Semiótica
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Semiótica
Señales olfativas. Está conformado por los códigos de los perfumes (fresco,
sensual, viril, etc,) y olores. Ecco, H. sostiene que si los perfumes artificiales tienen
sobre todo el valor connotativo que se ha dicho, los olores tienen claramente un
valor denotativo.
Comunicación táctil. Es fundamental en la primera experiencia del mundo
externo en el niño y según algunos autores predetermina la comprensión sucesiva
de los mensajes verbales. En este campo se ubican los signos que son percibidos
por el tacto, se incluyen los estudios sobre la modificación de la piel, por medio de
prácticas higiénicas, perfumes y ungüentos. Forman parte de los mensajes
táctiles codificados, el beso, el abrazo, la bofetada, en cuanto no son estímulos
sino estilizaciones.
Códigos del gusto. Comprende los signos relacionados con los sabores.
Además de las diferencias de gusto implícitas en cada civilización, con la
posibilidad de sistemas de oposiciones que regulen el aparejamiento de distintos
sabores, pueden individualizarse algunas convenciones sobre la composición de
las comidas y sobre las reglas para servirlas. Lo mismo puede decirse
de las bebidas.
Paralingüística. Es el estudio de los rasgos suprasegmentales (los tonos de la
voz) y de las variantes facultativas que corroboran la comunicación lingüística y
se presentan como sistematizables y susceptibles de convencionalización, o que,
siendo reconocidos como naturales y motivados, son sistematizables y
susceptibles de convencionalización, o que, siendo reconocidos como naturales
y motivados, son sistematizables de alguna manera.
Trager (1964) subdivide los rumores que no tienen estructura lingüística
propiamente dicha en:
a. Tipo de voz. Depende del sexo, de la edad, de la salud del lugar de origen
del que habla, etc. En este campo se han realizado investigaciones distintos
tonos de voz usados por la misma persona en circunstancias distintas.
b. Paralenguaje. Se diferencia en: cualidades vocales: por ejemplo, la
intensidad de los sonidos, el tipo de control de los labios o de la glotis, la
pesadez o ligereza en el respirar, el control de las articulaciones, la
resonancia, el tiempo, etc.
vocalizaciones, que se subdividen en:
caracterizantes vocales, por ejemplo: risa sofocada o abierta, el llanto,
lloriqueo, sollozo, susurro, chillido, grito sofocado, barboteo, gemido, lamento,
eructo, voz quebrada, bostezo…)
cualificadores vocales, por ejemplo, intensidad y tono de voz.
Segregados vocales: es el complejo de sonidos que, más que modular las
emisiones fonéticas, las acompaña, como las nasalizaciones, las
aspiraciones, los gruñidos, los “hum” de comentario e interjección, los ruidos
de la lengua y labios.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
SEPARATA Nº 004
CÁTEDRA: SEMIÓTICA GENERAL DOCENTE: DRA. INGRID AQUINO PALACIOS
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Teoría del SIGNO: Saussure & Peirce contraposición
1. ¿Qué es un signo para Peirce? Reproduzca la definición y analice cada uno de los vértices de
la relación sígnica.2. ¿Puede reconocer diferencias y similitudes entre el pensamiento de Peirce
y el de Saussure? ¿Cuáles?
3. ¿Qué es un interpretante? Vincule la idea de interpretante con la de representación.
4. ¿A qué denomina Peirce “semiosis infinita”?
5. La segunda tríada de Peirce se refiere a la clasificación de los signos en íconos, índices y
símbolos. Defina cada relación o clase de signos y dé ejemplos de cada uno.
6. ¿Por qué ocupa un lugar relevante el interpretante en el proceso de la semiosis?
7. Para Peirce hay una relación necesaria entre la recepción del signo y los hábitos culturales de
los receptores. Argumente sobre esta afirmación.
8. Explique cómo se produce la significación desde las dos teorías semióticas estudiadas.
1. Peirce da al signo el nombre de representamen, y sostiene que es algo que representa a
un objeto, un carácter o algún aspecto particular que no está presente. El signo sustituye al objeto
ausente solo en referencia a una suerte de idea llamada el fundamento del representamen. Esta
idea debe entenderse como la coincidencia en el contenido de un pensamiento para dos hombres
distintos. Es decir, por ejemplo: cuando una persona relata algo a otra, y le nombra diversos
objetos ideales, es decir que no están presentes al momento del relato, pero que la persona
receptora logra comprender porque la representación mental de los objetos nombrados coinciden
en la psiquis del emisor y del receptor. Aquí la idea es similar o incluso puede ser la misma, ya
que por una palabra, por ejemplo automóvil, ambas personas se representarán lo mismo, y no
dos objetos distintos .Esto implica la existencia de condiciones para que algo sea un signo, y se
produzca la coincidencia de las ideas:
a. El signo debe tener cualidades que sirvan para distinguirlos de otros, por ejemplo un dibujo,
una palabra, o una imagen visual que lo identifiquen.
b. El signo debe tener un objeto al que representar, aunque luego explica que aún así, esta y la
condición anterior no son suficientes para componer un signo.
c. La relación semiótica por al cual se produce un signo solo estará completa por una tercera
parte o componente, debe ser una relación triádica. Además del representamen, y el objeto que
el anterior representa, se necesita de un interpretante.
Interpretante:
El interpretante, según aclara Umberto Eco, es otro signo, o sea otra representación que se
refiere al mismo objeto que el representamen y que puede adquirir diversas formas. Es la
traducción de un signo en otro signo, el interpretante, que se corresponde con el significado del
primer signo. Peirce distingue tres tipos de interpretantes:
1. Interpretante inmediato: interpretante pensado como el concepto o el significado que comporta
todo signo independientemente de su contexto y de las circunstancias de la enunciación. Permite
relacionar un signo con un objeto sin considerar una situación comunicativa concreta en la que
dicho signo aparezca.
2. Interpretante dinámico: es el efecto particular que un signo provoca en la mente de un
intérprete en una situación concreta de enunciación, en un contexto determinado de utilización.
3. Interpretante final: requiere de los dos anteriores, es un hábito que hace posible la
interpretación recurrente y estable de un signo. Por ejemplo, detenerse frente a la luz roja del
semáforo indica un hábito y respeto a una indicación. Los tres tipos de interpretante funcionan
de manera simultánea en una relación semiótica.
Objeto:
El objeto es la cosa material o abstracta representado por algún signo, una palabra o un grafema
por ejemplo. Dice Peirce “objeto es aquello acerca de lo cual el signo presupone un conocimiento
para que sea posible proveer alguna información adicional sobre el mismo”. Un signo puede tener
más de un objeto, así como las oraciones pueden adquirir diversos significados. En este caso se
trata de un objeto complejo, pero Peirce tratará a los signos como si solo tuvieran un único objeto.
Y distingue a la vez dos tipos de objetos: el objeto inmediato y el objeto dinámico.
El objeto inmediato es el objeto tal y como lo es representado por el signo mismo y cuyo ser es
dependiente de la representación de él en el signo.
El objeto dinámico es la realidad que arbitra la forma de determinar el signo a su representación.
Este tiene una existencia independiente respecto del signo que lo representa pero para que él
pueda representarlo, este objeto debe ser algo conocido para el intérprete resultado de semiosis
anteriores.
2. Similitudes
Saussure y Peirce
El pensamiento del hombre es sólo pensamiento en signos
Los signos adquieren validez dentro de una comunidad, por convención
Los signos no son identidades aisladas, sino que conforman cadenas y constituyen sistemas de
signos.
La dicotomía entre lengua y habla que plantea Saussure es en Peirce la diferenciación entre
legisigno y sinsigno.
Diferencias: Saussure Peirce
Concepción del signo como una relación binaria (significado-concepto y significante-imagen
acústica) El signo se compone por tres elementos: representamen, objeto y el interpretante.
Los componentes del signo son inseparables y dependientes, se determinan recíprocamente.
Aquí la relación entre los componentes es multilateral entre tres términos que son de naturaleza
lógica diferente.
Se ocupa del singo lingüístico, y realiza sus estudios desde la lingüística. Abarca todos los
signos, no solo los linguisticos, y realiza su aporte desde la filosofía, y la lógica matemática.
Saussure expone que el signo es una entidad cerrada y que la naturaleza de los elementos de
las cosas es de arbitrariedad. Señala que el signo es una entidad abierta, que la naturaleza de
los elementos de las cosas no es arbitraria, además de plantear que la relación significante -
significado depende del interpretante
No trabaja con la materialidad del signo Trabaja con la materialidad del signo, ya que el
representamen está en el mundo material.
Distingue al símbolo del signo por el grado de arbitrariedad, pero que el primero se distingue por
cierta continuidad asociativa entre el significante (imagen acústica) y el significado (concepto);
es decir, la presencia de un cierto lazo natural, motivado, que lo caracteriza como icónico. Realiza
una clasificación compleja de los signos, plantea tres divisiones al interior de cada una de ellas:
primera: cualisigno, sinsigno y legisigno; segunda: icono, índice y símbolo; y tercera: rema,
signodicente y argumento. El símbolo es un ente viviente y pertenece a la segundidad. Escribe
que «la (división de signos) fundamental es la que los clasifica en Iconos, Índices y Símbolos.
Se interesa por el funcionamiento de la lengua. Le interesa saber cómo conoce el hombre
Le interesa el signo y no lo que está fuera de él. Se interesa en la relación de los signos con la
realidad Al deslindar a la lengua del habla no considera a los signos como objeto de estudio.
Posee una perspectiva pragmática que permite analizar los efectos que los signos producen en
sus intérpretes.
3.Interpretante: es el signo que se crea en la mente del intérprete y que equivale a otro signo,
que tiene el mismo objeto que el representamen. Establece una relación entre los dos aspectos
anteriores, es el mediador. El interpretante debe ser capaz de traducir y desarrollar el signo
original en un sentido diferente, pero no como una traducción interlingüística, sino a la
extrapolación del significado de las cosas. En cierto modo, es la traducción mental de un objeto.
“Todo puede ser comprendido o, más precisamente, traducido, por algo mediante otra cosa que
pueda representarla; así como el grano de polen es, para el óvulo que penetra, la planta de la
que viene, porque transmite sus características. Más o menos en el mismo sentido, aunque no
con el mismo grado, todo es un medio entre algo y algo” (Peirce)
Teniendo en cuenta que el interpretante es un signo que equivale en la mente del intérprete al
signo original percibido, podemos decir que el interpretante es la representación que hacemos
del signo original. Esta representación mental nos traslada hasta el objeto que el representamen
figura, y que nos permite el entendimiento y comprensión del signo primitivo. Un signo es signo
porque se dirige a otro signo que lo interpreta representando al mismo objeto en el mismo sentido
del signo original, aunque más desarrollado.
4. Semiosis infinita: implica la idea de que el proceso por el que un signo es interpretado como
tal, es en realidad una cadena de semiosis, y no un proceso aislado: cada signo es a la vez
interpretante del que lo antecede e interpretado por el que sigue. Como todos los pensamientos
son signos, se remiten unos a otros. Peirce nos dice que las relaciones entre signos son
conocimientos, por lo que todo conocimiento está determinado por otro: “No se puede poseer
ningún conocimiento que no esté determinado por un conocimiento anterior”. Teniendo en cuenta
que un interpretante es en general un signo más desarrollado que el representamen, la cadena
de la semiosis infinita determina el paulatino aumento del conocimiento sobre un objeto.
5. Íconos
Tienen una relación de semejanza, en tanto se parecen al objeto que representan. La relación
con aquello a lo que se refieren es directa, por ejemplo: pinturas, retratos, dibujos figurativos,
mapas, etc. En palabras de Peirce sobre el ícono “Cualquier cosa, sea lo que fuere, cualidad,
individuo existente o ley, es un icono de alguna otra cosa, en la medida en que es como esa cosa
y en que es usada como signo de ella”.Índices.
La relación con los objetos que representan es de continuidad con respecto a la realidad. Por
ejemplo, un rayo (es índice de tormenta), una huella (es índice de alguien que pasó por ahí), etc.
Entabla con el objeto una relación existencial, no puede desprenderse de su objeto. Estos
carecen de parecido alguno con sus objetos representados
Símbolos
La relación con el objeto es convencional. Ejemplo: logotipos, escudos de armas, señales de
tránsito, etc. Estos tipos de signos denotan clases de objetos, y no a uno que tiene existencia
particular, es en general respecto al objeto que representan
Los diferentes tipos de signos pueden combinarse, en el caso particular de la fotografía, por
ejemplo se trataría de un ícono (en tanto hay una relación de semejanza con el objeto) pero
también es índice puesto que la fotografía se ve afectada por el objeto que representa (la
fotografía se produce a través de registrar diferencias lumínicas de aquello que representa) de
manera tal que podemos decir que la fotografía sería un signo icónico-indicial.
6. Para poder hablar de signo o de representación, según Pierce, se precisa algo material que
vehicule la relación del objeto y su representamen, esto es el interpretante, que va a actuar de
“mediador” entre los otros dos aspectos ya nombrados. Cuando tenemos un interpretante capaz
de vincular al objeto con su representación dice Peirce tenemos un signo, de lo contrario no lo
sería. Según el filósofo todo puede ser signo, siempre que exista un interpretante, partiendo de
que la realidad para Peirce es una realidad sígnica, el hombre sólo puede conocerla a través de
los signos, interpretados como tales por la intervención de un intérprete capaz de generar de
manera individual y a la vez convencional en su mente otro signo equivalente al original, un signo
interpretante.
7. Teniendo en cuenta que, según Peirce, un hábito es “una tendencia a actuar de manera similar
en circunstancias futuras y similares”, la relación que existe entre la recepción del signo y los
hábitos culturales del receptor está en que es necesario que las personas receptoras tengan
conductas similares o comunes con otras personas frente a un signo, así se establecería una
convención tanto de un signo como de la respuesta frente a éste. Si las conductas de los
receptores no fueran similares en cada situación que se enfrentan a un signo, se deducirá que
éste no es respetado como tal, y que no hay hábitos de respuestas.
Un signo aceptado convencionalmente por una sociedad debe producir unas series de
respuestas inmediatas y, de ese modo, va estableciendo el hábito, la regularidad de
comportamiento en su intérprete.
8. Significación en Saussure:
Un signo aislado posee un significado y un significante, pero no tiene valor. El valor es la
capacidad de un signo de representar algo. El valor se adquiere cuando se relaciona a un signo
con los otros signos del sistema. El valor se adquiere por lo que no es respecto a otros signos,
una casa es una casa porque no es un perro o un automóvil, es casa porque se diferencia de
éstos otros. Esta idea está fundada en la diferenciación de los signos. El valor del signo lingüístico
es la forma en que se produce la significación en Saussure. Significación en Peirce:
La significación en este filósofo se da a partir de un proceso de semiosis: un proceso de inferencia
por el cual se puede “pegar” un representamen a un objeto, y extraer una conclusión que es el
interpretante.
www.taringa.net/.../Teoria-del-SIGNO-Saussure-Peirce-contraposicion.ht...
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERÚ
FACULTAD DE EDUCACIÓN
ANÁLISIS DE CASOS
Una persona visita la tumba de sus padres todos los fines de semana. Les lleva flores,
mentalmente les habla. Sus padres lo llevaban desde pequeño y por esta razón visita
también a sus abuelos, tíos y demás parientes.
Años después, contrae matrimonio, y uno de sus primeros disgustos se presenta cuando
espera que su cónyuge lo acompañe, en tanto no recibe una respuesta acorde con su
manera de pensar. Desde ese momento, piensa que su pareja no respeta a sus muertos,
que no lo quiere lo suficiente, dado que debe estar con él en esos momentos.
¿Quién tiene razón? ¿Si realmente existe amor se debe compartir toda esta ritualidad?
¿Querer significa necesariamente hacer todo cuanto espera que haga la pareja de uno?
¿Se puede calificar como bueno o malo, el actuar y las creencias de este personaje?
¿Qué códigos no se comparten en esta pareja?
Una situación muy frecuente, se presenta cuando las personas no comprenden que un
derecho inalienable del ser humano se refiere a la posesión de conceptos, ideas,
creencias, no necesariamente iguales a las que poseen otros. El problema se da cuando
algunos piensan que deben ser la medida, el patrón de comparación, y que todos los
demás deben adscribirse a dicha forma de pensar.
Sobre todo cuando se desarrollaron lazos de afecto, hay que ser muy cautelosos para
no vulnerar las concepciones de las demás personas. Incluso. Valdría la pena hacer una
decisión reflexión a fin de identificar el sustento de nuestras concepciones, ya que de
seguro encontraremos algunas “irracionalidades” en el sentido que muchas veces
adoptamos posiciones. Afirmamos conceptos, no siempre acordes con la realidad, muy
probablemente, el entorno social en el cual nos desenvolvemos deja una huella en la
formulación de nuestras apreciaciones y, de este modo, generamos actitudes,
reproducimos prejuicios, delineamos modalidades de comportamiento. Pero, en
definitiva, no podemos asumir que “los demás están equivocados” y que nosotros
“siempre tenemos la razón”, también nos podemos equivocar.
ANÁLISIS DE CASOS
Una persona visita la tumba de sus padres todos los fines de semana. Les lleva flores,
mentalmente les habla. Sus padres lo llevaban desde pequeño y por esta razón visita
también a sus abuelos, tíos y demás parientes.
Años después, contrae matrimonio, y uno de sus primeros disgustos se presenta cuando
espera que su cónyuge lo acompañe, en tanto no recibe una respuesta acorde con su
manera de pensar. Desde ese momento, piensa que su pareja no respeta a sus muertos,
que no lo quiere lo suficiente, dado que debe estar con él en esos momentos.
¿Quién tiene razón? ¿Si realmente existe amor se debe compartir toda esta ritualidad?
¿Querer significa necesariamente hacer todo cuanto espera que haga la pareja de uno?
¿Se puede calificar como bueno o malo, el actuar y las creencias de este personaje?
¿Qué códigos no se comparten en esta pareja?
Una situación muy frecuente, se presenta cuando las personas no comprenden que un
derecho inalienable del ser humano se refiere a la posesión de conceptos, ideas,
creencias, no necesariamente iguales a las que poseen otros. El problema se da cuando
algunos piensan que deben ser la medida, el patrón de comparación, y que todos los
demás deben adscribirse a dicha forma de pensar.
Sobre todo cuando se desarrollaron lazos de afecto, hay que ser muy cautelosos para
no vulnerar las concepciones de las demás personas. Incluso. Valdría la pena hacer una
decisión reflexión a fin de identificar el sustento de nuestras concepciones, ya que de
seguro encontraremos algunas “irracionalidades” en el sentido que muchas veces
adoptamos posiciones. Afirmamos conceptos, no siempre acordes con la realidad, muy
probablemente, el entorno social en el cual nos desenvolvemos deja una huella en la
formulación de nuestras apreciaciones y, de este modo, generamos actitudes,
reproducimos prejuicios, delineamos modalidades de comportamiento. Pero, en
definitiva, no podemos asumir que “los demás están equivocados” y que nosotros
“siempre tenemos la razón”, también nos podemos equivocar.