Resumen de Saussure
Resumen de Saussure
Resumen de Saussure
INTRODUCCIÓN
Capítulo I. Ojeada a la historia de la lingüística
La ciencia que se ha constituido en torno de los hechos de lengua ha pasado por tres
fases sucesivas antes de reconocer cuál es su verdadero y único objeto:
Hasta 1870, más o menos, no se llegó a plantear la cuestión de cuáles son las
condiciones de la vida de las lenguas. Se advirtió entonces que las correspondencias que
las unen no son más que uno de los aspectos del fenómeno lingüístico, que la
comparación no es más que un medio, un método para reconstruir los hechos.
La lingüística propiamente dicha, nació del estudio de las lenguas romances y de las
lenguas germánicas. Los estudios románicos inaugurados por Diez —su Gramática de
las lenguas romances data de 1836-1838— contribuyeron particularmente a acercar la
lingüística a su objeto verdadero.
Poco después de 1875, se formó una escuela nueva, la de los neogramáticos. Su mérito
consistió en colocar en perspectiva histórica todos los resultados de la comparación, y
encadenar así los hechos en su orden natural. Gracias a los neogramáticos ya no se vio
en la lengua un organismo que se desarrolla por sí mismo, sino un producto del espíritu
colectivo de los grupos lingüísticos. Al mismo tiempo se comprendió cuán erróneas e
insuficientes eran las ideas de la filología y de la gramática comparada.
Capítulo II. Materia y tarea de la lingüística. Sus relaciones con las ciencias
La materia de la lingüística se constituye por todas las manifestaciones del lenguaje
humano, no solamente el lenguaje correcto, sino todas las formas de expresión.
La tarea de la lingüística es:
a. Reconstruir las lenguas madres de cada familia de las lenguas
b. Buscar aquello que interviene en todas las lenguas y sacar leyes generales.
c. Deslindarse y definirse ella misma.
La lingüística tiene conexiones muy estrechas con varias ciencias y los límites que la
separan de ellas no siempre se ven con claridad. Esto ocurre con la psicología social,
por ejemplo, ya que en el fondo todo es psicológico en la lengua, incluso sus
manifestaciones materiales y mecánicas, como los cambios fonéticos; y puesto que la
lingüística provee a la psicología social tan preciosos datos ¿no formará parte de ella?
Lógicamente, esta relación estrecha que la lingüística tiene con varias ciencias se debe a
que las cuestiones lingüísticas interesan a todos aquellos que tienen que manejar textos
(historiadores, filólogos, etc.). Más evidente todavía es su importancia para la cultura
general: en la vida de los individuos y la de las sociedades no hay factor tan importante
como el lenguaje. Sería inadmisible que su estudio no interesara más que a unos cuantos
especialistas: de hecho, todo el mundo se ocupa del lenguaje, ya sea poco o mucho.
Cuando se intenta hacer la teoría del lenguaje topamos con una primera bifurcación: hay
que elegir entre dos caminos que es imposible tomar a la vez. Se puede conservar el
nombre de lingüística para cada una de estas dos disciplinas y hablar de una lingüística
del habla; pero con cuidado de no confundirla con la lingüística propiamente dicha, ésa
cuyo objeto único es la lengua. Saussure decide seguir el camino de la lengua.
Principios:
Método de delimitación: quien posee una lengua deslinda sus unidades con un método
muy sencillo, por lo menos en teoría. Tal método consiste en colocarse en el habla,
mirada como documento de lengua, y representarla con dos cadenas paralelas, la de los
conceptos y la de las imágenes acústicas.
El valor de todo término está determinado por lo que lo rodea. Cuando se dice que los
valores corresponden a conceptos, se sobreentiende que son puramente diferenciales,
definidos no positivamente por su contenido, sino negativamente por sus relaciones con
los otros términos del sistema. Su más exacta característica es la de ser lo que los otros
no son. Esto es más cierto todavía en el significante lingüístico; en su esencia, de ningún
modo es fónico, es incorpóreo, constituido, no por su sustancia material, sino
únicamente por las diferencias que separan su imagen acústica de todas las demás.
Por un lado, las palabras contraen entre sí relaciones fundadas en el carácter lineal de la
lengua, que excluye la posibilidad de pronunciar dos elementos a la vez. Los elementos
se alinean uno tras otro en la cadena del habla. Estas combinaciones se pueden llamar
sintagmas.
Por otra parte, fuera del discurso, las palabras que ofrecen algo de común se asocian en
la memoria, y así se forman grupos en el seno de los cuales reinan relaciones muy
diversas. Las llamaremos relaciones asociativas (paradigmas). La conexión sintagmática
es “en presencia”, se apoya en dos o más términos igualmente presentes en una serie
efectiva. Por el contrario, la conexión asociativa une términos “en ausencia” en una
serie mnemónica virtual.
Relaciones sintagmáticas
No es esto otra cosa que el mecanismo por el que un término cualquiera se presta para la
expresión de una idea. Hasta aquí las unidades se nos aparecen como valores, es decir,
como elementos de un sistema, y nosotros las hemos considerado sobre todo en sus
oposiciones; ahora reconocemos las solidaridades que los atan; solidaridades que son de
orden asociativo y de orden sintagmático; ellas son las que limitan lo arbitrario.
Lingüística diacrónica
Generalidades
El cambio fonético no afecta a las palabras, sino a los sonidos. Lo que se transforma es
un fonema: suceso aislado, como todos los sucesos diacrónicos, pero que tiene por
consecuencia el alterar de manera idéntica todas las palabras donde figure el fonema en
cuestión; y en este sentido los cambios fonéticos son absolutamente regulares. Los
fenómenos fonéticos están ligados a condiciones determinadas: no es la especie
fonológica la que se transforma sino el fonema tal como se presenta en ciertas
condiciones de contexto, de acentuación, etc.
El fenómeno fonético afecta a cualquier especie de signo, sin hacer distinción entre un
adjetivo, un sustantivo, una desinencia, etc. Consecuencias gramaticales:
Analogía
Son aquellas modificaciones del aspecto exterior de las palabras que no son de
naturaleza fonética. Las construcciones de la analogía son racionales. Cuando un sujeto
hablante, olvidando la existencia de surdité, crea analógicamente la palabra sourdité, es
porque ha deformado la primera palabra por recuerdo del adjetivo sourd.
Una forma analógica es una forma hecha a imagen de otra o de otras muchas según una
regla determinada. La analogía se ejerce en favor de la regularidad y tiende a unificar
los procedimientos de formación y de flexión. Todo hecho analógico es un drama de
tres personajes: 1° el tipo transmitido, legítimo, hereditario (por ejemplo, honos); 2° el
concurrente (honor); 3° un personaje colectivo, constituido por las formas que han
creado al concurrente (honorem, orator, oratorem, etc.).
Etimología popular
Se trata de una deformación de la palabra cuya forma y sentido son poco familiares, y
que luego, a través del uso, se consagra esta deformación. A diferencia de la analogía
que construye las palabras racionalmente, la etimología popular procede un poco al
azar.
La aglutinación
La aglutinación consiste en que dos o más términos originariamente distintos, pero que
se encuentran juntos frecuentemente en sintagma en el seno de la oración, se sueldan en
una unidad absoluta o difícilmente analizable. Entonces, la aglutinación es la la síntesis
de los elementos del sintagma en una unidad nueva.