El Caucho
El Caucho
El Caucho
La bonanza de esos tiempos, generada por el auge y el interés del mundo por el
caucho hizo, por decir un solo ejemplo, de la ciudad brasilera de Manaus,
localizada en el Estado de Amazonas, que sea considerada (en esa época) la
ciudad más desarrollada de Brasil y una de las más prósperas del mundo; era
la única ciudad de ese país en poseer luz eléctrica y sistema de acueducto y
alcantarillado. Manaus vivió su apogeo entre 1890 y 1920, gozando de
tecnologías que otras ciudades del sur de Brasil no poseían, tales como el
tranvía eléctrico, avenidas construidas sobre pantanos desecados, además de
edificios imponentes y lujosos como el Teatro Amazonas, el palacio de
gobierno, el mercado municipal y la casa de aduanas.
En los países donde influenció la explotación cauchera, los territorios
amazónicos estaban habitados en su mayor parte por etnias indígenas. La
llegada de colonizadores en busca del preciado caucho a estos territorios causó
un choque cultural con los nativos que en la mayoría de los casos desembocaron
en torturas, esclavitud y masacres.
Asimismo, las fotos de aquella época describen el paso de hasta dos tranvías
que algunos llamaban liliputienses (¿serían porque eran pequeños?) que
cruzaban nuestras calles iquiteñas. Las personas de entonces caminaban en
domingo o feriados, y hasta quién diría de a diario, vistiendo elegantes ternos
(saco y pantalón) de colores claros y muchos de ellos descalzos, pero eso sí
luciendo distinguidos sombreros saritas que suponía se daba el uso sin distingo
de niveles económicos.
Iquitos, fundada en 1757, por los jesuítas y convertida en capital del
departamento por el mariscal EP Ramón Castilla y Marquesado en 1864, fue
el centro cauchero de la selva peruana y el primer puerto fluvial sobre el
río Amazonas peruano. Desde allí se comercializaba con Manaus, en Brasil.
Desde 1880, con el auge del caucho, la ciudad inició su expansión. Llegó contar
con colonias de portugueses, españoles, judíos y chinos y hasta nueve
consulados en aquella época. Iquitos gozó de años dorados en los que la
riqueza que trajo el oro blanco dejó muestras del esplendor en mansiones y en
edificios de estilo morisco, como la Casa de Fierro, diseñada por el
ingeniero Gustav Eiffel que se ubica en una de las esquinas de la Plaza de
Armas.
Muestra de esa época de grandeza económica está el edificio del Hotel Palace,
actualmente ocupada por la Región Militar del Oriente, en la esquina del
jirón Putumayo con el Malecón Tarapacá.
Por ahora me basta mencionar que el riojano Julio César Arana del Águila
(1864-1952) en el nororiente, por estos lares, y el huaracino Carlos Fermín
Fitzcarrald (1862-1897) en el suroriente, fueron los grandes emprendedores de
la explotación del caucho.
A todas las personas que osan leerlo, puesto que es de interés público,
porque tiene información relevante a la historia y nuestra historia rica del
caucho.
A Dios, por ser el guía espiritual y fortaleza que ilumina nuestras vidas en
los momentos más difíciles y nos permite ser más sensatas.