Cobas Carral, Andrea - Una Poética de La Fuga. La Narrativa de Félix Bruzzone
Cobas Carral, Andrea - Una Poética de La Fuga. La Narrativa de Félix Bruzzone
Cobas Carral, Andrea - Una Poética de La Fuga. La Narrativa de Félix Bruzzone
escrituras que resisten toda clasificación genérica. Textos que vuelven al realismo y
otros que se apartan, textos que se fundan en la interdiscursividad, textos que adoptan la
matriz poética del policial o la del fantástico o la del maravilloso. Las combinaciones
son múltiples y se explican en parte porque, entre las obsesiones que deja entrever el
Estado ocupa un lugar central: palabras para decir -y volver a decir de todas las formas
posibles- aquello que parece no clausurarse nunca porque su huella aún traumática
persiste en el presente.
años destacan los textos escritos por la llamada “segunda generación”, la de los hijos de
víctimas de la violencia de Estado. Entre las nuevas voces que surgen en los últimos
años, la de Félix Bruzzone es significativa por los procedimientos que pone en juego en
1
su escritura para referir el pasado reciente, procedimientos con los que se aparta de los
búsqueda que parece definirse tanto por su imposibilidad de quietud como por el modo
2
en que rehúye cualquier clausura de sus sentidos. En los textos de Bruzzone, la clave
que permite entender el presente -porque cifra en ella el pasado- parece estar siempre en
otra parte: más allá del relato, más allá de lo dicho, siempre implícita en
travesía con motivaciones difusas. En suma, su escritura propone una poética de la fuga
I- PALABRAS DE HIJOS
1
Félix Bruzzone nace en agosto de 1976. Su padre, Félix Giménez -militante del Ejército
Revolucionario del Pueblo (ERP)- ingresa en 1972 como conscripto en el Comando de
Comunicaciones 141 de Córdoba. Durante una guardia en febrero del ‘73, Gimenez “entrega” el
Batallón a la célula del ERP denominada los “Decididos de Córdoba” que logra sustraer del
Comando una importante cantidad de armamento. En 1975, Giménez pasa a la clandestinidad y
es desaparecido en Córdoba en marzo del ‘76. Marcela Bruzzone, la madre de Félix y también
militante del ERP, es desaparecida en noviembre del mismo año.
2
Bruzzone publica el libro de cuentos 76 (2008) y las novelas Los topos (2008), Barrefondo
(2010) y Las chanchas (2014). En 2014 sale una segunda edición de 76 que suma dos nuevos
cuentos a la original de Editorial Tamarisco.
2
terrorismo de Estado ejercido por la última dictadura militar argentina (1976-1983). 3 En
impunidad sobre el que reposa buena parte del orden social. 4 Como espacio simbólico
relación con otros organismos de derechos humanos que, ya desde la dictadura y los
conocer por primera vez muestra el doble movimiento que la agrupación instituye como
sociedad que es cómplice porque alterna entre el silencio y el olvido respecto del
terrorismo estatal:
Durante años estos niños crecieron sin sus padres. Huyendo de un lugar a otro.
Sin hogar, sin hablar. Arreglándose de alguna manera para construir su vida,
preguntando y recibiendo respuestas a medias; con muchas lágrimas,
dolor...como un rompecabezas al que le faltan muchas piezas. ESA HISTORIA
3
El 3 de noviembre de 1994 se hace en la Universidad Nacional de La Plata un homenaje a los
detenidos-desaparecidos durante la dictadura que pertenecían a la Facultad de Arquitectura. El
homenaje, en el que convergen varios “hijos”, opera como un espacio de reconocimiento y
encuentro que es el punto de partida de lo que será, unos meses después, la agrupación
H.I.J.O.S.. Cfr. Bonaldi y Cueto Rúa para una historia detallada del inicio de la agrupación y de
las discusiones que se dieron en su interior.
4
El gobierno de Carlos Menem (1989-1999) construye un discurso en el que se impone la
consigna de “pacificar” para lograr la “reconciliación” y se impulsa el “borramiento” del
pasado: la década del 90, marcada por una política económica neoliberal que continúa la
iniciada durante la dictadura, puede ser considerada la “década del olvido”. Ejemplos del
accionar del Estado en esa dirección son, por un lado, el proyecto de demolición de la Escuela
de Mecánica de la Armada (ESMA) para crear allí un “Monumento a la Unión Nacional” y, por
otro, los indultos con los que Menem deja en libertad, entre otros, a los Jefes de las Juntas
-condenados en el histórico Juicio llevado adelante durante el gobierno de Raúl Alfonsín-,
indultos que legitiman la impunidad y que se suman a las leyes de “Punto final” y de
“Obediencia debida” que seguirán vigentes hasta 2003. Cfr. Ageitos para un análisis detallado
de esas leyes.
3
ES NUESTRA. NOSOTROS SOMOS ESOS HIJOS. Hemos crecido. Hoy
estamos juntos, no sólo para preguntar sino también para hablar y exigir. Esta
sociedad es hija del silencio y del terror, y se pretende tender un manto de olvido
sobre la historia de nuestro país. Nosotros no somos partícipes de este muro de
silencio: queremos derrumbarlo. 5
la subjetividad de sus integrantes: el grito con el que los hijos asumen, en primera
social.
En 1996, Andrea Suárez Córica -parte del núcleo fundante de H.I.J.O.S.- publica
Suárez Córica se filia, desde su título, con el género testimonial, pero su organización
en cuatro apartados permite pensar otros modos de articulación del sentido hacia dentro
del texto. En primer lugar, el libro se abre con la presentación seriada y cronológica de
los 79 sueños que dejan entrever su lógica diferencial, su modo específico de tramar la
violencia, su inquietante manera de referir “lo real”. En segundo lugar, aparece una
con la de los episodios que representan los sueños y que es una equívoca clave de
5
Destacado en el original. Los comunicados de H.I.J.O.S. pueden consultarse en
http://www.hijos-capital.org.ar
6
Luisa Marta Córica, la mamá de Andrea Suárez, nace en La Plata en 1944. Separada y con tres
hijos, decide finalizar sus estudios secundarios. Luego inicia la carrera de Filosofía en la UNLP
donde milita en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) al tiempo que es delegada del
Sindicato de Empleados del Hipódromo. El 6 de abril de 1975 es secuestrada en la estación de
trenes de La Plata y asesinada el 7 por integrantes de la Concentración Nacional Universitaria
(CNU), parte de la Triple A, en la playa de Los Talas donde su cuerpo es encontrado con signos
de tortura y las manos atadas con alambre. En 1994, su hija recupera cuarenta y ocho poemas
escritos por su madre que se publican bajo el título La niña que sueña con nieves (2015) en la
colección “Los detectives salvajes” que dirige Julián Axat y que recoge producciones de poetas
desaparecidos y también de sus hijos. NO INCORPORADO A LA TESIS EN Introducción,
poner en capítulo donde retome este texto.
4
lectura que desestabiliza el sentido de los fragmentos de la primera parte. Sumando una
Suárez Córica vuelve a contar, por tercera vez, su historia y la de su madre. El libro se
cierra con una serie de fotografías de Luisa Córica y con la reproducción de la página
del periódico platense en el que se informa el hallazgo del cuerpo de la madre. Como
señala Miguel Dalmaroni, el relato de Suárez Córica -de gran significación colectiva por
testimonial. 7 Esa mezcla de tipos textuales que advierte Dalmaroni parece responder a
nota periodística aparecen como facetas que permiten arman las caras de una biografía
que por adición cobra espesor página tras página en un ejercicio de escritura que, como
contar, una y otra vez, esa historia de pérdida que no encuentra su clausura en un
escritos por hijos de víctimas de la violencia de Estado, textos que forman un arco que
lo testimonial como Mi nombre es Victoria, de Victoria Donda Pérez (2009) hasta los
7
Cfr. “Memorias” en La palabra justa para una lectura pormenorizada de Atravesando la noche
en el marco de la propuesta de H.I.J.O.S. Agradezco la generosidad del profesor Dalmaroni
quien me facilitó una copia del inhallable libro de Suárez Córica.
5
que, como Diario de una Princesa Montonera. 110% verdad de Mariana Eva Perez
narrativo que, sobre todo en los últimos años, propuso articulaciones novedosas
Atravesando la noche aparecen algunas marcas estéticas que recorren los textos
posteriores de los hijos. Resulta evidente, por ejemplo, la consonancia que podemos
encontrar entre la forma en que Suárez Córica narra sus sueños y la manera en que
Bruzzone presenta sus historias. Los 79 sueños que Suárez Córica transcribe llaman la
a través de una escritura que se sucede en frases cortas cuya voluntad es mostrarlos en
casi siempre, muy perturbadora capaz de hacer que el lector, poco a poco, olvide que
esos pequeños fragmentos que lee son sueños y proyecte entonces sus sentidos hacia el
se forma una gran tormenta. Las olas se llevan su Falcon verde. Lo veo flotar
bruscamente en el agua pero no podemos hacer nada. Veo la masa de agua viniendo”
(13). Hay algo en el tono de esos fragmentos que podemos encontrar como un elemento
8
También son numerosas las novelas que tienen como personajes a hijos de desaparecidos
aunque sus autores no lo sean. La primera es A veinte años, Luz, de Elsa Osorio (1998). Dentro
de ese corpus más bien desparejo se destacan El secreto y las voces, de Carlos Gamerro (2002),
Taper ware, de Blanca Lema (2009) y Una muchacha muy bella, de Julián López (2013).
6
constitutivo de la escritura de Bruzzone. No solo la referencia a la dimensión onírica
-presente en la totalidad de los textos de hijos- sino el modo en que la lógica de los
sección que los contiene- interviene directamente como articuladora de lo que los textos
de Bruzzone presentan como una “realidad” que solo puede ser comprendida
chanchas, este rasgo de la escritura de Félix Bruzzone que hace encarnar la lógica
onírica en el plano de “lo real” para proponer un desplazamiento del sentido opera como
uno de los ejes principales de la poética de la fuga que sus textos materializan.
serie de procedimientos que se repiten en sus textos hasta componer un sistema. El más
retórica del realismo en su versión más clásica y, en segundo término, proponiendo casi
ciencia ficción. En ese juego se construye la versión del pasado reciente que los textos
de Bruzzone proponen al lector. Casi en una síntesis de las tradiciones que la literatura
Bruzzone exhiben dos fuerzas en contraste que hacen surgir el sentido: por un lado, la
itinerarios, modos de decir-, y por otro, la que desestabiliza esa representación realista
7
trayendo al texto recursos que la tensionan, la pervierten, la anulan hasta poner también
año del último golpe de Estado y, por otro, indica el año de nacimiento del autor y el de
la desaparición de sus padres imbricando así la historia colectiva sobre la biografía del
son proyectadas sobre los cuentos de 76 que pueden ser leídos en su continuidad: cada
mediados de la década del ‘80 y el futuro imaginado del año 2073. Desde las vivencias
presentación de una ficción futurista en la que un hijo logra -casi cien años después-
encontrar a su padre en un mundo regido por la realidad virtual, los cuentos trazan un
Los cuentos “Unimog” y “2073” tienen como eje la búsqueda del padre
desaparecido. Con sus variaciones genéricas, ambos cuentos trazan una circularidad
temática con resoluciones disímiles, pero que analizados en conjunto permiten pensar
En “Unimog”, un hombre decide comprar, con los bonos que le otorga el Estado
Malvinas, las leyes reparatorias. El encuentro del narrador con el camión aparece teñido
8
por un aura que se liga con la densa historia que la sola percepción del Unimog dispara
en quien lo ve:
Único cuento del libro narrado en tercera persona, “Unimog” cuenta una
búsqueda que fracasa: su protagonista decide viajar con su camión a Córdoba para
conocer los lugares en que su padre estuvo antes de ser desaparecido. El encantamiento
metáfora de la búsqueda que también naufraga: “¡No tenés nada para decir!, ¿eh? [...]
varado en una ruta provincial. Travesía e intemperie se conjugan en el cuento para poner
en escena la decepción de este hijo: atravesado por los interrogantes que vienen del
pasado, solo, bajo la lluvia, a medio camino entre la nada y la nada, toda su búsqueda
parece condensarse en los restos de ese Unimog que no funciona, pero que tampoco se
deja destruir.
9
Página 35. Todas las citas de 76 corresponden a la segunda edición. En adelante se consigna
número de página entre paréntesis en el cuerpo del texto.
10
Casi todos los textos de hijos articulan de algún modo el encuentro con los padres
desaparecidos. En los sueños que permiten el consuelo de un contacto fugaz e ilusorio; en los
múltiples reflejos del hijo que devuelven una imagen parecida a la de los padres; en las cartas,
en los textos recobrados, en los pequeños objetos que se atesoran porque en ellos hay algo de
esos que no están; incluso, en el sanador hallazgo de los huesos de esos cuerpos que vuelven a
aparecer para clausurar el duelo.
9
presenta una Argentina del futuro en la que han variado las fronteras nacionales y una
difusamente representado como aquel que “se queda” y “redistribuye” a los hijos de los
habitantes, “ficción” que suena descabellada hasta que el lector cae en la cuenta de que
atraviesa el nuevo mapa nacional hasta llegar a Córdoba donde va a revivir la hazaña
protagonizada por su padre 100 años antes: la toma del Batallón 141. A diferencia de
“Unimog”, esta vez el encuentro es posible porque ocurre en una “realidad virtual” que
es una especie de limbo en el que cada usuario puede acceder a una experiencia vital
campo de maíz, allí destaca una mazorca en la que resalta un grano en el que -parodia
borgeana- se perciben superpuestos todos los espacios y todos los tiempos. Es allí,
dentro del grano, dentro de la mazorca, dentro de la banda virtual, donde el hijo puede,
al fin, encontrarse con el padre desaparecido y ser junto a él uno de los “Decididos de
Córdoba”.
real” y que la lógica del texto condena al fracaso. En cambio, “2073” -segunda versión
de esa búsqueda que el libro presenta componiendo una cita interna que remite a
“Unimog”- enuncia una pesquisa que apuesta a una imaginación que se vincula no ya
con la experiencia del padre sino con las vivencias del hijo: la propuesta poética que
muestra “2073” se vincula con una invención que permite encontrar al padre más allá de
10
la materialidad de “lo real” al hacer estallar el puro deseo del hijo que procura un “final
feliz” para su pesquisa por más dudoso que este sea. “2073” expresa la creencia en que
la única posibilidad de hallar a ese padre siempre se da más allá de lo evidente, siempre
y política implícita en el “76” que engloba estos cuentos, la paradójica apertura que
significa “2073” aparece como una definición poética que se proyecta a la obra
posterior de Félix Bruzzone. De algún modo, el juego de sentidos que se establece entre
“Unimog” y “2073” no dista demasiado del que podemos advertir en el pasaje entre el
desplazamiento que cobra forma a través de la lógica del sueño, que adquiere su sentido
sus textos muestran entre lo dicho y lo no dicho, zona de quiebre y a la vez ausencia, en
Bruzzone es “Otras fotos de mamá”, texto cuyo centro es, esta vez, la búsqueda de
narrador se encuentra con un exnovio de su mamá que promete contarle acerca de sus
últimos días y prestarle unas fotos nunca vistas. Pero más allá de este inicio que
funciona casi como una excusa, el texto no se detiene en el relato del testigo, por el
blancos: lo que se quiere decir y no se dice, lo que se quiere preguntar y se calla, lo que
11
modo, el encuentro entre el sobreviviente y el hijo de su novia desaparecida no se
resuelve en términos de una relación en la que una generación lega a otra un testimonio
que entraña una versión de la propia historia, por el contrario, lo importante no está en
el relato, parece residir siempre más allá de las palabras, como si lo esencial fuera,
texto de las pesadillas del hijo para quien el sueño se tiñe con lo perturbadoramente
hijo se sabe -en el breve recorrido que separa su cama de niño de la de su abuela-madre-
ya para siempre solo. El cierre del cuento -en el que el narrador se emborracha hasta
perder la conciencia en compañía del dueño chino del supermercado que apenas
para una historia que solo parece definirse por su inconclusión. Como en “Unimog”, la
De algún modo, “Otras fotos de mamá” se complementa con “El orden de todas
las cosas” en tanto nueva articulación de la misma búsqueda. Aquí también el narrador
intenta obtener datos sobre su madre desaparecida, indagación que se organiza en tres
ninguna parte en tanto el narrador obtiene como respuesta que de los militantes del ERP
madre con quien nunca logra encontrarse. Como en “Otras fotos de mamá”, lo que la
testigo tiene para decirle al hijo aparece atravesado por el olvido y por la imposibilidad
12
de un contacto eficaz y es, finalmente, por eso descartado. Por último, la que funciona
para el narrador como el nexo más nítido entre el pasado y el presente es su tía Rita,
pero no lo es tan solo porque es portadora de vivencias del pasado ligadas con la vida de
sus padres, sino más bien, la tía Rita es relevante porque es representada como una
suerte de medium y vidente que lo acompaña en su travesía persiguiendo por las calles
destino de la madre muerta. Las dudosas visiones que guían a la mujer contrastan con la
“verdad” científica del EAAF y con la “verdad” de la experiencia que entraña la versión
de la testigo. La tía, que no es, al fin, demasiado exitosa en sus pesquisas, posee en
cambio un atributo que es determinante: “el pasado, el presente y el futuro, para Rita,
momento, como visto desde arriba” (133). La habilidad de Rita -que prefigura la
relato poco más es lo que el hijo sabe sobre su madre desaparecida, en cambio, queda
claro que sabe un poco más sobre sí mismo: ante la pérdida de su agenda con los datos
del EAAF y de la sobreviviente solo es posible ir hacia adelante: “Después pensé que la
agenda tenía que aparecer, y que si no aparecía esa tenía que aparecer otra, una con más
información, muchos más datos en muchas otras agendas” (136). Como en “2073”, la
única posibilidad de hallar a esa madre se da siempre más allá de lo concreto, se trama
13
La narrativa de Félix Bruzzone se caracteriza por presentar una escritura que se
precipita, que prolifera y avanza huyendo siempre hacia otra parte. Una escritura que
mirada reflexiva o reconcentrada sobre el pasado sino que, más bien, erosiona los
pasado que se reproduce en relatos obturados: por el contrario, en sus textos los sentidos
alguna lectura sobre el pasado reciente emerge en sus ficciones, surge siempre de la
tensión irresuelta entre lo dicho y lo no dicho, entre lo que se sabe y lo que se imagina,
entre lo que se esconde y lo que lucha por salir a la superficie, entre una “realidad”
preciso que -casi como en los sueños de Andrea Suárez Córica- se sostiene en el
progresivo borramiento de los nexos causales que ligan las acciones presentadas: si el
las razones de una errancia que no puede más que buscar siempre su destino en otra
parte.
BIBLIOGRAFÍA
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