Ensayo Vampirismo

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Tema: El vampirismo

Delimitación: Las personas que toman sangre humana se sienten mejor.


Tesis: La nueva droga que ya no es vista como un tabú es optada por muchos
jóvenes en el siglo XXl, llegando a decir que consumirla hace que se sientan mejor.
Introducción: La nueva droga, la sangre humana es considerado para algunos un
alimento el cual les da vida, para otros un tabú que nunca se debería de hablar. A
través de los siglos, el personaje del vampiro ha ido adquiriendo una notoria
importancia, ha sido un tema tabú que siempre ha estado ahí, a nuestro completo
alcance, esperando ser estudiado. Los vampiros, elegantes criaturas de la noche
para algunos, crueles y sanguinarios depredadores para otros, protagonistas de un
sinfín de historias, leyendas, libros y películas, que aún están entre nosotros siendo
parte de la sociedad. El concepto de vampiro, resulta de una fusión entre la
superstición, la historia y el propio temor. En esencia llamamos vampiro a aquella
persona que consideramos muerta y vuelve a la vida para alimentarse de sangre
humana, con el objetivo de poder subsistir. Teme los objetos religiosos como las
cruces y el agua bendita y otros como el ajo, y únicamente puede ser destruido
clavándole una estaca en el corazón y con la luz del sol, convirtiéndose a su vez en
ceniza, precisamente para protegerse de ella deben buscar refugio en ataúdes,
bodegas u otros rincones oscuros donde no de la luz. En el cortometraje, la creencia
y afección por la sangre de Heriberta va aumentando cada vez que ella va a la
iglesia, pues al ver las imágenes de Jesús en la cruz derramando sangre hace que
su gusto por ella aumente y tome de costumbre seccionar su sangre y la sangre de
otras personas. Es notorio cuando la niña, en el cortometraje, mata el pequeño
zancudo, este al ser aplastado sale la sangre que toma por primera vez.
Desarrollo: "La sangre era un medio entre lo físico y lo espiritual", explica
Richard Sugg, de la Universidad de Durham, que está escribiendo un libro sobre
vampirismo. La sangre para muchos tiene un significado muy grande, es
considerada como algo muy singular para algunos y para otros grotescos y
aterrador, lo que no interpretan es que la sangre representa la fuente de la vida. Lo
que hace Heriberta es consumir este líquido color rojo para que la muerte y la vejez
se vea en la lejanía. El vampirismo o hematodipsia es una de las parafilias más
retorcidas, quienes la padecen sienten una necesidad imperiosa de ingerir, realizar
tratamientos o rituales con sangre (generalmente humana), motivada en muchas
ocasiones por la creencia de que este líquido contiene propiedades mágicas
rejuvenecedoras o que alargan la vida.
El acto del vampirismo no es agradable, pues estas personas al tener estas
creencias, no saben las complicaciones que tiene beber sangre para la salud. beber
una pequeña cantidad de sangre no va a provocar algo tan grave, pero si su
consumo se convirtiese en algo habitual, el riesgo para la salud sería muy elevado.
Uno de los casos más sangrientos de la historia es sobre Elizabeth Báthory “La
condesa sangrienta”. Su nombre auténtico era Erzsébet (Isabel, en
castellano) Báthory, pero la historia la conoce como La Condesa Sangrienta, por
su afición a secuestrar y torturar a muchachas de los alrededores, cuya sangre se
bebía para conservar la eterna juventud. Al menos eso testificaron quienes
siguieron el proceso contra ella en unos tiempos convulsos.
Isabel nació en 1560 en Byrbathor, una ciudad de la región de Transilvania, en
la Hungríaprofunda, "el país más salvaje de la Europa feudal", según la escritora
francesa Valentine Penrose, autora del libro La Condesa Sangrienta. Un país
salvaje y, como casi siempre en su historia, dividido, con una parte ocupada por los
turcos y la otra en manos de los Habsburgo austriacos. Isabel pertenecía a una de
las familias más adineradas y poderosas del país. Era sobrina de Istvan Báthory,
príncipe de Transilvania y rey de Polonia entre 1575 y 1686. Pasó su infancia en el
castillo de los Ecsed, la rama más extravagante de los Báthory, repleta, como
consecuencia de los matrimonios consanguíneos, de locos y tarados. Se dice que
a los cuatro años Isabel sufrió ataques de epilepsia o algún otro trastorno
neurológico, pero remitieron pronto y no parecen tener relación con su
comportamiento posterior. Fue educada con esmero, algo inusual para su tiempo,
cuando muchos nobles ni siquiera sabían leer y escribir. Pero Isabel hablaba
húngaro, latín y alemán, y además era guapa. A los 15 años fue obligada a
casarse con el conde Ferenc Nadasdy, que tenía 26 y se pasaba la vida batallando
contra los otomanos. Tuvieron tres hijas y un hijo y vivieron en el castillo Ecsed con
la madre de Ferenc, su odiada suegra Úrsula. Una primera muestra de la crueldad
de Isabel aparece en la correspondencia que sostuvo con su marido ausente, en la
que ambos intercambian ideas sobre las técnicas más apropiadas para castigar a
los criados. El caso es que la condesa administró el castillo con mano de hierro y
brutales palizas a las sirvientas, a las que golpeaba con un pesado mazo o les
pinchaba con agujas debajo de las uñas, por citar algunas de sus diversiones
predilectas. Por otro lado, a Isabel le atraían sexualmente las mujeres, pero
sus prácticas sádicas, siempre con golpes y sangre, asustaban a las incautas que
se prestaban inicialmente a sus requerimientos. La muerte de Ferenc en 1604 fue
el punto de inflexión definitivo en la espiral de violencia de Isabel, que al verse viuda
dio rienda suelta a toda su psicopatía. De entrada, echó del castillo a su suegra y
al resto de parientes de su marido, y con la ayuda de su cómplice Darvulia, una
supuesta bruja de la región, montó un siniestro laboratorio -más bien cámara de
suplicios- en los sótanos del castillo y se dedicó a las prácticas de magia negra.
Entre los aparatos de tortura que supuestamente guardaba en las mazmorras había
un autómata llamado La Virgen de Hierro, una dama metálica con un mecanismo
que clavaba puñales, además de diversos atizadores enrojecidos al fuego, ganchos
y todo lo que la imaginación pueda concebir en estos casos. La razón de esta
sinrazón es que Isabel quería mantenerse bella y joven para siempre -tenía 44
años, que en aquella época era casi la tercera edad-, y la fuente para obtener la
eterna juventud era la sangre de las chicas a las que torturaba. Bebía su sangre, se
daba baños de sangre, arrancaba su carne mientras sus sirvientas las sujetaban y
cometía actos tan atroces que resultan casi imposibles de creer. Durante un tiempo
se mantuvo impune porque elegía a sus víctimas entre las siervas y campesinas, a
quienes en esa época aún feudal un noble podía tratar como un objeto, pero tras la
muerte de Darvulia Isabel se olvidó de las precauciones y empezó a raptar también
a jóvenes de buena familia. Los rumores llegaron pronto a la corte, donde la Báthory
no contaba con muchas simpatías, y el rey Matyas ordenó investigar el caso al
conde Thurzo, un primo de Isabel enemistado con ella. Thurzo y sus soldados
entraron en el castillo sin encontrar resistencia y allí estaban a la vista, según
dijeron, los cuerpos desangrados, los instrumentos de tortura, el horror. En el juicio,
Isabel se negó a declarar, acogiéndose a sus privilegios nobiliarios. Condenada
a cadena perpetua, tapiaron su habitación y allí vivió emparedada durante casi
cuatro años, medio muerta de hambre y de frío, alimentándose de la escasa comida
que le hacían llegar por una ínfima ventanita. Nunca mostró arrepentimiento ni llegó
a entender por qué la condenaron. Murió el 21 de agosto de 1614, al anochecer,
"abandonada de todos", según un cronista de la época.
Conclusión: Consumir sangre no es malo, si se bebe de manera maderada y en
pequeñas cantidades. Lo que no es agradable en este acto es que la sangre es
comparada con la droga, pues las persona que lo consumen se vuelven adicta esta
y su deseo de consumir es tan grande que pueden llegar a afectar la vida de otras
personas y de ellos mismo hasta el punto de llegar a la cárcel por atentar la vida de
alguien o hasta la propia.

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