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MARTES 1
Blanco
Solemnidad de Todos los Santos
Dichosos sern ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de
ustedes por causa ma. Algrense y salten de contento, porque su premio ser
grande en los cielos.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ALOCUCIN DEL PAPA FRANCISCO A LA HORA DEL NGELUS
1 de noviembre de 2013
Queridos hermanos y hermanas, buenos das!
La fiesta de Todos los santos que celebramos hoy nos recuerda que la meta de
nuestra existencia no es la muerte, es el Paraso! Lo escribe el apstol Juan: An
no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando l se manifieste,
seremos semejantes a l, porque lo veremos tal cual es (1 Jn 3, 2). Los santos, los
amigos de Dios, nos aseguran que esta promesa no defrauda. En su existencia
terrena, en efecto, vivieron en comunin profunda con Dios. Vieron el rostro de
Dios en el rostro de los hermanos ms pequeos y despreciados, y ahora le
contemplan cara a cara en su belleza gloriosa.
Los santos no son superhombres, ni nacieron perfectos. Son como nosotros, como
cada uno de nosotros, son personas que antes de alcanzar la gloria del cielo
vivieron una vida normal, con alegra y dolores, fatigas y esperanzas. Pero, qu es
lo que cambi su vida? Cuando conocieron el amor de Dios, le siguieron con todo el
corazn, sin condiciones e hipocresas; gastaron su vida al servicio de los dems,
soportaron sufrimientos y adversidades sin odiar y respondiendo al mal con el
bien, difundiendo alegra y paz. Esta es la vida de los santos: personas que por
amor a Dios no le pusieron condiciones a l en su vida; no fueron hipcritas;
gastaron su vida al servicio de los dems para servir al prjimo; sufrieron muchas
adversidades, pero sin odiar. Los santos no odiaron nunca. Comprended bien esto:
el amor es de Dios, pero el odio de quin viene? El odio no viene de Dios, sino del
diablo. Y los santos se alejaron del diablo; los santos son hombres y mujeres que
tienen la alegra en el corazn y la transmiten a los dems. Nunca odiar, sino servir
a los dems, a los ms necesitados; rezar y vivir en la alegra. Este es el camino de
la santidad.
Ser santos no es un privilegio de pocos, como si alguien hubiera tenido una gran
herencia. Todos nosotros en el Bautismo tenemos la herencia de poder llegar a ser
santos. La santidad es una vocacin para todos. Todos, por lo tanto, estamos
llamados a caminar por el camino de la santidad, y esta senda tiene un nombre, un
rostro: el rostro de Jesucristo. l nos ensea a ser santos. En el Evangelio nos
muestra el camino: el camino de las Bienaventuranzas (cf. Mt 5, 1-12). El Reino de
los cielos, en efecto, es para quienes no ponen su seguridad en las cosas, sino en el
amor de Dios; para quienes tienen un corazn sencillo, humilde, no presumen ser
justos y no juzgan a los dems, quienes saben alegrarse con quien se alegra, no son
violentos sino misericordiosos y buscan ser artfices de reconciliacin y de paz. El
santo, la santa, es artfice de reconciliacin y de paz; ayuda siempre a la gente a
reconciliarse y ayuda siempre a fin de que haya paz. Y as es hermosa la santidad;
es un hermoso camino.
Hoy, en esta fiesta, los santos nos dan un mensaje. Nos dicen: fiaos del Seor,
porque el Seor no defrauda. No decepciona nunca, es un buen amigo siempre a
nuestro lado. Con su testimonio, los santos nos alientan a no tener miedo de ir a
contra corriente o de ser incomprendidos y escarnecidos cuando hablamos de l y
del Evangelio; nos demuestran con su vida que quien permanece fiel a Dios y a su
Palabra experimenta ya en esta tierra el consuelo de su amor y luego el cntuplo
en la eternidad. Esto es lo que esperamos y pedimos al Seor para nuestros
hermanos y hermanas difuntos. Con sabidura la Iglesia ha puesto en estrecha
secuencia la fiesta de Todos los santos y la conmemoracin de Todos los fieles
difuntos. A nuestra oracin de alabanza a Dios y de veneracin de los espritus
bienaventurados se une la oracin de sufragio por cuantos nos precedieron en el
paso de este mundo a la vida eterna.
Confiemos nuestra oracin a la intercesin de Mara, Reina de Todos los santos.
Se dice Credo.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean gratos, Seor, los dones que ofrecemos en honor de todos los santos, y
concdenos experimentar la ayuda para obtener nuestra salvacin, de aquellos que
ya alcanzaron con certeza la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Seor.
PREFACIO
La gloria de nuestra madre, la Jerusaln celeste.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvacin darte gracias siempre y
en todo lugar, Seor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque hoy nos concedes celebrar a tu familia, que es nuestra madre, la Jerusaln
del cielo, en donde nuestros hermanos ya glorificados te alaban eternamente.
Hacia ella, peregrinos, caminando por la fe, nos apresuramos ardorosos,
regocijndonos por los ms ilustres miembros de la Iglesia, en cuya gloria nos das
al mismo tiempo ejemplo y ayuda para nuestra fragilidad.
Por eso, unidos a ellos y a todos los ngeles, a una voz te alabamos y glorificamos,
diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTFONA DE LA COMUNIN Mt 5, 8-10
Dichosos los limpios de corazn, porque vern a Dios. Dichosos los que trabajan
por la paz, porque se les llamar hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por
causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Dios nuestro, a quien adoramos, admirable y nico Santo entre todos tus santos,
imploramos tu gracia para que, al consumar nuestra santificacin en la plenitud de
tu amor, podamos pasar de esta mesa de la Iglesia peregrina, al banquete de la
patria celestial. Por Jesucristo, nuestro Seor.
Indulgencia Plenaria a favor de los difuntos
a) Quienes visitan el cementerio y oran por los difuntos en los das del 1 al 8 de
noviembre
b) Quienes visitan una iglesia u oratorio y rezan el Padrenuestro o el Credo en el
da de la conmemoracin de todos los difuntos (EI, n. 29)
MIRCOLES 2
Conmemoracin de Todos los Fieles Difuntos
Blanco / Morado
MR pp. 824-827 (857-827) / Lecc. II pp. 1149-1160
Otros santos: Eustoquia de Tarso, mrtir. Beato Toms de Walden,
religioso.
Orar por los difuntos es una de las tradiciones cristianas ms antiguas. Es muy
explicable que, al da siguiente de celebrar a todos aquellos que han llegado ya a
la intimidad con Dios, nos preocupemos por todos nuestros hermanos que han
muerto con la esperanza de resucitar y con una fe tan slo conocida por Dios.
LA BSQUEDA DEL VIVIENTE
2 M 12, 43-46; 1 Co 15, 20-24. 25-28; Lc 23, 44-46. 50. 52-53. 24, 1-6
El relato del libro de los Macabeos es uno de los primeros textos que balbucea la fe
en la resurreccin de los muertos. Los israelitas que haban combatido por
defender su libertad religiosa y que haban perdido la vida, no fueron olvidados por
los sobrevivientes. stos se unieron solidariamente por medio de una colecta,
mandaron hacer sacrificios de expiacin por los difuntos, porque los animaba la
esperanza en la resurreccin. Por su parte, el Evangelio de san Lucas al igual que la
Carta a los corintios, proclaman de manera explcita la firme conviccin en la
resurreccin de Jesucristo, primicia y fundamento de la resurreccin universal. En
la perspectiva de san Pablo, la muerte es el ltimo enemigo que ser sometido al
poder de Dios. Dios ama la vida y precisamente por eso, nos quiere hacer partcipes
a todos de la plenitud de la vida.
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Como un padre es compasivo con sus hijos, as es compasivo el Seor con quien lo
ama, pues bien sabe l de lo que estamos hechos y de que somos barro, no se
olvida. R/.
La vida del hombre es como la hierba, brota como una flor silvestre: tan pronto la
azota el viento, deja de existir y nadie vuelve a saber nada de ella. R/.
El amor del Seor a quien lo teme es un amor eterno, y entre aquellos que cumplen
con su alianza, pasa de hijos a nietos su justicia. R/.
SEGUNDA LECTURA
En Cristo, todos volvern a la vida.
De la primera carta del apstol san Pablo a los corintios: 15, 20-24. 2528
Hermanos: Cristo resucit, y resucit como la primicia de todos los muertos.
Porque si por un hombre vino la muerte, tambin por un hombre vendr la
resurreccin de los muertos.
En efecto, as como en Adn todos mueren, as en Cristo todos volvern a la vida;
pero cada uno en su orden: primero Cristo, corno primicia; despus, a la hora de su
advenimiento, los que son de Cristo.
Enseguida ser la consumacin, cuando Cristo entregue el Reino a su Padre.
Porque l tiene que reinar hasta que el Padre ponga bajo sus pies a todos sus
enemigos. El ltimo de los enemigos en ser aniquilado, ser la muerte. Es claro que
cuando la Escritura dice: Todo lo someti el Padre a los pies de Cristo, no incluye a
Dios, que es quien le someti a Cristo todas las cosas.
Al final, cuando todo se le haya sometido, Cristo mismo se someter al Padre, y as
Dios ser todo en todas las cosas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Jn 11, 25. 26
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la resurreccin y la vida, dice el Seor; el que cree en m, aunque haya
muerto, vivir. R/.
EVANGELIO
Padre, en tus manos encomiendo mi espritu.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 23, 44-46. 50. 52-53; 24, 1-6
Era casi el medioda, cuando las tinieblas invadieron toda la regin y se oscureci el
sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasg a la mitad. Jess, clamando
con voz potente, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espritu! Y dicho esto,
expir.
Un hombre llamado Jos, consejero del sanedrn, hombre bueno y justo, se
present ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jess. Lo baj de la cruz, lo envolvi
Cristo naci para morir y as salvarnos. Esta escena debe remover nuestros
corazones, pues la muerte forma parte de nuestras vidas y nos ayuda a dar sentido al tiempo
que transcurrimos en este mundo. En la encclica Spes Salvi leemos que slo Jesucristo
indica el camino ms all de la muerte; slo quien es capaz de hacer todo esto es un
verdadero maestro de vida (...). El verdadero pastor es Aquel que conoce tambin el camino
que pasa por el valle de la muerte.
Hijos e hijas mas, amigos y amigas: saber morir es tan importante como saber vivir,
y en los dos casos podemos ser ayudados. El cristiano ha de afrontar ese momento -en s
mismo o en los dems- con esperanza y serenidad. En ocasiones, puede presentarse la
tentacin de no hablar sobre la muerte ante una persona enferma o muy dbil. A la vez, no
dejemos de reconocer que unas palabras de ayuda y consuelo pueden resultar una caricia
para el alma.
Ofrecer la Uncin de los enfermos no ha de ser motivo de angustia o pesar: en esos
momentos la gracia de Dios sostiene al alma de quien podra afrontar con lgica inquietud
lo desconocido. Dejemos actuar a Dios. Una y otra vez, los sacerdotes somos testigos de
cmo la misericordia del Seor alivia a los moribundos cuando se les administra ese
sacramento. En esas ocasiones, todas y todos recemos con estos pacientes, hablmosles con
naturalidad del Cielo, sostengmosles con nuestra fe, y recordmosles que no estarn solos,
sino que en la vida eterna les espera el Amor infinito de Dios.
Un da de 1932, san Josemara acompaaba a morir a un hombre en el Hospital
General de Madrid. Aquella persona, ante la cercana de la muerte, recordaba todos los
errores de su vida; y sus ofensas a Dios inquietaban su alma. El fundador del Opus Dei
relataba as esta escena aos ms tarde: Me deca a gritos, sin que pudiera hacerle callar:
Con esta boca ma podrida no puedo besar al Seor. Pero si le vas a dar un abrazo
le dije y un beso muy fuerte enseguida, en el Cielo!. Aquel hombre muri en paz,
sostenido tambin por la fe de este santo sacerdote, que supo estar a su lado en el momento
de la prueba final.
Dar sepultura a los muertos es una tarea que est llena de posibilidades para
fortalecer la fe de los vivos. Quien experimenta el fallecimiento de un ser cercano,
agradecer que le acompaemos con nuestra oracin y serenidad; si hemos de decir unas
palabras de psame, procuremos darles un tono sobrenatural, para que nuestra fe sirva de
consuelo a quien lo necesita. Quiz muchas personas carecen actualmente de una amiga o
un amigo que les recuerde que Dios es un Padre, que se ocupa tambin de los que se han
marchado.
Asimismo, es muy propio de los cristianos cuidar materialmente los lugares donde
reposan los difuntos, limpiando sus tumbas y depositando algunas flores. No se trata slo
de avivar el recuerdo y de rezar por sus almas, sino que estas atenciones hacia los fallecidos
demuestran tambin el respeto que mostramos hacia los cuerpos. Creemos firmemente en la
resurreccin de la carne, y los lugares donde descansan los restos de quienes conocimos nos
hacen presente que volvern a la vida.
Quien ha rezado ante una tumba sabe que el amor no se apaga, sino que sigue vivo.
La fe nos da la certeza de que la misericordia de Dios es capaz de traspasar de modo
misterioso la barrera de la muerte. Qu grande es el poder de la misericordia con la que,
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As como Jess muri y resucit, de igual manera debemos creer que a los que
mueren en Jess, Dios los llevar con l. Y as como en Adn todos mueren, as en
Cristo todos volvern a la vida.
ORACIN COLECTA
Escucha, Seor, benignamente nuestras splicas, y concdenos que al proclamar
nuestra fe en la resurreccin de tu Hijo de entre los muertos, se afiance tambin
nuestra esperanza en la resurreccin de tus hijos difuntos. Por nuestro Seor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los acept como un holocausto agradable.
Del libro del profeta Sabidura: 3, 1-9
Las almas de los justos estn en las manos de Dios y no los alcanzar ningn
tormento. Los insensatos pensaban que los justos haban muerto, que su salida de
este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa
destruccin. Pero los justos estn en paz.
La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban
confiadamente la inmortalidad. Despus de breves sufrimientos recibirn una
abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los hall dignos de s. Los
prob como oro en el crisol y los acept como un holocausto agradable.
En el da del juicio brillarn los justos como chispas que se propagan en un
caaveral. Juzgarn a las naciones y dominarn a los pueblos, y el Seor reinar
eternamente sobre ellos.
Los que confan en el Seor comprendern la verdad y los que son fieles a su amor
permanecern a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 26, 1. 4. 7 y 8b y 9a. 13-14
R/. Espero ver la bondad del Seor.
El Seor es mi luz y mi salvacin, a quin voy a tenerle miedo? El Seor es la
defensa de mi vida, quin podr hacernos temblar? R/.
Lo nico que pido, lo nico que busco es vivir en la casa del Seor toda mi vida,
para disfrutar las bondades del Seor y estar continuamente en su presencia. R/.
Oye, Seor, mi voz y mis clamores y tenme compasin. El corazn me dice que te
busque y buscndote estoy. No rechaces con clera a tu siervo. R/.
La bondad del Seor espero ver en esta vida. rmate de valor y fortaleza y en el
Seor confa. R/.
SEGUNDA LECTURA
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tampoco lo hicieron conmigo. Entonces irn stos al castigo eterno y los justos a la
vida eterna.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
Prefacio I-V de difuntos, pp. 548-552 (549-553).
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean gratas, Seor, nuestras ofrendas, para que tus fieles difuntos sean
recibidos en la gloria con tu Hijo, a quien nos unimos por este sacramento de su
amor. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTFONA DE LA COMUNIN Jn 11, 25-26
Yo soy la resurreccin y la vida, dice el Seor. El que cree en m, aunque haya
muerto, vivir; y todo aquel que est vivo y cree en m, no morir para siempre.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Te rogamos, Seor, que tus fieles difuntos, por quienes hemos celebrado este
sacrificio pascual, lleguen a la morada de la luz y de la paz. Por Jesucristo, nuestro
Seor.
Puede utilizarse la frmula de bendicin solemne, p. 605 (613).
Tercera Misa
ANTFONA DE ENTRADA Cfr. 4 Esd 2, 34. 35
Dales, Seor, el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua.
ORACIN COLECTA
Seor Dios, gloria de los fieles y vida de los justos, que nos has redimido por la
muerte y resurreccin de tu Hijo, acoge con bondad a tus fieles difuntos, que
creyeron en el misterio de nuestra resurreccin, y concdeles alcanzar los gozos de
la eterna bienaventuranza. Por nuestro Seor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El Seor destruir la muerte para siempre.
Del libro del profeta Isaas: 25, 6.7-9
En aquel da, el Seor del universo preparar sobre este monte un festn con
platillos suculentos para todos los pueblos.
El arrancar en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el pao
que oscurece a todas las naciones. Destruir la muerte para siempre; el Seor Dios
enjugar las lgrimas de todos los rostros y borrar de toda la tierra la afrenta de su
pueblo. As lo ha dicho el Seor.
En aquel da se dir: Aqu est nuestro Dios, de quien esperbamos que nos
salvara; alegrmonos y gocemos con la salvacin que nos trae.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
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SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 129, 1-2. 3-4. 5-6. 7. 8
R/. Seor, escucha mi oracin.
Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Seor, escucha mi clamor; que estn
atentos tus odos a mi voz suplicante. R/.
Si conservaras el recuerdo de las culpas, quin habra, Seor, que se salvara? Pero
de ti procede el perdn, por eso con amor te veneramos. R/.
Confo en el Seor, mi alma espera y confa en su palabra; mi alma aguarda al
Seor, mucho ms que a la aurora el centinela. R/.
Como aguarda a la aurora el centinela, aguarda Israel al Seor, porque del Seor
viene la misericordia y la abundancia de la redencin, y l redimir a su pueblo de
todas sus iniquidades. R/.
SEGUNDA LECTURA
Estaremos con el Seor para siempre.
De la primera carta del apstol san Pablo a los tesalonicenses: 4, 13-14.
17-18
Hermanos: No querernos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no
vivan tristes, como los que no tienen esperanza. Pues, si creemos que Jess muri y
resucit, de igual manera debernos creer que, a los que murieron en Jess, Dios los
llevar con l, y as estaremos siempre con el Seor. Consulense, pues, unos a
otros, con estas palabras.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Tanto am Dios al mundo, que le entreg a su Hijo nico, para que todo el que
crea en l tenga vida eterna. R/.
EVANGELIO
El que coma de este pan vivir para siempre y yo lo resucitar el ltimo da.
Del santo Evangelio segn san Juan: 6, 51-58
En aquel tiempo, Jess dijo a los judos: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo;
el que coma de este pan vivir para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi
carne, para que el mundo tenga vida.
Entonces los judos se pusieron a discutir entre s: Cmo puede ste darnos a
comer su carne?
Jess les dijo: Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no
beben su sangre, no podrn tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi
sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitar el ltimo da.
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busca a cada uno de sus hijos sin someterlos a interrogatorios humillantes. Por otra
parte, el apstol san Pablo nos refiere en tono testimonial el giro decisivo que
signific para l encontrarse con Cristo resucitado. Fue un terremoto interior que
desbalance su equilibrio personal: lo ms valioso (derechos de sangre, honor,
prestigio, mritos personales) se volvera insignificante y lo menos valioso
(persecucin, difamacin, desprestigio social por causa de su fidelidad al Seor
Jess), se convertira en el referente fundamental de su vida.
ANTFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 23, 5-6
Estos son los santos que han recibido la bendicin del Seor, y la gracia de Dios,
su Salvador; ellos son los que buscan al Seor.
ORACIN COLECTA
Dios nuestro, que condujiste a san Martn de Porres a la gloria celestial por el
camino de la humildad, concdenos imitar de tal modo sus admirables ejemplos,
que merezcamos ser glorificados con l en el cielo. Por nuestro Seor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Por amor a Cristo he renunciado a todo, y todo lo considero como basura, con tal
de ganar a Cristo.
De la carta del apstol san Pablo a los filipenses: 3, 3-8
Hermanos: El verdadero pueblo de Israel somos nosotros, los que servimos a Dios
movidos por su Espritu y ponemos nuestra gloria en Cristo Jess y no confiamos
en motivos humanos. Aunque yo ciertamente podra apoyarme en tales motivos.
Ms an, nadie tendra ms razones que yo para confiar en motivos humanos,
porque fui circuncidado al octavo da, soy israelita de nacimiento, de la tribu de
Benjamn, hebreo e hijo de hebreos; en lo que toca a la interpretacin de la ley,
fariseo, y tan fantico, que fui perseguidor de la Iglesia de Dios; y en cuanto a la
rectitud que da el cumplimiento de la ley, intachable.
Pero todo lo que era valioso para m, lo consider sin valor a causa de Cristo. Ms
an, pienso que nada vale la pena en comparacin con el bien supremo, que
consiste en conocer a Cristo Jess, mi Seor, por cuyo amor he renunciado a todo,
y todo lo considero como basura, con tal de ganar a Cristo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 104, 2-3. 4-5. 6-7
R/. El que busca al Seor ser dichoso.
Entonen en su honor himnos y cantos; celebren sus portentos. Del nombre del
Seor enorgullzcanse y sintase feliz el que lo busca. R/.
Recurran al Seor y a su poder y a su presencia acudan. Recuerden los prodigios
que l ha hecho, sus portentos y orculos. R/.
17
19
21
Seor Dios, cuyo Hijo, estando para morir en la cruz, quiso que la Santsima Virgen
Mara, a quien haba escogido como Madre suya, fuera nuestra Madre, concede,
propicio, a quienes nos acogemos, seguros, bajo su amparo, que seamos
confortados al invocar su nombre maternal. Por nuestro Seor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Todo lo puedo unido a aquel que me da fuerza.
De la carta del apstol san Pablo a los filipenses: 4, 10-19
Hermanos: Me he alegrado mucho en el Seor de que el inters de ustedes por m
se haya vuelto a manifestar. No es que no lo tuvieran, sino que les haba faltado la
ocasin de ayudarme. Y no se lo digo porque est necesitado, pues he aprendido a
conformarme con lo que tengo.
S lo que es vivir en pobreza y tambin lo que es tener de sobra. Estoy
acostumbrado a todo: lo mismo a comer bien que a pasar hambre; lo mismo a la
abundancia que a la escasez. Todo lo puedo unido a aquel que me da fuerza. Sin
embargo, han hecho ustedes bien en socorrerme cuando me vi en dificultades.
Ustedes saben, filipenses, que, al comenzar a predicar el Evangelio, cuando sal de
Macedonia, ninguna comunidad cristiana, fuera de ustedes, me brind una ayuda
econmica a cambio de lo que haban recibido de m. Pues, incluso cuando estaba
en Tesalnica, en ms de una ocasin me enviaron ayuda para aliviar mis
necesidades.
No es que yo busque sus donativos; lo que me importa es que ustedes se hagan
cada vez ms ricos ante Dios. Tengo cuanto necesito y ms de lo que necesito.
Tengo de sobra con lo que Epafrodito me entreg de parte de ustedes, y que es para
Dios ofrenda y sacrificio que l acepta con agrado. Y mi Dios, con su infinita
riqueza, remediar con esplendidez todas sus necesidades, por medio de Cristo
Jess.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 111, 1-2. 5-6. 8a.9
R/. Dichosos los que temen al Seor.
Dichosos los que temen al Seor y aman de corazn sus mandamientos; poderosos
sern sus descendientes: Dios bendice a los hijos de los buenos. R/.
Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio honradamente, jams se
desviarn: vivir su recuerdo para siempre. R/.
Firme est y sin temor su corazn, al pobre dan limosna, obran siempre conforme a
la justicia; su frente se alzar llena de gloria. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO 2 Co 8, 9
R/. Aleluya, aleluya.
22
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza. R/.
EVANGELIO
Si con el dinero, tan lleno de injusticias, no fueron fieles, quin les confiar los
bienes verdaderos?
Del santo Evangelio segn san Lucas: 16, 9-15
En aquel tiempo, Jess dijo a sus discpulos: Con el dinero, tan lleno de injusticias,
gnense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo.
El que es fiel en las cosas pequeas, tambin es fiel en las grandes; y el que es infiel
en las cosas pequeas, tambin es infiel en las grandes. Si ustedes no son fieles
administradores del dinero, tan lleno de injusticias, quin les confiar los bienes
verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no es de ustedes, quin les confiar lo
que s es de ustedes?
No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiar a uno y amar al otro, o se
apegar al primero y despreciar al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir
a Dios y al dinero.
Al or todas estas cosas, los fariseos, que son amantes del dinero, se burlaban de
Jess. Pero l les dijo: Ustedes pretenden pasar por justos delante de los hombres;
pero Dios conoce sus corazones, y lo que es muy estimable para los hombres es
detestable para Dios.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Seor, los dones que te ofrecemos, para que nuestros corazones, inundados
con la claridad del Espritu Santo, por la intercesin de la siempre Virgen santa
Mara, se empeen sin cesar en mantenerse unidos a Cristo, tu Hijo. El, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
Prefacio de Santa Mara Virgen
ANTFONA DE LA COMUNIN Cfr. Lc 1, 26-27
El ngel Gabriel fue enviado por Dios a una virgen, y el nombre de la virgen era
Mara.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Dios nuestro, concede a quienes has alimentado en la mesa de la Palabra y de la
Eucarista, rechazar, bajo la gua y proteccin de la santsima Virgen, lo que es
indigno del nombre cristiano, y hacer siempre lo que ese nombre significa. Por
Jesucristo, nuestro Seor.
DOMINGO 6
Verde
Domingo XXXII del Tiempo Ordinario
Jubileo de los reclusos en San Pedro, Roma.
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Para que la Iglesia viva en paz, crezca constantemente, se extienda por todo el
mundo y persevere con alegra en la presencia del Seor, confortada por el Espritu
Santo, roguemos al Seor.
Para que el Seor conceda a los que gobiernan el espritu de sabidura y de
prudencia, a fin de que rijan a sus pueblos pensando en la paz comn y en el bien y
la prosperidad de sus sbditos, roguemos al Seor.
Para que Dios Padre libere al mundo de toda falsedad, hambre y miseria, y auxilie a
los perseguidos, a los encarcelados y a los que son tratados
injustamente, roguemos al Seor.
Para que todos nosotros realicemos nuestro trabajo con espritu cristiano y
consigamos frutos abundantes por nuestras obras, roguemos al Seor.
Seor Dios, dueo supremo de la vida y autor de la resurreccin, delante del cual
hasta los muertos viven, escucha nuestras oraciones y haz que la palabra de tu
Hijo, sembrada en nuestros corazones, germine y d fruto abundante y que todos
seamos confirmados en la esperanza de la resurreccin y la vida eterna. Por
Jesucristo, nuestro Seor.
Credo
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Seor, mira con bondad este sacrificio, y concdenos alcanzar los frutos de la
pasin de tu Hijo, que ahora celebramos sacramentalmente. l, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
Prefacio dominical.
ANTFONA DE LA COMUNIN Lc 24, 35
Los discpulos reconocieron al Seor Jess, al partir el pan.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Alimentados con estos sagrados dones, te damos gracias, Seor, e imploramos tu
misericordia, para que, por la efusin de tu Espritu, cuya eficacia celestial
recibimos, nos concedas perseverar en la gracia de la verdad. Por Jesucristo,
nuestro Seor.
UNA REFLEXIN PARA NUESTRO TIEMPO
Las recientes mediciones sobre las creencias y prcticas de los mexicanos sealan
que un 56% no cree que haya vida despus de la muerte, aunque por otro parte, el
86% de los mismos, afirme profesar alguna religin. Pareciera una forma de creer
selectiva, que no asume el paquete completo de la fe cristiana. Las personas
encuentran cada vez ms difcil abrirse a la trascendencia porque estn inmersas en
una cultura de la inmediatez, donde existe una gran presin social para alcanzar el
xito en el menor tiempo posible. En lugar de que exista apertura ante el principio
esperanza, es decir, ante la conviccin de que es necesario sacrificarse, cuidar el
mundo, para que las futuras generaciones vivan mejor, parece que prevalece la
visin yolosta (de las siglas en Ingls YOLO, you only live once, es decir, que slo
se vive una vez) y que por tanto, no es razonable desperdiciar ninguna ocasin para
28
alcanzar el mximo disfrute. Quien est abierto a la plenitud de la vida, no tiene por
qu apresurarse en buscar el gozo a costa de la dignidad propia o ajena.
LUNES 7
Verde
Misa votiva del Espritu Santo, C
MR p. 1127 (1173) / Lecc. II, p. 985
Otros santos: Prosdcimo, obispo; Willibrodo de Utrech, obispo. Beato
Vicente Grossi, fundador.
EL DIRIGENTE TIENE QUE SER IRREPROCHABLE
Tt 1,1-9; Lc 17,1-6
La carta de Tito nos alerta sobre la importancia de que los dirigentes de la
comunidad eclesial dispongan de la suficiente autoridad moral para animar en la fe
a sus hermanos. Los pastores de aquellos tiempos deban consolidar familias
ntegras y vivir como ciudadanos ejemplares. En las circunstancias presentes, la
sociedad demanda que los pastores sean transparentes, honestos y estn dispuestos
a servir con sencillez. No podemos ignorar que los que se alejan de la fe cristiana,
con frecuencia lo hacen, escandalizados por la incongruencia de quienes nos
confesamos cristianos. En sintona con la exhortacin evanglica, que nos recuerda
la responsabilidad social de quien escandaliza a los hermanos en la fe, podemos
decir, que en una sociedad necesitada de referentes crebles, tenemos que admitir
que quienes ejercen algn ministerio de servicio dentro de la Iglesia deben ser los
ms congruentes con la fe que predican.
ANTFONA DE ENTRADA Lc 4,18
El Espritu del Seor est sobre m; l me ha enviado a anunciar la Buena Nueva
a los pobres, dice el Seor.
ORACIN COLECTA
Seor Dios, que santificas a tu Iglesia universal en todo pueblo y nacin, derrama
los dones de tu Espritu por toda la extensin de la tierra, para que aquello que
obr tu favor en los comienzos mismos de la predicacin evanglica, ahora tambin
lo difunda por medio de los corazones de los creyentes. Por nuestro Seor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Establece presbteros en cada ciudad, como te lo orden.
De la carta del apstol san Pablo a Tito: 1, 1-9
Yo, Pablo, soy servidor de Dios y apstol de Jesucristo, para conducir a los elegidos
de Dios a la fe y al pleno conocimiento de la verdadera religin, que se apoya en la
esperanza de la vida eterna. Dios, que no miente, haba prometido esta vida desde
tiempos remotos, y al llegar el momento oportuno, ha cumplido su palabra por
29
30
31
Seor Dios, que nos creaste a tu imagen y quisiste que tu Hijo padeciera la muerte
por nosotros, concdenos permanecer siempre vigilantes en la oracin, para que
merezcamos salir de este mundo sin mancha de pecado y descansar llenos de gozo
en el seno de tu misericordia. Por nuestro Seor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Vivamos de una manera justa y fiel, en espera de la gloriosa venida de Jesucristo,
nuestro Dios y Salvador.
De la carta del apstol san Pablo a Tito: 2, 1-8. 11-14
Querido hermano: Ensea lo que est de acuerdo con la sana doctrina: que los
ancianos sean sobrios, respetables, sensatos, bien cimentados en la fe, en el amor y
la paciencia.
Que las ancianas, asimismo, sean respetables en su comportamiento, que se
abstengan de murmurar y de tomar mucho vino; que, con su buen ejemplo,
enseen a las jvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser sensatas, castas,
sobrias, a cuidar bien de su hogar, a ser bondadosas y obedientes a sus maridos,
para que nadie pueda hablar mal del Evangelio.
Exhorta igualmente a los jvenes a ser sensatos en todo y dales t mismo buen
ejemplo. Cuando ensees, hazlo con autenticidad y dignidad, con un lenguaje sano
e irreprochable, para que los adversarios tengan que retirarse, al no poder decir
nada malo de nosotros.
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos
ha enseado a renunciar a la vida sin religin y a los deseos mundanos, para que
vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la
gloriosa venida del gran Dios y Salvador, Cristo Jess, nuestra esperanza. l se
entreg por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de
convertirnos en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 36, 2. 18. 23. 27.29
R/. Dios es nuestro Salvador.
Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirs tranquilo en esta tierra. Busca
en l tu alegra y te dar el Seor cuanto deseas. R/.
Cuida el Seor la vida de los buenos y su herencia perdura; porque aprueba el
camino de los justos y asegura el Seor todos sus pasos. R/.
Aprtate del mal, practica el bien y tendrs una casa eternamente; porque los justos
heredarn la tierra y la habitarn para siempre. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23
R/. Aleluya, aleluya.
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33
Blanco
Fiesta
MR p. 828 (862) / Lecc. II, p. 1135
Otros santos: Teodoro de Roma, mrtir. Beata Isabel (Catez) de la
Santsima Trinidad, religiosa.
Esta Baslica es la catedral del Papa. De entre todas iglesias de Occidente, sta es la
primera en antigedad y dignidad (fue construida por el emperador Constantino
hacia el ao 320). Su nombre original es Baslica del Santsimo Salvador. La
fiesta de esta dedicacin ha de recordarnos que el ministerio del Papa, sucesor de
Pedro, constituye para el pueblo el principio y el fundamento de la unidad.
EL TEMPLO DE DIOS ES SANTO
1 Co 3,9-11. 16-17; Jn 2, 13-22
Entre la postura del Evangelio y la que expone el apstol san Juan hay una gran
diferencia. Jess expulsa a los mercaderes del templo porque han degradado ese
espacio sagrado, convirtindolo en sitio de mercadeo y en una especie de casa de
seguridad para seguir cometiendo injusticias, con la ilusa conciencia de haber
satisfecho a Dios con ofrendas y sacrificios. La prctica del culto, sin la consecuente
actitud tica, se puede degradar en un fallido intento de manipular a Dios. En la
perspectiva del apstol san Pablo, cada cristiano forma parte del templo espiritual
que se ha ido levantando a partir de la identificacin del bautizado con Cristo. Ms
que el cuidado y el respeto que debemos a los lugares sagrados, importa respetar y
honrar a todas las personas, que son los verdaderos seres sagrados e intocables.
ANTFONA DE ENTRADA Cfr. Ap 21, 3
sta es la morada de Dios con los hombres; vivir con ellos como su Dios, y ellos
sern su Pueblo.
Se dice Gloria.
ORACIN COLECTA
Seor Dios, que te has dignado llamar esposa a tu iglesia, concede que el pueblo
consagrado a tu nombre te respete, te am, te siga, y, guiado por ti, alcance el cielo
que le tienes prometido. Por nuestro Seor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Ustedes son el templo de Dios
De la primera carta del apstol san Pablo a los corintios: 3, 9-11.16-17
Hermanos: Ustedes son la casa que Dios edifica. Yo, por mi parte, correspondiendo
al don que Dios me ha concedido, como un buen arquitecto, he puesto los
cimientos; pero es otro quien construye sobre ellos. Que cada uno se fije cmo va
construyendo. Desde luego el nico cimiento vlido es Jesucristo y nadie puede
poner otro distinto.
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No saben acaso ustedes que son el templo de Dios y que el Espritu de Dios habita
en ustedes? Quien destruye el templo de Dios, ser destruido por Dios, porque el
templo de Dios es santo y ustedes son ese templo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 45, 2-3. 5-6. 8-9
R/. Un ro alegra a la ciudad de Dios.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por eso
no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes. R/.
Un ro alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altsimo hace santa. Teniendo a
Dios, Jerusaln no teme, porque Dios la protege desde el alba. R/.
Con nosotros est Dios, el Seor; es el Dios de Israel nuestra defensa. Vengan a ver
las cosas sorprendentes que ha hecho el Seor sobre la tierra. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cro 7, 16
R/. Aleluya, aleluya.
He elegido y santificado este lugar, dice el Seor, para que siempre habite ah mi
nombre. R/.
EVANGELIO
Jess hablaba del templo de su cuerpo.
Del santo Evangelio segn san Juan: 2, 13-22
Cuando se acercaba la Pascua de los judos, Jess lleg a Jerusaln y encontr en el
templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus
mesas. Entonces hizo un ltigo de cordeles y los ech del templo, con todo y sus
ovejas y bueyes; a los cambistas les volc las mesas y les tir al suelo las monedas; y
a los que vendan palomas les dijo: Quiten todo de aqu y no conviertan en un
mercado la casa de mi Padre.
En ese momento, sus discpulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu
casa me devora.
Despus intervinieron los judos para preguntarle: Qu seal nos das de que
tienes autoridad para actuar as?. Jess les respondi: Destruyan este templo y en
tres das lo reconstruir. Replicaron los judos: Cuarenta y seis aos se ha llevado
la construccin del templo, y t lo vas a levantar en tres das?.
Pero l hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucit Jess de entre
los muertos, se acordaron sus discpulos de que haba dicho aquello y creyeron en
la Escritura y en las palabras que Jess haba dicho.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
Se dice Credo.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
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Recibe, Seor, los dones que te presentamos y concdenos que podamos obtener en
este lugar el fruto de tus sacramentos y el cumplimiento de nuestros deseos. Por
Jesucristo, nuestro Seor.
PREFACIO
El misterio de la Iglesia, esposa de Cristo y templo del Espritu Santo.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvacin darte gracias siempre y
en todo lugar, Seor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque en toda casa consagrada a la oracin te has dignado quedarte con nosotros
para hacernos, t mismo, templos del Espritu Santo, que brillen, sostenidos por tu
gracia, con el esplendor de una vida santa.
Y porque con tu accin constante, santificas a la Iglesia, esposa de Cristo,
simbolizada por estos edificios materiales, a fin de que, llena de gozo por la
multitud de sus hijos, sea presentada a ti en la gloria del cielo.
Por eso, con todos los ngeles y los santos, te alabamos proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
ANTFONA DE LA COMUNIN Cfr. 1 P 2, 5
Ustedes tambin son piedras vivas, que van entrando en la edificacin del templo
espiritual, para formar un sacerdocio santo.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Seor Dios, que has querido darnos en tu Iglesia un signo visible de la Jerusaln
del cielo, concdenos que, mediante la participacin en este sacramento, nos
transformes en templo de tu gracia y nos concedas entrar en la morada de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Seor.
Puede utilizarse la frmula de bendicin solemne, p. 604 (612).
JUEVES 10
Blanco
Memoria de San Len Magno, Papa y Doctor de la Iglesia
MR p. 830 (865) / Lecc. II, p. 988
Otros santos: Andrs Avelino, presbtero. Beatos Juan, Germn y
Eduardo, mrtires.
Con una sublime inteligencia y una firme voluntad San Len Magno se enfrent
a las invasiones de los brbaros y a la hereja de Eutiques, que socavaba el misterio
de la encarnacin del Seor. Y como pastor plenamente consciente de su cargo, no
dej de recordar al pueblo cristiano que la fe se traduce en hechos.
LA EMERGENCIA DE LA FRATERNIDAD
Flm 7-20; Lc 17,20-25
El breve fragmento de la carta a Filemn plantea concisamente el asunto de la
resocializacin que pro-dujo el cristianismo en la sociedad esclavista romana.
36
Onsimo era un esclavo fugitivo que fue convertido y bautizado en la prisin por el
apstol san Pablo, mientras que Filemn era un cristiano pudiente convertido
tambin a la fe cristiana por el apstol. De manera que entre patrono y esclavo
haba ahora un nuevo vnculo ms importante que la mera relacin jurdica y
laboral. Eran hermanos en Cristo Jess. Desde esa dimensin haba que revalorar
todas las dems, es decir, las relaciones entre amos y patronos cristianos no podan
ser como las existentes entre otros propietarios de esclavos en el mundo romano.
Con un lenguaje no tan explcito, el apstol anima a Filemn a perdonar y
probablemente acoger a Onsimo ya no como un esclavo prfugo sino como un
hermano que ameritaba el otorgamiento de la libertad.
ANTFONA DE ENTRADA Cfr. Si 45, 30
El Seor hizo con l una alianza de paz, lo puso al frente de su pueblo y lo
constituy sacerdote para siempre.
ORACIN COLECTA
Dios nuestro, t que nunca permites que las puertas del infierno prevalezcan en
contra de tu Iglesia, cimentada slidamente en la roca de los Apstoles, concdele,
por intercesin del Papa san Len Magno, permanecer firme a la verdad y gozar de
una paz estable. Por nuestro Seor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Recbelo, pero ya no como esclavo, sino como hermano amadsimo.
De la carta del apstol san Pablo a Filemn: 7-20
Querido hermano: Recib gran alegra y consuelo, con motivo de tu caridad con los
hermanos, porque gracias a ti se sienten reconfortados.
Por eso, aunque como apstol de Cristo tengo pleno derecho a ordenarte lo que
debes hacer, prefiero pedrtelo en nombre del amor. Yo, Pablo, ya anciano y ahora,
adems, prisionero por la causa de Cristo Jess, quiero pedirte algo en favor de
Onsimo, mi hijo, a quien he engendrado para Cristo aqu en la crcel. El en otro
tiempo te fue intil, pero ahora es muy til para ti y para m. Te lo envo. Recbelo
corno a m mismo.
Yo hubiera querido retenerlo conmigo, para que en tu lugar me atendiera, mientras
estoy preso por la causa del Evangelio. Pero no he querido hacer nada sin tu
consentimiento, para que el favor que me haces no sea como por obligacin, sino
por tu propia voluntad.
Tal vez l fue apartado de ti por un breve tiempo, a fin de que lo recuperaras para
siempre, pero ya no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo, como
hermano amadsimo. l ya lo es para m. Cunto ms habr de serlo para ti, no
slo por su calidad de hombre, sino de hermano en Cristo! Por lo tanto, si me
consideras como compaero tuyo, recbelo como a m mismo. Y si en algo te
perjudic o algo te debe, ponlo a mi cuenta. Yo, Pablo, te lo pagar, y esto lo firmo
de mi puo y letra. Y eso para no mencionar que tienes una deuda conmigo, que
37
eres t mismo. S, hermano, hazme este favor por nuestra unin con el Seor, para
que confortes mi corazn en Cristo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 145, 6c-7. 8-9a. 9bc-10
R/. El Seor ama al hombre justo.
El Seor siempre es fiel a su palabra y es quien hace justicia al oprimido; l
proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/.
Abre el Seor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Seor al hombre
justo y toma al forastero a su cuidado. R/.
A la viuda y al hurfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Seor
eternamente, reina tu Dios, oh Sin, reina por siglos. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 5
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos; el que permanece en m y yo en l, se da
fruto abundante. R/.
EVANGELIO
El Reino de Dios ya est entre ustedes.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 17, 20-25
En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jess: Cundo llegar el Reino de
Dios?. Jess les respondi: El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se
podr decir: Est aqu o Est all, porque el Reino de Dios ya est entre ustedes.
Les dijo entonces a sus discpulos: Llegar un tiempo en que ustedes desearn
disfrutar siquiera un solo da de la presencia del Hijo del hombre y no podrn.
Entonces les dirn: Est aqu o Est all, pero no vayan corriendo a ver, pues as
como el fulgor del relmpago brilla de un extremo a otro del cielo, as ser la venida
del Hijo del hombre en su da. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado
por los hombres de esta generacin.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Al presentarte, Seor, estas ofrendas te pedimos que ilumines bondadoso a tu
Iglesia, para que tu rebao se acreciente en todo el mundo y sus pastores, guiados
por ti, te agraden con sus obras. Por Jesucristo, nuestro Seor.
ANTFONA DE LA COMUNIN Cfr Mt 16, 16. 18
Dijo Pedro a Jess: T eres el Mesas, el Hijo de Dios vivo. Jess le respondi: T
eres Pedro, y sobre esta piedra edificar mi Iglesia.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
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Te pedimos, Seor, que gobiernes con bondad a tu Iglesia, alimentada con este
santo sacramento, para que conducida por tu mano poderosa, crezca en libertad y
persevere firme en la integridad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Seor.
VIERNES 11
Blanco
Memoria de San Martn de Tours, Obispo
MR p. 831 (866) / Lecc. II, p. 1002
Otros santos: Juan el Limosnero de Alejandra, Patriarca. Beata
Alicia Mara Kotowska y compaeras, mrtires.
Recin convertido al cristianismo, este soldado hngaro fue discpulo de san
Hilario de Poitiers y fund en Francia el primer monasterio de Occidente. Ya
ordenado obispo de Tours (372), form un equipo de monjes misioneros. Con ellos
evangeliz las regiones galo-romanas situadas alrededor de Pars. Muri en 397.
EL AMOR FRATERNO
2 Jn 4-9; Lc 17,26-37
El embotamiento y la alienacin ocurrida tanto en tiempos del diluvio como en
tiempos de Lot son asumidos por el Seor Jess a manera de advertencia para sus
discpulos. En cada poca de la Historia de la Salvacin, podemos entretenemos en
el intento vano de resolver nuestros asuntos mundanos, sin ocuparnos de los
asuntos relativos a nuestra vida cristiana. El afn de riquezas, la bsqueda de la
fama y el poder pueden terminar alienando nuestra conciencia y servir como una
poderosa cortina de humo y un distractor que nos haga olvidarnos de nuestra
relacin con Dios. La nica manera sensata de abordar esa situacin es viviendo
conforme al mandamiento central que nos hered el Seor Jess. Tal como escribe
el anciano a la seora elegida, es decir a la comunidad del discpulo amado: es
necesario vivir el amor fraterno, para mantenerse alertas en la esperanza de la
salvacin.
ANTFONA DE ENTRADA Cfr. 1 S 2, 35
Me suscitar un sacerdote fiel, que obrar conforme a mi corazn dice el Seor.
ORACIN COLECTA
Dios nuestro, que has sido glorificado tanto por la vida como por la muerte del
obispo san Martn de Tours, renueva en nuestros corazones las maravillas de tu
gracia, para que ni la vida ni la muerte puedan separarnos de tu amor. Por nuestro
Seor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El que permanece fiel a la doctrina de Cristo, se s vive unido al Padre y al Hijo.
De la segunda carta del apstol san Juan: 4-9
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de llegar, tuvo que refugiarse en las montaas en una travesa de muchas horas
para salvar la vida. Pernoctando en el campo, sin probar alimento, lleg a la casa
paterna, en Taxco.
En los primeros das de 1927 se traslad a la Ciudad de Mxico. All se incorpor a
las labores de la resistencia pacfica de los catlicos y a perfeccionar sus aptitudes
artsticas tomando un curso de pintura en la Academia de san Carlos. En junio de
ese ao fue recluido en los separos de la inspeccin general de polica, que se
encontraban a cargo del general Roberto Cruz. Durante su estancia en ese lugar
atendi espiritualmente a los detenidos. En octubre regres a Chilapa. La vspera
de su partida ofreci, durante la misa, su vida y su sangre por Mxico. En su
dicesis lo hicieron vicario sustituto de la parroquia de Atenango del Ro, Gro. De
inmediato dispuso su partida. Pernoct la primera noche en Tulimn. Al da
siguiente, el comisario de ese lugar, J. Cruz Pineda, le proporcion un gua para
que lo condujera a su destino. Apresado por un destacamento del ejrcito federal,
un capitn de apellido Manzo, despus de interrogarlo lo remiti a Tulimn. En el
trayecto lo dejaron en ropa interior, descalzo, atado de las manos caminando a pie.
La maana del 12 de noviembre de 1927 el capitn orden que a las once horas se
ejecutara al reo. En el improvisado paredn or en silencio; uno de los soldados le
pidi perdn. El mrtir contest: No slo te perdono, tambin te bendigo. En pie,
viendo de frente a sus verdugos, se neg a que le vendaran los ojos, recibi la
mortal descarga. El cadver fue abandonado en ese lugar En 1946, a instancias de
la familia, los restos fueron trasladados a la capilla del Seor de Ojeda, en Taxco,
donde reposan.
ANTFONA DE ENTRADA
Este santo luch hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterroriz ante la
amenaza de los impos, pues estaba afianzado sobre roca firme.
ORACIN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, que hiciste a tu mrtir san Margarito Flores
Garca superar los tormentos que padeci, concede a quienes celebramos el da de
su triunfo, que, con tu proteccin, nos mantengamos invencibles ante las insidias
del enemigo. Por nuestro Seor Jesucristo...
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean aceptables, Seor, los dones que te presentamos en la conmemoracin
de tu mrtir san Margarito Flores Garca y que agraden a tu majestad, del mismo
modo que fue preciosa ante ti la efusin de su sangre. Por Jesucristo, nuestro
Seor.
ANTFONA DE COMUNIN Mt 10,39
Quien pierda su vida por m, dice el Seor, la salvar para siempre.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Que el santo sacramento que recibirnos, Seor, nos comunique aquella fortaleza de
espritu que hizo a tu mrtir san Margarito Flores Garca fiel en tu servicio y
victorioso en su pasin. Por Jesucristo, nuestro Seor.
44
DOMINGO 13
Verde
Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario
Clausura de la Puerta Santa en las Baslicas de Roma y en las Dicesis.
45
PRIMERA LECTURA
Brillar para ustedes el sol de justicia.
Del libro del profeta Malaquas: 3, 19-20
Ya viene el da del Seor, ardiente como un horno, y todos los soberbios y
malvados sern como la paja. El da que viene los consumir, dice el Seor de los
ejrcitos, hasta no dejarles ni raz ni rama. Pero para ustedes, los que temen al
Seor, brillar el sol de justicia, que les traer la salvacin en sus rayos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97, 5-6.7-8.9
R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Seor al son del arpa, aclamemos al son de los clarines al Seor,
nuestro Rey. R/.
Algrese el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en l habitan. Que
los ros estallen en aplausos y las montaas salten de alegra. R/.
Regocjese todo ante el Seor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y
rectitud sern las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
SEGUNDA LECTURA
El que no quiera trabajar, que no coma.
De la segunda carta del apstol san Pablo a los tesalonicenses: 3, 7-12
Hermanos: Ya saben cmo deben vivir para imitar mi ejemplo, puesto que, cuando
estuve entre ustedes, supe ganarme la vida y no depend de nadie para comer; antes
bien, de da y de noche trabaj hasta agotarme, para no serles gravoso. Y no porque
no tuviera yo derecho a pedirles el sustento, sino para darles un ejemplo que
imitar. As, cuando estaba entre ustedes, les deca una y otra vez: El que no quiera
trabajar, que no coma.
Y ahora vengo a saber que algunos de ustedes viven como holgazanes, sin hacer
nada, y adems, entrometindose en todo. Les suplicamos a esos tales y les
ordenamos, de parte del Seor Jess, que se pongan a trabajar en paz para ganarse
con sus propias manos la comida.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Lc 21, 28
R/. Aleluya, aleluya.
Estn atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberacin, dice
el Seor. R/.
EVANGELIO
Si perseveran con paciencia, salvarn sus almas.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 21, 5-19
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Tambin hoy, en efecto, existen falsos salvadores, que buscan sustituir a Jess:
lder de este mundo, santones, incluso brujos, personalidades que quieren atraer a
s las mentes y los corazones, especialmente de los jvenes. Jess nos alerta: No
vayis tras ellos!. No vayis tras ellos!.
El Seor nos ayuda incluso a no tener miedo: ante las guerras, las revoluciones,
pero tambin ante las calamidades naturales, las epidemias, Jess nos libera del
fatalismo y de falsas visiones apocalpticas.
El segundo aspecto nos interpela precisamente como cristianos y como Iglesia:
Jess anuncia pruebas dolorosas y persecuciones que sus discpulos debern sufrir,
por su causa. Pero asegura: Ni un cabello de vuestra cabeza perecer (v. 18). Nos
recuerda que estamos totalmente en las manos de Dios. Las adversidades que
encontramos por nuestra fe y nuestra adhesin al Evangelio son ocasiones de
testimonio; no deben alejarnos del Seor, sino impulsarnos a abandonarnos an
ms a l, a la fuerza de su Espritu y de su gracia.
En este momento pienso, y pensamos todos. Hagmoslo juntos: pensemos en los
muchos hermanos y hermanas cristianos que sufren persecuciones a causa de su fe.
Son muchos. Tal vez muchos ms que en los primeros siglos. Jess est con ellos.
Tambin nosotros estamos unidos a ellos con nuestra oracin y nuestro afecto;
tenemos admiracin por su valenta y su testimonio. Son nuestros hermanos y
hermanas, que en muchas partes del mundo sufren a causa de ser fieles a
Jesucristo. Les saludamos de corazn y con afecto.
Al final, Jess hace una promesa que es garanta de victoria: Con vuestra
perseverancia salvaris vuestras almas (v. 19). Cunta esperanza en estas
palabras! Son una llamada a la esperanza y a la paciencia, a saber esperar los frutos
seguros de la salvacin, confiando en el sentido profundo de la vida y de la historia:
las pruebas y las dificultades forman parte de un designio ms grande; el Seor,
dueo de la historia, conduce todo a su realizacin. A pesar de los desrdenes y los
desastres que agitan el mundo, el designio de bondad y de misericordia de Dios se
cumplir. Y sta es nuestra esperanza: andar as, por este camino, en el designio de
Dios que se realizar. Es nuestra esperanza.
Este mensaje de Jess nos hace reflexionar sobre nuestro presente y nos da la
fuerza para afrontarlo con valenta y esperanza, en compaa de la Virgen, que
siempre camina con nosotros.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Seor que escuche nuestras splicas y acoja con bondad
nuestras peticiones, digamos con fe y devocin: Te rogamos, Seor.
Para que el Seor, el nico que puede inspirar y llevar a trmino los buenos
propsitos, multiplique el nmero de fieles que, abandonando todas las cosas, se
consagren exclusivamente a l en la vida religiosa, roguemos al Seor.
Para que Dios, al que han de servir los poderes humanos, conceda a los jefes de las
naciones, buscar la voluntad divina, temer a Dios en el cumplimiento de su misin
y acertar en sus decisiones, roguemos al Seor.
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Para que Dios, que ha creado los alimentos para los seres vivos, mire con
misericordia a las creaturas que en distintos lugares pasan hambre y les conceda el
alimento necesario, roguemos al Seor.
Para que el Seor, que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, nos d fuerza
para amar a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de devolver bien por
mal, roguemos al Seor.
Dios nuestro, principio y fin de todas las cosas, que quieres reunir a toda la
humanidad para formar el templo vivo del Cuerpo de tu Hijo, escucha las
oraciones de la Iglesia suplicante y haz que, a travs de los acontecimientos,
alegres y tristes, de la propia vida, mantengamos firme la esperanza de que,
sufriendo con perseverancia, ganaremos la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Seor.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Concdenos, Seor, que estas ofrendas que ponemos bajo tu mirada, nos obtengan
la gracia de vivir entregados a tu servicio y nos alcancen, en recompensa, la
felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Seor.
ANTFONA DE LA COMUNIN Mc 11, 23-24
Cualquier cosa que pidan en la oracin, crean ustedes que ya se la han concedido,
y la obtendrn, dice el Seor.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Al recibir, Seor, el don de estos sagrados misterios, te suplicamos humildemente
que lo que tu Hijo nos mand celebrar en memoria suya, nos aproveche para crecer
en nuestra caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Seor.
UNA REFLEXIN PARA NUESTRO TIEMPO
La vida de los cristianos en Siria, por sealar un caso documentado recientemente,
est siendo sometida a un hostigamiento constante. All las personas son
perseguidas por razn de su fe cristiana. En cambio, en nuestro pas, no escasean
las crnicas de algn alcalde ejecutado a manos de los criminales, de jvenes
desaparecidos y posteriormente encontrados en fosas clandestinas. Mediciones
alarmantes que revelan que el 26 % de los jvenes mexicanos aspiran a ser narcos o
sicarios, ponen de manifiesto que no estamos ante una persecucin religiosa, sino
ante el menosprecio descarado de la vida humana. La aspiracin creciente por
disponer de riquezas por medio del narcotrfico y sus negocios afines ha
deslumbrado a una juventud hurfana de valores. Como dice el Evangelio,
solamente siendo constante en la educacin y la evangelizacin de nios y jvenes
se podr superar esta hora crtica.
LUNES 14
Verde
Misa Por la Nueva evangelizacin
MR p. 1074 (1120) / Lecc. II, p. 1009
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descubriste que eran unos mentirosos. Eres tenaz, has sufrido por m y no te has
rendido a la fatiga. Pero tengo en contra tuya que ya no tienes el mismo amor que
al principio. Recuerda de dnde has cado, arrepintete y vuelve a proceder como
antes .
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 1, 1-2. 3. 4. 6
R/. El Seor protege al justo.
Dichoso aquel que no se gua por mundanos criterios, que no anda en malos pasos
ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus
mandamientos. R/.
Es como un rbol plantado junto al ro, que da fruto a su tiempo y nunca se
marchita. En todo tendr xito. R/.
En cambio, los malvados sern como la paja barrida por el viento. Porque el Seor
protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Seor; el que me sigue tendr la luz de la vida. R/.
EVANGELIO
Qu quieres que haga por ti? - Seor, que vea.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 18, 35-43
En aquel tiempo, cuando Jess se acercaba a Jeric, un ciego estaba sentado a un
lado del camino, pidiendo limosna. Al or que pasaba gente, pregunt qu era
aquello, y le explicaron que era Jess el nazareno, que iba de camino. Entonces l
comenz a gritar: Jess, hijo de David, ten compasin de m!. Los que iban
adelante lo regaaban para que se callara, pero l se puso a gritar ms fuerte: Hijo
de David, ten compasin de m!.
Entonces Jess se detuvo y mand que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le
pregunt: Qu quieres que haga por ti?. l le contest: Seor, que vea. Jess le
dijo: Recobra la vista; tu fe te ha curado.
Enseguida el ciego recobr la vista y lo sigui, bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo,
al ver esto, alababa a Dios.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Seor, que santifiques estos dones y acojas, en tu bondad, nuestra
humilde ofrenda para que nuestros cuerpos se conviertan en oblacin viva, santa y
agradable a ti y nos concedas servirte, no segn la antigua condicin del hombre,
sino en novedad de vida segn tu Espritu. Por Jesucristo, nuestro Seor.
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Seor Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde en
nuestros corazones el anhelo de amarte, para que, amndote en todo y sobre todo,
consigamos tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Seor Jesucristo...
San Alberto Magno
Dios nuestro, que hiciste grande al obispo san Alberto para conciliar el saber
humano con la verdad revelada, concdenos seguir sus enseanzas para que, a
travs del progreso de las ciencias, podamos profundizar en tu conocimiento y en
tu amor. Por nuestro Seor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Si alguien me abre la puerta, entrar en su casa y cenaremos juntos.
Del libro del Apocalipsis del apstol san Juan: 3, 1-6. 14-22
Yo, Juan, o que el Seor me deca: Escribe al encargado de la comunidad cristiana
de Sardes: Esto dice el que tiene los siete espritus de Dios y las siete estrellas:
Conozco tus obras. En apariencia ests vivo, pero en realidad ests muerto. Ponte
alerta y reaviva lo que queda y est a punto de morir, pues tu conducta delante de
mi Dios no ha sido perfecta. Recuerda de qu manera recibiste y escuchaste mi
palabra; cmplela y enmindate. Porque si no ests alerta, vendr como un ladrn,
sin que sepas la hora en que voy a llegar.
Tienes, sin embargo, en Sardes, algunas pocas personas que no han manchado sus
vestiduras; ellos me acompaarn vestidos de blanco, pues lo merecen.
El que venza tambin se vestir de blanco. No borrar jams su nombre del libro de
la vida y lo reconocer ante mi Padre y sus ngeles.
El que tenga odos, que oiga lo que el Espritu dice a las comunidades cristianas.
Escribe al encargado de la comunidad cristiana de Laodicea: Esto dice el que es el
Amn, el testigo fiel y veraz, el origen de todo lo creado por Dios:
Conozco tus obras: no eres ni fro ni caliente. Ojal fueras fro o caliente. Pero
porque eres tibio y no eres ni fro ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi
boca. Dices que eres rico, que has acumulado riquezas y que ya no tienes necesidad
de nada, pero no sabes que eres un desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Por eso te aconsejo que vengas a comprarme oro purificado por el fuego, para que
te enriquezcas; vestiduras blancas, para que te las pongas y cubras tu vergonzosa
desnudez, y colirio, para que te lo pongas en los ojos y puedas ver.
Yo reprendo y corrijo a todos los que amo. Reacciona, pues, y enmindate. Mira
que estoy aqu, tocando la puerta; si alguno escucha mi voz y me abre, entrar a su
casa y cenaremos juntos.
Al que venza lo sentar conmigo en mi trono; lo mismo que yo, cuando venc, me
sent con mi Padre en su trono.
El que tenga odos, que oiga lo que el Espritu dice a las comunidades cristianas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
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SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 14, 2-3ab. 3cd-4ab.5
R/. Quin ser grato a tus ojos, Seor?
El hombre que procede honradamente y obra con justicia; el que es sincero en
todas sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia. R/.
Quien no hace mal al prjimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los
malvados, pero honra a quienes temen al Altsimo. R/.
Quien presta sin usura y quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes, se
ser agradable a los ojos de Dios eternamente. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1 Jn 4, 10
R/. Aleluya, aleluya.
Dios nos am y nos envi a su Hijo, como vctima de expiacin por nuestros
pecados. R/.
EVANGELIO
El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 19, 1-10
En aquel tiempo, Jess entr en Jeric, y al ir atravesando la ciudad, sucedi que
un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jess,
pero la gente se lo impeda, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corri y
se subi a un rbol para verlo cuando pasara por ah. Al llegar a ese lugar, Jess
levant los ojos y le dijo: Zaqueo, bjate pronto, porque hoy tengo que
hospedarme en tu casa.
l baj enseguida y lo recibi muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a
murmurar diciendo: Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.
Zaqueo, ponindose de pie, dijo a Jess: Mira, Seor, voy a dar a los pobres la
mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituir cuatro veces ms.
Jess le dijo: Hoy ha llegado la salvacin a esta casa, porque tambin l es hijo de
Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se haba
perdido.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Misa del Domingo XX del Tiempo Ordinario
Recibe, Seor, nuestros dones, con los que se realiza tan glorioso intercambio, para
que, al ofrecerte lo que t nos diste, merezcamos recibirte a ti mismo. Por
Jesucristo, nuestro Seor.
San Alberto Magno
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T eres Pedro y sobre esta piedra edificar mi Iglesia. Los poderes del infierno no
prevalecern sobre ella. Yo te dar las llaves del Reino de los cielos.
ORACIN COLECTA
Misa por el Papa
Seor Dios, pastor y gua de todos los fieles, mira con bondad a tu siervo Francisco,
que quisiste que presidiera a la Iglesia como su pastor, y concdele que, con su
palabra y ejemplo, sirva a aquellos a quienes preside, para que, junto con el rebao
a l confiado, llegue a la vida eterna. Por nuestro Seor Jesucristo.
Santa Margarita de Escocia
Dios nuestro, que hiciste admirable a santa Margarita de Escocia por su
extraordinaria caridad hacia los pobres, concdenos, por su intercesin y siguiendo
su ejemplo, Que reflejemos entre los hombres la imagen de tu bondad. Por nuestro
Seor Jesucristo...
Santa Gertrudis
Dios nuestro, que te preparaste una grata morada en el corazn de santa Gertrudis,
virgen, por su intercesin ilumina las tinieblas de nuestro corazn, para que
podamos experimentar, con alegra, tu presencia y tu accin en nosotros. Por
nuestro Seor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Santo es el Seor, Dios todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir.
Del libro del Apocalipsis del apstol san Juan: 4,1-11
Yo, Juan, tuve una visin: Vi una puerta abierta en el cielo, y la voz que haba odo
antes, semejante al sonido de una trompeta, me habl y me dijo: Sube hacia ac y
te ensear lo que va a suceder despus.
Entonces fui arrebatado en espritu y vi un trono puesto en el cielo, y alguien estaba
sentado en el trono. El que estaba sentado en el trono brillaba con destellos rojos,
como una piedra preciosa transparente, y un resplandor como de esmeralda
rodeaba el trono.
Alrededor de este trono vi otros veinticuatro tronos, y en los tronos estaban
sentados veinticuatro ancianos, vestidos con tnicas blancas y con coronas de oro
sobre sus cabezas. Del trono salan relmpagos y truenos poderosos. Siete lmparas
de fuego, que son los siete espritus de Dios, ardan frente al trono, y delante de l
haba una especie de mar transparente, como de cristal.
En el centro, alrededor del trono, haba cuatro seres vivientes, llenos de ojos por
delante y por detrs. El primer ser viviente se pareca a un len; el segundo, a un
toro; el tercero tena cara de hombre, y el cuarto pareca un guila en vuelo.
Los cuatro seres vivientes tenan seis alas cada uno y estaban llenos de ojos por
dondequiera. Y no se cansaban de repetir da y noche: Santo, santo, santo es el
Seor, Dios todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir.
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Y cada vez que los seres vivientes alababan, bendecan y glorificaban al que est
sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro u o
ancianos se postraban delante del que est sentado en el trono, adoraban al que
vive por los siglos de los siglos, y depositaban sus coronas ante el trono, diciendo:
Seor y Dios nuestro, t mereces recibir la gloria, el honor y el poder, porque t
has creado todas las cosas: t has querido que ellas existieran y fueron creadas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 150, 1-2. 3-4. 5-6
R/. Alabemos al Seor con alegra.
Alabemos al Seor en su templo, alabemos al Seor en su augusto firmamento.
Alabmoslo por sus obras magnficas, alabmoslo por su inmensa grandeza. R/.
Alabmoslo tocando trompetas, alabmoslo con arpas y ctaras. Alabmoslo con
tambores y danzas, alabmoslo con cuerdas y flautas. R/.
Alabmoslo con platillos sonoros, alabmoslo con platillos vibrantes. Que todo ser
viviente alabe al Seor. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 15, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Seor, para que vayan y den fruto y su fruto
permanezca. R/.
EVANGELIO
Por qu no pusiste mi dinero en el banco?
Del santo Evangelio segn san Lucas: 19, 11-28
En aquel tiempo, como ya se acercaba Jess a Jerusaln y la gente pensaba que el
Reino de Dios iba a manifestarse de un momento a otro, l les dijo esta parbola:
Haba un hombre de la nobleza que se fue a un pas lejano para ser nombrado rey
y volver como tal. Antes de irse, mand llamar a diez empleados suyos, les entreg
una moneda de mucho valor a cada uno y les dijo: Inviertan este dinero mientras
regreso.
Pero sus compatriotas lo aborrecan y enviaron detrs de l a unos delegados que
dijeran: No queremos que ste sea nuestro rey.
Pero fue nombrado rey, y cuando regres a su pas, mand llamar a los empleados
a quienes haba entregado el dinero, para saber cunto haba ganado cada uno.
Se present el primero y le dijo: Seor, tu moneda ha producido otras diez
monedas. l le contest: Muy bien. Eres un buen empleado. Puesto que has sido
fiel en una cosa pequea, sers gobernador de diez ciudades.
Se present el segundo y le dijo: Seor, tu moneda ha producido otras cinco
monedas. Y el seor le respondi: T sers gobernador de cinco ciudades.
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PRIMERA LECTURA
El Cordero fue sacrificado y nos redimi con su sangre.
Del libro del Apocalipsis del apstol san Juan: 5,1-10
Yo, Juan, vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono, un libro escrito
por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi un ngel poderoso, que
gritaba con fuerte voz: Quin es digno de abrir el libro y de romper sus sellos?.
Pero nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, poda abrir el libro ni
ver su contenido.
Llor mucho porque no haba nadie digno de abrir el libro y de ver su contenido.
Entonces, uno de los ancianos me dijo: Ya no llores, porque ha vencido el len de
la tribu de Jud, el descendiente de David, y l va a abrir el libro y sus siete sellos.
Vi entonces junto al trono, en medio de los cuatro seres vivientes y de los ancianos,
un Cordero. Estaba de pie, y mostraba las seales de haber sido sacrificado.
Tena siete cuernos y siete ojos, que son los siete espritus de Dios, enviados por
toda la tierra. Se acerc y tom el libro de la mano derecha del que estaba sentado
en el trono. Y al tomarlo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se
postraron ante el Cordero, con sus ctaras y sus copas de oro llenas de incienso, que
significan las oraciones de los santos. Y se pusieron a cantar un cntico nuevo,
diciendo:
T eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste sacrificado y con
tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas, de todos los
pueblos y naciones, y con ellos has constituido un reino de sacerdotes, que servirn
a nuestro Dios y reinarn sobre la tierra.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 149, 1-2. 3-4. 5-6a. 9b
R/. Bendito sea el Seor.
Entonen al Seor un canto nuevo, en la reunin litrgica proclmenlo. En su
creador y rey, en el Seor, algrese Israel, su pueblo santo. R/.
En honor de su nombre, que haya danzas, albenlo con arpa y tamboriles. El Seor
es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes. R/.
Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que
alaben al Seor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8
R/. Aleluya, aleluya.
No endurezcan su corazn, como el da de la rebelin en el desierto, dice el Seor.
R/.
EVANGELIO
Si comprendieras lo que puede conducirte a la paz.
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Verde / Blanco
Misa de la Preciossima Sangre de nuestro Seor Jesucristo o
Memoria de la Dedicacin de las Baslicas de San Pedro y San Pablo
MR p. 1121 (1166) / Lecc. II, p. 1028
MR p. 835 (870) / Lecc. II, p. 1138
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Yo, Juan, o de nuevo la voz que ya me haba hablado desde el cielo, y que me deca:
Ve a tomar el librito abierto, que tiene en la mano el ngel que est de pie sobre el
mar y la tierra.
Me acerqu al ngel y le ped que me diera el librito. l me dijo: Tmalo y
cmetelo. En la boca te sabr tan dulce como la miel, pero te amargar las
entraas.
Tom el librito de la mano del ngel y me lo com. En la boca me supo tan dulce
como la miel; pero al tragarlo, sent amargura en las entraas. Entonces la voz me
dijo: Tienes que volver a anunciar lo que Dios dice acerca de muchos pueblos,
naciones y reyes.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 118, 14. 24. 72. 103. 111. 131
R/. Mi alegra es cumplir tus mandamientos.
Ms me gozo cumpliendo tus preceptos que teniendo riquezas. Tus mandamientos,
Seor, son mi alegra, ellos son tambin mis consejeros. R/.
Para m valen ms tus enseanzas que miles de monedas de oro y plata. Qu
dulces al paladar son tus promesas! Ms que la miel en la boca. R/.
Tus preceptos son mi herencia perpetua, la alegra de mi corazn. Hondamente
suspiro, Seor, por guardar tus mandamientos. R/.
O bien:
Dedicacin de las Baslicas de San Pedro y San Pablo
PRIMERA LECTURA
Llegamos a Roma.
Del libro de los Hechos de los Apstoles: 28, 11-16. 30-31
Al cabo de tres meses, nos embarcamos en un navo que haba permanecido en la
isla durante el invierno; era un barco alejandrino que tena la insignia de Cstor y
Pllux. Hicimos escala en Siracusa, donde permanecimos tres das. De all,
bordeando la costa, llegamos a Regio. Al da siguiente se levant un viento del sur y
en dos das llegamos a Pozzuoli, donde encontramos a unos hermanos que nos
invitaron a permanecer una semana con ellos. Luego llegamos a Roma.
Los hermanos de esta ciudad, informados de nuestra llegada, nos salieron al
encuentro y nos alcanzaron a la altura del Foro de Apio y de las Tres Tabernas.
Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y se sinti reconfortado. Cuando llegamos a
Roma, se le permiti a Pablo vivir en una casa particular, con un soldado de
guardia.
Dos aos enteros pas Pablo en una casa alquilada; all reciba a todos los que
acudan a l, predicaba el Reino de Dios y les explicaba la vida de Jesucristo, el
Seor con absoluta libertad y sin estorbo alguno.
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Ellos tienen poder de cerrar el cielo para que no llueva mientras dure su misin
proftica; tienen poder para convertir el agua en sangre y para castigar la tierra con
toda clase de plagas, cuantas veces quieran.
Pero, cuando hayan terminado su misin, la bestia que sube del mar les har la
guerra, los vencer y los matar. Sus cadveres quedarn tendidos en la plaza de la
gran ciudad, donde fue crucificado su Seor, y que simblicamente se llama
Sodoma o Egipto.
Durante tres das y medio, gentes de todos los pueblos y razas, de todas las lenguas
y naciones contemplarn sus cadveres, pues no permitirn que los sepulten. Los
habitantes de la tierra se alegrarn y regocijarn por su muerte y se enviarn
regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas haban sido el azote de ellos.
Pero despus de los tres das y medio, un espritu de vida, enviado por Dios,
entrar en ellos: se pondrn de pie y todos los que los estn viendo se llenarn de
espanto. Oirn entonces una potente voz, que les dir desde el cielo: Suban ac. Y
subirn al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 143, 1.2.9-10
R/. Bendito sea el Seor, mi fortaleza.
Bendito sea el Seor, mi roca firme; l adiestr mis manos y mis dedos para luchar
en lides. R/.
l es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro escondite, escudo en que me amparo, el
que los pueblos a mis plantas rinde. R/.
Al comps de mi ctara, nuevos cantos, Seor, he de decirte, pues t das a los reyes
la victoria y salvas a David, tu siervo humilde. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tm 1, 10
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la
vida por medio del Evangelio. R/.
EVANGELIO
Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 20, 27-40
En aquel tiempo, se acercaron a Jess algunos saduceos. Como los saduceos niegan
la resurreccin de los muertos, le preguntaron: Maestro, Moiss nos dej escrito
que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case
con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el
mayor de los cuales se cas y muri sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los
dems, hasta el sptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar
sucesin. Por fin muri tambin la viuda. Ahora bien, cuando llegue la
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resurreccin, de cul de ellos ser esposa la mujer, pues los siete estuvieron
casados con ella?.
Jess les dijo: En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los
que sean juzgados dignos de ella y de la resurreccin de los muertos, no se casarn
ni podrn ya morir, porque sern como los ngeles e hijos de Dios, pues l los
habr resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moiss lo indica en el episodio de la zarza,
cuando llama al Seor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque
Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para l todos viven.
Entonces, unos escribas le dijeron: Maestro, has hablado bien. Y a partir de ese
momento ya no se atrevieron a preguntarle nada.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Seor, este sacrificio de alabanza, al conmemorar llenos de gozo a la
Madre de tu Hijo; y te pedimos que por este santo intercambio, se aumenten en
nosotros los frutos de la redencin eterna. Por Jesucristo, nuestro Seor.
Prefacio de santa Mara Virgen.
ANTFONA DE LA COMUNIN Lc 1, 48
Me llamarn dichosa todas las generaciones, porque Dios puso sus ojos en la
humildad de su esclava.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Alimentados por este celestial banquete, te rogamos humildemente, Seor, que nos
concedas confesar de palabra y con las obras a tu Hijo, nacido de la Virgen Madre.
l, que vive y reina por los siglos de los siglos.
DOMINGO 20
Blanco
Solemnidad de Nuestro Seor Jesucristo, Rey del Universo
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Blanco
MR p. 837 (871) 872 (911) / Lecc. II, p. 1037
O bien: Lecturas propias de la Memoria: Lecc III: la. Lect. p. 442 [N
182]; Sal p. 961 [N 927]; Aclam. 977 [N969]; Ev. 473 [N 222]
Otros santos: Gelasio I, papa. Beata Mara de Jess del Buen Pastor,
fundadora.
Ms importante que los relatos antiguos de la Presentacin de la Virgen Mara
en el Templo, la memoria viva de las Iglesias del Oriente y del Occidente celebran
hoy la entrega que de s misma hizo la santsima Virgen al Seor, en el umbral de
su vida consciente. Todos los cristianos podemos encontrar en Mara santsima, la
llena de gracia, el modelo de una vida consagrada a hacer la voluntad de Dios.
LOS CIENTO CUARENTA Y CUATRO MIL
Ap 14,1-3.4-5; Lc 21,1-4
La viuda pobre que da todo, lo mismo que los cristianos del primer siglo que no se
dejaron oprimir por la dinmica intimidatoria de la idolatra imperial romana,
forman parte de ese grupo de los mil hombres y mujeres que llevan la marca del
Cordero. No estamos ante una cifra precisa, sino ante un nmero simblico que
encierra a una gran multitud de fieles provenientes del pueblo de Israel y a una
gran multitud de cristianos que han perseverado en la fidelidad a Dios, a pesar de
los sufrimientos y persecuciones. Son la reserva espiritual de la comunidad
cristiana. Con su vida congruente nos documentan que es posible servir a Dios con
alegra, sin dejarse manipular ni encandilar por el canto de las sirenas de la
corrupcin, la sociedad consumista o la mentalidad indiferente e individualista que
nos agobia.
ANTFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 1, 47-48
Entonces dijo Mara: mi espritu se llena de jbilo en Dios, mi salvador, porque
puso sus ojos en la humildad de su esclava.
ORACIN COLECTA
Al celebrar la gloriosa memoria de la santsima Virgen Mara, te pedimos, Seor,
por su intercesin que tambin nosotros logremos recibir la plenitud de tu gracia.
Por nuestro Seor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.
Del libro del Apocalipsis del apstol san Juan: 14, 1-3. 4-5
Yo, Juan, tuve otra visin: Vi al Cordero, en pie sobre el monte Sin y con l, ciento
cuarenta y cuatro mil personas, que llevaban grabado en la frente el nombre del
Cordero y el nombre de su Padre.
Y o un ruido que vena del cielo, parecido al estruendo del mar y al estampido de
un trueno poderoso; el ruido que oa era como el de un gran coro acompaado de
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arpas. Cantaban un cntico nuevo ante el trono, ante los cuatro seres vivientes y los
ancianos.
Y nadie poda cantar el cntico, fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, que
haban sido rescatados de la tierra. stos son los que acompaan al Cordero a
dondequiera que va; stos son los que han sido rescatados de entre los hombres, las
primicias para Dios y para el Cordero; en la boca de ellos no hubo mentira y son
irreprochables ante Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 23
R/. Dichosos los limpios de corazn.
Del Seor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en l habitan, pues l
lo edific sobre los mares, l fue quien lo asent sobre los ros. R/.
Quin subir hasta el monte del Seor? Quin podr entrar en su recinto santo?
El de corazn limpio y manos puras y que no jura en falso. R/.
se obtendr la bendicin de Dios, y Dios, su salvador, le har justicia. sta es la
clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Mt 24, 42. 44
R/. Aleluya, aleluya.
Estn preparados, porque no saben a qu hora va a venir el Hijo del hombre. R/.
EVANGELIO
Vio a una viuda pobre que echaba dos moneditas.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 21, 1-4
En aquel tiempo, levantando los ojos, Jess vio a unos ricos que echaban sus
donativos en las alcancas del templo. Vio tambin a una viuda pobre, que echaba
all dos moneditas, y dijo: Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado ms que
todos. Porque stos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha
dado todo lo que tena para vivir.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
O bien: Lecturas propias
PRIMERA LECTURA
Regocjate, Jerusaln, pues vengo a vivir en medio de ti.
Del libro del profeta Zacaras: 2,14-17
Canta de gozo y regocjate, Jerusaln, pues vengo a vivir en medio de ti, dice el
Seor. Muchas naciones se unirn al Seor en aquel da; ellas tambin sern mi
pueblo y yo habitar en medio de ti y sabrs que el Seor de los ejrcitos me ha
enviado a ti. El Seor tomar nuevamente a Jud como su propiedad personal en la
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tierra santa y Jerusaln volver a ser la ciudad elegida. Que todos guarden
silencio ante el Seor, pues l se levanta ya de su santa morada!
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Lc 1, 46-47. 48-49. 50-51. 52-53. 54-55
R/. Dichosa t, Virgen Mara, porque llevaste en tu seno al Hijo del
eterno Padre!
Mi alma glorifica al Seor y mi espritu se llena de jbilo en Dios, mi salvador,
porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. R/.
Desde ahora me llamarn dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en m
grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre. Y su misericordia llega de
generacin en generacin a los que lo temen. R/.
Ha hecho sentir el poder de su brazo dispers a los de corazn altanero. Destron a
los potentados y exalt a los humildes. A los hambrientos los colm de bienes y a
los ricos los despidi sin nada. R/.
Acordndose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo haba
prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Lc 1 1, 28 R/.
Aleluya, aleluya.
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en prctica, dice el Seor.
R/. Aleluya.
EVANGELIO
Sealando con la mano a sus discpulos, dijo: Estos son mi madre y mis
hermanos.
Del santo Evangelio segn san Mateo: 12, 46-50
En aquel tiempo, Jess estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus
parientes se acercaron y trataban de hablar con l. Alguien le dijo entonces a Jess:
Oye, ah fuera estn tu madre y tus hermanos, y quieren hablar contigo.
Pero l respondi al que se lo deca: Quin es mi madre y quines son mis
hermanos? Y sealando con la mano a sus discpulos, dijo: Estos son mi madre y
mis hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que est en los
cielos, se es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean aceptables, Seor, los dones que tu pueblo te ofrece en la
conmemoracin de la santsima Virgen Mara, quien por su virginidad fue grata a
tus ojos y por su humildad concibi a tu Hijo, Seor nuestro. l, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
77
78
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El tiempo de la cosecha ha llegado ya; la mies de la tierra est madura.
Del libro del Apocalipsis del apstol san Juan: 14, 14-19
Yo, Juan, tuve otra visin: Vi una nube blanca y en ella a alguien que pareca un ser
humano, con una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano.
Entonces un ngel sali del templo y le grit con potente voz al que estaba sentado
en la nube: Empua la hoz y ponte a segar; el tiempo de la cosecha ha llegado ya;
la mies de la tierra est madura. El que estaba sentado en la nube pas su hoz
sobre la tierra y recogi la cosecha de la tierra.
Sali otro ngel del templo celestial, tambin l con una afilada hoz en su mano. Y
sali del templo otro ms, el ngel que tiene poder sobre el fuego, y le grit con
potente voz al que tena la hoz afilada: Empua tu hoz afilada y corta los racimos
de la via de la tierra, porque sus uvas ya estn maduras.
El ngel acerc su hoz a la tierra, cosech la via de la tierra y ech los racimos en
el gran lagar de la clera de Dios. Pisaron las uvas en el lagar, fuera de la ciudad, y
del lagar corri tanta sangre, que subi hasta los frenos de los caballos, en una
extensin de unos trescientos kilmetros.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 95,10.11-12a.12b-13
R/. Que todo se alegre ante el Seor.
Reina el Seor, digamos a los pueblos. l afianz con su poder el orbe, gobierna a
las naciones con justicia. R/.
Algrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino; salten de
gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo. R/.
Regocjese todo ante el Seor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y
rectitud sern las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Ap 2, 10
R/. Aleluya, aleluya.
S fiel hasta la muerte y te dar como premio la vida, dice el Seor. R/.
EVANGELIO
No quedar piedra sobre piedra.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 21, 5-11
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construccin del
templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jess dijo: Das
vendrn en que no quedar piedra sobre piedra de todo esto que estn admirando;
todo ser destruido.
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81
Vi tambin una especie de mar de cristal, mezclado con fuego; y los vencedores de
la bestia, de su estatua y del nmero simblico de su nombre, estaban de pie junto
al mar de cristal, con las ctaras que Dios les haba dado, y cantaban el cntico de
Moiss, el siervo de Dios, y el cntico del Cordero, diciendo:
Grandes y maravillosas son tus obras, Seor, Dios todopoderoso; justo y
verdadero tu proceder, rey de las naciones. Quin no te respetar, Seor? Quin
no te alabar? Ya que slo t eres santo, y todas las naciones vendrn a adorarte,
porque tus justas sentencias han quedado patentes.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97, 1-2a-3ab. 7-8.9
R/. Seor, tus obras son maravillosas.
Cantemos al Seor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo
brazo le han dado la victoria. R/.
El Seor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una
vez ms ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
Algrese el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en l habitan. Que
los ros estallen en aplausos y las montaas salten de alegra. R/.
Regocjese todo ante el Seor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y
rectitud sern las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Ap 2, 10
R/. Aleluya, aleluya.
S fiel hasta la muerte y te dar como premio la vida, dice el Seor. R/.
EVANGELIO
Todos los odiarn a ustedes por causa ma. Sin embargo, ni un cabello de su
cabeza perecer.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 21, 12-19
En aquel tiempo, Jess dijo a sus discpulos: Los perseguirn y los apresarn, los
llevarn a los tribunales y a la crcel, y los harn comparecer ante reyes y
gobernadores, por causa ma. Con esto ustedes darn testimonio de m.
Grbense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les
dar palabras sabias, a las que no podr resistir ni contradecir ningn adversario
de ustedes.
Los traicionarn hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarn
a algunos de ustedes, y todos los odiarn por causa ma. Sin embargo, ni un cabello
de su cabeza perecer. Si se mantienen firmes, conseguirn la vida.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
82
naciones y Jerusaln ser pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo
que Dios les ha sealado.
Habr seales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, las
naciones se llenarn de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la
gente se morir de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrn sobre el
mundo, pues hasta las estrellas se bambolearn. Entonces vern venir al Hijo del
hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a
suceder, pongan atencin y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su
liberacin.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Padre Santo, los dones que te presentamos al venerar la pasin de tus
santos mrtires, y concdenos que, en medio de las adversidades de esta vida,
permanezcamos siempre fieles a ti y nos convirtamos en ofrenda agradable a tus
ojos. Por Jesucristo, nuestro Seor.
ANTFONA DE LA COMUNIN Mt 5, 10
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los
cielos.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Alimentados con el mismo y nico pan, en la conmemoracin, Seor, que
permanezcamos unidos en tu amor y alcancemos la recompensa eterna, prometida
a los que perseveran hasta el fin. Por Jesucristo, nuestro Seor.
VIERNES 25
Viernes
Misa votiva de la Santa Cruz, o
Memoria de Santa Catalina de Alejandra, Virgen y Mrtir
MR p. 841 (876) / Lecc. II, p. 1055
Otros santos: Erasmo de Antioqua, mrtir. Beata Isabel Achler la
Buena, laica.
SANTA CATALINA DE ALEJANDRA, del griego pura (siglos III-IV).
Mrtir. Su vida est envuelta de leyendas, piadosas tradiciones y narraciones
orales. Originaria de Alejandra, Egipto. Joven de gran belleza a la cual slo
rivalizaba su talento y elocuencia, con la cual realiz numerosas conversiones y
sali victoriosa en debates con altos jerarcas y sabios paganos. Se dice que convirti
a la esposa del emperador romano Majencio (280?-312) y a cientos de soldados
romanos. Ante la orden de persecucin contra los fieles cristianos dictada por el
monarca, se present ante l censurndole el decreto. Por respuesta se orden su
aprehensin; se le someti a torturas y vejaciones. Firme en su fe, se le condena a
ser atada en una rueda con filosas cuchillas; al intentar poner en marcha el
86
Del libro del Apocalipsis del apstol san Juan: 20, 1-4. 11-21, 2
Yo, Juan, vi un ngel que bajaba del cielo, con la llave del abismo y una gran cadena
en la mano. El ngel sujet al dragn, la serpiente antigua, que es el diablo o
Satans, y lo encaden durante mil aos. Lo arroj al abismo, lo encerr y puso un
sello, para que ya no pudiera engaar a los pueblos hasta que pasaran mil aos.
Despus de esto, es necesario que lo suelten un poco de tiempo.
Vi tambin unos tronos, donde se sentaron los encargados de juzgar. Vi, adems,
vivos a los que haban sido sacrificados por dar testimonio de Jess y proclamar la
palabra de Dios, y a todos los que no adoraron a la bestia ni a su estatua, y no se
dejaron poner su marca en la frente ni en la mano. stos revivieron y reinaron con
Cristo durante mil aos.
Vi despus un trono brillante y magnfico, y al que estaba sentado en l. El cielo y la
tierra desaparecieron de su presencia sin dejar rastro. Y vi a los muertos, grandes y
pequeos, de pie delante del trono. Fueron abiertos unos libros y tambin el libro
de la vida. Los muertos fueron juzgados conforme a sus obras, que estaban escritas
en esos libros.
El mar devolvi sus muertos; la muerte y el abismo devolvieron los muertos que
guardaban en su seno. Cada uno fue juzgado segn sus obras. La muerte y el
abismo fueron arrojados al lago de fuego; este lago es la muerte definitiva. Y a todo
el que no estaba escrito en el libro de la vida lo arrojaron al lago de fuego. Luego vi
un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra haban
desaparecido y el mar ya no exista.
Tambin vi que descenda del cielo, desde donde est Dios, la ciudad santa, la
nueva Jerusaln, engalanada como una novia que va a desposarse con su
prometido.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 83, 3.4.5-6a.8a
R/. Dichosos los que viven en tu casa.
Anhelando los atrios del Seor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo se
estremece y el Dios vivo es la causa. R/.
Hasta el gorrin encuentra casa y la golondrina un lugar para su nido, cerca de tus
altares, Seor de los ejrcitos, Dios mo. R/.
Dichosos los que viven en tu casa, te alabarn para siempre; dichosos los que
encuentran en ti su fuerza, pues caminarn cada vez con ms vigor. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Lc 21, 28
R/. Aleluya, aleluya.
Estn atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberacin, dice
el Seor. R/.
EVANGELIO
88
Cuando vean que sucede esto, sepan que el Reino de Dios est cerca.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 21, 29-33
En aquel tiempo, Jess propuso a sus discpulos esta comparacin: Fjense en la
higuera y en los dems rboles. Cuando ven que empiezan a dar fruto, saben que ya
est cerca el verano. As tambin, cuando vean que suceden las cosas que les he
dicho, sepan que el Reino de Dios est cerca. Yo les aseguro que antes de que esta
generacin muera, todo esto se cumplir. Podrn dejar de existir el cielo y la tierra,
pero mis palabras no dejarn de cumplirse.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Misa votiva de la Santa Cruz
Te rogamos, Seor, que este sacrificio, que en el altar de la cruz borr el pecado del
mundo entero, nos purifique de todas nuestras ofensas. Por Jesucristo, nuestro
Seor.
Santa Catalina de Alejandra
Te rogamos, Seor, que podamos alcanzar el fruto de la ofrenda que te
presentamos, para que, a ejemplo de Santa Catalina de Alejandra, purificados de la
antigua situacin de pecado, nos renueve la participacin en la vida divina. Por
Jesucristo, nuestro Seor.
ANTFONA DE LA COMUNIN Jn 12, 32
Cuando yo sea levantado de la tierra, atraer a todos hacia m, dice el Seor.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Misa votiva de la Santa Cruz
Seor nuestro, Jesucristo, fortalecidos con este alimento santo, te pedimos que
conduzcas a la gloria de tu resurreccin a quienes redimiste por el madero
vivificante de la Cruz. T que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Santa Catalina de Alejandra
Seor, que la santa comunin del Cuerpo y la Sangre de tu Unignito nos aleje de
todas las cosas pasajeras, para que, a ejemplo de Santa Catalina de Alejandra,
podamos crecer en la tierra en un autntico amor a ti y gozar en el cielo,
contemplndote eternamente. Por Jesucristo, nuestro Seor.
SBADO 26
Verde
Misa de Santa Mara en Sbado
MR p. 869 (908) / Lecc. II, p. 1059 LH, Vsperas I del domingo: la.
Semana del Salterio (Empieza el uso de la Liturgia de las Horas vol. I)
Tomo I: pp. 7 y 575 Para los fieles: pp. 7, 8 y 472 Edicin popular: pp. 13,
y 410
89
90
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 94, 1-2.3-5.6-7
R/. Demos gracias al Seor.
Vengan, lancemos vivas al Seor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerqumonos
a l llenos de jbilo y dmosle gracias. R/.
Porque el Seor es un Dios grande, es un rey ms grande que todos los dioses: en
sus manos estn los abismos de la tierra y son suyas las cumbres de las montaas;
el mar es suyo, pues l lo hizo, y tambin la tierra, pues la form con sus manos.
R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Seor, que nos hizo, pues
l es nuestro Dios y nosotros, su pueblo, l nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.
R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 21, 36
R/. Aleluya, aleluya.
Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. R/.
EVANGELIO
Velen para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 21, 34-36
En aquel tiempo, Jess dijo a sus discpulos: Estn alerta, para que los vicios, la
embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel da
los sorprenda desprevenidos; porque caer de repente como una trampa sobre
todos los habitantes de la tierra.
Velen, pues, y hagan oracin continuamente, para que puedan escapar de todo lo
que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Seor, los dones que te ofrecemos; y haz que nuestros corazones,
iluminados con la luz del Espritu Santo, siguiendo el ejemplo de la bienaventurada
Virgen Mara, puedan buscar y cumplir siempre tu voluntad. Por Jesucristo,
nuestro Seor.
Prefacio de santa Mara Virgen,
ANTFONA DE LA COMUNIN
Alaben al Seor, Dios nuestro, porque en Mara, su sierva, ha realizado su
misericordia, prometida a la casa de Israel.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Habiendo recibido, el sacramento de la salvacin y de la fe, te pedimos, Seor, que,
al conmemorar con devocin a la santsima Virgen Mara, merezcamos participar
con ella del amor divino. Por Jesucristo, nuestro Seor.
91
DOMINGO 27
Morado
Domingo I de Adviento
(Inicia nuevo ao litrgico, Ciclo A)
92
PRIMERA LECTURA
El Seor rene a todos los pueblos en la paz eterna de su Reino.
Del libro del profeta Isaas: 2, 1-5
Visin de Isaas, hijo de Ams, acerca de Jud y Jerusaln: En das futuros, el
monte de la casa del Seor ser elevado en la cima de los montes, encumbrado
sobre las montaas, y hacia l confluirn todas las naciones.
Acudirn pueblos numerosos, que dirn: Vengan, subamos al monte del Seor, a
la casa del Dios de Jacob, para que l nos instruya en sus caminos y podamos
marchar por sus sendas. Porque de Sin saldr la ley, de Jerusaln, la palabra del
Seor.
l ser el rbitro de las naciones y el juez de pueblos numerosos. De las espadas
forjarn arados y de las lanzas, podaderas; ya no alzar la espada pueblo contra
pueblo, ya no se adiestrarn para la guerra.
Casa de Jacob, en marcha! Caminemos a la luz del Seor.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 121
R/. Vayamos con alegra al encuentro del Seor.
Qu alegra sent, cuando me dijeron: Vayamos a la casa del Seor! Y hoy
estamos aqu, Jerusaln, jubilosos, delante de tus puertas. R/.
A ti, Jerusaln, suben las tribus, las tribus del Seor, segn lo que a Israel se le ha
ordenado, para alabar el nombre del Seor. En ella estn los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.
Digan de todo corazn: Jerusaln, que haya paz entre aquellos que te aman, que
haya paz dentro de tus murallas y que reine la paz en cada casa. R/.
Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: La paz est contigo. Y por la
casa del Seor, mi Dios, pedir para ti todos los bienes. R/.
SEGUNDA LECTURA
Ya est cerca nuestra salvacin.
De la carta del apstol san Pablo a los romanos: 13,11-14
Hermanos: Tomen en cuenta el momento en que vivimos. Ya es hora de que se
despierten del sueo, porque ahora nuestra salvacin est ms cerca que cuando
empezamos a creer. La noche est avanzada y se acerca el da. Desechemos, pues,
las obras de las tinieblas y revistmonos con las armas de la luz.
Comportmonos honestamente, como se hace en pleno da. Nada de comilonas ni
borracheras, nada de lujurias ni desenfrenos, nada de pleitos ni envidias.
Revstanse ms bien, de nuestro Seor Jesucristo y que el cuidado de su cuerpo no
d ocasin a los malos deseos.
93
95
Para que nosotros mismos vivamos siempre alerta sin que las preocupaciones de la
vida nos impidan mantenernos en pie cuando llegue el Hijo del hombre, roguemos
al Seor.
Dios misericordioso, que enviaste a tu Hijo al mundo para que nos instruyera en
tus caminos, anduviramos por tus sendas y todas las naciones se reunieran en la
montaa santa de tu reino, escucha nuestra oracin y despierta en nosotros un
deseo tan vivo de tu venida, que, avanzando por la senda de tus mandatos,
lleguemos a contemplar en tu gloria al que ha de venir, Jesucristo nuestro Seor.
l, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Seor, estos dones que te ofrecemos, tomados de los mismos bienes que
nos has dado, y haz que lo que nos das en el tiempo presente para aumento de
nuestra fe, se convierta para nosotros en prenda de tu redencin eterna. Por
Jesucristo, nuestro Seor.
Prefacio I o III de Adviento,
ANTFONA DE LA COMUNIN Sal 84, 13
El Seor nos mostrar su misericordia y nuestra tierra producir su fruto.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Te pedimos, Seor, que nos aprovechen los misterios en que hemos participado,
mediante los cuales, mientras caminamos en medio de las cosas pasajeras, nos
inclinas ya desde ahora a anhelar las realidades celestiales y a poner nuestro
corazn en las que han de durar para siempre. Por Jesucristo, nuestro Seor.
Puede utilizarse la frmula de bendicin solemne.
UNA REFLEXIN PARA NUESTRO TIEMPO
En una poca en que el poder destructor acumulado en manos de la humanidad ha
crecido puede parecer del todo utpico e ingenuo un mensaje que proclame la
llegada de la paz. El profeta Isaas proclama que al final de los tiempos prevalecer
un mundo exento de violencia y brutalidad. En vez de adiestrarse para la guerra,
los seres humanos se adiestrarn para la paz. Una de las bienaventuranzas que el
Seor nos hered nos anima a ser constructores de la paz. No es un discurso
romntico e imposible de realizar. Aunque no consigamos desarraigar del todo la
dinmica de la violencia, s tenemos que responder ante el desafo de una juventud
deslumbrada por la narcocultura. Que uno de cada cuatro jvenes mexicanos aspire
a ser narco o sicario, es un sntoma de nuestro fracaso como artfices de una
convivencia justa y pacfica. Quienes confesamos al Dios creador y amigo de la vida,
tenemos que asumir nuestra vocacin en favor de la defensa, el cuidado y la
proteccin de la vida en todas sus formas.
LUNES 28
Morado
Lunes de la semana I de Adviento
96
98
Ven Seor, a visitarnos con tu paz, para que nos alegremos delante de ti, de todo
corazn.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Te pedimos, Seor, que nos aprovechen los misterios en que hemos participado,
mediante los cuales, mientras caminamos en medio de las cosas pasajeras, nos
inclinas ya desde ahora a anhelar las realidades celestiales y a poner nuestro
corazn en las que han de durar para siempre. Por Jesucristo, nuestro Seor.
MARTES 29
Morado
Martes de la semana I de Adviento
MR p. 131 (147) / Lecc. I, p. 360
Otros santos: Saturnino de Tolosa, mrtir; Cutberto Mayne y
compaeros, mrtires. Beato Bernardo Francisco de Hoyos, presbtero.
UN MUNDO SIN VIOLENCIA
Is 11,1-10; Lc 10,21-24
Solo las personas de corazn sencillo dan crdito a los llamados exigentes que Dios
les plantea. En el Evangelio, el Seor Jess alaba al Padre porque ha facilitado el
camino de la fe a la gente sencilla. Normalmente quienes disponen de saberes
cientficos terminan enorgullecindose de su sabidura, se ensoberbecen y
desprecian el saber del pueblo sencillo. Jess provena del mundo campesino de
Galilea y hablaba de forma sencilla. De la misma manera, el profeta Isaas nos
retrata, a travs de las parejas de animales salvajes y domsticos que coexisten
pacficamente y sin agredirse, la llegada de una sociedad justa y pacfica, donde sin
necesidad de recurrir a la fuerza, la represin y la coaccin (simbolizada en la
presencia del nio que pastorea a leones, lobos y corderos y que juguetea con la
temida serpiente), se establecern relaciones amigables entre los fuertes y los
dbiles. A los ojos de los pretendidos sabios, esto parecer un cuento de hadas.
ANTFONA DE ENTRADA Cfr. Za 14, 5. 7
Vendr el Seor, mi Dios, y con l todos sus santos; y brillar en aquel da una
gran luz.
ORACIN COLECTA
Seor Dios, mustrate propicio a nuestras splicas y concede, a quienes estn en
afliccin, el auxilio de tu amor, para que, consolados por la presencia de tu Hijo que
ya viene, no nos manche algn contagio del antiguo pecado. Por nuestro Seor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El espritu del Seor se posar sobre l.
Del libro del profeta Isaas: 11, 1-10
99
En aquel da, brotar un renuevo del tronco de Jes, un vstago florecer de su raz.
Sobre l se posar el espritu del Seor, espritu de sabidura e inteligencia, espritu
de consejo y fortaleza, espritu de piedad y temor de Dios.
No juzgar por apariencias, ni sentenciar de odas; defender con justicia al
desamparado y con equidad dar sentencia al pobre; herir al violento con el ltigo
de su boca, con el soplo de sus labios matar al impo. Ser la justicia su ceidor, la
fidelidad apretar su cintura.
Habitar el lobo con el cordero, la pantera se echar con el cabrito, el novillo y el
len pacern juntos y un muchachito los apacentar. La vaca pastar con la osa y
sus cras vivirn juntas. El len comer paja con el buey.
El nio jugar sobre el agujero de la vbora; la criatura meter la mano en el
escondrijo de la serpiente. No harn dao ni estrago por todo mi monte santo,
porque as como las aguas colman el mar, as est lleno el pas de la ciencia del
Seor.
Aquel da la raz de Jes se alzar como bandera de los pueblos, la buscarn todas
las naciones y ser gloriosa su morada.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 71
R/. Ven, Seor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Seor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; as tu siervo
saldr en defensa de tus pobres y regir a tu pueblo justamente. R/.
Florecer en sus das la justicia y reinar la paz, era tras era. De mar a mar se
extender su reino y de un extremo al otro de la tierra. R/.
Al dbil librar del poderoso y ayudar al que se encuentra sin amparo; se apiadar
del desvalido y pobre y salvar la vida al desdichado. R/.
Que bendigan al Seor eternamente, y tanto como el sol, viva su nombre. Que l sea
la bendicin del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Seor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar los ojos de sus
hijos. R/.
EVANGELIO
Jess se llen de jbilo en el Espritu Santo.
Del santo Evangelio segn san Lucas: 10, 21-24
En aquella misma hora Jess se llen de jbilo en el Espritu Santo y exclam: Yo
te alabo, Padre, Seor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los
sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre,
porque as te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce
100
quin es el Hijo, sino el Padre; ni quin es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el
Hijo se lo quiera revelar.
Volvindose a sus discpulos, les dijo aparte: Dichosos los ojos que ven lo que
ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que
ustedes ven y no lo vieron, y or lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Seor, nuestras humildes splicas y ofrendas, y puesto que
no tenemos mritos en qu apoyarnos, nos socorra el poderoso auxilio de tu
benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Seor.
Prefacio I o III de Adviento,
ANTFONA DE LA COMUNIN Cfr. 2 Tm 4, 8
El Seor, justo juez, dar la corona merecida, a todos los que esperan con amor su
venida gloriosa.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
Saciados por el alimento que nutre nuestro espritu, te rogamos, Seor, que, por
nuestra participacin en estos misterios, nos ensees a valorar sabiamente las
cosas de la tierra y a poner nuestro corazn en las del cielo. Por Jesucristo, nuestro
Seor.
MIRCOLES 30
Fiesta de San Andrs, Apstol
Rojo
MR p. 841 (876) / Hoy en la Fiesta: Lecc. II, p. 1141
Otros santos: Jos Merchand, mrtir. Beato Federico de Ratisbona,
religioso.
Andrs y su hermano Pedro son pescadores de Betsaida. Es uno de los primeros
Apstoles que encuentran al Seor en las mrgenes del Jordn. l conduce a Pedro
ante Jess. La tradicin afirma que fue crucificado en Patras, despus de predicar
el Evangelio en Grecia. La Iglesia de Constantinopla lo considera como el primero
de los llamados y lo ha adoptado como patrono.
101
102
Sin embargo, no todos han credo en el Evangelio. Ya lo dijo Isaas: Seor, quin
ha credo en nuestra predicacin? Por lo tanto, la fe viene de la predicacin y la
predicacin consiste en anunciar la palabra de Cristo. Entonces yo pregunto:
Acaso no habrn odo la predicacin? Claro que la han odo!, pues la Escritura
dice: La voz de los mensajeros ha resonado en todo el mundo y sus palabras han
llegado hasta el ltimo rincn de la tierra.
Palabra de Dios. Te alabamos, Seor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 18
R/. El mensaje del Seor resuena en toda la tierra.
Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus
manos. Un da comunica su mensaje al otro da y una noche se lo transmite a la
otra noche.
Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su
sonido y su mensaje hasta el fin del mundo. R/.
ACLAMACIN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 19
R/. Aleluya, aleluya.
Sganme, dice el Seor, y yo los har pescadores de hombres. R/.
EVANGELIO
Ellos, inmediatamente, dejando las redes, lo siguieron.
Del santo Evangelio segn san Mateo: 4, 18-22
Una vez que Jess caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos,
Simn, llamado despus Pedro, y Andrs, los cuales estaban echando las redes al
mar, porque eran pescadores. Jess les dijo: Sganme y los har pescadores de
hombres. Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Pasando ms adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de
Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los llam
tambin. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron.
Palabra del Seor. Gloria a ti, Seor Jess.
ORACIN SOBRE LAS OFRENDAS
Concdenos, Dios todopoderoso, que te agraden estos dones que te presentamos en
la festividad de san Andrs, y haz que sean para nosotros fuente de vida eterna. Por
Jesucristo, nuestro Seor.
Prefacio o II de los Apstoles
ANTFONA DE LA COMUNIN Cfr. Jn 1, 41-42
Andrs dijo a su hermano Simn: Hemos encontrado al Mesas, que quiere decir
Ungido, y los llev a donde estaba Jess.
ORACIN DESPUS DE LA COMUNIN
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