Epps Básicos para Temperaturas Extremas
Epps Básicos para Temperaturas Extremas
Epps Básicos para Temperaturas Extremas
La ropa de protección contra el frío ha de cumplir con una serie de requisitos que
determinan su capacidad para impedir la pérdida de calor corporal. En el caso de la
UNE-EN 14058 la propiedad que mide esta capacidad es la resistencia térmica (Rct),
característica de los materiales de la ropa de protección que determina el flujo de
calor a través de una superficie. Cuanto mayor sea el valor de esta magnitud, mayor
será el aislamiento térmico del material y por tanto, mayor su capacidad para evitar
la pérdida de calor corporal. En la UNE-EN 14058 se establecen tres niveles de
prestación para esta propiedad. Adicionalmente, la ropa de protección según UNE-
EN 14058 puede ser ensayada para medir el aislamiento térmico efectivo resultante
(Icler) del conjunto de la ropa. Al igual que para la resistencia térmica, cuanto mayor
sea el valor de Icler, mayor capacidad de aislamiento tendrá la prenda. La UNE-EN
14058 establece un valor mínimo de Icler de 0,170 m2K/W.
En la UNE-EN 342 el aislamiento térmico efectivo resultante es también la propiedad
que mide la capacidad de la ropa para evitar la pérdida de calor corporal, el valor
mínimo de Icler que se establece en esta norma es de 0,310 m2K/W. Comprobamos
que como era de esperar la ropa según la UNE-EN 342 tiene mejores cualidades
protectoras contra el frío que la ropa según la UNE-EN 14058.
El viento es un factor que influye en la velocidad con que el cuerpo pierde calor. Para
una misma temperatura ambiente, la velocidad con que el cuerpo pierde calor será
mayor cuanto mayor sea la velocidad del viento, por lo tanto para una temperatura
ambiente constante tendremos distintas temperaturas equivalentes para velocidades
del viento diferentes.
En cuanto a la ropa de protección contra la lluvia, la norma que define los requisitos
de este tipo de EPI es la UNE-EN 343:2004. En esta norma, al contrario de lo que
sucede en las dos anteriores de las que ya hemos tratado más arriba, no se definen
requisitos para propiedades relacionadas con el aislamiento térmico, ni con la
permeabilidad al aire. La UNE-EN 343:2004 se centra en requisitos para
la impermeabilidad al agua y para la resistencia al vapor de agua. En la tabla 3 vemos
un resumen de los requisitos de esta norma.
GUANTES DE PROTECCIÓN CONTRA EL FRÍO
Para la protección de las manos, la UNE-EN 511:2006 especifica los niveles de
prestación que deben cumplir los guantes protectores contra el frío convectivo y
conductivo hasta -50 ºC.
Estos guantes se ensayan para determinar sus propiedades frente al frío convectivo
y para el frío de contacto, definiéndose cuatro niveles de prestación (de 1 a 4, siendo
el nivel de prestación 4 superior al 1) para cada uno de los requisitos.
Además de estos requisitos que relacionados con las propiedades de aislamiento
térmico, los guantes de protección contra el frío según UNE-EN 511 se ensayarán
para determinar su comportamiento frente a la penetración de agua. Se establecen
dos niveles de prestación:
Nivel 1: indica que el guante superó el ensayo que se especifica en la UNE-EN 511.
Nivel 0: indica que no se superó el ensayo, el fabricante debe informar de que el
guante puede perder sus propiedades si se moja.
Estos dos requisitos adicionales para el calzado de seguridad, protección y trabajo son
aplicables únicamente al calzado de clasificación II, es decir calzado todo caucho o todo
polimérico.
Comportamiento de los EPI frente al frío
Aunque este artículo se centra en los EPI destinados a la protección contra el frío, no
debemos olvidar que los efectos de las bajas temperaturas no se limitan únicamente a la
pérdida de calor corporal, sino que afectan también directamente a las propiedades
mecánicas de los materiales constituyentes de los EPI. Este factor también deberá tenerse
presente cuando los EPI sean usados en condiciones de muy bajas temperaturas.
Protección de la cabeza. La mayoría de las normas que cubren EPI destinados a la
protección de la cabeza incorporan un requisito adicional de comportamiento a muy
baja temperatura:
UNE-EN 397:1995 – Cascos de protección para la industria. Los cascos de
protección para la industria pueden ser sometidos, opcionalmente, a los ensayos de
absorción de impacto y resistencia a la perforación a una temperatura de -20 o -30
ºC. Este hecho debe reflejarse en el marcado del casco.
UNE-EN 443:1998 – Cascos para bomberos. Los cascos de protección para
bomberos pueden ser sometidos de forma adicional a los ensayos de absorción de
impacto, resistencia a objetos cortantes y rigidez mecánica a -20, -30 o -40 ºC. Esto
quedará reflejado tanto el marcado del casco como en las instrucciones del fabricante
del siguiente modo: ** para -20ºC, *** para -30 ºC y ****para -40 ºC.
UNE-EN 14058:2006 – Cascos de altas prestaciones para la industria. Los cascos
de protección de altas prestaciones para la industria pueden ser sometidos,
opcionalmente, a los ensayos de absorción de impacto y resistencia a la perforación
a una temperatura de -20, -30 o -40 ºC. Este hecho debe reflejarse en el marcado
del casco y en la información suministrada por el fabricante.
Protección ocular y facial. Los protectores oculares según la norma UNE-EN
166:2002 pueden someterse de forma opcional a un ensayo de impacto de partículas
a gran velocidad a temperaturas extremas (55 ºC y -5 ºC). Esta protección se marcará
como AT, BT o FT dependiendo de si el impacto es a alta, media o baja energía.
Ropa de protección. La ropa de protección contra los productos químicos según
normas UNE-EN 943-1:2003 (trajes Tipo 1 y Tipo 2), UNE-EN 943-2:2003 (trajes Tipo
1 ET), UNE-EN 14605:2005 (trajes Tipo 3 y Tipo 4). Pueden someterse
opcionalmente a un ensayo de resistencia al agrietamiento por flexión a -30 ºC.
Protección de las manos. Los guantes de protección contra el frío según UNE-EN
511:2006 que estén destinados para su uso a temperaturas inferiores a -30 ºC han
de ser sometido a un ensayo para determinar su resistencia a la flexión a una
temperatura de -50 ºC.
EFECTOS DEL ALCOHOL
El consumo de alcohol y tabaco, así como la malnutrición y la fatiga, son factores que
predisponen a una LFCC. Una lesión previa por frío aumenta el riesgo de LFCC posteriores,
ya que se produce una respuesta simpática postraumática anormal.
La hipotermia crónica subclínica afecta con frecuencia a personas de edad avanzada y suele
asociarse a malnutrición, uso de ropa inadecuada y movilidad restringida. El alcoholismo, el
abuso de drogas y las enfermedades metabólicas crónicas son factores que contribuyen a
este tipo de hipotermia.
nocivo, puesto que esta sustancia tiene un efecto vasoconstrictor periférico (mayor riesgo de
congelación) y un efecto diurético. Además de una alimentación adecuada, el desarrollo de
mecanismos generales y locales de adaptación puede reducir la incidencia de lesiones por
frío y mejorar el rendimiento psicológico y físico al reducir el estrés causado por el frío. Sin
embargo, es necesario definir los conceptos de adaptación, aclimatación y habituación al
frío, ya que estos tres términos tienen distintas implicaciones de acuerdo con el uso que
hacen de ellos diferentes teóricos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica efectos del ruido sobre el sueño a
partir de 30 dB(A); interferencias en la comunicación oral por encima de los 35 dB (A);
perturbaciones en el individuo a partir de los 50 dB(A); efectos cardiovasculares por
exposición a niveles de ruido de 65-70 dB(A). Una reducción de la actitud cooperativa y un
aumento en el comportamiento agresivo por encima de 80 dB(A).
Así mismo existe una relación entre exposición a ruido alteraciones hormonales y
desequilibrios en el sistema endocrino e inmune.
Estos efectos extra-auditivos están mediados por una reacción de estrés como respuesta a
la contaminación acústica, como lo haría ante cualquier agresión de tipo físico o psíquico.
Hay estudios que analizan probables efectos de la exposición a ruido en la gestación como
bajo peso neonatal, prematuridad y abortos. La exposición de la gestante al ruido parece
que puede disminuir el flujo útero-placentario provocando una hipoxia fetal y aumentando la
secreción materna de catecolaminas.
En relación a la mayor accidentabilidad laboral, hay publicaciones desde los años 70 que
afirman que los trabajadores expuestos a ruido ocupacional tienen un riesgo 3 veces mayor
de sufrir accidentes de trabajo. Estudios más recientes han verificado esta asociación con
niveles de exposición alrededor de 82 dB(A).
El ruido, por tanto, puede provocar malestar, disminuir o impedir la atención, alterar la
capacidad de concentración, el sueño, el rendimiento, inducir comportamientos psicológicos
alterados, causar accidentes de trabajo, causar alteraciones fisiológicas en el sistema
cardiovascular e inducir posibles alteraciones fetales, etc.
Los principales trabajos de revisión sobre los efectos extra-auditivos del ruido son los
realizados por Smith & Broadbent (1989) y Butler & Col en 1999.