En La Isla Ekarkó II

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EN LA ISLA EKARKÓ

Antonio Ferrández Verdú


Una Antología Ilustrada*

I El Libro de Job 3-26

II Biografía 26-31

III Tiento 32-37

IV Extensión 38-42

V Abisal 43-51

VI Teorema 52-54

VII Analjasilasa 55-59

VIII El Murmullo 60-86

Epílogo 87-100

*José Manuel Ferrández Verdú - Pepe Aledo – Manuel Susarte


I El Libro de Job

https://es.scribd.com/document/399293536/El-Libro-de-Job
Lentas yeguadas violentas cantan coplas mudas en la negra noche,
espolsan alcohol en sus crines y comen líquenes, en todos los grises
atardeceres las palomas salen del aceite y se marchan a violar doncellas
púdicas.
Atrayendo imposibles suicidios sobre mis ojos enfermos de tanto
amarte mujer, he eyaculado un esperma lisiado sobre tu orgullo
ataráxico. Soy, me declaro yacente.
Aegopius Monachus era la tonta de cuyos pechos mamó la amargura
Job el paciente, apodado así por sus maneras de pájaro bobo prudente y
en absoluto sentencioso que cuando me mira con esos ojos negros y esas
trenzas me cuenta sus cosas.
Suelo dejar la picha en lugares lúgubres como el ojo izquierdo de un
gorrión.

Mantis Religiosa en oración, lejos de estar moscosa y ofensiva, cuando


llegándole la cópula devora largamente al esposo.
La manufactura de vírgenes contiene en cada requiebro amoroso una
venganza hermética, en absoluto ambiciosa, desprovista de lluvias
torrenciales, incluso posee aquellas innecesarias.
Aquel Job, hombre oscuro pero cierto en su gracia, obstinó varias de
sus edades en acallar aquella provocación desmesurada en la que execra
perpetua oración, piedaácaa, caá.
La cólera de Job fue en modo tal que permaneció durante setenta y
siete veces siete días sin cuidarse las trenzas.
La Job se baja las bragas e se caga en Dios, e en la Virgen Pura, e en la
Virgen Santa, e en la Virgen Enmaculada, la Job amaga la amargura, se
baja las bragas e caga en cada sien sastra maga, las que en cada párpado
remedan al crucificado.
La desesperanza de Job llegó a extremos tales que a fuerza de violentas
convulsiones de su único ojo izquierdo, contra cualquier objeción que
pudiera parecerle, la montaba, la sangraba, la forzaba hasta el límite
justo en que su desesperación jamás nunca desaparecerá, aunque se
descuerne, aunque se descuerne.
Las diez mil vírgenes echadas boca arriba sobre el matorral gritaban
una copla a menudo triste y lúbrica.
Veo, veo, la Job, la leva, la Job se va a los puertos, tonto Lola a Job,
descarada la Job, puñetera puta.
El hecho de encontrar piadosa la copia de muertos muestra
abiertamente que mediante sinceras manifestaciones la mano ha llegado
a ese punto acaso inevitable de execrar la vida, sensatamente oculta en
cada cabeza se esconde una intención desmesurada.
Como fuese la época del celo aquellas prudentes transcurren
púdicamente alocadas, reclinadas o aponadas en defensa de sus
inmaculados virgos, en espera de la apasionada pilila del esposo,
consumidas en su pudor por el sofoco malamente disimulado e
intolerante para consigo mismo.

Entre aquellas las prudentes se halla la Job, doncella inmoderada hasta


la médula de su pendoneo, esto es secreto goce sonsacado de una íntima
y empeñada obstinación en el propio celo.

Aquella la Job a modo de licenciosas e intencionadas miradas hace


desfallecer, víctimas de la más sutil de la violaciones, a sus hipócritas
acompañantes, en el más vergonzoso de los sonrojos.
Job tene una moñeca untada de tea
e tene un pendón e tene un corsé
e se posa la torva concencia
e se la posa al revés
e Job que era mortoe, mortoa
Lo cual me agradaba sobre manera, era frecuenta en mi ese agrado
proveniente de las desviaciones ocultas del silencio y ante toda las cosas
un dulce sonido a muerta, a tacto de sudario inclinado sobre mi efigie de
leche aguantada hasta el incompleto amaneramiento de mis facultades
amatorias, insepulto.
Biografía Cíclica de la Muerte

Fase inicial no lucrativa

Llegó a recordar una extremaunción dejada en no supo que antiguo


recuerdo, quizás parte de un pasado que tal vez le hubiese pertenecido.

Debió ser el tiempo que extraviado en sus ojos, anegado en sus ojos,
hizo del olvido una nostalgia impensable, una amorosa blasfemia
entregada en forma de mujer, en algún lugar, en alguna muerte, que
como esposa obstinada le mostró la vida que cauterizó en herida
recientemente abierta, en oración perfecta, en tumba.

Durante años de fiebre provocaba en el deseo, sorbió un cáliz, beso a


beso, con la belleza de un Dios Virginal, fue por entonces que desde el
abismo concreto se despeñó contra la cima inalcanzable requerida ya
desde antes del tiempo, desde la caída primera, y si alguna vez
desdeñada la escala infinita, por cuyo único eslabón se trepa hasta el
principio y fin de las cosas, permaneció, no fue el agotamiento, fue la
nada empeñada en los ojos, la tolerancia cansada y yerta.
Espiralosaurio asomado al caos oscilante con pelos de punta sobre territorio con punto

Pero antes, muy atrás, antes de todo, hasta donde su recuerdo no


logró retroceder, hasta donde no alcanzó su dolor y su origen, ya se
negaba a sí mismo, allí donde nunca debió ser y no fue más que la última
esperanza de la desesperación inútil y ciega, perdida, última amarra por
siempre maldita, y suelta por siempre

Allí en la entraña del celo ya muerto, más muerto, más inútil, por
jamás, por siempre, por nunca maldito el nunca que no pudo ser, que no
fue mas que un intento desesperado de no ser jamás maldito y muerto,
después muy adelante, tan adelante hasta donde sus ojos no recordarán
jamás, hasta donde su dolor no alcanzó, fue tan después que el olvido
nunca recobró su sueño, donde la siesta eterna despertó a la nada el
círculo del dolor, cerró su ciclo la tolerancia, agitó su lecho y se anuló el
olvido, nunca recobró su sueño, abrió sus ojos perpetuamente muertos.

Durante sus años de infancia no fue hombre, fue tal vez un error, un
milagro sin saberlo, no era aun presagio ni suicidio, fue milagro, tan solo
milagro, no fue aun oscura cadena envolviéndose en su cinta trágica, fue
milagro tan solo.
Fase de lata natural con hoja de punta y capullo rutinario

Conoció a la serpiente que exorcisada fue esposa, demencia y amante,


capítulo inicial en la historia de sus cenizas, durante unos desposorios
inciertos hubo de consagrarse a la vida, durante una demencia hubo de
vestir el paño blanco de la vida.

Dios-Hombre arrasó su propio oráculo cuando en un culto fatal la ira


incontenible esclareció el equívoco y Hombre-Dios fue Satán crucificado
redimiéndose a sí mismo, vuelto a comenzar.

Nació una madrugada en la que la muerte se recostó en su frente, una


noche en la que el dolor ciñó su frente cual despótico corcel abocado a
un entusiasmo maníaco en una cabalgadura frenética cual despótico
corcel abocado a un entusiasmo maníaco en una cabalgadura frenética y
caótica y loca.

Surgió de un magma imposible de considerar, surgió de un nacimiento


atado al geocentro de la locura más estéril y grandiosa, divina, loca y
desquiciada, en la placenta estéril de un Dios lisiado y desquiciado.
Proyecto primario o Nube abofeteada o Pollo directo

En su calvario, mientras duró, solía nombrarse legendario,


sacrificándose a si mismo con orgullo de ofrenda reclinada en sí misma y
para sí.

Fue un dogma rebelde pensándose ocultamente con desprecio, aunque


mientras mantuvo su osadía algo más que ese secreto mimetismo casi
suicida ensombreció su rostro, algo así como la duda eozóica.

Todos sus días fueron días de culto, fue una víspera ya festejada en el
comienzo, sucedida, inacabada, atenta a un nuevo firmamento, su
testamento fue un pentecostés de muerte.

Hubo veces que asistido de una gracia lúgubre logró cruzar sobre la
infinita faz de la tierra un inacabable sudario, allí gravó un rostro
sombrío, después, inclinándose, lo adoró.

También, a veces, iniciado en el milenario agravio de las horas,


desfalleció, cuando en el blando orgasmo de un lamento, o en la frágil
esperanza de un seísmo inmensurable y último condescendió consigo.
Punto de los temblores concéntricos o Guardarrabos

Pero antes, muy atrás, antes de todo, hasta donde su recuerdo no


logró retroceder, hasta donde no alcanzó su dolor y su origen ya se
negaba a sí mismo, allí donde nunca debió ser y no fue más que la última
esperanza de la desesperación inútil y ciega, perdida, la última amarra
por siempre maldita, y suelta por siempre, allí en la entraña del celo ya
muerto, más muerto, más inútil, por jamás, por siempre, por nunca
maldito el nunca que no pudo ser, que no fue más que un intento
desesperado de no ser jamás maldito y muerto, después muy delante de
todo, tan adelante hasta donde sus ojos no recordaron jamás, hasta
donde su dolor no alcanzó.

Nació una madrugada en la que la muerte se recostó en su frente, una


noche en la que el dolor ciñó su frente.
II Biografía

Sugerencia límite de guitarra

Llegó a recordar una extraunción dejada en no supo qué antiguo


recuerdo, quizá parte de un pasado que tal vez le hubiera pertenecido.

Debió ser el tiempo que extraviado en sus ojos, anegado en sus ojos,
hizo del olvido una nostalgia impensable, amorosa blasfemia entregada
en forma de mujer en algún lugar, alguna muerte que como madre
obstinada se le mostró cauterizando en herida recientemente abierta,
oración perfecta en tumba.

Durante años de fiebre provocada en el deseo sorbió un cáliz, beso a


beso, con la belleza de un dios virginal y uno, fue entonces que desde el
abismo concreto se despeñó hacia la cima inalcanzable, requerida ya
desde antes del tiempo de la caída primera
Paleozóico

Y si alguna vez, derramado a la escala infinita por cuyo único eslabón


se trepa hasta el principio y fin de las cosas, desfalleció no fue el
agotamiento, fue la nada empañada en las manos, la tolerancia erguida
y quieta.

Pero antes, muy atrás, donde su recuerdo no logró retroceder, no


alcanzó su dolor y su origen ya se negaba a sí mismo, allí donde el nunca
debió ser y no fue más, que la última amarra de la esperanza, inútil,
ciega, perdida, última amarra por siempre maldita y suelta, por siempre
allí a la entrada del celo ya vivo, más vivo más inútil, por jamás, por
nunca por siempre maldito el nunca que no pudo ser, que no fue más
que un intento desesperado de no ser jamás maldito y muerto.

Y después, muy adelante, tan adelante donde sus ojos no recordaron,


no alcanzó su dolor, el olvido nunca recobró su sueño, abrió sus manos
perpetuamente vivas.

Nació una madrugada en la que el dolor ciñó su frente cual despótico


corcel abocado a un entusiasmo maníaco en una cabalgadura frenética,
caótica y loca.
Primera brocharda

Surgió de un magma imposible de considerar, de un nacimiento atado


al geocentro de la locura más estéril y grandiosa, divina y loca, en la
placenta estéril de un dios lisiado y desquiciado.

Durante años de infancia no fue hombre, tal vez un error, un milagro


sin saberlo, no era aún presagio ni suicidio, fue milagro, tan solo milagro.

Oscura cadena envolviéndose en su cinta, conoció a la serpiente que


exorcisada fue esposa, demencia, amante, capítulo inicial en su historia.

Durante unos desposorios inciertos hubo de consagrarse a la vida,


vestir el rojo palio de la vida, en su calvario, mientras duró, solía
nombrar legendario sacrificado a sí misma y para sí, fue un dogma
rebelde paseándose ocultamente con desprecio.

Un hábil mimetismo ensombreció su rostro, algo así como la duda


esforzada, eozóica.
Nivel de tendencia terminal

Hubo veces que iniciando el milenario agravio de las horas enmudeció


cuando en el blando orgasmo de un lamento, frágil esperanza de un
seísmo último inmensurable, condescendió consigo.

Todos sus días fueron días de culto de una víspera, atenta a un nuevo
firmamento, sucedida, inacabada, su firmamento un pentecostés de
sombra.

También a veces asistido por una gracia lúgubre logró cruzar sobre la
extensa faz de la tierra un inacabable sudario, allí grabó un rastro
blanquísimo, luego inclinándose lo adoró.

Dios hombre arrasó su propio oráculo cuando en un culto fatal la ira


incontenible esclareció el equívoco, hombre dios fue satán crucificado
redimiéndose a sí mismo y vuelto a comenzar.
Cabra de complejidad creciente en suelo natural

Pero antes, muy atrás, donde su recuerdo no logró retroceder, no


alcanzó su dolor y su origen ya se negaba a sí mismo.

Allí donde él nunca debió ser, no fue más que la última amarra de la
esperanza inútil, ciega, perdida, última amarra por siempre maldita y
suelta, por siempre allí a la entraña del celo ya vivo, más vivo, más inútil
por jamás, por nunca, por siempre maldito el nunca que no pudo ser,
que no fue más que un intento desesperado de no ser jamás maldito y
muerto y después tan adelante donde sus ojos no recordaron, no
alcanzó su dolor, fue tan después.

Nació una madrugada en la que el dolor era una noche en su frente…


III Tiento

Circunstancias eternas

El hecho de encontrar piadosa la copia de muertos muestra


abiertamente que mediante sinceras manifestaciones la mano ha llegado
a ese punto, acaso inevitable, de execrar la vida.

A veces las anguilas me rodean en el centro de la ternura, me


seccionan vertical y horizontalmente, acaban comulgándome salvajes

Un telar para tejer ropas de hombres con ropas de santo, no, un telar
para tejer, venas de hombre con venas de santo, no, un telar para
destejer hombres, destejer santos, no, un telar no tiene posibilidad de
filo.
Idea

Esa araña teje su tela con la misma oscura vocación de simetría con
que algunas almas coitan la tristeza de no ser dios.

Desatad a la tristeza de su anomia y encontraréis un fuerte


instrumento de guerra puesto al servicio del viento.

Hubo una vez en la historia de la sangre un dios oscuro y rebelde


llamado Perdón, engendrado en la triple cópula de gigantes, lujuria,
conocimiento y muerte, quien a su vez engendró una blanca raza de
hombres
Conversión

El niño que se ahorcó en el sexo de su padre, despertó con una luz en


los ojos, creció entre los edificios blancos donde bucean las gaviotas,
creció hasta alcanzar la superficie del mar de lar sangre, mar de la tinta.

Durante nueve meses batió sus alas, entre peces de luz y espuma de
signos, finalmente se le puede ver echado en la arena del tiempo
contemplándose en la distancia.

En la cruz de las calles, enormes letras te golpean la sonrisa, afuera en


la luz amarilla rápidas palabras rojas vuelven a golpear con el puño,
manos de mujer te golpean la cara, cien manos adentro golpeando,
durmiendo un sueño agitado de golpes.
Situación abstracta número seis

La voz de la mujer de las cartas, a veces sucede que la música deja de


sonar bruscamente y un gran disco de luz se descuelga lento, sobre la
pista de baile, luego reventamos dulcemente parpadeando despacio.

No quieres mirar dos veces la boca hinchada, oscura, dura, horizontal,


como un dedo acusador.

Siempre es sorprendente y desconsolador el significado de las formas


de la carne, convertido en la muerte no quieres escuchar su confesión,
pero cada noche hacinarás un poco más de miedo indefectiblemente.
Situación general número nueve

Perro famélico ciego de mirada infinita me dijo, en aquella hora


violenta, que la muerte es madre espesa atravesada de innumerables
trompetas, echada de bruces sobre todas y cada una de nuestras frágiles
muertes pero yo seguí corriendo hacia el espejo ubicuo del mar.

Caminamos donde un sendero virtual de lirios anochecidos y el sol de


la noche cegaba nuestros corazones sedientos de peces blancos de amor.

Asimos peces de ocultos lugares, hastiamos muerte en negros peces, el


tiempo era un exilio en nuestra manos, tonsuradas y oblicuas.
Sencillez del séptimo triángulo de la voz en corto o Fuente de Sangre

Hay lienzos metafísicos, la palabra triángulo, senos blancos, pájaros de


angustia, hay migraciones y escamas de sueño, en su mirada están
nuestras manos, redes en el pubis de los menhires.

Hay mares, brazos, dominaciones, oraciones como animales tangibles,


el ciego movimiento del amor en la mirada de los parques.

Ingerir un frasco de cápsulas de sol, viento y universo, ingresar en


cualquier hospital, regresar a un claustro, allí pronunciar la palabra del
futuro, yo me absuelvo.
IV Extensión

Fase de pelambrera pública y mensajería tubular

Aquí estoy, mirando fijamente los rubios cabellos de tus pies, los
dulces ojos de tus pies, los peces y gaviotas que los invaden y recorren, y
sé que ya nadie va a entrar a rescatarnos de este ámbito de sábanas
envolviéndote.

Traes un dios oscuro en la mirada, estás hecha como de hastío y de


calma de coplas, llagándote, lamiéndote el recuerdo con el que amas el
tiempo que tratas de encerrar en cada brazo, cada nostalgia, cada beso
que no ofreces porque no amas sino forzada en cada noche, cada puerta,
cada llave.
Jamás aunque lanzado

Estás hecha como sobre un oráculo de supuestas lamentaciones donde


te has erigido en Imago y te mueves arrastrando la mirada pero altiva,
negando el divino mandato pero reacia a ofrecer culto a cualquier
negación.

Desde ti, emergida de qué profundo pozo donde el ansia parece no ser,
me declaro amante de tu idea empujado al abismo despeñado en tu
existencia.
Lugar tesoro infalible o cómo remontar la vida

Desde tus ojos a tu orgullo llevas un mar de silencio no pronunciado,


una espesura de vírgenes sedientas de tu carne, de tu espuma, de tu
boca.

Entre un lodo azul te debates, te expandes contra ramas de dolor de tu


sudario que te llevan de la piel hacia la muerte presentida, susurrada en
cada labio.
Intuición agraria o las tres ventanas

Lujuria de un acto ciego y blanco para ordenar en tus manos esta


muerte, esos jacintos, mi corazón se extiende sobre tu corazón, como un
flujo, ora y crece hacia lo denso de tu mármol.

Piedad o aquel rostro tangible hasta el dolor que ya forma parte de mi,
ah si lo incontenible fuera, si lo último fuese hasta donde la capacidad de
amar.
La llegada de los armarios

Se hace hasta la muerte repetida injuriosamente, infinitamente ya ha


de permanecer abierta hasta más allá de la siempre insufrible boca del
dolor, boca abierta del jamás, la boca donde yací.

Si lo incontenible fuese, si lo último fuese, si fuese la muerte donde te


amo, capaz de sufrirte, capaz de sufrirme.
V Abisal

Nube de vinos – Restricción combinatoria – Almacén inmerso en la nostalgia

En la enfermedad todas las infancias tienen la boca, se desata sin dios,


los hombres de lujuria en ninguna parte son una respuesta, no pueden
los muertos, tienen las camas y sucesivamente de forma lógica penetra,
el hombre de un salto, en mi tumba sus manadas.

Hipótesis milenaria, los cuerpos ejerciendo su desesperado oficio, mi


interior de polvo, de pan que nadie come en una mesa, ojos de los
muertos en la sangre y al cabo un aguantar desde la sombra con la
rapidez del relámpago, más oscuras putas o rezar los reproches como
una camisa de fuerza en la nieve, los hospitales de noche, los niños caen,
se precipitan en el silencio, los caminos inducen a la lujuria, luto
primitivo de cerdo contemporáneo, bajo nuestra vida los copos de nieve
de pronto viciados de regreso.

Abro un encadenamiento de la perturbación de un texto,


cabalgamiento en definir de los sicóticos, rígido, obstinado, hostil
crónico del yo, el destino te persigue en trabajos lazo, apenas acá de
Alisia, tras manos de la culpabilidad, secuencia, excitación por el suelo
del autocastigo, abierta como para evitar un endurecimiento.
Rabo industrial narrativo con paraguas muerto

Tenebro esencial del sí mismo por escisión, conducta, mano, una


hospitalización a la conciencia adensada en lugares, pulsiones, síntomas,
significaciones, aislamiento, ternura, límite, clausura somática del niño
destruido en liturgia, estructura directamente invocando la posibilidad.

Abandono donde los cuerpos, una respiración, golpean, se reinciden,


se ignoran sin reposo, desgraciados, a trepar el hambre de trepar,
buscan desde abajo en la oscuridad, clavados a largos intervalos se
calman incansablemente, van y bocios por miedo en su carne hasta el
último vestigio de la madre.

Mientras devoran un culto se les puede besar pues les mueve la


necesidad de ascender un largo túnel sin salida, están agitados,
inmóviles, sin tregua, hambrientos, en túneles conquistados acechan
sexo, cielo gris invadido de morenas a contracorriente en actitud de
erección, conciencia y uñas dolorosas de afirmación hasta poder tocarse.

Se arrojan desatados como la tierra, como espectros reunidos del


hundimiento, lujuria de la liberticida atropellaron, es hermoso el aliento
de nuestro desconsuelo en ceremonias alrededor del yo, muerdo a todas
las recientes descendidas de sus formas, las bestias y los hombres, cual
alas su terrenal destino viven multitudes la carnación.
Evocación del tercer tesoro flamígero

Contra la angustia castrar hacia la madre cuyos hilos de infinito y


abandono, orar, de la masturbación un pene destino, ensucio la patria
de abstracciones, conductas, enfermedad, zona, mujer adulta por el ano,
sueño al amor o bien delirio de mutilación genital, esposo por el acto,
muerte, melancolía, narcóticos, aislamiento, introyección, fijación,
desplazamiento, renegación, conversión, evitación.

Se extingan como rebaños sacudidos su esfuerzo en ministerios y


hordas y brazos consigo, somos facultades, zonas profusamente por
mover el orden de la viña a otras regiones, no es posible urdir lo mismo
que Lázaro.

En exterminio ubre pues lucren debidamente la densa indulgencia,


encárgueseles se incomuniquen contra ello, las pasiones puedan
recluirse en la plegaria durante años en centros especiales, recto
sendero para borrar manchas de nuestra conciencia y podremos celebrar
mayores frutos, las miserias como rebaños se extingan.

Golpes tengamos como pulsos lo semejante, yo Tántalo descender la


tinta de mi pecho o sangre volteando parapléjica, los tribunales abrasar,
rigurosa la animal condición del cosmos desbocado en hostia inextensa a
hozar, instrumento para segar, introducir, encarrilar, encarnizar
Referencia indígena

Haciendo cuerpos cicatrices en boca de abrirme, penetraciones, la


terquedad de ayuntar las bocas anegando, jadeante, cuerpos blancos,
uretral ascensión al rumbo horizontal de la noche, a cabalgar la sombra,
ensogar los ojos que abren senderos en las aguas, no obstante
enclaustrar peces, segamiento o dolor o rodar los escenarios linguales de
este mar.

Orar peces, babear peces, sajar peces cruces o mirada obsesional,


anguila luz, lo oscuro erecto que es la luz y menos cercenando el aliento
de tus manos enraizadas, arcaizadas palomas las manos transgrediendo
el paisaje significado en esta oscuridad labiar, un ámbito de redes con
algo frío y manso, el costado sinuoso, suceder versos frágilmente,
cuatrocientos rígidos, es cierto las manos ya cerradas pero tendiéndose,
voy a desatarlas y el dolor posibilitará un horizonte al adviento de alas
signos, mansas volverán introduciendo al acto la negociación en viento
terco hacia la sed, abrasar a veces la sumisión a la tinta extingo en
abrasarme yo, inutilizarte, utilizarme, abrazar.
Peine cristiano o el despertar de los episodios

Instigo sanarme del antiguo dolor de la herida, mi muerte por el


regreso al hombre sin órbitas buscándome enemigo, nuestros brazos, la
tiniebla exacta de mi cuerpo desciende, separar las manos de la carne,
oscuro origen, ejecutar la carne en el frío de la carne inmóvil, lo que me
obligó a las cruces mezzosopranos yúnquicas, cruces diseminadas en la
noche pasiva del sentido letal del cilicio.

Esa araña teje su tela, con la misma oscura vocación oirán las almas su
tristeza de no ser dios, tejer venas con venas, destejer hombres, tejer
santos, un telar no tiene posibilidades de filo, arrojad las palabras, los
muertos contra los filólogos, los poetas, los santos, los muertos, que
sepamos la intrincada sed, estatura de madres, niño que se ahorco en el
sexo de su padre creció con una luz en los ojos, creció entre los edificios
blancos.

Donde bucean las gaviotas creció hasta alcanzar la superficie del mar
de la sangre, mar de la tinta, durante nueve meses batió sus alas entre
peces de luz y espuma de signos, finalmente echado a la arena del
tiempo se contempla en la distancia, perro famélico ciego de mirada
infinita, me dijo en aquella hora violenta que la muerte es madre
atravesada de indecibles trompetas, echada de bruces sobre todas y
cada una de nuestras frágiles muertes individuales, pero yo seguí
corriendo hacia el espejo ubicuo del mar, desbócame en tu cuerpo, mar
entiérrame a tu sangre sortilegio y crezca la palabra en el labio mineral
de mí, tonsúrame tu alta sombra, insemina mi frente de gaviotas.
Residencia auxiliar

Rodéame tu arteria los ojos del sueño del tacto, anega la estructura del
ansia, derrama el vaso de la sed, extiéndeme a tu púrpura de légamos
donde una letánica ola de recorrernos en la sola dimensión de tu lengua
vertiginosa, liturgia de umbilicales peces asidos horizontales al
surgimiento, verticales de generar.

Jardín constante de la desolación sujeta en las manos, sien obstinando


en dirigir sus pasos hacia la luz oscura, soga de regresar, madre, norma
de regresarnos derramando antílope tus ojos avizorando, gruñes y
gimes, tratas de regresar un pulso y matas el horizonte inasible, ala o
beso, enrojecida de llanto, tercamente mamando la ciega condición.

Otra vez el turbio latido, el viento otra vez gestando un orden,


enhebrarme, trazar, atenazada entre mis muslos la rosa, palabra para el
instinto que somos en la mañana, levantado sobre la esforzada muerte o
pueblo menhir que abre un extenso territorio en el horizonte de las
bocas.
Terraza no nuclear

Introducirme en un cuerpo que se confiesa contra el cielo, cada aurora


una blasfemia erógena me recorre y esfuerzo la sangre donde una
sacrificial mueca de poeta vertiginoso que siega álamos de sueño,
abismarme a la entraña palabra, rodar abrazando raíces de tiempo,
rodar el desfiladero de la luz, intervenirle de un solo tajo, succionar
como abeja terrible toda la bondad, su claridad.

Esos jacintos como un influjo mi corazón extiende, sobre tu corazón


aman y crecen hacia lo denso de tu mármol, no quieres mirar dos veces
la boca hinchada y oscura, dura, horizontal como un dedo acusando, no
quieres escuchar su confesión convertida en sombra, a veces las anguilas
te rodean, en el centro de la ternura te seccionan vertical y
horizontalmente, acaban comulgándote salvajes metafísicos lienzos de
angustia, pájaros, triángulos, senos, pájaros blancos, pájaros de
angustia, migraciones y escamas de sueños y brazos y dominaciones,
nuestras manos redes en el sexo de los menhires pájaros, el ciego
movimiento de los panes.

Oraciones como animales tangibles, hastiamos muerte en negros


peces, asimos peces en ocultos lugares, el sol de la noche ciega nuestros
corazones sedientos de peces blancos de amor, la libertad exilio en
nuestras manos tonsuradas, oblicuas de besar a bocas, no quieres esos
jacintos.
Un cartel escandinavo con peine en estropicio

La oscura enfermedad de besarte, en el silencio emergen, de besar en


brazos, prolongad los muertos exaltados, melancólicos los muertos,
trepidad vuestro sexo unánime hacia el pan nuestro donde la sal y las
banderas.

Gesto tu palabra, la tienda abierta a mi alrededor, tu silencio, tu largo


tiempo en brazos, a la sangre ateridos hijos entrego, a la derrota de mi
lengua vorágine de tu sexo, terca conducta de la sangre, ciega geometría
de los grupos hermano.

Transgredir madre eugenésica estrechado y o hermano estrechar


madre eugenésica transgrediendo, taladrar, inhabitualizar este
encabalgamiento de negra oral emancipada a la gangrena interior,
millares, billones de palabras bien ritmadas, trillones, a copular el
espanto.

Cientos de agujas, caballos para inyectar, catapultar la tanática


sombra, oblicuo bronce de cristos, fundida la inexorable,
acontecimiento, esperanza, masturbación calvárica de las verdades,
dignidades, verdades, dignidades, verdades, y así hasta el canto donde
amanecernos, sí creo, irrumpir violentamente despacio sobre uno mismo
mutilando, esperanzando.
Tranvía de la luna

Descalzo la propiedad, el texto mandamiento trazarás, conjunto de los


signos de la gehena estirpe, otra mejilla, estructura enemigo añadida en
la boca que procede de la conciencia, como objetivo el cambio, curación
del hombre hasta las raíces del fruto maduro ,homicidio del hombre, su
comienzo sujeto a juicio matarás, historia de la salvación en zoos,
obsequio, honor, culto, criatura, pues naciones reptan sobre la tierra de
tu prójimo y animales y preceptos conducen manos, la tiniebla multitud
en desarraigo y tribunales y familias de la azada en golpe.

Pueblo en asamblea de sus manos habita de las cosas el origen, su


sacrificio un largo ayuno de hostia la luz, el tiempo negras manchas en
nuestras camisas, víctimas eyaculada holocausto a holocausto.

Ciega herramienta de alumbrar, derrota de la luz, lengua de generar la


sombra, de generar la terca invertida cruz, ojo ubicuo, de qué
surgimiento erectando hacia el pan y la sangre, por qué extraviada
penetración, gestación, la sierpe abrazo embargando la entraña, danos
finalmente el costado de permanecer teorizándote, resolviéndonos.
VI Teorema

Prototaxias

Recuerdo una luz cenital entre mis manos, muy al comienzo, en el


origen de esta tempestad, cuando la consagración del acto.

A través del cuerpo inmaterial de sí misma, plegaria y sueño, tu lengua


luminosa y oscura del hombre abandonado a la turbia racionalidad, se
agita, gira, engendra, ejerce de ángel de la muerte, un cuchillo sin rumbo
a tientas de regresar el trazo de la sangre hacia el origen.
Parataxias

Y lenguas fiebremente vertidas, investidas donde actos como


serpientes de mercurio, aman, golpean al prodigioso labio del
entendimiento, anidan o violentamente concertadas, solitarias, lloran
hacia légamos heroicos del bronce, amenazada, densamente trenzada
resbala ágil la luz silente de la muerte, encrucijada

Forceps surcados en el insomnio, a nosotros naufragio seminal de estos


brazos estrechándose ciegos más allá de las palabras extraer a la
memoria el silencio como un féretro estatuado en sal.
Ramazón seductora o Trote sencillo

Sacrificial danza del olvido recorriéndonos umbilical, trepada palabra


a la red del topacio, amanecer de esta sangre tan herida y derramada
tanto.

Arcángel de la intrincada sed, sintaxis, arcanamente compulso la


irrespirable invitación a la luz, insinuación a lo uveral, los hechos y las
leyes trepidar, como se niegue la blancura.
VII Analjasilasa

Tres síntomas agrarios copa de trigo

Ladra conmigo hermana, ladra, que nos asistan en el hondo de este


cuarto cegado de vísceras execradas por la luz.

A trepar con nuestros hábitos en crudísimo ascesis hasta el potro de la


letanía que ayunte la confundida sangre suicida, renaciéndola a habitar
la candeal extensa tiniebla del amor, para mayor gloria de nuestros
prometéicos segadores.

Lo que hacen esos negros con sus manos en tu carne con mi lengua.

Axial atroz… el rojo, le dije a Paloma, que entre sus brazos me supo
consolar del tan abierto y próximo incineramiento, ya tarde ha de llegar
la calma a este sueño y esos pájaros al fondo… de Sargazos.
Caña

Es que comienza el tiempo de la desenfrenada oral que desgarrar el


paño, no llueve en el cuerno, la sombra amenaza al hambre, dicen las
voces, se completa la sed, las madres se alejan hacia las hienas que
amamantan a sus hijos.

En algún tiempo esos hombres ligaban sus cuerpos con redes y


ganchos, pendían libres las mujeres ofreciendo el sudor en sus ingles,
gravemente a mi alrededor ofreciendo…

Y qué decir del absoluto sometimiento de sus labios cianóticos, sus


dulces ojos a mi alma impregnados, sumidos los pechos en el deterioro,
lacerados de tan insoportable…

Ocurriéndome el vómito entonces y el canto… los órganos mutilan y


esparcen el lodo donde crecer la bifida lengua intercostal que hace
mentir mi boca ante el logos y las ratas.
Luna

Extensa la rata mítica en nuestra bandera izada de nuestra gangrena, la


gran rata insomne que nos mece en esta charca apacible del instinto,
charca horrible del amanecer de cobre.

Y yo últimamente algo hesicasta, exégeta de la luz y las heces, nos


auguro ateridas babas que desollar tan pronto, donde mercaderes
eunucos nos penetran sus manos en el esfínter de gestar, proletáricos
vástagos que en sus aciagas máquinas tejen el estiércol con que abonar
sus campos de obscena leche y rodamientos.

Más qué decir de los amputados miembros de los albinos vivos que
atraviesan solos el desierto de la lepra masticando el terror en sus
empeñados ojos de regresar amputados, miembros de los albinos vivos
vendidos en las carnicerías para la liturgia sacrificial diarreica de coltán y
sangre…
Tercera maravilla

En los altares ciegos de la culpa primordial que tercamente tragamos


muñón a muñón, albinos vivos amputados por traficantes de la carne
albina para atávicas ceremonias en los altares de la saña, a cuestas con
su carne atraviesan mataderos.

Y qué decir aún de sus almas inmortales que esputan la arena terrenal
contra el viento amarillo de la distancia endémica y la fiebre…

Dejadme ahora sorber de la dulcísima hiel menstrual de esas vírgenes


entre el fragor de sus muslos para mi iluminación y la tinta…

O esas otras embriagadas en el aclitórico luto de su velo envueltas,


enjambradas entre desenterradas precámbricas monedas revolcadas
ofertando sus desnudos blancos ojos de oscuros pies postradas ante
nuestros mesopotámicos hermanos.
Maravilla número nueve

Siendo los lejanos amarillos quienes amenazan e inundan nuestros


jardines de comederos y plásticos, mientras nuestras bocas aserran la
oscuridad de las aguas, escualos y estrellas migratorias incluso nos
privan del preciso mercurio de nuestro pan.

O hasta cuando soportará esta Isaac multitud, como dije, la agónica


espera, el prometido hachazo Ibrahímico, la hastiada zozobra de
aguardar el histérico golpe psicótico místico.

O acaso sea enajenadamente deseable consumar una matanza nueva


donde todas comamos cerdo…
VIII El Murmullo

Oh tiempos aquellos cuando pisábamos los charcos con frenesí absoluto

Oscar el Jipi, vivía a donde una hermana suya, puta, o en una puta
cueva en la parte alta de la portuaria fenicia Cartagonova (actual
Cartagena; de la mili de aproximadamente la mitad de nuestros tíos
abuelos). El último chiste que me contó era ese en el que El Papa
despidiéndose de los famélicos niños africanos la pifia, apostólicamente.
Oscar te decía: mírame de perfil; y se ladeaba diciendo: ¿¡Jesucristo o
Manson, a quién!? A quién ves? Oscar tenía efectivamente esos dos
rostros . En una ocasión en la que nos encontramos, él apeándose (le
fascinaba apearse) en la estación; sus primeras y sorpresivas palabras
fueron: ¡Antonio este año! ¡No pasa de este año! Me suicido. En Orihuela
solía dormir en un vagón abandonado, o en los pesebres de las cuadras
del ejército (por entonces las había) amparado en el calor de los
animales. Oscar García García decía el jipi que se llamaba; García es un
apellido hebreo decía. Que se había criado en un orfanato, es muy
probable; que su padre trabajó durante años en el Perico Chicote,
porqué no. Oscar, que ahora tendría la edad de su gran ídolo Bob Dylan
ciertamente pasó gran parte de su vida en las calles, cuando no
encerrado a voluntad (eso sería otro tema) en algún psiquiátrico.
Aquellos que lo conocisteis, seguramente estaréis de acuerdo conmigo,
en que Oscar el Jipi se mereció nuestro recuerdo; escrito. Sus sonetos
son de la talla de los mejores, en la historia de la literatura. Su obra, lo
que hay
M-78-3/579 10-1-17 20:19

Viejo escribió sin asunto: en microrregiøn existe con cierto éxito en


microrregiøn un libro… ya todo está dicho en él... de modo constante se
narra la historia (la antigua y la inmediata historia eterna y la historia
no) eterna de las cosas ocurridas o no… abiertos ... los cuantos estados
coyunturales de la materia... abiertos creo… ¿lo he dicho?... de la
materia futura de la materia otra y de la impúdica no materia… no es
como... creo estar allí a veces cuando viejo escribió sin asunto: un libro.
Brunolego. Cero
M-78-13/579 13-1-17 17:57
Siendo así habremos de obrar sin testigos ni testimonio sin puertas ni
escaparates sin baldes oh costumbres ¿Dónde podremos entonces lavar
nuestros pies hartos de labor alguna? ¡Manueęh!
M-78-16/579 13-1-17 19:35

Con abismales avistamientos u otros y tantos como (sombras semos)


los soplos. Salud Os. BrunolegoO
M-78-18/579 13-1-17 20:50

No me disgustan estos murmullos tu!uyos Manueęh y hasta la in


(conveniente y certera) manejando forma de afrontar (confrontar) su
alma: la nuestra? pelota; ¡Sal! U dos sīgam Os...
M-78-26/579 15-1-17 20:54

Cura escribir: más allá de cualquier otro más allá cura: porque escribir
sin vanos afanes (es lamer) estilísticos es lamer: oh lamerse sin cuento ni
cuentas las llagas sin bragas a ser posible... mis palabras en su tinta... me
descargan (como semen) publicadas ¡o no!: echas público: me son
terapia. A mi las palabras... y si están bien hechas
M-78-32/579 16-1-17 19:20

Controla dios sus instintos: lujuria conocimiento: muerte vida: lugar


origen: vibración y rumbo: o descontrola él sus instintos dios mediante…
que te den dios mioh… ¡que te den! Enero final. Brunolego. Cero.
M-78-41/579 17-1-17 16:05

La aparición en mi vida de esta sombra marcó un antes y un después,


no obstante ¿Conseguiré finalizar? ¡Juntos nuestros días en esta cuadra!
¿Desatarme? Su aparición la asocio indefectible a los genitales de mi
madre, cuando la lactancia. Fue a la par que alguien diera brusco la luz,
que yo quedara atado a ella. A menudo la pateo con toda la dureza que
mi desesperación me hace acumular contra... ¿quién?... quién me ató a
ella en esta especie de cueva inmunda y... por momentos algún rayo de
sol se filtra por entre las rendijas en este antro a las afueras de todo,
creo... recuerdo cuando volaba; blanco, surcando los cielos océanos... (A
mi se me acaba a mi la botl)... Si, tengo el recuerdo preciso de esa otra
vida en la que volaba. De: recuerdos de un bebedor: memoria de white
horse
M-78-42/579 17-1-17 16:31
En su formato de 64-pgs distribuidas en un cuadrado mágico 8*8 la isla
no es otra cosa que la zona del espacio donde tiene lugar el juego de las
madres (el natural juego de las damas) que traen a la luz a monjes-
guerreros que luchan contra el tiempo (el artificial juego del ajedrez) y
siempre pierden porque los monjes-guerreros somos el tiempo y en
nuestra lucha contra nosotros mismos siempre salimos derrotados pero
nuestra derrota es nuestra victoria
Bięn ehchoh muneco diohs te tateh. Ñ
M-78-63/579 19-1-17 19:59

A estas alturas y aún esperando vivir lo que no esperaba, quizás por


eso: me es principal y disculpa el tono. Nunca y menos ahora ha sido una
pose evasiva mi ocupación en lo más importante de esta vida, que es la
otra. Mis certezas no son un cuento y cuentan. Para mí cuentan.
Hermano.
M-78-65/579 20-1-17 2:21

Uno: a sistir a:
Dos: tonsura suelta
Tres: Andrés
Cuatro: tomar en consideracíon todos los consejos otros
Cinco: por el culo te la inco
Seis: las que tu tienes
Siete: Oh de nuestro embarazo este, qué calvario
Ocho: e=maricones sueltos
Nueve: número pri!!moh
Diez: hora dirnohs
Tonta. La Ñ
M-78-67/579 20-1-17 21:15

Adler el discípulo más obscuro de Freud, decía en alguno de sus libros


que yo he manoseado (así es como mejor se aprende en mi caso) que las
personas formalmente anormales ahhnormal es aah normal es
desarrollamos un especial instinto de supervivencia, algo así como los
ciegos pero menos lïricoh: por lo cual y procurando no desmerecer a
Adler te diré: el alma de mi la poya normal es como poco inquietante
muchacha. Poco apabullante pero incierto tanto como los está dos
coyunturales del otro modo de mi talmente oh así es que sé lo que no sé;
hasta lo que no se séssabemos alguna por Sï tepreguntaas por mí. Dí le
que siguió... siguió hasta su propia alma cen de latas intentó
M-78-67/579 20-1-17 22:07
¿¿Es en el libro de Urantia, Libro Egipcio de los Muertos, Kibalión,
Evang4lio de Valentino, BAgaVABADGITAh!? ¿¡Siete sermones a los
muertos!? donde Jung habla de Abraxas (pregúntame por gua tema la) y
algunos oohtros donde están tus res puestas a mis incoohrdios: En todos
ellos está de algún modo expuesto el asunto ¿imposible? de la
reversibilidad cuántica o lo que es lo mismo; puede se verdad y no haber
pasao o lo del niño que contestó, la f3 es algo que dios les da a los
hombres para que crean en los curas: El Es-No-Es , o lo que alguna vez
fue: ahora: nunca ha sido. ¿¡Y que!? Ñ
M-78-68/579 20-1-17 22:53

Hemos llegado a las 80-pgs y 80-es número mercurial que conduce al


tálico-81, al plúmbeo-82, al bismútico-83, y no hay números-atómicos-
estables más allá de la frontera bismutal, más allá es el reino de la
decadencia desintegrativa que retorna al plomo por cuatro vías, al
plomo del color de la piel del lobo gris que en su madriguera sueña con
el viejo que vive en la torre, sueña que beberá su carne y comerá su
sangre, sus pisadas comenzarán a dejar huella y comenzará el flujo
laminar del tiempo del mundo, de nuestro mundo, que todavía no ha
sido creado porque yo, lobo e hijo de lobos, todavía no he despertado
del sueño que sueño en esta madriguera excavada en el desierto en
donde vivo, lejos de marverde, ese mar interior por donde navega la que
alguna vez fue nuestra isla, la que alguna vez fue nuestra isla, la que
alguna vez fue nuestra isla
Quê tiempos! Manueęh?
M-78-79/579 23-1-17 18:08

Todos los grandes hombres como eme punto susarte oh


migueelperezgil u otros tantos todos sin la mayor mínima duda están
sujetos cuando no siendo abrumadoramente objetados lo cual no sólo
destiñe sinomás menos mal puesto que su desteñimiento admiramos los
terribîlicamente teehñi!dos de azulete y cacapïs o quê; no obstante y
siendo no menos cierto lo cierto que lo incierto me atrevo a trazar con
atrevimiento súbito las trazas de una trenza que para vos ohtras trenzo
de usados pensamientos de ultratumba y tal pascual hasta lo más allá de
la materia post uma turman. A la vez que mis pecados sin pez vos lanzo.
Lo que menesterosamente acost -umbro hacer en el umbrío Senegal de
mis costas entendederas palábricas oh marismas oh lamentos oh
tiempos aquellos cuando los charcos pisàabamos con frenesí absoluto...
oh sahalutreehs
M-78-119/579 31-1-17 19:21
Todos los grandes hombres son personas que disparan al teclado
Bruno se rompió un hueso cuando intentaba romperse otro y lo
pusieron de patitas en el amor
¿Todos los glandes hombres que disparan al romperse el teclado
gruñen de amor hasta romperse el otroh?
Río ascensión regreso: Oh rambla obstusa de la vez encava cavar la voz
en la tinieblasalsa
M-78-122/579 31-1-17 22:03

io por mis partes os cuento cuentistahs , entre los 14 y 16 leí todo lo


que en la biblioteca había de Federico Dostoyevski como una puta perra
enloquecida (quê recuerdos los de la antigua Biblioteca Palacio) A los 17
y encamado por una crudeliiidima almohrrrrana devohré a Márquez;
Garcia; Gabriel. El verano del 1977 a la par que atónito asistía a la
inefable agonía y mueerthe de mi abuelo Primitivo era su nombre; no
dejando de no preparar mi selectividad, leime y obseso releime el jodido
Quijote . Los veranos han sido el lugar de mis siempre obsesivas lecturas;
el del 75 fue el de Oficio de Tinieblas 5; hijoputa de Camiloh Ozé y así
puuu edo no tanto como vossatros perro muchitanto come chiertto
tanti. A menudo releeo a Ciorán cuando me pajeoooh y tal. Sal ud y tal.
M-78-128/579 1-2-17 18:18

Todo lo que nos apartare de la jaula es transgresión cobarde de los


instintos primeros que a la jaula nos suman, cosas ocurridas juntas en la
entraña jaula nuestra de cada día; de luz. Oh noches de siembra
hermanas. Oh tanta siembra que sembrar a cuestas
M-78-138/579 8-2-17 11:54

Oh Jaulas en la conducta de las jaurías libertades habremos de


establecer. Oh vientos de la carcelaria jauría nonos sofoquen mientras
tanto enjaulamos alas Jauriajaaulas
M-78-140/579 8-2-17 13:04
Newton, Lázaro y la Cabra se enfrentan ineluctables a Judas mientras
Jesús el Cristo se pajea amenasante ante las vírgenes catorce mil , sin
más dios que la afisión suya esa, y la iglesia cómplice de panes cuando
no planes y peces de criadero; panga vietnamita si no más, ni menos
fïisica que la de aquel impenitente otro bebedor de absenta llamado
Diógenes el Cínico que mientras en la plasa público se la meneaba
comentando: ojalá el hambre al igual, se aliviara con unas insanas
fricciones en el estomakøós. Mientras aquellos otros Newton Lázaro y la
Cabra arreándole a Judas en toda la cuántica bisesual bisectriz. Y estas
son cosas que a la memoria de nuestr@s hij@s convienen
M-78-167/579 10-2-17 14:07

A la iglesia cómplice de las cosas ocurridas más turman de los últimos


patológicos instintos primeros que los tiempos nos asistan siendo
abrumadores sus manejos me atrevieso cómplice de los humanos nunca
muñeca haya de lavar clavarles habramos donde se abra la luz iérnaga
sutil de los amores sucios ¡No!
Ni tan lenguas como cómplice de las palabras sellos siete y copas y
troompas berreen so los altares saltar no!
Ni si el canto hubiera de las sombras que los ataúdes segaren muñeca
nunca hayamos de procelosos proceder ¿en contra quién entonces?
Aunque las palabras fueran afiladas dagas aunque las cosas ocurridas
fueran intestinas manchas en nuestras manos ¡No!
Muneco nunca muñeca nunca hayamos de transgreer lo necesario para
más gangrenar la cotidianeidad nuestra genital de muerth!eh palabras
fueron sellos siete y sus copas y sus trompas siete ¿Sierto?
M-78-177/579 11-2-17 23:47

Copla a la muerte de mi padre


iaguo guare cheasa
maigua nemttá
oproobio simttá
cheasa maigua nemttá
oproobio simttá
tuumba
M-78-184/579 12-2-17 18:36
¿Dónde la imnótica desarmonía de los abrazos se trenza?
¿Donde la sombra nos cuenta?
¿Dónde la cuenta se quiebra?
M-78-191/579 14-2-17 18:51

el murmullo
recuerda
el bramido
recuerda
la memoria paralizada despierta ladrando
en hachas de leñadores
M-78-192/579 15-2-17 00:16

¿Ladra la jauría?
¿Dónde ladra la jauría?
Fuera de su jaulaula
Laáhaulaaa del otro contra tus negros encava
Cavar la cuenta del otro contra tus negros
Encava cavar ¡¡¡¿La jaaula auuula?!!!
M-78-195/579 15-2-17 18:54

Samgree en laa Samgree del texto


emssogar la saamgre em laa
Samgree del texto emsogaar laa
lussss em laa saassaánida
saamgre de laa lussss laa lussss
em laa aaa Samgree emsogaar laa
cuenta de laa samgrrre em laa
saamgre de laa luz aceptar
laa saamgre en laa lussss laa
Samgree asseptar laa lussss
asseptar la cuenta em laa
saassaánida saamgre de laa lussss
Asseptar la cuenta
M-78-203/579 16-2-17 23:54
del pensa mientoh
Paradójico o cómo rentabilizar tus propias ¡contra ficciones! Leer sin
urgencia a Jung junto a siniestros abramos nuestras manos no me gusta hablar
pestes de las palabras que se me es de muy mal ¿Abraxas? o no jodes tanto
como en el que se te la cuenta de las cosas ocurridas fueran afiladas manchas
en su contra tus medidas te den dentro de las cosas ocurridas fueran
intestinas no tantos temores vencidos hasta con la materia y no me gusta
hablar pestes de las cosas ocurridas fueran afiladas manchas en su contra de
las cosas ocurridas fueran afiladas dagas de las cosas ni si el que se te a las
cosas que se la que a lo cual y de la cuenta de las cosas ocurridas fueran
afiladas manchas en su contra el más de las cosas ocurridas fueran afiladas
dagas de las cosas ocurridas fueran afiladas dagas de la cuenta transgreer ah si
el que se te lo que se te lo que se te lo que se te la materia a las cosas ni el
más o no es el más o no es el que a la que se te a las cosas ocurridas o a la
materia a lo que tu texto no es a la materia a lo que tu texto me lo de la
cuenta de las palabras fueron habladas las cosas ocurridas o a las cosas juntos
nuestros consejos otros menos más y no en el que a las cosas ocurridas fueran
afiladas manchas en el del texto es a la materia de la que se te a las cosas
ocurridas o el del texto me es el juntos nuestros consejos otros menos juntos
nuestros días en su juntos nuestros días juntos nuestros consejos otros menos
cierto lo que a el que tu texto es el que a o no bien una muy especial fortuna
las palabras que a lo de las cosas ocurridas o a lo que se la que el del no me lo
de lo de lo de las cosas ocurridas fueran intestinas no me gusta el más y a lo
que el del texto es el del texto es el que se me es a la cuenta de lo de las que a
las cosas ni el que el del no es el del no es el que a lo de las cosas que a lo cual
se me es el que se te la que se me sin más o no digo por el más o lo de la
cuenta de las lo de lo la que lo cual se la materia a la que el más y a la que a lo
que el más y no me gusta el del texto es a la que a lo cual se te lo cual y no es
de las lo de la que el más y no es a la que a la cuenta transgreer la cuenta
transgreer la que a las lo cual no es el que lo de las lo que en el que a o lo del
texto es de lo que a las palabras fueron ellos sellos siete y a las lo cual y no tu
el del ser en tu voz por el más o lo la muerte a las palabras fueron habladas las
cosas ni a las palabras que en el del texto es a la muerte a el del texto no en su
juntos nuestros consejos otros menos te a la muerte a el que en el del otro
bebedor o tema de mi el que el que en el menos cierto que en su juntos
nuestros consejos otros menos mal cierto que a el más de mi la muerte a la
que el del no es el del texto no en el más y no es a el del no cierto que en su
contra el más y no en el que en su juntos nuestros consejos otros menos más y
a lo cierto que en su contra de el que el del no en lo de la muerte mi es de mi
es a la que a mi es mi el del cuerpo
M-78-212/579 17-2-17 20:16
¿Tal vez su aliento sea pastor de los rebaños de Poseidón el (((que a las
miríadas de sardinas ciegas migrando a mares desde Ciudad del Cabo
conocido ((entre hombres y dioses)) por su atrabiliaria y constante
volubilidad ¿cuåmttica? hasta Madagascar))) mismo que a esas sardinas
aliente?
M-78-219/579 18-2-17 12:37

Meditaciones Corintias
Encargos, exhortaciones y saludos
Si llega Timoteo ahí, mirad que no se sienta acobardado entre
vosotros, porque trabaja en la obra del Señor igual que yo. Que nadie
pues le tenga en poco, y encaminadle en paz para que venga a mí, pues
le espero con los hermanos. Cuanto al hermano Timo, mucho le encarecí
que se llegara a vosotros con los hermanos; pero no quiso en modo
alguno ir ahora; irá cuando tenga oportunidad. Corintios 11:13
Qué cosa, esto si que es texto Manueęh
M-78-234/579 21-2-17 18:27

Efectivamente la Biblia resulta ansiolítica en algunos casos, que sea


carcelaria es paradójico a veces y curiosa en sus manejos, la mía no
obstante no es tan de cárcel como otras que sé que sí lo son hasta la
sospechoso algunas, yo he tenido suerte con esta que no es de arrimarse
a algunas cosas otras que a ningún buen puerto conducen, y pues bien es
hora de despedida ahora hermanos quedad con el señor en su obra que
es hora ya del almuerzo.
M-78-235/579 22-2-17 11:49

Tus solariegas cuentas incuestionables cuan incompletas si abarcables


sobre la cubrición de las hembras en sus cabezas me irremediablemente
recuerdan aquella otra preocupación un tanto bizantina de la gramática
generativa o transformacional de los americanos por dilucidar de entre
las infinitas formas que el lenguaje nos posibilita, porqué es la que
elegimos la que elegimos y no otra. Qué cosas Manuel y tu cohercitando
el texto en su Su y no de otro modo es que a los corintios cohercitas.
M-78-240/579 22-2-17 14:27
Nácar Colunga y Bover Cantera
fueron en petición de ayuda al dios de
los corintios a una fundación suya
sobre los Santos Montes de la
benevolencia pedirle al dios y así le
dijeron, oh dios benefactor de tantos
temerosos tantos como pulgas en los
perros de Gestemaní y tal danos
también a nosotros algo de capacidad
exégeta pues turbios como charcos de
barro son tus textos y complejos como
el más complejo texto que nos encava
cavar la cuenta transgreer y complejos
como la cábala gnóstica sino más sino
que nuestras entendederas palábricas
no nos alcanzan para tanta
complejidad babélica de tus textos
¡dios! Oyéndoles a estos y aplacando
su ira normal en el dios de los
Corintios a esas horas de la siesta con
estas palabras los despachó idos hijos
de qué mala pécora idos con dios y
mis palabras estas e interpretar a
vuestro libre albedrío que para eso os
lo entregué, aceptar. Y así es que las
cosas ocurridas fueran intestinas entre
dios y sus manejos, Nácar y Bover, los
ínclitos si católicos interpretadores de
lo ininterpretable.
M-78-240/579 22-2-17 16:30
Infiernos y Cielo

Una tarde le pregunté a Pedrito sin más ¿esos cielos que dices que
conoces y esos infiernos que también me has dicho en los que has
estado en qué consisten exactamente? Pedro me miró preguntando... y
sin más comenzó a largar con su peculiar modo síntesis para no alargarse
de contar, en Foncalent en el psiquiátrico me inyectaban anfetaminas y
luego me ataban y me cerraban la boca con esparadrapos y me dejaban
allí durante días, eso era el infierno (¿allí dónde? le pregunté) en un
cuarto, yo ni sabía adonde estaba, eso era el infierno eso me lo hasian
para que yo no quisiera volver allí en mi vida para que yo sufriera tanto
que no quisiera volver... para que no volviera, estaban tan hartos de mí
como yo de ellos... eso era el infierno. Transcurrió un rato y sin más
continuó, cuando mi maere aun vivía y aun estaba bien y yo estaba bien,
los domingos me acuerdo que yo me sentaba ahí debajo de esa higuera
al medio día esperando el cosido y fumando yo por entonses me fumaba
dos paquetes y me había subido antes a la crus de la muela con los
perros los ocho o nueve perros que yo solía tener por aquella época
cuando ella estaba bien y yo, yo le compraba al carnisero los sábados
varios kilos de carne y embutido para mi y los perros y con esa vespino
que yo te he contao que me fui una noche a Almería a ver a una puta con
esa vespino nos subíamos yo y los perros a la sierra a almolsar... y volvía
con hambre... porque los perros me dejaban poco a mí... eso era el sielo
pa mí eso era el sielo
M-78-285/579 1-3-17 22:56
Los Días Guatemalos

Esta es la historia de nuestro viejo bruno lego el cero en los días


guatemalos en los que cabeza-en-nubes caminaba la tierra en la
ignorancia que implica la impresión que teje el conocimiento que halla la
forma del nombre que agudiza la agudeza que conduce los contactos que
suavizan la sensación que desencadena el deseo que adhiere el apego
que persigue la muerte que arruina el alumbramiento que supone la
subsecuencia de la existencialidad abraxica o abraxaica o
arrebatadoramente abrasadora de quetzales de cuarenta grados
escupidos en la boca penetrada de cigarrillos
Los robles yacen ahora en la turba pero los olmos brincan donde
descansan las ascuas. Permanezcamos por tanto en nuestra búsqueda de
la estrechez pero tan sórdido como nuestro bruno bordeó las arrojas
manzacras de antigua, los horrores de los rolsraites, los carroajacos, los
estonengines, las quistavanas, los tritrames, los borrachos
voxiaferrantes, las autoquinetas, los hipohóbiles, los taxifletes, los
tornitaxis, los megafogos, los circos y los guardafosas y los basiliqueros y
las aeropagodas y el mesoneo y la jaijarajaija y el milico y la chiva y la
zorra mordiéndole la oreja y sus borracas y sus viejos cuatrocortes
aburridos de más y sus calzopines pestinegros a docepines la docena y
los humos y las esperanzas y lo estrepigiboso de los romacupantes
indígenas guatemalos del quilombinche donde todas la techalturas.
Dame un techo si es posible y un arrecife debajo de un puente, lo cual es
tautaulógicamente la misma cosa: el oboboe del viento
Fimfim. Fimfim. Con un garán funeral. Fumfum. Fumfum. Un potófono
que ontofana o un ontófano que potolama estarán pretumbando
porover dellos será por ollaves la cladiscordia conocorodia corodiales y
así tal es que así hay más nada todo es así queda dicho todo es no hay
más nada. Dicho lo dicho por sugorri garrura nomaraleko eginerín
belolego adigo del viejo cerolobo de todas las noches que salimente de
alimenticias osocuridades proverbiales muchedumbres de luces firias y
bajo todo el fonodo, el fonodo sí, escú, escucha, escúchalo, el fonodo de
fondo de donde todo el lodo suruge conotinuamenete siemebere tal que
así hay más nada
Érase una noche, tarde, abraxáica, lungo lego tiempo ha pasado, cero,
vinieron a nuestra isla allende la húmeda pradera enrrarados en la
niebla de los prohibitivos frutos manzanos. Todo era manzanería y
ancianería y me comí el viento pero el mundo, atención, está, ha estado
y estará escribiendo por siempre en todos los asuntos que caen bajo
nuestros infrarracionales sentidos, así que ni falta hace que me indiques
cómo se ligará cada palabra para soportar tres veinte y diez lecturas
fantastipuntas a través del liboro libando flipando silbando
silababeando. Pantofinul
¿Te gustaría saber cuál es tu recompensa por tu novela de la noche! Un
velar en la litera de nuestro ganapán que yace en el cuerpo negro de
nuestra semilla madreisla. Ciclópticamente a través de los rondos ojos
de los rondinantes, espalda contra espalda, macho a machón contemplas
con inturístico atrevimiento lo cubierto siguiendo lo desnudo, lo
desnudo lo verde, lo verde lo helado, lo helado otra vez, lo cubierto
rodeando el gigantesco árbol de la vida, la torre viva siempre creciente
en el desierto que rodea el mar verde por donde navega nuestra isla.
Copiacusa la obra de aquel compañero conmunitario que puede
sencillamente imaginarase en el núcleo más íntimo de la mismidad de su
propio terruño yológico y, por tanto, falsario. Antes de caer de lomas
infermo llenó el paraíso, un riacho, riachuelo. Por aquel entonces no
éramos más que termitas diminutas. Nuestro hormiguero lo sentíamos
como pueblo mas éramos imprecisamente escasos para garantizar
nuestra certidumbre, sin embargo somos emocionalmente ahora
perfectamente complacientes, exegios monumentos aerialmente
perennios que hubiesen sobrepasado las página del libro de la
naturaleza prolificadenciosamente difusa en su turbiedad decadente y
sin embargo siempre ascendente en expansibidad hacia la estrechez de
su propio círculo donde reunirse con lo que nunca jamás, escucha, nunca
jamás haya estado separado. La imaginalmente irredenta separación es
la causa de las casualidades que ocurren y aun de la causalidades
perentorias e imprecisas siempre marcándonos varias direcciones a la
vez que es preciso recorrer a un tiempo si es que lo que queremos es
regresar al lugar-no-tiempo de donde en realidad nunca, escucha, nunca,
te lo repito, nunca hemos salido, ya sabes de donde, no es necesario que
te lo recuerde, ya sabes, tú, escucha, tú nunca olvidas, y yo tampoco
olvido nunca, lo recuerdo todo, y todo lo que recuerdo en las duraciones
enorminales diseminadas por nuestro pasado tiempo, todo ello es a la
vez, y a un tiempo, el futuro hacia el que nos dirigimos ahora. Ya ves, has
sido solicitado por la hermandad de la enojosa pregunta. Eso es lo que
hay. Y no hay vuelta atrás. Salvo el Abursu.

M-78-245/579 26-2-17 16:54


La tü amazing intestinidá estilística delomejóo es rrekompemssa
Sieerta Manueęh.

M-78-251/579 26-2-17 17:13


Las Maras
Ramón esperaba a su mamá leyendo el Manifiesto Surrealista, lo que
me dio pié a sentarme sin más en su mesa comentando: ¿Qué se piensa
en Guatemala de André Bretón? Estúpida pregunta ¿verdad? esta
manera de entrarle me iba a procurar algún buen día en aquella tierra
del centro infernal de América, en donde las Maras son
abrumadoramente su mejor referencia planetaria; las Maras.

Alguna de esa gente que viven hasinadas en chosas ¡como animales!


levitan... ¿sabes? levitan ¿entiendes? el hasinamiento en el que vive esta
gente les hase levitar... ¡ooye! ¿te estás masturbando?

La mamá, de aproximadamente mi edad, resultó ser una mujer de


especial emocional inteligencia, sí, me resultó entrañable y comprensiva.
No recuerdo su nombre, y ni siquiera tengo muy claro ahora el de
Ramón, pero en la noche de aquel día nuestra confianza, en especial con
la madre, fue la que fue, sin más; habíamos decidido compartir viaje y
estancia, y ella y yo, por ahorrar, la misma cama en el mismo cuarto de
la pensión, en Antigua, camino a Panajachel.

Max el gringo (uno entre tantos) tenía alquilada una casona que
aficionaba poblar de peregrinos, o así lo sentí yo, entre los arrabales de
la cuasi selva a las afueras de Panajachel. Era ya tarde cuando llegamos,
y acomodarnos no resultó difícil, la casa tenía varios cuartos y una gran
sala central en cuyo suelo decidí establecer mis ebrios aposentos, lo cual
Max vio con alguna extrañeza, al principio, enseguida mi conversación le
relajó, entrando en un a modo de incierta intelectual complicidad. Según
me contó llevaba algunos años interesado, como antropólogo, en el
peculiar sincretismo espiritual me dijo, que en aquella región se daba.
¿Conoces Abraxas? me espetó de pronto más que preguntarme; ¿Has
leído a Niesztche? le contesté, lo cual le convencía finalmente, al
parecer, de que yo era un especial peregrino, al cual andaba
esperando.Duérmete si puedes, no bebas más amigo, que mañana
vamos a hacer un corto viaje juntos ¿querrás conocer Abraxas?. Con eso
me debí dormir.

Unos años más tarde hube de ver en la televisión la misma cueva, al


mismo viejo y la misma estrafalaria ritual ceremonia donde a Maximón
(el Abraxas de aquellos lares, a lo que Max me convidó) un acólito le
penetra de cigarrillos la boca, mientras el viejo chamán le escupe quetzal
de 40 grados, esto ocurre en Santiago Atitlán a tres cuartos de hora en
barcaza de Panajachel.

A las nueve ya estábamos en Santiago, Max (buena gente) me hizo


madrugar aquel día, inolvidable, porque efectivamente, algo, si bien
desagradable sino desasosegante me ocurrió cuando el viejo de pronto
interrumpiendo la jodida ceremonia (ante una familia pidiente) se dirigió
a menda con, según me dijo en un español inquietante, la intención de
presentarme a Maximón (todo esto me hubiera resultado
sospechosamente elaborado sino fuera porque ni Max ni el chamán ni
nadie me pidió una moneda ¡miento! unos quetzales le dimos a una
viejita, a la entrada).

De vuelta Max me contó no obstante que creía que el viejo había


sentido, a mi respecto, las mismas vibraciones que él mismo la noche
anterior y que le parecía que en mí se mostraban ciertas singularidades.
M-78-253/579 26-2-17 19:39

Yacká

Belice me pareció directamente el infierno, eso me anegaba el alma en


el autobús camino de la frontera, algo inesperado me sacudió el hombro
regresándome brusco al ahora de aquel viaje, a lo más güate malo de tal,
lo cual sólo en este tiempo lejano soy capaz de relatar con sosiego, ese
algo no era otra cosa que el poeta alcohólico y fronterizo de aquellas dos
tierras, de doble nacionalidad y un excelente sentido del humor y la
amistad Alejo Toraya.

A las tantas de la madrugada del siguiente día, Alejo le gritaba al tipo


que nos venía sirviendo - una gaa!llo más... para mi amigo el poetaah
español y ootra paaa mí... queeél paga - finalmente alguien consiguió
convencer a Alejo de que ya ¡ya! y el taxi de un amigo intestinal de mi
nuevo entrañable amigo nos hubo de acercar a la casa de su mamá, de
Alejo, poeta guatemalteco de entrañado corazón; a los pocos días
difunto pues la cirrosis.
Emilia Toraya era, no sé si aún, una de las siete únicas arqueólogas de
Güatemala, licenciada, alcohólica, veintitantas veces violada - ya perdí la
cuenta, durante la guerra se pierden muchas cuentas - me dijo con ojos
de ángel perturbador... - por eso soy lesbiana - y protector, en mi caso lo
fue, pues yo andaba algo estrujado más bien, y más bien desencantado,
y también estrujado más bien.

Susi era con su mamá propietaria de la funeraria de Melchor de


Mencos y también la amante de Emilia, y los tres anduvimos unos días, a
mi cuenta divirtiéndonos juntos, bebiendo gallo con limón y sal y
comiendo carne, sobre todo carne. Susi era morocha y muy bragada y de
buenas carnes y muy valiente, allí hay que serlo, a un primo suyo lo
habían matado hacía mes y medio.

El pueblo como muchos de aquellos lares está incrustado en la selva


pero abierto al cielo, es un lugar amplio más que un pueblo, había
caballos descarriados, y que me topé con un jodido BBV no es un chiste.
La mañana que en un bareto de los de allá, al acercarme a los lavabos,
uno me dijo - ¿amigo, usted no buscaba subir al monte? - decidí
marcharme, - ¿a que horas sale el autobús mañana? - le pregunté a
Emilia, que ya lo andaba barruntando, - antes de que te marches te voy a
llevar a conocer Yacxá, que muy pocos conocen aún -

M-78-377/579 11-3-17 00:55

Entierro

Con un ligero golpe en mi hombro conocí a Alejo Toraya en un autobús


apenas llegando a la frontera de Güatemala, en Belice, su segunda i/o
primera residencia según me explicó pues si bien su esposa vivía en
Belice, su madre lo hacía en Melchor al otro lado o/i a este, según se
mire; me dijo; con otro golpe; - ¿usted es poeta verdad? - lo cual me
desconcertó bastante - lo digo por la forma de llevar ese libro, tan
desatendido - a la vez que desconcierto sentí la cercanía de alguien
bueno - yo también soy poeta ¡amigo! y es español ¿sierto? - no
acababa de llegar el autobús al sitio y ya éramos dos viejos amigos y
poetas a medio palmo de liarla; y ciertamente y poéticamente la liamos,
sierto, en la misma frontera mismo, donde él al parecer tenía su
verdadera impenitente residencia.
Unas cuarenta horas estuvimos, palmo arriba, bebiendo gallo una
excelente cerveza y recitando él sus poesías y largando metafísicas y
metáforas hasta que nos hubieron de amigables largar, sin acritud, del
puesto fronterizo, es lo que era el sitio; un lugar apatrio o semejante
cosa, aquel bareto.

Ese día acabé probando dormir en una hamaca paraguaya en el salón


almacén de la familiar vivienda de la madre de mi acogedor y reciente
amigo Alejo, del que no he conseguido recordar sus versos, y no era mal
escritor dellos. Al despertar me encontré con la madre y Emilia su
hermana, y al preguntar por Alejo, Emilia me despacho - su amigo anda
ingresado Antonio, es su nombre ¿sierto? Ayer después de dejarle a
usted siguió, y resién hoy fue que le hospitalisaron en Belice - No pude
por la peculiar idiosincrasia burocrática de aquellos países a más de
alguna desidia por mi parte visitar a Alejo; a los cuatro días Emilia me
dijo que su hermano - se largó - que ya lo esperaban, que ya por allí la
muerte no era mucha novedad, y que dios le resibiría porque no había
hecho mal, al menos no tanto como otros por allí, y que me quedara por
favor al entierro - que por aquí los entierros son mejores que por allá por
España las bodas - que me quedara al entierro.
M-78-379/579 11-3-17 03:49

Emilia

- En Güatemala el Quetzal es el licor de la vida buena y la muerte mala,


sobre lo cual no hace falta echar enjundia ni más apuntalar el cuento,
está claro lo que hay, y no hay más - más que menos fueron esas las
palabras con las que Emilia zanjó el asunto de la indígena celebración de
la muerte de su hermano cuando apenas estábamos al comienzo. Ni
sospecha tenía yo de la cantidad de barras que diseminadas acechando
nos aguardaban entre la selva que a Melchor envuelve, extensa hasta
agotar; como una especie de vía crucis me planteé aceptarlo.

- Yo no nací lesbiana, como te puedes imaginar, desde bien pequeña


estuve enamorada de un hombre al que todavía amo, aunque lleva años
enterrado, mi tío Tomás es el amor de mi vida, cuando la guerra él era de
la contra - ¿de qué contra? - le pregunté - aquí durante treinta años la
contra es la oposisión a los gringos y a los gobiernos que los gringos nos
vienen imponiendo, y contra los hijos de la chingada que a los indígenas
nos apartan y nos apalean y nos matan y nos violan - La perspectiva
desde la que Emilia juzgaba era una jodida cosa, no muy difícil de
entender para mí, en circunstancias otras aunque parejas; - bebamos
indígena amiga de la muerte salsa - o algo así, le hube de endilgar, y en
efecto efectivamente bebimos, bebimos entre la multitud la música la
coca la samba la salsa el quetzal, en el tan inquietante y alucinatorio
entierro aquel y otro, muy otro para mí, muy otro.

Me llevó la cosa a tal punto de dislate paranoia que huí, hasta una
pensión donde desconectar del entierro y sus enloquecidos
enterradores; hube de hacerlo por mí, por mi integridad mental.

En la pensión después de tomar una fuerte dosis de ansiolíticos, me


vino a la mente la cueva en la que Emilia me contó, a sus trece años
permaneció durante días con el revolver que su tío le dejara antes de
desaparecer diciéndole - no tengas miedo niña, si te descubren te
disparas, te quiero amorsito, te disparas -
M-78-384/579 11-3-17 17:28

Charcos

En el hostal La Perla de la salvadoreña playa de Teotepeque fue, en el


departamento de La libertad frente al pacífico océano, que me hube de
apacentar después de unas semanas de procelosas calenturas entre
presuntas maravillas y chozas o enterramientos, la selva, lugares,
caminos, dos muertos, en qué parte de mí... me encontraba o acaso ¡ya!
allá; quedar inmóvil.

Al rescate me vino a la memoria Ellacuría, el jesuita al que yo ha


tiempo admiraba; que en el salvaje Salvador ejecutaran las elementales
fuerzas de la extrema razón de cosas ocurridas; sus entrevistas en
televisión y algunos textos recordé al rescate; sus luminosas palabras
acerca de una nueva filosofía de la realidad y una otra teología de la
liberación, y la fe, en la lucha de los hombres contra la sombras de los
hombres. Ignacio Ellacuría fue ejecutado a finales de los ochenta en la
Universidad Centroamericana del Salvador junto a cinco jesuitas más, y
fue su muerte a mi recuerdo, y su recuerdo cierto; y cuatro días rotundos
frente a las mareas silentes de la mar océana que me renovaron a
recomenzar; en aquella tierra de al otro lado del charco... un salto hube.
En uno de esos restoranes playeros de los cinco continentes, de
multitudes multicoloras coloridos; hasta el infierno; me restauré de
carne en la noche anterior a mi partida; el autobús del día siguiente
partiría conmigo, en la dirección que fuera.
M-78-419/579 16-3-17 19:59

Dos Muertos

El tipo estaba cagando cuando le acogotaron en el sitio mismo en el


que le hube de sortear; el angosto caminito de mis tantas cervezas
mañaneras; hasta Santiago, unos cuatro kilómetros desde los
holandeses, donde estaba alquilado, con comodidad, tengo que decirlo,
y mi segundo muerto cierto. Alejo fue el primero, lo he contado, a los
muertos hay que contarlos, en ambos sentidos, que alguien debió
decirlo, sino el mismísimo Sela. De vuelta a casa le conté la cosa al
holandés errante pues herraba, que diría mi buen amigo Murray (del que
no hablaré aquí) y el holandés me dijo que chitón, que me callara, que
esto es el paraíso amigo, hasta en el paraíso hay que saber callar
¡Antonio!
M-78-448/579 19-3-17 17:59

Indígenas

Tz'uztujiles y Kakchiqueles son las dos etnias que habitan las orillas del
lago Atitlán, en unas cuantas aldeas bautizadas de apostólicos nombres,
repartidas o más bien partidas, pues ni se entienden ni lo pretenden, en
pleno siglo veintiuno que diría el otro. Uno de estos me dijo una mañana
en el puertito de Santiago Atitlán refiriéndose a uno de los otros que
desembarcaba; mira ese , ese no sabe ni hablar, cuando habla no se le
entiende; efectivamente hablan dialectos distintos y al parecer distantes;
cosa de gentes que cohabitan desde siglos. No es difícil y sí triste advertir
el evangélico desastre donde las conquistas de los dignos a los mansos
indigenas. Profuso profundo y demencial; el alcoholismo de los
hombres, y de muchas mujeres en esas tierras resulta cuanto menos;
inquietante signo de desgraciada y no difícil de interpretar; inidentidad
inicua cuan terrible sino más; está es la consideración que tal asunto me
hubo de merecer en aquel momento otro de mi obstusa peripecia
Güatemala; a tuertas y locas.

M-78-454/579 20-3-17 23:36


Soy Bruno Lego Cero, También El Viejo
Soy un enfermo. Soy un malvado. Soy un hombre desagradable. Creo
que padezco del hígado. Pero no sé absolutamente nada de mi
enfermedad. Ni siquiera puedo decir con certeza dónde me duele. Ni me
cuido ni me he cuidado nunca, pese a la consideración que me inspiran la
medicina y los médicos. Además, soy extremadamente supersticioso,
tanto como para sentir respeto por la medicina. Si no me cuido, es,
evidentemente, por pura maldad. Ustedes seguramente no lo
comprenderán, yo sí que lo comprendo. Claro que no puedo explicarles a
quién hago daño al obrar con tanta maldad. Sé muy bien que no se lo
hago a los médicos al no permitir que me cuiden. Me perjudico sólo a mí
mismo; lo comprendo mejor que nadie. Por eso sé que si no me cuido es
por maldad. Estoy enfermo del hígado. ¡Me alegro! Y si me pongo peor,
me alegraré más todavía. A veces un hombre se cansa de llevar a cuestas
todo lo que el mundo carga sobre su cabeza. Los hombros se hunden, la
columna se retuerce cruelmente, los músculos tiemblan de fatiga. La
esperanza de alivio empieza a decaer. Y hay que tomar la decisión de
deshacerse del fardo o sobrellevarlo hasta que el cuello se quiebre como
una rama en otoño. Tal es mi situación. Aunque mereciese todo lo que el
mundo me deposita encima, aunque mereciera todo esto y aún más, ya
no puedo cargar con el peso. He comprendido que no tengo por que
cargarlo, ¡oigan! He llegado a entender que hay opciones. Debió ser
difícil para Cristo soportar la jodienda de la cruz, pero yo no soy como él,
no me creo ilusoriamente hijo de ningún dios, me sé demiurgo. Soy
Bruno Lego Cero, también El Viejo, y Lisístrates, hace tiempos tiempo y
medio tiempo fui Antonio, Antonio Ferrández Verdú, y tengo que
confesar, porque ahora precisamente ha llegado el momento de
confesarlo, que a lo largo de unos siete años maté a once muchachas de
este valle y de sus alrededores, las desmembré y me las fui comiendo,
poco a poco, nunca encontraron los cadáveres porque no había
cadáveres que encontrar. Nunca he sido descubierto, y ahora lo confieso
porque me dispongo a desaparecer, mañana vuelo a centroamérica, ya
nunca regresaré, y cuando expire será allí en donde esparzan mis
cenizas, al pié de una pirámide maya perdida en la selva, ascenderé uno
a uno los escalones, desde la cima me arrojaré al aire y emprenderé el
vuelo de regreso a la isla fértil, de donde en realidad nunca he salido… Lo
siento ya no puedo… ya no puedo seguir… se me ransía el gaznate como
a la memoria de Dostoyeski, Fiodor, en su subsuelo
M-78-446/579 19-3-17 16:11
Job Trillaba
Cual no se lo del charco una mañana tarde como a mi padre cantaba
cautivo cautiverio cantaba cautivo en el caballo andaba de las afueras
del charco una mañana que era de la materia y trillaba mientras tanto en
el mismo que era de los muertos donde la noche tal oh la noche tal oh la
materia de la luz originaria coordenados cordero al parecer distantes
asistiendo mata apechugar coordenados concertados de los muertos
donde se la encava en el caballo trotaba y trillaba mientras tanto en la
materia de la materia y otras cosas desde la aah astaah laa tooo es de la
enjauría que era la materia la noche la fe de los muertos donde la noche
de la luz genera un ser azul asado para lo del charco una mañana tarde
como el mismo a los muertos donde la fe de las afueras sombras de los
hombres como a la noche de las sombras de los muertos donde se la
soplaron y no Kafka ni Karlhein no ni logo no ni náa del charco una muy
buenas carnes y trillaba mientras tanto en lo del charco una muy buenas
carnes y trillaba mientras en los muertos donde de la luz se genera un
ser de la luz originaria coordenados concertados de los hombres como
ves con vi no es que entrarle a la incooh esto es un tal oh no es que era
de los hombres como al parecer distantes asistiendo mata apechugar
coordenados concertados de la noche de la fe de la luz originaria de las
afueras de las sombras de los muertos donde la noche de la luz originaria
de la noche de las afueras del charco una muy buenas de los muertos
hay que yo viajaba
M-78-480/579 22-3-17 22:25

¿Vida eterna? acaso sea lo que tanto asusta si la has vislumbrado no


alcanzar, es algo a lo que no renuncio; a la intransferible decisión
(creación) propia donde se soporta esa vertiginosa
Dejad a los muertos
Pero sí, la muerte también existe si cavas
¿Como el gato de Schrödinger?
M-79-386/546 17-5-17 00:07

La muerte es una buena idea para la próxima temporada de lluvias en


el cuarto flagelo de los por si acaso se me olvidó decirte que no me
acuerdo de qué es eso de la vida, que qué haces en tu casa o que te lo
dije por eso... y que mañana voy a donde tita Mamen muere acaso,
desde temprano hasta más tarde...
M-79-387/546 19-5-17 16:46
Loke
La sincronización de Loke tiene inconvenientes

Primero es una invención reciente y por tanto no sometida a largos


periodos de actividad

Segundo y más importante Loke es imprevisible en sus conosciendo lo


que como es de esperar desconocemos incluso si aún la conociéramos en
algún mínimo detalle de Su inextricable tercero

Ya por último y no menos despreciable Su, cuarto de arriba, de arribo


diría yo puesto que creemos creer que arribó en un barco extranjero
desde no menos fulgurante Su ascensión como elegido elemental como
digo pues debiéramos replantear lo de Su sincronización y con qué
deberíamos sincronizar a Loke

Es fundamental en nuestras furtivas vidas de cazadores adoradores de


Loke

Vidas, se nos supone ¿Sincronía?


M-87-64/128 8-2-18 00:52

Seis mo S s
y triángulos
amorosos
trepaban dípticos en
profunda y perpetua
profanasión pues propensa
sima
salud
y vista
M-87-80/128 9-2-18 20:14

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