EL DESARROLLO Y LA CONDUCTA DEL NIÑO EN SU PRIMER AÑO DE VIDA Modulo 2
EL DESARROLLO Y LA CONDUCTA DEL NIÑO EN SU PRIMER AÑO DE VIDA Modulo 2
EL DESARROLLO Y LA CONDUCTA DEL NIÑO EN SU PRIMER AÑO DE VIDA Modulo 2
VIDA
EXAMEN MODULO II
1. Explique brevemente las características motrices del niño en su primer año de
vida.
Durante el primer año de vida, el bebé evoluciona a un ritmo vertiginoso. Así, de un
ser totalmente indefenso pasa a convertirse en un pequeño revoltoso con muchas
más capacidades motoras de las que nació. No todos los niños sanos tienen la misma
evolución, pero hay ciertas características comunes.
Empieza a sostenerse. A los cuatro meses, el bebé es capaz de sostenerse con los
brazos en posición bocabajo. Es un buen entrenamiento en el que gana fuerza
muscular para cuando, más adelante, tenga que sentarse. A los seis meses, eleva los
antebrazos aún más como apoyo al resto del cuerpo.
Se gira. Al final del cuarto mes, muchos bebés ya son capaces de girarse estando
bocabajo hasta ponerse bocarriba. Rota bocabajo. O deslizarse sobre su abdomen y
rotar cuando están bocabajo.
Sentado a ratos cortos. Sobre los seis meses, el bebé puede permanecer sentado
durante cortos periodos de tiempo, apoyándose en sus brazos.
Primeros desplazamientos por el suelo. A los siete meses, muchos ya comienzan a
avanzar desplazándose por el suelo apoyándose en movimientos ondulatorios de
hacen con el abdomen.
¡El gateo! En el décimo mes, la mayoría ya puede gatear.Sentados sin apoyo. En
este momento ya han conseguido sentarse por sí solos, sin apoyar los brazos en el
suelo.
Gateando... o reptando. Algunos niños no gatearán nunca y pasarán directamente de
reptar a caminar o se desplazarán sobre sus glúteos. Lo importante es que haya
deseo de explorar lo que los rodea, independientemente del tipo de movimiento que
realicen para lograrlo.
¡A levantarse! En esta etapa empiezan a ensayar la posición erguida, partiendo de la
posición de gateo para elevar brazos y piernas.
Explorando el entorno. A los once meses están muy interesados por el entorno y
comenzarán a agarrarse a muebles u otros apoyos para explorarlo y para ponerse de
pie.
Sus primeros pasos. ¡Sin manos! Hacia los 12 meses, muchos bebés consiguen dar
sus primeros pasos. Cada uno a su ritmo. Otros niños comienzan a caminar algunos
meses más tarde. Se considera normal el periodo entre los 12 y los 18 meses para
empezar a andar y explorar el mundo.
2. ¿De qué manera se produce el crecimiento mental?
El desarrollo psíquico, que se inicia al nacer y concluye en la edad adulta, es
comparable al crecimiento orgánico: al igual que este último, consiste esencialmente en
una marcha hacia el equilibrio. Así como el cuerpo evoluciona hasta alcanzar un nivel
relativamente estable, caracterizado por el final del crecimiento y la madurez de los
órganos, así también la vida mental puede concebirse como la evolución hacia una
forma de equilibrio final representada por el espíritu adulto. El desarrollo es, por lo
tanto, en cierto modo una progresiva equilibrarían, un perpetuo pasar de un estado de
menor equilibrio a un estadio de equilibrio superior. Desde el punto de vista de la
inteligencia, es fácil, por ejemplo, oponer la inestabilidad e incoherencia relativas de las
ideas infantiles a la sistematización de la razón adulta. También en el terreno de la vida
afectiva, se ha observado muchas veces cómo el equilibrio de los sentimientos aumenta
con la edad. Las relaciones sociales, finalmente, obedecen a esta misma ley de
estabilización gradual.
Sin embargo, hay que destacar desde el principio la diferencia esencial entre la
vida del cuerpo y la del espíritu, si se quiere respetar el dinamismo inherente a la
realidad espiritual. La forma final de equilibrio que alcanza el crecimiento orgánico es
más estática que aquella hacia la cual tiende el desarrollo mental, y, sobre todo, más
inestable, de tal manera que, en cuanto ha concluido la evolución ascendente, comienza
automáticamente una evolución regresiva que conduce a la vejez. Ahora bien, ciertas
funciones psíquicas, que dependen estrechamente del estadio de los órganos, siguen una
curva análoga: la agudeza visual, por ejemplo, pasa por un máximum hacia el final de la
infancia y disminuye luego, al igual que otras muchas comparaciones perceptivas que se
rigen por esta misma ley. En cambio, las funciones superiores de la inteligencia y de la
afectividad tienden hacia un "equilibrio móvil", y más estable cuanto más móvil es, de
forma que, para las almas sanas, el final del crecimiento no marca en modo alguno el
comienzo de la decadencia, sino que autoriza un progreso espiritual que no contradice
en nada el equilibrio interior.
Así, pues, vamos a intentar describir la evolución del niño y del adolescente sobre
la base del concepto de equilibrio. Desde este punto de vista, el desarrollo mental es una
construcción continua, comparable al levantamiento de un gran edificio que, a cada
elemento que se le añade, se hace más sólido, o mejor aún, al montaje de un mecanismo
delicado cuyas sucesivas fases de ajustamiento contribuyen a una flexibilidad y una
movilidad de las piezas tanto mayores cuanto más estable va siendo el equilibrio. Pero
entonces conviene introducir una distinción importante entre dos aspectos
complementarios de este proceso de equilibrarían: es preciso oponer desde el principio
las estructuras variables, las que definen las formas o estados sucesivos de equilibrio, y
un determinado funcionamiento constante que es el que asegura el paso de cualquier
estadio al nivel siguiente.1
3. Desarrolle sus comentarios sobre el proceso de desarrollo del lenguaje.
El lenguaje es la base de la comunicación del ser humano. El lenguaje empieza su
desarrollo desde el primer instante de vida cuando el bebé nos escucha hablar y observa
1
http://www.robertexto.com/archivo18/desarro_mental_ninio.htm
cómo nos comunicamos. Desde esos primeros momentos el bebé aprenderá formas de
expresarse y entenderse con los demás. Estamos creando el vínculo de la comunicación,
el bebé puede percibir que le hablas, que le miras, que interactúas con él.
Las personas más cercanas a los niños y niñas, tienen una función de gran importancia
en el desarrollo del lenguaje, la estimulación que reciban los más pequeños va a
determinar la aparición y el ritmo del lenguaje.
Es fundamental que los pequeños escuchen hablar a los que les rodean desde el
principio, antes incluso de que puedan entender el sentido y significado de las palabras.
Los niños y niñas que no son estimulados lingüísticamente presentan mayor dificultad
para adquirir el lenguaje.
El desarrollo del lenguaje está enmarcado dentro del proceso de desarrollo evolutivo de
las personas. Por lo tanto está dentro de unas etapas que caracterizan los periodos
evolutivos y presentan, con las lógicas variaciones individuales, unas características
generales.
Es importante que procuremos estimular las capacidades lingüísticas, de expresión y
comunicación de nuestros niños y niñas.
1
Yaiza Martínez, http://www.tendencias21.net/El-primer-ano-de-vida-del-bebe-fundamental-para-su-
conducta-posterior_a2375.html
que los padres abrazan, cargan a su bebé o juegan con él definirá la forma en la que el
niño interactuará con ellos y con los demás.
Los sentidos están tan desarrollados como los de un adulto
Entiende pedidos sencillos
Utiliza exclamaciones
Dice alguna palabra nueva además de “mamá” o “papá”, como “agua”, por
ejemplo
Se para sin la ayuda de otras personas, sosteniéndose de los muebles
Puede llegar a caminar unos pasitos sin sostenerse de nada
Puede agacharse cuando está parado
Llora si los papás se alejan y se muestra tímido frente a los extraños
Demuestra su preferencia por determinadas personas y juguetes
Puede aprender a decir “no” con la cabeza
Mete y saca objetos de cajas contenedoras
Comienza a utilizar los objetos acorde con sus funciones: el peine, el teléfono,
etc.
Golpea dos objetos
Encuentra objetos escondidos
Es capaz de extender los brazos y las piernas cuando lo vestimos