Redaccion Sin Dolor I Capítulo
Redaccion Sin Dolor I Capítulo
Redaccion Sin Dolor I Capítulo
Redacción
sin dolor *•
Redacción
sin dolor
Sandro Cohen
Redacción
sin
i Planeta
Diseño de portada: Factor 02/Eleazar Maldonado
Fotografía del autor: Concepción Morales
U n leve an estésico
(A m anera de advertencia)
T a b la d e té rm in o s
A. P artes de ia oración
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r >
26
¿Me prestas unas monedas? Creo que se me ocurrirá una
idea. Hay unos discos que valen la pena.
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B. Construcciones sintácticas básicas
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»ración sim ple. Oración en que no existen subordinaciones o
coordinaciones, debido a que posee un solo verbo conjugado,
lijemplos:
subordinación:
Los partidos desean que la gente se politice.
Cuando llegó el recibo, habían cortado la luz.
Coordinación:
El maestro habló pero nadie hizo caso.
Explotó la bomba y murieron tres personas.
La autora habló durante una hora; se cansó visiblemente.
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encabalgam iento. Vicio común en la redacción que sucede
cuando el que escribe une, en una sola proposición (véase en
seguida la entrada de proposición), y separadas apenas por una
coma, dos oraciones independientes que no sean seriadas. Por
ejemplo: “Ya llegó mi prima, está más guapa que nunca” . Es
tas dos oraciones no son seriadas y no existe entre ellas una
relación de coordinación o subordinación. Se dice, entonces,
que son dos oraciones encabalgadas. Hay muchas maneras de
resolver el encabalgamiento: se pueden coordinar las oracio
nes o subordinar una a la otra. “Ya llegó mi prima y está más
guapa que nunca” (coordinación mediante la conjunción y).
“Cuando llegó mi prima, estaba más guapa que nunca” (se vol
vió a plantear la proposición para que la primera oración se su
bordinara a la segunda). Las oraciones en serie sí pueden —y
deben— ser separadas mediante comas: “El abogado se levan
tó, tosió discretamente, encaró al juez, levantó las pruebas y
empezó a entonar una canción de Maldita Vecindad” . (Nota:
según la primera regla de la coma, que se verá en el capítulo
5, las comas que separan palabras, frases u oraciones seriadas
también podrían ser y (o ni si estamos negando algo). Lo más
común es que se use la y sólo entre el penúltimo y último ele
mentos, pero no es forzoso que así sea: “El abogado se levantó
y tosió discretamente y encaró al juez y levantó las pruebas y
empezó a entonar una canción de Maldita Vecindad” . La so
lución anterior, sin embargo, produce un efecto de cantilena.
A veces esto es precisamente lo que se busca. El redactor es
libre de hallar la combinación de comas e y que mejor exprese
su idea. Hay también un par de opciones negativas a la hora
de evitar el encabalgamiento: “No llegó mi prima ni está más
guapa que nunca” . “Ni llegó mi prima ni está más guapa que
nunca” . También cabe evitar el encabalgamiento con una con
junción adversativa: “Mi prima está más guapa que nunca pero
no llegó” . El punto y coma también resuelve el problema: “No
llegó mi prima; está más guapa que nunca” .
El fenómeno del encabalgamiento, y cómo evitarlo, se estu
dia con detalle en la sección §5.1.1 de este libro.
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proposición. Algunas gramáticas consideran que la proposi
ción es sinónimo de oración. Puede que lo sea en muchas
ocasiones, pero no siempre. Para los efectos de este libro, la
proposición —también llamada enunciado en algunas gramá-
i icas— será una oración o un conjunto de oraciones —subordi
nadas o coordinadas— que empieza con mayúscula y termina
con punto [.]. Entendido así, el término proposición puede
ser sinónimo de oración, pero también incluye la noción de
la construcción mayor que consta de dos o más oraciones; es
tas construcciones mayores son, como hemos visto, oraciones
compuestas. Por ejemplo: las oraciones yo necesito + tú me
des un beso pueden unirse en una sola proposición: Yo nece
sito que tú me des un beso. La segunda oración se subordina a
la primera. También se pueden coordinar. Por ejemplo: el país
entero se llenó de júbilo + la selección nacional apenas logró
un empate. Coordinadas: El país entero se llenó de júbilo pero
la selección nacional apenas logró un empate.
Dos oraciones pueden también coordinarse mediante pun
tuación: La situación laboral está difícil; la mayoría de los
trabajadores desea declararse en huelga. También: Ningún
obstáculo real existe para alcanzar la victoria: sólo hace falta
enfocar la meta y no cejar en el esfuerzo. Esta clase de coordi
nación se llama yuxtaposición.
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(deseo). Voy a dejar que visites a tu novia en París (permiso).
Dudo que sepas la verdad (duda). Es poco probable que la
oposición venza en las próximas elecciones (falta de certeza).
Recomiendo que no vea usted esa película sin antes leer la no
vela (consejo). Deje ese dinero allí (mandato). En este último
caso se ve que no hay un verbo conjugado en modo indicativo,
como sí sucede en los demás ejemplos. Cuando se usa el im
perativo, con el cual se da una orden, es como si hubiera un
verbo implícito, en modo indicativo, a pesar de que no se in
cluye dentro de la oración: Yo quiero que usted deje ese dinero
allí...
El subjuntivo también puede emplearse independientemen
te de otros verbos, como en estos casos: Ojalá que nos sa
quemos la lotería... Quizá nos hable desde Barcelona... No
debiéramos abrir el sobre...
El imperativo se emplea para mandar o dar órdenes: Bús-
quenme una salida... Haz tu mejor esfuerzo... Dilo claramen
te... Existe principalmente en la segunda persona (tú, usted,
vosotros, ustedes), pero también en la primera: Vámonos. H a
blemos claramente.
Algunos gramáticos también hablan del modo potencial,
o condicional: Escribiría si pudiera... Dijo que lo haría...
Otros, como Andrés Bello, consideran que este modo forma
parte del indicativo.
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Primera parte
Vista panorámica de la oración
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za de las imágenes, también. ¿Pero qué significa? Tendríamos
que desenredar la sintaxis para tener una mejor idea de lo que
cuenta. Ensayemos otra sintaxis, en prosa, para ver si nos re
sulta más comprensible:
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p n n r del talento— uno puede aprender a provocar sensaciones
n flucciones específicas en quienes lo leen, gracias a cómo
i umhina las palabras que elige con todo cuidado. Cuando esto
'ir lucra, se ha pasado del buen oficio al arte.
I o primero es indispensable, y aunque no todos pretenden
Itt secundo, no resulta imposible o quijotesco aspirar a escribir
i un aquello que los críticos llaman malicia en el buen sentido
ilrl término: penetración, sutileza, ironía, sagacidad. Aquí se
libreen las armas para la primera etapa; quien desee alcanzar la
'.remida, podrá hacerlo si se lo propone. Y en este caso la lec-
tuta inteligente y gozosa desempeñará un papel fundamental.
, 1.1.1. La oración
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En letra negrita está el sujeto de la oración. La parte subra
yada constituye el predicado (todo lo que no es sujeto, es pre
dicado). Si únicamente hubiéramos escrito el sujeto, “Yo” , no
sería una idea completa. Veremos enseguida exactamente qué
significan sujeto y predicado, pero baste aclarar ahora que no
siempre será necesario cumplir con este requisito para tener
una oración. Se trata de casos excepcionales, en realidad sen
cillos, pero que a veces causan confusión en quienes aprenden
a redactar. Por esto se mencionarán ahora:
Si alguien dijera o escribiera, por ejemplo: “ ¡Qué horror!” ,
no podríamos encontrar por ningún lado ni el sujeto ni el pre
dicado, entendidos éstos en términos tradicionales. Lo que sí
tenemos es un fragmento de predicado, el cual insinúa al su
jeto, al igual que el verbo principal. Si construyéramos esta
exclamación con un sujeto y un predicado tradicionales, po
dríamos decir: “ ¡Esto es un horror!” . Resulta evidente que las
cargas emotivas de los dos planteamientos son distintas.
¡Qué horror!
¡Esto es un horror!
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pitia analizar cuestiones de sintaxis, y son las que veremos a lo
largo de este libro.
§ 1.2. O ra c ió n b im e m b re : a lg u n a s e s tr u c tu r a s
§ U . E l su je to , p la n te a m ie n to p re lim in a r
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emisarios del pasado). En estos ejemplos los sujetos están es
critos con letra negrita:
Mauricio pinta.
Llegan a la cárcel muchas personas inocentes.
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lin esta última oración, ¿cuál es la persona, personas, cosa
0 rosas de las cuales decimos algo? ¿Martín? ¿Tres misterio-
.1 is desconocidos? ¿Un paquete de libros antiguos? Para decirlo
pronto, ¿de qué se está hablando? Si preguntáramos esto a tres
1n isonas, posiblemente obtendríamos tres respuestas diferentes.
Por eso definimos el sujeto como aquella palabra o grupo
lie palabras que realizan la acción del verbo. Además, el sujeto
concuerda en número y persona con este verbo, que llamamos
núcleo del predicado, y eso casi nunca deja lugar a dudas. Por
* li mpio, si el verbo es “canté” , el sujeto sólo puede ser “yo” .
No podría ser ni “tú” ni “nosotros” ni “vosotros” ni “usted” ni
ustedes” . Si el verbo es “fueron” , el sujeto podría ser “ellos” ,
"ellas” , “ustedes” , “los cineastas” o cualquier plural en tercera
persona (o segunda persona plural formal, como “ustedes”).
Se trata de una cuestión práctica, no filosófica. Así, para
identificar correctamente el sujeto, debemos localizar prime
ro ese núcleo del predicado. La mejor manera de hacerlo es
determinar, antes que nada, en qué consiste o puede consistir
mi núcleo de predicado, y para qué sirve. Esto lo haremos
enseguida.
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En oraciones simples como éstas, no se presentan proble
mas graves para localizar el núcleo verbal de la oración, el cual
es al mismo tiempo el núcleo verbal de la proposición. Pero el
redactor puede llegar a confundirse en presencia de oraciones
compuestas, las cuales poseen forzosamente más de un verbo
conjugado. En otras palabras, por cada verbo conjugado hay
una oración. Si hay dos verbos conjugados, hay dos oraciones;
si hay tres verbos conjugados, hay tres oraciones, etcétera. Por
ejemplo:
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(Minien ser una oración independiente y otra subordinada, o
i u.ili|iiier combinación de coordinadas y subordinadas. A ve-
u'n las diferentes oraciones comparten el mismo sujeto; en
Otras ocasiones son diferentes. Veamos unos ejemplos:
Coordinadas:
Yo recibo mis quincenas y yo las gasto.
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En esta proposición se ve claramente que hay dos verbos :
conjugados: “niegan” y “acepten” . Mas sólo el primero forma
parte de una oración independiente. El segundo pertenece a
la oración subordinada (dependiente) que empieza con la pa
labra “que” . Si el lector analiza con cuidado esta oración, se I
dará cuenta de que todo lo que viene después de la palabra
“manifestantes” puede eliminarse, sin que por eso la oración |
pierda sentido:
Ejercicio
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uiicleo verbal para la principal y otro para la subordinada;
diga cuál es el principal y cuál el subordinado. Si son oracio
nes coordinadas, diga cuáles son los núcleos de predicado:
i il aciones simples
I . El cajero preparó una factura a mi nombre.
2,. Los perros andan juntos desde la mañana hasta el anochecer.
y ¿El fax llegó bien?
4. Escuché sus pasos con terror y abnegación.
V Sin motivo aparente, el francotirador asesinó a más de vein
te seres humanos.
()raciones compuestas
(>. Andrea necesita que le entregues los resultados del sondeo.
7. Todos la queremos y nadie la defendió.
X. ¿Alguien sabe si van a regalar televisores a fin de año?
9. La casa matriz pidió que reportáramos los resultados.
10. La directora autorizó la excursión pero el clima la volvió
imposible.
Respuestas:
1. preparó
2. andan
3. llegó
4. escuché
5. asesinó
6. necesita (principal), entregues (subordinado)
7. queremos (de la primera coordinada), defendió (de la se
gunda coordinada)
8. sabe (principal), van (subordinado)
9. pidió (principal), reportáramos (subordinado)
10. autorizó (de la primera coordinada), volvió (de la segunda
coordinada)
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§1.5. Id e n tific a c ió n del s u je to , tr a s h a b e r lo calizad o
el n ú cleo del p re d ic a d o
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mi jeto es plural, el núcleo del predicado será plural también. Si
• I sujeto está en primera persona (como “yo” o “nosotros”), el
núcleo del predicado se conjugará en primera persona (como
«si ribo” o “escribimos” , según sea singular o plural).
1.1 segundo ejemplo que vimos, Las autoridades capitali
nas se niegan a recibir a los manifestantes, es aun más cla-
m el núcleo del predicado es “niegan” , y quienes se niegan
•.mi “ las autoridades” , con lo cual podemos afirmar que “las
Minoridades” es el sujeto de la oración.
En resumen, si puede determinarse cuál es el núcleo del
predicado, sólo hace falta ver qué sustantivo o frase sustantiva
rige a ese núcleo, el cual será el sujeto de la oración.
SÍ en este momento volvemos a los dos primeros ejemplos
i|iii5 propusimos, será relativamente fácil localizar los núcleos
ilc predicado y los sujetos que los rigen.
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cer” y “complacer” . En oraciones como A Juan le gusta comer
chocolate, muchos dirán equivocadamente que el sujeto es Juan
(cuando en realidad se trata del complemento indirecto), pero si
nos preguntamos qué rige al núcleo del predicado, “gusta” , nos
daremos cuenta de que la acción de comer chocolate es lo que
“gusta” . En efecto: “comer chocolate” es una frase sustantivada
que aquí funge como el sujeto de la oración, pues rige al núcleo
verbal. Lo mismo sucede con oraciones como “A las m ucha
chas las enloquecen los baladistas de moda” y “A nosotros nos
complace tu decisión” . Los sujetos, que realizan la acción de
los verbos, están aquí subrayados; los complementos indirectos
están resaltados en letra negrita, y los núcleos de predicado apa- j
recen en letra cursiva. Al principio, este análisis puede parecer
contra intuitivo, pero obedece fielmente a la regla que hemos
postulado: el sujeto es aquello que realiza la acción del verbo.
Ejercicios
50