Costumbres de Morrope

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MORROPE

El distrito de Mórrope fue creado en la época de la Independencia. Su capital es el pueblo de Mórrope, situado al lado derecho de la nueva
carretera Panamericana, a 33.5 km. al Norte de la ciudad de Chi-clayo y a 32 m.s.n.m. Por estar ubicada en la margen izquierda del río
Mórro-pe (unión de los ríos Motupe y La Leche), esta ciudad sufrió una inundación el año 1983, pero con más frecuencia los morropanos
sufren de sequías y de insuficiencia de aguas para la agricultura. Se cree que el nombre proviene de la voz aborigen “morrup”, que significa
‘”iguana”, respecto a lo cual existe una leyenda.
Entre los agrupamientos étnicos de origen prehispánico (Eten, Monsefú, Mochumí, Pacora, Jayanca, Motupe, Olmos y otros), el de
Mórrope es tal vez uno de los más conservados, debido a que su población se encuentra dispersa. aferrada a los arenales y llevando un
modo de vida duro y aprendido en si-glos, por lo menos un milenio. Las huacas Cucufán, Casa Grande, La Campana, Montegrande, Huaca
de Barro, hablan de sus remotos antecesores.
CULTURA
Hasta hace dos generaciones ha habido continuidad y permanencia de la tradición cultural morropana, con fuertes reminiscencias
prehispánicas. Esto ha sido posible, por la escasez de recursos de este territorio, que ha hecho que los españoles y criollos no tengan mayor
interes en avecindarse en esta comunidad. Asimismo ha habido un relativo aislamiento de Mórrope hasta hace unos veinte años, en que se
construye una variante de la carretera Panamericana pasando a un costado del pueblo de Mórrope (ruta Bayóvar).
Esta continuidad cultural fue encontrada por el sabio naturalista Antonio Raimondi, quien en 1868, a tres siglos de la conquista, expresaba
en sus términos esta continuidad cultural, al describir el Mórrope que él conoció, hacia 1868:
“Esta población de puros indígenas, que conservan todavía casi todas sus costumbres de sus antepasados, se halla en el límite del desierto
que llaman de Sechura, y la principal industria de sus habitantes es el comercio de la sal” (Raimondi 1956: 235).
Esta tradición cultural se expresa a través de múltiples actividades cotidianas, de las tecnologías de producción y de las formas de
socialización que se mantienen.
RELIGIOSIDAD
La religiosidad popular es parte de la cultura morropana, y está íntimamente vinculada a la concepción del mundo y a la vida cotidiana.
Para comprender las características y el rol de este aspecto de la cultura popular morropana, es necesario analizar el conjunto de mitos,
tradiciones e historias vinculadas a la imaginería y al calendario festivo religiosos. Por supuesto que eso no es objeto de este trabajo, pero
anotaremos a continuación algunas observaciones, utilizando versiones recogidas en el campo, y una fuente tan importante como los
relatos de Augusto León y Rómulo Paredes.
Agua y religiosidad popular
Algo importante a indicar es que las tradiciones religiosas se vinculan siempre al problema del agua, que tiene una enorme importancia en
la tradición morropana. Alrededor del problema del agua, hay una tradición que recoge Augusto León Barandiarán en su relato “Las norias,
los ángeles y Las Mercedes”. Esta tradición vincula el problema del agua con la religiosidad popular morropana, pretende explicar el porqué
falta agua en Mórrope para el sembrío de los campos. Nos puede servir para entender la visión campesina tradicional de los fenómenos
naturales y la estacionalidad
DANZAS
Alrededor de la religiosidad popular, que en realidad es un resultado sincrético de expresiones culturales prehispánicas, subsistían hasta
comienzos de siglos muchas danzas, algunas de las cuales han sido recogidas en la iconografía del Obispo de Trujillo Baltasar Jayme
Martínez Compañón y Bujanda.
Augusto León Barandiarán recoge una versión del origen de la “danza de los atarrayeros”, ubicándola en el año 1772, antes de las fiestas
de carnavales en que, narra la tradición, la imagen de San Pedro, en el templo de Mórrope, lanzó su atarraya al mayordomo Manuel
Chapoñán, quien la habría ofendido por no haberla retocado adecuadamente, diciéndole al oido “el domingo jugamos carnavales”.
Desde entonces, se sacaba en procesión a esta imagen los domingos de carnavales y se efectuaba la danza de los atarrayeros, consistente
en que varios devotos de San Pedro se disfrazaban de pecadores, portando una red con la cual pescaban hombres, a los cuales se enredaba
y no ponían enlibertad hasta que no dieran alguna limosna, sea en dinero, telas o víveres. Concluye la tradición indicando que la verdadera
finalidad de San Pedro fue que antes habían sido pescadores de oficio.
TEXTILERIA
Mórrope es uno de los pueblos indígenas que han conservado la tradición textil del algodón nativo precolonial. Es uno de los pueblos de
indios conocidos como centros de elaboración y decoración textil, y de manufactura de instrumentos textiles, que subsistieron en la época
republicana y hasta nuestros días. Junto con Olmos y Túcume, ha sido una de las actividades principales en la economia familiar. Sin
embargo, la artesanía textil ha sufrido cambios, al introducirse nuevas formas, como la alforja (que tiene modelos de identidad
morropana), persistiendo algunas formas de origen prehispánico como la manta, de variados modelos y usos (Vreeland 1985: 144).
Investigadores como Heinrich Brüning han estudiado la tecnologia de la producción y conservación de alimentos , que es una característica
de la tradición muchik (Cf. Schaedel 1988: 103 y ss.). Las fotografías y artículos de Brüning testimonian hacia comienzos de siglo la
permanencia de la cultura muchik en los pueblos de Lambayeque, entre ellos Mórrope.
La familia , las fiestas y ritos familiares: matrimonios , bautismos, entierros
Alrededor del tema de la familia hay muchas cosas que se pueden estudiar en Mórrope, que son sumamente interesantes y cuya
comprensión nos puede ayudar mucho para entender la problemática central de nuestro estudio.
En esta parte de la costa prehispánica, de acuerdo a la Visita de Gonzales de Cuenca (1566-7), cuando una mujer de un curacazgo se casaba
con un hombre de otro curacazgo, debía cumplir con el pago de un tributo, porque el cacique tenía derecho sobre ella. Si ella enviudaba,
regresaba a su ayllu de nacimiento con sus hijas, y sus hijos varones se quedaban en el repartimiento de su padre. Gonzales Cuenca
modifica estas normas y en adelante,la mujer y sus hijos de ambos sexos pertenecía a la parcialidad del marido, según los hábitos
castellanos (Rostworowski 1976: 124).
Dentro de los escasos estudios sobre la familia, hay una certeza relativa en la poligamia y el machismo existente en la costa norte (Sara-
Lafosse 1986). Investigando las fuentes referencias históricas sobre las costumbres tradicionales vinculadas a la familia en Mórrope,
encontramos que el cura de Ruviños, nos informa que durante el período del cura Sebastián Villavicencio y Olivares en 1561, trató de
erradicar la costumbre de los indios de convivir con sus hermanas carnales y de la poligamia, obligándoles a casarse sacramentalmente con
una sola mujer, lo que no logró por ser costumbres muy arraigadas el incesto y la poligamia (Ruviños 1936: 301)

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