El Valor Del Humor PDF
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COMUNICACIÓN EFICAZ
JESÚS DAMIÁN FERNÁNDEZ SOLÍS 1
– Nos ofrece una «mirada» más desenfadada que nos ayuda a afrontar la
vida de otra forma lúdica y divertida.
Forés y Grané (2008) afi rma que los pilares sobre los que se asienta la
resiliencia son: la autoconfianza, la autoestima, la congruencia, la indepen-
dencia, la capacidad de relacionarse y establecer vínculos saludables y el
sentido del humor. Mediante el humor, podemos encontrar el equilibrio en-
tre la tragedia y la comedia. El humor nos permite reírnos de todo, incluso
de uno mismo.
RECURSOS Onomatopeya Dar nombre a un objeto animal imitando el sonido que produce.
FONÉTICOS Aliteración Repetición de ciertos sonidos dentro de una misma frase o pá-
rrafo.
Anáfora Repetición de palabras dentro de las frases.
Reduplicación Repetición de una palabra al principio de la frase para subrayar
algún estado de ánimo (nerviosismo, enfado…).
Conversión Consiste en repetir una palabra al final de varias frases.
Paranomasia Semejanza fónica parcial entre algunas palabras.
Concatenación Se trata de hacer una cadena.
Retruécano Se invierten los elementos de una frase, aunque en realidad no hay
un contraste de sentido.
Asonancias y Consiste en hablar en verso asonante con el fin de hacer reír.
Consonancias
Vulgarismos Aprovechar los errores que se cometen en el habla cotidiana para
conseguir el efecto cómico.
Entonación Para caracterizar a personajes.
RECURSOS Derivación Formación de palabras a partir de otras que ya existían
MORFOSINTÁCTICOS Composición Dos o más palabras se unen para formar otra cuyo significado es
distinto de las anteriores.
Prestamos Tomar prestadas palabras de otro idioma y desfigurarlas.
Lingüísticos
Acrónimos Son palabras formadas por iniciales (ejemplo: AVE).
Apócope Es el acortamiento de una palabra por el final (ejemplo: uni).
RECURSOS Juego de Utilizar las palabras para expresar varios significados.
SEMÁNTICOS Palabras
Equívoco Juego de palabras basado en la homonimia, es decir, en la igual-
dad entre dos palabras con un significado distinto.
Paradoja Unir ideas aparentemente contradictorias e irreconciliables.
Enumeración Referir de una manera rápida y ágil, generalmente mediante sus-
tantivos o adjetivos, varias ideas o distintas partes de un concepto.
Prosopopeya Atribuir cualidades humanas a seres inanimados o a animales.
Apóstrofe Invocación emocionada a una persona o cosa personificada.
Hipérbole Afirmación desmesurada o exageración (ejemplo: era tan feo...).
Perífrasis Se dice con una frase amplia lo que podría decirse con menos
palabras.
Comparación Se establece la unión de dos cosas que existen por separado.
Ironía Burla fina y disimulada. Decir lo contrario de lo que se quiere dar
a entender realmente.
Metáfora Establecer una identidad entre dos términos y emplear uno con
el significado del otro.
Metonimia Designar una cosa con el nombre de otra con la que guarda una
relación de causa-efecto, de autor a obra.
Eufemismo Nombrar mediante un circunloquio cosas «desagradables», como
las necesidades fisiológicas o algunas partes del cuerpo.
Absurdo o Expresiones sin sentido que se deben al nerviosismo del persona-
Incongruencia je o a su necesidad de explicarlo todo, simplemente, a la dejadez.
DE CARA AL ORADOR
Cuando el orador sintoniza con el público por medio del humor se po-
tencia un vínculo «muy especial» entre el comunicador y público. Se es-
trecha la relación generando una «común-unión» cómplice y participe de
la comunicación. Se proporciona a los asistentes sentimientos de alegría y
encanto compartido. Conduce hacia la generosidad y benevolencia de un
público cautivado por el hilarante discurso.
1. Los chistes
Red (1999: 11) nos indica que el chiste es una «habilidad para reunir con
rapidez varias representaciones que, por su contenido interno y por su nexo,
son recíprocamente extrañas».
Entre las distintas clases de chistes encontramos aquellos que están apo-
yados en el juego de sonidos. Otros exploran tópicos para luego recompo-
nerlos. También tenemos chistes de respuestas cortas y cortantes. O aque-
llos malentendidos graves que contienen consecuencias divertidas. Otra
clase de chistes giran entorno a las groserías o cortes mayúsculos. Chistes
de comparaciones, exageraciones o superlativos. Por último encontramos
chistes donde la fuerza reside en la frase lapidaria.
En el mercado existen cientos de libros (Red, 2005; VV.AA., 2007; Na-
cach, 2004) y ¡no digamos por internet!, que, al margen de hacernos pa-
sar unos buenos momentos, nos sugerirán ideas para implementar en las
presentaciones. Si usted desea hacer uso de algún chiste le sugerimos dos
ideas.
La primera, básica y elemental: «aprenda a contarlos» (le sugerimos que
no empiece por el fi nal). Tanto Torrabadella, y Corrales (2002), como Red
(2005), le enseñarán a descubrir las claves de la narración oral y les ayu-
darán a conocer todos los resortes del humor y a emplearlos en el lugar y
momento adecuados. Con estos trabajos podrá mejorar su capacidad para
entender, contar e incluso inventar chistes y anécdotas.
En segundo lugar procure que el chiste sea relevante y oportuno con
el tema que esté tratando. Recuerde también que, si no tiene en cuenta el
«auditorio», el chiste puede resultar desafortunado y puede incluso herir la
sensibilidad de algunos «espectadores».
Por último, Catchcart y Klein (2009) licenciados en Filosofía por la Uni-
versidad de Harvard, bien lo confi rman, ya que entienden que la fi losofía
y los chistes tienen mucho en común y esto lo demuestran con sendos li-
bros donde con su estilo habitual nos invitan a aprender divirtiéndonos. De
muestra bien vale un chiste:
«–Mi abuelo sabía la hora exacta, del día exacto, del año exacto en el
que iba a morir.
–¡Caramba! !Qué alma tan evolucionada! ¿Cómo lo logró?
–Se lo dijo el juez» (Catchcart y Klein, 2009: 127).
2. La anécdotas
No requieren ensayarlas tanto como los chistes y por lo tanto son más
fáciles de contar. Encontramos libros de anécdotas del mundo empresarial
(Amat, y Puig 2004: 147), por ejemplo, cuando nos previene Kettering «si
quieres matar una idea, crea una comisión para desarrollarla»; otros hacen
alusión a situaciones bélicas (Pernau, 2007: 22), que bajo el título Humor de
combate recoge infi nidad de historias que han servido de desahogo a multi-
tud de personas en épocas de opresión:
«Detienen a un estudiante que ha insultado a gritos, en plena calle, al
estalinista húngaro Rakosi:
–¡Rakosi es un imbécil!
El juez dicta sentencia: “un mes de cárcel por atentar contra el honor
del camarada Rakopsi y veinte años de trabajos forzados, por divulgar
un secreto de Estado”».
4. Metáforas
5. Refranes
6. Proverbios
8. Haikus
«Los epitafios
vienen a ser la gracia
del cementerio» (pp.88).
«Cómo reirían
los puntos cardinales
si fueran cinco» (pp. 113).
9. Nuevas tecnologías
Gracias a las nuevas tecnologías hoy en día podemos gozar de infi nidad
de productos con el objetivo de cumplir cualquiera de nuestras pretensiones
comunicativas. Las viñetas de humoristas gráficos, los dibujos y fotografías
manipuladas, así como las grabaciones o los efectos musicales y sonoros di-
vertidos amén de otros elementos audiovisuales pueden resultar impactan-
tes para reforzar nuestros mensajes o puntos fuertes de nuestro discurso o
comunicación.
El profesor Jáuregui (2009: 169) nos invita a recopilar todo aquello que
le llame nuestra atención, sin saber en principio cual será su destino final.
Por lo tanto abra tantas capetas como necesite en su ordenador y comienza
a recoger notas graciosas, citas, anécdotas, viñetas…, que sin lugar a dudas,
le dispondrá en una actitud positiva para mirar la vida, las personas y los
acontecimientos desde otro prisma mucho más amable simpático y diver-
tido. Únicamente hay que abrir los ojos y contemplar los sucesos con otra
actitud y emoción positiva en donde se descubra lo humorístico y jocoso
que la realidad le brinda a cada paso.
Algunos profesionales ya lo han hecho y a continuación le pasamos una
selecta muestra de este interesante trabajo:
– Por ejemplo Arangüena (2005) ha recopilado un divertido glosario de
esquelas, anuncios, y noticias para morirse de risa. En estos casos es
cuando reconocemos que la realidad va mucho más allá que la imagi-
nación. Veamos algunos ejemplos:
Esquelas:
–«D. Jaime... gerente de autoescuelas. Ha fallecido en trágico acciden-
te en autopista A-68. D.E.P.» (p. 47).
Negocios (Anuncios):
–«Fontanero. Fugas de agua e instalaciones. Fugas de Gas. Urgencias.
Teléfono… 24 horas. 356 días al año. (p. 100).
– En otro de sus libros Carandel (1995: 137) recorre toda la geografía es-
pañola buscando esquelas, necrología, epitafios, florestas mortuorias...
que no tiene desperdicio.
Por ejemplo como epitafio tenemos uno que encargó el escritor y políti-
co andaluz Abelardo López de Ayala a su amigo Arrieta que decía: «YA
NO TOSE».
– Por último, me gustaría reflejar como Gabilondo, Del Val y Zumeta,
(1999: 182) escriben el Estupiadiario. Antología del disparate en donde
reflejan las anécdotas y sucesos más divertidos sucedidos en la radio:
«Luis del Olmo, cuenta que en el programa El debate sobre el estado
de la nación, donde participaban: Tip. Coll, Chumy Chumes, Mingote,
A. Ussía, A. Ozores, Forges y Summers, que sus señorías concedieron el
Título de “Más bonito que un San Luis” a don Juan de Borbón, padre de
su majestad el rey don Juan Carlos. Al fi nal de la cena en la que hicimos
entrega del título, y en medio de un ambiente distendido y cordial que
habían logrado crear con extrema facilidad, Tip invitó a don Juan a jugar
a los chinos. Tip le dijo: “Señor, si no tiene monedas a mano, yo le presto
tres duros con la efigie de su niño”. Cuando acabó la partida, que ganó
Tip, éste se arrodilló ante don Juan y le dijo: “Señor, no se recate. Haga lo
que le apetece: ¡Béseme!”».
2. Presentando juegos:
– Tras una gloriosa y espectacular presentación del ponente por el coor-
dinador del acto:
«–Yo mismo estoy impaciente por ver que es lo que voy a decir».
Puede hacer gestos mirando a uno y otro lado dando por supuesto que
usted no es «ese» tan renombrado.
7. Fomentando el aplauso:
9. Azarosas:
– Llegando al fi nal del discurso la gente suele mirar al reloj por lo que el
ponente entiende que ya va siendo la hora de finalizar. En este preciso
momento el ponente puede romper con lo previsto y decir en alto:
«–A mí, sinceramente no me moleta que la gente mire una y otra vez
su reloj. Lo que me fastidia enormemente es que la gente se lleve el reloj al
oído como preguntándose con cara de asombro: ¿es que no pasa el tiempo
o qué?».
mente serios e interesantes. Eso sí, intente a toda costa que su discurso
sea motivador y atrayente.
• Procure que los recursos que busca sean pertinentes, adecuados y opor-
tunos con el tema y la audiencia a la que se dirige.
• Comunique sus ideas con un estilo sencillo y claro en donde la broma
sea fácilmente identificable y suponga un guiño compartido que usted
comparte con su público
• Persiga un humor positivo, cómplice, amable y generoso; el público se
lo agradecerá y usted disfrutará.
BIBLIOGRAFÍA
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