Semana de Oracion 2019
Semana de Oracion 2019
Semana de Oracion 2019
INTRODUCCIÓN Pág. 10
TEMA 1
Decisión Absoluta. Pág. 11-17
TEMA 2
Oración Dependiente. Pág. 18-23
TEMA 3
Fe Inquebrantable. Pág. 24-30
TEMA 4
Humildad Total. Pág. 31-35
TEMA 5
Testificación Incorruptible. Pág. 36-40
TEMA 6
Espiritualidad Constante. Pág. 41-46
TEMA 7
Epílogo: Compañía Angélica. Pág. 47-51
(Basado en el capítulo 10)
3
Que alegría poder saludar a todos quienes forman parte del ejercito
juvenil de Dios. Hemos orado y planeado para que esta Semana de
Oración Juvenil 2019, atraves de la oración y estudio de la palabra de
Dios sea un antes y después en nuestra resolución de ser fieles a Dios en
un tiempo espiritual muy difícil.
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4
ANTES
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Utilicen el DVD Culto Joven 2018 y el Canto Tema 2019 de la
Unión Mexicana del Sureste.
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semana de oración y presentarlo a la junta de la iglesia.
DURANTE
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c) Después de cada programa, reúna al equipo de apoyo y al
orador: Agradézcale a todos por el empeño, evalúen lo que
se hizo, verifiquen las necesidades de ajustes para el programa
posterior y, principalmente, oren juntos.
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De preferencia, si hay candidatos decididos. No espere para
realizar la ceremonia el último día, recuerde que un bautismo
genera bautismos. Haga arreglos previos con el pastor del distrito
sobre la fecha y hora de los bautismos.
DESPUÉS
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Como adventistas hemos sido llamados a “un
estudio mucho más detenido de la Palabra de
Dios; especialmente Daniel y el Apocalipsis deben
recibir atención como nunca antes en la historia de
nuestra obra. Podemos tener menos que decir en
algunos respectos, con relación al poder romano y
al papado; pero debemos llamar la atención a lo
que los profetas y los apóstoles han escrito bajo la
inspiración del Espíritu Santo de Dios.
Tal mensaje, no puede darse solo porque debe darse, de una manera
arrebatada o peor aún al “ahí se va”. El portador del mensaje es
importante. Dios reveló el porvenir a Daniel no solo porque las
circunstancias lo apremiaban si no porque él era el hombre adecuado
para esto. Así que esta semana ahondaremos en la primera parte del
libro de Daniel, para conocer al profeta, al hombre que Dios uso para
dar su mensaje. El testimonio de Daniel nos enseñará lo que Dios espera
de la juventud adventista hoy, para ser verdaderos portadores de la
verdad presente. Y guiados por su Palabra estaremos preparados como
un ejército, listos para proclamar “a todo el mundo el mensaje de un
Salvador crucificado, resucitado y próximo a venir” (Ed 244.2).
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Texto Clave: Daniel 1:8
Introducción General
¡Bienvenido a esta semana! Estoy convencido de que si estás aquí es
porque Dios te está llamando para incluirte en su plan. Él quiere que
todos los seres humanos sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad (1 Tim 2:4), y está formando un ejército de jóvenes para que
proclamen el evangelio en este tiempo del fin.
Pero para poder ser parte de este ejercito fiel, debemos permitir que
el Espíritu obre en nosotros. No cualquiera puede ser un agente de
salvación. Esta semana Dios quiere enlistarnos un grupo de cualidades
que necesitamos para cumplir nuestra tarea. Y las vamos a observar en
uno de sus grandes agentes en la historia: Daniel.
Daniel vivió en el final de una época, (para él fue el tiempo del fin).
La monarquía Davídica estaba siendo destruida en manos del imperio
Neo babilónico. Habiendo advertido Dios a su pueblo, por su apostasía,
ahora dejaba que un ejecutor extranjero los privara de apoco hasta su
totalidad, de la tierra que les había sido prometida. En ese paraje oscuro,
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Dios utilizó a Daniel y a sus amigos, desde su juventud para mantener
esperanza y traer salvación aún a los extraños. Lo escogió porque era
evidente que permitía que Dios trabajaba en él y a través de él. Veamos
en su libro las características de este joven que mantuvo toda la vida y
que lo hicieron ser lo que Dios quiere que seas tú hoy: Un mensajero de
esperanza y salvación en tiempo del fin.
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de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años,
para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. Entre éstos estaban
Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. A éstos el jefe de
los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a
Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego” (Daniel 1.3–7, RVR60).
Nota que los primeros en ser llevados fueron los príncipes de Israel.
Nabucodonosor sabe que Israel dejará de existir si acaba con sus
príncipes. ¡El enemigo te está buscando porque eres príncipe de Dios! Él
sabe cuánto daño puede hacer a su obra un ejército de jóvenes del lado
de Dios así que se ha dedicado con empeño a exiliar a los jóvenes.
Así Satanás quiere que tú seas el último joven de esta iglesia. Sabe que
sin ustedes ya no hay nuevas generaciones de creyentes, no hay fortaleza
no hay todo eso que la juventud puede apartar. Muchas iglesias están
llenas de gente canosa y no es que eso sea malo. Pero qué triste es ver
congregaciones castradas por el enemigo, donde ya no hay una nueva
generación a quiénes pasarles la estafeta.
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augurio para que sean expertos en leer las estrellas y las vísceras. Les
quiere llenar su mente de nueva información.
Así actúa el enemigo hoy en nosotros. Nos reeduca. Nos hace saber
más sobre series, novelas gráficas, comics, artistas, movimientos
seculares que de su Palabra. Sabemos más de Hollywood que de la
Escritura. Sabemos más de política, de espectáculo y de deportes que
del evangelio; conocemos más detalles de los “famosos” que, de los
personajes bíblicos, sabemos más de este mundo que dé el venidero.
3.Les provee alimento. Hoy en día esto no nos dice mucho, al contrario,
hablaría bien de una persona, pero lo que está pasando aquí es muy
fuerte en el contexto que se desarrolla. En el intento de Nabucodonosor
de formatear las mentes de sus cautivos. Él se vuelve su proveedor.
Dios se había establecido en Gn. 1 como el que proveedor de sustento
y de vida, ahora Nabucodonosor les dice: “tú comerás de mí. En otras
palabras: “tu vida depende de mí y de mis dioses”.
El apóstol Juan dijo: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que
seamos llamados hijos de Dios” (1 Juan 3.1, RVR60). Pero el enemigo
te ofrece mejores títulos que este. El enemigo te dice que es mejor tu
título profesional, es mejor tener un “conecte” aquí o allá; “cristiano”
cualquiera, pero esto o aquello – dice él– es mejor para ti.
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en agua fresca y ella disfrutó esa agua. No se dio cuenta que por debajo
la estaban calentando y así poco a poco el calor la fue agotando hasta
que pereció hervida en su placer.
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“Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos den
legumbres a comer, y agua a beber. Compara luego nuestros rostros con
los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del
rey, y haz después con tus siervos según veas” (Daniel 1.12–13, RVR60).
Sé que muchas veces hemos usado este pasaje para enseñar acerca de la
buena alimentación, pero aquí lo sobresaliente está distante de ser solo
eso. No digo que no sea importante la buena alimentación. De hecho,
lo es. Hay pasajes en la Escritura que nos hablan de eso, pero aquí el
tema es otro. Daniel quiere probar que su capacidad será mayor no por
sostenerse de Nabucodonosor si no por su dependencia de Dios. Más
allá del contraste en que si Nabucodonosor come carne y Daniel pide
verduras está el hecho de que la comida del rey está dedicada a su dios,
Marduk. Daniel no va a contaminarse. No aceptará subordinarse a un
dios extraño, el comerá lo más sencillo al alcance. El probará que su
valía y capacidad vienen de su fe en Dios no del sustento de Marduk.
Melsar acepta la prueba porque él mismo sabe que esto es un conflicto
entre el YHWH Dios de Daniel y Marduk su “dios”.
Aunque pudiera ser posible que un buen nutricionista pudiera quitarte
el sobrepeso en 10 días, el resultado pasada la prueba va más allá de
lo que un régimen alimenticio puede darte en ese periodo de tiempo:
“No fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías,
Misael y Azarías […]en todo asunto de sabiduría e inteligencia que el
rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y
astrólogos que había en todo su reino”. (Daniel 1.19–20, RVR60).
Según el mismo testimonio de Daniel fue Dios quien les dio conocimiento
e inteligencian (Dn. 1:17). Dios, quien había dado a Nabucodonosor la
victoria sobre Joacim, ahora le estaba dando a Daniel y a sus amigos
la victoria sobre Nabucodonosor, porque ellos habían mantenido una
decisión absoluta. Ellos decidieron depender de Dios de nadie más.
Llamado
Ahora tengo una invitación para ti. Debes tener decisión absoluta. Con
el poder del Espíritu Santo tú puedes mantenerte del lado correcto.
Ante la invitación al mal a asimilarte a él tú debes hoy decir ¡No! No
quiero tu conocimiento, no quiero tu alimento, en el nombre de Jesús
no quiero el nombre que quieres darme.
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Por mi dio Jesús su vida en la cruz, él intercede por mí, él vuelve por
mí, no necesito nada más. Prefiero quedarme sin nada porque mi nada
hará que él sea todo. Él es soberano, él continua al control, él me dará
la victoria.
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Texto Clave: Dn. 2:17-18
Introducción
¡Qué bueno que estés aquí! Dios está buscándote para que seas parte
de sus portadores de luz en el tiempo del fin. Hay un mensaje que
compartir, pero se necesitan jóvenes y señoritas transformados.
Desarrollo
Lo que encontramos en el capítulo 2 de Daniel es conocido por muchos.
Para nosotros como adventistas del séptimo día, Daniel 2 es base para
la interpretación histórica de la profecía apocalíptica de la Biblia. Pero
esta semana estamos estudiando al profeta. Veamos la narrativa de la
historia bíblica.
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animales. Están listos para demostrar su sapiencia frente al rey, pero está
el gran problema, el Rey no recuerda el sueño: “Entonces hablaron los
caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; di el sueño
a tus siervos, y te mostraremos la interpretación. Respondió el rey y
dijo a los caldeos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su
interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas
en muladares. Y si me mostrareis el sueño y su interpretación, recibiréis
de mí dones y favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su
interpretación” (Daniel 2.4–6, RVR60).
Ahora los que habían venido a demostrar lo mucho que saben ¡no saben
que hacer! Este mundo está lleno de tantos que dicen saber tanto, pero
que en los momentos donde su carácter es probado no saben que hacer.
Los caldeos diguen manteniendo su postura: No hay explicación si no se
les dicta el sueño, entonces Nabucodonosor explota: “Si no me mostráis
el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente preparáis
respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto
que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que me
podéis dar su interpretación” (Daniel 2.9, RVR60).
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no esperan, de un momento a otro te ves involucrado en la “gran
carpa” llamada vida y debes reaccionar. Tienes la oportunidad ante
gran número de testigos de actuar en el nombre del Dios en quien tú
crees. ¿Cómo reaccionarías ante el golpe que abre tu puerta y te forza
a ir camino a la muerte? ¿Cómo reaccionaste hoy en las situaciones
adversas de tu casa, tu trabajo o de tu escuela? No olvides: eres del
ejercito de Dios, estás en su equipo, él te escogió para llevar su mensaje
en el tiempo del fin. Mira como actuó Daniel.
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hombre irritado y con poder, aún de quitarte la vida? Jóvenes de ese
talle necesita el Señor. ¿Pero cómo llegar a esa altura? Eso es lo que
Dios quiere decirte este día porque el quiere que tú seas así. Sigamos
leyendo el texto: “Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que
había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, para que pidiesen
misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y
sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia” (Daniel
2:17–18, RVR60).
Daniel nos enseña la clave para cumplir la tarea que Dios nos ha asignado.
La clave es orar. Nota que Daniel no pide que Dios le revele el sueño
de Nabucodonosor y lo que este significa. El invita a Ananías, Misael
y Azarías a pedir misericordias del Dios del cielo. Su oración no es una
oración que muestre temor a la muerte y se aferre deseperadamente a
la vida. No es una oración que busque el beneficio propio disfrazado de
beneficio en común. Claro que tienen como fin mantenerse vivos y que
los demás sabios también se mantengan así, pero no es esa su petición,
su petición es por la misericordia divina.
Daniel pudo haber pedido “Señor, no quiero morir y de paso pues tambien
no dejes que mueran mis compañeros de trabajo”. Y eso suena a esas
oraciones que a veces hacemos: “Señor, bendíceme y bendice al mundo,
amén”. Que terrible. La oración en los cristianos del tiempo del fin se ha
vuelto en muchos casos un mero formalismo automático. Hablamos con
Dios sin sentido, solo porque nos es una abligación religiosa o solo para
complacer al auditorio que nos acompaña. Pero Daniel no ora así, el se
inclina ante la Majestad del Cielo y pide con intensidad la intervención
de Dios frente a este asunto (el hecho de que la palabrea aramea raham
“compasion, misericordia” este en plural rahanim expresa la energía
con la que el orante pide, según el Theological Wordbook of the Old
Testament).
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sino para rendirte ante aquél que puede resolverlos; no para pedir bajo
tus criterios la solución de tu vida sino para rendirte ante aquél que es la
Solución a tu vida. Debes orar no para pedir si no para depender para
entregarte para pedir con intensidad que Dios tenga compasión de ti.
Y Dios mostró sus misericordias para sus muchachos: “el secreto fue
revelado a Daniel en visión de noche” (Dn 2:19). Quien pide para
sus propios deleites no recibe la intervención divina (Stg 4:3), pero
quien se humilla será enaltecido (Mt 23:12). Daniel a diferencia de los
caldeos no quizo actuar por si mismo y demandar lo que no conocía.
El se sujetó a quien lo sabe y lo puede todo. Así lo reconoce frente
a Nabucodonosor: “Daniel respondió delante del rey, diciendo: El
misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni
adivinos lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual
revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que
ha de acontecer en los postreros días” (Daniel 2:27–28, RVR60).
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que el hombre haya intentado sin éxito gobernar bien el mundo, “el Dios
del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino
dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos,
pero él permanecerá para siempre.” (Dn. 2:44). Ha recibido el mensaje
que Dios tenía para él. No murió nadie más. Al contrario el mesaje dado
ahora ha hechos que el rabioso e impulsivo Nabucodonosor se postre
sobre su rostro y se humille (Dn. 2:46).
Antes de llevar el mensaje debemos vivir orando cada día para que
nuestro Dios nos utilice; para ser lo que él quiere que seamos; orando
intensamente para que su misericordia se mantenga en nuestra vida. Solo
así podremos dar el mensaje adecuado y adecuadamente.
Te invito este día a que decidas vivir en oración dependiente. Dios quiere
ocuparte en sus filas en este tiempo del fin, humillate ante él pide su
ayuda para lograrlo. Ven oremos juntos.
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Texto Clave: Dn. 3:17-18
Introducción
¡Qué bueno verte! Estoy seguro de que este día has tenido
la oportunidad de testificar de Dios. En tu casa, en el trabajo, en la
escuela, Dios ha querido ocuparte hoy. Mi oración ha sido para que en
ti haya una decisión absoluta de estar del lado de Dios y para que estés
viviendo ya en oración dependiente. ¡Queremos ser una Generación
transformada para el tiempo del fin!
Por eso, doy gracias a Dios de que estés aquí. Vamos a seguir aprendiendo
de Daniel y sus amigos, las características que nos harán útiles para
cumplir el propósito divino. Hoy vamos a aprender de Ananías, Misael
y Azarías. Vamos a Daniel capítulo 3.
Desarrollo
El capítulo inicia mostrando a Nabucodonosor en una faceta más de la
actitud que de él se ha descrito desde el inicio del libro: Ser dios. En el
primer capítulo del libro de Daniel lo vimos jugando a ser el sustentador
de su imperio y sus conquistas. En el dos él se muestra creyendo que
es el controlador de las vidas ajenas. Ahora ha llegado al clímax de su
orgullo: busca adoración. Abre tu Biblia en Daniel 3.
“El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de
sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de
Dura, en la provincia de Babilonia. Y envió el rey Nabucodonosor a que
se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores, tesoreros,
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consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, para que
viniesen a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había
levantado. Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes,
oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las
provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había
levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado
el rey Nabucodonosor. Y el pregonero anunciaba en alta voz: Manda a
vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que, al oír el son de la bocina,
de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo
instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey
Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore,
inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo”
(Daniel 3.1–6, RVR60).
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realizada como él dicta. ¡Ten cuidado de no portar un mensaje con esas
características! Muchos reducen la verdad a una regla rígida e invariable:
“No uses”, “No comas”, “No toques” (Nota para el predicador: Lee con
oración Colosenses 2:8-3:4). El evangelio está en Cristo hecho hombre,
crucificado, resucitado, glorificado, Intercesor, y pronto a venir. NO
impongas nada. Si bien los principios que recibimos de las Escrituras son
inmutables, no son forzados por el Espíritu Santo en el corazón de nadie.
Peor aún muchos de los que nos llamamos cristianos ni siquiera estamos
forzando principios sino criterios y formas. El evangelio que llevamos
acerca a la gente a Cristo por los motivos correctos, no por la fuerza.
No dejes que ese sea tu tipo de adoración y rechaza cualquier tipo de
imposición. Pide a Dios que te transforme y que sea él quien transforme
lo corazones de las personas a quienes compartirás su mensaje.
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manipula tus sentidos. No adores por placer sino con entendimiento.
No quiere perder a semejante equipo de entre sus filas, pero simpre será
más importante su propia reputación. Hará sonar la música, lo único
que tienen que hacer es postrarse, es solo una vez. Después todo será
normal. Solo no hagan quedar mal al rey. Porque de ser así lo estáran
forzando a matarlos. Oh querido joven cuantas veces sucumbinmos ante
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el “tan solo una vez”. Solo un examen en sábado, solo una relación
sexual antes del matrimonio, solo una vez que vayas al antro, solo una
cerveza, es para no quedar mal… Solo una vez. Pero esa primera vez
cambiará para siempre tus propios paradigmas. Cuántos no han caido
en esa primera vez solo para terminar cambiando todo su sitema de
valores. Aun uno se autoengañan diciendo pero a mi no me ha pasado
nada sin darse cuenta que ya llevan a estas alturaas, una relación tibia
con Dios.
Ellos poseen lo que Dios espera que tu te apropies hoy, al tener una
adecuada relación con él: una fe inquebrantable. Ananías, Azarías y
Misael creen que Dios tiene el poder de librarlos del horno, y creerán
en él aun cuando el decida no librarlos. ¿Qué tal? Una fe en Dios que
no depende de las circunstancias. Todos hemos creído en la imagen de
internet donde Jesús le pide a una niña el osito que tiene en sus manos
porque en las de él hay uno más grande. Pero no siempre será así,
muchas veces el Señor solo te quitará lo que tienes y no verás venir al
oso grande en el momento. El verdadero regalo de Dios para nosotros
es que Jesús haya dado su vida en el Calvario y que haya prometido
volver para llevarnos a vivir con Él. Nosotros creemos en él no solo
para que nos cumpla nuestros caprichos sino a pesar de que no nos los
cumpla. Creemos en Dios no porque nos permita obtener la carrera
que hemos deseado, el viaje que hemos anhelado, el crush por el que
hemos suspirado. Si Dios nos da todo eso ¡bien! Y si no igual de bien.
Porque no creo en él solo si me quita una enfermedad, o me libra de
que me expulxsen del colegio, creo en él porque dio su vida por mi aun
cuando todo aquí me sea contrario. Creo en él no por las circunstancias
actuales sino por lo que Dios hace, hizo y hará que afecta mi eternidad.
Eso es fe inquebrantable.
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Los 3 hebreos no agachan la cabeza. No se van a inclinar aunque Dios
haya decidido que de esa manera moriran. La fe inquebrantable es la
que puede decir para mi morir es ganacia (Flp 1:21). Se necesitan jovenes
que estén de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos. (Ed, 53).
29
Hasta hace un momento estaba dispuesto a matar a quien no lo adrora
a él ahora quiere matar a quien no adore al Dios de Ananías, Azarías y
Misael. Aún le falta mucho por aprender.
Llamado
En un mundo que solo cree cuando es conveniente, Dios está
queriendo ocupar hombres y mujeres, jóvenes y señoritas, con una fe
inquebrantable. No son útiles en la causa de Dios aquellos que poniendo
su mano en el arado voltean hacia atrás (Lc. 9:62). No son útiles aquellos
que son llevados por las circunstancias, aquellos que tienen un punto
de retorno. Lo hermoso aquí es que Dios está queriendo dotarte de esa
fe si tomas hoy la decisión absoluta de estar de su lado, aferrándote a
las Escrituras y viviendo en oración dependiente. Es tiempo de creer en
Dios a pesar de cualquier circunstancia. ¿Cuántos quieren vivir con ese
tipo de fe?
30
Texto Clave: Dn. 4:37
Introducción
Estamos ya cruzando la mitad de esta semana. Y quiero recordarte porque
estamos aquí. Dios está buscando un ejército de jóvenes para que la
obra del evangelio sea cumplida aquí donde vivimos. Fuimos llamados
por Dios para ser portadores de luz en este tiempo. Hay un mensaje
que dar, una verdad presente que revelar frente a este mundo que
perece. Muchos predicadores “escatológicos”, catastrofistas, cataclismos,
se escuchan en muchos lados, pero la verdad del evangelio solo será
portada por aquellos que reflejen el carácter del evangelio mismo. De
ahí que Dios te está llamando a ser un joven con decisión absoluta de
seguirle a Él; un joven de oración dependiente, que esté dispuesto a
entregarse antes que pedir un beneficio; un joven de fe inquebrantable
que confíe en Dios por lo que es él antes de por lo que pueda darte.
Sigamos leyendo la Escritura y escuchemos el llamado de Dios
para hoy. Abre tu Biblia en Daniel 4.
Desarrollo
En este capítulo Daniel se hace un lado y le da el protagonismo total a
quien había estado ubicándose en cada escena anterior como principal
antagonista: Nabucodonosor. Y es que bajo la premisa de que Dios quiere
que “todos los hombres sean salvos” (Cita bíblica). Daniel y sus amigos
han sido elegidos para ser los predicadores laicos de Nabucodonosor.
Dios los envió a Babilonia no solo para mantener una luz profética para
el pueblo judío de su tiempo y para todo aquél que creyera en Cristo a
lo largo de nuestra era. Daniel fue llevado a Babilonia en la soberanía
divina para que Nabucodonosor conociera el mensaje de salvación.
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Por su reaccionar a lo largo de los años muchos hubieran desistido de
predicarle el evangelio a este rey orgulloso. Ha pretendido ser dios,
recién lo dejamos ayer manipulando la religión del Dios verdadero,
promulgando un edicto de muerte para quien no crea en el Dios de
los jóvenes testificadores hebreos y ahora está de pie ante el universo
listo para dar el mismo su testimonio. Eso quiere decir que hoy vamos
a aprender de Nabucodonosor. Vamos a leer: “Nabucodonosor rey, a
todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz
os sea multiplicada. Conviene que yo declare las señales y milagros que
el Dios Altísimo ha hecho conmigo. ¡Cuán grandes son sus señales, y
cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío
de generación en generación” (Daniel 4.1–3, RVR60).
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Daniel queda atónito y turbado por casi una hora (Dn. 4:19) él sabe ya
lo que significa el sueño del rey y eso impresiona su corazón.
Dos notas sobre Daniel hasta aquí. Primero el mensajero de Dios predica
a tiempo y fuera de tiempo (2 Tim. 4:2). Daniel llegó a atender la
necesidad espiritual del rey, aunque este no lo había convocado. No
irrumpe para llamar la atención, pero tampoco se queda en silencio
frente a la necesidad del rey. Muchos de nosotros estamos dejando pasar
por alto la oportunidad de testificar ya sea por pena, por no hacer el
ridículo para no vernos “religiosos” delante de los demás, pero ellos
están necesitando un mensajero de Dios y eres tú. Segundo, Daniel sabe
del destino que les espera a Nabucodonosor, y sin embargo no se jacta
del perdido, no lo confronta diciéndole: “te lo dije pecador, eso es lo
que te mereces, necio; sabía que por fin vendría esto para ti”. Como
me avergüenzan esos predicadores de lo que ellos llaman “evangelio”
cuando utilizan la Palabra de Dios para condenar, para burlarse de la
ignorancia espiritual de otros que no conocen de la Biblia como ellos.
Pero Daniel no es ese predicador. Al igual que Jesús frente a los fariseos,
al saber del destino del rey su corazón se turba. Esos predicadores se
ocupan hoy en día. Predicadores que aborrezcan al pecado pero que
se duelan con Cristo por el pecador. Hasta que no te duela la perdición
eterna de alguien no estarás dispuesto verdaderamente a ser instrumento
en las manos de Dios para servir en su salvación.
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corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos. La sentencia es por
decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para
que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los
hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo
de los hombres” (Daniel 4.10–17, RVR60).
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Como un hombre humilde, Daniel no se arrebata en condenar al
engreído de Nabucodonosor. Le advierte. Lo aconseja. Lo guía hacia el
arrepentimiento. Pero Nabucodonosor se desentiende. Pasa un año y el
asunto ha quedado olvidado. A su vista, él sigue siendo un gran árbol
fuerte y se autocalifica como el hacedor de toda la gloria que le rodea.
Antes de que deje de ensalzarse, el gran árbol es cortado de una. El gran
rey Nabucodonosor, conquistador del mundo conocido queda reducido
a la cautividad de su propia mente (Dn. 4:30-33).
Al fin del tiempo, Nabucodonosor aferrado al último resquicio de
voluntad propia reconoce a Dios como Rey del cielo, se mira así mismo
como nada y a Dios como soberano del universo. En ese momento
Nabucodonosor pasa de su estado casi mortífero, lleno de orgullo que
lo llevó a la locura, de vuelta a la vida. Y no solo a su vida regia, si no
ahora a su vida de salvación y por lo tanto ahora es un testificador.
“Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del
cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él
puede humillar a los que andan con soberbia” (Daniel 4.37, RVR60).
Llamado
Dios quiere usarte en la proclamación del evangelio en este tiempo del
fin. Pero no hay cabida para corazones envanecidos en su conocimiento,
profesionalidad, experiencia o capacidad. La única manera de portar
dignamente la Palabra de Dios es a través de un espíritu humilde. El gran
tesoro del evangelio solo puede estar en vasos de barro “para que la
excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” (2 Co. 4:7).
35
Texto Clave: Daniel 5:7
Introducción
“Con semejante ejército de obreros como el que nuestros jóvenes, bien
preparados, podrían proveer, ¡cuán pronto se proclamaría a todo el
mundo el mensaje de un Salvador crucificado, resucitado y próximo a
venir!” (Ed, 244). Dios pensó en ti para ser parte de este ejército.
Desarrollo
El tiempo ha pasado y Nabucodonosor no está ya en la historia. Daniel
ya no es el joven que llegó a Babilonia, pero mientras esté vivo será un
canal del evangelio que Dios puso en su corazón. Ahora reina Nabonido
y ha puesto Babilonia en manos de su hijo Belsasar que funge como
corregente. Este joven buscando burlarse del Dios que transformó a su
abuelo, lo exhibe como trofeo mandando traer los utensilios del templo
de Jerusalén mientras bebe sin control.
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que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del
palacio real, y el rey veía la mano que escribía” (Daniel 5.5, RVR60).
“El rey gritó en alta voz que hiciesen venir magos, caldeos y adivinos;
y dijo el rey a los sabios de Babilonia: Cualquiera que lea esta escritura
y me muestre su interpretación, será vestido de púrpura, y un collar de
oro llevará en su cuello, y será el tercer señor en el reino” (Daniel 5.7,
RVR60).
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obtener un mejor lugar en la empresa, para obtener una buena nota en
clase o una beca en la universidad. Belsasar busca sabios de esa clase,
que digan lo políticamente correcto, lo cómodo a cambio del 3er lugar
del reino.
Para su sorpresa, los sabios que le rodean “no pudieron leer la escritura
ni mostrar al rey su interpretación” (Dn. 5:8). Aún con la jugosa oferta
sus mentes están confundidas y no saben qué mensaje tiene para Belsasar
el Dios escritor. Esto ensombrece más el ánimo del joven corregente no
sabe qué hacer. Está expuesto, la borrachera se ha ido de golpe ahora
solo hay confusión y el nombre de Belsasar se está depreciando entre
los que apenas hace unos instantes lo vitoreaban.
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Daniel no dará un mensaje a cambio de nada. El mensaje de Dios no se
sujeta a un precio. El dirá lo que Dios tiene que decir. No solo porque
sepa del fin de Babilonia esa misma noche, sino porque el mensaje de
Dios no se intercambia por beneficios para el profeta. Eso es lo que
llamaremos este día una Testificación incorruptible. Lo que Cristo hizo
por ti no se comparte a conveniencia tuya sino para gloria de Dios. Si
bien el pecador necesita esperanza al pecado se le llama por su nombre.
No hay medias tintas en ese respecto. Ser parte del ejercito de Cristo para
salvación de los que te rodean implica que no vas rebajar el evangelio
para obtener un beneficio.
Llamado
Dios te está llamando para que seas el portador de la verdad presente
en este tiempo. Él requiere “hombres que no se vendan ni se compren”
(Ed, 54). Pide de ti una testificación incorruptible. Muchos son los que
se han sumado a las filas de un evangelio corrompido con tal de recibir
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un beneficio personal. Dios está buscando personas que le llamen al
pecado por su nombre mientras luchan por rescatar al pecador.
Tal vez no granjees para ti muchos “likes” en tus redes sociales. Tal
vez no seas reconocido en todo el mundo. Pero habrás cumplido
cabalmente con la tarea que Dios te ha asignado y tu nombre aparecerá
incorruptible por la sangre de Jesús en el libro de la vida.
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Texto Clave: Daniel 6:10
Introducción
Estamos por concluir el estudio de la vida de Daniel como ejemplo
nuestro en la preparación para el tiempo del fin. No nos preparamos
para una relación cuasi mística con Dios. Nos preparamos para ser
portadores de su Palabra. En el nombre de Jesús tu y yo seremos una
generación transformada para el tiempo del fin. Con decisión absoluta,
oración dependiente, fe inquebrantable, humildad total y testificación
incorruptible podremos lograr el propósito para el cual Dios nos ha
llamado a servir en su iglesia. Vamos a estudiar el último pasaje de la
sección histórica del libro de Daniel. Vamos al capítulo 6. Aprendamos
juntos algo más del profeta de Dios.
Desarrollo
Han pasado 66 años desde que Daniel vino a Babilonia. Llegó en el
apogeo del imperio de neo babilónico y lo vio sucumbir. En la instauración
del nuevo reino pronto destaca de entre los que están ahora al servicio
de Darío y sabemos por qué. Incluso ahora que es un hombre mayor
es puesto como uno de los 3 gobernadores de los sátrapas del reino
de Babilonia. Lleno de canas como de años Daniel sigue siendo joven,
sigue mostrando superioridad (Dn. 6:3), y es que “los que esperan a
Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas” (Is.
40:31) su cercanía a Dios lo mantiene como cuando llegó a Babilonia.
Darío piensa seriamente ponerlo sobre todo el reino.
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La manifestación de la gracia divina sobre el siervo de Dios
ha generado envidia entre los que trabajan con él. Están buscando
“ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado en el reino” (Dn. 6:4).
Todo esto es normal. Cuando un ser humano frágil decide aferrarse
al Todopoderoso, el enemigo de Dios comenzará a perseguirlo. Pablo
afirma a Timoteo: “todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo
Jesús padecerán persecución” (2 Tim. 3:12). Mas Jesús había dicho
también:
Ser portador de luz acarreará persecución sobre ti. Tal vez se burlen de
que te vean con una Biblia yendo a la universidad o que te vean con
ella en el trabajo. Tal vez se rían de tu estilo de vida saludable. O seas
la comidilla de la mayoría porque tu no frecuentas los lugares que ellos
sí. No rehúyas a servir por esta causa. Al contrario, gózate en ella. Tu
galardón es grande en los cielos.
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Es interesante notar que la dependencia a la Ley de Dios se confronte
con la ley de Media y de Persia. En este tiempo del fin la situación será
la misma. Los guardadores de la Ley de Dios serán perseguidos con la
ley humana (Ap. 12 y 13 presta especial atención a 13:11-17). Cada uno
deberá decidir de qué lado ubicarse.
Nuevamente nos asaltan las preguntas, sobre todo cuando nos vemos en
el tiempo del fin ¿Cómo mantenerse incólume ante la presión absoluta?
¿Cómo ser un testificador valiente ante un decreto de muerte? “Si corriste
con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con los caballos?”
(Jer 12:5).
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sensacional que se dispara solo cuando su gusto es atendido. Daniel
no era un joven que se mostraba espiritual solo en determinados
programas, campamentos o retiros; o unicamente cuando escuchaba a
predicadores reconocidos o cantantes cristianos famosos. No. El tenía
una espiritualidad constante. La luz de Dios que brillaba en él nacía de
un encuentro íntimo, absoluto, dependiente, inquebrantable, total, e
incorruptible que se daba día con día.
Al igual que los sabios del capítulo 3 con Ananías, azarías y Misael,
los actuales quieren comerse a Daniel a toda costa. Darío siente mucho
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pesar, pero está sujeto a su propia ley. Así pasa con los que no se han
confiado plenamente al Señor. A pesar de sentir el llamado divino están
sujetos a la ley del pecado. No pueden más que seguir en lo mismo. El
destino de Daniel está en el foso. Entra en silencio. No hay quejas, aunque
pareciera que su oración dependiente no fue escuchada, él tiene una fe
inquebrantable. Si Dios ha decidido que este sea su fin, él mantendrá con
humildad total una testificación incorruptible. Su decisión de permanecer
del lado de Dios es absoluta.
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en que racionalices hoy tu conducta no servirá de nada si no vives en la
espiritualidad constante que Dios está esperando de ti.
Llamado
“Con semejante ejército de obreros como el que nuestros jóvenes, bien
preparados, podrían proveer, ¡cuán pronto se proclamaría a todo el
mundo el mensaje de un Salvador crucificado, resucitado y próximo a
venir!” (Ed, 244). Cada día Dios te ha estado llamando y confirmando
tu llamado a formar parte en la obra del evangelio en este tiempo del
fin. Existimos como iglesia con un solo propósito predicar el evangelio,
pero necesitamos ser una Generación transformada.
Quiero orar por los que quieren hacer un compromiso con Dios para
tener una espiritualidad constante. Esto es un compromiso para hacer
algo que nadie verá a partir de hoy más que Dios y tú. Los demás solo
recibirán los frutos de salvación de esa hermosa relación.
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Texto clave: Dn. 10:19
Introducción
Estamos llegando al final de esta semana. Dios ha escogido a los jóvenes
de este lugar para ser una Generación Transformada para el tiempo
del fin. Hay mucho que hacer para gloria de Dios de aquí en adelante.
No podemos ser los mismos de antes. Recuerda: Decisión absoluta,
Oración dependiente, Fe inquebrantable, Humildad total, Testificación
incorruptible, Espiritualidad constante.
Para cerrar esta semana quiero abrir una cortina extra, para que tengas
una visión más completa de la realidad de la predicación del evangelio.
Vamos a terminar el estudio de la vida de Daniel mirando un pasaje
dos años más tarde de donde nos quedamos ayer. Vamos a leer Daniel
capítulo 10.
“En el año tercero de Ciro rey de Persia fue revelada palabra a Danil,
llamado Beltsasar; y la palabra era verdadera, y el conflicto grande; pero
él comprendió la palabra, y tuvo inteligencia en la visión. En aquellos días
yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas. No comí manjar
delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento,
hasta que se cumplieron las tres semanas” (Daniel 10.1–3, RVR60).
Desarrollo
Daniel está en sus noventa años para este momento. Y a diferencia de
como lo hemos visto a lo largo de su vida, hay angustia en su corazón. El
conflicto es grande. Hace dos años miró en visión que un poder humano
osará hacer daño al pueblo de Dios, quitará el continuo, y echará por
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tierra el ministerio del santuario. Pareciera que los setenta años de
Jeremías nuca llegarán a su fin. En aquella primera agonía se le hizo
saber que, de los dos mil trescientas tardes y mañanas de desolación,
solo 70 semanas tienen que ver con su pueblo.
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demasiado oprimido, Jesús se muestra para que sepa que el mundo no
está actuando en contra de un pueblo frágil sino contra un Gran Sumo
Sacerdote. Así que en respuesta a su oración dependiente le es mostrado
a Daniel de Quien está dependiendo.
Solo Daniel pudo ver al Gran Sumo Sacerdote. No todos pueden ver la
visión divina. Así sucedió cuando Pablo vio la visión camino a Damasco
(Hch. 9:7). Son muchos los que ven el fracaso del evangelio. –En esta
ciudad no se puede predicar. –Nadie quiere. –Esa persona nunca se
va a convertir. Pero son pocos los que pueden ver que el que está al
frente de esta tarea es Nuestro Gran Sumo Sacerdote. Se necesita una
espiritualidad constante para poder ver la visión de Dios. “El hombre
natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios… porque se
han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2.14, RVR60). Por eso te
recuerdo: Cada día entregate al Señor que te ha escogido para servirle,
en el momento dificil él te permitirá ver su gloria.
Con todo, la visión es desgastante para Daniel (Dn. 6:8-9), pues ha visto
a Dios. Aquí viene la segunda atención al profeta: “Y he aquí una mano
me tocó, e hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas
de mis manos. Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las
palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado
ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando.
Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que
dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios,
fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas
el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero
he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y
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quedé allí con los reyes de Persia. He venido para hacerte saber lo que
ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para
esos días” (Daniel 10.10–14, RVR60).
El versículo 15 dice que Daniel sigue con la vista hacia abajo, Gabriel
toca sus labios para que pueda hablar y repite su accionar con su
compañero de equipo: “Y aquel que tenía semejanza de hombre me
tocó otra vez, y me fortaleció, y me dijo: Muy amado, no temas; la paz
sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las
fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido. Él me dijo:
¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear
contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia
vendrá. Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad;
y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe” (Daniel
10.18–21, RVR60).
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oído en su fragilidad: aparte de tenerlo a él como compañero en esta
lucha, hay uno más ayudando: “Miguel vuestro príncipe”. Nuestro
amado Jesús está en esta batalla es tu compañero en esta tarea que nos
ha dado. Es su batalla, no la nuestra. Y no nos envió como un rey para
quedarse en su trono mientras estamos en esta lid. Él va al frente nuestro
pues es su deseo que todos los hombres sean salvos (1 Tim 2:4).
Llamado
¿Quiénes son la generación transformada para este tiempo del fin?
¿Puedo orar por ustedes? ¿Quieren venir? Oremos.
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