La Oratoria Clásica
La Oratoria Clásica
La Oratoria Clásica
-2019-
A nuestro profesor:
cuales era de suma importancia y de igual forma en tiempos actuales y modernos es muy
Se entiende por oratoria el arte de hablar en público con la finalidad de convencerlo, o sea,
de crear bellos discursos persuasivos; para ello se deben seguir unas reglas cuyo estudio es
retórica es la base teórica sobre la que se construye el discurso: cómo construir el discurso,
democrática griega de los siglos V y IV a.C., el dominio de la palabra en público fue muy
quienes les componían el discurso, que luego ellos, tras memorizarlo, pronunciaban ante el
jurado.
La fuerza de sus discursos (de los que se conservan unos setenta) y la precisión de sus
argumentos, con pocas figuras retóricas, le otorgan una originalidad excepcional. Como
Es el tipo de oratoria, que tiene por objeto específico hacer triunfar la justicia. Tiene como
fin persuadir a los jueces y exige el decoro la prudencia y saber acorde con la gravedad de
la instancia.
Se recomienda usar con prudencia los vocablos. El discurso jurídico pide argumentos
órganos políticos sobre las ventajas e inconvenientes de una opción política; (representada
por Demóstenes).
c) la oratoria epidíctica: Era la constituida por discursos de “exhibición”, generalmente
El estilo jurídico, definido como el modo de expresión del derecho conforme a la ley, sus
armonioso de la voz, la sutileza del gesto y la mímica. Se intenta cautivar al espectador para
que vibre con el sonido y significado de las palabras, acentuando con el gesto, la mímica y
contenida en el poema.
La recitación excluye el uso del gesto y mímica, concentrando todo su arte en la voz y su
memoriza el poema y se carece de atril. En el siglo XIX y principios del XX esta diferencia
era muy notoria, ya que la interpretación corporal dentro de la declamación era muy
algunos casos el uso de varios disfraces en el curso de una misma declamación. Todo esto
La declamación de los antiguos estaba compuesta con otras notas sin que por ello se
pudiese considerar como un canto musical y en este sentido, deben tomarse bien las
palabras de los autores latinos Canere, Cantus y también Carmen, que no siempre significan
La declamación se compuso con los acentos y por consiguiente para escribirla debían
emplearse los mismos caracteres que servían para señalar estos acentos. En un principio no
hubo más que tres, a saber: el agudo, el grave y el circunflejo pero luego se fueron
sucesivamente aumentando y llegaron hasta el número de diez, cada uno de los cuales se
indicaba con su carácter diferente y cuyos nombres y figuras se ven en los gramáticos
antiguos. El acento enseñaba el cómo, cuándo y de qué manera se había de levantar o bajar
mismo tiempo que se aprendía a leer, por lo que no había casi nadie que ignorara o no
entendiese esta especie de notas y no se hallara en estado de juzgar de la habilidad del que
leía o declamaba.
Muchos son los pasajes que podríamos citar probando que la declamación de los actores en
el teatro antiguo era compuesta y escrita con notas, que determinaban el tono que se debía
tomar. Esta especie de recitado se hallaba sostenido por un bajo continuo, cuyo ruido sería
proporcionado, según todas las apariencias al ruido que hace un hombre que declama.
Dicha práctica nos parece en el día de hoy absurda y casi increíble pero no por esto es
menos cierta. No se puede tampoco hablar sino por conjeturas acerca la composición que
podía tocar el bajo continuo que acompañaba a los actores cuando declamaban. Quizá no
haría más, como indica Bollin que tocar de tiempo en tiempo algunas notas largas que se
harían sentir en los pasajes en que debía el actor tomar el tono, en los cuales le hubiese sido
difícil entrar con exactitud sin este auxilio, haciendo el bajo el mismo servicio al actor que
hacía a Graco el tocador de flauta, quien situado cerca de sí le daba de tiempo en tiempo
sino que arreglaba también el accionado. Este arte, llamado por los griegos Orgesis y
Saltatio por los latinos, consistía, según dice PLATON, en la imitación de todas las
acciones y movimientos que pueden hacer los hombres. Así pues, el sentido de la palabra
Saltatio no debe limitarse al que damos nosotros en nuestra lengua a la palabra danza pues
tenía mucha más extensión. Su objeto no solo era enseñar las actitudes y movimientos que
sirven para adquirir buena gracia o para ejecutar ciertos bailes, sino también para arreglar el
gesto, tanto de los autores como de los oradores e igualmente para enseñar a gesticular o la
pantomima, es decir, el arte de darse a entender o expresarse con acciones sin el socorro de
la palabra.
cuyo esmero era mayor en los oradores por la necesidad que tenían de poseer este arte. Es
bien sabido lo mucho que Demóstenes se aplicó en él y que Roscio, aquel célebre actor
romano, disputaba algunas veces con Cicerón sobre quien explicaría mejor un mismo
pensamiento de muchas maneras diferentes cada uno según su arte, a saber, Roscio con
acciones y Cicerón con la voz o con la palabra; y parece que Roscio daba con la sola acción
tanta fuerza y sentido a la frase, como Cicerón con la palabra. Cambiaba luego Cicerón las
palabras o la combinación del período o de la frase sin quitar el vigor del sentido del
discurso y Roscio le daba enseguida todo el sentido con otras acciones diferentes, sin que