Apuntes Nietzsche
Apuntes Nietzsche
Apuntes Nietzsche
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2- El nihilismo y sus formas
3- La transvaloración moral y el ideal del superhombre
A) CONTEXTO HISTÓRICO
La figura del filósofo F. Nietzsche se enmarca en el periodo de la Filosofía Contemporánea,
esta etapa de la historia de la filosofía se extiende a lo largo de los siglos XIX y XX. La
característica fundamental de este periodo es la disparidad de enfoques, sistemas y escuelas
filosóficas, hecho provocado, en gran medida por acontecimientos sociales, culturales y
políticos.
El hecho histórico fundamental que caracteriza la sociedad de principios del siglo XIX es la
industrialización. De acuerdo con los ideales ilustrados, se esperaba de la industrialización el
progreso de la humanidad, el fin de la miseria humana, el nacimiento de un nuevo orden social
en el que la industria proporcionaría no solo riqueza y prosperidad material, sino el
perfeccionamiento cultural y por lo tanto moral del género humano (“Socialismo utópico” de
Saint-Simón). Sin embargo, la realidad mostraba lo contrario: la explotación del hombre por el
hombre a través de la industria, que se expresaba en unas infames condiciones de trabajo para
la masa obrera: horarios laborales sin límites, despido y contratación desregulados, ausencia
de coberturas sociales, salarios mínimos, en definitiva un trabajo en condiciones cercanas a la
esclavitud.
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al que EEUU y Europa sometieron a los continentes africano y asiático, a través de la política
colonialista.
Políticamente, el siglo XIX está marcado por la irrupción de varias corrientes ideológicas
enfrentadas entre sí. Por un lado el liberalismo que aunque en principio se define como una
reivindicación de la libertad, en realidad lo que se defiende es la libertad para la clase social
burguesa, principal defensora de esta ideología. Cobra importancia el liberalismo económico,
que es la base del capitalismo, esa decir, la libertad de los mercados contra la intervención del
Estado en materia económica y social. Al liberalismo se le oponen, en este siglo, los
movimientos democráticos que luchan (revolución francesa de 1848) por la instauración de una
democracia universal y no censitaria, como defendían los liberales.
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Otro movimiento político que cobra importancia en la época es el tradicionalismo, corriente
política conservadora inspirada en el Romanticismo, que reivindica el pasado histórico y los
valores propios de la tradición y de la raza, con lo que se convierte en germen justificador de
posiciones nacionalistas y racistas.
En el último tercio del siglo aparecen las doctrinas políticas socialistas y anarquistas Las
graves consecuencias que la revolución industria tuvo en Europa contribuyeron a la divulgación
de programas políticos revolucionaros entre la masa obrera. Los socialistas utópicos,
proponen la transformación social de acuerdo con los ideales igualitarios de la Ilustración,
Saint- Simón, Fourier y Proudhon tienen una visión optimista del futuro de la humanidad de
acuerdo con ideales de colectivización de la propiedad. Bakunin y Stirner defienden una
sociedad sin autoridad de ningún tipo: el anarquismo.
B) CONTEXTO CULTURAL
En el ámbito cultural, el siglo XIX está marcado por la influencia de dos corrientes ideológicas
y artísticas sucesivas y opuestas: el Romanticismo, que aparece a principios de siglo como
reacción a la Ilustración, y el Positivismo de la segunda mitad del siglo, que surge como
alternativa a los excesos románticos.
Contra los excesos del Romanticismo surge, en la segunda mitad del siglo XIX el
Positivismo. Esta es una nueva visión de la realidad, que quiere atenerse a los hechos
objetivos y a la ciencia. En el ámbito artístico se traduce en la aparición de Realismo literario
(Balzac, Zola, Dickens..) y el Impresionismo pictórico (Manet, Monet, Renoir...). Los
positivistas defienden la importancia de la ciencia a la que convierten en la única guía para el
ser humano. Esta es la época del nacimiento de las ciencias “humanas”: Psicología,
Sociología, Antropología......
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A finales del siglo XIX y a principios del siglo XX surge el Vitalismo, corriente filosófica en la
que se incluyen autores muy dispares que reivindican la vida como realidad primera y radical a
la que todo lo demás debe subordinarse. Como el concepto de vida puede entenderse en
sentidos muy diversos –biológico, histórico, biográfico...- aparecen agrupados bajo el nombre
genérico de “vitalistas” autores tan distintos como Bergson, Nietzsche, Ortega...
Por último añadir que el siglo XIX se caracterizó por una notable difusión de la cultura a
través de la lucha contra el analfabetismo, la obligatoriedad de la enseñanza primaria y la
multiplicación de periódicos y revistas. La universidad se convierte en el centro principal de
creación y difusión cultural, especialmente en Alemania y Francia.
C) CONTEXTO FILOSÓFICO
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Esquema general de los filósofos de la sospecha
Influencias: Heráclito fue el único filósofo, según él, que supo captar que “el ser” es una
ficción vacía, que la “realidad” es devenir incesante, regido por la ley de contrarios, por el juego
contradictorio, la contraposición Apolo/Dionisos para él, pues no habla de dialéctica por ser un
concepto ontológico elaborado. En su juventud admitió la influencia de Schopenhauer y
Wagner pero más tarde rompió con ambos. La influencia de Feuerbach es decisiva por su
concepción materialista y su crítica de la religión como un sueño humano.
Si tuviéramos que encontrar una palabra para definir la relación entre la vida y la obra de
Nietzsche, tendríamos que hablar necesariamente de contraste, enfrentamiento, oposición.
Estos sustantivos reflejan la tensión que existe entre una persona que vive marcada desde muy
joven por la enfermedad, y que sin embargo elabora su propia filosofía como una exaltación de
la vida. Discordancia tan llamativa como la que se produce en su pensamiento: una de las
inteligencias más profundas, claras y desarrolladas de su tiempo es también responsable del
irracionalismo más radical que se ha formulado en la historia de la filosofía.
Nacido en Röcken, Nietzsche fue hijo de un pastor protestante, circunstancia por la cual el
filósofo alemán conocería profundamente los textos y tesis centrales del protestantismo.
Durante su etapa escolar, destacó tanto por sus excelentes resultados académicos
(especialmente en música y en lenguaje) como por su fuerte carácter, que le mantenía alejado
del resto de compañeros. Es en esta época donde comienzan ya las fuertes jaquecas que
marcarán toda su vida y que terminarán llevándolo a la locura. En 1864 comienza estudios de
Teología y de Filología clásica en Bonn. Cuatro años después se siente fascinado por la
música de Wagner, sobre la que proyectó parte de sus expectativas sobre el arte. En 1869 es
nombrado catedrático de griego en la Universidad de Basilea, lo que despertará las envidias y
recelos de todo el mundo académico, que poco a poco le va arrinconando y despreciando. En
esta época, publica una de sus grandes obras: El nacimiento de la tragedia.
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En 1878 se termina su amistad con Wagner, y al año siguiente la enfermedad le obliga a
abandonar la vida académica. Desde entonces se sucederán los viajes terapéuticos, y
continuará con su labor creadora completamente al margen del mundo universitario oficial,
mientras su madre y su hermana comenzarán a dominar su vida, interfiriendo en muchas de
sus decisiones. En 1882 conoció a L. A. Salomé, que significó un nuevo renacer en el ánimo de
Nietzsche. Sin embargo, Nietzsche termina alejándose de ella por la influencia de su hermana.
En 1889 sufre un colapso en Turín, es internado en una clínica psiquiátrica, y se le diagnostica
una parálisis progresiva. Comienzan unos años de locura, de decadencia física y mental,
pasando a depender cada vez más de su familia, hasta su muerte en el año 1900. En este
último período, su hermana se encargará de editar las últimas obras escritas antes de
enloquecer, tomando un control absoluto (no exento en algunos casos de manipulación) sobre
los escritos del filósofo alemán.
Pensamiento y obra:
Zaratustra como el nuevo profeta: la filosofía del mediodía. En este período la filosofía
nietzscheana alcanza su madurez y esplendor. La obra fundamental, aquella en la que nos
presenta a Zaratustra, su nuevo profeta que será símbolo del superhombre: Así habló
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Zaratustra. Un libro para todos y para nadie (1883-1884). Zaratustra representará también a
Dioniso, y será el encargado de anunciar la muerte de Dios.
Período crítico: la filosofía del atardecer. Esta vez el punto de mira de la crítica nietzscheana
se fijará en toda la civilización occidental, particularmente en algunos de sus productos
culturales: la religión, la filosofía y la moral, pero también la ciencia. Se recupera el carácter del
segundo período, pero de un modo más agresivo, obsesionado por denunciar el nihilismo y la
decadencia occidentales. Nietzsche es ahora el “filósofo a martillazos”, cuya crítica radical y
visceral campa a sus anchas por obras como Más allá del bien y del mal (1886), La genealogía
de la moral (1887), Crepúsculo de los ídolos (1889), El anticristo (1888) y Ecce homo (1888). A
partir de estas obras continuará plasmando sus ideas en aforismos que serán recogidos
después en la obra La voluntad de poder (publicada póstumamente en 1901).
Vitalismo:
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fundamental. Nietzsche se revuelve contra todo aquello que, desde la cultura, se opone a la
vida.
En su filosofía, nuestro autor defiende que el ser humano es, ante todo, un ser moral. Vivimos
valorando, es decir, estableciendo jerarquías de valores desde los cuales formamos una
“imagen del mundo”, por lo tanto esta “imagen del mundo”, que constituye las coordenadas de
nuestra vida, remite siempre al sistema de valores desde el que se interpreta la existencia, el
mundo, la vida...
El filósofo tiene dos tareas:
- descubrir qué sistema de valores –que moral- es el fundamento de una determinada
“imagen del mundo”
- establecer el valor de este sistema de valores.
Crítica a la cultura:
Nietzsche desarrolla una crítica demoledora (filosofar “a martillazos”) a la tradición cultural
occidental, desde su punto de vista ésta ha optado por un sistema de valores (racionalismo,
claridad, objetivismo, sistematicidad...), que niegan la vida, y en su filosofía
- critica a todas aquellas creaciones culturales (religión, filosofía, ciencia, moral..) que se
oponen al libre desarrollo de la vida
- propone una nueva “jerarquía de valores” (trasmutación de todos los valores) desde los
cuales se acepta la vida, tal como es.
“Es conocida mi exigencia al filósofo de que se sitúe más allá del bien y del mal –de que
tenga debajo de sí la ilusión del juicio moral- … El juicio moral tiene en común con el
religioso el creer en realidades que no lo son. La moral es únicamente una interpretación
de ciertos fenómenos… corresponde a un nivel de ignorancia en que todavía falta…. la
distinción entre lo real e imaginario… la palabra verdad designa simplemente cosas que
hoy nosotros llamamos “imaginaciones”… (El crepúsculo de los ídolos)
La expresión filosófica
La necesidad que han sentido los filósofos de exponer su pensamiento de una forma clara,
sistemática y racional, obedece a una jerarquía de valores para la cual la racionalidad es el
valor supremo. Nietzsche rechaza esta moral, que niega la vida, y consecuentemente elige un
modo de expresión filosófica deliberadamente oscuro, metafórico, aforístico, sugerente,
irracional y poético. No quiere exponer un pensamiento, sino dar que pensar......
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CRITICA A LA CULTURA OCCIDENTAL (la parte de su filosofía que dice “no”
1- La invención de la “Trascendencia”
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La cultura occidental es, desde su principio, una cultura racional y dogmática, por eso es
decadente. La tradición filosófica se opone a la vida y a los instintos, y se empeña en implantar
el reino de la racionalidad.
La preocupación de Nietzsche es, una vez desvelada esta situación de decadencia, explicar
por qué los seres humanos vivimos en un estado cultural que niega la vida, y cómo superar
este estado. Para responder a estos objetivos, Nietzsche rompe con toda la tradición filosófica
anterior, asume una nueva forma de filosofar, a través, no de la razón objetiva, sino del al
poesía y la estética. Este deseo de ruptura con la tradición cultural no es exclusivo de
Nietzsche, pues estamos en la época de las vanguardias, que frente a todo lo anterior, se
proponen provocar, innovar, es el arte del fin del siglo XIX, el anuncio de una nueva época.
¿Por qué ha triunfado esta filosofía decadente?, Nietzsche piensa que los filósofos sienten
“horror hacia la vida”, hacia fenómenos vitales como la vejez, la muerte, el cambio, la
procreación... desde este horror se niega la vida convirtiéndola en fuente de mal. El sentido
último de esta interpretación se explica a tenor de las siguientes reflexiones nietzscheanas:
Los filósofos toman el trabajo de la Razón, desde Platón a Kant, como la única verdad,
por la necesidad de encontrar seguridad y reposo en un mundo siempre cambiante,
carecen del valor necesario para asumir el carácter irracional y dinámico de la vida.
Negando el cambio niegan la propia vida.
El mundo llamado “verdadero” de los filósofos (mundo del “ser”), es falso, es una
ilusión de los filósofos: la ilusión de que solo existe lo estable. La identificación
Ser=real-verdadero, devenir=irreal-mentira, tiene un cariz valorativo-moral.
Por oposición a este mundo verdadero-real, nuestro mundo es devaluado, la invención
de la trascendencia, es una “venganza” de los filósofos, motivada por el
“resentimiento”, por su incapacidad para aceptar la vida tal como es.
¿Qué es más dañoso que cualquier vicio? - La compasión activa con todos los malogrados y
débiles - el cristianismo... (El anticristo)
El cristianismo ha tomado partido por todo lo que es débil, humilde, fracasado; ha hecho un
ideal de la contradicción a los instintos de conservación de la vida fuerte; ha estropeado la
razón incluso de os temperamentos espiritualmente más fuertes al enseñar a sentir como
pecaminosos, como extraviados, como tentaciones, los supremos valores de la espiritualidad.
(El anticristo)
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Vivir de tal modo que ya no tenga sentido vivir, eso es lo que ahora se convierte en el sentido
de la vida... (El anticristo)
...A partir de ahora todas las cosas de la vida están ordenadas de tal modo que el sacerdote
resulta indipensable en todas partes, en todos los acontecimientos naturales de la vida, en el
nacimiento, el matrimonio, la enfermedad, la muerte, para no hablar del sacrificio ("la cena"),
aparece el parásito sagrado para desnaturalizarlos: dicho en su lenguaje, para
"santificarlos"...(El anticristo)
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critica aquí es la idea de “un orden moral en el mundo” que, a modo de guía, sirva para
dirigir la vida del ser humano, se apunta, especialmente a la trascendencia de este
orden moral como algo externo al ser humano y a la vida, este orden que tiene “metas”,
“leyes”, “imperativos” .... La época moderna y la aparición del Ateismo ( Hume,
Ilustración..), es el momento de la “muerte de Dios”, es decir, de la pérdida de la
relevancia del cristianismo en la cultura. Sin embargo sigue, por todas partes, el
“hedor” del cadáver del Dios muerto, la humanidad sigue anhelando la trascendencia, y
expresa este anhelo en los “ideales” morales de la Ilustración. Desaparece el
Cristianismo pero se mantiene la moral ascética que siempre le acompañó, el rechazo
a la vida, a la inmediatez y el devenir, y la entrega a los más altos “proyectos”. Este
horror ante la vida y su reflejo en una moral ascética se expresa en los productos de la
cultura, la ciencia, la filosofía...
EL LOCO. ¿No habéis oído hablar de ese loco que encendió un farol pleno día y corrió al
mercado gritando sin cesar: “¡Busco a Dios!, ¡Busco a Dios!”. Como precisamente estaban allí
reunidos muchos que no creían en sus gritos provocaron enormes risotadas. ¿Es que se te ha
perdido?, decía ¿Se ha perdido como un niño pequeño?, decía otro. ¿O se ha escondido?
Tiene miedo de nosotros? ¿Se habrá embarcado? ¿Habrá emigrado? - así gritaban y reían
alborozadamente. El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. “¿Qué a dónde
se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos
su asesino. Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo hemos podido bebernos el mar?
¿Quién nos prestó la esponja para borrar el horizonte? ¿Qué hicimos cuando desencadenamos
la tierra de su sol? ¿Hacia dónde caminará ahora? ¿Hacia dónde iremos nosotros? ¿Lejos de
todos los soles? ¿No nos caemos continuamente? ¿Hacia delante, hacia atrás, hacia los lados,
hacia todas partes? ¿Acaso hay todavía un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través una
nada infinita? ¿No nos roza el soplo del espacio vació? ¿No hace más frío? ¿No viene de
contiuno la noche y cada vez más noche? ¿No tenemos que encender faroles a mediodía?
¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿No nos llega todavía
ningún olor de la putrefacción divina? ¡También los dioses se pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Y
nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos? Lo
más sagrado y poderoso que poseía hasta ahora el mundo se ha desangrado bajo nuestros
cuchillos. ¿Quién nos lavará esa sangre? ¿Con qué agua podremos purificarnos? ¿Qué ritos
expiatorios, qué juegos sagrados tendremos que inventar? ¿No es la grandeza de este acto
demasiado grande para nosotros? ¿No tendremos que volvernos nosotros mismos dioses para
parecer dignos de ella? Nunca hubo un acto tan grande y quien nazca después de nosotros
formará parte, por mor de ese acto, de una historia más elevada que todas las historias que
hubo nunca hasta se apagó. “Vengo demasiado pronto -dijo entonces-, todavía no ha llegado
mi tiempo. Este enorme suceso todavía está en camino y no ha llegado hasta los oídos de los
hombres. El rayo y el trueno necesitan tiempo, la luz de los astros necesita tiempo, los actos
necesitan tiempo, incluso después de realizados, a fin de ser vistos y oídos. Este acto está
todavía más lejos de ellos que las más lejanas estrellas y, sin embargo son ellos los que lo han
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cometido.” Todavía se cuenta que el loco entró aquel mismo día en varias iglesias y entonó en
ellas su Requiem aeternan deo. Una vez conducido al exterior e interpelado contestó siempre
esta única frase: “¿Pues, qué son ahora ya estas iglesias, más que las tumbas y panteones de
Dios?”. (La Gaya ciencia)
“Todo concepto se forma por equiparación de cosas no iguales. Del mismo modo que es cierto
que una hoja no es igual a otra, también es cierto que el concepto de hoja se ha formado al
abandonar de manera arbitraria esas diferencias individuales, al olvidar las notas distintivas con
lo cual se suscita entonces la representación, como si en la naturaleza hubiese algo separadco
de las hoas que fuese la “hoja”, una especie de arquetipo primigenio a partir del cual todas las
hojas habrían sito dejidas, diseñadas, calibradas, coloreadas, onduladas, pintadas, pero por
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manos tan torpes, que ningún ejemplar resultase ser correcto y fidedigno como copia fiel del
arquetipo”
“La omisión de lo individual y de lo real nos proporciona entonces el conceptodel mismo modo
que también nos proporciona la forma, mientras que la naturaleza no conoce formas ni
conceptos, así como tampoco ningún tipo de géneros sino solamente una X que es para
nosotros inaccesible e indefinible”
"Creemos saber algo de las cosas mismas cuando hablamos de árboles, colores, nieve y flores
y no poseemos, sin embargo más que metáforas de las cosas, que no corresponden en
absoluto a las esencialidades originarias”
“¿Qué es entonces la verdad’ una hueste de movimientos, de metáforas, metonimias,
antropomorfismo, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido
realzadas, extrapoladas y adornadas poérica y retóricamentesy que, después de un prolongado
uso, un pueblo considerar firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones que se
han olvidado que lo son”
“La razón en el lenguaje: ¡oh, que vieja hembra engañadora!. Creo que no nos vamos a
desembarazar de Dios porque creemos todavía en la gramática.” (El crepúsculo de los ídolos)
4- La ciencia
En su obra “La Gaya ciencia”, Nietzsche arremete contra la concepción mecanicista del
mundo que preside la ciencia moderna. Querer reducir la vida a cantidad es un error y una
locura. El número, al igual que el concepto elimina la pluralidad, la diversidad y el devenir.
“Como hemos visto, en la construcción de los conceptos trabaja originariamente el lenguaje;
más tarde la ciencia”…”Si ya el hombre de acción ata su vida a la razón y a los conceptos para
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no verse arrastrado y no perderse a sí mismo, el investigador construye su choza junto a la
torre de la ciencia para que pueda servirle de ayuda y encontrar él mismo protección bajo ese
valuarte ya existente. De hecho, necesita la protección, puesto que existen fuerzas terribles
que constantemente le amenaza y que oponen a la verdad científica “verdades” de un tipo
completamente diferente con las más diversas etiquetas”
(Sobre verdad y mentira en sentido extramoral)
Por otro lado la ciencia que investiga lo físico, nada nos puede decir sobre la pasión, el
placer y el dolor que acompañan al ser humano, tampoco puede aportar algo que se parezca a
una ley moral. Si bien la Ciencia asestó un golpe mortal a la Religión durante el Renacimiento,
ahora se ha convertido en una fiel aliada del Estado Moderno, frente al hombre. No aporta
nada nuevo ya que es incapaz de encontrar una alternativa al vacío dejado por los valores
cristianos.
5-CONCLUSIÓN
En resumen, la cultura occidental niega la vida y sus valores, por ello “inventa” un mundo
real-trascendente: la “vida verdadera”
1- el filósofo: mundo racional, verdadero, perfecto, “mundo del Ser”
2- el sacerdote: mundo “divino”, santo, de bondad..
3- el moralista: mundo “libre”, justo, de “altos ideales”
4- el científico: mundo “objetivo”, preciso, exacto, verdadero...
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NIHILISMO, VOLUNTAD DE PODER: EL SUPERHOMBRE (La parte de su filosofía
que dice “si”
1- LA VOLUNTAD DE PODER
Nietzsche, como Heráclito, reconoce el carácter cambiante de lo real, la lucha entre
fuerzas opuestas es la esencia misma de la vida, así la realidad es un proceso
cambiante, contradictorio y en un continuo devenir. La filosofía de Nietzsche se opone
a la tradición filosófica occidental, para la que el devenir es falso, aparente e irracional.
Nietzsche se considera a sí mismo irracionalista, porque niegue la razón, sino porque
rechaza la metafísica racionalista del platonismo, que desprecia el mundo sensorial.
El mundo es múltiple, y sus múltiples manifestaciones debe ser abordadas desde
perspectivas múltiples (no desde la única-absoluta perspectiva de la razón), para poder
apreciar su variedad y su riqueza. Pero como toda interpretación del mundo supone
una valoración de la vida: una moral, la aceptación de la variedad y riqueza del mundo
exige al ser humano la capacidad de crear y recrear nuevos y diversos sistemas de
valores.
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voluntad de poder que reconoce el caos inherente a la vida y se sabe fuerte para
aceptarla tal como es, es el niño inocente y libre que crea valores desde los que
reconoce y afirma la vida. Por el contrario, si triunfan las fuerzas reactivas, se escoge la
huida de la vida, el sometimiento a la trascendencia, la voluntad de poder será negativa
y débil.
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La muerte de Dios es el acontecimiento más importante de la historia del nihilismo, es
el punto de inflexión en la trayectoria de la vida decadente pasiva-reactiva, y supone el
triunfo del nihilismo activo y de la voluntad de poder.
a) la transvaloración moral
Transvaloración moral significa, no solamente destrucción de valores, sino,
fundamentalmente, cambio de valoración. Para entender la importancia de la
transvaloración moral hay que tener en cuenta que, para Nietzsche, en el trasfondo de
toda experiencia vital hay una valoración de la vida que da sentido a la experiencia,
una moral. Esta moral es una creación humana, la tarea del filósofo es valorar el
sentido de la moral, el valor mismo de los “valores”y esta tarea la realiza Nietzsche
tomando como criterio el único parámetro que, a su juicio, es legítimo; si estos valores
fomentan o aniquilan la vida, es decir, si reflejan fuerzas activas o reactivas.
Así pues, desde el marco de una interpretación relativista de la moral (la única que
responde a la riqueza e inabarcable multiplicidad de la vida), Nietzsche propone una
nueva jerarquía de valores, que tienen como núcleo una nueva interpretación del bien
y del mal: “Bueno-verdadero” es todo lo que eleva la vida y “la voluntad de poder”,
“malo-falso” lo que conlleva la negación de la vida.
Esta forma de valorar se encontraba, originariamente, en la cultura griega (“El
nacimiento de la tragedia...”) encarnada en la tensión entre loa apolíneo y lo dionisiaco,
pero ha sido destruida por la filosofía socrático-platónica y por la religión judeo-
cristiana, que han transformado los valores de la vida en valores de la decadencia,
según la siguiente inversión:
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santifica la debilidad. Hay, en el fondo, un resentimiento contra la superioridad
de los fuertes.
La mala conciencia: al no poder desahogar sus instintos vitales, el débil los
vuelve contra sí mismo, se siente culpable y, para redimirse rinde pleitesía al
“gran acreedor”: Dios. Por el contrario, el hombre fuerte se siente inocente y
feliz.
El ideal ascético: es la forma de tortura autoimpuesta por el hombre culpable,
significa poner la vida al servicio de la no-vida, de la trascendencia. Este ideal
es manipulado por el sacerdote que mantiene así su poder sobre los débiles,
creando recelo contra aquellos que no comparten sus ideas de culpa y pecado.
"Habéis evolucionado del gusano al hombre, y hay en vosotros todavía mucho del
gusano. En un tiempo fuisteis monos y todavía el hobmre es más mono que ningún
mono. Y hasta el más sabio de vosotros no es más que un ser híbrido mitad planta
mitad fantasma."(Así habló Zaratustra.)
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IV- Es poderoso, está por encima del rebaño de los hombres vulgares, del bien y del mal
de la moral del rebaño. Se sabe inocente, por lo tanto no es responsable ni pecador.
V- Es el máximo desarrollo de la voluntad de poder, de la evolución humana.
d) La conversión del hombre en superhombre
En su crítica al hombre moderno (el hombre vulgar), Nietzsche está criticando el cristianismo
mundanizado en los ideales ilustrados. Nuestro filósofo exige la superación del hombre por el
superhombre, la desaparición del nihilismo y el establecimiento de un nuevo sistema de
valores que afirme la vida. Nietzsche piensa que la muerte de Dios supone la desaparición de
las antiguas certezas: la razón, la virtud, la cultural, la solidaridad y el conjunto entero de los
valores tradicionales ya no son un referente obligatorio. Esta nueva situación nos exige
arriesgarnos a convertir nuestra vida en un experimento, nuestra única posibilidad es vivir cada
día con esfuerzo y amor a la vida y, como niños, creativos e inocentes, atrevernos a construir y
destruir sistemas de valores. De este modo afirmaremos el devenir de la vida sin recurrir a
subterfugios que alivien su dimensión trágica.
En “Así hablaba Zaratustra”, Nietzsche expone metafóricamente las etapas de la conversión
del hombre en superhombre, son las “metamorfosis del espíritu”
El espíritu se convierte en camello, el camello en león y el león en niño.
El camello simboliza a los que se contentan con obedecer ciegamente, solo tienen que
arrodillarse y recibir la pesada carga de las obligaciones morales.
El camello que quiere ser más se transforma el león: es el “yo quiero”, gran negador
solitario de los valores tradicionales, se rebela contra ellos.
El león necesita transformarse en niño, superar la autosuficiencia para recuperar la
inocencia y la creatividad, viviendo libre de preocupaciones y prejuicios.
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La moral del hombre superior propone una
revuelta contra la degeneración de la
humanidad que resulta del hecho de que
el cristianismo ha domesticado al hombre
para convertirlo en un animal aprisionado.
La nueva moral pretende estar al servicio
del Superhombre, al servicio de la
"recuperación" de los instintos vitales del
hombre; es decir, transformar al hombre
que, domesticado por el cristianismo, se
ha convertido en mezquino, mediocre,
prudente, servil, indiferente, perezoso,
dócil, olvidando su verdadera esencia
existencial: su voluntad de poder.
Conclusión:
Nietzsche no propone vivir sin valores (llega a considerar incluso que esto es imposible);
propone más bien invertir la tabla de valores: superar la moral occidental, moral de renuncia y
resentimiento hacia la vida, mediante una nueva tabla en la que estén situados los valores que
supongan un sí radical a la vida.
Con una expresión excesivamente retórica Nietzsche llama “rebelión de los esclavos” a la
situación que se crea con el triunfo del cristianismo: el cristianismo y el judaísmo sustituyen la
moral aristocrática (que Nietzsche cree encontrar en el mundo griego antiguo) por la moral de
los esclavos. Con el cristianismo prospera la moral de los débiles, de los que quieren huir del
rigor de la vida inventándose un mundo objetivo, de reposo, de justicia. Nietzsche nos dice que
los judíos invierten el código moral aristócrata:
“Han sido los judíos los que, con una consecuencia lógica aterradora, se han atrevido a invertir
la identificación aristocrática de los valores (bueno = noble = poderoso = bello = feliz = amado
de Dios) y han mantenido con los dientes del odio más abismal (el odio de la impotencia) esa
inversión, a saber, “los miserables son los buenos; los pobres, los impotentes, los bajos son los
únicos buenos; los que sufren, los indigentes, los enfermos, los deformes, son también los
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únicos piadosos, los únicos benditos de Dios, únicamente para ellos existe la bienaventuranza.”
(“La genealogía de la moral”).
voluntad de jerarquía, de
voluntad de igualdad
excelencia
e) el eterno retorno
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decir sí a ti mismo y a la vida para no aceptar nada más anhelosamente que esta
ratificación última, eterna?”.
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sentimiento de la vida o lo fortalecen. Y considera que la filosofía anterior ha sido producto del
resentimiento.
El método de Nietzsche es aforístico y asistemático, condensando en sentencias todo
su pensamiento.
Como estrategia de trabajo para responder a la segunda cuestión del comentario de texto, es
recomendable partir de la idea de que, en este escrito, Nietzsche cuestiona la oposición entre
mundo del ser/mundo del devenir, realidad/apariencia, razón/sensibilidad, verdad/mentira (o
error), mundo del bien-divino/mundo impuro-humano, que está en la base del pensamiento
filosófico y que encuentra su máxima expresión en Platón. Por lo tanto, la justificación en la
filosofía del autor ha de plantearse desde la defensa Nietzscheana de una nueva forma de
valorar la vida, que supera estas dicotomías, debemos explicar, aunque sea de modo muy
breve:
- el concepto de “voluntad de poder” y su manifestación en fuerzas activas y reactivas
- El triunfo de las fuerzas reactivas en el origen de la valoración de la vida efectuada por
la filosofía (nihilismo negativo), y las razones de este triunfo (resentimiento, mala
conciencia...)
- La propuesta de Nietzsche, el advenimiento de la época del superhombre,
características de la forma de valorar la vida del superhombre
- Mencionar el eterno retorno como aspiración del superhombre.
En cuanto a la temática general del texto podemos tener en cuenta, de modo orientativo, que
las ideas generales, por epígrafes son las que aparecen a continuación, se trata de explicar,
con palabras propias, el modo en que Nietzsche explica estas ideas en el texto, de acuerdo con
su filosofía.
EPÍGRAFE 1
- Primera crítica a los filósofos (a su idiosincrasia): niegan el devenir (líneas 1-12)
- Consecuentemente, se niega el testimonio de la sensiblidad, como un engaño (líneas
13-19)
- Se niega el cuerpo y se apuesta por lo inmaterial: Dios (líneas 20-24)
EPÍGRAFE 2
- Expresa su admiración por Heráclito, que apuesta por el devenir –frente a Parménides,
quien apuesta por el “ser” y la razón. (líneas 1-3). Heráclito tiene razón al rechazar el
“ser” parmenídeo (líneas 10-13)
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- Heráclito también malinterpreta el testimonio de los sentidos –como Parménides- al
afirmar que hay un orden (logos) oculto: subyace aquí, nuevamente la distinción
esencia/apariencia (líneas 3-5)
- Conclusión: creemos que los sentidos mienten porque interpretamos su testimonio a la
luz de la razón (líneas 5-10)
EPÍGRAFE 3
- Alabanza a la sensibilidad –Nietzsche habla con gratitud de la nariz, el olfato es
inasequible a la razón- (líneas 1-5)
- La ciencia aparece como consecuencia de una decisión: la de aceptar el testimonio de
los sentidos: referencia al Positivismo (líneas 5-8)
- Rechazo al conocimiento abstracto, está vacio, no tiene valor (líneas 8-13)
EPÍGRAFE 4
- Segunda crítica a los filósofos (a su idiosincrasia): poner como lo primero lo que en
realidad es lo último: poner el concepto abstracto –que se expresa en el lenguaje- en
primer lugar como lo fundamental, y en último lugar el mundo, a partir del cual
formamos los conceptos – y es su fundamento- (líneas 1-5)
- Este error evidencia la forma de valorar –de idolatrar- de los filósofos: se niega el
devenir, consecuentemente, los conceptos abstractos, por ser superiores, no devienen,
no proceden de nada, son su propia causa. (líneas 6-14)
- Dios es la máxima expresión de este rechazo al devenir, es “causa sui” y “ens
realissimum”, lo más “real”, para unos filósofos que, como arañas, extraen extraen de
su mente enferma su telaraña conceptual. (líneas 14-18)
EPÍGRAFE 5
- Tema general de todo este epígrafe: crítica al lenguaje. El punto de partida de
Nietzsche es su postura sobre la distinción entre esencia/apariencia o “ser/devenir”
común a todo el pensamiento racional. Estamos “atrapados” en el lenguaje, porque
éste analiza el mundo y lo describe en términos que niegan el devenir –sujeto y
predicado, causa y efecto, voluntad y efecto de la voluntad, en definitiva: el yo, la
sustancia, o más abstractamente, el “ser”. (líneas 1-22).
- Se critica el “fetichismo del lenguaje”, es decir, que este “logos” (no olvidemos que el
término griego “logos” se refiere tanto al pensamiento racional, como al lenguaje en el
que este pensamiento se expresa) valore el mundo desde la perspectiva de la
permanencia, todo cambio remite a una realidad estable. (líneas 10-15)
- Crítica al pensamiento ilustrado: por la primacía que otorga a la razón y sus conceptos,
son la herramienta con la cual interpretamos en mundo (líneas 22-29)
- Critica a la arrogancia de la filosofía, se considera “superior” por contar con una
herramienta tan valiosa: el “logos”, que nos hace “divinos”, nos consideramos
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superiores por contar con el lenguaje, pero este no es más que una “vieja hembra
engañadora” (líneas 29-39)
EPÍGRAFE 6:
Cuatro tesis o propuestas sobre la verdadera naturaleza del “mundo de las esencias”:
mundo trascendente.
- Primera: las mismas razones que hacen que los filósofos califiquen el mundo materia
como “aparente”, son para Nietzsche el fundamento de la realidad de este mundo; el
devenir, que los filósofos rechazan.
- Segunda:Las características del “mundo verdadero” (trascendente) son, en realidad,
las del no-ser o la nada; la permanencia, la estabilidad, la inmutabilidad, a la que los
filósofos califican como “verdadera” y “buena”, por eso el “mundo trascendente” es,
según Nietzsche un mundo aparente y una “ilusión óptico-moral” : tener la ilusión de
que existe y de que es bueno.
- Tercera: El origen de la idea de trascendencia
Predominio de fuerzas reactivas que niegan la vida
Ausencia de fuerza vital para asumir la vida en toda su riqueza
(dimensión dionisiaca)
- Cuarta: esta división entre mundo real y aparente es síntoma de una vida decadente
(descendente). Frente a esta racionalidad decadente el artista, para quien la apariencia
es la realidad. El artista trágico (romántico) afronta todo lo problemático sin miedo, es
dionisiaco. Nietzsche apuesta por una comprensión del dinamismo de la vida desde el
arte metafórico y lleno de matices, no desde la racionalidad empobrecedora.
Texto de Nietzsche
“Se me estará agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo, en cuatro
tesis: así facilito la comprensión, así provoco la contradicción.
Primera tesis. Las razones por las que «este» mundo ha sido calificado de aparente
fundamentan, antes bien, su realidad, -otra especie distinta de realidad es absolutamente
indemostrable.
Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al «ser verdadero» de las cosas
son los signos distintivos del no-ser, de la nada, -a base de ponerlo en contradicción con el
mundo real es como se ha construido el «mundo verdadero»: un mundo aparente de hecho, en
cuanto es meramente una ilusión óptico-moral.
Tercera tesis. Inventar fábulas acerca de «otro» mundo distinto de éste no tiene sentido,
presuponiendo que no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de
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recelo frente a la vida: en este último caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagoría
de «otra» vida distinta de ésta, «mejor» que ésta.”
(F. Nietzsche: “El crepúsculo de los ídolos”)
1) Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en el autor del
texto elegido.
(Resumen de la contextualización estudiada al iniciar el tema de Nietzsche)
Identificación del contenido del texto : El texto que estoy comentando pertenece a la obra “El
crepúsculo de los ídolos”, escrita por Nietzsche en el año 1888, es su última etapa de lucidez,
pertenece a su último periodo de creación filosófica, la “filosofía del atardecer”, antes de su
derrumbe psicológico, época en la que critica con virulencia la cultura occidental. En esta obra
Nietzsche anuncia el ocaso de las grandes verdades idolatradas por la filosofía occidental.
En este texto aparecen tres de las cuatro tesis en las que Nietzsche explica cual ha sido la
verdadera naturaleza de la idea de que existe un mundo trascendente.
Explicación del contenido del texto
Estas cuatro tesis analizan el origen de la trascendencia del acuerdo con las siguientes
afirmaciones:
- que el devenir, que los filósofos rechazan, aseguran la realidad del mundo inmanente.
- Que las razones por las que el mundo verdadero ha sido considerado el único “real” es
decir, su inmutabilidad, su estabilidad, su permanencia, son las que aseguran su
irrealidad, porque la vida es un devenir incesante
- El origen de este error, la incapacidad de los filósofos para asumir el carácter
cambiante de lo real. Se trata de un defecto congénito y origina el resentimiento, la
necesidad de vengarse contra la vida, asegurando la existencia de un mundo
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“verdadero”, por eso los filósofos necesitan ilusionarse con la idea de que existe otro
mundo mejor que este, que de sentido a “este mundo”.
En su filosofía, Nietzsche pretende invertir los valores que han dominado en la tradición
filosófica, estos valores, cuya máxima expresión se encuentra en la filosofía platónica, que se
vulgariza al “cristianizarse” , establece las siguientes asociaciones:
- mundo de esencias (del “ser”)---estabilidad---realidad---verdad---razón---bien
- mundo material (inmanente)----devenir---------irreal-------falso------sensualidad----mal
La propuesta de Nietzsche es anular esta dicotomía, que destruye la vidad y valorar la vida
desde valores que la hagan crecer, este objetivo pasa por invertir el sistema de valores del
platonísmo del siguiente modo:
- mundo de esencias (del “ser”) ---estabilidad---razón----irreal-----falso----malo
- mundo material (inmanente)----devenir----sensualidad---realidad----verdad---bien
Por lo tanto, su crítica a la filosofía abarca tanto la ontología tradicional (como se refleja en el
texto que estamos comentando), la epistemología tradicional (las teorías clásicas sobre el
conocimiento “verdadero”) ya que Nietzsche promueve un acercamiento irrcional, emotiv a la
realidad (a través de la expresión artística, única que da cuenta cabal de la diversidad y riqueza
de la vida), como a la moral tradicional (los conceptos clásicos de Bien y Mal).
La propuesta nietzscheana que se expone en su obra cumbre “Así hablaba Zaratustra”, es la
sustitución del hombre vulgar y decadente, que vive aplastado por el peso de la trascendencia,
por el “superhombre”, es decir, el hombre inocente y feliz, que acepta la vida tal como es (en
su dimensión múltiple y cambiante), que la valora de un modo plural y creativo y que anhela el
eterno retorno de lo mismo, reflejando este deseo su profundo amor a la vida.
C) Relación del tema o el autor con otra posición filosófica y valoración razonada de
su actualidad.
Relación con otra posición filosófica: La filosofía de F. Nietzsche es una crítica a la tradición
cultural y filosofía de occidente, que arranca de las ideas de Parménides, y que alcanza su más
refinada expresión en la filosofía platónica. Por lo tanto relacionaré las ideas del texto con las
del este filosofo griego.
Platón (Atenas, siglo IV a.d.C.), desarrolla una filosofía que tiene como objetivo la consecución
de la justicia en el estado. Este objetivo solo se alcanza si los sabios (filósofos) gobiernan la
polis, para justificar la superioridad moral e intelectual de los filósofos y la legitimidad de su
gobierno, Platón, inspirándose en la noción socrática del “concepto” y en el racionalismo
parmenídeo, establece, en su filosofía la existencia de dos “mundos” :
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- un mundo material, de incesante devenir y un mundo de “esencias” o “ideas”
inmutables y perfectas
- el mundo material está formado por objetos físicos, que son copias imperfectas de las
esencias inmateriales
- consecuentemente, el mundo de las esencias es más perfecto, verdadero y bueno que
el mundo físico (superioridad de la causa sobre el efecto)
En este dualismo platónico hay un claro rechazo al mundo material y al conocimiento
sensible, que es el que nos muestra la realidad física. La razón de este rechazo es la
irracionalidad de la diversidad y el cambio, que ya había anunciado Parménides. Platón
considera el mundo material profundamente defectuoso, erróneo el conocimiento que los
sentidos nos ofrecen de este mundo y moralmente reprobable el disfrute de los placeres
sensoriales. Por el contrario una vida dedicada al conocimiento racional da al sabio la estatura
moral que exige un gobierno justo de la polis.
Nietzsche, tal como vemos en este texto, manifiesta en su filosofía un claro rechazo a la
ontología platónica, pues al rechazar el devenir se está rechazando la propia vida, al interpretar
el devenir desde conceptos de origen racional , cristalizados en el lenguaje, se “momifica” el
devenir, se destruye la vida al interpretarla como si fuese inmutable y estática. La propuesta
moral de la filosofía nietzscheana pasa por la destrucción de la idea de trascendencia, con lo
que desaparece la ontología dualista establecida por Platón, y se supera la situación de
nihilismo y decadencia que ha sido constante en la historia de nuestra cultura.
Actualidad del tema: Las ideas de Nietzsche han ejercido una profunda influencia en la
creación filosófica del siglo XX, cabe destacar, como corrientes filosóficas en las que se
evidencia la huella nietzscheana:
- la corriente hermeneutica, cuyo principal representante es el filósofo francés Gadamer,
se considera que los conceptos e ideas de nuestra cultura tienen un origen histórico, no
son pues, realidades fijas e inmutables sino que responden a inquietudes e intereses
humanos. Hay que interpretar el sentido de las ideas desde los intereses a los que
responden.
- El pensamiento vitalista y existencialista del siglo XX, en nuestro país, el Raciovitalismo
de Ortega y Gasset, en el resto de Europa, el existencialismo de Heidegger y Sarte.
- En la segunda mitad del siglo XX, las ideas de Nietzsche marcan la critica el
pensamiento ilustrado desarrolladas por Foucault y Vattimo (Pensamiento
Postmoderno)
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ataque a toda la modernidad: si el racionalismo trata de fundar el conocimiento en la razón,
y la Ilustración aspira a realizar en el terreno moral y político algunos de sus ideales
prácticos, Nietzsche viene a decirnos que todo este proyecto moderno es en realidad
decadente, que niega la vida, y que debemos abandonarlo. El poder del planteamiento
nietzscheano desborda lo puramente filosófico: la historia del siglo XX en occidente es,
entre otras cosas, el relato de la pérdida de referentes absolutos: crisis de la religión,
hundimiento de los valores tradicionales y la moral, ausencia de fundamentos sobre los que
vivir... Esta situación es una confirmación de que las ideas de Nietzsche, formuladas quizás
de un modo demasiado extremista, no iban tan desencaminadas. Pero si en la vida de
nuestro tiempo podemos encontrar algunas de las tesis de Nietzsche, mucho más se
percibe su huella en el campo de la filosofía. Su ataque a la modernidad y a sus valores
asociados abre una nueva época en filosofía: la posmodenidad. Se trata de un concepto
complejo y difuso, sobre el que no existe acuerdo. Pero podríamos concretarlo
precisamente en la superación del proyecto moderno, demasiado obsesionado con la
razón, para abrirse a otras instancias del ser humano: el arte, los sentimientos... Para
filósofos tan dispares como Foucault, Derrida o Deleuze el proyecto moderno está acabado
y es necesario plantear nuevas formas de vida y nuevas ideas que se escapen a la razón.
Sin embargo, quedan abiertos interrogantes complejos: ¿Cómo “pensar” (ejercicio que
parece propiamente racional) desde fuera de la razón? ¿La crítica nietzscheana a la
filosofía afecta a sus propias ideas, que son también filosóficas? ¿Cómo criticar la razón o
el lenguaje desde la misma razón o el mismo lenguaje? Cuestiones que siguen abiertas en
la filosofía actual, que en cierto modo bascula en torno al debate modernidad-
posmodernidad.
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