Legislacion Laboral y Seguridad Social

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1.4. El Derecho del Trabajo


El derecho al trabajo es el derecho fundamental humano por el que toda persona
tiene derecho al trabajo, a la libre elección del mismo, a condiciones equitativas
y satisfactorias de trabajo, a la protección contra el desempleo, sin
discriminación, con igualdad salarial, remuneración digna, protección social y
derecho de sindicación.
El derecho al trabajo se reconoce en las normas fundamentales de derechos
humanos como son la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como en
textos internacionales como la Carta social europea, el Protocolo de San
Salvador, la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y en textos
nacionales como son las Constituciones de numerosos países.
Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.
El artículo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, considerada
el fundamento de las normas internacionales sobre derechos humanos, en
relación con el Derecho al Trabajo, indica:
Artículo 23. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su
trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección
contra el desempleo. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a
igual salario por trabajo igual. Toda persona que trabaja tiene derecho a una
remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia,
una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso
necesario, por cualesquiera otros medios de protección social. Toda persona
tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales 1966.
En los artículos 6, 7 y 8 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, se recoge el Derecho al Trabajo como uno de los Derechos
económicos, sociales y culturales:
Artículo 6. 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho a
trabajar, que comprende el derecho de toda persona a tener la oportunidad de
ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado, y tomarán
medidas adecuadas para garantizar este derecho.
2. Entre las medidas que habrá de adoptar cada uno de los Estados Partes en el
presente Pacto para lograr la plena efectividad de este derecho deberá figurar la
orientación y formación técnico-profesional, la preparación de programas,
normas y técnicas encaminadas a conseguir un desarrollo económico, social y
cultural constante y la ocupación plena y productiva, en condiciones que
garanticen las libertades políticas y económicas fundamentales de la persona
humana.
Artículo 7. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de
toda persona al goce de condiciones de trabajo equitativa y satisfactoria que le
aseguren en especial: a) Una remuneración que proporcione como mínimo a
todos los trabajadores:
i) Un salario equitativo e igual por trabajo de igual valor, sin distinciones de
ninguna especie; en particular, debe asegurarse a las mujeres condiciones de
trabajo no inferiores a las de los hombres, con salario igual por trabajo igual;
ii) Condiciones de existencia dignas para ellos y para sus familias conforme a las
disposiciones del presente Pacto;
b) La seguridad y la higiene en el trabajo;
c) Igual oportunidad para todos de ser promovidos, dentro de su trabajo, a la
categoría superior que les corresponda, sin más consideraciones que los
factores de tiempo de servicio y capacidad;
d) El descanso, el disfrute del tiempo libre, la limitación razonable de las horas
de trabajo y las variaciones periódicas pagadas, así como la remuneración de
los días festivos.
Artículo 8 1. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a
garantizar:
a) El derecho de toda persona a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección,
con sujeción únicamente a los estatutos de la organización correspondiente,
para promover y proteger sus intereses económicos y sociales. No podrán
imponerse otras restricciones al ejercicio de este derecho que las que prescriba
la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de la
seguridad nacional o del orden público, o para la protección de los derechos y
libertades ajenos;
b) El derecho de los sindicatos a formar federaciones o confederaciones
nacionales y el de éstas a fundar organizaciones sindicales internacionales o a
afiliarse a las mismas;
c) El derecho de los sindicatos a funcionar sin obstáculos y sin otras limitaciones
que las que prescriba la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática
en interés de la seguridad nacional o del orden público, o para la protección de
los derechos y libertades ajenos;
d) El derecho de huelga, ejercido de conformidad con las leyes de cada país.
2. El presente artículo no impedirá someter a restricciones legales el ejercicio de
tales derechos por los miembros de las fuerzas armadas, de la policía o de la
administración del Estado.
3. Nada de lo dispuesto en este artículo autorizará a los Estados Partes en el
Convenio de la Organización Internacional del Trabajo de 1948 relativo a la
libertad sindical y a la protección del derecho de sindicación a adoptar medidas
legislativas que menoscaben las garantías previstas en dicho Convenio o a
aplicar la ley en forma que menoscabe dichas garantías.
1.4.1. Esencia y Naturaleza del Trabajo.
Esencia
El trabajo es actividad o acción productiva. Una primera aproximación al trabajo
nos muestra lo siguiente:
• Acción se llama a aquellos actos en que hay una finalidad consciente. La acción
productiva se distingue de otras acciones.
• El trabajo constituye el modo de ser del hombre
• El hombre realiza esa actividad en relación con la naturaleza
• El trabajo es una actividad inter-subjetiva, es pues un modo de acción social
• Constituye un factor de 1º orden en la dinámica social
• Se insertan en un marco social y económico.
Naturaleza. -
A) la incorporación del ser humano en el desarrollo natural.
B) basada en apropiarse de “lo natural” para las necesidades humanas,
C) condición general del metabolismo entre el hombre y la naturaleza,
D) eterna condición natural de la vida humana,
E) el trabajo es una mediación que enlaza a la naturaleza y a la cultura, con ello
abre la historia.
F) El hombre realiza esa actividad en relación con la naturaleza.

Cada vez con mayor fuerza se habla de la “socialización del Derecho” en el


sentido de que “prevalecen más el carácter estatutario sobre el contractual, los
preceptos imperativos del Poder público, fundados en el interés general, sobre
las libres relaciones de los particulares, al servicio de su propia conveniencia”; a
lo cual se suma el hecho de que el trabajo “va perdiendo su significado
individualista para convertirse en una gran fuerza social; de la misma manera
que la producción, de actividad dirigida al enriquecimiento de sus titulares, se va
encauzando hacia la planificación que el Estado determina según su enfoque
predominante y los dictados de las necesidades sociales”; razones, entre otras,
que permiten a algunos juristas encuadrar al Derecho del Trabajo dentro del
Derecho Público (Cabanellas, 2001, 154).

1.4.2. Características
El trabajo presenta las siguientes características:
✍ Es actividad humana y por lo tanto, consciente.

✍ Persigue un fin económico; medio para satisfacer las necesidades básicas del
hombre.

✍ Es obligatorio, porque responde las necesidades humanas.

✍ Es dignificante, porque implica el cumplimiento de un deber y la realización de


un esfuerzo. Por medio del trabajo, el hombre se basta a sí mismo y se hace
merecedor del respeto de los demás.

✍ El trabajo es ante todo actividad lícita Conforme a la moral, a la ley, y a las


buenas costumbres.
El Derecho Laboral es: nuevo, en la medida de que se encuentra aún en
formación, está en constante expansión, es inacabado, dinámico;
Garante y protector porque genera condiciones para el ejercicio de Los derechos,
y prevé mecanismos de protección y exigibilidad de los mismos;

Especial en cuanto sus normas se aplican sobre las del Código Civil;
Público porque responde a un interés general con normas imperativas, que
limitan la autonomía de la voluntad, por cuanto obedecen al interés general; aun
cuando regula relaciones de naturaleza privada; y finalmente,
Autónomo en la medida de que tiene sustantividad propia; lo que le permite, al
decir de Grisolia, “resolver motu propio el objeto de la materia” quien agrega que
dicha independencia es relativa, toda vez que el derecho “está interrelacionado
entre sus distintas partes” (2010, 17).
Desde la nueva perspectiva de Derechos Humanos de la actual Constitución,
que respeta a la persona y exige condiciones para la vida digna y consagra que
todos los principios y los derechos son inalienables, irrenunciables, indivisibles,
interdependientes y de igual jerarquía (numeral 6 del Art. 11), ya no se pueden
mantener inalterables las características del Derecho Laboral; particularmente
en cuanto a su naturaleza pública-privada y tutelar, lo que constituye todo un reto
el cambio de tales paradigmas.

1.4.3. Relación con otras ramas del Derecho

El Derecho Laboral, es una de las ramas importantes del Derecho, y es


considerada como una ciencia, pero no trabaja sola, necesita la colaboración y
ayuda de las demás ramas del Derecho para así garantizar el Bienestar de una
sociedad. El Derecho Laboral tiene relación con las siguientes ramas:
Derecho Constitucional: Esta rama, regula los derechos y deberes
fundamentales de los trabajadores y empleadores como Seguridad Social,
atención de la salud, Remuneración mínimo vital, Irrenunciabilidad a los
derechos laborales. Primacía sobre la realidad, Vacaciones. Capacitación,
Adiestramiento y descanso necesario, Protección de la mujer etc.

Derecho Comercial: Regula la Formación de Sociedades comerciales, que entre


cada una de las partes integrantes tenga garantizado sus derechos laborales
fundamentales, anteriormente descritos.

Derecho Penal: Establece lo que es permitido y no es permitido para los


empleados y los empleadores. Por ejemplo: El acoso sexual Laboral, es de
índole Penal no Laboral.

Derecho Administrativo: Regula las relaciones laborales entre el Estado y los


Empleados Públicos.

1.5. Los Principios del Derecho Laboral


La Constitución de la República establece que: “El trabajo es un derecho y un
deber social. Gozará de la protección del Estado, el que asegurará al trabajador
el respeto a su dignidad, una existencia decorosa, y una remuneración justa.
Todos estamos obligados a trabajar, pero tenemos libertad de escoger la clase
de trabajo que queremos realizar. La legislación del Trabajo se sujeta a todos los
principios del derecho social que tiende a proteger a la parte menos favorecida
y, por esta razón, se sujeta a principios especiales que no son aplicables a las
demás legislaciones.
Los principios cumplen las siguientes funciones:
• Inspiran la expedición de normas.
• Guían su interpretación.
• Llenan vacíos.

• Informan al ordenamiento jurídico laboral.

• Orientan la resolución de casos.


Las finalidades de los principios del Derecho son: integrar la materia pues
permiten su sistematización y, por esto, se convierten en directrices legislativas
y judiciales que impiden que las reformas a la normativa desvirtúen la naturaleza
y objetivo de las instituciones; informar, ya que iluminan la tarea de legislar y
juzgar; interpretar, puesto que permiten desentrañar el verdadero sentido de las
normas; y, por último, normar subsidiariamente los principios que integran el
sistema jurídico para cubrir las lagunas del Derecho (Aczel, 2001, 39).

En este punto se abordan aquellos principios asumidos como peculiares del


Derecho Laboral en cuanto se desarrollaron para proteger y favorecer el ejercicio
efectivo de los derechos de la persona trabajadora. Dado el auge de los derechos
humanos algunos de ellos son principios generales de aplicación, como lo
establece la Constitución del Ecuador en su artículo 11.

Principios jurídicos
Américo Plá Rodríguez (1978, 17) sostiene que son “criterios formales
aplicables, en general, en cualquier circunstancia de lugar y tiempo. No aluden
a ningún beneficio en concreto, por lo que tiene una significación muy general y
amplia, extensiva a toda la disciplina”; en definitiva, son los que responden a lo
ya dicho respecto a los principios del Derecho en general.

a) PRINCIPIO DE IRRENUNCIABILIDAD

Los derechos del Trabajador son irrenunciables. Sera nula toda estipulación que
implique su renuncia, disminución o alteración.

En la legislación civil es posible y valida la renuncia de derecho. Así por ejemplo,


una persona que tiene el derecho de propiedad sobre un objeto, puede renunciar
a este derecho y donarlo a favor de otra persona. Para este efecto puede
suscribir un documento de renuncia de derecho de propiedad. Este documento
es totalmente valido. Pero en el campo laboral, si un trabajador ha laborado una
semana, tiene derecho a que se le pague el salario correspondiente y no puede
renunciar a este derecho. En caso de que haya suscrito un documento indicado
que renuncia al salario, este documento no surte efecto y en cualquier momento,
pase a la renuncia escrita, puede reclamar su salario no pagado.
La irrenunciabilidad es “la imposibilidad jurídica de privarse voluntariamente de
una o más ventajas concedidas por el derecho laboral en beneficio propio”,
mientras que la renuncia “equivale a un acto voluntario por el cual una persona
se desprende y hace abandono de un derecho reconocido a su favor” (Plá, 1978,
67).
En el Derecho Civil la regla general es la renunciabilidad, Art. 11 CC, cuyas
condiciones de validez son: que solo afecte al renunciante y, que no esté
prohibida.

En el Derecho Laboral la regla general es que los derechos del trabajador son
irrenunciables (Art. 326 nral. 2, 11 nral. 6 CR y Arts. 37 y 56 CT).
• La violación a este principio: solo puede ser alegada por el trabajador, y produce
la nulidad absoluta solo de la cláusula que la contenga, sin afectar la validez del
contrato de trabajo

La razón de la irrenunciabilidad en el Derecho Laboral se explica en las


expresiones del autor español Hinojosa cuando sostiene que:
Los derechos concedidos por las leyes son renunciables, a no ser esta renuncia
contra el interés o el orden público o en perjuicio de un tercero […] en la renuncia
por el obrero de los beneficios que la ley le concede se dan las dos circunstancias
que hacen imposible la renuncia. Pertenecen al orden público que el trabajo
humano sea debidamente protegido y remunerado; que la codicia no explote a
la necesidad; que impere la verdadera libertad, no disminuida por trabas
económicas. Y sería casi siempre en daño de tercero –de los familiares del
trabajador, de los compañeros de trabajo, que por su claudicación se verían
constreñidos a aceptar condiciones inferiores de trabajo- la renuncia de sus
derechos que equivaldría, por lo demás, a las de las condiciones indispensables
para la efectividad del derecho a la vida (Hinojosa, citado en Plá, 1978, 69).

a) PRINCIPIO DE FAVOR

En caso de duda sobre el alcance de las disposiciones legales reglamentarias o


contractuales en material laboral se aplicarán en el sentido más favorable a los
trabajadores.

Cuando se ha surgido un conflicto entre patrono y el trabajador y este conflicto


ha sido presentado ante un juez o ante un funcionario administrativo, las partes
tratan de probar sus derechos. Puede suceder que, terminado el juicio y al
momento de dictar sentencia, el juez o funcionario encuentre que hay dudas
sobre a cuál de las dos partes favorece la ley. Aquí es donde operara el principio
de favor, pues en este caso, el juez debe resolver en beneficio del trabajador.
En el derecho civil, donde se considera que las partes son iguales y que no existe
una parte débil y otra parte es poderosa, no es posible aplicar el principio de
favor. Así, cuando se compra una casa, tienen exactamente igual posición
jurídica, tanto el comprador como el vendedor, y no le es permitido al juez
favorecer a ninguno de ellos.

b) PRINCIPIO DE PROTECCIÓN

Los funcionarios judiciales y administrativos están obligados a prestar a los


trabajadores oportuna y debida protección para la garantía y aplicación de los
derechos.
El objetivo de la referida protección es “poner a las partes en una situación de
igualdad negocial, que es la que idealmente tiene en vista el derecho común,
pero que no se da en las relaciones laborales por la inferioridad económica en
que está el trabajador”. “La forma de recrear esta igualdad es mediante
desigualdades normativas de signo contrario a las que haya en la realidad”
(Bodenheimer y Couture, respectivamente, citados en Ramírez, 739); de allí que
se impongan de manera imperativa jornadas máximas de trabajo, salarios
mínimos, y un sinnúmero de obligaciones al empleador en procura de evitar
abusos derivados de su facultad de dirección y mando y por ende proteger a la
parte más débil de la relación laboral.

d). PRINCIPIO DE RENDIMIENTO Y NO DISCRIMINACIÓN

A trabajo igual, corresponde igual remuneración, sin distinción de sexo, raza,


nacionalidad o religión. Este principio establecido por el código de trabajo,
destierra las discriminaciones, favoritismos y privilegios.

Al mismo tiempo se establece que el trabajador debe aportar todas sus


facultades físicas y mentales para el mejor rendimiento en su trabajo y para
hacerse acreedor al salario que recibe.

e) PRINCIPIO IN DUBIO PRO OPERARIO


Para abordar el principio en cuestión, conviene primero mencionar al principio
pro homine consagrado en la Constitución en el Art. 427, que prescribe que en
caso de duda en la interpretación de normas constitucionales se estará al sentido
que más favorezca a la vigencia de los derechos; advirtiendo que no se trata de
un criterio para la opción entre dos normas, sino que es una guía para la
protección de un derecho en cada caso particular. La diferencia entre uno y otro
criterio significa que no habrá una norma que sea, en todos los casos, la más
garantizadora, sino que ello dependerá de su aplicación a cada hecho particular
(Abregú) (Bovino, 2008, 1).
F) • DE GRATUIDAD
La buena fe se vincula con la idea de moralidad en el Derecho, y en el ámbito
laboral específicamente, hace relación a la rectitud y honradez en la forma de
proceder de las partes vinculadas por un contrato de trabajo. Armando Grisolia
nos dice que como deber de conducta recíproco no es un principio específico del
Derecho Laboral, sin embargo en éste adquiere una especial relevancia “ya que
el contrato no solo contiene prestaciones de carácter patrimonial, sino también
deberes de conducta”; de allí que las partes vinculadas por la relación jurídica de
índole laboral están “obligadas a obrar de buena fe, ajustando sus conducta a lo
que es propio de un buen empleador y de un buen trabajador, tanto al celebrar,
ejecutar o extinguir el contrato o relación de trabajo”, según la Ley de Contrato
de Trabajo de la República Argentina. Es decir que “comprende el deber de
actuar con fidelidad y adoptar conductas adecuadas en el cumplimiento de sus
obligaciones, aplicándose durante toda la relación laboral” (Grisolia, 2010, 66).
La equidad por su parte se puede definir como: la justicia del caso concreto [...]
cumple dos funciones esenciales en la formación de la norma particular: la
interpretación del derecho positivo y la función integradora del derecho para
llenar las lagunas del sistema jurídico.
Al interpretar la norma usando como filtro el principio de equidad se humaniza
su aplicación y se corrigen los resultados injustos.
Cuando la aplicación literal de una norma lleva a un resultado absurdo,
inequitativo, arbitrario, es preciso recurrir a la equidad […] (Grisolia, 2010, 68).
La justicia social, en cambio es un concepto amplio y consiste en dar a cada cual
lo que le corresponde a fin de lograr el bien común. Se vincula con la protección
de la dignidad del trabajador como persona humana plasmada esencialmente en
el principio protectorio, y en el plano colectivo, con la libertad sindical (Grisolia,
2010, 69).

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