Introducción Al Dodecafonismo
Introducción Al Dodecafonismo
Introducción Al Dodecafonismo
El sistema dodecafónico fue concebido por Arnold Schönberg hacia el año 1921, pero las primeras
obras compuestas según esta técnica no fueron terminadas hasta 1923. En este artículo
explicaremos algunos conceptos básicos relativos a este sistema de composición, ilustrándolo
con los compases iniciales de distintos números pertenecientes a la Suite para piano op.25 de
Schönberg, una de las obras fundacionales del dodecafonismo.
La serie dodecafónica
La composición dodecafónica está basada en la utilización de una determinada ordenación de
los doce sonidos de la escala cromática temperada, o serie dodecafónica. Existen 12! (≈ 479
millones) ordenaciones posibles de los doce sonidos, aunque, como veremos, este número debería
dividirse entre 48 si tenemos en cuenta ciertas relaciones de dependencia entre unas series y
otras (transposición, retrogradación, etc.).
Serie dodecafónica empleada por Schönberg para su Suite para piano op.25.
1. Los sonidos inicial (0) y final (11) forman un intervalo de tritono (6 semitonos, la mitad de la
octava).
2. Los intervalos inicial (0-1) y final (10-11) son de un semitono.
3. Los sonidos (2-7) forman una estructura interválica simétrica: el intervalo central es de 3
semitonos, el anterior y el posterior de 5 semitonos y los situados en los extremos de
tritono (6 semitonos).
4. Los sonidos (8-11) leídos en sentido inverso en notación alemana forman la palabra B-A-C-
H (por el compositor Johann Sebastian Bach), donde B=Si♭, A=La, C=Do y H=Si♮. Estos
cuatro sonidos constituyen el motivo principal de la obra.
La serie principal (P0) de la Suite op.25 y su transposición seis semitonos superior (P6).
La serie P6 guarda una relación especial con la serie P0, pues intercambian sus notas iniciales y
finales (Mi y Si♭). Esto solo ocurre entre dos transposiciones de una misma serie cuando
los sonidos inicial y final de la serie forman un tritono.
El Preludio (nº1) de la Suite op.25 de Schönberg arranca con estas dos series:
Como podemos ver, la serie P0 se inicia con un intervalo de semitono seguido de un tono, ambos
ascendentes. Pues bien, la serie I6 se iniciará con los mismos intervalos, pero descendentes. La
serie I0 es la serie invertida que tiene el mismo sonido inicial que P0 (en este caso, Mi), de modo
que sus transposiciones por semitonos (ascendentes) se denominarán I1, I2, hasta I11.
La serie I6 también guarda una relación especial con la serie P0, pues tienen intercambiadas sus
notas iniciales y finales (Mi y Si♭). Esto solo es posible cuando el intervalo formado por el
sonido inicial y final de la serie es un tritono.
El Trío (sección central del nº5) de la Suite op.25 de Schönberg arranca precisamente con estas
dos series:
En este caso, las series P0 e I6 aparecen en sucesión, pero de tal modo que se extrae de cada
una de ellas una textura polifónica a dos voces, empleando los sonidos (0-7) para la melodía y los
sonidos (8-11) para el acompañamiento. Obsérvese que los sonidos (8-11) son utilizados en
espejo, de tal modo que al alcanzar el 11 se recorre el camino contrario hasta llegar de nuevo al 8.
Con ello parece evocarse una forma estilizada del tipo de acompañamiento arpegiado
característico de numerosas obras pianísticas del Clasicismo y del Romanticismo.
Por último, el Intermezzo (nº4) también se inicia con las series P0 e I6 de forma sucesiva, pero con
un resultado musical muy diferente:
Compases iniciales del Intermezzo (nº4) de la Suite op.25 de Schönberg.
En este caso nos encontramos ante una textura más “moderna”: Mientras el Preludio (nº1) y el trío
del Menuett(nº5) evocaban el contrapunto bachiano, y la Gavotte (nº2) una melodía
acompañada de estilo clásico o romántico, el efecto de “suspensión” armónica de este arranque
evoca más bien una atmósfera Impresionista: Los sonidos (0-3) de P0 proporcionan el colorido
armónico de la primera semifrase musical, mientras los tetracordos (4-7) y (8-11) tejen un lento
contrapunto. En la semifrase construida a partir de I6, son los sonidos (4-7) los que proporcionan el
color armónico frente a los dos tetracordos restantes.
En esta matriz encontramos la serie principal (P0) y su retrógrada (R0) en la primera línea (la
retrógrada leyendo de derecha a izquierda), así como la inversión de la serie principal (I0) y
su retrógrada (RI0) en la primera columna (la retrógrada inversa leída de abajo a arriba). Las
transposiciones de estas series están dispuestas de forma que encajen unas con otras como en un
crucigrama.
Como puede verse en el ejemplo, Schönberg recrea esta textura aislando el sonido Sol de cada
una de las series utilizadas (P0, R5, R6 e I0), formando con él una especie de ostinato rítmico en
la mano izquierda del piano. Con el resto de sonidos de cada serie, Schönberg articula un discurso
polifónico a dos voces cuyo motivo principal es el motivo B-A-C-H en cualquiera de sus
derivaciones: Esto es, los sonidos (8-11) de cualquiera de las series P o I, y los sonidos (0-3) de
cualquiera de las series R y RI.
Sí son reconocibles, en cambio, las áreas dodecafónicas (secciones en las que aparecen los
doce sonidos de la escala cromática sin repetirse), así como los distintos tetracordos que
componen cada serie, que aparecen formando “islas” dentro de su respectiva área. Así, hemos
señalado los tetracordos de cada serie correspondientes al motivo B-A-C-H mediante áreas
ovaladas, y los tetracordos “centrales” mediante áreas rectangulares. El tetracordo restante
queda, por tanto, “en blanco”.
Se trata ésta de una aproximación al dodecafonismo similar a la desarrollada por Josef Matthias
Hauer, compositor austríaco que desarrolló una forma propia de dodecafonismo de forma
paralela -y sin conocimiento mutuo- a Schönberg, pero cuya producción no ha gozado de un éxito
comparable.