Guia Problemas Del Conocimiento - Como Resolver El Problema Del Conocimiento
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¿Es posible conocer la realidad? Muchos filósofos se han formulado esta pregunta y la han
resuelto en diferentes sentidos: para algunos sí es posible explicar los fenómenos, hechos,
acontecimientos, sucesos (Sócrates, Platón), otros dicen que no (Pirrón de Ellis) y, los más,
dicen que, si no se puede explicar, al menos se puede explorar, describir, interpretar,
comprender cómo es (Protágoras, Heráclito, James, Kant). Quienes han afirmado que sí es
posible explicar la realidad en esencia, se debe a que, aún sin saberlo, han resuelto la
cuestión a partir de su razón; los que afirman lo contrario han utilizado sus sentidos y,
quienes se ubican en medio han partido de sus dos cualidades: la razón y los sentidos.
Dogma implica una doctrina fijada. El dogmatismo es una presunción filosófica con la que
se puede resolver el problema de la posibilidad del conocimiento de la realidad afirmando,
utilizando la razón, que el sujeto, la conciencia cognoscente, realmente aprehende al objeto,
que el conocimiento de los fenómenos no es un problema, que el contacto entre el sujeto
cognoscente y el objeto por conocer es posible y real (Hessen (2011, pp. 21-22).
La función de la conjetura filosófica dogmática, la necesidad que puede satisfacer el sujeto
cognoscente presuponiendo que sí es posible conocer, consiste en adoctrinar a los demás
sujetos para que se ajusten a los saberes establecidos. Funciona muy bien en las cuatro
posibilidades de realización del espíritu humano: filosofía, ciencia, religión y arte.
Por ejemplo: en el ámbito educativo adoctrinamos a nuestros niños con las “verdades”
relativas a las tradiciones, creencias y costumbres de nuestra cultura. Los “derechos” y
“obligaciones” que, como ciudadanos debemos aceptar y promover, ya están “dados”,
“puestos”; solo hay que “introducirlos” en las almas de nuestros pupilos; luego entonces, sí
es posible conocer nuestros derechos y obligaciones, porque forman parte del derecho
Colegio Héctor Maldonado Flores
Leonardo Murialdo Departamento de Historia y Filosofía
positivo y están en el orden constitucional y legal; constituyen las reglas que promovemos
los docentes mediante la formación “cívica” y “ética” de nuestros alumnos.
Se trata de un orden establecido por la razón (origen del conocimiento) que se promueve
adoctrinando a nuestros alumnos (posibilidad del conocimiento), tratando de evitar el
desorden (empirismo) para mantener el statu quo (dogmatismo). Orden o desorden, quietud
o movimiento; he ahí el aspecto filosófico de los supuestos.
3.2 Resolviendo el problema de la posibilidad del conocimiento con los sentidos, estimando
que no es posible conocer, presumiendo que no existe una verdad universalmente válida,
conjeturando que la verdad es relativa y atribuyendo que, en última instancia, lo verdadero
es lo útil.
Escepticismo significa cavilar, examinar, dudar. Desde este supuesto filosófico se puede
negar la posibilidad del conocimiento. Se puede desestimar la posibilidad de un contacto
real entre el sujeto y el objeto. Se supone que el sujeto no puede aprehender al objeto. Se
puede afirmar que el conocimiento, en el sentido de una aprehensión real del objeto por el
sujeto, es imposible.
La necesidad que satisface este supuesto filosófico, su función, consiste en sembrar la duda
sobre el conocimiento de la realidad.
Sobre la finalidad que persiga todo aquel que utilice un supuesto filosófico escéptico para
resolver el problema sobre la posibilidad de conocer, es posible afirmar que se piensa, o se
quiere pensar, porque así puede convenir a los intereses del sujeto que elabora el discurso
escéptico, que la realidad está en constante movimiento, entendido el movimiento como
cambio.
también son escepticismo, porque la necesidad que satisfacen es sembrar la duda en el o los
sujetos o grupos de sujetos, con la finalidad de mover la realidad.
A decir de Schopenhauer (1997, p. 19), “No hay otra verdad más cierta, más independiente
ni que necesite menos pruebas de la de que todo lo que puede ser conocido, es decir, el
universo entero, no es objeto más que para un sujeto, percepción del que percibe; en una
palabra: representación…” Cada ser humano se representa el mundo de manera diferente,
dependiendo de sus sentidos; de su evolución material y espiritual; del tiempo y lugar en el
que vive; de la cultura en la que se recrea; de sus emociones, sentimientos prejuicios,
ambiciones, miedos; de los mitos, tradiciones, costumbres, creencias de la sociedad en la
que vive.
Siguiendo a Hessen (2011, pp. 25-27), desde una presunción filosófica relativista se puede
afirmar que solo hay verdades en relación a una humanidad determinada. La verdad
depende de circunstancias de tiempo, lugar y modo de vida de los seres humanos.
Desde una conjetura filosófica pragmática, a decir de Hessen (2011, pp. 27-29), el sujeto
cognoscente puede abandonar la idea de la verdad, en el sentido de la concordancia entre el
pensamiento y el ser, y conceder que lo verdadero es lo útil, valioso, lo que le sirve al
sujeto para sobrevivir. Se puede atribuir que la inteligencia le fue dada al ser humano en lo
individual, para orientarse en la realidad y no para conocerla.
Para James (1975, pp. 156-158), la verdad significa “...adecuación con la realidad... ideas
verdaderas son las que podemos asimilar, hacer válidas, corroborar y verificar; ideas falsas
son las que no.…” Poseer pensamientos verdaderos significa, para James, contar con
instrumentos de acción que nos dicen qué realidades pueden ser útiles o perjudiciales. La
verdad es provisional, de grupo, y el discurso debe adaptarse a la realidad para que sea útil,
verdadero.
De acuerdo con Nietzsche (1976, p. 88), “De los sentidos proviene toda manifestación de
certidumbre, toda buena conciencia, toda evidencia de verdad”. Entonces la verdad es
cambiante, relativa; porque los sentidos no nos proporcionan conocimientos estables.
3.3 Resolviendo el problema de la posibilidad del conocimiento con la razón y los sentidos,
concediendo que sí es posible conocer, pero no en esencia
Siguiendo a Hessen (2011, pp. 29-30), las escuelas de pensamiento que parten de supuestos
filosóficos criticistas opinan que sí es posible conocer (dogmatismo) pero no en esencia,
por lo que se deben analizar las afirmaciones de los demás y no aceptar nada sin
reflexionar, cavilar, analizar los juicios de los otros (escepticismo); porque los seres
humanos sentimos y pensamos de manera diferente a los demás seres humanos
(subjetivismo); porque los juicios cambian en tiempo, espacio y circunstancias
(relativismo); y porque el conocimiento que aprobemos como verdadero, debe sernos útil
en la realización de nuestros objetivos, en el logro de nuestros propósitos, tanto
individualmente como en nuestras relaciones con los demás seres humanos (pragmatismo).
hace ver sus limitaciones; pero al propio tiempo o dentro de estas, garantiza su obra posible
y creadora.
Kant (1994, p. 25) entendía la ilustración como la posibilidad de “…liberación del hombre
de su culpable incapacidad…” Esa incapacidad se entiende como “…la imposibilidad de
servirse de su inteligencia sin la guía de otro...” (Kant 1994, p. 25). Se trata de una
incapacidad culpable porque “…su causa no reside en la falta de inteligencia sino de
decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro…”. (Kant, 1994, p.
25) Por eso Kant (1994, p. 25) dijo: “... ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu
propia razón!...” Kant concluye lo anterior porque está resolviendo el problema sobre la
posibilidad de conocer con su razón y con sus sentidos, solo que primero utiliza la razón y
luego los sentidos.