Otitis Media. PRONAP.
Otitis Media. PRONAP.
Otitis Media. PRONAP.
OTITIS MEDIA
objetivos
Definir OMA, otitis media aguda recurrente (OMAR) y otitis media con
efusión (OME).
Orientar a los padres para que realicen la consulta oportuna con otorrino-
laringología.
esquema de contenidos
OTITIS MEDIA
Epidemiología
Factores de riesgo Diagnóstico
Historia natural Profilaxis antibiótica
Observación expectante
Etiología Medicación
Tubos de timpanostomía
Fisiopatogenia
Diagnóstico Adenoidectomía Consulta
Tratamiento otorrinolaringológica
Prevención
pronap 2014 • módulo 1 • capítulo 4 117
MT membrana timpánica
ON otoscopio neumático
RA reflectometría acústica
TM timpanometría
INTRODUCCIÓN
Las otitis medias son enfermedades del oído medio que incluyen la otitis media aguda
(OMA), la otitis media con efusión (OME) y la otitis media crónica (OMC).
La OME persistente es una condición que puede provocar hipoacusia, trastornos del
habla, del lenguaje y del aprendizaje, afectando el desarrollo y la calidad de vida del
niño. Su prevalencia es alta y en los países desarrollados es el diagnóstico más fre-
cuente por el cual se realiza una cirugía durante la infancia.
DEFINICIONES
Otitis media (OM): es un término general para describir la inflamación del
oído medio sin referencia a la etiología o a la patogenia.
Otitis media aguda (OMA): se refiere a la infección microbiana de la efusión
del oído medio y se debe diagnosticar cuando se observa un abombamiento
franco (moderado o severo) de la membrana timpánica (MT) o ante la apa-
rición repentina de otorrea no debida a una otitis externa. Puede diagnosti-
carse también si el abombamiento es leve pero el niño además manifiesta
otalgia (frotamiento o tironeo de la oreja en niños que aún no hablan) y hay
eritema intenso de la MT. No debe hacerse el diagnóstico de OMA en niños
que no tienen efusión en el oído medio (reconocida por otoscopía común o
idealmente neumática, timpanometría o reflectometría acústica).
OMA severa: es aquella que muestra abombamiento acentuado de la MT y
fiebre de 39° C o más.
OMA no severa: es aquella que muestra abombamiento leve y temperatura
menor a 39° C.
OMA recurrente (OMAR): 3 ó más episodios bien documentados de OMA en
6 meses o 4 o más en un año.
OME: es una efusión del oído medio sin signos ni síntomas de infección.
Miringitis: es una inflamación de la MT, generalmente con vesículas o bullas,
que puede ocurrir con o sin efusión del oído medio.
Otorrea: se refiere a la descarga de secreción desde el oído, originado en
uno o más de los siguientes sitios: conducto auditivo externo, oído medio,
mastoides, oído interno o cavidad intracraneana.
La mayoría de las OMA ocurren entre los 6 meses y los 3 años de vida; luego su inci-
dencia disminuye progresivamente aunque puede ocurrir ocasionalmente en adoles-
centes y adultos.
Hay grupos étnicos más propensos a padecer OMA. Han sido bien estudiados ciertos
grupos aborígenes australianos, esquimales y algunos nativos de Norte américa.
También hay factores climáticos (en verano disminuyen las OM mientras que las viro-
sis respiratorias invernales aumentan su incidencia); socioeconómicos (la incidencia
se incrementa por hacinamiento familiar y en jardines maternales) y de acceso a la
atención médica (falta de diagnóstico y tratamiento oportuno).
HISTORIA NATURAL
La historia natural de la OMA revela que habitualmente los síntomas de infección se
resuelven rápidamente, aunque luego la OME persista por un tiempo variable. A dife-
rencia de lo que se enseñaba antes, la OME suele preceder y proseguir a la OMA. Es
mucho más frecuente el exudado sero-mucoso del oído medio que la colección puru-
lenta.
La curación clínica de la OMA ocurre en 81% de los niños no tratados de todas las
edades y en 92% de los tratados con antibióticos en 7 a 14 días, si bien sólo 60-70%
eliminan la efusión a los 30 días de seguimiento. A los tres meses de un primer episo-
dio de OMA persiste la OME en el 10% de los oídos.
120 Andrés D. Sibbald • OTITIS MEDIA
ETIOLOGÍA
FISIOPATOGENIA
La OMA es una enfermedad infecciosa que ocurre por una disfunción tubaria, una
respuesta inmunológica insuficiente y una sobrecarga microbiana. La mayoría de las
OMA infantiles están precedidas por una infección viral de las vías aéreas superiores
que incrementa la producción de moco, reduce el barrido ciliar en la nasofaringe, pro-
duce inflamación y disminuye la respuesta inmunológica.
La trompa de Eustaquio, más corta y más blanda que la del adulto y a veces compri-
mida por tejido adenoideo, se obstruye por esta inflamación, se reduce la ventilación
del oído medio y se genera una presión negativa que retrae la membrana timpánica
(MT) e induce la acumulación de secreción inicialmente serosa, la OME común. Hasta
allí el oído medio sigue sin infección y se ve una efusión transparente, a veces con un
nivel hidroaéreo. En determinado momento la obstrucción tubaria cede temporaria-
mente por un instante y las secreciones de la nasofaringe refluyen hacia el oído medio
introduciendo virus y bacterias que activan la respuesta inmune atrayendo neutró-
filos que a su vez liberan mediadores inflamatorios. El examen otoscópico descubre
entonces una MT engrosada, opaca y con contenido lechoso, a veces con estrías de
color rojo intenso, pero fundamentalmente se muestra prominente o abombada por la
presión, la respuesta inflamatoria y la colección purulenta.
pronap 2014 • módulo 1 • capítulo 4 121
DIAGNÓSTICO
La OMA, como toda enfermedad, es un proceso secuencial que provoca una aparición
progresiva de manifestaciones clínicas. Irrumpe cuando una efusión del oído medio,
habitualmente no identificada hasta ese momento, se infecta con otopatógenos que
provienen de la nasofaringe y entonces aparecen en forma rápida los signos y sínto-
mas de inflamación intensa e infección.
El diagnóstico clínico de la OMA puede ser difícil en los primeros años de vida, que es
cuando más ocurre esta enfermedad. Sabemos, por varias publicaciones recientes,
que los síntomas observados por los padres en el niño pequeño no permiten diferen-
ciar el que padece OMA del que sufre el impacto de otra infección, generalmente viral
pura, de la vía aérea superior. Hay una superposición de síntomas que confunden y
exigen un diagnóstico otoscópico. Los síntomas sí sirven posteriormente para el se-
guimiento del niño con OMA diagnosticada, mientras se realiza el tratamiento.
La única excepción puede ser la otorrea repentina (no debida a otitis externa) en un
paciente que dificulta la limpieza del conducto auditivo externo (CAE) con el instru-
mental adecuado que debe tener y saber utilizar el pediatra.
Una vista parcial del tímpano suele ser insuficiente. El pediatra debe apartar o retirar
el cerumen para iniciar la inspección de la MT cuando sospecha una otitis media.
Este procedimiento tiene una primera fase estática para reconocer los reparos ana-
tómicos comunes de la MT así como el color, la translucencia y la integridad.
sigue siendo la más utilizada porque, en general, el pediatra carece de los instrumen-
tos y de la instrucción adecuada. A veces es difícil distinguir si la MT está hinchada o
retraída: la presión positiva con la insuflación de aire del ON la desplaza hacia atrás si
hay abombamiento y la presión negativa la trae hacia adelante si está retraída.
El precio de estos equipos ha disminuido en los últimos años, haciéndolos más acce-
sibles. Muchos otoscopios de los más utilizados en Argentina tienen un orificio en el
que puede insertarse la pera insufladora. Actualmente ésta puede conseguirse en los
sitios de venta de artículos por Internet. Lo mismo sucede con los otros instrumentos
e incluso se ofrecen algunos usados en excelentes condiciones a muy buen precio.
Sólo como referencia podemos mencionar que en eBay o Amazon un reflectómetro
Ear Check puede obtenerse por 20 dólares.
124 Andrés D. Sibbald • OTITIS MEDIA
Figura 5. Timpanometría
Timpanograma normal Timpanograma plano
1,5 1,5
Movimiento del tímpano
Movimiento del tímpano
1,0 1,0
0,5 0,5
0,0 0,0
Dado que el pediatra debe monitorear frecuentemente la evolución de las otitis me-
dias en sus pacientes, el reflectómetro ofrece una gran ayuda porque ofrece un "sco-
re" o puntaje que los padres pueden apreciar fácilmente.
severa/ no severa; uni o bilateral; con o sin otorrea) y del padecimiento. El diagnós-
tico de la enfermedad depende de los signos otoscópicos. La evaluación global del
malestar del paciente se determina según la variedad y la intensidad de los síntomas.
Irritabilidad Fiebre
Llanto inusual
Sueño intranquilo
MT
abombada
Efusión MT
en oído inflamada
medio
Frotamiento de oreja
Apetito reducido
Dolor de oído (otalgia)
TRATAMIENTO MÉDICO
En 1981 Van Buchem, un médico generalista holandés, publicó un estudio que marca
un hito en el tratamiento de la OMA en niños. En un ensayo aleatorio verificó que niños
mayores de 2 años con OMA no tenían diferencias significativas en su evolución clínica
según se trataran con miringotomía, antibióticos o ninguno de ellos. Muchos trabajos
posteriores, reunidos en diversos meta-análisis de miles de niños con OMA, confir-
man que el 80% tiene curación clínica espontánea. Nació así la opción terapéutica de
observación expectante para pacientes debidamente seleccionados.
Treinta años más tarde, en 2011, Jerome Klein, un reconocido pediatra infectólogo,
reflexionaba en un editorial del New England Journal of Medicine acerca de cómo los
clínicos de hace no más de medio siglo, se verían muy sorprendidos al descubrir que
la OMA dejaba de ser la enfermedad grave con complicaciones supuradas de la era
preantibiótica para convertirse en un padecimiento menor que permite un manejo
sintomático, sin indicación inmediata de antibióticos en muchos niños. Klein escribía
pronap 2014 • módulo 1 • capítulo 4 127
a raíz de dos nuevos ensayos aleatorios sobre OMA infantil tratados con antibióticos
o con placebo publicados en esa misma edición. Hoberman en Pittsburgh (USA), y
Tahtinen en Turku (Finlandia), demostraron que con un diagnóstico otoscópico rigu-
roso de OMA, y en niños menores de 2 y 3 años respectivamente, la respuesta a los
antibióticos es sustancialmente más efectiva (Número necesario a tratar: 3-4 niños)
que en los meta-análisis previos (Número necesario a tratar: 8-16 niños).
El número necesario a tratar (NNT) es la cantidad de individuos a los que debemos so-
meter a un determinado tratamiento para lograr una curación más que en el grupo con-
trol sin tratamiento. Se expresa en un rango con un IC (intervalo de confianza) que en
general es del 95%, que expresa que la probabilidad de que esa curación se deba al azar
es menos del 5%. En el ejemplo anterior significaría que tratando sólo niños menores de
2 ó 3 años con diagnóstico riguroso de OMA puedo afirmar con un 95% de certeza que
debo tratar entre 3 y 4 niños para curar a uno que no se hubiera curado sin antibióticos.
Usando criterios menos rigurosos y no haciendo diferencias por edad deben tratarse
entre 8 y 16 niños para curar a uno que no se hubiese curado espontáneamente.
Algunos autores señalan eventos adversos, como una mayor duración de la OME,
cuando se comparan estos fármacos con placebo.
Investigaciones hechas en las últimas décadas indican que la mayoría de los niños de
todas las edades que padecen OMA no severa muestran una curación clínica satisfac-
toria aún sin tratamiento antibiótico. Se estima que para estos pacientes el NNT con
antibióticos es de 8 a 16 para lograr una diferencia significativa en la mejoría sintomáti-
ca de un niño. Esto ha llevado a que muchas sociedades científicas de diversos países
promuevan la opción, para pacientes debidamente seleccionados (diagnóstico incierto,
bajo riesgo, episodio aislado de OMA), de indicar un tratamiento inicial sin antibiótico en
los primeros 2-3 días. Esto sólo es posible cuando el pediatra y los padres, tras una in-
128 Andrés D. Sibbald • OTITIS MEDIA
Dos ensayos clínicos recientes en niños menores de tres años utilizando criterios muy
rigurosos para el diagnóstico de OMA, comprueban que la mitad de aquellos que re-
ciben placebo en lugar de antibiótico tienen una evolución sintomática favorable. Los
signos otoscópicos de la enfermedad, sin embargo, resuelven más rápidamente en
aquellos tratados con antibiótico (NNT=3-4).
La elección del antibiótico es empírica para cada caso de OMA pero depende de la
salud general del niño, de si fue tratado con antibióticos en el último mes y de la acep-
tación, la tolerancia y el costo del medicamento.
La amoxicilina (90 mg/kg /día en 2 dosis diarias) durante 5 a 10 días es la primera op-
ción que recomiendan las guías actuales. Esa recomendación se basa en la seguridad
que ofrece en dosis altas, sobre todo frente al Streptococcus pneumoniae, que es el
patógeno más agresivo.
Hay evidencia que respalda que regímenes de 5 días de tratamiento, en vez de los
10 días tradicionales, son suficientes para la mayoría de los pacientes. Si el paciente
es mayor de 4 años o si la tasa de cepas resistentes en la comunidad no es elevada
(<20%), la dosis de 40 mg/kg/día suele ser suficiente.
pronap 2014 • módulo 1 • capítulo 4 129
Aún en las OMA no complicadas pueden hallarse cepas resistentes de los otopatóge-
nos más frecuentes. Por este motivo, si el paciente padece OMAR, si fue tratado con
antibióticos en las últimas 4 semanas o si concurre a jardín maternal, deben consi-
derarse agentes de más amplio espectro para mejorar la cobertura para bacterias
productoras de beta-lactamasa. La combinación de amoxicilina con ácido clavulánico
(preferiblemente en relación 7:1 ó 14:1 para reducir efectos adversos gastro intesti-
nales) o con sulbactam constituye actualmente la segunda línea de tratamiento. Se
indica a razón de 45-90 mg/kg/día de amoxicilina. El sabor y la diarrea son dos incon-
venientes de estas combinaciones que a veces atentan con el cumplimiento.
En tercera línea de antibióticos está la ceftriaxona intramuscular a 50 mg/kg/día. Una
sola dosis es efectiva contra los neumococos penicilino susceptibles y contra los HiNT
y las Moraxellas. Los neumococos penicilino resistentes requieren 3 dosis aplicadas
en días sucesivos o alternos (por su vida media prolongada).
En pacientes excepcionales con alergia mediada por IgE (tipo I) a la penicilina (urtica-
ria, anafilaxia, laringoespasmo) pueden indicarse macrólidos, como azitromicina (10
mg/kg el primer día y 5 mg/kg por 4 días más) o claritromicina (15 mg/kg/día en dos
dosis diarias), pero debe recordarse que tienen una eficacia limitada ante HiNT y
ante neumococos. También en estos casos puede indicarse la ya mencionada ceftria-
xona, recordando que alrededor del 10% de los pacientes alérgicos a penicilina pre-
sentan reacciones cruzadas a las cefalosporinas.
Las Guías de OMA de la Academia Americana de Pediatría de 2013 modifican parcial-
mente las del 2004, aclarando que puede mantenerse una observación expectante en
niños de 6 a 23 meses si la OMA es unilateral y no severa.
a. Aplica solamente para niños con diagnóstico firme de oma (ver diagnóstico).
b. Niño visiblemente enfermo, otalgia por más de 48 hs, temperatura > 39º c en últimas 48 hs acce-
so difícil con el seguimiento médico.
c. Ofrece opción de manejo inicial sin antibióticos. Debe conversarse con la familia y debe haber
mecanismo para asegurar buena comunicación con el pediatra.
Fuente: Guías clínicas de la AAP 2013.
¿Cuánto tiempo debe tratarse una OMA? La mayoría de los autores indican antibióticos
durante 7 días, pero puede ser de 5 a 10, según el caso individual de cada paciente.
130 Andrés D. Sibbald • OTITIS MEDIA
PREVENCIÓN
MEDIDAS GENERALES
La reducción del uso del chupete y del contagio de infecciones en jardines maternales
tiene un efecto considerable, pero generalmente son opciones de prevención secun-
daria que se implementan cuando el niño ya sufre OMAR.
MEDIDAS ESPECÍFICAS
Las virosis de la vía aérea superior generan la cascada inflamatoria que precipita la
OMA. Actualmente la propuesta de vacunas antivirales se limita al virus de la influen-
za. Nuestro Programa Nacional de Inmunizaciones hace obligatoria la vacuna antigri-
pal para niños de 6 meses a 2 años. Trabajos publicados indican una efectividad de
protección de 30 a 55% durante la temporada de influenza.
PROFILAXIS ANTIBIÓTICA
Hasta hace unos años la quimioprofilaxis con antibióticos a dosis bajas durante largo
tiempo se indicaba con el objetivo de reducir la repetición de episodios en niños con
OMAR. Actualmente sabemos que el riesgo de incrementar la resistencia bacteriana
excede el escaso beneficio de la profilaxis diaria y se desaconseja esta opción de pre-
vención secundaria.
TUBOS DE TIMPANOSTOMÍA
La ventilación prolongada con tubos de timpanostomía (TT), también llamados diábo-
los, disminuye considerablemente los episodios de OMA pero no los elimina. Los tubos
reducen la recurrencia porque eluden la disfunción tubárica de los primeros años de
vida. También reducen el uso de antibióticos sistémicos, ya que las OMA en pacientes
con TT se tratan generalmente con quinolonas en gotas a través del tubo.
ADENOIDECTOMÍA
La hiperplasia franca del tejido adenoideo, que puede obstruir la trompa de Eusta-
quio, y la adenoiditis persistente, muchas veces con biofilms difíciles de erradicar con
antimicrobianos, justifican a veces la realización de una adenoidectomía en el paciente
con OMAR. El beneficio de esta cirugía suele ser evidente desde los 2 años de edad,
pero es mayor cuando se realiza en niños mayores de 3 ó 4 años, aun cuando la hiper-
plasia no sea oclusiva.
132 Andrés D. Sibbald • OTITIS MEDIA
DIAGNÓSTICO
Para buscar y verificar la OME el pediatra utiliza los mismos instrumentos que para
la OMA. El primer método recomendado es la otoscopía neumática (ON), que debería
ser parte de la rutina del examen físico pediátrico.
Los siguientes son ejemplos de entidades que hacen a los niños más vulnerables:
Hipoacusia neurosensorial.
Trastornos del lenguaje.
Trastorno global del desarrollo (espectro autista).
Síndromes genéticos (síndrome de Down u otros).
Malformaciones craneo faciales.
Fisura palatina aislada o con otras malformaciones asociadas.
Trastornos visuales severos.
OBSERVACIÓN EXPECTANTE
Toda intervención para una OME, sea médica o quirúrgica, debe plantearse después
de un período de observación pertinente. Los niños de bajo riesgo que presentan
OME deben ser monitorizados clínicamente por el pediatra por un período inicial de
tres meses. En ese tiempo se puede citar periódicamente para documentar la evolu-
ción con los métodos ya señalados. Los factores que afectan los intervalos óptimos
entre las consultas dependerán del criterio médico, de los deseos de los padres y de
las características singulares de cada paciente. Si la OME persiste a los 3 meses de
observación corresponde realizar una evaluación audiométrica. Si la audición no está
sustancialmente afectada y si no se observan anomalías estructurales de la MT se
recomienda continuar con la observación periódica cada 3 meses.
134 Andrés D. Sibbald • OTITIS MEDIA
Algunos de estos niños evolucionarán hacia la OME crónica y tendrán riesgo de sufrir
daño estructural de la MT debido a la reacción inflamatoria local (leucotrienos, pros-
taglandinas). La hipoventilación sostenida del oído medio también genera una presión
negativa que predispone a la aparición de bolsillos de retracción focales, atelectasia
generalizada y colesteatoma. Ante la sospecha de estas formas severas de OME el
pediatra debe realizar oportunamente la consulta con el especialista.
MEDICACIÓN
El tratamiento farmacológico de cualquier enfermedad sólo es apropiado si logra un
beneficio sostenido y significativo que supera el obtenido a través de una observación
expectante. Si bien algunas medicaciones han demostrado beneficios para la OME,
muchos son de corta duración y relativamente pequeños en magnitud. Además, mu-
chos pueden generar efectos adversos.
Los antibióticos no ofrecen solución para las OME y los corticoesteroides tampoco
brindan un efecto sostenido. Combinados pueden ofrecer un beneficio de corto plazo,
confirmado por algunos ensayos clínicos, para padres que prefieren evitar o posponer
una intervención quirúrgica. En esos casos un tratamiento combinado durante 10 a 14
días, puede indicarse por única vez.
CONSULTA OTORRINOLARINGOLÓGICA
Cuando el paciente consulta al ORL o al audiólogo, es recomendable que el pediatra
envíe una síntesis escrita de las observaciones otológicas realizadas (duración y late-
ralidad de la OME, ocurrencia de OMA, audiometrías, trastornos del habla y del len-
guaje) y de los motivos específicos de la consulta. La misma sirve también para que
los padres conozcan esos motivos y que el ORL pueda ofrecer alternativas adecuadas
de diagnóstico y de tratamiento. Completada la evaluación, el especialista debe res-
ponder con su apreciación del caso y con las recomendaciones de seguimiento adicio-
nal con o sin cirugía.
autoevaluación
V F
2. La mayoría de las OMA ocurren en los primeros 6 meses de vida y luego su incidencia disminuye
progresivamente.
V F
3. La curación clínica de la OMA ocurre en 81% de los niños no tratados de todas las edades
y en 92% de los tratados con antibióticos en 7 a 14 días
V F
4. A los tres meses de un primer episodio de OMA persiste la otitis media con efusión (OME)
en el 10% de los oídos.
V F
5. La OMA suele preceder y proseguir a la OME.
V F
6. Con técnicas moleculares como PCR (reacción en cadena de polimerasa) se comprueba que el 66% de
las OMA tienen presencia simultánea de bacterias otopatógenas y de virus asociados.
V F
7. La verificación de efusión por reflectometría acústica o por timpanometría permite arribar a
un diagnóstico específico.
V F
8. El tratamiento antibiótico inmediato en menores de tres años ofrece mayor beneficio cuando la OMA es
bilateral y cuando tienen otorrea por OMA.
V F
9. La incidencia de mastoiditis aguda es similar en pacientes que recibieron antibióticos y en aquellos en
los cuales no hubo tratamiento anti-infeccioso desde el diagnóstico de la OMA.
V F
10. Hay evidencia que respalda que regímenes de 5 días de tratamiento, en vez de los 10 días
tradicionales, son suficientes para la mayoría de los pacientes.
V F
136
autoevaluación
................................................................................................................................................................................
................................................................................................................................................................................
................................................................................................................................................................................
................................................................................................................................................................................
4. Explique en qué situaciones la realización de una adenoidectomía puede ser beneficiosa para un
paciente con OMAR.
................................................................................................................................................................................
................................................................................................................................................................................
autoevaluación
A B
1. Oído derecho A:
a) Normal.
b) OME.
c) OMA.
2. Oído izquierdo B:
a) Normal.
b) OME.
c) OMA.
autoevaluación
2. Ana tiene 3 años y la madre la trae sin turno porque está fastidiosa, llora y hace días que se frota las
orejas y los ojos. Su pediatra no está y usted la atiende en el consultorio de demanda espontánea. La
madre menciona que aún no une dos palabras y que no se le entiende cuando habla. Tiene vacunas y
crece normalmente.
Está afebril, aunque la noche anterior la madre la notó calentita. Le dio paracetamol hace 3 horas. Tiene
rinorrea y últimamente respira por la boca.
Imágenes de la otoscopía: (VEA LA OTOSCOPÍA NEUMÁTICA EN EL REPOSITORIO: IMÁGENES ANA A y B).
A B
1. Oído derecho A:
a) Normal.
b) OME.
c) OMA.
2. Oído izquierdo B:
a) Normal.
b) OME.
c) OMA.
................................................................................................................................................................................
................................................................................................................................................................................
139
autoevaluación
3. Maxi tiene 20 meses de edad, es previamente sano, concurre a guardería y desde ayer presenta fiebre
entre 38 y 38,5º C, con discreta irritabilidad nocturna (se despertó llorando 2 veces). Tiene rinorrea
verdosa, conjuntivitis y tose mucho desde hace dos días. Nunca tomó antibióticos. De día juega casi
como siempre y come bien. Las imágenes de su otoscopía neumática se encuentran en el repositorio.
IMÁGENES MAXI A y B.
A B
1. Oído derecho A:
a) Normal.
b) OME.
c) OMA.
2. Oído izquierdo B:
a) Normal.
b) OME.
c) OMA.
autoevaluación
4. Omar tiene 18 meses y ya ha tenido 5 otitis; la primera a los 6 meses de vida, con supuración del oído
izquierdo. No concurre a guardería, sigue tomando pecho 3 a 4 veces por día, tiene 3 hermanos mayo-
res sanos y no ha tenido otras enfermedades. Hace 3 meses que no recibe antibióticos.
A B
1. Oído derecho A:
a) Normal.
b) OME.
c) OMA.
2. Oído izquierdo B:
a) Normal.
b) OME.
c) OMA.
autoevaluación
5. Lucho tiene 4 años y concurre para control. La madre lo ve bien. No refiere ningún síntoma.
Al examinarlo tiene estas imágenes otoscópicas: (VEA LA OTOSCOPÍA NEUMÁTICA EN EL REPOSITO-
RIO: IMÁGENES LUCHO A y B).
A B
1. Oído derecho A:
a) Normal.
b) OME.
c) OMA.
2. Oído izquierdo B:
a) Normal.
b) OME.
c) OMA.
................................................................................................................................................................................
142 Andrés D. Sibbald • OTITIS MEDIA
CONCLUSIONES
La otitis media es frecuente en los primeros años de vida y el pediatra debe capaci-
tarse para reconocer otoscópicamente las diferentes etapas de esta enfermedad.
Lamentablemente el entrenamiento de pre y posgrado en otología es incompleto y el
error del médico en la clasificación de las otitis es muy frecuente.
El otoscopio neumático, con su juego completo de espéculos de diferentes calibres, es
el instrumento diagnóstico por excelencia. Este capítulo describe su uso y en varios
sitios se ofrecen cursos presenciales y “online” que facilitan el aprendizaje. Para con-
firmar y monitorizar la efusión del oído medio es muy recomendable el reflectómetro
acústico. La combinación de estos dos instrumentos es sencilla, indolora, económica
y reduce sustancialmente la confusión entre oído normal, OME y OMA.
Afortunadamente las formas leves de OMA y OME suelen tener una resolución espon-
tánea. En estos casos es de buena práctica compartir con los padres esta información
e implementar las pautas de manejo de las guías clínicas.
Las OMA severas, según los signos otoscópicos y los síntomas propios o generales,
suelen mostrar una pronta respuesta al antibiótico, pero la resistencia bacteriana
ocurre y se evidencia cuando no hay mejoría clínica en el paciente, cuando aparece
o persiste la otorrea y cuando siendo inicialmente unilateral pasa a ser bilateral. Por
estos motivos es conveniente recomendar que los padres vigilen la respuesta al trata-
miento y que consulten nuevamente ante el posible fracaso del mismo.
Las OME persistentes, eventualmente crónicas, deben ser reconocidas tempranamen-
te y monitorizadas con la debida documentación en la historia clínica. Si no resuelve
en el plazo de 3 a 6 meses, o si el pediatra advierte que se afecta preocupantemente la
función o la estructura del oído medio, podrá solicitar pruebas audiológicas o enviar al
ORL un resumen de las observaciones más importantes para que el especialista deter-
mine la conducta más apropiada.
LECTURAS RECOMENDADAS
American Academy of Family Physicians, American Academy of Otolaryngology-Head
and Neck Surgery, American Academy of Pediatrics Subcommittee on Otitis Media With
Effusion. Pediatrics 2004;113:1412-1429.
Hoberman A, et al. Treatment of acute otitis media in children under 2 years of age. N
Engl J Med 2011;364:105-15.
Klein JO. Is acute otitis media a treatable disease? N Engl J Med 2011;364:168-69.
Lieberthal AS, et al. The Diagnosis and Management of Acute Otitis Media. Clinical
Practice Guideline. Pediatrics 2013;131:e964-e999.
Sibbald AD. Acute otitis media in infants: The Disease and the Illness. Clinical distinctions for
the new treatment paradigm. Otolaryngology-Head and Neck Surgery 2012;147:606-10.
Tahtinen PA, et al. A placebo-controlled trial of antimicrobial treatment for acute otitis
media. N Engl J Med 2011;364:116-26.
Venekamp RP, Sanders S, Glasziou PP, Del Mar CB, Rovers MM. Antibiotics for acute otitis
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Nº: CD000219. DOI: 10.1002/14651858.CD000219.pub3.
143
clave de respuestas
3. Verdadero.
4. Verdadero.
5. Falso. La OME suele preceder y proseguir a la OMA. Es mucho más frecuente el exudado sero-mucoso
del oído medio que la colección purulenta.
6. Verdadero.
7. Falso. El diagnóstico de OMA se hace observando la membrana timpánica (MT) utilizando el otoscopio
neumático. Sólo la inspección visual de la membrana timpánica distingue si la efusión es o no es infec-
ciosa.
8. Verdadero.
9. Verdadero.
10. Verdadero.
Factores protectores: edad (mayor de 3 años), sin episodios previos, inmunizaciones específicas aplica-
das, lactancia materna.
2. La OMA es una enfermedad infecciosa que ocurre por una disfunción tubaria, una respuesta inmunoló-
gica insuficiente y una sobrecarga microbiana. La mayoría de las OMA están precedidas por una infec-
ción viral de las vías aéreas superiores que incrementa la producción de moco, reduce el barrido ciliar
en la nasofaringe, produce inflamación y disminuye la respuesta inmunológica. La trompa de Eusta-
quio, se obstruye por esta inflamación, se reduce la ventilación del oído medio y se genera una presión
negativa que retrae la membrana timpánica (MT) e induce la acumulación de secreción inicialmente
serosa. En determinado momento la obstrucción tubaria cede temporariamente por un instante y las
secreciones de la nasofaringe refluyen hacia el oído medio introduciendo virus y bacterias que activan
la respuesta inmune atrayendo neutrófilos que a su vez liberan mediadores inflamatorios. El examen
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clave de respuestas
otoscópico descubre entonces una MT engrosada, opaca y con contenido lechoso, a veces con estrías
de color rojo intenso, pero fundamentalmente se muestra prominente o abombada por la presión, la
respuesta inflamatoria y la colección purulenta.
3. La otitis media aguda recurrente (OMAR), se define cuando un niño sufre 3 ó más episodios bien docu-
mentados de OMA en 6 meses o 4 episodios en 12 meses. Es importante verificar que entre cada uno
de los episodios de OMA se despeja la efusión residual, ya que la otra presentación clínica, la OME con
OMAR, es una entidad nosológica diferente que generalmente tiene otra conducta terapéutica.
4. Es necesario considerar que la adenoidectomía es más invasiva e impone un pequeño riesgo (quirúrgi-
co y anestésico) adicional. La hiperplasia franca del tejido adenoideo, que puede obstruir la trompa de
Eustaquio y la adenoiditis persistente, muchas veces con biofilms difíciles de erradicar con antimicro-
bianos, justifican a veces la realización de una adenoidectomía en el paciente con OMAR. El beneficio
de esta cirugía suele ser evidente desde los 2 años de edad, pero es mayor cuando se realiza en niños
mayores de 3 ó 4 años, aun cuando la hiperplasia no sea oclusiva. En los pacientes con OME se indica
cuando el cirujano comprueba una obstrucción retronasal, una sinusitis crónica o cuando requiere una
segunda colocación de diábolos.
2. Ana: Oído derecho: OME. Oído izquierdo: OME. Conducta: Proponer control con monitoreo otológico
hecho por el pediatra durante tres meses.
3. Maxi: Oído derecho: OMA. Oído izquierdo: OMA. Conducta: amoxicilina + clavulánico.
4. Omar: Oído derecho: OMA. Oído izquierdo: normal. Conducta inicial: proponer amoxicilina + analgesia.
Conducta ulterior: seguimiento (monitoreo) otológico a fin de determinar si los oídos se normalizan
entre episodios de OMA o si persiste la OME.
5. Lucho: Oído derecho: normal. Oído izquierdo: normal. Conducta: ninguna. Volver a observar oídos en el
próximo control. Las pequeñas alteraciones que se observan en la otoscopía corresponden a secuelas
menores de procesos previos.