Bibliografia
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Por otra parte, el cuidado que exige una relación interpersonal demanda habilidades que
se adquieren con la experiencia de ser cuidador, al igual que con el tiempo de experiencia
de la enfermera, para trascender y establecer la relación persona a persona. En conclusión,
la experiencia genera en la enfermera una percepción personal de competencia donde
surgen la destreza, la confianza en sí, la habilidad en la relación y en la comunicación,
para despertar en el paciente su interés y atención, y producir un cambio en su
comportamiento.
Introducción
De ahí que la experiencia, concebida como una situación única, individual e irreversible
en la que se involucran sentimientos moldeados por la situación, adquiere una
connotación que comprende un alto grado de compromiso y responsabilidad. Dentro de
este marco de referencia es importante considerar que la enfermera experimentada
proporciona cuidado, producto de una interacción con su maduración personal, contexto
laboral, y de aprendizaje continuo y progresivo que se evidencia en acciones favorables
tanto para ella como para el paciente.
Sin embargo, para llegar a esta relación es necesario que la enfermera involucre su propia
experiencia para ayudarla a transformarse en una persona genuina dentro de la
interacción, y pueda ser percibida por el paciente como una profesional totalmente
involucrada. En enfermería, el campo de la experiencia se basa fundamentalmente en la
acumulación de conocimientos y el desarrollo de las habilidades prácticas, elementos que
hasta el momento han sido poco relacionados con la interacción enfermera-paciente, y los
cuales tienen un significado importante en la capacitación de la enfermera para responder
a cambios particulares en cada situación de cuidado, y aceptar su responsabilidad en las
decisiones que toma durante la interacción con el paciente.
Conocimiento
Enfermería no se escapa de esta situación, ya que para poder cuidar es necesario poseer
un conocimiento, ya sea implícito o explícito, directo o indirecto, general o específico
(3); un conocimiento adquirido a través de la práctica, el cual es apoyado por experiencias
previas (4), y un conocimiento del yo. Estos conocimientos se consideran habilidades
iniciales que la enfermera debe tener (5) para hacer posible la conexión de cuidado entre
ella y el paciente. El conocimiento específico que recibe la enfermera durante su
preparación es un conocimiento integrado basado, entre otros, en las ciencias biológicas,
sociales, psicológicas y antropológicas, que proporcionan algunas herramientas para
desarrollar su capacidad de comunicación, interacción y socialización. Sin embargo, la
formación de las enfermeras en cuanto a la comunicación ha sido incompleta en las
escuelas de enfermería (6), pues se observa en muchas ocasiones que la enfermera no ha
desarrollado esta capacidad de comunicación.
Por lo anterior se hace necesario introducir este proceso de comunicación de una manera
compleja dentro de la formación de la enfermera, pues una adecuada comunicación con
el paciente es una habilidad clínica fundamental que caracteriza a un profesional
competente (6).
En este sentido, estos conocimientos le permiten a la enfermera ser reconocida como una
profesional experta en el cuidado de la salud, por lo que se espera que el más alto resultado
se evidencie a través del contacto cálido y afectivo, y en situaciones prácticas a través de
la interacción enfermera-paciente. De igual manera, se espera que sea consejera experta
que identifique con competencia el momento oportuno, la frecuencia y duración a fin de
proporcionar este cuidado de interacción que requiere el paciente para mantener su
bienestar.
Estos patrones son de gran relevancia para la práctica, ya que fomentan el cuidado basado
en la relación e interacción con el paciente como un elemento significativo para intervenir
en los actos de cuidado y poder trascender con el ser humano (11, 12), razón de ser de la
enfermería.
Todo esto apunta a que la enfermera que transmite una presencia auténtica requiere del
conocimiento de la práctica y la confianza en las habilidades de la relación, de lo contrario
consideramos difícil que su participación dé resultados favorables. Por consiguiente, es
importante que la enfermera desarrolle su imagen corporal, su crecimiento, su percepción
y personalidad propia (16), como base para la preparación personal y el desarrollo
permanente del yo, elementos que le permitirán conocerse a sí misma y sus reacciones
ante las diversas experiencias de interacción, y de esta manera interpretar a los seres
humanos y favorecer su interacción (17).
Basados en esta perspectiva, se comprende que para ayudar a otro de manera eficaz es
necesario desarrollar una sólida formación teórico-práctica, y haber trabajado sobre sí
misma (19), siendo esta última una cualidad de la enfermera experta (18).
Habilidad práctica
Otro elemento que se debe tomar en cuenta dentro de la experiencia de la enfermera para
mantener cuidados de relación interpersonal, es la habilidad práctica que se aprende y se
adquiere con la experiencia de ser cuidador, y con el tiempo de experiencia del rol (21-
24, 6).
Reafirmando lo anterior, los hallazgos de Gjengedal (32) y Hansen (33) han demostrado
que las acciones de una enfermera con poca experiencia están enfocadas en el equipo
técnico, en lugar de intentar desarrollar una relación de comunicación con el paciente.
Por consiguiente, resulta imprescindible resaltar que la práctica de una enfermera con
experiencia redunda en una alta sensibilidad interpersonal y una recíproca intimidad
enfermera-paciente (15), que le ayudan a interpretar los significados conscientes e
inconscientes que se dan durante la comunicación con cada paciente.
Este punto se puede destacar más claramente a través de una situación sencilla que vive
la enfermera diariamente, cuando los pacientes que son enviados a la sala de operaciones
por lo general están inmersos en un mundo de ansiedades y temores, manifestados de una
forma verbal o no verbal justo en el momento de su traslado. Es entonces, en este
momento oportuno, cuando la enfermera experimentada encuentra un espacio para
establecer un cuidado de relación interpersonal con reciprocidad que le permite al
paciente expresar los temores y las preocupaciones que lo agobian.
Con estos ejemplos he querido resaltar que la enfermera, como ya es conocido por todos,
está habitualmente en contacto con el paciente; sin embargo, paralela a esta condición, la
experiencia le permite reconocer de una manera fluida la relación interpersonal y realizar
las intervenciones de un modo confiable y oportuno.
En este sentido, la poca experiencia muchas veces dificulta poner en práctica métodos
eficaces en la relación con el paciente, quizá no sólo por las dificultades derivadas de la
misma, sino por la inseguridad de lo que se hace, por el temor a lo desconocido, a la forma
de trabajo, a la tecnología o al entorno laboral, lo que trae como consecuencia llevar el
proceso de interacción a un último plano, tomándolo como una pérdida de tiempo o como
una simple entrevista.
Por consiguiente, se espera que una enfermera principiante consolide su autenticidad con
el apoyo y la guía de un mentor, y una enfermera experta use de manera hábil su presencia
auténtica en ambientes favorables o no (38). Así pues, la enfermera ofrecerá cuidado de
relación de forma afable, que le permita percibir de manera anticipada las necesidades del
paciente con habilidad y destreza y, al mismo tiempo, lograr que éste se sienta más
cómodo.
Por ello, hoy día la enfermera debe enfrentarse al desafío de encaminar las acciones a
cuidados de relación interpersonal, con compromiso, efectividad y una formación moral
que incluya desarrollar el amor hacia los demás, pues éste refleja una apertura hacia el
otro, una convivencia y una comunión con él (39).
Esto implica que el cuidado que ofrece la enfermera experimentada conlleva conductas
positivas relacionadas con la serenidad, la madurez y la neutralidad para mantener una
interacción eficaz y afrontar situaciones, sin que pueda ser dañina para ella o para el
paciente.
Este despliegue de sentimiento humanista (43, 44) de las enfermeras sólo puede ser
demostrado y practicado a través de las relaciones interpersonales (16), pues permite que
el paciente exprese sus sentimientos (22, 45) y satisfaga sus necesidades biopsicosociales
y espirituales, a través de una comprensión, dedicación e intimidad.
Todo esto indica que la práctica de la enfermera basada en el humanismo no es algo que
acontece de manera espontánea sino que es fomentada, aprendida y practicada (46). Por
tal razón, la experiencia provee a la enfermera las condiciones para sensibilizarse hacia
aspectos más humanos y comprender el significado que para el paciente conlleva su
interacción con él.
Sin embargo, hoy día se habla de un deterioro de estas relaciones interpersonales el cual
ha sido evidenciado a través de los años por diversas investigaciones (48-52), en las que
paralelamente también han surgido reflexiones de diversos autores (53), lo que indica una
gran preocupación de la comunidad científica de enfermería por buscar los factores que
puedan influir en este fenómeno.
Por tanto considero que la enfermera experta, para ser reconocida como profesional que
brinda cuidados de relación interpersonal, debe evidenciar un cuerpo de conocimientos y
la capacidad creativa para intervenir con habilidad y tener un acercamiento más afectivo,
dedicado y centrado en el conocimiento individual de cada paciente, a fin de hacerle frente
a factores que de una u otra forma pueden condicionar la interacción como lo es la
duración, continuidad y calidad de participación del paciente (27, 26, 54), para que de
esta forma se favorezca la adaptación de su situación.
Por otra parte, la relación interpersonal debe ser incluida como parte del contenido del
programa oficial de la carrera de enfermería para que la estudiante, en su formación,
reciba las herramientas básicas del arte de la empatía y de la comunicación, y reflexione
acerca del conocimiento de sí misma como enfermera y como persona.
2. Autonomía: principio ético que propugna la libertad individual que cada uno tiene
para determinar sus propias acciones, de acuerdo con su elección. Respetar a las personas
como individuos autónomos significa reconocer sus decisiones, tomadas de acuerdo con
sus valores y convicciones personales. Uno de los problemas en la aplicación del principio
de autonomía en los cuidados de enfermería, es que el paciente puede presentar diferentes
niveles de capacidad de tomar una decisión autónoma, dependiendo de sus limitaciones
internas (aptitud mental, nivel de conciencia, edad o condición de salud) o externas
(ambiente hospitalario, disponibilidad de recursos existentes, cantidad de información
prestada para la toma de una decisión fundamentada, entre otras).
Lectura Argumentativa.
La vida de los seres humanos se manifiesta a través de relaciones entre semejantes, estas
se desarrollan en el seno de grupos e instituciones. El hombre como ser social está sujeto
a relaciones interpersonales que se promueven entre personas que se conocen o no. Estas
van a jugar un rol importante en la actividad humana y están mediadas por la
comunicación. En enfermería, se establecen relaciones con el paciente y familiares, de
modo que le permita a la enfermera favorecer la relación terapéutica, satisfacer las
necesidades del paciente y brindar cuidados de enfermería.
Lectura Crítica.
Esta relación terapéutica es también una relación ética, donde los valores de cada uno
deben ser conocidos y considerados de igual importancia, es una relación terapéutica que
exige de la enfermera profesional un comportamiento que puede etiquetarse como
comportamiento práctico moral.
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REACTIVOS.
Tema: Historia interpersonal y personal de enfermería.
Respuesta: A
Fundamento: La práctica de enfermería basada en el cuidado es un campo de
experiencia, en donde los aspectos cognitivos de comportamiento y de integración de
habilidades son aplicados al cuidado del individuo.
Respuesta: E
Respuesta: A
Fundamento: un conocimiento adquirido a través de la práctica, el cual es apoyado por
experiencias previas.
Elija la respuesta correcta.
Que es la habilidad practica dentro de la experticia en la relación interpersonal y
personal.
a. Relación personal.
b. Cuidado directo.
c. Interactuar con el paciente.
d. es la habilidad práctica que se aprende y se adquiere con la experiencia de
ser cuidador.
e. Investigador.
Respuesta: D
Respuesta: E.
Fundamento: Beneficencia, autonomía, justicia, veracidad, confidencialidad. Son los
principios básicos en enfermería en el que se desarrolla el enfermero/a.