Luis Vernet y La Historia de La Reafirmación de Nuestros Derechos en Malvinas
Luis Vernet y La Historia de La Reafirmación de Nuestros Derechos en Malvinas
Luis Vernet y La Historia de La Reafirmación de Nuestros Derechos en Malvinas
El último gobernador de las Malvinas, antes que los ingleses las usurparan, era alemán. La fecha de su
nombramiento como comandante político y militar, un 10 de junio de 1829, fue la elegida para conmemorar el
Día de los Derechos Argentinos sobre el archipiélago. Esta es la historia de Luis Vernet, un hombre singular
que protagonizó una historia muy particular.
"En la proa podía divisarse a un tripulante, bajo de estatura, cuya poblada barba y cabellos castaños
zarandeaba a gusto la fresca brisa del mar. Presentaba la típica imagen de aquellos hombres del oeste
americano, conquistadores de las dilatadas llanuras que baña el Misisipi; un verdadero self-made man, activo,
inteligente, emprendedor, tenaz, muy tensa, iba a demostrar en el curso de su existencia poseer una
honestidad acrisolada. Aquel hombre era Luis Vernet". Ricardo Caillet-Bois
Luis Elías Vernet nació en Hamburgo el 6 de marzo de 1791. Pertenecía a una familia francesa que debió
dejar el país por cuestiones religiosas. Siendo adolescente, fue enviado a Filadelfia a trabajar en una
empresa química de capitales alemanes, Bucker & Krumbhaar. Con el tiempo se desempeñaría como
administrador de cargas navieras.
Luego de realizar varios viajes en distintos buques, en 1817 se radicó en Buenos Aires. Luego de una
frustrada asociación con un alemán llamado Conrado Rücker, se asoció con Luis Pacheco, un capitán de
Blandengues retirado, y comenzó a navegar hacia el sur. Conoció las Islas Malvinas y decidió fundar una
colonia. Si bien fracasó en un primer intento, lo lograría más tarde.
Interesó de su proyecto al gobierno, quien le otorgó la concesión para el aprovechamiento del ganado vacuno
y lobos marinos en la Isla Soledad.
El 17 de agosto de 1819 se casó con la uruguaya María Sáez, que había nacido en 1800. La boda fue oficiada
por Julián Segundo de Agüero en la Iglesia de la Merced.
A partir de los planes que le había presentado al gobierno para desarrollar la colonización del
archipiélago austral, el 10 de junio de 1829 se oficializó su nombramiento de comandante político y
militar. Tenía como atribuciones "observar por la población de dichas islas, las leyes de la República, y
cuidar en sus costas de la ejecución de los reglamentos sobre pesca de anfibios", según establecía el
decreto firmado por Martín Rodríguez y Salvador María del Carril.
En agosto de 1829 se embarcó hacia las islas. Llevó a su esposa y a sus tres hijos, Emilio, Luisa y Sofía. Allí
nacería, el 5 de febrero de 1830, la cuarta, Malvina. Tendrían tres hijos más, Gustavo, Carlos y Federico. Se
dice que Malvina fue la primera persona en llevar este nombre en el país. También formarían parte de la
colonia su hermano, Emilio Vernet, y su cuñado, Loreto Sáez.
El 15 de julio, día que Vernet y 23 familias arribaron a las islas, su esposa anotó en su diario: "Llegué a las
casas y lo primero que vi fue una infinidad de negras chicas y grandes. Salieron a recibirnos haciendo las
mismas demostraciones de contento que los negros".
Le había solicitado al gobierno que por 30 años los colonos estuvieran exentos de pagar impuestos y que
debían poseer derechos exclusivos de pesca tanto en las costas de las islas como en Tierra del Fuego. El
gobernador Manuel Dorrego accedió a tales peticiones.
Lo que desvelaba a Vernet era no poder controlar la pesca. No disponía de buques para ello. Los loberos y
los balleneros eran un problema, porque se negaban a pagar los derechos correspondientes. Vernet y los
suyos hacían lo que podían, y Buenos Aires no le enviaba la ayuda que solicitaba, haciendo a la situación
más apremiante.
Logró detener a dos buques norteamericanos y, si bien uno pudo escapar, dando cuenta a su gobierno del
incidente, los otros dos fueron detenidos por Vernet. Este, a bordo de uno de ellos, la goleta Harriet, con la
carga incautada, se dirigió a Buenos Aires, ya que pretendía someter el caso al Tribunal de Presas. Dejó a
cargo a su segundo, Enrique Meteaf. No se imaginaba que ya no volvería más a las islas. El cónsul
norteamericano protestó y desconoció el reclamo argentino. Hasta puso en duda la soberanía argentina del
archipiélago. Exigió indemnizaciones y reparaciones del caso. Colmó la paciencia del gobernador Juan
Manuel de Rosas, lo declaró persona no grata y le pidió su pasaporte.
Pero el gobierno de Estados Unidos no dejaría pasar la afrenta. En 1831 la corbeta Lexington, al mando de
Silas Duncan, destruyó Puerto Soledad (también conocido como Puerto Luis) luego de engañar a los
pobladores al enarbolar una bandera francesa. Destruyó el fuerte, mató animales, saqueó el lugar y detuvo a
los pobladores.
El 3 de enero de 1833 las islas, siendo José María Pinedo comandante interino, fueron ocupadas por los
ingleses. Vernet y su familia, luego de una estadía en Río de Janeiro, regresaron a Buenos Aires. Los
apremios económicos que vivió —"esto es el infierno sobre la tierra", afirmó— no fueron obstáculo para
Vernet, que siguió adelante. Tal es así que en 1841 patentó un producto que conservaba los cueros, las pieles
y las maderas durante las largas travesías.
Con su familia vivió en el centro porteño, en casas situadas en la calle Florida, y en 25 de Mayo. En 1846
adquirió una quinta en San Isidro, llamada Las Acacias, desde donde podía verse la cúpula de la iglesia. En
1965 la vivienda fue reconstruida y aún pertenece a sus descendientes. Está ubicada en la calle Belgrano
839.
En 1852 viajó a Londres para pedir una indemnización por sus pérdidas en Malvinas. Reclamaba 14.295
libras esterlinas que, con los intereses, ascendía a 28.000. Luego de cinco años de trámites, el gobierno
inglés le reconoció solo 2.400 libras.
Aseguran que fue el promotor del establecimiento de la comunidad alemana en nuestro país. Su esposa
falleció en 1858 y él, en 1871. Está enterrado en el cementerio de La Recoleta.
El 14 de noviembre de 1973 el Congreso estableció que el 10 de junio sea el Día de la Afirmación de los
Derechos Argentinos sobre las Malvinas, Islas y Sector Antártico Argentino. Y que ese día, y a una misma
hora, sea conmemorado en escuelas. Una forma para reafirmar que las Malvinas son argentinas.