Meritocracia y Desigualdad Económica: Percepciones, Preferencias e Implicancias (Juan C. Castillo)
Meritocracia y Desigualdad Económica: Percepciones, Preferencias e Implicancias (Juan C. Castillo)
Meritocracia y Desigualdad Económica: Percepciones, Preferencias e Implicancias (Juan C. Castillo)
net/publication/325225032
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Jorge Atria
Universidad Mayor
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Institute of Sociology, Pontificia Universidad Católica, Chile
2
Assessment Center Mide UC, Pontificia Universidad Católica, Chile
Funding
This work was supported by the National Fund for Economic and Scientific Development
FONDECYT, grant number 1160921, as well as by the Centre for Conflict and Cohesion
Studies COES, CONICIT/FONDAP/15130009.
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Meritocracia y desigualdad económica: Percepciones, preferencias e implicancias.
Resumen
Abstract
The idea of meritocracy is related to the distribution of goods and rewards based on
individual talent and effort, being a principle that legitimizes the unequal distribution of
resources in modern societies. Despite the constant references to meritocracy in inequality
and stratification research, there are still few conceptual and empirical attempts to
understand to what extent individuals perceive and prefer meritocracy, as well as their
consequences. The present research proposes a conceptual and empirical framework for
studying meritocratic perceptions and preferences, which is then related with economic
inequality variables. Using data from the Chilean survey “Social justice and citizenship
participation”, the analyses suggest that meritocratic perceptions and preferences are
different constructs and that those perceiving an adequate functioning of meritocracy also
perceive less economic inequality.
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Introducción
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investigación sociológica a la fecha en este tema ha estado caracterizada principalmente por
estudios de movilidad social y sus críticas a la implementación del ideal meritocrático
(Goldthorpe, 2003), abordando escasamente lo que las personas perciben y creen respecto de
la meritocracia. La presente investigación tiene como primer objetivo detenerse precisamente
en este punto, centrándose en el concepto de meritocracia y en su evaluación en base a lo que
las personas manifiestan percibir y creer. La pregunta asociada a este objetivo se puede
plantear como: ¿Es posible distinguir percepciones y creencias en meritocracia? Hasta ahora,
la aproximación a la medición de meritocracia en sociología ha sido mediante la utilización
ad-hoc de indicadores disponibles en datos secundarios, sin abordar aspectos de la validez de
estas mediciones de manera sistemática (Duru-Bellat y Tenret, 2012; Reynolds y Xian, 2014).
En este marco, una primera hipótesis a contrastar en esta investigación es que es necesario y
posible distinguir entre percepción (lo que es) y preferencias (lo que debería ser) sobre
meritocracia, y que ambos elementos deben ser tomados en consideración en conjunto para
poder avanzar en una agenda de investigación sobre este tema.
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las asociaciones con status y percepción de desigualdad que se pretende avanzar en los
vinculos entre meritocracia y desigualdad económica.
Hasta ahora hemos hablado de meritocracia sin hacer referencia a una clara definición
conceptual del término. Esto no es casual ya que existe gran ambigüedad en la literatura al
respecto, lo que es reconocido por Sen al señalar que “la idea de la meritocracia puede tener
muchas virtudes, pero la claridad no es una de ellas” (Sen, 2000: 5). Preliminarmente,
constatamos que una acepción general se refiere a la caracterización de un orden social donde
“las recompensas son distribuidas a los individuos de acuerdo con criterios de mérito
personal” (Yair, 2007: 1), denotando que lo central de la meritocracia es un orden donde el
mérito prima como criterio de distribución, y por lo tanto “la meritocracia se contrasta
también con sistemas que estan basados en la selección mediante características adscriptivas
como riqueza heredada, clase social, etnicidad, raza y, más generalmente, con cualquier
sistema de nepotismo” (Yair, 2007: 1). Esto nos conduce a enfocarnos en la definición de
mérito para poder entender qué es meritocracia, aún cuando tal como sucede con la
meritocracia, la definición de mérito es generalmente ambigua, y en la mayoría de lo casos
simplemente ausente. Una de las pocas definiciones centrales e influyentes al respecto es la
aportada por Young (1962), quien acuña el término meritocracia en su novela satírica “The
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rise of meritocracy”. En ella, mérito se define formalmente como M(mérito)= I(inteligencia o
talento) + E(esfuerzo). La consideración de esfuerzo y talento como componentes del mérito
cuenta con cierto consenso en la literatura, aún cuando “una deficiencia seria en los
fundamentos éticos de la meritocracia es su virtual ausencia de discurso respecto a qué áreas
del “mérito” son las más (o menos) recompensadas” (Horowitz, 2006: 131). De esta manera,
algunos autores enfatizan los aspectos relacionados con esfuerzo por sobre el talento, o
viceversa.
6
función clave, pues a través de ella se legitimaría la meritocracia (a quiénes más estudian
mayores recompensas les esperan) mientras simultáneamente se reproduce el estatus en una
sociedad (Bourdieu y Passeron, 1990; Warikoo y Fuhr, 2014). Este efecto reproductor se
produce en la medida que aquellos más “inteligentes y trabajadores” logran subir en la
jerarquía social, lo que generaría desigualdades en el acceso a las oportunidades por parte de
sus descendientes (Page, 2013; Young, 1962).
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ser) y descriptivas (percepciones de lo que es), conceptos que se detallan en la sección
siguiente.
Por su parte, la percepción de meritocracia se refiere a cómo los sujetos captan las diferencias
sociales presentes en su entorno y en qué medida atribuyen que éstas son el resultado de un
sistema meritocrático y de sus elementos constitutivos de trabajo y habilidad (Duru-Bellat y
Tenret, 2012; Foster y Tsarfati, 2005: Reynolds y Xian, 2014). . Contrastando con la
preferencia, la percepción se relaciona por ejemplo con frases como “las personas que se
esfuerzan más obtienen mayores salarios”. De manera resumida, la percepción tiene que ver
con lo que es observado (lo que es), mientras la preferencia con lo que a las personas les
gustaría que ocurriera (lo que debería ser). Respecto de este contraste entre percepción y
preferencia, Duru-Bellat y Tenret (2012) han desarrollado el único estudio bajo nuestro
conocimiento que distingue percepciones y preferencias en la meritocracia, con datos del
International Social Survey Programme (ISSP) 1999 comparando 26 países. Sin embargo,
ellos solo utilizan un indicador para cada concepto, sin detenerse en la discusión sobre el
error de medición que esta estrategia conlleva, tema que detallaremos más adelante.
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La distinción conceptual entre percepción y preferencia en la meritocracia nos parece
fundamental para poder avanzar en la comprensión e investigación de este fenómeno por
varias razones. En primer lugar esta la distinción de ambas dimensiones permitiría ahondar
en el estudio de las posibles asociaciones y diferencias que existirían entre el nivel de
meritocracia que los individuos perciben en una sociedad y el nivel en que desearían que ella
funcionara como sistema de distribución. Y en segundo lugar, la confusión entre estos
conceptos podría llevar a conclusiones erróneas, como por ejemplo que un bajo nivel de
meritocracia percibido necesariamente se asocie a una menor preferencia en la meritocracia
como ideal, o viceversa. Por lo tanto, en la presente investigación una primera hipótesis
(H1) señala que la meritocracia en su dimensión subjetiva presenta una estructura que
permite diferenciar aspectos descriptivos (percepción) y normativos (preferencias). En el
marco de una metodología cuantitativa, un supuesto de esta hipótesis, es que los aspectos de
percepción y de preferencias en la meritocracia son posibles de medir basados en indicadores
de encuestas, que a su vez sirvan de insumo a análisis confirmatorios de la estructura
conceptual propuesta. El contraste satisfactorio de esta hipótesis de medición permitiría
contar con instrumentos de medición que puedan luego servir como insumos para
investigaciones posteriores.
9
hipótesis inicial en este ámbito (H2) es que aquellos que poseen mayor estatus social,
presentarán mayores niveles de percepción de meritocracia, así como mayores niveles de
adhesión a la preferencia meritocrática.
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mérito. En esta línea, se plantea como hipótesis (H3) que aquellos que perciban y prefieran
más la meritocracia percibirán a su vez una menor desigualdad económica.
Datos
La presente investigación utilizó los datos generados por el proyecto “Desigualdad, Justicia
Social y Participación Ciudadana” (Proyecto FONDECYT 2 11121203), el que mediante
encuestas personales aplicadas en hogares el año 2013 recogió información sobre temas
referidos a desigualdad y justicia social. En el diseño muestral se consideró como universo a
la población mayor de 18 años de las comunas de Chile que cuentan con más de 100.000
habitantes según el censo realizado el año 2002. Se realizó un muestreo probabilístico
estratificado en 4 etapas, con afijación para la muestra en la Región Metropolitana. Respecto
de las etapas del muestreo estratificado, en primer lugar se seleccionaron comunas
aleatoriamente mediante el procedimiento Probabilities Proportionate to Size, otorgando a 46
comunas una probabilidad de 1 de ser elegido, quedando representadas 13 de las 15 regiones
del país. En segundo lugar, dentro de las comunas ya seleccionadas, se seleccionaron
manzanas mediante muestreo aleatorio simple, para luego determinar una vivienda y un
habitante de la vivienda mayor a 18 años en la tercera y cuarta etapa. Se sobredimensionó la
muestra estimando una tasa de respuesta de 80%, obteniéndose finalmente 1245 casos, lo que
está sobre el número establecido de la muestra de 1200 participantes. En todos los casos se
contó con el consentimiento informado de los participantes.
Variables
El primer objetivo de este trabajo dice relación con la medición de dos aspectos de la
meritocracia: percepción y preferencias. Para cada uno de ellos se consideran tres indicadores
del cuestionario, los de percepción con un énfasis descriptivo de cómo los participantes ven
que la meritocracia opera en la sociedad, mientras los de preferencias poseen un énfasis
normativo con criterios de evaluación sobre lo que estaría bien y/o debería ser. En los
análisis a presentar posteriormente se busca establecer la presencia de los dos factores
subyacentes a este set de indicadores, los que luego serán utilizados como variables (latentes)
en los modelos de regresión. Los indicadores se resumen en la Tabla 1.
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Tabla 1: Indicadores de percepciones y preferencias sobre meritocracia
M=2.41
1. En Chile las personas son recompen-
sadas por sus esfuerzos.
SD=1.01
M=2.30
Percepción de 2. En Chile las personas obtienen lo que
Meritocracia merecen.
SD=0.96
M=2.70
3. En Chile las personas son recompen-
1. Muy en desacuerdo
sadas por su inteligencia y habilidades.
2. En desacuerdo SD=1.05
3. Ni de acuerdo ni
1. Está bien que haya personas que tie- M=3.91
en desacuerdo
nen más dinero o riqueza, pero sólo si
4. De acuerdo
hay igualdad de oportunidades. SD=0.93
5. Muy de acuerdo
2. Las personas tienen derecho a mante- M=3.77
Preferencias por ner o conservar lo que han ganado, aun
la meritocracia cuando eso signifique que algunas per-
sonas sean más ricas que otras. SD=0.86
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Tabla 2: Variables Independientes de estatus socioeconómico
5.Universitaria completa
14.04%
o superior
13
considera que un gerente gana 10 veces lo que gana un obrero. A esta variable la llamamos
“brecha percibida”. Luego, a esta magnitud se le aplica un término logarítmico, siguiendo las
recomendaciones de la literatura para el tratamiento de las variables de ingreso. El detalle se
presenta en la Tabla 3.
Tabla 3: Variables de Desigualdad Percibida
Método
Los análisis de los datos se realizan mediante la estimación de una serie de modelos
con ecuaciones estructurales, debido principalmente al tratamiento del error de medición en
modelos con variables latentes. Para ello se utilizó la librería lavaande R, versión 0.5-20
(Rosseel, 2012).
Resultados
El primer paso del análisis se relaciona con la hipótesis de medición de meritocracia, a saber,
que percepciones y preferencias constituyen aspectos distintos pero relacionados de este
constructo. Para esto se utilizó la técnica de análisis factorial confirmatorio, la que permite
señalar si el ajuste del modelo propuesto teóricamente es satisfactorio respecto de los datos.
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El modelo de medición de las variables latentes y el ajuste observado se muestran en la
Figura 2. Cada uno de los ítems fue respondido en una escala ordinal de 5 niveles, razón por
la cual el estimador general utilizado fue WLSMV (Weighted least square mean variance
adjusted). En general, se observa que el modelo de medición planteado se encuentra dentro
de los valores esperados para considerar un ajuste como adecuado (CFI=0.99; TLI=0.99;
RMSEA=0.052).
15
que percepciones y preferencias son constructos distintos de la meritocracia y corresponde
analizarlos por separado.
Modelos de regresión
16
captura la mayor parte de los efectos de ingreso y educación, sugiriendo que procesos de
comparación social con el grupo de referencia de estatus podrían influir negativamente en la
percepción de meritocracia. Si bien esta asociación no se encontraba prevista desde la
fundamentación inicial, su inclusión de manera exploratoria permite delinear posibles
ámbitos de investigación futura.
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Tabla 4: Percepción y preferencia en meritocracia en variables de estatus social
Modelo 1 Modelo 2 Modelo 3
Educación (ref=basica
inc.)
Básica completa o -0.078 0.073 -0.055 0.081 -0.071 0.093
media incompleta (-0.728) (0.654) (-0.500) (0.715) (-0.650) (0.802)
Ajuste
18
Meritocracia y percepción de desigualdad
En esta tercera parte del análisis nos abocaremos a los posibles efectos de las percepciones y
preferencias en la meritocracia sobre la percepción de desigualdad, los que se presentan en la
Tabla 5.
Ajuste
Chisq (df) 146.738(52)** 33.532(16)**
CFI 0.967 0.994
RMSEA 0.046 0.034
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magnitud percibida de las diferencias de ingreso en el país, desde muy bajas hasta muy altas.
Aquí se observan efectos consistentes de ambas variables de meritocracia en las dos medidas
de desigualdad percibida: positiva para el caso de las preferencias, y negativa para el caso de
la percepción. Es decir, a mayor preferencia por meritocracia se percibe más desigualdad
económica y a mayor percepción de meritocracia se percibe menos desigualdad económica.
En este caso la preferencia por meritocracia estaría expresando, además de una opción
normativa, una demanda por redistribución vinculada a la mayor percepción de desigualdad.
Por su parte, la percepción de que el ideal meritocrático se implementa adecuadamente
conllevaría una cierta legitimación de las diferencias de ingreso, ya que se debería a razones
más bien individuales que sistémicas. Un aspecto técnico que contextualiza y también releva
este hallazgo es que la correlación entre las dos medidas de percepción de desigualdad es baja
(r=0.054, p=0.027), por lo tanto las asociaciones similares con las variables de meritocracia
no son un mero artefacto metodológico sino que se asocian con indicadores que estarían
capturando aspectos distintos de un mismo fenómeno.
Discusión
20
Si bien la meritocracia es un concepto mencionado frecuentemente en investigaciones
y estudios sociológicos principalmente en relación con desigualdad y estratificación social, en
general aparece como un concepto auxiliar y son pocas las investigaciones que se han
enfocado en la discusión y estudio empírico de este concepto en sí mismo. En este artículo se
propuso un marco general para los estudios de meritocracia, distinguiendo perspectivas
normativas, descriptivas y subjetivas, para luego enfocarse en la perspectiva subjetiva, su
medición y sus posibles implicancias.
21
preferencias, lo cual requeriría ampliar la investigación a técnicas experimentales y también a
comparación internacional.
La mayor parte de las hipótesis que relacionan variables de estatus social con
meritocracia pudieron ser analizadas solo en relación a percepción de meritocracia, ya que el
carácter más consensual de las preferencias (vis-a-vis su menor varianza) impidió detectar
diferencias significativas. En principio se observaron efectos opuestos para las variables de
ingreso y educación en percepción de meritocracia, positivos y negativos respectivamente.
Esto sugiere una hipótesis interesante a contrastar en futuros estudios, a saber, que el mayor
ingreso puede ser asociado a esfuerzo individual y que por tanto la percepción de que la
meritocracia posee un buen funcionamiento en la sociedad podría vincularse a la justificación
de la desigualdad . Este hallazgo se refuerza con la variable de estatus subjetivo, ya que
quienes se autoperciben ocupando posiciones superiores en la escala social también perciben
un mejor funcionamiento de la meritocracia. Por el contrario, la relación negativa de la
educación con percepción de meritocracia (controlando por ingreso) podría estar indicando
una situación de deprivación relativa, donde personas que se han esforzado por alcanzar
mayores credenciales no verían recompensados sus esfuerzos y/o talentos. Futuras
investigaciones que consideren medidas adicionales de comparación de ingresos podrían
arrojar más luces sobre este punto.
Existen una serie de limitaciones en esta investigación que podrían ser consideradas
en futuros estudios. Una de ellas tiene que ver con los instrumentos utilizados para la
medición de meritocracia, que si bien son parte de una encuesta especializada en temas de
justicia distributiva, no permiten operacionalizar de manera muy específica los constructos
estudiados, principalmente el de preferencias. Idealmente, los indicadores de preferencias
deberían ser “espejo” de los de percepción, en el primer caso preguntando por lo que debería
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ser (preferencias) y en el segundo por lo que sucede realmente en la sociedad estudiada
(percepción), pero respecto a un mismo tema. Si bien el modelo propuesto en esta
investigación funciona bien en términos métricos, se requiere seguir avanzando en la precisión
de los indicadores. Una segunda limitación es que el estudio se refiere solo a un país,
caracterizado por una alta desigualdad económica y políticas neoliberales en ámbitos
tradicionales de estado de bienestar como son educación, salud y educación.
Intencionalmente, decidimos no poner esto como un contexto inicial ya que este estudio no
pretende ser un caso aplicado específicamente a un país, sino generar discusión conceptual y
de medición más general. Además, en ausencia de comparación internacional no es posible
afirmar que los resultados son generalizables a otros contextos. Por lo tanto, las
justificaciones del o los casos a analizar adquieren mucho más sentido en estudios
comparativos por desarrollar en el futuro.
23
una brecha conceptual y disciplinar interesante para poder comprender de mejor manera
fenómenos distributivos en sociedades modernas.
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