretexto de bajo pretexto de
a provecho en provecho
a virtud de en virtud de
aun y cuando aun cuando
bajo la base sobre la base
bajo las circunstancias en las circunstancias
bajo el concepto en el concepto
bajo el supuesto en el supuesto
bajo preparación en preparación
bajo revisión en revisión
cerca a cerca de
con motivo a con motivo de
darse cuenta que darse cuenta de que
de abajo a arriba de abajo arriba
de acuerdo a de acuerdo con
de arriba a abajo de arriba abajo
de conformidad a de conformidad con
de ex profeso ex profeso
de gratis gratis, de balde
de por fuerza a la fuerza
de sí de por sí
diferente/distinto a diferente/distinto de
en base a con base en
en relación a en relación con/con relación a
estar convencido que estar convencido de que
mas sin en cambio mas/sin embargo
Cuadro 6. Locuciones frecuentemente mal empleadas y su corrección.
59
Cuestión de estilo: normas ortográficas y editoriales
Mayúsculas o altas32
Se llaman mayúsculas, versales o altas las letras que se escriben con mayor
tamaño y, por lo general, distinta forma que las minúsculas. (Era costumbre
antigua escribir la primera letra de cada verso con mayúsculas; de ahí que
también se les llame versales). Se usarán de acuerdo con los siguientes criterios:
32
Cf. Ortografía de la lengua española, op. cit., pp. 442-449.
33
Cuando en una obra se usen letras capitulares, y las oraciones comiencen con signo de
admiración, interrogación, comillas u otro similar, los dos primeros caracteres se dispondrán
capitulares.
34
Roberto Zavala, El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y
de pruebas, México, Fondo de Cultura Económica, 2012 (Libros sobre Libros), pp. 286-291.
60
o Al comienzo de un texto, párrafo u oración; es decir, después de
punto y seguido y punto y aparte, así como al principio de un
título.
o Después de puntos suspensivos cuando éstos cierran una
oración.
o Después de un signo de interrogación (?) o admiración (!) de
cierre, si éstos indican el término de una oración completa.
o Después de dos puntos, si es el encabezado de una carta (Señora
García:…) o si se reproduce una cita textual (De esta forma,
Reyes narra: “En la oscura ciudad…”).
• De acuerdo con su función o categoría, se usan mayúsculas:
o Cuando se escribe un nombre propio de persona, animal o cosa
singularizada; apellidos y signos zodiacales; también los nombres
de instituciones políticas, religiosas, sociales o jurídicas: Sandra,
Jacinto, González, Platero, Géminis, Sagitario, Secretaría de
Relaciones Exteriores, Compañía de Jesús, Comisión Nacional de
los Derechos Humanos, Suprema Corte de Justicia de la Nación,
etcétera.
o Para escribir los nombres de colecciones, exposiciones, hoteles,
restaurantes, barcos, escuelas, teatros: Escuela Primaria Benito
Juárez, Hotel Four Seasons, Teatro de los Insurgentes, etcétera.
o En la palabra Estado como sinónimo de nación o cuerpo político, y
en la palabra Iglesia cuando designa la institución: Fue el poder
del Estado el que impuso las nuevas leyes; las Leyes de Reforma
afectaron sobre todo a la Iglesia…
o Cuando se escriben nombres geográficos: México, Indonesia,
Holanda, etcétera. En el caso de que el nombre de algún lugar
incluya el artículo, ambas palabras se escriben con mayúsculas:
La Habana, El Salvador, etcétera.
61
En el caso del Estado de México, ambas palabras se escriben
con mayúscula inicial, pues Estado forma parte del nombre oficial
de la entidad, como sucede con Ciudad de México.
o En topónimos y nombres de accidentes geográficos sólo se
escribirá con mayúscula inicial el nombre propio; sin embargo, si
el sustantivo común forma un binomio indivisible con el nombre
geográfico, ambos llevarán versal inicial: cuenca de México, río
Usumacinta, valle de Toluca; Cerro Gordo, Sierra Nevada, Ciudad
Juárez, Valle de México, Mar Negro, Zona Metropolitana del Valle
de México…
o Las alternativas estilísticas de algunas áreas geográficas también
se escribirán con mayúscula, tanto el sustantivo como el adjetivo:
el Nuevo Mundo (América), la Santa Sede (el Vaticano), la Reina
del Plata (Buenos Aires), la Ciudad Eterna (Roma), etcétera.
o En los apellidos que designan dinastías: Capuletos, Austrias,
Borbones, Habsburgo…
o Para nombrar constelaciones, estrellas o astros. Ejemplos: el Sol,
la Luna, la Osa Mayor, la Tierra, Venus, Júpiter… No obstante, en
el caso del sol, la luna y la tierra, cuando se aluda a ellos sin la
categoría de astros, se escribirán con minúsculas: Esta tarde hay
mucho sol; Me gusta mirar la luna; Necesitamos tierra para las
macetas.
o Las épocas históricas se escribirán con mayúscula: República
Restaurada, Edad Media, Renacimiento, etcétera.
o Los nombres de festividades religiosas o civiles: Día de Muertos,
Día de la Madre, Pascua, Navidad, entre otras. No obstante,
cuando el nombre de una festividad se encuentre en plural se
escribirá con minúscula: En las pascuas iremos a la playa.
o Los periodos y épocas geológicas se escribirán con mayúscula:
Paleozoico, Cretáceo, Cámbrico, Paleolítico, etcétera.
62
o Las marcas comerciales también se escribirán con mayúscula
inicial, excepto cuando se les nombre como genéricos; por
ejemplo: Cómprame unos pañuelos Kleenex; Necesito unos
kleenex.
• Por otras circunstancias:
o Se usa mayúscula inicial en los sobrenombres, no en su artículo:
el Inca Garcilaso, el Chango Covarrubias, el Cavernario Galindo,
Mario Moreno Cantinflas,35 etcétera.
o Se escriben con mayúscula inicial los títulos de cualquier obra:
Bodas de sangre, Cien años de soledad, La divina comedia, Al filo
del agua.36 En el caso de las publicaciones periódicas, se escriben
con mayúscula los sustantivos y adjetivos de su nombre: Revista
Mexicana de Obstetricia, Revista de la Universidad de México, La
Jornada, La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, El
Universal, etcétera.37
En los títulos de publicaciones en una lengua diferente del
español, se respetará la ortografía original; así, por ejemplo, cada
palabra del título de una obra en inglés se escribirá con mayúscula
inicial (excepto adverbios, preposiciones, conjunciones y
artículos): One Flew over the Cuckoo’s Nest, For Whom the Bell
Tolls, etcétera.
o En el primer nombre latino de las especies animales y vegetales:
Homo sapiens, Escherichia coli, Bougainvillea spectabilis,38
etcétera.
o Los tres poderes de gobierno: Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y
Poder Judicial. En caso de que en el texto se aluda a éstos con el
sustantivo poder, éste se escribirá con minúscula; en cambio,
35
Véase el apartado “Uso de cursivas”.
36
Véase el apartado “Uso de cursivas”.
37
Véase el apartado “Uso de cursivas”. En el caso de las publicaciones periódicas deberá
averiguarse si el genérico (a saber: periódico, diario, revista, semanario) forma parte del nombre,
de lo cual dependerá el modo como éste se escriba: revista Enseñanza e Investigación en
Psicología o Revista Mexicana de Investigación Educativa.
38
Véase el apartado “Uso de cursivas”.
63
cuando aparezcan Ejecutivo, Legislativo o Judicial sin estar
acompañados de la palabra poder, conservarán la mayúscula
inicial.
o Asimismo, se escribirán con mayúscula inicial en cada palabra,
excepto artículos, preposiciones y nexos, los siguientes
conceptos: Administración Pública Federal, Administración Pública
Paraestatal, Constitución, Gobierno de la República, Gobierno
Federal, Honorable Congreso de la Unión, Informe de Gobierno,
Poderes de la Unión, Presidente de la República, Presidente de
México, República (cuando esta denominación forme parte del
nombre de un país o se emplee en sustitución de él), Sector
Público Federal, todas las secretarías (sólo cuando se mencione
su nombre completo: Secretaría de Economía) y Zona
Metropolitana de la Ciudad de México.
Minúsculas o bajas
Se usarán de acuerdo con los siguientes criterios:
64
• Los nombres de tribus o pueblos y de cualquier idioma, así como los
gentilicios.
• En caso de duda, es preferible usar minúscula para evitar el uso excesivo
de mayúsculas.
Cursivas
Tienen la función de destacar o distinguir una letra, un vocablo o una expresión.
Sus usos más frecuentes son:
65
como uno de los mejores comediantes el cine mexicano. El talento de
Cantinflas era tan grande que incluso llegó a Hollywood.
• Para poner énfasis en una palabra o frase, o para aludir a esa palabra en
su uso metalingüístico, fuera de su campo semántico natural.
Versalitas
Se trata de mayúsculas o versales de la misma altura que las minúsculas. Se usan
en los siguientes casos:
66
Importa mucho, porque estamos tratando de comprender
algo que ha sucedido entre hombres que viven
entre los libros, con los libros, de los libros…
UMBERTO ECO
FIGURA 1.3. Diagrama de flujo en el que se muestran los pasos para un adecuado proceso
editorial.
Negritas
Es la menos usada de las series tipográficas mencionadas; suelen emplearse en
subtítulos o encabezamientos; en matemáticas para denotar vectores o matrices, y
39
Véanse las normas para abreviaturas, siglas y acrónimos.
67
también para resaltar algunos términos a lo largo del texto (aunque en este caso
se prefiere el uso de cursivas).
Abreviaturas40
Se llama así a las representaciones gráficas reducidas de palabras o de un grupo
de palabras, obtenidas por la eliminación de algunas letras o sílabas en la
escritura de éstas.
Siglas
40
Cf. Ortografía de la lengua española, op. cit., pp. 564-574.
68
Organización de las Naciones Unidas; SEP, Secretaría de Educación
Pública; FIFA, Federación Internacional de Futbol Asociación.
• Tanto en las siglas como en los acrónimos, la primera vez que se menciona
el organismo o la institución debe aparecer su nombre completo y sus
siglas entre paréntesis. Las siguientes veces sólo se emplearán las siglas.
• Cuando sea necesario conservar la sigla correspondiente del nombre del
organismo o dependencia en otro idioma, siempre se hará la aclaración
pertinente entre paréntesis: La Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés);
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en
inglés).
• Las siglas nunca deben dividirse con guion al final de la línea; tampoco se
escribirán en plural, añadiéndoles una -s, pues son invariables: las ONG, los
PDF.
Acrónimos41
41
La RAE considera acrónimos las siglas “que presentan una estructura que permite su
pronunciación como palabras, como ocurre en los casos de ONU, ovni o sida […] Así pues, los
acrónimos no son más que un conjunto especial de siglas cuya estructura se acomoda a los
patrones silábicos característicos del español, lo que favorece su lectura normal por
sílabas”, Ortografía de la lengua española, op. cit., pp. 578-579. Sin embargo, para efectos de esta
guía, junto con José Martínez de Sousa, se entenderá por acrónimo “toda palabra resultante de la
fusión de aféresis, apócopes o síncopas de las voces que forman un término compuesto o un
sintagma, cualquiera que sea el orden” (op. cit., p. 238). En consecuencia, cualquier
abreviatura de la designación de una dependencia, organismo o institución que se forme con dos
o más letras de al menos una de las voces que conforman su nombre será considerado
acrónimo y su escritura observará los criterios correspondientes.
69
• En cuanto al nombre oficial de una institución, se considerará acrónimo si
cumple con el criterio descrito, aun cuando la propia institución lo escriba en
mayúsculas.
• Los acrónimos pueden dividirse al final de una línea, obedeciendo a las
reglas ortográficas del español respecto de la división silábica.
• Al igual que las siglas, los acrónimos nunca llevan tilde; su género quedará
señalado por el artículo que los precede y que será el de la institución a la
que designan: la Sedena (por la Secretaría), la Conagua (por la
Comisión).42
42
En el anexo de la presente guía se recogen las designaciones oficiales de las secretarías de
Estado, órganos, organismos y empresas de participación estatal, así como las siglas y acrónimos
correspondientes.
43
Cf. Ortografía de la lengua española, op. cit., p. 668.
44
Id.
45
Es importante recordar que todos los numerales fraccionarios han de escribirse en una sola
palabra, cuya acentuación habrá de observar las reglas vigentes. En cuanto a su género,
dependerá de la función que desempeñen; así, cuando sean sustantivos serán masculinos (Un
quinto de la población), y femeninos si son adjetivos (Una quinta parte de la población).
46
Al igual que los numerales fraccionarios, los multiplicativos pueden ser adjetivos o
sustantivos; en el primer caso, concuerdan en género y número con el sustantivo al que modifican
(El juego se organizó en dos series triples), mientras que en el segundo son siempre masculinos
(El obrero tuvo que trabajar el triple).
70
Existen dos modos de representar los números mediante cifras: la numeración
romana y la arábiga.
Los números romanos se utilizan en los siguientes contextos:
71
o Los números utilizados expresivamente o como parte de locuciones
y frases hechas (tres pies al gato; un millón de veces).
o En textos de carácter literario, es recomendable expresar los
números con palabras; sin embargo, esta elección queda en manos
del autor.
o Las décadas, que se expresarán siempre en singular: los años
veinte; la década de los treinta. También se admite la expresión la
década de 1840.
o Al iniciar un párrafo y después de punto.
47
Históricamente, y dependiendo de la zona de que se trate, se ha utilizado el punto o la coma
para separar las cifras de más de tres dígitos, así como para indicar la existencia de decimales; sin
embargo, esta alternancia ha dado lugar a confusiones, en especial en el marco de intercambios
internacionales (por ejemplo, la cifra 2.348 puede interpretarse de dos formas, según la utilización
que en cada zona se dé al punto). “A fin de solventar este problema, los organismos
internacionales dedicados a la normalización han establecido un uso común que permite la
correcta interpretación de las cifras con independencia del contexto geográfico. Las normas
establecidas […] han resuelto que sólo se emplee un espacio en blanco para separar los grupos de
tres dígitos en los números de más de cuatro cifras. De este modo, cualquier signo que aparezca
en una cifra, sea el punto o la coma, sólo podrá interpretarse como marcador decimal”, Ortografía
de la lengua española, op. cit., p. 664.
72
o Los números formados por una parte entera y otra decimal.
Ejemplos: Mide 1.60 metros; En México, el promedio de hijos
nacidos vivos por mujer de 12 y más años es de 2.3.
o Los números pospuestos al sustantivo al que cuantifican, empleados
para identificar elementos de una serie. Ejemplos: habitación 38;
tabla 7; página 2.
• Otras recomendaciones:
73
III. Lectura de pruebas
48
Bulmaro Reyes Coria, Metalibro. Manual del libro en la imprenta, México, UNAM, 1999, p. 36.
49
Roberto Zavala, op. cit., p. 280.
74
a) legibilidad, que abarca aspectos como el tamaño de los márgenes, la
longitud de la línea, la medida de la caja, la división de palabras, la elección
de la fuente, el tamaño del tipo y la interlínea, las llamadas de las notas y
todo lo que pueda afectar la concentración del lector;
b) estética, relacionado con la limpieza, la apariencia ordenada y la belleza del
texto;
c) coherencia, que se fundamenta en la homogeneidad de la composición;
d) proporcionalidad, que atiende a las medidas de los distintos elementos, y
e) funcionalidad, la cual busca que todas las normas que se apliquen al texto
resulten en beneficio de éste.
75
• Cuando la corrección se realice sobre el texto ya maquetado para
versión impresa, detectar viudas y huérfanas, repetición de sílabas en
líneas consecutivas y la separación silábica de palabras.
• Revisión de sumarios e índices y su correspondencia con la obra.
Tipos de pruebas
51
Bulmaro Reyes Coria, op. cit., p. 49.
76
• La división correcta de palabras al final de una línea; también se debe
cuidar que las cantidades no queden separadas de la unidad de medida
correspondiente.
• Que en los porcentajes, la cifra y el signo queden en la misma línea y
con espacio fino entre ambos.
• Que no haya nexos, preposiciones, conjunciones o artículos al final de
línea, en títulos y subtítulos.
• La correcta justificación de los párrafos.
• Que no haya líneas viudas ni huérfanas.
• Que no haya más de tres líneas que terminen con guion ni que cuatro o
más letras iguales empiecen o finalicen una línea. Además, éstas no
deben comenzar o finalizar con cifras, abreviaturas o sílabas repetidas.
• Que el texto de las cornisas sea exacto y esté colocado en las páginas
adecuadas.
• Que el tamaño de todas las cabezas sea el adecuado.
• Que las llamadas correspondan con su respectiva nota y que la
numeración de éstas se inicie en cada capítulo. Se recomienda destacar
las llamadas con marcador o tinta roja para facilitar su localización en
caso de que el texto se recorra.
• Que se cumplan todas las indicaciones que el autor y el editor dieron por
escrito.
77
Figura 6. Principales tipos de erratas, o gazapos, y formas de indicar la corrección.
Fuente: Bulmaro Reyes Coria, Metalibro. Manual del libro en la imprenta, México, UNAM, 1999, p. 129
78
Figura 7. Marcas para indicar el cambio de tipo.
Fuente: Bulmaro Reyes Coria, Metalibro. Manual del libro en la imprenta, México, UNAM, 1999, p.
130.
79
Segundas planas
Son aquellas que entregan los tipógrafos con los cambios que se solicitaron en la
revisión de galeras. Sobre todo se debe verificar que las correcciones señaladas
en las pruebas anteriores hayan sido atendidas. En este punto ya no deberían
aparecer demasiados errores.
La revisión de las segundas planas no es tan meticulosa como la que se realiza
en galeras; sin embargo, hay que poner atención en lo siguiente:
Contraprueba
El objetivo de esta etapa consiste en comprobar que se hayan realizado las
correcciones sugeridas en las pruebas anteriores. En algunos manuales
editoriales se aconseja “abanicar” el texto, esto es, colocar la nueva prueba
encima de la anterior para hacer que coincidan las líneas e identificar más
80
fácilmente si hay un error o párrafos distintos. Este ejercicio debe realizarse con
todas las páginas.52
Éstas son algunas de las cuestiones que deben examinarse en la contraprueba:
Pruebas finas
Estas pruebas son las últimas que se imprimen. Si el proceso se realizó
correctamente, tendrán pocos errores; no obstante, conviene revisarlas con
cuidado para asegurarse de que, en lo posible, el libro vaya a la imprenta libre de
erratas.
52
Prontuario de normas editoriales y tipográficas, op. cit., p. 98.
81
Apéndice
Designaciones oficiales y abreviadas de las secretarías de Estado y sus
órganos, organismos y empresas de participación estatal
82
Secretaría de Desarrollo Agrario, − Colegio de Bachilleres (Colbach)
Territorial y Urbano (Sedatu) − Colegio Nacional de Educación
• Organismos descentralizados Profesional Técnica (Conalep)
− Registro Agrario Nacional (RAN) − Comisión de Operación y Fomento
− Comisión Nacional de Vivienda de Actividades Académicas del
(Conavi) Instituto Politécnico Nacional (COFAA-
− Procuraduría Agraria (PA) IPN)
− Comisión para la Regularización de − Comisión Nacional de Cultura Física
la Tenencia de la Tierra (Corett) y Deporte (Conade)
− Fideicomiso Fondo Nacional de − Comisión Nacional de Libros de
Fomento Ejidal (Fifonafe) Texto Gratuitos (Conaliteg)
− Fideicomiso Fondo Nacional de − Consejo Nacional de Fomento
Habitaciones Populares (Fonhapo) Educativo (Conafe)
− Instituto Nacional de la
Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) Infraestructura Física Educativa
• Organismos descentralizados (Inifed)
− Consejo Nacional para el Desarrollo − Instituto Nacional para la Educación
y la Inclusión de las Personas con de los Adultos (INEA)
Discapacidad (Conadis) − Patronato de Obras e Instalaciones
− Instituto Mexicano de la Juventud del Instituto Politécnico Nacional (POI-
(Imjuventud) IPN)
− Instituto Nacional de las Personas • Órganos desconcentrados
Adultas Mayores (Inapam) − Instituto Politécnico Nacional (IPN)
− Fondo Nacional para el Fomento de − Universidad Pedagógica Nacional
las Artesanías (Fonart) (UPN)
− Comisión de Apelación y Arbitraje del
Secretaría de Economía (SE) Deporte (CAAD)
• Organismos descentralizados − Administración Federal de Servicios
− Exportadora de Sal, S. A. de C. V. Educativos en el Distrito Federal
(Essa) (AFSEDF)
− Fideicomiso de Fomento Minero − Universidad Abierta y a Distancia de
(Fifomi) México (Unadm)
− Centro Nacional de Metrología − Tecnológico Nacional de México
(Cenam) (TecNM)
− Instituto Mexicano de la Propiedad − Coordinación Nacional del Servicio
Industrial (IMPI) Profesional Docente (CNSPD)
− Servicio Geológico Mexicano (SGM)
Secretaría de Energía (Sener)
Secretaría de Educación Pública (SEP) • Órganos dependientes,
• Órganos descentralizados descentralizados y entidades
− Centro de Enseñanza Técnica − Petróleos Mexicanos (Pemex)
Industrial (CETI) − Comisión Federal de Electricidad
− Centro de Investigación y de (CFE)
Estudios Avanzados del Instituto − Comisión Nacional para el Uso
Politécnico Nacional (Cinvestav) Eficiente de la Energía (Conuee)
83
− Instituto de Investigaciones Eléctricas − Consejo Nacional para Prevenir la
(IIE) Discriminación (Conapred)
− Instituto Nacional de Investigaciones − Archivo General de la Nación (AGN)
Nucleares (ININ) • Organismos autónomos
− Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) − Tribunal Federal de Conciliación y
• Órganos desconcentrados Arbitraje (TFCA)
− Comisión Reguladora de Energía
(CRE) Secretaría de Hacienda y Crédito Público
− Comisión Nacional de Hidrocarburos (SHCP)
(CNH) • Organismos desconcentrados
− Comisión Nacional de Seguridad − Servicio de Administración
Nuclear y Salvaguardias (CNSNS) Tributaria (SAT)
− Comisión Nacional de Sistemas de
Secretaría de Gobernación (Segob) Ahorro para el Retiro (Consar)
• Órganos desconcentrados − Comisión Nacional Bancaria y de
− Instituto Nacional para el Valores (CNBV)
Federalismo y el Desarrollo Municipal − Comisión Nacional de Seguros y
(Inafed) Fianzas (CNSF)
− Comisión Nacional para Prevenir y • Organismos descentralizados
Erradicar la Violencia contra las − Casa de Moneda de México (CMM)
Mujeres (Conavim) − Comisión Nacional para la
− Instituto Nacional de Migración (INM) Protección y Defensa de los
− Consejo Nacional de Población Usuarios de Servicios Financieros
(Conapo) (Condusef)
− Coordinación General de la Comisión − Financiera Nacional de Desarrollo
Mexicana de Ayuda a Refugiados Agropecuario, Rural, Forestal, y
(Comar) Pesquero (FND)
− Secretaría Técnica de la Comisión − Instituto para el Desarrollo Técnico
Calificadora de Publicaciones y de las Haciendas Públicas (Indetec)
Revistas Ilustradas (STCCPRI) − Instituto para la Protección al
− Centro de Producción de Programas Ahorro Bancario (IPAB)
Informativos Especiales (Cepropie) − Servicio de Administración y
− Secretariado Ejecutivo del Sistema Enajenación de Bienes (SAE)
Nacional de Seguridad Pública
(SESNSP) Secretaría de la Función Pública (SFP)
− Centro de Investigación y Seguridad • Empresas de participación estatal
Nacional (Cisen) − Instituto Nacional de Administración
− Secretaría Técnica del Consejo de Pública, A. C. (INAP)
Coordinación para la Implementación
del Sistema de Justicia Penal (Setec) Secretaría de Marina (Semar)
− Centro Nacional de Prevención de • Organismos desconcentrados
Desastres (Cenapred) − Escuela de Ingenieros de la Armada
• Organismos descentralizados de México (EIAM)
− Talleres Gráficos de México (TGM) − Heroica Escuela Naval Militar (HENM)
84
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos − Instituto Nacional de Medicina
Naturales (Semarnat) Genómica (Inmegen)
• Organismos descentralizados − Instituto Nacional de Neurología y
− Comisión Nacional Forestal (Conafor) Neurocirugía Manuel Velasco
− Instituto Mexicano de Tecnología del Suárez (INNN)
Agua (IMTA) − Instituto Nacional de Perinatología
− Instituto Nacional de Ecología y Isidro Espinosa de los Reyes
Cambio Climático (INECC) (Inper)
• Organismos desconcentrados − Instituto Nacional de Psiquiatría
− Comisión Nacional del Agua Ramón de la Fuente Muñiz (INPRF)
(Conagua) − Instituto Nacional de Rehabilitación
− Procuraduría Federal de Protección (INR)
al Ambiente (Profepa) − Instituto Nacional de Salud Pública
− Comisión Nacional de Áreas (INSP)
Naturales Protegidas (Conanp) − Sistema Nacional para el Desarrollo
− Comisión Nacional para el Integral de la Familia (SNDIF)
Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad (Conabio) • Empresas de participación estatal
− Centros de Integración Juvenil, A.C.
Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) (CIJ)
• Organismos descentralizados − Laboratorios de Biológicos y
− Instituto Matías Romero (IMR) Reactivos de México, S. A. de C. V.
− Instituto Mexicano de Cooperación (Birmex)
Internacional (Imexci)
− Instituto de los Mexicanos en el Secretaría de Seguridad Pública (SSP)
Exterior (IME) • Organismos descentralizados
− Policía Federal Preventiva (PFP)
Secretaría de Salud (SSA)
• Organismos descentralizados Secretaría de Turismo (Sectur)
− Centro Regional de Alta Especialidad • Empresas de participación estatal
de Chiapas (CRAE) − Consejo de Promoción Turística de
− Hospital Infantil de México Federico México, S.A. de C.V. (CPTM)
Gómez (HIMFG) − Fondo Nacional de Fomento al
− Hospital Regional de Alta Turismo (Fonatur)
Especialidad de Ciudad Victoria
(HRAEV) • Organismos desconcentrados
− Instituto Nacional de Cancerología − Corporación de Servicios al Turista
(Incan) Ángeles Verdes (AV/Sectur)
− Instituto Nacional de Ciencias − Instituto de Competitividad Turística
Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (Ictur)
(INNSZ)
− Instituto Nacional de Enfermedades Secretaría del Trabajo y Previsión Social
Respiratorias Ismael Cosío Villegas (STPS)
(INER) • Organismos descentralizados
85
− Comisión Nacional de los Salarios − Junta Federal de Conciliación y
Mínimos (Conasami) Arbitraje (JFCA)
− Instituto del Fondo Nacional para el
Consumo de los Trabajadores • Instituto de Seguridad y Servicios
(Infonacot) Sociales de los Trabajadores del Estado
• Organismos desconcentrados (ISSSTE)
− Procuraduría Federal de la Defensa • Instituto Mexicano del Seguro Social
del Trabajo (Profedet) (IMSS)
− Comité Nacional Mixto de Protección
al Salario (Conampros)
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Términos de uso frecuente en el ámbito editorial
acabado final: tipo de encuadernación del libro, que puede ser rústico o de tapa
dura. También se refiere al proceso de optimización del libro, en el que deben
revisarse elementos como solapas, cintillos, sobrecubiertas y otros
componentes protectores de la obra para su impresión. Asimismo, se refiere al
tamaño final de una obra.
altas: letras mayúsculas o versales. La Real Academia Española (RAE) las define
como “las que con mayor tamaño y distinta figura, por lo general, que la
minúscula, se emplean como inicial de todo nombre propio, principio de periodo
o después del punto”, entre otros usos. En la imprenta tradicional, los cajistas
utilizaban un armazón de madera llamado chibalete, donde colocaban las cajas
para componer; a las mayúsculas les correspondían los cajones superiores del
chibalete, por ello se les conoce también con el nombre de letras de caja alta.
Véase también bajas.
apaisado: formato de texto más ancho que alto; su orientación es horizontal.
bajas: letras minúsculas. Su tamaño es menor y su forma es distinta de las
mayúsculas; tienen la variedad más abundante en razón de su dimensión. Se
les denomina letras de caja baja porque en el chibalete —armazón de madera
donde los tipógrafos de la imprenta tradicional guardaban los tipos móviles—
les correspondían los cajones inferiores. Véase también altas.
cabeza: parte superior de la página o título del texto que compone la página.
caja: espacio ocupado por las líneas de una página, incluyendo el folio y el blanco
de la cornisa. Es la parte impresa de la plana; debe ocupar el 75 u 85% del
ancho de ésta. Por lo general se mide en picas. También se le conoce como
mancha tipográfica.
cara: frente o revés de una hoja donde aparece el texto impreso. Si se trata de un
libro, corresponde al corte opuesto al lomo, es decir, el canto.
coja, página: página a la que le faltan una o más líneas para llenar la caja o
mancha tipográfica. Esto es admisible sólo cuando se trata del final de un
capítulo o de una obra.
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cola: es la línea final de un párrafo cuya extensión es menor que la sangría.
También se le conoce como línea ladrona.
colgado: blanco que suele dejarse al principio de un capítulo o de otras divisiones
mayores de un libro; es decir, el espacio entre el límite de la caja y la cabeza o
título. También recibe el nombre de descolgado.
cornisa: línea de texto que se encuentra en la parte superior de la caja; también
se conoce como encabezado por la posición que suele ocupar. Puede llevar el
título del libro, parte, capítulo o sección específica. Sirve para localizar las
distintas secciones del libro. En ocasiones comparte la misma línea con el folio.
corondel: blanco o espacio vertical entre dos columnas que sirve para acentuar la
separación entre ellas.
cuerpo: originalmente este término se refería a la altura del bloque de plomo en el
que estaban fundidas las letras, cuando éstas se formaban en moldes donde se
vertía metal caliente. Actualmente este concepto se refiere al tamaño de los
caracteres. En términos de la estructura de un libro, el cuerpo es el contenido
de la caja, el cual puede integrar, además, ilustraciones y otros complementos,
como gráficas, tablas, etcétera.
diagramar: organizar y distribuir en el espacio de la caja el contenido de una obra,
ya sea escrito o visual, siguiendo principios adecuados de jerarquización de
información y consideraciones gráficas de legibilidad.
familia tipográfica: conjunto de signos alfabéticos y no alfabéticos con
características estructurales y estilísticas comunes que se reconocen como
pertenecientes a un sistema. Las familias tipográficas se componen de letras
mayúsculas, mayúsculas tildadas, ligaduras mayúsculas, minúsculas,
minúsculas tildadas, ligaduras minúsculas, además de signos no alfabéticos,
como los números, signos de puntuación y signos comerciales. Existen familias
que incluyen un tercer grupo de signos: versalitas y versalitas tildadas.
filete: línea que sirve para delimitar recuadros, cuadros, ilustraciones y fotografías,
o para separar diferentes partes del texto.
folio: número progresivo que llevan las páginas de un libro. Generalmente se
coloca en la cabeza o al pie de la página; puede ir centrado, o bien alineado a la
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izquierda o a la derecha, según corresponda a las páginas pares y nones; su
tamaño suele ser uno o dos puntos menor que el cuerpo del texto.
formación: consiste en ajustar o compaginar todas las páginas del libro, las
cuales deberán tener las mismas medidas e incluir elementos como páginas
preliminares, texto, ilustraciones, títulos, subtítulos, cuadros, blancos, folios,
cornisas, etcétera.
fuente: conjunto de letras y signos con un diseño definido y nombre específico
que componen un texto. La RAE la define como “un surtido de caracteres
gráficos de un tipo y tamaño determinados utilizados en un procesador de
textos”.
huérfana, línea: primera línea de un párrafo al final de una página o columna.
interlínea: espacio que media entre las líneas de un texto. Se mide en puntos; su
función es abrir la escritura para aumentar la proporción del blanco en una
página y lograr mayor legibilidad. En la imprenta tradicional se le llamaba así a
la regleta metálica que se colocaba en medio de dos líneas de texto para lograr
la distancia deseada entre ellas.
ladrona, línea: véase cola.
letra bastarda o bastardilla: véase letra cursiva.
letra cursiva: letra de figura inclinada, parecida a la manuscrita pero sin rasgos de
unión. También se le conoce como itálica, bastarda o bastardilla.
letra itálica: véase letra cursiva.
letra negrita: letra de trazo más grueso que la letra fina, blanca o normal; se usa
para destacar elementos del texto.
letra redonda: letra vertical y circular. En el ámbito editorial, generalmente es el
opuesto de la letra cursiva.
línea: es una sucesión combinada de caracteres y espacios de una longitud
específica que se colocan a lo largo de la caja.
línea corta o quebrada: renglón que no abarca el ancho de la caja.
línea llena: aquella que completa la medida del ancho de la caja. Cuando al
renglón final de un párarfo lo separa del extremo derecho de la caja un espacio
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menor que la sangría, se debe alargar la línea (por lo general aumentando el
espacio entre palabras) a fin de que “llene” la caja.
llamada: signo que en los textos sirve para remitir de un lugar a otro en que se
pone una cita, una nota, una corrección o una advertencia. Generalmente, para
las llamadas que remiten a una nota, ya sea de contenido o de carácter
bibliográfico, se emplean números volados; se recomienda colocarlos después
del signo de puntuación. En cuanto a las llamadas que remiten a una
corrección, debe emplearse el mismo signo dentro del texto y a ambos costados
del documento.
lomo: forma parte de la cubierta del libro; es la parte opuesta al corte de las hojas
y por la que se pegan o se cosen los pliegos. Por lo general, en él se imprime el
nombre del autor, el título de la obra y el sello de la editorial, con lo que resulta
más fácil ubicar esos datos en cualquier estante.
mancha tipográfica: véase caja.
medianil: márgenes de una página, es decir, el blanco entre la caja y el lomo. Por
extensión, se aplica a todos los márgenes de la página.
pica: unidad de medida tipográfica que se divide en 12 puntos, lo que equivalente
a 4.5126 milímetros. Hay distintos tipos: pica francesa (4.512 mm), pica
estadounidense (4.2175 mm) y pica de computadoras, promovida por Adobe
(4.233 mm). También se le conoce como cícero.
pie: es la parte inferior de la letra. Si se trata de la página, es el área inferior.
pleca: raya vertical que sirve para separar distintas partes de un texto. En los
diccionarios se utiliza la pleca doble para dividir varias acepciones de una
palabra. En los textos en prosa puede indicar una pausa fonética.
punto: signo ortográfico (.) utilizado para señalar el final de un enunciado, párrafo
o texto. También es la unidad de medida más pequeña utilizada en tipografía;
equivale a .035 milímetros. Véase también pica.
refine: tamaño final de una publicación. Líneas cruzadas en escuadra que
muestran los cortes que se deben efectuar en el pie, la cabeza y la cara de un
libro, con el fin de darle a la publicación su tamaño definitivo.
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sangría: espacio en blanco con el que suele comenzar la primera línea del párrafo
común; en el llamado párrafo francés, se refiere al blanco que aparece a partir
de la segunda línea. La sangría es más extensa cuanto más larga es la medida
de la línea.
soporte: apoyo físico o material donde se registra la información de un libro.
Piedra, madera, tablas de arcilla, hueso, bronce, cerámica, papiro, pergamino,
códice y papel son algunos ejemplos de los diversos soportes que existen. Son
también los discos duros de las computadoras, los CD, DVD, libros electrónicos,
entre otros.
superíndice: signo o grafía de menor punto que el texto de la composición; se
encuentra en la parte superior derecha de una letra o número.
tipo: pieza de la imprenta en que está realzada una letra (carácter); en ocasiones
se aplica este término a las particularidades estructurales y estilísticas de una
letra.
tipografía: conjunto de características de los tipos de letra elegidos para la
composición de un texto. Abarca la estética con que se compone un libro y
todas las fuentes y familias de fuentes que lo integran.
tiro o tiraje: cantidad de ejemplares que se imprimen en una edición determinada.
versal: letra mayúscula. Se llama así porque antiguamente los versos
comenzaban con letra mayúscula; de la palabra verso derivó el término versal.
versalita: letra mayúscula de igual tamaño que las minúsculas, con el mismo
cuerpo, tipo y clase.
viuda, línea: última línea de un párrafo que aparece al inicio de una página o
columna.
voladito: véase superíndice.
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