Apuntes Nietzsche

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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

Bloque 4- LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA

FEDERICO NIETZSCHE: CRITICA A LA TRADICIÓN FILOSÓFICA


OCCIDENTAL : EL VITALISMO.

- CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y FILOSÓFICO


- VIDA Y OBRA DE NIETZSCHE
- INTRODUCCIÓN: CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL PENSAMIENTO
NIETZSCHEANO
- CRÍTICA A LA CULTURA OCCIDENTAL
1- La invención de la trascendencia
2- Crítica al cristianismo y a la moral tradicional
3- El carácter valorativo de la “verdad”, el engaño del lenguaje
4- La ciencia
5- Conclusión
- NIHILISMO, VOLUNTAD DE PODER: EL SUPERHOMBRE.
1- La voluntad de poder

1
2- El nihilismo y sus formas
3- La transvaloración moral y el ideal del superhombre

TEXTO: EL CREPÚSCULO DE LOS IDOLOS: “La razón en la filosofía”


- Génesis y circunstancias de la obra:
- Temática general del texto
- Análisis del texto
- Actualidad del pensamiento de Nietzsche.
- Propuesta de comentario.

CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y FILOSÓFICO DEL PENSAMIENTO DE F.


NIETZSCHE

A) CONTEXTO HISTÓRICO
La figura del filósofo F. Nietzsche se enmarca en el periodo de la Filosofía Contemporánea,
esta etapa de la historia de la filosofía se extiende a lo largo de los siglos XIX y XX. La
característica fundamental de este periodo es la disparidad de enfoques, sistemas y escuelas
filosóficas, hecho provocado, en gran medida por acontecimientos sociales, culturales y
políticos.

El hecho histórico fundamental que caracteriza la sociedad de principios del siglo XIX es la
industrialización. De acuerdo con los ideales ilustrados, se esperaba de la industrialización el
progreso de la humanidad, el fin de la miseria humana, el nacimiento de un nuevo orden social
en el que la industria proporcionaría no solo riqueza y prosperidad material, sino el
perfeccionamiento cultural y por lo tanto moral del género humano (“Socialismo utópico” de
Saint-Simón). Sin embargo, la realidad mostraba lo contrario: la explotación del hombre por el
hombre a través de la industria, que se expresaba en unas infames condiciones de trabajo para
la masa obrera: horarios laborales sin límites, despido y contratación desregulados, ausencia
de coberturas sociales, salarios mínimos, en definitiva un trabajo en condiciones cercanas a la
esclavitud.

El resultado de esta injusta situación es el empobrecimiento de un gran número de


agricultores, que pasan a formar la nueva clase obrera o proletariado, y el enriquecimiento de
un pequeño número de artesanos, que se hacen dueños de las fábricas y que forman la nueva
clase capitalista. Por lo tanto ya se puede hablar de la existencia, en Europa, de clases
sociales, es la burguesía, dueña del capital y de la industria, la que triunfa y se beneficia de la
nueva situación, en tanto que los campesinos expulsados de las tierras que cultivaban, pasan a
trabajar en las fábricas en unas condiciones infames. Por otra parte, la necesidad de surtir a las
fábricas de materias primas baratas y escasas en Europa, tiene como consecuencia el expolio

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al que EEUU y Europa sometieron a los continentes africano y asiático, a través de la política
colonialista.

El modo de vida en Europa pasa a ser, en el siglo XIX predominantemente urbano, la


estructura de la ciudad refleja el nuevo orden social, hay barrios burgueses y barrios obreros en
los que se hacina el proletariado. Entre ambos aparecen los barrios de las “clases medias”
formadas por el “sector terciario”: maestros, funcionarios etc... La población europea se
multiplica en las ciudades .Ya en 1798, Malthus afirma, en su “Ensayo sobre la población” que
mientras la producción de recursos crece en proporción aritmética (n x n), la población lo hace
en progresión geométrica (n elevado a n), por lo que en el futuro la tierra no bastaría para
alimentar a toda la población y se produciría una lucha por la supervivencia en la que ganaría
el más fuerte. Esta teoría que tiene importantes influencias en la cultura del siglo XIX (Darwin,
Freud, Nietzsche, e incluso en el propio Marx), también tiene repercusiones históricas: a) El
Nacionalismo como doctrina política que defiende la creencia en las virtudes superiores de la
nación propia, y su derecho a luchar e imponerse sobre las demás , esta doctrina, alimentada
por los ideales románticos de la defensa del espíritu popular y de la tradición, se va a
desarrollar y cobrar cada vez más fuerza durante el siglo XIX.
b) El colonialismo también encontró un fundamento político en los ideales nacionalistas. La
revolución francesa de 1789 había proclamado la “soberanía de las naciones” y en el siglo XIX
asistimos a la formación de las naciones europeas (unificación de Italia y Alemania,
desmembramiento del imperio turco y nacimiento de Grecia, Rumania y Bulgaria ).
El nacionalismo que, a principios de siglo tiene un carácter liberal u democrático, deriva,
inspirándose en el tradicionalismo (del que hablaremos como ideología política) hacia el
Imperialismo y la expansión colonialista de las naciones occidentales (Inglaterra, Alemania,
Francia, EEUU, Italia y Japón) por el resto del mundo. Las naciones asocian un “ideal
civilizador”, marcadamente etnocéntrico con intereses económicos. Este nacionalismo está en
la base de los conflictos entre naciones que originaron la Iª Guerra Mundial. El nacionalismo y
las ideas racistas que desde el siglo XIX habían cobrado fuerza tras la publicación de la obra
de Gobineau “Ensayo sobre la desigualdad humana” (1853), inspiraron la política hitleriana que
desencadenó la 2ª Guerra Mundial.

Políticamente, el siglo XIX está marcado por la irrupción de varias corrientes ideológicas
enfrentadas entre sí. Por un lado el liberalismo que aunque en principio se define como una
reivindicación de la libertad, en realidad lo que se defiende es la libertad para la clase social
burguesa, principal defensora de esta ideología. Cobra importancia el liberalismo económico,
que es la base del capitalismo, esa decir, la libertad de los mercados contra la intervención del
Estado en materia económica y social. Al liberalismo se le oponen, en este siglo, los
movimientos democráticos que luchan (revolución francesa de 1848) por la instauración de una
democracia universal y no censitaria, como defendían los liberales.

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Otro movimiento político que cobra importancia en la época es el tradicionalismo, corriente
política conservadora inspirada en el Romanticismo, que reivindica el pasado histórico y los
valores propios de la tradición y de la raza, con lo que se convierte en germen justificador de
posiciones nacionalistas y racistas.

En el último tercio del siglo aparecen las doctrinas políticas socialistas y anarquistas Las
graves consecuencias que la revolución industria tuvo en Europa contribuyeron a la divulgación
de programas políticos revolucionaros entre la masa obrera. Los socialistas utópicos,
proponen la transformación social de acuerdo con los ideales igualitarios de la Ilustración,
Saint- Simón, Fourier y Proudhon tienen una visión optimista del futuro de la humanidad de
acuerdo con ideales de colectivización de la propiedad. Bakunin y Stirner defienden una
sociedad sin autoridad de ningún tipo: el anarquismo.

B) CONTEXTO CULTURAL

En el ámbito cultural, el siglo XIX está marcado por la influencia de dos corrientes ideológicas
y artísticas sucesivas y opuestas: el Romanticismo, que aparece a principios de siglo como
reacción a la Ilustración, y el Positivismo de la segunda mitad del siglo, que surge como
alternativa a los excesos románticos.

El Romanticismo es un movimiento estético y cultural que supone una reacción ante el


racionalismo ilustrado. Se destaca el valor del sentimiento, la intuición y la imaginación como
vías de acceso al mundo. Sin embargo no se abandona el concepto de razón , sino que se la
entiende de un modo diferente: la razón es un espíritu absoluto y universal, en este contexto, la
verdad es, para los románticos, una creación popular, de un modo subjetivo se defiende el
valor de la libertad y la creatividad. Frente al mecanicismo de la ciencia ilustrada (Newton), el
Romanticismo apuesta por una concepción de la naturaleza como un organismo vivo y en
constante evolución, la imagen mecanicista del reloj, como modelo del funcionamiento del
mundo natural, es sustituida por la imagen de un árbol, nunca hecho, sino en continuo
crecimiento. En este movimiento cultural aparecen las figuras de Lord Byron, Göete, Delacroix,
Chopin etc... También es romántico el filósofo que más hondamente influyó en el pensamiento
del siglo XIX: Hegel.

Contra los excesos del Romanticismo surge, en la segunda mitad del siglo XIX el
Positivismo. Esta es una nueva visión de la realidad, que quiere atenerse a los hechos
objetivos y a la ciencia. En el ámbito artístico se traduce en la aparición de Realismo literario
(Balzac, Zola, Dickens..) y el Impresionismo pictórico (Manet, Monet, Renoir...). Los
positivistas defienden la importancia de la ciencia a la que convierten en la única guía para el
ser humano. Esta es la época del nacimiento de las ciencias “humanas”: Psicología,
Sociología, Antropología......

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A finales del siglo XIX y a principios del siglo XX surge el Vitalismo, corriente filosófica en la
que se incluyen autores muy dispares que reivindican la vida como realidad primera y radical a
la que todo lo demás debe subordinarse. Como el concepto de vida puede entenderse en
sentidos muy diversos –biológico, histórico, biográfico...- aparecen agrupados bajo el nombre
genérico de “vitalistas” autores tan distintos como Bergson, Nietzsche, Ortega...

Por último añadir que el siglo XIX se caracterizó por una notable difusión de la cultura a
través de la lucha contra el analfabetismo, la obligatoriedad de la enseñanza primaria y la
multiplicación de periódicos y revistas. La universidad se convierte en el centro principal de
creación y difusión cultural, especialmente en Alemania y Francia.

C) CONTEXTO FILOSÓFICO

El vitalismo de Nietzsche fue heredero de la filosofía de Schopenhauer, del que adoptó la


primacía de la voluntad sobre la razón y la crítica a la moral kantiana. Nietzsche rechazó los
valores ilustrados y su defensa de la razón especulativa como instrumento de comprensión
del mundo. Su vitalismo promulga un ideal romántico frente al ilustrado, capaz de instalar a los
hombres en la vida y que, en lugar de limitarse a racionalizarla o comprenderla, les ayude a
concebir la vida como un acto creador.
Su vitalismo es un rechazo que va contra el intelectualismo y el positivismo, es una exaltación
de los instintos, de los impulsos inconscientes y la intuición irracional. Es la actitud “dionisíaca”,
desbordada, orgiástica, frente a la actitud “apolínea”, comedida y respetuosa con los valores
tradicionales.
Lo que se ha venido a llamar su “filosofía del martillo” ha hecho que Nietzsche sea considerado
uno de los grandes “maestros de la sospecha”. Recogiendo las reflexiones de Ricoeur,
Nietzsche, junto a Marx y Freud, “sospecharon” que tras los valores de la modernidad y la
cultura occidental se ocultaban oscuros intereses. Los tres sintieron la necesidad de encontrar
un método de interpretación para acceder a esta realidad oculta: Marx formuló en “El Capital”
el materialismo histórico como instrumento capaz de descubrir que bajo los valores
dominantes se encuentran los intereses de clase, Freúd encontró en el psicoanálisis el método
para acceder a las motivaciones irracionales del inconsciente humano que subyacen bajo
nuestra aparente racionalidad, y Nietzsche en su “Genealogía de la moral” utilizó el método
genealógico para descubrir que tras los valores morales de la civilización occidental se oculta la
voluntad de poder y el resentimiento de los débiles frente a los fuertes. Esta labor hermenéutica
de los “maestros de la sospecha” inauguró la crisis de los ideales de la Ilustración y su impronta
se manifiesta aún en la renuncia de gran parte de los filósofos de la actualidad a la posibilidad
de una comprensión total de la realidad humana.

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Esquema general de los filósofos de la sospecha

General Marx Nietzsche Freud


Lo expresado Ideología Lo racional Lo consciente
Enmascara Enmascara enmascara enmascara
   
Lo latente Intereses de clase Lo irracional Lo inconsciente
Método de Análisis Materialismo Histórico La Genealogía Psicoanálisis

Influencias: Heráclito fue el único filósofo, según él, que supo captar que “el ser” es una
ficción vacía, que la “realidad” es devenir incesante, regido por la ley de contrarios, por el juego
contradictorio, la contraposición Apolo/Dionisos para él, pues no habla de dialéctica por ser un
concepto ontológico elaborado. En su juventud admitió la influencia de Schopenhauer y
Wagner pero más tarde rompió con ambos. La influencia de Feuerbach es decisiva por su
concepción materialista y su crítica de la religión como un sueño humano.

VIDA Y OBRA DE FEDERICO NIETZSCHE (de Boulesis.com)

Complicaciones vitales de un vitalista:

Si tuviéramos que encontrar una palabra para definir la relación entre la vida y la obra de
Nietzsche, tendríamos que hablar necesariamente de contraste, enfrentamiento, oposición.
Estos sustantivos reflejan la tensión que existe entre una persona que vive marcada desde muy
joven por la enfermedad, y que sin embargo elabora su propia filosofía como una exaltación de
la vida. Discordancia tan llamativa como la que se produce en su pensamiento: una de las
inteligencias más profundas, claras y desarrolladas de su tiempo es también responsable del
irracionalismo más radical que se ha formulado en la historia de la filosofía.

Nacido en Röcken, Nietzsche fue hijo de un pastor protestante, circunstancia por la cual el
filósofo alemán conocería profundamente los textos y tesis centrales del protestantismo.
Durante su etapa escolar, destacó tanto por sus excelentes resultados académicos
(especialmente en música y en lenguaje) como por su fuerte carácter, que le mantenía alejado
del resto de compañeros. Es en esta época donde comienzan ya las fuertes jaquecas que
marcarán toda su vida y que terminarán llevándolo a la locura. En 1864 comienza estudios de
Teología y de Filología clásica en Bonn. Cuatro años después se siente fascinado por la
música de Wagner, sobre la que proyectó parte de sus expectativas sobre el arte. En 1869 es
nombrado catedrático de griego en la Universidad de Basilea, lo que despertará las envidias y
recelos de todo el mundo académico, que poco a poco le va arrinconando y despreciando. En
esta época, publica una de sus grandes obras: El nacimiento de la tragedia.

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En 1878 se termina su amistad con Wagner, y al año siguiente la enfermedad le obliga a
abandonar la vida académica. Desde entonces se sucederán los viajes terapéuticos, y
continuará con su labor creadora completamente al margen del mundo universitario oficial,
mientras su madre y su hermana comenzarán a dominar su vida, interfiriendo en muchas de
sus decisiones. En 1882 conoció a L. A. Salomé, que significó un nuevo renacer en el ánimo de
Nietzsche. Sin embargo, Nietzsche termina alejándose de ella por la influencia de su hermana.
En 1889 sufre un colapso en Turín, es internado en una clínica psiquiátrica, y se le diagnostica
una parálisis progresiva. Comienzan unos años de locura, de decadencia física y mental,
pasando a depender cada vez más de su familia, hasta su muerte en el año 1900. En este
último período, su hermana se encargará de editar las últimas obras escritas antes de
enloquecer, tomando un control absoluto (no exento en algunos casos de manipulación) sobre
los escritos del filósofo alemán.

Pensamiento y obra:

Su pensamiento puede dividirse en 4 etapas, pero no deben entenderse como períodos


separados y sin relación: frente a esto, como han señalado algunos intérpretes, hay una
absoluta continuidad en el desarrollo de las ideas de Nietzsche. En cierta forma, lo que hace
Nietzsche en toda su filosofía es extraer las consecuencias filosóficas de la semilla que
sembrara en El nacimiento de la tragedia. Veamos cuáles son los periodos más importantes del
pensamiento nietzscheano:

Periodo romántico: la filosofía de la noche. Coincide con su estancia como docente en


Basilea y con la publicación de El nacimiento de la tragedia (1871). Se nota de un modo muy
marcado la influencia de Wagner y de Schopenhauer, cuya filosofía le cautivó ya en su
juventud. Durante estos primeros años estudia con profundidad el pensamiento de los
presocráticos. Sócrates es el objetivo constante de su crítica, y lo dionisíaco aparece una y otra
vez como trasfondo de su pensamiento. A esta misma época pertenecen las Consideraciones
intempestivas.

Período ilustrado: la filosofía de la mañana. Comienza con sus viajes, y aunque


aparentemente trata de romper con su pensamiento anterior (sobre todo respecto a Wagner y
Schopenhauer) continúa con una auténtica inversión del pensamiento tradicional, tomando
como referencia a Voltaire y a otros ilustrados franceses. Desprecia la metafísica, la religión y
el arte, y emerge la figura del “hombre libre”. A esta etapa pertenecen Humano, demasiado
humano (1878), Aurora (1881) y La gaya ciencia (1882).

Zaratustra como el nuevo profeta: la filosofía del mediodía. En este período la filosofía
nietzscheana alcanza su madurez y esplendor. La obra fundamental, aquella en la que nos
presenta a Zaratustra, su nuevo profeta que será símbolo del superhombre: Así habló

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Zaratustra. Un libro para todos y para nadie (1883-1884). Zaratustra representará también a
Dioniso, y será el encargado de anunciar la muerte de Dios.

Período crítico: la filosofía del atardecer. Esta vez el punto de mira de la crítica nietzscheana
se fijará en toda la civilización occidental, particularmente en algunos de sus productos
culturales: la religión, la filosofía y la moral, pero también la ciencia. Se recupera el carácter del
segundo período, pero de un modo más agresivo, obsesionado por denunciar el nihilismo y la
decadencia occidentales. Nietzsche es ahora el “filósofo a martillazos”, cuya crítica radical y
visceral campa a sus anchas por obras como Más allá del bien y del mal (1886), La genealogía
de la moral (1887), Crepúsculo de los ídolos (1889), El anticristo (1888) y Ecce homo (1888). A
partir de estas obras continuará plasmando sus ideas en aforismos que serán recogidos
después en la obra La voluntad de poder (publicada póstumamente en 1901).

INTRODUCCIÓN; CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL PENSAMIENTO NIETZSCHEANO

Vitalismo:

La filosofía de Nietzsche se enmarca en la corriente vitalista. La vida, entendida tanto como


impulso vital, como en su sentido biográfico e histórico se convierte en la categoría filosófica

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fundamental. Nietzsche se revuelve contra todo aquello que, desde la cultura, se opone a la
vida.
En su filosofía, nuestro autor defiende que el ser humano es, ante todo, un ser moral. Vivimos
valorando, es decir, estableciendo jerarquías de valores desde los cuales formamos una
“imagen del mundo”, por lo tanto esta “imagen del mundo”, que constituye las coordenadas de
nuestra vida, remite siempre al sistema de valores desde el que se interpreta la existencia, el
mundo, la vida...
El filósofo tiene dos tareas:
- descubrir qué sistema de valores –que moral- es el fundamento de una determinada
“imagen del mundo”
- establecer el valor de este sistema de valores.

Crítica a la cultura:
Nietzsche desarrolla una crítica demoledora (filosofar “a martillazos”) a la tradición cultural
occidental, desde su punto de vista ésta ha optado por un sistema de valores (racionalismo,
claridad, objetivismo, sistematicidad...), que niegan la vida, y en su filosofía
- critica a todas aquellas creaciones culturales (religión, filosofía, ciencia, moral..) que se
oponen al libre desarrollo de la vida
- propone una nueva “jerarquía de valores” (trasmutación de todos los valores) desde los
cuales se acepta la vida, tal como es.
“Es conocida mi exigencia al filósofo de que se sitúe más allá del bien y del mal –de que
tenga debajo de sí la ilusión del juicio moral- … El juicio moral tiene en común con el
religioso el creer en realidades que no lo son. La moral es únicamente una interpretación
de ciertos fenómenos… corresponde a un nivel de ignorancia en que todavía falta…. la
distinción entre lo real e imaginario… la palabra verdad designa simplemente cosas que
hoy nosotros llamamos “imaginaciones”… (El crepúsculo de los ídolos)

La expresión filosófica

La necesidad que han sentido los filósofos de exponer su pensamiento de una forma clara,
sistemática y racional, obedece a una jerarquía de valores para la cual la racionalidad es el
valor supremo. Nietzsche rechaza esta moral, que niega la vida, y consecuentemente elige un
modo de expresión filosófica deliberadamente oscuro, metafórico, aforístico, sugerente,
irracional y poético. No quiere exponer un pensamiento, sino dar que pensar......

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CRITICA A LA CULTURA OCCIDENTAL (la parte de su filosofía que dice “no”

1- La invención de la “Trascendencia”

La crítica nietzscheana a la tradición filosófica es demoledora, parte de que la cultura


occidental está viciada desde su origen, fundamentalmente desde Sócrates. En su obra “El
nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música” (1872), Nietzsche analiza la cultura
griega, en cuyo seno aparecen los grandes conceptos filosóficos, desde las categorías de lo
apolíneo y lo dionisiaco: la vida en grecia se desarrolla entre dos polos que representan dos
modos vitales opuestos:
-Dionisio: dios del caos, la diversidad, el desorden irracional, la oscuridad, la embriaguez, el
devenir...
-Apolo: Dios del orden estático, la razón, la armonía, la luminosidad...
Estos dos elementos configuran y dan riqueza a la vida, están reconocidos en la primitiva
cultura griega y en su máxima forma de expresión artística, la tragedia.
Sócrates aniquila el aspecto dionisiaco de la vida, interpreta el mundo desde el orden: inventa
el “concepto” que recoge los elementos comunes presentes en la diversidad de lo real,
anulando la riqueza de la vida, de la que Sócrates solo atienden una dimensión; aquella que
puede ser tratada racionalmente, el concepto general y abstracto, frente al cual, la realidad
inmediata, material, sensible y concreta pierde valor. Con ello está consolidando una imagen
del mundo, presente ya en Parménides en la que hay una prioridad de la razón sobre la
sensibilidad, del ser parmenídeo (realidad estática e inmutable ) sobre el devenir, y de la
esencia sobre la apariencia. A partir de Sócrates, la filosofía se convierte en dogma, considera
la realidad existente como algo fijo, estático en inmutable, se anula así su dimensión dionisiaca,
sin la cual la vida misma desaparece. De ahí que Nietzsche salve a Heráclito de su crítica a la
tradición filosófica, pues fue el único capaz de reconocer el carácter cambiante y a la vez
ordenado de la realidad, y el valor de los sentidos para mostrarnos el devenir, el fenómeno, la
apariencia.
La imagen socrática de la vida adquiere una dimensión valorativo-moral en la filosofía
platónica, en su dualismo ontológico Platón establece dos grandes equivalencias que ya tienen
carácter moral:
A) MUNDO DEL SER: mundo real/MUNDO MATERIAL: mundo irreal, de apariencias.
Esta equiparación contiene implícita una valoración negativa de la vida que convierte
en irreal el mundo corpóreo y sensible. Pero, piensa Nietzsche, no existe tal división
entre realidad y apariencia sino una vida en devenir, creando y destruyendo....
B) MUNDO DEL SER: mundo del BIEN/MUNDO MATERIAL: fuente de pasiones
“innobles”. El mundo trascendente de las “Ideas” es el único mundo “bueno”. Frente a
éste mundo divino, el mundo material, humano, inmanente es despreciable,
pecaminoso... Esta valoración moral es el resultado de una actitud antivital, que
desprecia la vida haciéndola “mala-malvada”.

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La cultura occidental es, desde su principio, una cultura racional y dogmática, por eso es
decadente. La tradición filosófica se opone a la vida y a los instintos, y se empeña en implantar
el reino de la racionalidad.
La preocupación de Nietzsche es, una vez desvelada esta situación de decadencia, explicar
por qué los seres humanos vivimos en un estado cultural que niega la vida, y cómo superar
este estado. Para responder a estos objetivos, Nietzsche rompe con toda la tradición filosófica
anterior, asume una nueva forma de filosofar, a través, no de la razón objetiva, sino del al
poesía y la estética. Este deseo de ruptura con la tradición cultural no es exclusivo de
Nietzsche, pues estamos en la época de las vanguardias, que frente a todo lo anterior, se
proponen provocar, innovar, es el arte del fin del siglo XIX, el anuncio de una nueva época.
¿Por qué ha triunfado esta filosofía decadente?, Nietzsche piensa que los filósofos sienten
“horror hacia la vida”, hacia fenómenos vitales como la vejez, la muerte, el cambio, la
procreación... desde este horror se niega la vida convirtiéndola en fuente de mal. El sentido
último de esta interpretación se explica a tenor de las siguientes reflexiones nietzscheanas:
 Los filósofos toman el trabajo de la Razón, desde Platón a Kant, como la única verdad,
por la necesidad de encontrar seguridad y reposo en un mundo siempre cambiante,
carecen del valor necesario para asumir el carácter irracional y dinámico de la vida.
Negando el cambio niegan la propia vida.
 El mundo llamado “verdadero” de los filósofos (mundo del “ser”), es falso, es una
ilusión de los filósofos: la ilusión de que solo existe lo estable. La identificación
Ser=real-verdadero, devenir=irreal-mentira, tiene un cariz valorativo-moral.
 Por oposición a este mundo verdadero-real, nuestro mundo es devaluado, la invención
de la trascendencia, es una “venganza” de los filósofos, motivada por el
“resentimiento”, por su incapacidad para aceptar la vida tal como es.

2- Crítica al cristianismo y a la moral tradicional

¿Qué es más dañoso que cualquier vicio? - La compasión activa con todos los malogrados y
débiles - el cristianismo... (El anticristo)

El cristianismo ha tomado partido por todo lo que es débil, humilde, fracasado; ha hecho un
ideal de la contradicción a los instintos de conservación de la vida fuerte; ha estropeado la
razón incluso de os temperamentos espiritualmente más fuertes al enseñar a sentir como
pecaminosos, como extraviados, como tentaciones, los supremos valores de la espiritualidad.
(El anticristo)

El cristianismo es una rebelión de todo lo que se-arrastra-por-el-suelo contra lo que tiene


altura: el evangelio de los "viles" envilece... (El anticristo)

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Vivir de tal modo que ya no tenga sentido vivir, eso es lo que ahora se convierte en el sentido
de la vida... (El anticristo)

La religión cristiana, piensa Nietzsche, no es más que “platonismo para el pueblo”,


consuma la desvalorización de la vida iniciada por Sócrates y Platón, interpretando el
“mundo trascendente” como “mundo divino”, frente al cual nujestro mundo, el único real
y verdadero, se convierte en una pesada carga, un mero requisito para alcanzar el
“mundo del Bien”. En la religión cristiana triunfan los valores de la trascendencia, se
trata de una moral nihilista, que repudia a la vida y sus valores, considerándola un
“pecado”.
En su obra clave: la “Genealogía de la moral”, explica Nietzsche como la moral
cristiana justifica el poder del sacerdote sobre el pueblo. En realidad la desobediencia a
Dios no es más que la desobediencia al sacerdote que convierten en pecaminoso todo
aquello que potencia la vida y sus valores, desde el cristianismo se considera al ser
humano “libre”, y por lo tanto “responsable”, es decir, responde, ante Dios, de sus
actos. El hombre libre es radicalmente “pecador” y “culpable”. Por eso debe someterse
a la moral de la trascendencia, debe ser “dócil” , convertirse en un ser enfermo y
decadente, porque, como afirma Nietzsche en “El crepúsculo de los Idolos”: “la vida
acaba donde comienza el reino de Dios”.
Mientras el sacerdote, ese negador, calumniador, envenedador profesional de la vida, siga
siendo considerado como una especie superior de hombre, no habrá respuesta a la pregunta:
¿qué es la verdad? (El anticristo)

...A partir de ahora todas las cosas de la vida están ordenadas de tal modo que el sacerdote
resulta indipensable en todas partes, en todos los acontecimientos naturales de la vida, en el
nacimiento, el matrimonio, la enfermedad, la muerte, para no hablar del sacrificio ("la cena"),
aparece el parásito sagrado para desnaturalizarlos: dicho en su lenguaje, para
"santificarlos"...(El anticristo)

La desobediencia a Dios, es decir, al sacerdote, a "la ley", recibe ahora el nombre de


"pecado";...(El anticristo)

...únicamente el sacerdote "redime"... Calculadas las cosas psicológicamente, los "pecados" se


vuelven indispensables en toda sociedad organizada de manera sacerdotal: ellos son las
auténticas palancas del poder, el sacerdote vive de los pecados, tiene necesidad de que se
"peque".(El anticristo)

Pero Nietzsche invierte el argumento; la responsabilidad es posible si el hombre es


libre y esto, a su vez, es posible porque al hombre y al mundo se le han hecho
previamente culpables, el crisitianismo es “una metafísica del verdugo”. Lo que se

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critica aquí es la idea de “un orden moral en el mundo” que, a modo de guía, sirva para
dirigir la vida del ser humano, se apunta, especialmente a la trascendencia de este
orden moral como algo externo al ser humano y a la vida, este orden que tiene “metas”,
“leyes”, “imperativos” .... La época moderna y la aparición del Ateismo ( Hume,
Ilustración..), es el momento de la “muerte de Dios”, es decir, de la pérdida de la
relevancia del cristianismo en la cultura. Sin embargo sigue, por todas partes, el
“hedor” del cadáver del Dios muerto, la humanidad sigue anhelando la trascendencia, y
expresa este anhelo en los “ideales” morales de la Ilustración. Desaparece el
Cristianismo pero se mantiene la moral ascética que siempre le acompañó, el rechazo
a la vida, a la inmediatez y el devenir, y la entrega a los más altos “proyectos”. Este
horror ante la vida y su reflejo en una moral ascética se expresa en los productos de la
cultura, la ciencia, la filosofía...
EL LOCO. ¿No habéis oído hablar de ese loco que encendió un farol pleno día y corrió al
mercado gritando sin cesar: “¡Busco a Dios!, ¡Busco a Dios!”. Como precisamente estaban allí
reunidos muchos que no creían en sus gritos provocaron enormes risotadas. ¿Es que se te ha
perdido?, decía ¿Se ha perdido como un niño pequeño?, decía otro. ¿O se ha escondido?
Tiene miedo de nosotros? ¿Se habrá embarcado? ¿Habrá emigrado? - así gritaban y reían
alborozadamente. El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. “¿Qué a dónde
se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos
su asesino. Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo hemos podido bebernos el mar?
¿Quién nos prestó la esponja para borrar el horizonte? ¿Qué hicimos cuando desencadenamos
la tierra de su sol? ¿Hacia dónde caminará ahora? ¿Hacia dónde iremos nosotros? ¿Lejos de
todos los soles? ¿No nos caemos continuamente? ¿Hacia delante, hacia atrás, hacia los lados,
hacia todas partes? ¿Acaso hay todavía un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través una
nada infinita? ¿No nos roza el soplo del espacio vació? ¿No hace más frío? ¿No viene de
contiuno la noche y cada vez más noche? ¿No tenemos que encender faroles a mediodía?
¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿No nos llega todavía
ningún olor de la putrefacción divina? ¡También los dioses se pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Y
nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos? Lo
más sagrado y poderoso que poseía hasta ahora el mundo se ha desangrado bajo nuestros
cuchillos. ¿Quién nos lavará esa sangre? ¿Con qué agua podremos purificarnos? ¿Qué ritos
expiatorios, qué juegos sagrados tendremos que inventar? ¿No es la grandeza de este acto
demasiado grande para nosotros? ¿No tendremos que volvernos nosotros mismos dioses para
parecer dignos de ella? Nunca hubo un acto tan grande y quien nazca después de nosotros
formará parte, por mor de ese acto, de una historia más elevada que todas las historias que
hubo nunca hasta se apagó. “Vengo demasiado pronto -dijo entonces-, todavía no ha llegado
mi tiempo. Este enorme suceso todavía está en camino y no ha llegado hasta los oídos de los
hombres. El rayo y el trueno necesitan tiempo, la luz de los astros necesita tiempo, los actos
necesitan tiempo, incluso después de realizados, a fin de ser vistos y oídos. Este acto está
todavía más lejos de ellos que las más lejanas estrellas y, sin embargo son ellos los que lo han

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cometido.” Todavía se cuenta que el loco entró aquel mismo día en varias iglesias y entonó en
ellas su Requiem aeternan deo. Una vez conducido al exterior e interpelado contestó siempre
esta única frase: “¿Pues, qué son ahora ya estas iglesias, más que las tumbas y panteones de
Dios?”. (La Gaya ciencia)

3- El carácter valorativo de la “verdad”, el engaño del lenguaje

El fundamento de esta moral decadente es el desdoblamiento del mundo entre mundo


“verdadero” y mundo “aparente” y haber hecho depender a éste de aquel, cuando sólo existe el
mundo que los filósofos y moralistas definen como aparente. Para la filosofía tradicional la
realidad es estática, fija e inmutable, y solamente podemos aprehenderla a través de una
construcción fija, estática, absoluta y universal: el concepto. Nietzsche critica la utilización del
concepto, mostrando el origen de su formación, se pasa de la sensación a la imagen y de la
imagen al concepto, a través de la fijación de una metáfora por la costumbre. El prolongado
uso de los conceptos a lo largo del tiempo hace que olvidemos su carácter metafórico y que
pensemos en su realidad como algo independiente de las cosas, es más, pensamos que ellos
son la realidad (Platón). Estos conceptos se articulan junto a otros en el lenguaje, el lenguaje
limita nuestro conocimiento de la realidad, circunscribiéndola dentro de aquello que puede ser
“etiquetado” por los conceptos, es decir, racionalizado. En el “Crepúsculo de los ídolos”
Nietzsche afirma que el error tiene como abogado permanente el lenguaje, ya que duda de que
el concepto pueda servir para aprehender la realidad, que es devenir y cambio. El lenguaje
“momifica” la vida

“Todo concepto se forma por equiparación de cosas no iguales. Del mismo modo que es cierto
que una hoja no es igual a otra, también es cierto que el concepto de hoja se ha formado al
abandonar de manera arbitraria esas diferencias individuales, al olvidar las notas distintivas con
lo cual se suscita entonces la representación, como si en la naturaleza hubiese algo separadco
de las hoas que fuese la “hoja”, una especie de arquetipo primigenio a partir del cual todas las
hojas habrían sito dejidas, diseñadas, calibradas, coloreadas, onduladas, pintadas, pero por

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manos tan torpes, que ningún ejemplar resultase ser correcto y fidedigno como copia fiel del
arquetipo”

“La omisión de lo individual y de lo real nos proporciona entonces el conceptodel mismo modo
que también nos proporciona la forma, mientras que la naturaleza no conoce formas ni
conceptos, así como tampoco ningún tipo de géneros sino solamente una X que es para
nosotros inaccesible e indefinible”

"Creemos saber algo de las cosas mismas cuando hablamos de árboles, colores, nieve y flores
y no poseemos, sin embargo más que metáforas de las cosas, que no corresponden en
absoluto a las esencialidades originarias”
“¿Qué es entonces la verdad’ una hueste de movimientos, de metáforas, metonimias,
antropomorfismo, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido
realzadas, extrapoladas y adornadas poérica y retóricamentesy que, después de un prolongado
uso, un pueblo considerar firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones que se
han olvidado que lo son”

(" Sobre verdad y mentira en sentido extramoral”)

“La razón en el lenguaje: ¡oh, que vieja hembra engañadora!. Creo que no nos vamos a
desembarazar de Dios porque creemos todavía en la gramática.” (El crepúsculo de los ídolos)

Solo cabe un acercamiento a la realidad, el comportamiento estético, el espíritu creativo y el


arte. Es la metáfora y no el concepto lo que nos muestra a la vida, la metáfora sugiere y no
encorseta la realidad, no nos obliga a renunciar a las diferencias, la pluralidad y la diversidad.
Otro obstáculo que la filosofía tradicional opone a la vida procede de la idea de “lo verdadero”
y la “verdad” misma. En su breve ensayo “Sobre verdad y mentira en sentido extramoral”
Nietzsche pone de relieve el carácter valorativo-moral del concepto de “verdad”. Desde una
moral que niega la vida, el devenir y el cambio, la Verdad, con mayúsculas es el resultado del
trabajo de la Razón, el concepto estático e inmutable, siendo el cambio y la diferencia algo
“falso” pero también “malo”. Las categorías de verdad y falsedad son, pues, valorativas,

4- La ciencia

En su obra “La Gaya ciencia”, Nietzsche arremete contra la concepción mecanicista del
mundo que preside la ciencia moderna. Querer reducir la vida a cantidad es un error y una
locura. El número, al igual que el concepto elimina la pluralidad, la diversidad y el devenir.
“Como hemos visto, en la construcción de los conceptos trabaja originariamente el lenguaje;
más tarde la ciencia”…”Si ya el hombre de acción ata su vida a la razón y a los conceptos para

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no verse arrastrado y no perderse a sí mismo, el investigador construye su choza junto a la
torre de la ciencia para que pueda servirle de ayuda y encontrar él mismo protección bajo ese
valuarte ya existente. De hecho, necesita la protección, puesto que existen fuerzas terribles
que constantemente le amenaza y que oponen a la verdad científica “verdades” de un tipo
completamente diferente con las más diversas etiquetas”
(Sobre verdad y mentira en sentido extramoral)
Por otro lado la ciencia que investiga lo físico, nada nos puede decir sobre la pasión, el
placer y el dolor que acompañan al ser humano, tampoco puede aportar algo que se parezca a
una ley moral. Si bien la Ciencia asestó un golpe mortal a la Religión durante el Renacimiento,
ahora se ha convertido en una fiel aliada del Estado Moderno, frente al hombre. No aporta
nada nuevo ya que es incapaz de encontrar una alternativa al vacío dejado por los valores
cristianos.

5-CONCLUSIÓN

En resumen, la cultura occidental niega la vida y sus valores, por ello “inventa” un mundo
real-trascendente: la “vida verdadera”
1- el filósofo: mundo racional, verdadero, perfecto, “mundo del Ser”
2- el sacerdote: mundo “divino”, santo, de bondad..
3- el moralista: mundo “libre”, justo, de “altos ideales”
4- el científico: mundo “objetivo”, preciso, exacto, verdadero...

Esto convierte al ser humano en:


1- para la filosofía: imperfecto, falso (sensibilidad) no hay verdad en sus vivencias más vitales
2- para la religión: pecador, impuro, ha de buscar el sentido de esta vida en una vida
superior, trascendente
3- para la moral: esclavo de las pasiones, culpable, ha de buscar el sentido de la vida en su
entrega a ideales altruistas
4- para el científico: un mero fenómeno físico, igual a cualquier otro.
Este es el siervo, el hombre decadente.
Lo que debe ser explicado es por qué el ser humano rechaza su vida, ¿por qué siente la
necesidad de ser de otro modo, de vivir otra vida, de habitar otro mundo?. Nietzsche cree que
una cultura sana tiene sobradas razones para vivir y captar el valor de la vida como algo que
tiene sentido en sí mismo. La necesidad de buscar un sentido a la vida en un más allá
trascendente es interpretado como signo de que hay algo enfermizo en la conciencia, es
síntoma de decadencia cuando se produce en una cultura o en una sociedad.

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NIHILISMO, VOLUNTAD DE PODER: EL SUPERHOMBRE (La parte de su filosofía
que dice “si”

1- LA VOLUNTAD DE PODER
Nietzsche, como Heráclito, reconoce el carácter cambiante de lo real, la lucha entre
fuerzas opuestas es la esencia misma de la vida, así la realidad es un proceso
cambiante, contradictorio y en un continuo devenir. La filosofía de Nietzsche se opone
a la tradición filosófica occidental, para la que el devenir es falso, aparente e irracional.
Nietzsche se considera a sí mismo irracionalista, porque niegue la razón, sino porque
rechaza la metafísica racionalista del platonismo, que desprecia el mundo sensorial.
El mundo es múltiple, y sus múltiples manifestaciones debe ser abordadas desde
perspectivas múltiples (no desde la única-absoluta perspectiva de la razón), para poder
apreciar su variedad y su riqueza. Pero como toda interpretación del mundo supone
una valoración de la vida: una moral, la aceptación de la variedad y riqueza del mundo
exige al ser humano la capacidad de crear y recrear nuevos y diversos sistemas de
valores.

Esta valoración de la vida puede expresarse de dos modos:


a) valoración que promueve la vida, respondiendo a la fuerza vital desplegada en el
mundo: valoración creativa o activa
b) valoración que aniquila la vida, la desdeña despreciando la esencia dinámica y
múltiple del mundo: valoración reactiva o decadente
Nietzsche afirma que el mundo, el hombre y la vida son “voluntad de poder”,
concepto filosófico del que, pese a su importancia, nunca encontramos una definición
expresa, pero puede ser interpretado como, entendido el mundo como una realidad
viva y en continua transformación, la voluntad de poder sería el impulso vital que lleva
al enfrentamiento entre unas fuerzas y otras, y a la lucha por el dominio, por el poder.
El poder es el imperativo interno de la voluntad, el “ser más” que anima el deseo de
vivir, por eso la voluntad de poder es siempre necesidad de autosuperación, de
afirmación vital, presente en todas las manifestaciones de la vida, ya sea en forma de
instintos, en el plano biológico, o en forma de deseos e ideales, en el plano espiritual.
La voluntad de poder se expresa en dos fuerzas de signo contrario:
a) fuerza activa: creadora, que reconoce el carácter caótico e irracional de lo
real, que inventa valores, que promueve la vida tal como ella es, y da
origen a un determinado modo de vida : la vida ascendente
b) fuerza reactiva: pasiva, interpreta la vida desde valores que la destruye,
origina un tipo de vida decadente, negadora de sí misma.
Ambas fuerzas son manifestaciones de la voluntad de poder que definen la situación
vital del ser humano, en él pueden darse, bien un triunfo de las fuerzas activas, o bien
de las reactivas. El hombre poderoso es aquel en el que triunfan las primeras, es la

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voluntad de poder que reconoce el caos inherente a la vida y se sabe fuerte para
aceptarla tal como es, es el niño inocente y libre que crea valores desde los que
reconoce y afirma la vida. Por el contrario, si triunfan las fuerzas reactivas, se escoge la
huida de la vida, el sometimiento a la trascendencia, la voluntad de poder será negativa
y débil.

2- EL NIHILISMO Y SUS FORMAS


Nietzsche llama “nihilismo”, a la situación del hombre y de la cultura occidental.
Nihilismo es el diagnóstico de una situación anímica y moral originada por el triunfo de
las fuerzas reactivas, y, en consecuencia, por la decadencia de la cultura y de la vida.
El nihilismo ( de “nihil”, nada) consiste en la pérdida del sentido de la vida, la ausencia
de valores y su consecuencia, el vacío, la nada... Nietzsche distingue varios tipos de
nihilismo:
-nihilismo negativo: el que se fundamenta en la distinción entre mundo real y mundo
aparente llevada a cabo por el platonismo y el cristianismo. Se niega la vida en virtud
de un más allá trascendente, y tiene como consecuencia una forma de vida decadente,
enfermiza.
-nihilismo reactivo: aquel que niega los valores de la trascendencia, niega el “mundo
verdadero” del platonismo y del cristianismo. Esta forma de nihilismo se concreta, en la
cultura moderna, en un acontecimiento histórico de importancia crucial: la “muerte de
Dios”. El hombre débil, (el sacerdote, el filósofo), incapaz de asumir la vida, inventa a
Dios y la trascendencia. Pero la fuerza vital es imparable lucha por imponerse,
negando la trascendencia:
- en el Renacimiento, situando al hombre en el lugar de Dios
- en el Racionalismo, independizando a la razón humana de Dios
- el la Ilustración, se niega el poder divino en el orden social
- en la ciencia contemporánea, el futuro de la humanidad es el progreso científico, no
Dios.
El problema es que no hemos propuesto un universo de valores nuevos para ocupar el
lugar de Dios, por eso esta etapa de la historia se puede calificar de “nihilista”, hay un
vacío, una ausencia de la valores.
-nihilismo pasivo: se trata de la época en que la decadencia provocada por la ausencia
de valores, se reconoce a sí misma y trata de mantenerse intacta (Schopenhauer), es la
situación de la cultura alemana de la época.
-nihilismo activo: el que surge tras la “muerte de Dios”, significa una destrucción de los
“valores supremos de la trascendencia”, tras esta destrucción será posible instaurar un
universo de valores nuevos, desde los que decir sí a la vida. En este nihilismo late la
voluntad de poder, que conduce la superación del hombre en el superhombre.

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La muerte de Dios es el acontecimiento más importante de la historia del nihilismo, es
el punto de inflexión en la trayectoria de la vida decadente pasiva-reactiva, y supone el
triunfo del nihilismo activo y de la voluntad de poder.

3- LA TRANSVALORACIÓN MORAL Y EL IDEAL DEL SUPERHOMBRE

a) la transvaloración moral
Transvaloración moral significa, no solamente destrucción de valores, sino,
fundamentalmente, cambio de valoración. Para entender la importancia de la
transvaloración moral hay que tener en cuenta que, para Nietzsche, en el trasfondo de
toda experiencia vital hay una valoración de la vida que da sentido a la experiencia,
una moral. Esta moral es una creación humana, la tarea del filósofo es valorar el
sentido de la moral, el valor mismo de los “valores”y esta tarea la realiza Nietzsche
tomando como criterio el único parámetro que, a su juicio, es legítimo; si estos valores
fomentan o aniquilan la vida, es decir, si reflejan fuerzas activas o reactivas.
Así pues, desde el marco de una interpretación relativista de la moral (la única que
responde a la riqueza e inabarcable multiplicidad de la vida), Nietzsche propone una
nueva jerarquía de valores, que tienen como núcleo una nueva interpretación del bien
y del mal: “Bueno-verdadero” es todo lo que eleva la vida y “la voluntad de poder”,
“malo-falso” lo que conlleva la negación de la vida.
Esta forma de valorar se encontraba, originariamente, en la cultura griega (“El
nacimiento de la tragedia...”) encarnada en la tensión entre loa apolíneo y lo dionisiaco,
pero ha sido destruida por la filosofía socrático-platónica y por la religión judeo-
cristiana, que han transformado los valores de la vida en valores de la decadencia,
según la siguiente inversión:

Moral originaria: el referente para moral decadente: el referente


la valoración es la energía vital para la valoración son los con-
ceptos de culpa y pecado

BUENO= fuerte, feliz MALVADO= pecador,


Se transforma en impuro..
MALO= débil, enfermo BUENO=piadoso, dócil

En el origen de la moral judeo-cristiana se encuentran los siguientes elementos que


constituyen las principales formas del nihilismo pasivo-reactivo (Genealogía de la
Moral)
 el resentimiento: del sacerdote por su incapacidad de asumir la vida.
Transvalora la moral, inventa la religión que convierte al fuerte en pecador y

19
santifica la debilidad. Hay, en el fondo, un resentimiento contra la superioridad
de los fuertes.
 La mala conciencia: al no poder desahogar sus instintos vitales, el débil los
vuelve contra sí mismo, se siente culpable y, para redimirse rinde pleitesía al
“gran acreedor”: Dios. Por el contrario, el hombre fuerte se siente inocente y
feliz.
 El ideal ascético: es la forma de tortura autoimpuesta por el hombre culpable,
significa poner la vida al servicio de la no-vida, de la trascendencia. Este ideal
es manipulado por el sacerdote que mantiene así su poder sobre los débiles,
creando recelo contra aquellos que no comparten sus ideas de culpa y pecado.

b) el ideal del superhombre


Nietzsche cree que ha llegado ya el momento de recuperar los valores de la vida para
preparar la llegada del superhombre. El superhombre es el hombre superior que ama la
vida y desprecia la debilidad del hombre vulgar. Frente a la pasividad del hombre
decadente, el superhombre ama a la vida, es creativo (de sus propios valores) y
dominador (afirma la vida, permaneciendo fiel al “sentido de la tierra”)
Por lo tanto, frente al superhombre, el hombre vulgar es:
- un ser miserable, ya que ha renunciado a lo más valioso, la vida, a favor de una ficción, Dios
y la trascendencia.
- Un animal defectuoso e incompleto, entre el gusano y el fantasma, el hombre no ha
evolucionado desarrollando sus potencialidades, como hacen el resto de los seres vivos,
prefiere quedarse a medio camino, ni es animal, ni es verdadero hombre

"Habéis evolucionado del gusano al hombre, y hay en vosotros todavía mucho del
gusano. En un tiempo fuisteis monos y todavía el hobmre es más mono que ningún
mono. Y hasta el más sabio de vosotros no es más que un ser híbrido mitad planta
mitad fantasma."(Así habló Zaratustra.)

Pero el hombre también es un ser volcado


hacia el futuro, destinado a ser
superhombre......

c) características del superhombre:


I- Es amor a la vida, al “sentido de la tierra”,
es decir, a lo corporal, la fuerza, el placer..
II- Es voluntad de poder, deseo de
superación de sí mismo y de todo aquello que
se opone a la vida.
III- Es creador y libre, construye sus propios
mundos, sus valores, y los destruye sin
miedo, por puro y generoso amor a la vida

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IV- Es poderoso, está por encima del rebaño de los hombres vulgares, del bien y del mal
de la moral del rebaño. Se sabe inocente, por lo tanto no es responsable ni pecador.
V- Es el máximo desarrollo de la voluntad de poder, de la evolución humana.
d) La conversión del hombre en superhombre
En su crítica al hombre moderno (el hombre vulgar), Nietzsche está criticando el cristianismo
mundanizado en los ideales ilustrados. Nuestro filósofo exige la superación del hombre por el
superhombre, la desaparición del nihilismo y el establecimiento de un nuevo sistema de
valores que afirme la vida. Nietzsche piensa que la muerte de Dios supone la desaparición de
las antiguas certezas: la razón, la virtud, la cultural, la solidaridad y el conjunto entero de los
valores tradicionales ya no son un referente obligatorio. Esta nueva situación nos exige
arriesgarnos a convertir nuestra vida en un experimento, nuestra única posibilidad es vivir cada
día con esfuerzo y amor a la vida y, como niños, creativos e inocentes, atrevernos a construir y
destruir sistemas de valores. De este modo afirmaremos el devenir de la vida sin recurrir a
subterfugios que alivien su dimensión trágica.
En “Así hablaba Zaratustra”, Nietzsche expone metafóricamente las etapas de la conversión
del hombre en superhombre, son las “metamorfosis del espíritu”
El espíritu se convierte en camello, el camello en león y el león en niño.
 El camello simboliza a los que se contentan con obedecer ciegamente, solo tienen que
arrodillarse y recibir la pesada carga de las obligaciones morales.
 El camello que quiere ser más se transforma el león: es el “yo quiero”, gran negador
solitario de los valores tradicionales, se rebela contra ellos.
 El león necesita transformarse en niño, superar la autosuficiencia para recuperar la
inocencia y la creatividad, viviendo libre de preocupaciones y prejuicios.

21
La moral del hombre superior propone una
revuelta contra la degeneración de la
humanidad que resulta del hecho de que
el cristianismo ha domesticado al hombre
para convertirlo en un animal aprisionado.
La nueva moral pretende estar al servicio
del Superhombre, al servicio de la
"recuperación" de los instintos vitales del
hombre; es decir, transformar al hombre
que, domesticado por el cristianismo, se
ha convertido en mezquino, mediocre,
prudente, servil, indiferente, perezoso,
dócil, olvidando su verdadera esencia
existencial: su voluntad de poder.

Conclusión:

Nietzsche no propone vivir sin valores (llega a considerar incluso que esto es imposible);
propone más bien invertir la tabla de valores: superar la moral occidental, moral de renuncia y
resentimiento hacia la vida, mediante una nueva tabla en la que estén situados los valores que
supongan un sí radical a la vida.

Con una expresión excesivamente retórica Nietzsche llama “rebelión de los esclavos” a la
situación que se crea con el triunfo del cristianismo: el cristianismo y el judaísmo sustituyen la
moral aristocrática (que Nietzsche cree encontrar en el mundo griego antiguo) por la moral de
los esclavos. Con el cristianismo prospera la moral de los débiles, de los que quieren huir del
rigor de la vida inventándose un mundo objetivo, de reposo, de justicia. Nietzsche nos dice que
los judíos invierten el código moral aristócrata:

“Han sido los judíos los que, con una consecuencia lógica aterradora, se han atrevido a invertir
la identificación aristocrática de los valores (bueno = noble = poderoso = bello = feliz = amado
de Dios) y han mantenido con los dientes del odio más abismal (el odio de la impotencia) esa
inversión, a saber, “los miserables son los buenos; los pobres, los impotentes, los bajos son los
únicos buenos; los que sufren, los indigentes, los enfermos, los deformes, son también los

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únicos piadosos, los únicos benditos de Dios, únicamente para ellos existe la bienaventuranza.”
(“La genealogía de la moral”).

MORAL DE SEÑORES MORAL DE ESCLAVOS

voluntad de jerarquía, de
voluntad de igualdad
excelencia

ama lo que eleva, lo noble resentimiento contra la vida superior

quiere la diferencia iguala, censura la excepción

es la moral del héroe, del guerrero, glorifica lo que hace soportable la


del que no teme el dolor ni el vida a los pobres, los enfermos y
sufrimiento débiles de espíritu, la concordia

Individualismo extremo altruismo, hermandad entre los


· hombres

es la moral de la persona que crea se encuentra con los valores


valores dados

ama la muerte de Dios ama y teme a Dios

La transmutación de los valores es la superación de esta moral de esclavos para recuperar


de nuevo la moral aristócrata, y permite el triunfo del código moral del superhombre.

e) el eterno retorno

“Suponiendo que un día, o una noche, un demonio te siguiera a tu soledad última, y te


dijera: esta vida, tal como la has vivido y estás viviendo, la tendrás que vivir otra vez,
otras infinitas veces; y no habrá en ella nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer
y cada pensamiento y suspiro y todo lo indeciblemente pequeño y grande de tu vida te
llegará de nuevo, y todo en el mismo orden de sucesión, también esta araña y este
claro de luna entre los árboles, y este instante, y yo mismo. El eterno reloj de arena de
la existencia es dado la vuelta una y otra vez, ¡y tú con él, polvillo de polvo! Suponiendo
que así te hablara un demonio, ¿te arrojarías al suelo rechinado los dientes y
maldiciendo al demonio que así te habló? O has experimentado alguna vez un instante
tremendo en el que contestarías: “¡eres un dios y jamás he oído decir nada tan divino!”.
Si esa noción llega a dominarte, te transformará y tal vez te aplastará. ¡La pregunta
ante todas las cosas -¿quieres esto otra vez, infinitas veces?- pesaría como el peso
más pesado sobre todos tus actos! O si no, ¿qué categóricamente tendrías que llegar a

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decir sí a ti mismo y a la vida para no aceptar nada más anhelosamente que esta
ratificación última, eterna?”.

Nietzsche, La gaya ciencia

Pero la evolución no alcanza en el superhombre su punto final, la vida no se detiene, sino


que discurre eternamente en una repetición de lo mismo. El superhombre, lleno de amor por
la vida, agradece este hecho, que repugna al hombre inferior.
La idea del “eterno retorno”, que Nietzsche recoge de la filosofía presocrática, es la de un
mundo cambiante, pero siempre igual (Heráclito). Esta idea se opone a la concepción lineal
de la vida propio de los hombres inferiores (cristianismo), la vida entendida como una
trayectoria lineal que acaba conduciendo a un mundo trascendente, en el que la vida se
detiene.
Pero Nietzsche afirma que no hay más mundo que éste, al que debemos guardar fidelidad.
Por esto la idea cosmológica de los griegos, el “eterno retorno de lo mismo”, adquiere ahora
un sentido valorativo-moral. Quiere expresar Nietzsche con esta idea que no hay más
mundo que este, y sus valores son los únicos posibles, y son positivos. En “Así habló
Zaratrustra” Nietzsche se considera a sí mismo “el profeta del eterno retorno”.

TEXTO: “EL CREPÚSCULO DE LOS IDOLOS”, “La razón en la filosofía”

Génesis y circunstancias de la obra:


Nietzsche se había recluido en Sils-Maria; tras la publicación de Más allá del bien y del
mal (en 1888), quería escribir su obra maestra (La voluntad de poder) En 1988 le quedaba
poco más de un año de vida lúcida.
Repentinamente decide publicar un “compendio” de su filosofía (Crepúsculo de los
ídolos) y destroza gran parte del material acumulado para su obra capital, enviando en pocos
días la obra a su editor. En cartas a sus amigos interpreta esta obra como una introducción al
conjunto de toda su filosofía y como un “compendio de heterodoxia filosófica”. Pertenece esta
obra, por tanto, a la última etapa de Nietzsche (filosofía del atardecer), en la que habla
apasionadamente de la “transmutación de todos los valores” y se “desenmascara” la falacia del
cristianismo, que no es otra sino la del platonismo.
Esta obra consta de 11 apartados, de los cuales nosotros estudiaremos el tercero: “La
‘razón’ en la filosofía”. Central desde el punto de vista de la “metafísica” de Nietzsche. Describe
la idiosincrasia del filósofo típico: el odio de éste a la noción de devenir y, en consecuencia, su
odio a la vida. Realiza una crítica a la metafísica, pero no la ataca de modo ontológico, sino
moral: considera que la historia del pensamiento es un movimiento vital en el que se reflejan
ante todo estimaciones de valor, un movimiento en el que se imponen valores que debilitan el

24
sentimiento de la vida o lo fortalecen. Y considera que la filosofía anterior ha sido producto del
resentimiento.
El método de Nietzsche es aforístico y asistemático, condensando en sentencias todo
su pensamiento.

Temática general del texto

Como estrategia de trabajo para responder a la segunda cuestión del comentario de texto, es
recomendable partir de la idea de que, en este escrito, Nietzsche cuestiona la oposición entre
mundo del ser/mundo del devenir, realidad/apariencia, razón/sensibilidad, verdad/mentira (o
error), mundo del bien-divino/mundo impuro-humano, que está en la base del pensamiento
filosófico y que encuentra su máxima expresión en Platón. Por lo tanto, la justificación en la
filosofía del autor ha de plantearse desde la defensa Nietzscheana de una nueva forma de
valorar la vida, que supera estas dicotomías, debemos explicar, aunque sea de modo muy
breve:
- el concepto de “voluntad de poder” y su manifestación en fuerzas activas y reactivas
- El triunfo de las fuerzas reactivas en el origen de la valoración de la vida efectuada por
la filosofía (nihilismo negativo), y las razones de este triunfo (resentimiento, mala
conciencia...)
- La propuesta de Nietzsche, el advenimiento de la época del superhombre,
características de la forma de valorar la vida del superhombre
- Mencionar el eterno retorno como aspiración del superhombre.

En cuanto a la temática general del texto podemos tener en cuenta, de modo orientativo, que
las ideas generales, por epígrafes son las que aparecen a continuación, se trata de explicar,
con palabras propias, el modo en que Nietzsche explica estas ideas en el texto, de acuerdo con
su filosofía.

EPÍGRAFE 1
- Primera crítica a los filósofos (a su idiosincrasia): niegan el devenir (líneas 1-12)
- Consecuentemente, se niega el testimonio de la sensiblidad, como un engaño (líneas
13-19)
- Se niega el cuerpo y se apuesta por lo inmaterial: Dios (líneas 20-24)

EPÍGRAFE 2
- Expresa su admiración por Heráclito, que apuesta por el devenir –frente a Parménides,
quien apuesta por el “ser” y la razón. (líneas 1-3). Heráclito tiene razón al rechazar el
“ser” parmenídeo (líneas 10-13)

25
- Heráclito también malinterpreta el testimonio de los sentidos –como Parménides- al
afirmar que hay un orden (logos) oculto: subyace aquí, nuevamente la distinción
esencia/apariencia (líneas 3-5)
- Conclusión: creemos que los sentidos mienten porque interpretamos su testimonio a la
luz de la razón (líneas 5-10)

EPÍGRAFE 3
- Alabanza a la sensibilidad –Nietzsche habla con gratitud de la nariz, el olfato es
inasequible a la razón- (líneas 1-5)
- La ciencia aparece como consecuencia de una decisión: la de aceptar el testimonio de
los sentidos: referencia al Positivismo (líneas 5-8)
- Rechazo al conocimiento abstracto, está vacio, no tiene valor (líneas 8-13)

EPÍGRAFE 4
- Segunda crítica a los filósofos (a su idiosincrasia): poner como lo primero lo que en
realidad es lo último: poner el concepto abstracto –que se expresa en el lenguaje- en
primer lugar como lo fundamental, y en último lugar el mundo, a partir del cual
formamos los conceptos – y es su fundamento- (líneas 1-5)
- Este error evidencia la forma de valorar –de idolatrar- de los filósofos: se niega el
devenir, consecuentemente, los conceptos abstractos, por ser superiores, no devienen,
no proceden de nada, son su propia causa. (líneas 6-14)
- Dios es la máxima expresión de este rechazo al devenir, es “causa sui” y “ens
realissimum”, lo más “real”, para unos filósofos que, como arañas, extraen extraen de
su mente enferma su telaraña conceptual. (líneas 14-18)

EPÍGRAFE 5
- Tema general de todo este epígrafe: crítica al lenguaje. El punto de partida de
Nietzsche es su postura sobre la distinción entre esencia/apariencia o “ser/devenir”
común a todo el pensamiento racional. Estamos “atrapados” en el lenguaje, porque
éste analiza el mundo y lo describe en términos que niegan el devenir –sujeto y
predicado, causa y efecto, voluntad y efecto de la voluntad, en definitiva: el yo, la
sustancia, o más abstractamente, el “ser”. (líneas 1-22).
- Se critica el “fetichismo del lenguaje”, es decir, que este “logos” (no olvidemos que el
término griego “logos” se refiere tanto al pensamiento racional, como al lenguaje en el
que este pensamiento se expresa) valore el mundo desde la perspectiva de la
permanencia, todo cambio remite a una realidad estable. (líneas 10-15)
- Crítica al pensamiento ilustrado: por la primacía que otorga a la razón y sus conceptos,
son la herramienta con la cual interpretamos en mundo (líneas 22-29)
- Critica a la arrogancia de la filosofía, se considera “superior” por contar con una
herramienta tan valiosa: el “logos”, que nos hace “divinos”, nos consideramos

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superiores por contar con el lenguaje, pero este no es más que una “vieja hembra
engañadora” (líneas 29-39)

EPÍGRAFE 6:
Cuatro tesis o propuestas sobre la verdadera naturaleza del “mundo de las esencias”:
mundo trascendente.
- Primera: las mismas razones que hacen que los filósofos califiquen el mundo materia
como “aparente”, son para Nietzsche el fundamento de la realidad de este mundo; el
devenir, que los filósofos rechazan.
- Segunda:Las características del “mundo verdadero” (trascendente) son, en realidad,
las del no-ser o la nada; la permanencia, la estabilidad, la inmutabilidad, a la que los
filósofos califican como “verdadera” y “buena”, por eso el “mundo trascendente” es,
según Nietzsche un mundo aparente y una “ilusión óptico-moral” : tener la ilusión de
que existe y de que es bueno.
- Tercera: El origen de la idea de trascendencia
 Predominio de fuerzas reactivas que niegan la vida
 Ausencia de fuerza vital para asumir la vida en toda su riqueza
(dimensión dionisiaca)
- Cuarta: esta división entre mundo real y aparente es síntoma de una vida decadente
(descendente). Frente a esta racionalidad decadente el artista, para quien la apariencia
es la realidad. El artista trágico (romántico) afronta todo lo problemático sin miedo, es
dionisiaco. Nietzsche apuesta por una comprensión del dinamismo de la vida desde el
arte metafórico y lleno de matices, no desde la racionalidad empobrecedora.

NIETZSCHE, PROPUESTA DE COMENTARIO.

Texto de Nietzsche

“Se me estará agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo, en cuatro
tesis: así facilito la comprensión, así provoco la contradicción.
Primera tesis. Las razones por las que «este» mundo ha sido calificado de aparente
fundamentan, antes bien, su realidad, -otra especie distinta de realidad es absolutamente
indemostrable.
Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al «ser verdadero» de las cosas
son los signos distintivos del no-ser, de la nada, -a base de ponerlo en contradicción con el
mundo real es como se ha construido el «mundo verdadero»: un mundo aparente de hecho, en
cuanto es meramente una ilusión óptico-moral.
Tercera tesis. Inventar fábulas acerca de «otro» mundo distinto de éste no tiene sentido,
presuponiendo que no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de

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recelo frente a la vida: en este último caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagoría
de «otra» vida distinta de ésta, «mejor» que ésta.”
(F. Nietzsche: “El crepúsculo de los ídolos”)
1) Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en el autor del
texto elegido.
(Resumen de la contextualización estudiada al iniciar el tema de Nietzsche)

2) Comentario del texto:


Apartado a) Explicación de las dos expresiones subrayadas.

Realidad: En el sentido del término cabe distinguir:


- lo que ha sido la “verdadera realidad” para la filosofía tradicional: el mundo del ser-
trascendente
- lo que Nietzsche entiende por realidad auténtica; el mundo en devernir
En el texto Nietzsche afirma que las razones por las que los filósofos han considerado este
mundo, el del devenir, aparente y por lo tanto irreal, son las que fundamentan su realidad.
Venganza de la vida: Es la razón por la que los filósofos han inventado el mundo trascendente.
En ellos predominan las fuerzas activas que niegan la vida. Los filósofos rechazan todo lo que
escapa al control de la razón, incapaces de afrontar la vida surge en ellos el resentimiento y el
espíritu de venganza contra la vida, se desahogan con la invención de la existencia de “otra
vida”
Apartado b) Identificación y explicación del contenido del texto

Identificación del contenido del texto : El texto que estoy comentando pertenece a la obra “El
crepúsculo de los ídolos”, escrita por Nietzsche en el año 1888, es su última etapa de lucidez,
pertenece a su último periodo de creación filosófica, la “filosofía del atardecer”, antes de su
derrumbe psicológico, época en la que critica con virulencia la cultura occidental. En esta obra
Nietzsche anuncia el ocaso de las grandes verdades idolatradas por la filosofía occidental.
En este texto aparecen tres de las cuatro tesis en las que Nietzsche explica cual ha sido la
verdadera naturaleza de la idea de que existe un mundo trascendente.
Explicación del contenido del texto
Estas cuatro tesis analizan el origen de la trascendencia del acuerdo con las siguientes
afirmaciones:
- que el devenir, que los filósofos rechazan, aseguran la realidad del mundo inmanente.
- Que las razones por las que el mundo verdadero ha sido considerado el único “real” es
decir, su inmutabilidad, su estabilidad, su permanencia, son las que aseguran su
irrealidad, porque la vida es un devenir incesante
- El origen de este error, la incapacidad de los filósofos para asumir el carácter
cambiante de lo real. Se trata de un defecto congénito y origina el resentimiento, la
necesidad de vengarse contra la vida, asegurando la existencia de un mundo

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“verdadero”, por eso los filósofos necesitan ilusionarse con la idea de que existe otro
mundo mejor que este, que de sentido a “este mundo”.

Apartado c) Justificación desde la posición filosófica del


autor

En su filosofía, Nietzsche pretende invertir los valores que han dominado en la tradición
filosófica, estos valores, cuya máxima expresión se encuentra en la filosofía platónica, que se
vulgariza al “cristianizarse” , establece las siguientes asociaciones:
- mundo de esencias (del “ser”)---estabilidad---realidad---verdad---razón---bien
- mundo material (inmanente)----devenir---------irreal-------falso------sensualidad----mal
La propuesta de Nietzsche es anular esta dicotomía, que destruye la vidad y valorar la vida
desde valores que la hagan crecer, este objetivo pasa por invertir el sistema de valores del
platonísmo del siguiente modo:
- mundo de esencias (del “ser”) ---estabilidad---razón----irreal-----falso----malo
- mundo material (inmanente)----devenir----sensualidad---realidad----verdad---bien
Por lo tanto, su crítica a la filosofía abarca tanto la ontología tradicional (como se refleja en el
texto que estamos comentando), la epistemología tradicional (las teorías clásicas sobre el
conocimiento “verdadero”) ya que Nietzsche promueve un acercamiento irrcional, emotiv a la
realidad (a través de la expresión artística, única que da cuenta cabal de la diversidad y riqueza
de la vida), como a la moral tradicional (los conceptos clásicos de Bien y Mal).
La propuesta nietzscheana que se expone en su obra cumbre “Así hablaba Zaratustra”, es la
sustitución del hombre vulgar y decadente, que vive aplastado por el peso de la trascendencia,
por el “superhombre”, es decir, el hombre inocente y feliz, que acepta la vida tal como es (en
su dimensión múltiple y cambiante), que la valora de un modo plural y creativo y que anhela el
eterno retorno de lo mismo, reflejando este deseo su profundo amor a la vida.

C) Relación del tema o el autor con otra posición filosófica y valoración razonada de
su actualidad.

Relación con otra posición filosófica: La filosofía de F. Nietzsche es una crítica a la tradición
cultural y filosofía de occidente, que arranca de las ideas de Parménides, y que alcanza su más
refinada expresión en la filosofía platónica. Por lo tanto relacionaré las ideas del texto con las
del este filosofo griego.
Platón (Atenas, siglo IV a.d.C.), desarrolla una filosofía que tiene como objetivo la consecución
de la justicia en el estado. Este objetivo solo se alcanza si los sabios (filósofos) gobiernan la
polis, para justificar la superioridad moral e intelectual de los filósofos y la legitimidad de su
gobierno, Platón, inspirándose en la noción socrática del “concepto” y en el racionalismo
parmenídeo, establece, en su filosofía la existencia de dos “mundos” :

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- un mundo material, de incesante devenir y un mundo de “esencias” o “ideas”
inmutables y perfectas
- el mundo material está formado por objetos físicos, que son copias imperfectas de las
esencias inmateriales
- consecuentemente, el mundo de las esencias es más perfecto, verdadero y bueno que
el mundo físico (superioridad de la causa sobre el efecto)
En este dualismo platónico hay un claro rechazo al mundo material y al conocimiento
sensible, que es el que nos muestra la realidad física. La razón de este rechazo es la
irracionalidad de la diversidad y el cambio, que ya había anunciado Parménides. Platón
considera el mundo material profundamente defectuoso, erróneo el conocimiento que los
sentidos nos ofrecen de este mundo y moralmente reprobable el disfrute de los placeres
sensoriales. Por el contrario una vida dedicada al conocimiento racional da al sabio la estatura
moral que exige un gobierno justo de la polis.
Nietzsche, tal como vemos en este texto, manifiesta en su filosofía un claro rechazo a la
ontología platónica, pues al rechazar el devenir se está rechazando la propia vida, al interpretar
el devenir desde conceptos de origen racional , cristalizados en el lenguaje, se “momifica” el
devenir, se destruye la vida al interpretarla como si fuese inmutable y estática. La propuesta
moral de la filosofía nietzscheana pasa por la destrucción de la idea de trascendencia, con lo
que desaparece la ontología dualista establecida por Platón, y se supera la situación de
nihilismo y decadencia que ha sido constante en la historia de nuestra cultura.

Actualidad del tema: Las ideas de Nietzsche han ejercido una profunda influencia en la
creación filosófica del siglo XX, cabe destacar, como corrientes filosóficas en las que se
evidencia la huella nietzscheana:
- la corriente hermeneutica, cuyo principal representante es el filósofo francés Gadamer,
se considera que los conceptos e ideas de nuestra cultura tienen un origen histórico, no
son pues, realidades fijas e inmutables sino que responden a inquietudes e intereses
humanos. Hay que interpretar el sentido de las ideas desde los intereses a los que
responden.
- El pensamiento vitalista y existencialista del siglo XX, en nuestro país, el Raciovitalismo
de Ortega y Gasset, en el resto de Europa, el existencialismo de Heidegger y Sarte.
- En la segunda mitad del siglo XX, las ideas de Nietzsche marcan la critica el
pensamiento ilustrado desarrolladas por Foucault y Vattimo (Pensamiento
Postmoderno)

ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DE NIETZSCHE

Balance final: vivir y pensar después de Nietzsche (en Boulesis.com)

La contundencia y radicalidad de la filosofía de Nietzsche revolucionaron la evolución


posterior del pensamiento occidental. Su crítica a la filosofía y la moral es, en el fondo, un

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ataque a toda la modernidad: si el racionalismo trata de fundar el conocimiento en la razón,
y la Ilustración aspira a realizar en el terreno moral y político algunos de sus ideales
prácticos, Nietzsche viene a decirnos que todo este proyecto moderno es en realidad
decadente, que niega la vida, y que debemos abandonarlo. El poder del planteamiento
nietzscheano desborda lo puramente filosófico: la historia del siglo XX en occidente es,
entre otras cosas, el relato de la pérdida de referentes absolutos: crisis de la religión,
hundimiento de los valores tradicionales y la moral, ausencia de fundamentos sobre los que
vivir... Esta situación es una confirmación de que las ideas de Nietzsche, formuladas quizás
de un modo demasiado extremista, no iban tan desencaminadas. Pero si en la vida de
nuestro tiempo podemos encontrar algunas de las tesis de Nietzsche, mucho más se
percibe su huella en el campo de la filosofía. Su ataque a la modernidad y a sus valores
asociados abre una nueva época en filosofía: la posmodenidad. Se trata de un concepto
complejo y difuso, sobre el que no existe acuerdo. Pero podríamos concretarlo
precisamente en la superación del proyecto moderno, demasiado obsesionado con la
razón, para abrirse a otras instancias del ser humano: el arte, los sentimientos... Para
filósofos tan dispares como Foucault, Derrida o Deleuze el proyecto moderno está acabado
y es necesario plantear nuevas formas de vida y nuevas ideas que se escapen a la razón.
Sin embargo, quedan abiertos interrogantes complejos: ¿Cómo “pensar” (ejercicio que
parece propiamente racional) desde fuera de la razón? ¿La crítica nietzscheana a la
filosofía afecta a sus propias ideas, que son también filosóficas? ¿Cómo criticar la razón o
el lenguaje desde la misma razón o el mismo lenguaje? Cuestiones que siguen abiertas en
la filosofía actual, que en cierto modo bascula en torno al debate modernidad-
posmodernidad.

Por su defensa de los valores antidemocráticos y por su antisemitismo, Nietzsche ha


sido considerado uno de los precursores ideológicos del pangermanismo y del
antisemitismo nazi, pero sus puntos de vista fueron adoptados de manera bien distinta y
puestos en práctica después de las revueltas de mayo de 1968, aplicados a la crítica de las
costumbres y de la sociedad. Puede considerarse también precursor de algunas de las
corrientes más importantes de la filosofía del siglo XX. Por su utilización del método
genealógico es un iniciador de la hermenéutica y por su defensa del vitalismo el padre del
existencialismo. Requiere una mención especial su influencia en la filosofía
postmoderna, a través de la figura de Heidegger. Su estilo literario ha traspasado las
barreras del mundo académico de los filósofos contemporáneos; su fuerza expresiva sigue
siendo arrolladora.

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