Cuarto Mandamiento
Cuarto Mandamiento
Cuarto Mandamiento
a) La familia . El cuarto mandamiento se refiere en primer lugar a las relaciones entre padres
e hijos en el seno de la familia. «Al crear al hombre y a la mujer, Dios instituyó la familia humana
y la dotó de su constitución fundamental» ( Catecismo , 2203). «Un hombre y una mujer unidos
en matrimonio forman con sus hijos una familia» ( Catecismo , 2202). «La familia cristiana es
una comunión de personas, reflejo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu
Santo» (Catecismo , 2205).
b) Familia y sociedad . «La familia es la célula original de la vida social. Es la sociedad natural
en que el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida. La
autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los
fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad (...) La
vida de familia es iniciación de la vida en sociedad» ( Catecismo , 2207). «El cuarto
mandamiento ilumina las demás relaciones en la sociedad» ( Catecismo , 2212)
La Sagrada Familia es modelo de toda familia: modelo de amor y de servicio, de
obediencia y de autoridad, en el seno de la familia.
Los hijos han de respetar y honrar a sus padres, procurar darles alegrías, rezar por ellos y
corresponder lealmente a su sacrificio: para un buen cristiano estos deberes son un dulcísimo
precepto.
Si los padres mandaran algo opuesto a la Ley de Dios, los hijos estarían obligados a anteponer
la voluntad de Dios a los deseos de sus padres, teniendo presente que «es necesario obedecer
a Dios antes que a los hombres» ( Hch 5,29). Dios es más Padre que nuestros padres: de Él
procede toda paternidad (cfr. Ef 3,15).
Debes agradecerles también, que mediante su amor, su cuidado y su trabajo, ellos te han ayudado a ¨crecer¨ :
a) En tu cuerpo --- ellos han trabajado duro para proveerte de alimento, ropa, medicinas, desde que viniste al
mundo.
b) En tu mente --- ellos han hecho un gran es fuerzo para enseñarte las cosas, para que tuvieras oportunidad
de ir a la escuela.
c) En tu alma --- son tus padres los primeros que te hablaron de Dios, te dieron la fe, te enseñaron a orar, te
enseñaron lo que está bien y lo que está mal.
¡ Tienes tanto que agradecerles !
¿ Alguna vez se los has dicho ?
¨ Guarda hijo mío, el mandato de tu padre y no desprecies la lección de tu madre... en tus pasos ellos serán tu
guìa¨ (Pr 6,20-21)
- Mientras el hijo vive en casa de sus padres, debe obedecer todo lo que estos dispongan para su bien o el de
la familia.
La obediencia a los padres debe ser considera da como la obediencia a Dios. La Biblia dice :
¨Hijos, obedeced en todo a vuestros padres, porque esto es grato a Dios en el Señor¨.
(Col 3,29; CfEf 6,1)
- Cuando los hijos se hacen mayores, deben seguir respetando a sus padres,
deben tratar de darles gusto en sus deseos, aceptar sus consejos cuando los
corrijan con razón.
La obediencia a los padres termina cuando el hijo mayor se casa o se independiza, pero el
respeto , y el estar abierto a sus consejos, permanece siempre.
- Aquí hay algo importante: los hijos deben obedecer a sus padres en todo lo que no sea una
ofensa a Dios. Si alguna vez un padre o madre mandara a su hijo hacer algo que el hijo sabe que
es una cosa mala, no tiene obligación de obedecerlo.
La Biblia dice :
¨Hijo, cuida de tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza. Aunque haya perdido la
cabeza, se indulgente, no lo desprecies... ¨
(Si 3, 12-13)
El papel de los padres en la formación de los hijo s tiene tanto peso que, cuando falta,
difícilmente puede suplirse. El derecho y el deber de la educación son, para los padres,
primordiales e inalienables.
a) Los padres han de tener un gran respeto y amor a la libertad de los hijos, enseñándoles a
usarla bien, con responsabilidad [5] . Es fundamental el ejemplo de su propia conducta;
b) en el trato con los hijos deben saber unir el cariño y la fortaleza, la vigilancia y la paciencia.
Es importante que los padres se hagan “amigos” de sus hijos, ganando y asegurándose su
confianza;
c) para llevar a buen término la tarea de la educación de los hijos, antes que los medios
humanos —por importantes e imprescindibles que sean— hay que poner los medios
sobrenaturales .
Qué prohíbe el cuarto mandamiento
Como consecuencia de todo lo que antecede, este mandamiento nos prohíbe ofender a
nuestros padres o superiores, de palabra, de obra o de otro modo cualquiera. Y así, quien
quebranta las obligaciones de este precepto peca contra la piedad de modo específicamente
diverso, según que falte al amor, o al respecto o a la obediencia.
De este modo, el hijo peca gravemente:
Contra el amor debido, tratando a sus padres con aspereza, manifestándoles odio, dejando
de socorrerlos en sus necesidades graves espirituales o corporales, deseándoles mal grave,
desatendiendo sus legados, etc.
Contra la reverencia, golpeándolos con injuria, contristándolos gravemente, levantando la
mano con amenaza deliberada, insultándolos, despreciándolos en su pobreza o negándose
a reconocerlos como padres, etc.
Contra la obediencia, dentro de sus atribuciones; sólo hay obligación gravede obedecer si los
padres mandan formalmente y en materia grave.
Dios, que promete recompensa y premio a los que se muestran agradecidos con sus padres,
reserva castigos muy tremendos a los hijos ingratos y perversos. Pues está escrito:
“El que maldijere a su padre o a su madre sea sin remisión reo de muerte” (Ex 21:17). “Es
infame y desventurado el que da pesadumbre a su padre y echa de sí a su madre” (Prov
19:26). “Aquel que maldice a su padre o a su madre, se apagará la luz de su vida en medio
de las tinieblas” (Prov 20:20).