Plan de Reinserción
Plan de Reinserción
Plan de Reinserción
Elaborado por:
Miguel Posani, Lucy Trias, Liliana Cubillos, Francisco Paredes y América Colón
ÍNDICE
Introducción ................................................................................................................................................... P. 1
3.1.- Plan Nacional de Reinserción Social para Jovenes con Conductas Delictivas ............... P. 5
3.2.- Objetivo General del Plan ....................................................................................................... P. 5
3.3.- Objetivos Específicos .............................................................................................................. P. 6
3.4.- Población Beneficiada .............................................................................................................. P. 6
3.5.- Perfil de la Población ............................................................................................................... P. 6
3.6.- Estructura del Plan Nacional de Reinserción Social ........................................................... P. 8
3.7.- Procesos de Atención del Plan Nacional de Reinserción Social ....................................... P. 9
3.8.- Ruta de Atención del Plan Nacional de Reinserción Social ............................................... P. 10
3.9.- Plan de Intervención de Emergencia ..................................................................................... P. 10
V Bibliografía ....................................................................................................................................... P. 14
1
INTRODUCCIÓN
Esta situación los lleva a crear bandas o grupos delictivos considerando que en
el medio vulnerable donde habitan, el que tiene un arma es el que sustenta el
poder. Así pues se mueven relaciones de poder y miedo de una escalada y
abismo de violencia y de la cual se cree no se puede salir. Es en base a esta
óptica que el Gobierno Revolucionario de nuestro presidente Nicolás Maduro,
teniendo clara conciencia de tal situación promulga la Ley de Desarme para
garantizar la paz de la patria y lleva adelante por todo el territorio nacional el
Plan de Paz y Convivencia de la Nación.
La participación de los adolescentes y jóvenes en las actividades delictivas representa un grave problema
social que debe ser atendido por todos y en especial por el Estado, por medio de la implementación de
políticas psico-socioeducativas idóneas, que prevengan y controlen el micro y el macrosistema de este
sector vulnerable de la población infractora. Para caracterizar a los adolescentes infractores, es necesario
desarrollar algunos conceptos que nos permitirán comprender mejor el problema desde una perspectiva
integral.
Empecemos por definir la adolescencia. Según UNICEF (2011), esta constituye un periodo del
desarrollo humano que se consolida sobre las vivencias de la infancia y sienta fuertes bases para la
adultez. El y la adolecente deben enfrentar una serie de cambios en distintas esferas de su vida como
son: cambios físicos y fisiológicos, transformaciones psicológicas y modificaciones de orden social.
Cronológicamente, este período va desde los 12 a los 19 años, aunque hay un serio cuestionamiento al
respecto, porque los jóvenes entre los 18 y 25 años, no logran cumplir con las demandas psicosociales
que les permita actuar como adultos. De hecho, hay consenso en cuanto a denominar esta fase, adultez
emergente, cuyo propósito es terminar de consolidar los cambios de la adolescencia. En nuestro país,
según Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes-LOPNA- (2007), utiliza como
criterio principal la edad del joven, por tanto se entiende por adolescente a toda persona entre 12 y 18
años (Art. No. 2).
Venezuela se considera un país joven, ya que los adolescentes y adultos emergentes constituyen el 37%
de la población total, según el último censo realizado (INE, 2013).
Otro concepto importante hace referencia al adolescente infractor, el cual es considerado desde el
punto de vista criminológico como una persona o sujeto que se encuentra en la fase evolutiva de
estructuración de su personalidad, que presenta una conducta antisocial tipificada en el código penal
como delito; y desde el punto de vista jurídico, como un “menor de edad penal” o “joven adulto
delincuente”. (Flores, 1987, pág. 29) Por otra parte, David (1974), la define como la expresión del
joven con las normas, valores y tradiciones de un grupo delincuencial o subgrupos que el adolescente
considera como su grupo de referencia cuyas normas y valores ha internalizado. Para Middendorff
(1964), la delincuencia juvenil “es un comportamiento reprobado por la sociedad que provoca la
intervención del Estado dentro de los límites legales concernientes a la edad y responsabilidad penal”.
(Middendorff, s/f, c.p. Tocaven, 1991). En Venezuela resulta difícil conocer estadísticas sobre los y las
adolescentes y jóvenes infractores, sin embargo, hay consenso en que cada vez es mayor la participación
de este grupo etario en hechos delictivos. Una cifra cercana podría sobrepasar el 20%, la cual es
alarmante.
En cuanto a la explicación teórica de esta problemática encontramos que diversas teorías han tratado de
explicar este fenómeno. Como se observa a lo largo de la historia muchas han hecho grandes aportes
muy significativos en la búsqueda de posibles causas e implicaciones de la delincuencia juvenil. La
etiología es explicada, en primer lugar por las “teorías de corte bio-anatómico” que resalta la existencia del
criminal nato, donde los hábitos delictivos responden a una deficiencia moral innata. Algunos de estos
autores sugirieron que los delincuentes representaban un atraso evolutivo del hombre, otros
consideraban al delincuente como una persona incapaz de alcanzar los niveles sociales normales debido
a deficiencias cerebrales innatas. Otra explicación se apoya en la estructura física del criminal, donde se
recurre a formas somatotípicas que clasifican a los individuos según su aspectos físico característico al
medir la musculatura, los huesos y la grasa corporal.
Además de las explicaciones de corte biológico, aparecen las “teorías sociales”, empezando con la de
“asociación diferencial”, quien considera que la vida delictiva parece ser algo que se aprende de la
3
experiencia, el que un o una joven se encuentre por el "buen" o el "mal" camino depende del ambiente
en el que se haya criado. Por su parte, “la teoría de la anomia”, interpreta la conducta delictiva como un
síntoma de frustración que puede acentuarse entre grupos que sufren una presión social especial. El
término anomia, es empleado por Durkheim para designar una dolencia social en la que las presiones
reguladoras y controladoras de una costumbre social son reducidas de forma que los individuos se
encuentran sin guía ni freno. La “teoría de las subculturas criminales”, evalúa las reacciones de los grupos
que dentro de la sociedad se apartan de las normas y valores de la mayoría, a estos grupos se les ha
denominado subculturas. La “teoría de la elección racional”, percibe a la delincuencia juvenil como una
decisión individual, donde la desviación es el producto de un cálculo altamente racional de riesgos y
recompensas.
Continuando con las teorías sociales, nos encontramos con la “teoría del conflicto social”, cuyos exponentes
defienden la idea que la sociedad está dividida en distintos grupos con valores, metas y normas distintas,
generándose lo conflictos entre ellos. Cada grupo pretende imponer sus intereses por encima de los
demás, así la definición de lo que es correcto o no, es una prerrogativa de aquellos que tienen el poder
político para definirlo de acuerdo a sus propios intereses y concepciones. La “teoría del etiquetamiento”
considera que aquel que viola las reglas establecidas de los distintos grupos sociales, le es adjudicada
una etiqueta de desviado por parte de las personas que cuentan con el poder de fijar las reglas. La “teoría
del control social” estipula que los mecanismos a través de los cuales debe funcionar una sociedad deben
derivar del control social, por lo que mientras más estricto sea el control mayor será el mantenimiento
del ordenamiento social. (Bergalli, 1983).
La “teoría de la presión” considera que la estructura de la sociedad impide que muchos de sus miembros
logren sus metas, generando una fuerte presión que hace posible que el individuo rechace las metas
aprobadas culturalmente y se acerque a la delincuencia y al comportamiento criminal. Agrega que los
adolescentes infractores comparten los mismos valores que todos los demás, particularmente aquellos
referidos a los logros y el éxito. Las vías para conseguir el éxito están limitadas para las personas de los
estratos sociales bajos, generándoles un dilema: o renuncian a los valores de éxito y prosperidad o
abandonan la obediencia a la ley. La “teoría de la cultura de la desviación” considera que la delincuencia es
impulsada por el medio social en que vive el infractor, particularmente señala un conjunto de
condiciones especiales para ello, como son: segregación económica, racial y étnica, una alta incidencia
de enfermedades sociales (mortalidad infantil, desempleo, deserción escolar, etc.) y la pobreza.
Finalmente, nos encontramos con “la teoría crítica”, quien enuncia que la acción delictiva proviene de dos
sujetos activos: la sociedad y el individuo. La acción individual no es libre ni está enteramente
predeterminada. Por su parte, la reacción de la sociedad, es atribuirle el carácter de delito a la acción del
individuo. La delincuencia juvenil es una realidad social conflictiva que surge de la acción y reacción
dialécticas entre la estructura y los individuos. La noción de delito juvenil es el resultado de la relación
dialéctica que se produce entre el joven que es influido por la estructura y el etiquetamiento de los
controles sociales, sin olvidar que estos controles también actúan presionados por esa estructura.
Como se puede observar, son bien variadas las teorías que enuncian las causas de la delincuencia
juvenil, aunque las de carácter social son las más empleadas para sustentar los programas de
intervención en la rehabilitación y prevención de este flagelo.
En el caso venezolano, la delincuencia juvenil, constituye un problema social de gran auge en nuestro
país, a partir de cuya incidencia se ha desarrollado un sistema de leyes que intentan minimizar su
ocurrencia. Dentro de ese enfoque preventivo y/o reeducativo en que se circunscribe la LOPNA, es
que se ubican todos aquellos programas de intervención que pretenden dotar a los y las adolescentes
infractores, así como a su microsistema familiar, de elementos socioeducativos y laborales, referidos al
logro de valores, esquemas de conducta y modelos de personalidad ajustados para un sano convivir
comunitario.
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Las crecientes cifras de adolescentes y jóvenes infractores de la Ley en nuestro país, constituyen un
problema que nos atañe a todos. Cotidianamente los medios de comunicación informan sobre la
participación de adolescentes en la comisión de actos delictivos, ya sea con la participación de adultos,
en bandas juveniles y/o en solitario; las diarias detenciones, fugas, traslados e ingresos a centros de
atención de niños, niñas y adolescentes, como consecuencias de delitos, comportamientos violentos,
consumo de bebidas y sustancias psicotrópicas, prostitución entre otros, en los que los menores
participan.
Son múltiples los elementos de riesgo que se pudieran enunciar como causa de este incremento, como
son: la pobreza, la desintegración familiar, el abandono paterno y materno, la deserción escolar, la falta
de valores, etc. Pero indistintamente de la causa, el proyecto final y exitoso de cualquier plan
preventivo de gobierno debe tomar en cuenta la erradicación de la permanencia de los y las niños, niñas
y adolescentes en las calles, para así prevenir el aumento de conductas delictivas, el ingreso de ellos en
centros de prevención y protección social y hasta la muerte a tempranas edades.
Otro aspecto que debe tomarse en cuenta es el ofrecimiento de alternativas socio-educativas y laborales
basadas en la filosofía del ser y no del tener que les permita solventar las altas tasas de desempleo, que
no les posibilita su manutención e independencia. O por el contrario, los orienta a elegir formas
riesgosas de obtener dinero fácilmente.
La familia juega un papel importante en la formación de la personalidad del delincuente, por lo que la
participación de ella en los programas es primordial. Numerosos estudios han demostrado una estrecha
relación entre la familia disfuncional y casos de delincuencia juvenil. Particularmente, los tipos de apego
inseguros entre los padres e hijos, los estilos de crianza parentales que suponen técnicas disciplinarias
agresivas, punitivas o negligentes, tienden a reforzar conductas delictivas y violentas por efectos del
aprendizaje de la violencia.
Además de las variables señaladas arriba, es importante tomar en cuenta las diferencias entre los y las
adolescentes infractores. Por una parte, aquellos que deben haber sido canalizado a las autoridades
competentes o a la atención psiquiátrica. Por otra parte, esta lista debe ofrecer la jerarquización por
grados de esos crímenes: desde el intento de actos violentos hasta los actos consumados de violencia, lo
que a su vez abarca desde diversas modalidades de asalto y robo, violación, incendio, hasta el asesinato
no intencional y el homicidio. Por lo tanto estos programas deberán, en su orientación diferenciar los
grupos de jóvenes delincuentes para un mejor abordaje de la problemática.
Por esta razones la propuesta que presentamos, además de considerar estas variables: también está
enmarcada en el II Objetivo del Plan de la Patria 2013-2019: Continuar construyendo el socialismo
bolivariano del siglo XXI, en Venezuela como alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo
y con ello asegurar “La mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor
suma de estabilidad política” para nuestro pueblo. (p.9).
Para concluir, proponemos la creación de políticas sociales de intervención con un carácter reeducativo,
preventivo y predictivo de la delincuencia juvenil, dirigidas no sólo al infractor sino a su familia y su
comunidad en el marco de las políticas del estado sobre la Ley de Desarme para garantizar la paz de la
patria y el Plan de Paz y Convivencia de la Nación en su segunda línea de las diez presentadas :
“Continuar con el plan de desarme y desmovilización de todas las bandas criminales en todo el
territorio nacional para que se incorporen al trabajo, al deporte, a la cultura y así que en vez de un arma
tengan un cuatro, un balón o un cuaderno. Con el fin de incorporar a todos los habitantes y amantes de
la patria para lograr la pacificación de Venezuela.
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La delincuencia es un problema muy complejo y multifactorial que debe ser comprendido y abordado
desde distintas perspectivas, incluyendo estrategias de controles policiales, judiciales, económicos,
políticos y sociales que permitan reducir los factores de riesgo que la propician y mantiene. Para ello es
necesaria la puesta en marcha de políticas sociales y programas destinados a la prevención, reeducación,
rehabilitación y reinserción social de la población transgresora.
Con el fin de ofrecer alternativas de atención a esta población, se presenta el siguiente plan,
denominado: Plan Nacional para la Reinserción Social para Jóvenes con Conductas Delictivas”.
Este plan se concibe como una propuesta de apoyo integral que ofrece una atención psicosocial,
socioeducativa y socioeconómica dirigida a adolescentes y jóvenes que no pertenezcan a la población
penitenciaria recluida y cuyo compromiso con la justicia no sea significativo que manifiesten además su
deseo voluntario de incorporarse al plan y que provengan del Programa de Desarme impulsado por la
Misión a toda Vida Venezuela, aunque no se excluye a cualquier individuo que por decisión propia
quiera participar.
Este plan tiene como matriz conceptual el enfoque de derecho, el cual establece y reconoce los
derechos que tiene todo sujeto, especialmente la población objetivo de este plan, a reivindicarse y
recibir apoyo en su proceso de rehabilitación y reinserción social. El plan también incorporar los
aportes del Enfoque de Género en el reconocimiento de la igualdad de derecho entre hombre y mujeres
y la necesidad de un trato diferencial ajustado a cada caso. Para el diseño conceptual del plan, se
reconoce la necesidad de una de visión integral que trascienda la rigidez de algunos enfoques que no
permite contemplar las especificidades de los grupos más vulnerable de la población al establecer
criterios homogéneos de atención frente a realidades heterogéneas.
En este sentido el plan contempla una atención integral especializada que puede ser individual y grupal
en función de los siguientes aspectos:
Género: se ofrece una atención diferencial a hombres y mujeres, reconociendo las diferencias
de género y necesidades de cada caso.
Edad: se respectan las diferencias de los grupos etarios de adolescentes y jóvenes, y se ofrece
una atención específica a cada grupo.
Territorio: se reconoce la necesidad de municipalizar la atención por las diversas características
en que se manifiesta el problema en un mismo estado.
Condición del participante: obedece a las necesidades específicas de atención de cada caso.
La atención contempla en este plan incluye a las familias de los/las participantes como beneficiarios
directos de los programas del plan.
Brindar alternativas de atención a adolescentes y jóvenes con problemas delictivos que faciliten su
proceso de reeducación, rehabilitación y reinserción social.
Atender a las familias de los/las participantes que se encuentren en una situación de alto riesgo
o vulnerabilidad social.
Las y los adolescentes y jóvenes transgresores como grupo etario poblacional corresponden a la
caracterización de un foco poblacional víctima de la interacción con múltiples factores sociales,
familiares, económicos, políticos, psicológicos y fenomenológicos contemporáneos que determinan el
surgimiento de un problema de salud pública y social de bastante relevancia y que a continuación se
pretende explicar.
“Algunos autores como LeBlanc (2003) han propuesto adoptar una definición actual de la
delincuencia: de este modo, la delincuencia juvenil se da “cuando un niño o un adolescente comete
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infracciones contra las leyes criminales de un país”. Se sostiene que el enfoque psicoeducativo, provee
de un marco de referencia y de una metodología apropiados para el trabajo con infractores de ley,
especialmente si se combina con aportes provenientes de enfoques complementarios que muestran su
efectividad en este campo de intervención. Muchos investigadores coinciden en señalar que durante la
adolescencia las personas están más susceptibles a cometer actos delictuales (Zambrano & Pérez-Luco,
2004; Alarcón, Vinet & Salvo, 2005; Dionne & Zambrano, 2008).
Según Le Blanc (2003), en Canadá más del 95% de los adolescentes masculinos han confesado haber
cometido un acto delictual. Otras investigaciones, en otros países han obtenido resultados similares. En
todo caso, es importante precisar que esta actividad delictual es transitoria y se limita para la mayoría de
sujetos interrogados, al período de la adolescencia. En efecto, sólo una pequeña proporción de
adolescentes tienen una actividad delictual importante que continúa cuando se hacen adultos, lo cual
hace decir a LeBlanc (2003) que la delincuencia es un epifenómeno de la adolescencia. En la literatura
se han identificado “trayectorias delictuales”. Estas trayectorias se preparan desde la tierna infancia, se
acentúan durante la infancia; mientras que en la adolescencia, ellas se modifican y se direccionan hacia
una integración social armoniosa, o ellas se intensifican, para cristalizarse en una delincuencia crónica y
en un estilo de vida marginal y criminal (Dishion, Nelson, Miwa, 2005; LeBlanc, 2003).
A la base de estas trayectorias, se encuentran factores de riesgo que han sido clasificados como factores
del entorno familiar e individual. Entre los factores del medio, se encuentra la pobreza, pero la relación
existente entre la pobreza y la delincuencia no es una relación de causalidad simple y directa. Ello,
puesto que la pobreza no causa inevitablemente la delincuencia (Zambrano, Ballestero, Galindo &
Suazo, 2001), muchas personas que han vivido en condiciones de gran pobreza, no han llegado a ser
delincuentes. De cierta forma, se podría simplemente decir que los jóvenes de medios desfavorecidos se
hacen arrestar más, que los jóvenes de medios más holgados, o que los dispositivos de control social
operan con mayor fuerza con esta población.
Además, hay factores individuales y familiares que tienen una importancia determinante. Entre éstas, se
pueden encontrar algunos o varios de los siguientes factores: el temperamento difícil del niño, el déficit
de atención y la hiperactividad, la pobreza de relaciones de apego con los padres, la presencia a muy
baja edad de conductas agresivas crónicas en el niño, la supervisión parental débil, la disciplina
inconsistente aplicada por los padres. Otro factor agravante, es la presencia en uno de los dos padres o
en los dos, de problemas importantes de salud mental y/o de abuso de alcohol o drogas. El fenómeno
de la desadaptación social durante la adolescencia es un fenómeno multidimensional, no se reduce a una
sola variable que permita predecir el comportamiento.
El Plan Nacional de Reinserción Social tiene cuatro (04) líneas estratégicas o áreas de acción y diez (10)
programas de atención, como se puede observar en el siguiente esquema:
PROGRAMA DE ATENCIÓN PSICOLÓGICA
PROGRAMA DE ATENCIÓN JURÍDICA
LÍNEA DE ATENCIÓN PSICOSOCIAL PROGRAMA DE DESARROLLO DE ESTRATEGIAS PARA
LA CONVIVENCIA Y LA PAZ
Línea de Atención Psicosocial: a través de esta línea se ofrece una atención psicosocial que abarca las
áreas psicológica, legal y social de los casos. Esta atención incluye también a sus familias y se desarrolla
a través de los siguientes programas:
Línea de Atención Socioeducativa: esta línea de acción busca la continuidad y culminación del
proceso educativo en los/las participantes del programa, así como su capacitación para el trabajo, estos
procesos se desarrollan a través de dos (02) programas:
Programa de Reinserción Escolar
Programa de Capacitación Laboral
Línea de Atención Socioeconómica: esta línea busca identificar y atender las necesidades
socioeconómicas de la población, incluyendo necesidades médicas, de seguridad y protección, las cuales
abarcan a sus familias. Este proceso se realiza a través del otorgamiento de becas, ayudas u otras
modalidades de apoyo que le permitan al participante contar con una ayuda económica temporal para
continuar con su proceso de reeducación, rehabilitación y reinserción social. A través de esta línea
también se ofrece abrigo a aquellos(as) participantes que se encuentren en una situación de alto riesgo o
peligro inminente a su integridad física. La atención socioeconómica se desarrolla a través de los
siguientes programas:
Línea Comunicación y Redes de Apoyo: a través de esta línea se aborda todo lo referente a los
medios de comunicación, campañas de prevención y creación de redes de apoyo interinstitucionales que
permitan fortalecer y consolidar los procesos de reeducación, rehabilitación y reinserción social de cada
participante. También contempla esta línea la incorporación de las comunidades a la prevención y
promoción de estrategias para la convivencia y la paz. Esto se desarrolla a través de los siguientes
programas:
Los procesos de atención desarrollados en el presente plan, se realizan a través de cuatro (04) fases de
atención, las cuales se describen a continuación:
1. Fase Diagnóstico: a través del diagnóstico se busca establecer y conocer las condiciones
iniciales de cada participante con el fin de diseñar un plan de intervención ajustado a sus
necesidades. La duración de esta fase es de 02 meses aproximadamente.
3. Fase de Control y Evaluación: se espera que esta fase se consoliden los logros alcanzados en
la fase anterior su duración es de 12 meses aproximadamente y depende de la evolución del
caso.
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4. Fase de Seguimiento: se espera que al llegar a esta fase el/la participante esté en condiciones
de mantener y consolidar por su mismo los logros alcanzados durante su permanencia en el
plan, su duración es de aproximadamente 12 meses.
La ruta de atención propuesta para este plan tiene dos (02) modalidades: una vertical que depende
100% del plan y se da a lo interno de cada fase de atención y otra horizontal que se externa al plan y se
desarrolla a lo largo del sistema judicial según el caso. A continuación se muestran esquemáticamente la
ruta de atención.
Para del desarrollo de esta intervención de emergencia se requieren del siguiente equipo de
profesionales de las áreas de psicóloga, trabajo social, derecho y terapia ocupacional:
10 Psicólogos(as)
02 Abogados(as)
20 Trabajadores(as) Sociales
05 Terapistas Ocupacionales
13 Profesionales para Actividades Administrativas.
OBSERVACIONES
Consideramos importante conformar un excelente equipo de trabajo que facilite los procesos a
desarrollar, además de contar con experiencia previa en el área que reduzca los tiempos de
capacitación y realización de las actividades programadas.
Recomendamos respetar los tiempos de ejecución propuestos, ya que muchos de los procesos
iniciados son de orden psicológico y necesitan de un tiempo prudencial para su consolidación.
La aceleración en los tiempos de ejecución y el atropello de los proceso no contribuye
positivamente al desarrollo éxito de la intervención.
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MESES
FASE ACTIVIDADES RESULTADOS
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Conformación de Equipos de Trabajo del Plan Equipos de Trabajo Conformados x
Centro de Operaciones Establecidos x
Establecimiento del Centro de Operaciones
Acondicionamiento del Espacio del Centro x
Intervención de Emergencia Realización de la Prueba Piloto del Plan x x x
Levantamiento de la Información Arqueo Bibliográfico Completo y Finalizado x x x
Entrevistar a Expertos en el área Información Especializada Recopilada x x
Situación Actual del Problema Establecido x x x x
Realización del Diagnóstico sobre la Situación Perfiles de la Población Establecidos x x
Actual de la Problemática tratada Mapeo de la Problemática Establecido x x x
Zonas de Mayor Incidencia Determinadas x
DISEÑO
MESES
FASE ACTIVIDADES RESULTADOS
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
Realización de Enlaces Institucionales Enlaces Establecidos x x x x
Creación de Entidades de Atención Entidades Aperturadas x x x x x x x x x x x x x x
Acondicionar las Entidades de Atención Entidades Equipadas x x x x x x x x x x x x x x
Construcción de los Manuales Operativos Manuales Finalizados x x x x x x x x x
Construcción de los Manuales Administra Manuales Finalizados x x x x x x x x x
EJECUCIÓN
MESES
FASE ACTIVIDADES RESULTADOS
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Construir Sistemas de Indicadores Sistema de Indicadores Construidos X x x
CIÓ
UA
EV
AL
1. La selección y conformación de los equipos de trabajo es vital para la ejecución del plan en los
tiempos establecidos. Un equipo poco coordinado y con escaza profesionalización y
experiencia en el área tendría un impacto negativo en el desarrollo del plan.
4. Se considera importante la realización de las mesas técnicas, las cuales además de proveer los
insumos necesarios para la construcción del plan, funcionan como medios para el
establecimiento de acuerdos y compromisos de las instituciones involucrados.
6. Es importante que este plan se asumido con seria y compromiso para garantizar el logro de los
objetivos propuestos y el éxito del plan. Ya que experiencia en otros países han demostrado
que donde se aplican programas de reinserción social y fracasan, estos generan más frustración
y rabia en la población involucrada empeorando su situación inicial y repercutiendo
negativamente en la situación de violencia del país.
V.- BIBLIOGRAFÍA
14
David, Pedro. (1974). Sociología Criminal Juvenil. Buenos Aires, Argentina: Editorial Depalma.
Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (2007). República Bolivariana de
Venezuela.
Plan de la Patria para la gestión Bolivariana Socialista 2013-2019, [en línea] <
http://www.hagamospatria.org.ve/Programa-Patria-2013-2019.pdf> [Fecha de Consulta: 19.03.2014]
United Nations Children’s Fund UNICEF (2011). Producción de textos: Mora, L; Coord.: Piñero, M.
Desarrollo Adolescente y Derechos Humanos. Caracas: Ignara.