Arcilla Resumida PDF
Arcilla Resumida PDF
Arcilla Resumida PDF
No se conoce con exactitud cómo actúa sobre todo ser vivo, pero son innegables las
múltiples aplicaciones terapéuticas de la arcilla. Primeramente se resumen sus
propiedades y la aplicación genérica de su uso externo. A quien interese la aplicación
para alguna afección en concreto, y por resultar imposible entrar en mayores detalles,
remitimos a la documentación reseñada. A continuación se ofrece una visión general de
los múltiples efectos derivados de su uso interno, sobre determinados órganos y
funciones y sobre el organismo en su totalidad, señalando diversas precauciones y
consejos para evitar o minimizar posibles reacciones no deseadas al ingerir el agua
arcillosa.
Utilización externa, efectiva y sin riesgos. Hay constancia del empleo de la arcilla
desde hace milenios, en todas las épocas y continentes, para curar todo tipo de
enfermedades, heridas, afecciones de la piel y problemas inflamatorios. Los hombres
probablemente imitaron a los animales, que buscan en el barro arcilloso el remedio a
sus males. Si bien dejó de utilizarse de manera habitualen el siglo XIX, con la
incorporación a la vida cotidiana de los progresos de la química, ya desde la Edad
Media fue perdiéndose en Occidente el prestigio terapéutico de la arcilla,
menospreciada por la Iglesia. El abate Kneipp restablece su fama junto con otros
pioneros del uso de la arcilla en el siglo XIX como Louis Kühne y Adolf Just, o Julius
Stumpf a principios del XX: "Todos fueron víctimas de las persecuciones desatadas por
los representantes de la ortodoxia médica, cuando el simple hecho de mencionar la
arcilla se prestaba a bromas", sostiene la doctora Marie-France Muller.
El naturópata francés Raymond Dextreit afirma que la arcilla es una sustancia viva que
actúa con discernimiento y frena la proliferación de cuerpos parasitarios, microbios o
bacterias patógenas, a la vez que favorece la reconstitución celular sana. La arcilla
actúa en el foco de la enfermedad y efectúa una limpieza completa y la evacuación de
elementos indeseables como pus. Por su poder de absorción neutraliza y drena las
impurezas de los tejidos, retiene todo tipo de líquidos y absorbe los malos olores y
decolora. Su poder de adsorción, en cambio, permite la fijación y neutralización de
toxinas y alcaloides: la arcilla capta para evacuar los elementos indeseables del cuerpo
o los productos de desasimilación, impurezas que están en estado de suspensión en los
líquidos corporales como sangre, linfa y bilis, que son drenados y eliminados.
Para Abehsera el poder activo de la arcilla sólo puede explicarse porque es un poderoso
agente de estimulación, transformación y transmisión de energía. Todas las partículas
de arcilla retienen una considerable cantidad de energía del potente campo magnético
de la tierra: "Esta acción radiactiva transmite una extraordinaria fuerza al organismo y
contribuye a la reconstrucción del potencial vital a través de la liberación de energías
latentes. El organismo tiene grandes recursos energéticos que normalmente permanecen
dormidos: la arcilla los despierta".
ARCILLA VERDE
La mejor es la montmorillonita o bentonita, que también puede ser de color pardo o
gris, muy rica en magnesio, además contiene silicio, potasio, sosa, cal y fosfatos, y
óxidos de hierro, aluminio, manganeso, magnesio y titanio. Excepcional capacidad de
absorción y pureza. Es desintoxicante, remineralizante y absorbente, se utiliza para
drenar y remineralizar, por vía externa en cataplasmas espesos o por vía interna en
forma de agua arcillosa para beber. La illita, variedad muy cálcica y pobre en
magnesio, se adhiere muy bien a la piel, por su poder de absorción se utiliza para
absorber residuos e impurezas, en cataplasmas espesas sirve en traumatismos y
contusiones porque hace disminuir la hinchazón de esguinces y luxaciones.
ARCILLA BLANCA O CAOLINITA
ARCILLA ROJA
Es la manera más inmediata y fácil de utilizar la arcilla, sin ningún peligro. El metal y
el plástico nunca deben entrar en contacto con la arcilla, debe utilizarse una cuchara de
madera y un recipiente de vidrio, porcelana, loza, madera o gres.
Como soporte de la cataplasma debe usarse un tejido natural como algodón o lino, pues
los tejidos sintéticos reducen la efectividad de la arcilla. Para preparar la cataplasma, en
un cuenco se vierte la arcilla machacada y se alisa la superficie, se cubre con agua lo
más pura posible y se deja reposar sin remover. Debe ser de consistencia firme para que
no chorree, pero tampoco demasiado espesa. Se pone la pasta arcillosa sobre una tela
gruesa, que tiene que ser mucho más grande que la cataplasma. La cataplasma a su vez
debe cubrir una superficie mayor que la que se pretende tratar con la arcilla, con una
espátula de madera por ejemplo se reparte la arcilla en un espesor de 2 o 3 centímetros
sin amontonar. Se coloca la cataplasma de manera que la arcilla quede en contacto
directo con la piel, excepto si hay vello o una llaga, en cuyo caso puede colocarse una
gasa fina entre la arcilla y la piel.
La cataplasma debe ser ancha y cubrir bien toda la superficie a tratar, puede quedar
aplicada desde unos minutos a varias horas e incluso toda la noche, según los casos.
Después, seca, se retira con cuidado, se limpia la piel con agua tibia y se tira la arcilla
pues estará contaminada con toxinas.
Puede incrementarse la acción de la arcilla si se prepara con agua salada con sal marina
gris no refinada, rica en oligoelementos, yodo y magnesio natural. Para tratar abscesos,
forúnculos y tumores, Raymond Dextreit recomienda una aplicación que se prepara
derritiendo dos cucharaditas de café de sal marina en un poco de agua muy caliente,
que se remueve con una cuchara de madera. Se agrega arcilla en polvo para hacer un
ungüento que se extiende sobre una tela, cataplasma que se aplica bien caliente sobre la
zona a tratar, se mantiene todo el día y por la noche se aplica otra, que se conserva
hasta el día siguiente.
Debe renovarse hasta que aparezca pus, que indica que se está llevando a cabo el
drenaje: "Hasta la curación total, aplique sólo cataplasmas frías", indica.
Al comienzo puede parecer que el tratamiento agrava el mal, cuando no se trata más
que de una acción de drenaje de la parte tratada, evidencia de la acción beneficiosa de
la arcilla. Es posible que un absceso o úlcera se agrande y se abra dejando escapar pus
y sangre, antes de cicatrizar y desaparecer. Igual sucede con un órgano profundo:
primero se eliminan las toxinas de las zonas cercanas en una aparente agravación que a
veces puede ser perjudicial si se extiende. Para evitar cualquier reacción negativa la
doctora Muller aconseja que 15 minutos antes de empezar a aplicar las cataplasmas se
drene el organismo mediante cura de limón, frutas, alimentación vegetariana, arcilla
por vía oral e incluso aplicando laxantes.
Aumentar de manera progresiva, y según se tolere, el espesor y la extensión de las
cataplasmas, desde 0,5 cm. en una superficie reducida hasta 3 cm. en una superficie de
30 cm. de lado; y no interrumpir el tratamiento empezado antes de que el drenaje sea
suficiente.
El lavado y la ducha vaginal son muy útiles en caso de colitis, lombrices intestinales,
micosis vaginal e inflamaciones locales como vaginitis, cervicitis o metritis. Se
disuelven 4 cucharadas soperas de arcilla en polvo por cada litro de agua.
Para el empolvado de los bebés se recomienda la arcilla fina, más eficaz que el talco
para espolvorear los rasguños de los recién nacidos y los niños. Para concluír con
palabras de la doctora Muller: "La acción desinfectante de la arcilla unida a su
capacidad de regeneración rápida de los tejidos la hace irremplazable, incluso en los
tratamientos de ulceraciones de todo tipo como el eccema, la psoriasis, etc.".
"Cualquier posible similitud entre la arcilla y los medicamentos químicos será sólo
aparente, pues existe una diferencia básica entre la acción antiséptica de la arcilla y la
de las sustancias químicas. Todo producto químico es materia muerta que actúa
ciegamente y destruye todas las bacterias de manera indiscriminada, las buenas y las
malas, las sanas y las enfermas, las beneficiosas y las dañinas. Es posible que de ese
modo se consiga exterminar los gérmenes peligrosos pero no se respeta a los elementos
que favorecen la reconstrucción de células y tejidos, ... Un hecho evidente es que la
arcilla usada internamente, en absorción oral, anal o vaginal, actúa con enorme
sabiduría, se dirige siempre a la zona dañada o enferma, donde se aloja quizá durante
varios días y finalmente se evacúa, arrastrando consigo el pus, la sangre podrida, etc."
Raymond Dextreit, Nuevo tratado de medicina natural (Nuestra tierra, nuestra cura),
Edaf, Madrid, 2001.
Tomada por vía oral, la arcilla provoca un efecto multilateral. Su intensa actividad
elimina y destruye las células enfermas y activa la reconstrucción de otras sanas, actúa
como agente depurador que elimina toda clase de sustancias nocivas. Tiene efecto
sedante, relajante y curativo en el tratamiento de las inflamaciones intestinales,
amébicas y otras disenterías.
Pero más allá de la acción directa e inmediata de la arcilla sobre el aparato digestivo,
que contribuye a eliminar numerosos cuerpos extraños incluidos los gases, su actividad
no sólo cura trastornos leves como diarrea y estreñimiento, sino que influye sobre todos
los órganos y sobre la totalidad del organismo. Todo elemento enfermo que emite
radiaciones negativas es atraído por la arcilla, destacado polo positivo, y eliminado.
La arcilla limpia y enriquece la sangre y puede curar la anemia más resistente. Es muy
rica en enzimas y diastasas, de las cuales las oxidasas fijan el oxígeno libre, lo que
ayuda a explicar el efecto purificante y enriquecedor de la arcilla sobre la sangre. El
análisis de su composición no explica en cambio su acción reconstituyente sobre los
glóbulos rojos, cuyo número aumenta al cabo de un mes de ingerir arcilla como
demuestra un análisis de sangre. No se limita a suplir la insuficiencia de cualquier
sustancia en el organismo sino que estimula al órgano insuficiente y contribuye a
restaurar sus funciones. La arcilla no puede ser la única fuente de energía de los
fenómenos que provoca, su eficacia se deriva de una presencia dinámica mucho más
significativa que el simple estudio de las sustancias de que se compone, se trata más de
un catalizador que de un agente, lo que según Dextreit se debe a que la arcilla está viva,
es tierra viva que ayuda al organismo a fijar y asimilar los elementos de los que carece.
Las sustancias catalizadoras sólo tienen que estar presentes en dosis infinitesimales, no
es necesario absorber grandes cantidades de arcilla, es suficiente una cucharadita diaria.
Dextreit afirma que la arcilla debe emplearse en dosis relativamente pequeñas, como su
acción se debe a sus radiaciones y no a que contenga cantidades mayores o menores de
determinados elementos es inútil tomar grandes cantidades. No se trata tampoco de un
simple calmante o analgésico. Debe utilizarse con prudencia, sobre todo en uso interno.
La dosis media es de una cucharadita diaria para los adultos, que puede aumentarse
hasta 2 o 3 al día en algunas infecciones intestinales, tuberculosis o disentería. Para los
niños menores de 10 años la dosis es de media cucharadita diaria.
Para uso interno conviene elegir arcilla fina, grasa y sin arena que haga rechinar los
dientes. Debe prepararse varias horas o una noche por adelantado, vertiendo una
cucharadita de arcilla en medio vaso de agua, y beberse por la mañana inmediatamente
después de levantarse o por la noche al acostarse. Dextreit establece en 3 semanas la
duración del primer tratamiento con arcilla. Tras una semana de descanso se reanuda el
tratamiento, que continúa durante los meses siguientes al ritmo de una semana de
tratamiento y otra de descanso alternativamente.
Precauciones y reacciones
Si la arcilla provoca náuseas, puede mezclarse con un poco de agua hasta formar una
pasta con la que se hacen bolitas del tamaño de guisantes que se dejan secar y se tragan.
La persona propensa al estreñimiento, o si lo provoca la arcilla, puede disolverla en
más cantidad de agua o prepararla con una infusión de ruibarbo y tomarla varias veces
al día entre comida y comida, bebiendo al principio sólo el agua arcillosa. Para los
niños, la pasta arcillosa puede mezclarse con alguna infusión aromática como menta o
eucalipto en lugar de agua y chupar las bolitas como caramelos. Los bebés pueden
tomar una cucharadita de agua arcillosa antes de las tres comidas diarias.
Como todo remedio natural que contribuye a fortalecer el organismo o a eliminar las
sustancias que lo perjudican, pueden producirse reacciones desagradables. Por ello,
antes de iniciar un tratamiento natural es conveniente informarse acerca de sus
posibilidades y desarrollo. Al prever una reacción se la controla más fácilmente, sin
tenerle miedo, pues es deseable al constituír una señal de que el organismo está
respondiendo adecuadamente.
Conviene y pueden evitarse las reacciones violentas, intensas o repentinas, nunca
deseables, siguiendo para ello las pautas señaladas.
Núria Langreo (Salud y belleza con arcillas, fangos y algas, Tikal, Barcelona, 2000)
sostiene que la arcilla es uno de los mejores aliados y protectores de la salud. Poderoso
desintoxicante que limpia el organismo de toxinas perjudiciales, a la vez remineraliza
por los oligoelementos que contiene. Previene, cura, tonifica y calma, descongestiona,
alivia, cicatriza, purifica, absorbe y desinfecta. Excelente depurador y regenerador de la
piel, de las estructuras óseas y de los órganos internos, la arcilla se opone a los procesos
patológicos que llevan a los tejidos del cuerpo al endurecimiento y la esclerosis, bebida
o utilizada externamente ayuda a frenar el envejecimiento: "El selenio y el litio,
oligoelementos presentes en la arcilla, ayudan a ralentizar el envejecimiento", afirma.
Para Núria Langreo, la afinidad existente entre una persona y la arcilla se explica por la
presencia en la tierra de sales minerales y oligoelementos iguales a los que se hallan en
nuestro organismo: "Por tanto, no es de extrañar que cuando ingerimos arcilla,
masticada o bebida, nos nutrimos y nos regeneramos con unos componentes muy
familiares. Esto es fácil de comprobar cuando recibimos un análisis médico de sangre y
orina que nos detalla las cantidades de calcio, hierro, magnesio, sílice, etc".
Núria señala que la toma regular de una cucharadita de arcilla disuelta en un vaso de
agua en ayunas contribuye a mantener los niveles necesarios de minerales en el
organismo, previniendo cualquier carencia: "La arcilla trabaja allí donde hay
disfunción, siendo un catalizador extraordinario en la fijación de aquellas sustancias
que el cuerpo no supo retener (falta de hierro, vitaminas, calcio, ...). Aparte de su
acción reguladora, purificadora y drenante, la arcilla enriquece la sangre, aumentando
la cantidad de glóbulos rojos en caso de anemia, y la libera de toxinas y adherencias
nocivas en las paredes arteriales". Ejerce, además, una influencia beneficiosa sobre las
diversas glándulas endocrinas (tiroideas, suprarrenales, sexuales), a las que estimula o
modera según los casos.
Beneficiosa para todas las edades, la arcilla favorece el crecimiento de los niños y
estimula
sus defensas, mantiene el estado de buena salud de los adultos y es un excelente tónico
del sistema nervioso, regula los órganos del cuerpo (riñones, hígado, pulmones) y frena
el deterioro físico de los ancianos y sostiene con sus oligoelementos el sistema
inmunitario.
Es una terapia no agresiva para el organismo humano, que raramente presenta efectos
secundarios nocivos y que, si se presentan, son reversibles.
Consejos prácticos
La cura de arcilla está indicada para todas las edades y estados de salud, con las debidas
precauciones y previa consulta al especialista si hay una enfermedad grave o tendencia
al estreñimiento. Dicha cura debe seguirse según Núria Langreo como mínimo una vez
al día durante 3 semanas, en las que pueden aparecer síntomas de desintoxicación como
olor y color más intenso de las heces o depuración de la piel con aparición de granitos o
zonas más húmedas o grasas. En casos de urgencia como acidez de estómago,
afecciones intestinales o malestar general, la preparación de la arcilla puede hacerse al
instante, removiendo la arcilla un par de veces en el agua y dejándola reposar 5 minutos
antes de beberla. Se toma varias veces diarias hasta restablecer la normalidad, en unos
días. Debe utilizarse un vaso de cristal grueso, ya que la fuerza energética de la arcilla
puede hacerlo estallar si es de paredes muy delgadas.
Para tratar amigdalitis, aftas o llagas en la boca, flemones y problemas de encías como
gengivitis y piorrea, pueden hacerse gargarismos y enjuagues con la mezcla de una
cucharada sopera de arcilla y una cucharadita de sal marina añadidas a medio litro de
agua caliente sin hervir. La arcilla puede utilizarse también en forma de enemas:
"Además de limpiar de toxinas el cuerpo, esta acción higiénica nos permite mantener
en sano equilibrio nuestra flora intestinal y regular las deposiciones", en palabras de
Núria Langreo, y para efectuar irrigación o lavado vaginal: "Esta aplicación tan sencilla
asegura una buena higiene del aparato reproductor femenino, desapareciendo la
pesadez o malestar que producen las constantes inflamaciones en el bajo vientre en
muchas mujeres. Es ideal para combatir micosis, vaginitis, cervititis, metritis, etc.".
Las personas con tendencia al estreñimiento que toman habitualmente aceites minerales
(parafina) como laxantes, no deben tomar arcilla por vía interna ya que hay riesgo de
que se produzca una oclusión intestinal. Aunque suele ser inocua por vía interna, tiene
alguna contraindicación en los casos de hipertensión arterial, oclusiones y hernias
internas.