El Pensamiento Moderno
El Pensamiento Moderno
El Pensamiento Moderno
LUIS VILLORO
ÍNDICE
Introducción
Bibliografía
Índice onomástico
A Zeïza
INTRODUCCIÓN
Uno de los temas en discusión en las últimas décadas ha sido el del posible fin de
la imagen moderna del mundo. Tal vez estemos entrando en una forma nueva de
ver el mundo y de razonar sobre él, que empezaría a dejar atrás el pensamiento
llamado “moderno”. Pero la discusión resulta estéril, o superficial al menos, si no
precisamos justamente lo que podemos entender por “pensamiento moderno”.
¿Estamos realmente en las postrimerías de una nueva manera de ver y de pensar
el mundo, que dimos en llamar “moderna”, o vivimos sólo una transformación
parcial, más o menos pasajera, una variante en suma, del mismo pensamiento
moderno? Cualquier respuesta exige caracterizar lo que entendemos por
“pensamiento moderno”.
Las ideas básicas que caracterizan a una época señalan la manera como
podríamos llamar una <<figura del mundo>>. Una figura del mundo empieza a
fenómenos disruptivos pasajeros, pero puede ser anuncio también del ocaso de la
época. Porque una época histórica dura lo que dura la primacía de su figura del
mundo.
orígenes son más antiguos. Empiezan con la ruptura de la imagen medieval del
mundo y con la aparición paulatina, en algunos ingenios, de una nueva. Las ideas
empezará a forjarse la figura moderna del mundo cuyo desarrollo verán los siglos
siguientes.
vez, con el desarrollo de los burgos medievales, como no han dejado de hacerlo
Petrarca o un Giotto vislumbres, dentro del espíritu del Medievo, de lo que habrá
de ser la imagen renacentista del mundo? Porque una época no presenta fronteras
renovada virtú que le abren camino, no sin fuerte oposición del pensamiento
antiguo.
o Ignacio de Loyola para comprender que no todo el pensamiento del siglo XVI es
llamamos <<Renacimiento>>.
Ésta no es pues una historia del pensamiento en los siglos XV y XVI, ni siquiera de
la filosofía renacentista. Pocas épocas han contado con estudios tan ricos como
clásicas, como las de Burck-hardt, Gentile, Cassirer, Saitta, Kristeller, Garin, Baron
y algunos otros. El tema de este ensayo es distinto: los orígenes y la crisis del
pretende ser una revisión intencionada del Renacimiento, dirigida por una idea
modernidad buscaremos los inicios de ese pensamiento en crisis. Por ello sólo
¿qué mejor para comprender nuestra época y las transformaciones que anuncia,
que verla en sus orígenes? ¿Qué mejor para descubrir las ideas supuestas en
nuestra imagen del mundo que perseguirla allí donde era germen, anuncio? Ver,
en cambio, en la sombra otras facetas que en esa época pudieron ser más
importante para quienes las vivieron. Quizás algunos se sorprenderán de ver allí
ideas que creían de última hora, de reconocer una imagen familiar del hombre y
del mundo, aunque dibujada con trazos y matices distintos. Porque lo que para
nosotros está teñido de desencanto, velado por un templado escepticismo, allí era
precisar las ideas centrales que engendraron ese mundo. Por contraste con esas
ideas, esperamos que se dibuje con mayor nitidez el perfil de nuestro pensamiento
humana se presentaban bajo la figura de un orden finito, en donde cada cosa tenía
estaba constituido por dos niveles de ser completamente distintos, sujetos cada
medieval. El mundo sublunar estaba rodeado por siete esferas. En cada una, una
transparente; giraban todas ellas con movimiento regular. Estas siete cáscaras,
concéntricas las uno respecto de las otras, correspondían a las órbitas que
estrellas fijas en la cual podíamos encontrar todas las luminarias celestes. ¿Y más
allá? Más allá, sólo la presencia de Dios. El mundo físico tiene pues un límite
preciso. Es como una cajita, como una de estas muñecas rusas o polacas en las
cuales, al abrir cada una, se encuentra otra exactamente igual, al abrir ésta, otra
más y así sucesivamente hasta llegar a una muy pequeña que es, por así decirlo,
todo: la Tierra.
cosa tiene asignado un sitio. Hay órdenes en el ser; cada ente tiende a ocupar su
lugar natural. En el mundo sublunar rigen leyes diferentes a las del mundo celeste,
pues en el cielo habitan cuerpos de una inteligencia sutil que, por otra parte, duran
en sus revoluciones la eternidad. Por lo contrario, en el mundo sublunar rige la
ente obedece a su naturaleza, la cual está regida por leyes que no puede rebasar.
mundo finito en el que todo ocupa un lugar preciso en relación con un centro y
con una periferia. La Tierra es vista como una superficie limitada, en el centro de
la cual existe un lugar privilegiado; algunos lo colocan en Jerusalén, por ser allí
Roma, por ser el centro de la cristiandad y del Imperio; sea Roma o Jerusalén,
hay? Nada, los abismos son insondables; nadie puede asomarse a los bordes de
la Tierra porque caería en el vacío. Si cada cosa está en el lugar del espacio que
humanidad, y tendrá un fin preciso: el día glorioso en que el Hijo del Hombre
en donde cada estamento ocupa su lugar. Hay una relación clara entre los
siervos y los señores, los señores y sus superiores feudales, éstos y el rey, el rey
quien, al entrar en escena, se viste del traje que le corresponde según el lugar que
hace mutis. Es buen actor y será premiado por quien repartió los papeles, aquel
de labrador debe ser durante toda la representación el mejor labrador posible, sin
tratar de ser otra cosa, quien ha recibido el papel de rey debe ser representado lo
mejor posible, sin dejar nunca de ser rey, quien tiene asignado el papel de
Dios premiará a aquel mendigo que fue buen mendigo, a aquel labrador que fue
representación. Cada quien debe cumplir el papel que le ha sido dado en la farsa.
Cada función social tiene sus propias virtudes. Sería inconveniente e inadecuado
que el labrador quisiera imitar las virtudes del señor, el señor las virtudes del
eclesiástico y así sucesivamente. Desde que nace sabe cuál es la función que le
muerte.
corona y de la tiara.
del mundo físico. Desde mediados del siglo XV, Nicolás de Cusa sostiene la idea
modo que las mismas propiedades de la Tierra las comparte la esfera de las
estrellas fijas. El universo es, para él, una <<explicación>> (explicatio). La imagen
del universo sería la de una esfera de radio infinito. Pero en una esfera tal, la
estallan como cáscaras vacías. Los planetas son otros tantos cuerpos que vagan
está claro, sin embargo, si piensa que el mundo es finito o infinito. Pero su
límite.
A finales del siglo XVI, Giordano Bruno describe con entusiasmo la figura
de un mundo infinito, sin centro ni periferia.
Ni la Tierra ni ningún otro mundo está en el centro… Esto es verdadero para todos
los demás cuerpos. Desde puntos de vista diferentes, todos pueden ser vistos
Siguiendo esa línea de pensamiento, asalta a Bruno una idea del todo extraña
para la época:¿Por qué no pensar que aquellos puntos que se suponían fijos en
una esfera no fueran otros tantos soles vagando en el espacio vacío,
acompañados tal vez de su corte de planetas? <<De manera que no hay un solo
mundo, una sola tierra, un solo sol, sino tantos mundos cuantas estrellas
luminosas vemos en torno nuestro>>.
Giordano Bruno era entusiasmo por la infinita grandeza del universo, unos años
Este pensamiento [la infinitud del universo] lleva consigo no sé qué horror secreto;
infinitos me aterra>>.
exclusivos en el cosmos, todo queda fijado por las relaciones que unos cuerpos
guardan con otros; eso es lo importante. Lo que interesa conocer no es ya el lugar
natural que corresponde a cada cuerpo, sino las relaciones que tiene con otros,
las funciones en que se encuentra el movimiento de un cuerpo respecto a los
movimientos de los otros. Y hemos dado, me parece, con la palabra clave:
función. Si en la Edad Media una noción central era el lugar, el sitio natural de
cada cosa y de cada persona, en la nueva imagen del mundo, una palabra
importante empieza a ser la función, las relaciones que rigen entre las cosas y
inicia la era de los grandes descubrimientos, en que las carabelas recorren largas
distancias y los navegantes hacen la experiencia de que la superficie terrestre es
una esfera en la que cualquier punto podría ser su centro. Es la época del