Love, Heater

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Perspectivas Feministas

(Maffia)
TSQ * Transgender Studies Quarterly Copias 4
Queer1
Heather Love

¿Cuál es el lugar de lo ​queer​ en los estudios transgénero? Los campos de los estudios
queer y los estudios transgénero están vinculados a través de historias compartidas,
métodos y compromisos con transformar la situación de los forasteros del género y la
sexualidad. Mientras que ​queer​ es asociado principalmente con deseos y prácticas sexuales
no normativos, y ​transgénero​ es asociado principalmente con identidades y formas no
normativas de encarnar el género, es difícil trazar una línea clara entre ellas, tanto teórica
como prácticamente. A diferencia de los estudios gay-lésbicos y de los estudios de la
sexualidad, los estudios queer se definen a sí mismos como un campo crítico que cuestiona
las categorías estables de identidad. Los estudios transgénero también se ​definen​ a sí
mismos en contra de la identidad, ofreciendo un desafío a la estabilidad percibida del
sistema de dos géneros. Si y en qué contexto estos campos deben verse como distintos es
una pregunta viva; sin embargo, lo​ queer​ y lo​ transgénero​ están vinculados en sus
compromisos activistas, sus metodologías disidentes y su interrogación crítica de y
resistencia a las normas sexuales y de género.

Desafiar las categorías discretas de la identidad ha sido fundamental para el trabajo de los
estudios tanto queer como transgénero desde el principio. A fines de la década de 1980 y
principios de la década de 1990, ​queer​ surgió como un eslogan activista que buscaba
capturar las energías radicales de las luchas por la libertad sexual y de género frente a la
crisis del SIDA. Al reclamar un insulto homofóbico como el nombre de un movimiento y,
poco después, un campo de estudio, los activistas y académicos queer señalaron la
importancia de la violencia y el estigma en la experiencia de los forasteros sexuales y de
género. ​Queer​, con sus valencias de extraño, raro y desconcertante, también estaba
destinado a indicar una gama de prácticas sexuales e identidades de género no normativas,
más allá de ​gay y lesbiana​. ​Al proponer ​un modelo de coalición entre los marginados y
excluidos, en su máxima expresión “queer” fue imaginado como un grito de guerra contra
"los regímenes de lo normal" (Warner 1993: xxvi), preparado para abordar “las intrincadas
complejidades del lenguaje, la piel, la migración y el Estado” (Sedgwick 1993: 9).

Transgénero​ también es un término que surgió en un contexto activista para desafiar el


dominio de la identidad. Si se puede entender que ​queer​ rechaza las estabilizaciones de
género y sexualidad implícitas en las categorías gay y lesbiana y se abre a un espectro más
amplio de no-normatividad sexual, ​transgénero​ surgió [173] como un término para capturar
una gama de corporizaciones, prácticas y formaciones comunitarias generizadas que no
pueden ser explicadas por el binario tradicional. Aunque los orígenes precisos del término
son controvertidos, ha arraigado en las últimas dos décadas como un activismo, un campo
académico y un término vernáculo que rechaza las perspectivas ​normalizantes y ​clínicas del
género a favor de una descripción más amplia y móvil. En ​Transgender History​, Susan

1
Love, Heather (2014). Queer. ​Transgender Studies Quarterly. ​1.1-2 ("Keywords in Transgender
Studies"): 172-176. Traducción: Mar Lucas. Revisión: Moira Pérez. 2018. Se indica entre corchetes el
número de página del original.

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Stryker (2008: 1) entiende el concepto de transgénero como "el movimiento a través de un
límite socialmente impuesto desde un lugar de partida no elegido", capturando la fuerza
crítica y la flexibilidad del término. Mientras que ​transgénero​ funciona como un término
genérico, capaz de conjurar un espectro que puede incluir a transexuales, cross-dressers,
marimachos y ​femmes​, también señala una resistencia al marco taxonómico implicado por
el modelo del espectro (incluso cuando lo “supera”). Tal impulso crítico -el rechazo de todas
las categorías de identidad sexual y de género- podría llamarse ​genderqueer​, un término
que sugiere la intimidad entre ​transgénero​ y ​queer​.

Los estudios queer y transgénero están vinculados no solo en su crítica compartida a la


normatividad sexual y de género, sino también en su resistencia a las normas disciplinarias
y metodológicas. El pensamiento contradisciplinar de Michel Foucault ha sido crucial para el
desarrollo de ambos campos. El análisis que hace Foucault (1978) de la fuerza disciplinaria
del régimen moderno de la sexualidad da forma a las políticas antinormativas y
antiidentitarias de los estudios transgénero y queer. Además, el enfoque genealógico de la
historia de Foucault le permitió considerar una gama de géneros y sexualidades -por
ejemplo, en la historia de la compleja figura del siglo XIX Herculine Barbin (Barbin y
Foucault 1980)- por fuera de las categorías modernas de identidad.​ ​Tales instancias
inestables e inquietantes de corporización, práctica e identificación, amenazan no solo las
categorías discretas de identidad sexual y de género, sino la distinción misma entre género
y sexualidad. Finalmente, la crítica de Foucault a la voluntad de conocimiento enmascarada
como objetividad científica es crucial para la metodología de los estudios tanto queer como
transgénero. Dado que aquellos con corporizaciones y prácticas sexuales no
convencionales han sido sometidos desproporcionadamente a la observación clínica, la
historia crítica que hace Foucault (2003) de las ciencias humanas ha llevado a que ambos
campos insistan en afirmar a las personas ​queer y trans ​como sujetos más que como
objetos de conocimiento. Tal insistencia apunta a un compromiso compartido sobre la
política del conocimiento, la idea de que las nuevas formas de ser en el mundo dependen
de nuevas formas de pensar y nuevos marcos críticos.

A pesar de sus superposiciones históricas, metodológicas y políticas, los estudios queer y


transgénero no siempre han viajado en tándem, y no está claro, a la corta edad de estos
campos, hasta qué punto deberían hacerlo. Está claro que los aspectos anti-identitarios,
anti-normalización y de coalición de lo queer han sido útiles para articular y [174]
profundizar los estudios y la política transgénero; y, de hecho, este compromiso compartido
de cruzar las fronteras disciplinarias y de identidad puede hacer que sea difícil distinguir
claramente entre los estudios queer y transgénero o aclarar estas líneas de ​influencia​. Sin
embargo, aunque se considera que la palabra ​queer​ tiene más capacidad para indicar una
amplia gama de diferencias y exclusiones sociales, a menudo ha sido criticada por un
funcionamiento más restringido en la práctica. En su importante relato de las exclusiones de
la política queer, "Punks, Bulldaggers y Welfare Queens", Cathy J. Cohen (2005) acusa a
queer​ de ser un falso universal, que pretende abordar la situación de todos los sujetos
marginales, pero de hecho se centra en las preocupaciones de gays y lesbianas. Es posible
ver una crítica similar a lo ​queer​ entre algunos académicos trans, que han argumentado que
los estudios queer no se han comprometido completamente con las condiciones materiales

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de las personas transgénero, sino que más bien han usado la no normatividad del género
como un signo o alegoría de lo queer.

Tales tensiones sobre el estatus y la inclusividad de lo queer no se producen en el vacío


sino en tensos contextos materiales, profesionales e institucionales. Los estudios queer, a
pesar de algunos éxitos notables, siguen siendo una empresa con poco personal y carente
de fondos. No obstante, el campo está en una posición más fuerte que los estudios
transgénero, que a menudo se enseñan como un apéndice de los estudios queer o los
estudios de género. Una pregunta crucial en el presente es cómo los programas de estudios
de género y mujeres y los programas de estudios LGBT pueden apoyar mejor las iniciativas
institucionales en el campo de los estudios transgénero. La inclusión de material
transgénero en los cursos y la currícula es un arma de doble filo, ya que promueve el
conocimiento del campo y satisface la considerable demanda de los estudiantes, pero
podría evitar el paso más crucial en la institucionalización de los estudios transgénero: la
contratación de académicos ubicados principalmente en los estudios transgénero y de
académicos identificados como trans para ocupar cargos fijos en la universidad.

Además, a pesar de la importante superposición en las formaciones intelectuales de los


estudios queer y transgénero, el ajuste conceptual entre ellos no es uniforme. Lo queer ha
demostrado ser menos útil que los estudios transgénero para dar cuenta de la
corporización. En los estudios trans es central hacer lugar a relatos sobre la experiencia
material así como crear espacio para nuevas formas y experiencias de encarnación (en este
aspecto, se ven vínculos importantes entre los estudios transgénero y los de la
discapacidad). Lo queer está profundamente ligado a la formación intelectual del
postestructuralismo, particularmente como se desarrolló en la teoría literaria y el
psicoanálisis. El campo de los estudios transgénero también fue influenciado por este
marco, particularmente en textos canónicos como "The Empire Strikes Back" de Sandy
Stone (1991), pero ha tendido a ser metodológicamente más inclusivo y más diverso.
Mientras que los estudios queer continúan resistiendo a las metodologías de las ciencias
sociales a favor de una versión más humanística de los estudios interdisciplinarios o
culturales, [175] los estudios trans tienen vínculos más fuertes con los estudios jurídicos, el
análisis transnacional, la historia de la medicina, la arquitectura y el diseño, la etnografía y la
economía política.

No está claro si ​queer​ se entiende mejor como un término sustancial con vínculos históricos
con comunidades marcadas como desviadas en relación al género y la sexualidad, o como
un término teórico más abstracto, que describe una no-normatividad amplia, una crítica
política y una resistencia a la identidad. Una ambigüedad similar marca a ​transgénero​, que
puede referirse a modos particulares de corporización o a comunidades de personas, pero
también puede entenderse como un término teórico que apunta al cruce y la
desnaturalización de las categorías identitarias. Las poderosas desestabilizaciones que han
generado tanto lo queer como lo transgénero son cruciales, pero en el presente pueden
necesitar ser balanceadas por una conciencia de la fuerza continua de la identidad.
Etimológicamente, tanto ​trans​ como ​queer​ se refieren a un cruce, y en ese sentido ambos
términos invocan la movilidad, así como sus límites​. Dado que cada vez más gays y
lesbianas de género normativo, económica y racialmente privilegiados, en pareja y

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metropolitanos​ están cruzando a la cultura dominante, puede que en el presente estos
campos necesiten centrar su atención en cruzarse, en el sentido de ver cruzados o
frustrados nuestros propios deseos, ambiciones u oportunidades de vida. La presentación
de la clase social, la raza, la región, las capacidades y el género desempeñan un papel
crucial en la determinación de los derechos, el acceso a los recursos y la ausencia de
violencia; y las personas transgénero, transexuales y de género queer sufren
desproporcionadamente de lo que Amber Hollibaugh y Cherríe Moraga, escribiendo en
1981, llamaron "ataque queer" (403). Si lo ​queer​ tiene fuerza política en el contexto de las
luchas por la libertad de género y sexual, es debido a su capacidad de visibilizar las
realidades del estigma, la violencia y la exclusión aún vigentes.

Referencias
Barbin, Herculine, y Michel Foucault. 1980. Herculine Barbin: Being the Recently Discovered
Memoirs of a Nineteenth-Century French Hermaphrodite. New York: Pantheon Books.
Cohen, Cathy J. 2005. ‘‘Punks, Bulldaggers, and Welfare Queens: The Radical Potential of
Queer Politics?’’ En ​Black Queer Studies: A Critical Anthology​, ed. E. Patrick Johnson y Mae
G. Henderson, 21–51. Durham, NC: Duke University Press.
Foucault, Michel. 1978. An Introduction. Vol. 1 of The History of Sexuality. New York:
Vintage.
———. 2003. The Birth of the Clinic: An Archaeology of Medical Perception. London:
Routledge.
Hollibaugh, Amber, y Cherríe Moraga. 1981. ‘‘What We’re Rollin around in Bed With: Sexual
Silences in Feminism.’’ ​Heresies​, núm. 12: 58–62.
Sedgwick, Eve Kosofsky. 1993. ‘‘Queer and Now.’’ En ​Tendencies​, 1–20. Durham, NC:
Duke University Press.

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