Clifford Geertz

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Clifford Geertz

La interpretación de las culturas

Capítulo #4: “La Religión como sistema cultural”

Para Geertz:

La cultura denota un esquema históricamente transmitido de


significaciones representadas en símbolos, un sistema de
concepciones heredadas y expresadas en formas simbólicas por
medios con los cuales los hombres comunican, perpetúan y
desarrollan su conocimiento y sus actitudes frente a la vida
(Geertz: 2003, p. 89)

Los símbolos religiosos tienen la capacidad de sintetizar el ethos y la cosmovisión


de un pueblo. El ethos hace referencia a las características morales y normativas
de dichos pueblos mientras que la cosmovisión se refiere al orden que se le da a
la realidad. El estilo de vida, es decir, el ethos, se vuelve intelectualmente
razonable al pensarlo como la representación del orden de la realidad descrita por
la cosmovisión, mientras que la cosmovisión se convierte emocionalmente
convincente al estar representando un estado de las cosas peculiarmente bien
dispuesto a acomodarse a tal estilo de vida. “Los símbolos religiosos formulan una
congruencia básica entre un determinado estilo de vida y una metafísica
específica (p. 89)

Geertz define la religión como:

Un sistema de símbolos que obra para establecer vigorosos,


penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones en los
hombres, formulando conceptos de un orden general de existencia
y revistiendo estas concepciones con una aureola de efectividad
tal que los estados anímicos y motivaciones parezcan de un
realismo único. (p.89)
Para definir la categoría de símbolo Geertz afirma que:

Se usa el término para designar cualquier objeto, acto, hecho,


cualidad o relación que sirva como vehículo de una concepción –la
concepción es el “significado del símbolo- …son formulaciones
tangibles de ideas, abstracciones de la experiencia fijadas en
formas perceptibles, representaciones concretas de ideas, de
actitudes, de juicios, de anhelos o de creencias (p. 90)

Los sistemas simbólicos, que a su vez forman parte de las estructuras culturales,
son consideradas fuentes extrínsecas de información y suministran un patrón o
modelo para entender el mundo y poder vivir adecuadamente en él. “Las
estructuras culturales tienen un intrínseco aspecto doble: dan sentido, es decir,
forma conceptual objetiva a la realidad social y psicológica, al ajustarse a ella y
modelarla según esas mismas estructuras culturales” (p.92).

Las actividades religiosas generan dos cualidades en los sujetos: motivaciones y


estados anímicos. Una motivación es una tendencia persistente a realizar cierto
tipo de actos, experimentar cierta clase de sentimientos en ciertas clases de
situaciones, son propensiones a realizar particulares clases de actos o a
experimentar particulares clases de sentimientos. Los motivos apuntan en una
dirección mientras que los estados de ánimo varían solo en intensidad, nacen de
ciertas circunstancias pero no responden a ningún fin.

Los símbolos religiosos suministran una garantía cósmica no solo de su capacidad


de comprender el mundo sino también al comprenderlo, de dar precisión a los
sentimientos que experimenta (p. 101)

Es en el rito donde las motivaciones y los estados anímicos que los símbolos
sagrados suscitan se refuerzan los unos a los otros. Los ritos pueden ser
considerados “representaciones culturales”; ya que en ellos convergen tanto los
aspectos conceptuales como emotivos de la vida religiosa. En el acto ritual, el
mundo vivido y el mundo imaginado se fusionan mediante una serie de formas
simbólicas. Es decir, el ritual abarca una fusión entre el ethos y la cosmovisión.
La religión no describe el orden social, lo moldea. Altera la realidad tal como se
nos presenta al sentido común a tal grado que las motivaciones y los estados
anímicos que suscitan los símbolos religiosos parecen ser sensatos para atender
a como realmente son las cosas.

Una vez terminado el ritual, el sentido común se modifica ya que se piensa como
una forma parcial de la realidad.

La importancia de la religión radica en su capacidad de servir como fuente de


concepciones generales, estos conceptos dan forma significativa a una vasta
gama de experiencias intelectuales, emocionales y morales. Estas creencias son
un patrón, un modelo.

El estudio antropológico de la religión es por esto una operación en dos etapas:


primero, se trata de analizar el sistema de significaciones representadas en los
símbolos, sistema que presenta la religión; y, segundo, se trata de referir estos
sistemas a los procesos sociales y psicológicos (p.117).

Los aspectos morales y estéticos, los elementos de evaluación, se denominan


ethos; es la actitud que un pueblo tiene ante sí mismo y ante el mundo que los
rodea.

Los aspectos cognitivos y existenciales se denominan cosmovisión; es su retrato


de la manera en que las cosas son en su pura efectividad: su concepción de
naturaleza, de individuo o de sociedad.

La religión es un intento de conservar el caudal de significaciones generales en


virtud de las cuales cada individuo interpreta su experiencia y organiza su
conducta.

Las significaciones solo pueden almacenarse en símbolos, los símbolos sagrados


contienen significaciones intuitivamente sentidas pero no conscientemente
interpretadas. La fuerza del símbolo radica en su capacidad de abarcar muchas
cosas y en su eficiencia para ordenar la experiencia.
Es un racimo de símbolos sagrados, entretejidos en una especie de todo
ordenado, lo que forma un sistema religioso.

Los símbolos sagrados dramatizan también valores negativos: los homicidios, los
fracasos y todos los fenómenos considerados negativos en una sociedad son
interpretados de tal manera que sea posible llegar a un acuerdo con estos
símbolos y poder así ordenarlos dentro de la cosmovisión. Así, los valores
negativos son considerados elementos constitutivos fundamentales.

En los mitos y ritos sagrados los valores se pintan, no como preferencias humanas
subjetivas, sino como las condiciones impuestas implícitamente en un mundo con
una estructura peculiar.

Los complejos simbólicos como los ritos y los mitos revelan uno u otro aspecto de
la integración del ethos y la cosmovisión.

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