El Problema de La Cientificidad y La Posibilidad de La Metafísica en El Pensamiento Filosófico de Karl Popper
El Problema de La Cientificidad y La Posibilidad de La Metafísica en El Pensamiento Filosófico de Karl Popper
El Problema de La Cientificidad y La Posibilidad de La Metafísica en El Pensamiento Filosófico de Karl Popper
Sustentado por:
Carlos Daniel Richiez Tapia
Asesor:
Pbro. José Apolinar Castillo
Sustentado por:
Carlos Daniel Richiez Tapia
2013-0702
Asesor:
Pbro. José Apolinar Castillo
“Si Dios hubiera querido poner todas las cosas en el mundo desde el principio, habría
creado un universo sin cambio, sin organismos ni evolución, y sin el hombre y la
experiencia del hombre de cambio. Pero parece que Él pensó que es mejor un universo
vivo con eventos inesperados, incluso para él mismo es más interesante que un mundo
muerto”. (K. R. P).
DEDICATORIA
Dedico este trabajo de investigación a todas las personas de buena voluntad, incansables
en la búsqueda de la verdad, humildes en el ejercicio de sus profesiones, y cuya pasión es
tratar de comprender el sentido de su existencia. A los que no tienen miedo de expresar
lo que piensan, a los críticos de los sistemas científicos, sociales, económicos, políticos y
religiosos. A los que pueden ver más allá de lo que le presenta su realidad, los que sueñan
en grande y saben que detrás de la realidad física hay algo más interesante. Pues gracias
a sus aportes es posible la construcción de un mundo mejor, el cual se encuentra inserto
en el interior de un universo que representa aún un misterio para el hombre.
C.D.R.T.
DEDICATORIA A MI MADRE
Carmen, desde donde quiera que te encuentres, te dedico este primer trabajo de
investigación que he realizado con la ayuda de Dios. Recordarás que desde pequeño una
vez te dije que sería científico, te reíste mucho, me apasionaba mucho la ciencia. Ya luego
mis intereses cambiaron y me incliné por la medicina. Sin embargo, para sorpresa tuya y
de todos, empezando por mí mismo, el Señor me llamó a una misión más grande que
todas esas, a la de ser científico de sus misterios salvíficos, y médico de las almas: ser
sacerdote. Toda una aventura ¿verdad? Recuerdo que al principio no estabas de acuerdo,
pero sé que siempre me apoyabas, de eso estoy seguro. Quiero que sepas que fuiste una
gran madre para mí, a pesar de tus limitaciones. Siempre recordaré el cariño y el amor
que nos dabas, tus abrazos y tus besos. Aunque ya no estés físicamente con nosotros, vives
aquí dentro de mí. Y creo que esa es la forma más grande de eternizarnos en el mundo,
cuando vivimos en el corazón de las personas que amamos. Hoy enaltezco tu memoria, y
serás recordada como una madre que hizo lo que pudo por sus hijos, Leo Omar y Carlos
Daniel. A ti te entrego este trabajo que con esfuerzo y dedicación he realizado. Espero
que el Señor te tenga en un bonito lugar, como esos que te gustaban. Algún día nos
volveremos a encontrar para besarte nuevamente las manos: “La bendición Nany”. Y sé
que me responderás como lo hiciste antes de tu muerte: “Que el Señor te bendiga”.
DEDICATORIA A MI FAMILIA
El lenguaje que se expresa con palabras muchas veces puede externar lo que una
persona lleva en su interior: sus sentimientos, sus pensamientos, su percepción del
mundo, entre otras cosas. Sin embargo, considero que en este contexto lo anterior no
aplica en su totalidad, pues no hay palabras que logren estructurarse de tal forma que
puedan dar a conocer todo lo que quiero decirle a mi familia en estas breves líneas, pero
lo intentaré. Mi familia ha sido un gran sostén para mí a lo largo de toda mi vida, un
apoyo en los días grises de mi existencia y una motivación cuando se han agotado mis
fuerzas en el caminar de estos años. Son ustedes un gran tesoro para mí: Carmen Lugo
Aybar (Aleyda), José Rafael Tapia (Fellito), Leo Omar Reynoso Tapia, Carmen Loraine
Tapia Cedano, Herlin Dinó Tapia, y esa criatura que ya viene en camino, aun gestándose
en el vientre de su madre.
Especialmente a ustedes les dedico este mi primer trabajo de investigación pues han
sido mis primeros maestros, y mis primeros compañeros en el conocimiento de la vida.
Hoy este logro no es solamente mío, también es suyo. En cada una de las palabras que
componen esta tesina, está presente de algún modo todo el apoyo que he recibido de
ustedes. Los amo con todo mi ser. Siempre digo que el tesoro más grande que Dios me ha
regalado es cada uno de ustedes.
AGRADECIMIENTOS
-A la virgen María de la Altagracia. Porque eres mi dulce madre espiritual, que desde
la basílica de Higüey, nos bendice a todos.
-A mi familia. Por su apoyo incondicional, y el amor que me han brindado durante toda
mi vida.
-Al Seminario Menor San Pablo. Porque fue el primer espacio o más bien el inicio de la
aventura fascinante de la vocación sacerdotal.
-Al Seminario Prefilosofado y Filosofado San Pío X. Por los 5 años de formación
humana, espiritual, académica y pastoral recibidos. Porque fuiste el espacio donde pude
madurar y ser el hombre que hoy soy. Siempre te llevaré conmigo, cada experiencia
vivida, los momentos de compartir fraterno con mis compañeros, los consejos tanto de
mis formadores como de mis amigos; los momentos de crisis, de tristeza pero también los
de alegría. Agradezco los espacios donde pude desarrollar el arte, la música, la medicina,
la filosofía y la ciencia. Especialmente quiero agradecer a las mujeres de la cocina, pues
fueron mis madres y amigas, y con su esfuerzo cotidiano hacían posible la marcha de
nuestro seminario en lo concerniente a los alimentos: Norma, Yaqueline y Nena
(Seminario Menor San Pablo). Marisol, China, Irene, Seferina (que en paz descanse),
Isabel, Sandra, Bienva, Orga, Francisca, Fella, entre otras. A los trabajadores del
seminario: Yaqui y Chago (Filosofado San Pío X).
-Al seminarista Rafael Peña. Pues con su disponibilidad, y servicio hizo posible la
impresión de esta tesina. Le estoy profundamente agradecido.
-A mis compañeros del Filosofado San Pío X: Manuel Abud, Yeudi (José María), Juan
Carlos Disla, Narciso Martínez, Jesús Jon, Caori Aquino, Isaías Hernández, Abel Ángeles,
Oscar Almonte, Moisés, Francis Rosario (mi hermano), Patricio Guzmán, Adalberto
Reyes, José Peña, Carlos Lugo, Miguel Pinales (Miguelito), Álbaro Pichardo, entre otros.
-A mis compañeros seminaristas de la Diócesis Ntra. Señora de la Altagracia. Zoilo
Vilorio Vásquez, Oscar Abraham Rodríguez Rondón, Santos Bistons, Jonathan
Rodríguez, Sergio Cordero García, Eduardo de Gracia y Ángel De La Rosa.
-A todos mis profesores. De la escuela Srta. Norma Elena Poueriet: Jaqueline, Dilcia
Paniagua, Eddy, Marý, Mosmery, Isabel del Cristo, Cecilia, Isidro Pereira (Marino),
Dinorah Vargas Rivera, Keila de la Cruz, Ana Acosta y Amada Martínez. También a Doña
Paula y a Andrea. Del Liceo Gerardo Jasen: Violeta, Pablo Ortiz, Jovanny, El “Don”,
Yesenia, entre otros. De la Escuela-Liceo Juan XXIII De La Salle: Amparo Peralta,
Hno. Pedro Orbezua, Hno. Martín Gómez, Nancy, Ana, Pedro Martínez, Zobeida Ogando,
Emeterio, Pacho, entre otros. Del Filosofado San Pío X: Ramira Disla, Carlos Viannel,
Gaby, P. William Árias, P. Wascar Taveras, P. Wilfredo, P. Carlos Santana, Daniel, entre
otros. De la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM): Agustín,
Ramón Viñas, Lilly González, Gema, Yuberkis, Luis Midence, P. Miguel Marte,
Genoveva del Orbe, Ideana, Prudencio, Sócrates, Juan Bartolo Domínguez, Juan Féliz
Alcántara, Juan Zapata, María Irene Danna, Orquídea, y de manera muy especial al Prof.
Ricardo Miniño.
- A mis amigos más cercanos. Ana Danessa Manzueta Marte, Carmen Luisa Segura
Mejía, Katherine Calcaño Gil, Amparo Durán (Jennifer), Carolina Lizaldi, Marlene Esther
Díaz, Pedro Manuel Céspedes, Leticia, Ivonne Gómez, Osmarlin, Darling Rodríguez,
Karlos Daniel, Ramón Ignacio Ureña, José Pulinario, entre otros.
-A mis compañeros en esto cinco años de formación: Enddys Leonardo Santana, Félix
Manuel Santana, Moisés Mateo, José Rafael Aquino, Gerson Nuñez, Misael Amparo,
Ubaldo Durán, Eduard De Óleo, Jeremías Abreu, Andy De Jesús Jorge , José Escolástico,
Héctor Núñez, Denny Peña y Stalin Reyes.
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………...iii
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
CAPÍTULO II
LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
CAPÍTULO III
LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
CONCLUSIÓN………………………………………………………………………………....ix
APÉNDICE…………………………………………………………………………………….xvi
BIBLIOGRAFÍA...…………………………………………………………………………xxxiii
iii
INTRODUCCIÓN
Sin embargo, este proceso científico se encuentra muchas veces viciado cuando se
absolutizan los resultados extraídos del proceder de la ciencia. Así procede el
cientificismo, que no es más que la tergiversación de lo que verdaderamente es la
cientificidad, cuando afirma la prueba con un carácter dogmático; es decir, solo lo que es
susceptible de contrastación empírica, y por tanto, verificable, puede ser considerado
como un conocimiento científico. Así se ha divulgado la ciencia en esta forma
justificacionista, es decir, solo lo que ella puede probar de forma empírica y evidencial es
conocimiento válido y verdadero. Este cientificismo impacta directamente en todo otro
conocimiento que no pase por el tamiz del método científico; y de ese modo, excluye toda
otra forma de investigación, presentándose como un pensamiento único y totalizante.
ciencia, y en otros nunca son “probados”, pero sí tienen en sí mismos mucho sentido,
aunque no sea posible su contrastación con la experiencia.
Este y otros tópicos han motivado el estudio del planteamiento filosófico, científico y
metafísico del filósofo de la ciencia: Karl Popper. Su propuesta es una defensa de la
racionalidad y la crítica racional, la define como una manera de pensar y de vivir: una
disposición para escuchar argumentos críticos, para buscar los errores propios y para
aprender de ellos. Por su parte, los conceptos de absoluto, totalidad y encerramiento de la
razón, quedan aquí apartados por concepciones que abren el horizonte del conocimiento
humano a nuevas interpretaciones y descubrimientos de la realidad objetiva, por medio de
la ciencia; dichas ideas son desarrolladas a través del Racionalismo Crítico sostenido por
Karl Popper, columna de todo su pensamiento filosófico-científico. No obstante, este
planteamiento puede caer en el error de ser comprendido como la apertura a un relativismo
de la razón, o un escepticismo radical, en donde no hay verdades consistentes ni
paradigmáticas, al menos aparentemente. Sin embargo, es otra cosa muy distinta lo que se
busca.
Para alcanzar los objetivos propuestos, la presente investigación se lleva a cabo a través
del análisis de contenido de los textos principales de Karl Popper o fuentes primarias.
También son de gran importancia las referencias de las fuentes secundarias o comentarios
de las obras o autores señalados. Esta tesina está estructurada de tres capítulos, con los
cuales se pretende sistematizar el pensamiento filosófico-científico de Karl Popper. En el
primer capítulo se analiza la concepción justificacionista de la ciencia. Además, se
desarrollan las teorías fundamentales del neopositivismo lógico y del Círculo de Viena,
así como su ataque contra la metafísica. Es de esta forma de pensamiento que Popper parte
para hacer su crítica a la metodología científica, y dota de sentido a las proposiciones
extra-empíricas.
De igual modo, se describe el método inductivo implementado por la ciencia, sus tipos,
y su aplicabilidad a los problemas científicos. Se busca también realizar la diferencia
entre lo que es ciencia y el cientificismo, siendo este último una actividad errada de lo que
verdaderamente es una ciencia abierta y sujeta a la crítica racional. Este proceso lleva a
lograr en primera instancia una demarcación, entre lo que es ciencia, y la metafísica, por
medio de la teoría que propone Popper, la falsabilidad. Todo lo anterior va introduciendo
al pensamiento fuerte de nuestro filósofo de la ciencia: su Racionalismo Crítico, el cual se
patentiza en el capítulo siguiente.
vii
La metafísica pasa de ser un cúmulo de proposiciones sin sentido (como defendían los
neopositivistas lógicos), a tener tanto sentido para la ciencia que ya no resulta tan fácil
con Popper, lograr una demarcación precisa entre lo puramente científico y lo metafísico.
Esto gracias a que la relación ciencia y metafísica es tan estrecha como la existente entre
viii
el hombre y su consciencia. Es el ser humano el que hace la ciencia, el que crea soluciones
a los problemas de su existencia, es el que siempre va en camino de alcanzar la verdad,
aun sabiendo que nunca llegará a poseerla en su totalidad. Este ente es una existencia que
se desarrolla en la frontera de lo físico y metafísico.
En definitiva, es el hombre, quien con su facultad de la razón, los valores que lo guían,
y la fe que pone muchas veces en la ciencia, va constantemente en la búsqueda de un
mundo mejor. Sin embargo, esta meta del sentir más profundo del ser humano, solo es
posible encontrarla haciéndose él mismo consciente de que vive en un mundo físico, real,
concreto, pero incapaz de agotar su existencia en sí mismo. Es aquí cuando se hace
necesaria la trascendencia del hombre, entender que esta realidad que le ha tocado vivir
es un enigma aún sin resolver y que es su misión encontrarle sentido a su existencia. No
son los seres humanos, un simple producto de una evolución, una consecuencia de un azar
un poco generoso, unos seres físicos capaces de agotarse en la materialidad. El hombre
tiene algo más que eso, es consciente, inteligente, capaz de darse valor a sí mismo y a
otros de su misma especie, y además, tiene fe, fuerza esta capaz de encontrar la Verdad
que tanto busca más allá de lo físico, concreto y aparente; y por tanto, metafísico.
CAPÍTULO I
Karl Raimundo Popper nace en la Viena de principios del siglo XX, el 28 de julio del
año 1902, en Himmelhof, del distrito de Ober St1. Esta fue una época de convulsiones
sociales y políticas relevantes. Su padre, el Dr. Simón Sigmund Karl Popper, era abogado
por la universidad de Viena, y de quien recibió su primera formación intelectual; y su
madre, Jenny Popper, se desempeñaba como maestra de música. Ya desde muy temprana
edad se le notaba una gran preocupación por la situación de extrema precariedad
económica que experimentaban muchas familias vienesas, junto al futuro desesperanzador
de los que como él, empezaban a vivir. Esto fue consecuencia de la influencia que ejercía
el accionar de su padre, quien en silencio, sin dar mucha promoción de lo que hacía, pasó
mucho tiempo de su vida ayudando y protegiendo a las personas más necesitadas de su
pueblo.
1
Cfr. K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual. Editorial Tecnos, Madrid, 1977.,
p. 13.
2
Cfr. Ibid, p. 18.
2
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
Tiempo después de sus estudios en la universidad, Popper se dedica a trabajar con niños
de la calle4. Sin embargo, tampoco esto le resulta y decide retirarse y aislarse un poco para
dedicar tiempo a sus estudios personales. Lee y reflexiona a partir de los escritos de
filósofos como Platón, Hume, Kant, Tarski, entre otros. Ya para los años 1929 y 1930, ha
elaborado una serie de escritos, los cuales no tenía en mente publicar. En estos, realiza
una fuerte crítica a los neopositivistas y su criterio de demarcación de la ciencia,
sosteniendo que esta carecía de un juicio más profundo.
3
Cfr. Ibid, p. 50.
4
Cfr. Ibid, p. 96.
3
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
En ese mismo año, Popper contrae matrimonio con una joven austriaca y pasa a
desempeñar sus quehaceres intelectuales como docente en una escuela5. Al año siguiente
fue invitado por el famoso Círculo de Viena, que más adelante se retomará nuevamente,
y es así como su pensamiento va tomando fuerza entre los intelectuales de Viena, y más
aún del Círculo. En 1934 publica su obra, Logik der Forschung (Lógica del
Descubrimiento)6. En los años siguientes, y después del efecto de su obra filosófico-
científica, se convirtió en un conferencista, y comenzó a recibir invitaciones de
universidades de gran renombre en toda Europa, especialmente en Suiza e Inglaterra. En
este accionar conoció a varios filósofos, matemáticos y científicos de gran fama en su
época. Se puede mencionar a B. Russell, Ayer y otros.
Más tarde, con los rumores de una Segunda Guerra Mundial y la amenaza alemana a
Austria, Popper decide irse a Nueva Zelanda en 1937. Ya instalado en su nueva vida, se
dedica a dar clases como físico teórico. Escribe, además, varios artículos que luego se
convertirán en su obra Miseria del historicismo. Para los años 1945-1947, decide, por una
invitación realizada por la London School of Economics and Political Science, trasladarse
a Inglaterra. Su nuevo trabajo aquí fue el de conferencista. Siendo una de las más famosas,
la que sostuvo con Wittgenstein, en el Moral Sciences Club (Club de Ciencias Morales),
de Cambridge. Allí también, tuvo un diálogo con B. Russell.
“Las condiciones del tiempo de guerra continuaban aún vigente cuando salimos a
Nueva Zelanda, y se ordenó que nuestro barco navegara rodeando al cabo de Hornos. Ello
nos dio la oportunidad de disfrutar de un panorama fantástico e inolvidablemente bello.
Llegamos a Londres a principios de enero de 1946, y comencé a trabajar en la London
School of Economics”7.
5
Cfr. Ibid, p. 109.
6
Cfr. Ibid, p. 114.
7
Ibid, p. 162.
4
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
En 1950 viaja a Estados Unidos8, a la ciudad de New York, con el objetivo de dictar
varias conferencias. Al retornar elabora un escrito de ampliación de la Lógica de la
Investigación Científica que llevó por nombre: Post Script, que alcanzó la publicación en
1982. Es organizado en tres volúmenes, uno en cada año, desde el 1982 hasta el 1984. Se
titulaba: Post Scriptum, a La Lógica de la Investigación Científica. El 1963 escribió su
obra Conjeturas y Refutaciones, donde aborda más extensamente su teoría de la
falsabilidad. Los años siguientes representaron para Popper el desarrollo de grandes
críticas a su pensamiento, especialmente el de la falsación. Para 1972, publica su obra El
conocimiento objetivo, donde postula su teoría de los tres mundos: el físico o de
experiencia; el de la razón o de los conceptos mentales; y el síquico o subjetivo.
Desde muy temprana edad, la vida de Popper fue marcada por la Primera Guerra
Mundial, teniendo este acontecimiento una gran incidencia en la formación de su
pensamiento posteriormente: “[…] este hecho le imprimió a mi vida intelectual una
actitud crítica con respecto a las opiniones aceptadas, especialmente las opiniones
políticas […]”9. Popper no solo centró su atención intelectual en el problema del
conocimiento y la ciencia, sino que los problemas sociales, la desigualdad, la opresión y
la necesidad de la democracia, fueron para él ejes primordiales en el desarrollo de su vida
hasta su muerte en Londres el año 1994, a la edad de noventa y dos años.
El siglo XX como tal fue el mentor de su pensamiento filosófico, pues este fue marcado
con importantes acontecimientos para Europa y toda la humanidad; el apogeo y el
derrumbe del socialismo, el ascenso y derrota del fascismo, los procesos económicos que
tuvieron un importante desarrollo junto a la industrialización capitalista. También fueron
de gran importancia, los cambios intelectuales y científicos que tomaban lugar en relación
con la revolución técnico-científica. Puede afirmarse con este último hecho, que fue para
Popper su centro de interés y en él concentrará más adelante todo su potencial crítico y
8
Cfr. Ibid, p. 171.
9
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual. Editorial Tecnos. Madrid, 1985., p.
19.
5
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
científico. La vida de Karl Popper fue una constante reflexión filosófica sobre los
problemas que siempre le habían interesado, como los de la verdad y el error en el
conocimiento científico, la objetividad, la verificabilidad, las teorías y el progreso
científico.
Los partidarios del justificacionismo postulan que la honestidad intelectual, tiene como
enunciado fundamental que no se afirme nada sin antes ser probado. Y esto, hasta cierto
10
“Adecuación del intelecto con la cosa”. Tomás, juntamente con otros Escolásticos, atribuye falsamente
esta definición al filósofo judío Isaac. Cf. MucxLE, «Isaac Israeli’s Definition of Truth»: AHDLM 8 (1933)
5-8. Dedúcese más correctamente de la Metaph. de Avicena I c.9 (f.74raA), como dicen expresamente
GUILL. ALVERN., De universo I 3 e.26 (ed. Opera omnia, París 1674) 795 y ALBERTUS, Super Sent. I
d.46 a.11. (“Verbo Encarnado”, revista de filosofía. Santo Tomás, De la Verdad. Nota 35). Acceso: 30 de
marzo 2017. 8:28 am.
11
Para entender el concepto popperiano de verdad, hay que tomar en consideración el encuentro de Popper
y Tarski. Es explicado en su autobiografía intelectual: Unended Quest. En este texto explica que, “Cuando
en 1935 me explicó Tarski (en el Volksgarten, de Viena) la idea de su definición del concepto de verdad,
comprendí cuán importante era, y que Tarski había rehabilitado finalmente la tan vejada teoría de la verdad
como correspondencia que, pienso yo, es y ha sido siempre la idea racional de verdad”. (K. R. POPPER.
Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual. Editorial Tecnos. Madrid, 1985. p. 134).
6
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
punto, tiene mucha veracidad, pues el conocimiento como tal debe ser evidenciado en la
realidad. Sin embargo, con esta presunción de encontrar verdades totalmente cimentadas
en la verificación, ¿no se tenderá a una especie de dogmatismo con la excusa de un saber
científico? O más bien, ¿no será este método justificacionista la causa del estancamiento
de la ciencia al poseer verdades irrefutables? Es entonces cuando tiene lugar una reflexión
más seria sobre el verdadero proceder de la ciencia.
Esta reflexión crítica surge gracias a un movimiento intelectual de principios del siglo
XX en Viena, capital de Austria, el Círculo de Viena, y a la posterior crítica que le hizo
su principal opositor, llamado Karl Raimundo Popper. Se podría decir que Popper es el
fundador de la filosofía de la ciencia como tal. El llamado “Círculo de Viena” fue un grupo
formado por intelectuales, entre ellos, científicos, matemáticos y logicistas. Estos se
dedicaron a la construcción de una ciencia unificada o Einheitswissenschaft12, bajo el
manifiesto: la concepción científica del mundo. Sus lineamientos principales eran los
siguientes13:
12
Einheitswissenschaft: “Ciencia unificada”, del idioma alemán.
13
G. REALE Y D. ANTISERI. Historia de la Filosofía III, Del Romanticismo a nuestros días. Editorial Herder.
Barcelona, 2010., p. 120.
7
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
Sin embargo, en muchas ocasiones se ha tildado a Popper como miembro activo del
Círculo de Viena, y más aún como partidario de su pensamiento, sin embargo, esto es
falso. El mismo Popper reconoce que tuvo una gran amistad con algunos miembros de
este movimiento, pero expresa que no participaba de sus encuentros y de su filosofía:
“nunca fui miembro del Círculo de Viena, de los positivistas lógicos”14. En este sentido,
Popper se convirtió, según Otto Neurath en la oposición oficial del Círculo con la
publicación de su obra “La Lógica de la Investigación Científica”15. En ella realiza una
crítica al método inductivo de la ciencia, y un acercamiento de esta con las concepciones
metafísicas: “[…] al rechazar el método de la inducción, podría decirse, privo a la ciencia
empírica de lo que parece ser su característica más importante; esto quiere decir que
hago desaparecer las barreras que separan la ciencia de la especulación metafísica
[…]”16.
14
K. R. POPPER. En Busca de un Mundo Mejor. Editorial Paidós. Barcelona, 1994., p. 228.
15
La Lógica de la Investigación Científica es traducción de la Logik der Forschung, publicada en Viena en
el otoño de 1934.
16
K. R. POPPER. La Lógica de la Investigación Científica. Editorial Tecnos. Madrid, 1980., p. 33-34.
8
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
Augusto Comte. Para entender el concepto “Positivismo” utilizado por Comte, como
columna de todo su pensamiento, y posteriormente, como fundamento del
justificacionismo científico, es menester hacer una definición general del concepto
“Positivo”.
El neopositivismo lógico parte del positivismo comtiano pero posee su propio matiz.
Para el primero sólo tienen sentido las proposiciones que pueden verificarse por medio de
la experiencia. De esta forma, sólo tienen carácter científico las proposiciones que se
pueden someter o representar en un lenguaje “fisicalista”, es decir, los conocimientos de
la física, geología, historia, química, geografía, entre otras. Por tanto, todo conocimiento
en el que se pueda verificar proposición-realidad, es científico. Estas son las líneas
fundamentales de la filosofía neopositivista19:
17
REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. (RAE). Diccionario digital, Madrid, 2017.
18
M. M. HALDER ALOIS: Breve Diccionario de Filosofía. Edición Herder. Barcelona, 1976., p. 356.
19
G. REALE Y D. ANTISERI. Op. Cit. p. 120.
9
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
20
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit. p. 122.
10
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
21
K. R. POPPER. Conjeturas y Refutaciones. El desarrollo del conocimiento científico. Editorial Paidós.
Barcelona, 1994., p. 315.
11
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
lograr una posición libre de metafísica, sino opuesta a ella”22. Schlick, por su parte,
asemeja la “realidad absoluta” o de “ser trascendente”, a estados de ánimo singulares.
En la misma línea, Rudolf Carnap expresa que los metafísicos son músicos sin talento
musical. Relaciona la metafísica también con una especie de sentimentalismo,
consecuencia de la vida misma del ser humano23. Más adelante, Neurath24, opta por un
lenguaje que se estructure libre totalmente de conceptos metafísicos. En definitiva, el
neopositivismo tiene una clara postura en contra de la metafísica, quizás no por su
categoría no empírica o no contrastable con la realidad concreta, sino por su objetivo de
tratar de destruirla, como lo afirma Popper en la Lógica de la Investigación Científica:
“[…] Pero, naturalmente, los positivistas creen que pueden decir de la metafísica
muchas otras cosas, además de que sus enunciados son no empíricos. Las expresiones
“absurdo” y “carente de sentido” comportan una evaluación peyorativa (y se pretende que
la comporten); y, sin duda alguna, lo que los positivistas tratan realmente de conseguir no
es tanto una demarcación acertada como derribar definitivamente y aniquilar la metafísica
[…]”.25
22
C. C. CARMAN. La Filosofía de la Ciencia en el Siglo XX. Buenos Aires, 2007., p. 73.
23
R. CARNAP. La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje. Ediciones Ayer, A.
J. (comp.). El positivismo lógico. México, 1965., p.192.
24
G. REALE Y D. ANTISERI. Op Cit., p. 121.
25
K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 35.
12
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
Para Kant si algo es válido para quien quiera que esté en uso de razón, entonces su
fundamento es objetivo y suficiente27. Es, pues, objetiva una proposición que sea capaz,
en principio, de ser contrastada y comprendida por cualquier persona. Sin embargo,
Popper, sostiene que las teorías científicas no son completamente justificables o
verificables, pero que sí para ser una teoría científica, debe ser siempre contrastable, o
apta de serlo28. Por lo menos en esta última parte, él y Kant coinciden.
26
G. REALE Y D. ANTISERI. Op. Cit., pp. 121-122.
27
Cfr. K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 43.
28
Cfr. Ibid., p. 32.
13
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
Se le exige, por tanto, a la actividad científica que en sus enunciados haya objetividad.
De lo contrario, la cientificidad no sería más que una reducción de la verdad a experiencias
subjetivas. Además, el hecho de que los enunciados tengan que ser contrastados, unos a
partir de otros, llevaría a la imposibilidad de enunciados últimos en la ciencia, y en
consecuencia a la invención de un nuevo modelo del quehacer científico.
29
La inducción como método no debe confundirse con la inducción como forma de razonamiento o de
inferencia.
14
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
que ha resultado ser de gran fecundidad, me ha permitido resolver otros muchos problemas
filosóficos”30.
La base de la ciencia de todos los tiempos ha sido el método inductivo. Sin embargo,
Popper busca señalar otro camino a la cientificidad de su época. Si la ciencia es la garantía
más segura de acercamiento a la realidad que interpela al ser humano, esta debe ser lo más
fiel posible a una explicación de los fenómenos de forma objetiva. Para él la inducción no
cumple con esto. Por tanto, hay que reflexionar críticamente el proceder de la ciencia
inductivista; y de ser posible, implementar un cambio de metodología, que en el caso de
Popper es la deductiva. La inducción, declara el filósofo vienés, posee en sí misma una
gran debilidad, pues la hipótesis que se formula conforme a su proceder, corre siempre la
posibilidad de ser falsa.
“[…] demos por supuesto que nadie ha encontrado un cisne negro, y por tanto, se
desprende de aquí que todos los cisnes son blancos. Si una comunidad científica, decide
formular a partir de esto un enunciado universal “Todos los cisnes del mundo son
blancos”, y tiempo después se descubra una familia de cisnes negros, o más bien, que en
algún lugar de la tierra, no muy explorado, surja un cisne de color negro, la teoría anterior
queda, por tanto, refutada”31.
30
K. R. POPPER. Conocimiento Objetivo. Un enfoque evolucionista. Editorial Tecnos, Madrid, 1992., p. 15.
31
K. R. POPPER. El mito del marco común. Editorial Paidós. Barcelona, 1994., p. 108.
15
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
nigromante que conoce lo que pasará en el futuro, y sabe con seguridad que su teoría está
justificada.
32
Ibid.
33
Este ejemplo fue elaborado por el autor de este trabajo de investigación.
16
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
34
G. REALE Y D. ANTISERI. Op. Cit., p. 147.
35
K. R. POPPER. El mito del marco común. Op. Cit., pp. 108-109.
17
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
(1) Observar y registrar fielmente, sin preconcepciones ni prejuicios, todos los hechos
relacionados con el fenómeno de estudio (o realizar experimentos cuyo objetivo es obtener
observaciones controlables y medibles en alguna área semidesconocida);
(2) Analizar y clasificar los hechos observados (de nuevo, sin la interferencia de ideas o
teorías previas);
(3) Derivación inductiva de generalizaciones a partir de (2), por ejemplo, si se ha
observado que el objeto A se presenta constantemente acompañado de la propiedad B,
derivar la generalización: todos los A tienen la propiedad B. En otras palabras, inducir
una generalización a partir de los hechos observados;
(4) Comprobación o verificaciones posteriores de las generalizaciones, esto es, confirmar
la generalización buscando más observaciones que concuerden con ella. Si se tiene éxito
en esto, se ha logrado descubrir una ley de la naturaleza.
Este es otro ejemplo del quehacer de la ciencia inductivista. Por su parte, es bien claro
que Popper no acepta tal método, para él no existe de ninguna manera una técnica de
obtención de ideas nuevas por medio de la inducción. Cualquier descubrimiento contiene
en sí mismo, un “elemento irracional” o “intuición creadora”. Siguiendo a Einstein, quien
36
C. VERDUGO. La filosofía de la ciencia de Popper. Estudios públicos. Ensayo. Stanford, 1996., p. 4.
18
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
El proceder de la ciencia de todos los tiempos debe tomar en consideración hasta qué
punto las teorías que sostiene como verdaderas realmente lo sean. Esta es, precisamente,
la preocupación de Karl Popper, como filósofo de la ciencia: ¿en qué se fundamenta la
justificación de la ciencia en creer que una ley dada sea verdadera? O expresado de otra
manera, ¿hay una argumentación válida que permita al hombre de ciencia pasar de
enunciados observacionales simples o singulares, a leyes o enunciados universales,
postulando una teoría científica en donde abarque también los casos no observados? Entra
aquí el problema de la inducción expuesto por Hume37 en el siglo XVIII. De esto Popper
dice38:
37
Cfr. La crítica de la inducción de Hume, aparece por primera vez en su Treatise on Human Nature, Libro
I, Parte III, sección VI. Oxford, 1927.
38
K. R. POPPER. Realismo y el objetivo de la ciencia. Post Scriptum. Lógica de la Investigación Científica.
Editorial Tecnos. Madrid, 1985., p. 71.
19
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
puede ser ni siquiera una inferencia probable: tiene, por el contrario, que ser
totalmente infundada y siempre continuará siéndolo, por grande que sea el número
de casos observados.
Popper aceptó las consideraciones de Hume contra la inducción, aunque luego realiza
una síntesis de su problema lógico de la inducción, que consiste en un choque entre “el
principio de la no validez de la inducción y el principio del empirismo”40. (Esta
problemática se abordará en el segundo capítulo junto a la respuesta de Karl Popper a esta
aparente contradicción de Hume). Este, según Popper, ha manifestado terminantemente
la imposibilidad de verificar una ley general sobre la base de enunciados singulares. Si
esto es admitido por el pensamiento popperiano, entonces, ¿cuál es la propuesta nueva o
más bien novedosa de Popper al proceder de la ciencia? ¿Sobre qué base esta debe
fundamentarse para no caer en un escepticismo total? Y por último, ¿qué papel desempeña
la metafísica en el quehacer científico?
39
D. HUME. Tratado de la naturaleza humana. Biblioteca de Autores Clásicos. Madrid, 2001., p. 91.
40
Principio de la no validez de la inducción. No puede haber razonamiento válido desde enunciados de
observaciones singulares a leyes universales de la naturaleza y, por tanto, a teorías científicas. Principio del
empirismo. Exigimos que nuestra adopción y nuestro rechazo de las teorías científicas dependa de los
resultados de la observación y el experimento y, por tanto, de enunciados de observaciones singulares. (K.
R. POPPER. Realismo y el objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 72).
20
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
El cientificismo, en este contexto, es una filosofía que hace del método de las ciencias
de la naturaleza la forma más valiosa del conocimiento. Consiste en una conjetura
metodológica por la cual se estima que una ciencia concreta es el modelo para todas las
ciencias. El método científico, para un cientificista, posee determinadas características: no
es una forma de conocer mediante conjeturas o hipótesis refutables; sino: a) un modo
inductivo de conocer, b) determinista y c) verdadero, por basarse en d) la uniformidad de
la naturaleza.
“La inducción dice en lo esencial que no hay nada nuevo. Si he visto un millón de cisnes
blancos puedo confiar en que todos los cisnes sean blancos... La inducción intenta afirmar
que siempre fue así y así seguirá siendo. El futuro será parecido al pasado. El principio
creativo, por el contrario, sostiene que el futuro no será como el pasado”41.
41
W. DARÓS. El concepto filosófico de ciencia según Popper en Revista Rosminiana. Madrid, l983, F. III,
pp. 257-271.
21
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
Los problemas, para Popper, son el punto de partida del quehacer científico. “La
ciencia, sostiene, siempre empieza y termina con problemas”42. Esto es contrario a los
que plantean que la ciencia tiene su origen en la observación. Por otro lado, se define un
problema en la filosofía popperiana como una expectativa defraudada, la cual aparece
cuando el conocimiento se ve en dificultades, y por tanto, incompleto. Analizándolo desde
una perspectiva lógica, un problema es una contradicción entre enunciados establecidos,
un choque de expectativas o hipótesis con otras expectativas o realidades factuales.
Por ejemplo, Isaac Newton representó una gran inspiración para Popper. Pues al
analizar su teoría gravitatoria, esta no surgió porque a Newton le pareció observar y
determinar una nueva concepción del mundo, sino que este parte desde las investigaciones
realizadas anteriormente, en especial por las leyes de Kepler y la de Galileo, para intentar
solucionar los problemas que estas originaban. Solo se entiende la teoría de Newton, según
Popper, a partir de las dos anteriores. Y este es el proceso por el cual se dirige la ciencia.
42
Revista “Apuntes de Filosofía”: Popper y el fundamento científico., p. 2.
22
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
43
K. R. POPPER. La Responsabilidad de Vivir. Editorial Paidós. Barcelona, 1995., p. 137.
23
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
hipotéticos, que luego sean sometidos a la contrastación empírica, es allí donde tiene lugar
precisamente la lógica de la investigación científica44.
Cabe destacar que Popper, con su criterio de demarcación, no rechaza de forma estricta
un sistema de enunciados metafísicos, sino que tan solo lo distingue de las ciencias
empíricas. Esta aclaración es de suma importancia, porque la elaboración posterior
realizada por el filósofo de un sistema metafísico no es contradictoria con la aplicación y
defensa del criterio de demarcación. Esto aparece claro cuando expresa en la “Logik der
Forschung”:
“Ni siquiera llego a afirmar que la metafísica carezca de valor para la ciencia empírica.
Pues no puede negarse que, así como ha habido ideas metafísicas que han puesto una
44
Cfr. K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 16-17.
45
Ibid, p. 37.
24
CAP. I: EL PROBLEMA DEL JUSTIFICACIONISMO DE LA CIENCIA
barrera al avance de la ciencia, han existido otras, tal el atomismo especulativo, que la han
ayudado”46.
Se deja ya entrever aquí que los conceptos metafísicos poseerán algún tipo de
funcionalidad para el conocimiento científico, pues ya se indica que han existido sistemas
tales que han ayudado al crecimiento de dicho conocimiento. Este punto es importante, ya
que Popper postulará más adelante que su propuesta metafísica podría servir de ayuda
relevante a la interpretación correcta de los problemas suscitados por las teorías científicas
más fundamentales de la actualidad, pues estos conocimientos extra-empíricos pasan de
ser simples enunciados con sentido a convertirse en paradigmas de investigación
científica. Para el filósofo vienés, de una forma u otra, considera que las ideas
especulativas se hallan insertas a lo largo de todo el proceso del conocimiento científico.
Incluso llega a sostener que es casi imposible cimentar una ciencia al margen de los
conocimientos hipotéticos y especulativos, los cuales después de atravesar un análisis
crítico se convierten para Popper en una metafísica razonable, lógica y capaz de ofrecer
un horizonte más amplio para la ciencia.
De esta manera, la ciencia con Popper expande su campo de estudio, pues no se limita
simplemente a la justificación verificacionista. Adquiere, en consecuencia, un sistema más
completo al dotar de sentido a las proposiciones extra-empíricas. Y será esta apertura el
comienzo de la construcción de una cientificidad más consistente, pues se fundamentará
tanto en la realidad física como en la realidad metafísica.
46
Ibid, p. 38.
25
CAPÍTULO II
47
K. R. POPPER. La lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 259.
48
K. R. POPPER. El porvenir está abierto. Editorial Tusquets. Barcelona, 1992., p. 65.
27
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
peligro para ella misma. Esta acción desencadena consecuencias catastróficas para el
proceder científico, pues otorga a los protagonistas de la ciencia sentimientos o más bien,
actitudes de pasividad e inconformidad. Al estar las leyes ya dadas, y totalmente
justificadas en la experiencia, no surgen otras cuestionantes acerca de estos mismos
problemas, y su relación con un universo, que para el hombre es aún un misterio por
descubrir. No imagina, por tanto, nuevas hipótesis, novedosas y creativas. Popper, de esta
manera, no acepta la precisión y certidumbre como características fundamentales de la
ciencia:“Así, no tengo fe en la precisión: creo que la simplicidad y la claridad son valores en sí
mismas, pero no que la precisión o la exactitud sea un valor en sí misma. La claridad y la precisión
son objetivos y diferentes y, a veces, incluso incompatibles”49.
Esta ha sido una forma de introducir en el planteamiento de Popper, y que lleva por
nombre Racionalismo Crítico. Es la respuesta de un filósofo de la ciencia a la cientificidad
de su época, y podría extenderse a la de todas las épocas, si se tiene como punto de partida
la crítica racional de lo racionalmente admisible, como teoría científicamente sostenible.
De esta manera, el proceder de la ciencia en la perspectiva popperiana pasa del método
teoría-justificación o verificación al método conjetura-refutación. Se introduce el término
49
K. R. POPPER. Realismo y objetivo de la ciencia. Editorial Tecnos. Madrid, 1985., p. 47.
50
K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 261.
28
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
La pregunta psicológica es la siguiente: “HPS ¿Por qué, a pesar de todo, las personas
razonables esperan y creen que los casos de los que no tienen experiencia van a ser
semejantes a aquellos de los que tienen experiencia? Es decir, ¿por qué confiamos tanto
en las experiencias que tenemos?”53. Hume responde que esto es posible por la costumbre
o hábito; en otras palabras, por el condicionamiento que determina al ser humano
proveniente de las repeticiones y el mecanismo de asociación de ideas, aspecto este último
que es casi inherente , según Hume, a la vida misma de los hombres. Entonces, a partir de
esto, ¿en qué consiste el problema de la inducción de Hume?
El problema lógico de la inducción sostenido por Hume ya está planteado en las dos
preguntas anteriores y sus respectivas respuestas. Sin embargo, en otras palabras, se puede
decir que este consiste en el choque entre el principio de la no validez de la inducción y el
51
Cfr. D. HUME. Enquiry Concerning Human Understanding. L.A. Selby-Bigge, Oxford, 1927., p. 56.
52
K. R. POPPER. Conocimiento objetivo. Un enfoque evolucionista. Op. Cit., p. 17.
53
Ibid, p. 18.
29
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
Popper acepta las dos posturas, tanto la del principio de la no validez de la inducción
como la del principio del empirismo. Sin embargo, el filósofo austriaco se diferencia de
Hume en que no desprende de ellos ninguna postura anti-racionalista. Afirma, además, la
compatibilidad de ambos principios, pero agrega otro a estos dos para lograr su
consistencia. Este es el siguiente: “Exigimos que nuestra adopción y nuestro rechazo de
teorías científicas dependan de nuestro razonamiento crítico (combinado con los
resultados de la observación y el experimento.)”56. Este es el principio en el cual se
resume toda la filosofía de la ciencia de Popper: el Racionalismo Crítico; el cual tiene
como base fundamental la concepción de que las teorías postuladas por la ciencia solo
pueden ser tentativas, es decir, que son solo hipótesis, suposiciones o conjeturas.
54
Es importante tomar en consideración que esta “fe irracional, es la misma que tiempo después de Hume,
fue acogida por muchos inductivistas desilusionados y otros pensadores, que al no encontrar una
fundamentación válida en lo que creían sostenible por sí mismo, han desembocado su pensamiento en un
irracionalismo.
55
D. HUME. Tratado de la naturaleza humana. Op. Cit., p. 91.
56
K. R. POPPER. Realismo y objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 72.
30
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
Una conjetura es una hipótesis o teoría que aún no ha podido ser comprobada, y para
su contrastación, Popper la completa con la refutación. Este es en pocas palabras el sistema
de este filósofo de la ciencia, para explicar el proceder de la misma. Se elabora una
conjetura que surge por la selección de un problema interesante e importante en el ámbito
de la ciencia, y luego de su contrastación con otros problemas o teorías se procede a su
refutación. Poner argumentos válidos que fundamenten el problema, o que por lo contrario
lo desarticulen, quedando, de esta manera, falseado. En esta actividad el hombre de ciencia
es capaz de aprender de sus aciertos, y también de sus errores. El hecho de ser falible el
ser humano, no quiere decir que este se resigna al escepticismo, pues también este
defiende el progreso de la ciencia y el incremento del conocimiento, esto como resultado
de un aprendizaje procedente de los errores57.
Al criticar y desplazar el método inductivo, resulta, entonces, que solo puede progresar
el conocimiento científico a través de anticipaciones injustificadas y a la vez
injustificables; de hipótesis tentativas y presunciones, y en definitiva, de conjeturas. Estas
últimas, a su vez, son sometidas al riguroso examen de la crítica racional, y a su posterior
refutación. Sin embargo, aunque una teoría pueda pasar la prueba de la crítica, no puede
ser justificada ni establecida como verdadera y carente de toda duda.
57
Cfr. K. R. POPPER. Conjeturas y Refutaciones. Editorial Paidós. Barcelona, 1994., p. 13.
58
Ibid.
31
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
Aunque nunca es posible llegar a tener el control de la verdad en todas sus dimensiones,
se puede avanzar a través de procesos, es decir, por medio de las correcciones de los
errores que se encuentran en las teorías científicas. La ciencia, por su parte, debe evitar
enclavarse en la verificación de teorías ya planteadas, más bien debe sustituirlas por otras
teorías que la superen, y que sean modelos a seguir, teniendo como finalidad una
representación más objetiva del amplio mundo de la experiencia. Si existe un método que
sirva como guía al quehacer científico, este es, según Popper, el del sometimiento de las
hipótesis a duros contrastes, para que luego de dicho proceso, se demuestre su resistencia.
Hasta aquí se tiene que “toda teoría científica, para llegar a ser considerada como tal,
debe haber pasado una serie de contrastaciones”59. Y, en consecuencia una metodología
de conjeturas y refutaciones. Tal camino representa, al parecer para Popper, el más
acertado para la ciencia, y el único capaz de mantener vivo su objetivo primordial: la
búsqueda constante y desinteresada de la verdad.
“1. Comienza con problemas, tanto prácticos como teóricos. Un ejemplo de problema
práctico de importancia es la lucha de la ciencia médica contra el sufrimiento evitable.
Esta lucha ha tenido un enorme éxito; pero ha dado lugar a una consecuencia imprevista
59
M. A. QUINTANILLA. Introducción a la epistemología de Popper. Editorial Tecnos. Madrid, 1972., p. 82.
60
Cfr. K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Editorial Paidós. Barcelona, 1996., p. 17.
61
Ibid, p. 17-18.
32
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
muy grave: la explosión demográfica. Esto significa que otro viejo problema ha pasado a
tener una nueva urgencia: el problema del control de la natalidad. (…) Esta es la forma en
que nuestros mayores éxitos abren nuevos problemas.
2. El conocimiento consiste en la búsqueda de la verdad, la búsqueda de teorías explicativas
objetivamente verdaderas.
3. No es la búsqueda de la certeza. Errar es humano. Todo conocimiento es falible y por lo
tanto incierto”.
33
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
“De tal modo que la tarea del científico no sea verificar un conocimiento, sino más bien
el de falsarlo, es decir, refutarlo mediante la crítica y el método de ensayo y error, en el
cual se demarque lo verdadero de lo falso. Para de esta manera localizar el error,
denunciarlo y transformarlo mediante nuevas teorías e hipótesis en verdades objetivas, que
eliminen la falsedad en las formulaciones científicas”62.
“[…] comienza con un problema (P1) al que ofrecemos algún tipo de solución tentativa,
una teoría tentativa (TT); esta teoría es entonces sometida a crítica, en un intento de
eliminación de error (EE); y, como en el caso de la dialéctica, este proceso se renueva a sí
mismo: la teoría y su revisión crítica dan lugar a nuevos problemas (P2)”63.
Expresado de una forma más llana, se puede decir que el conocimiento científico es un
proceso de invención o selección de problemas, de los cuales se concluirá también con
otros problemas. De aquí el carácter de infinitud de este accionar, el cual siempre dará
lugar a nuevos descubrimientos y estos a su vez a nuevas etapas. Popper, a propósito, es
conocido por una famosa expresión que escribió en una de sus obras, la cual dice que el
conocimiento del ser humano es finito, mientras que su ignorancia es necesariamente
infinita64.
62
L. J. ROBLEDO RUÍZ. Karl Popper y la epistemología contemporánea. Revista CEO. Universidad de
Antioquia, 2002., p. 18.
63
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual. Op. Cit., p. 178.
64
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p. 74-75.
34
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
aquel que se vanagloria con ser sabio, sino aquel que es más humilde y se reconoce como
un ignorante.
Un hombre que opta por el camino de la crítica hace uso de diversos criterios, teniendo
como finalidad central el fundar una teoría científica lo más objetiva posible, pero lejos
de una consistencia o certeza de la verdad. Este ejercicio de la crítica da paso a la invención
de nuevos problemas, no es posible acabar terminantemente con algo en la ciencia, los
65
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 110.
35
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
problemas siguen surgiendo siempre66. En este contexto, Popper aplica el mismo proceder
de la ciencia a la filosofía, diciendo que al igual que la primera, esta por su creatividad
originaria y siempre en desarrollo se convierte en un problematiscismo in infinitum. Si
esta concepción es adaptable tanto para la ciencia como para la filosofía, mucho más lo
será para la metafísica, que el mismo Popper la llena de sentido aunque en última instancia
esta sea irrebatible e indemostrable67.
Con este pensamiento se hace imposible la captación de la verdad total de las cosas,
solo es posible un acercamiento por medio de la crítica intersubjetiva. Lo interesante aquí
es que en la ciencia, que es el conocimiento más seguro que posee el ser humano, no se
encuentra nunca toda la verdad de un problema; sin embargo, no se puede renunciar a ella,
pues se caería en un irracionalismo. Aunque hay que ver hasta qué punto se puede hablar
66
Cfr. K. R. POPPER. El porvenir está abierto. Op. Cit., p. 182.
67
Cfr. K. R. POPPER. Conocimiento objetivo. Un enfoque evolucionista. Op. Cit., p. 45-46.
36
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
Sin embargo, esta expresión del hombre como medida de todas las cosas, de una forma
muy personal, se puede decir de otro modo: el hombre es quien descubre y crea la medida
a todas las cosas. En otras palabras, es el ser humano quien usando la facultad de la razón
descubre y crea las leyes, teorías y enunciados, a partir de los cuales se logra interpretar
la realidad de la naturaleza del universo. Pero puede surgir una pregunta: ¿cómo explicar
68
Cfr. “El “giro kantiano” es la metáfora con que se alude al cambio radical de perspectiva que supone,
respecto de la filosofía tradicional, el planteamiento general de la filosofía de Kant, y al cual él mismo
alude en el Prefacio de la Segunda edición de la Crítica de la razón pura. El «giro» -término que proviene
de la imagen de las estrellas que giran alrededor del espectador- que Kant es consciente de llevar a cabo
es similar al que hizo Copérnico, quien supone que es el espectador el que gira en lugar de las estrellas. El
giro copernicano de Kant consiste, por consiguiente, en que él cree que la filosofía, para entrar en el camino
seguro del progreso en el conocimiento, ha de hacer lo mismo que hizo Copérnico en astronomía: si éste,
para explicar los movimientos celestes, entendió que era mejor partir del supuesto de que era el espectador
quien giraba, de manera parecida Kant cree que sólo podemos tener un verdadero conocimiento de las
cosas -un conocimiento universal y necesario- si el objeto depende del pensamiento, para ser conocido, y
no a la inversa. Éste es el supuesto de que parte la filosofía trascendental de Kant”. (C. MORATÓ, Y J.
MARTÍNEZ RIU, Diccionario de filosofía Herder, Barcelona, 1991).
69
ARISTÓTELES. Metafísica. Libro undécimo. Cap. 6., p. 152.
37
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
uno de los conocimientos más perfectos con el que cuenta la ciencia, como es el caso de
las matemáticas? ¿Por qué, entonces si las matemáticas son creadas por la mente humana,
se ajustan tan bien a los fenómenos físicos? En este caso, de las matemáticas se puede
decir tanto que son producto de una mente creativa como que son descubiertas, es decir,
que ya estaban en la naturaleza como leyes. Esto, en definitiva, representa aún una
incógnita para la ciencia. Lo que se quiere dejar explícito, es que el ser humano juega un
papel esencial en el proceder científico, más que los objetos mismos de investigación.
“Puede expresarse mi parecer diciendo que todo descubrimiento contiene «un elemento
irracional» o «una intuición creadora» en el sentido de Bergson. Einstein habla de un modo
parecido de la «búsqueda de aquellas leyes sumamente universales... a partir de las cuales
puede obtenerse una imagen del mundo por pura deducción. No existe una senda lógica —
dice— que encamine a estas...leyes. Sólo pueden alcanzarse por la intuición, apoyada en
algo así como una introyección ('Einfühlung') de los objetos de la experiencia”70.
70
K. R. POPPER. La lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., pp. 31-32.
38
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
71
Ibid, p. 30.
72
K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 39.
73
H. J. S. DÍAZ. El Racionalismo Crítico de Karl Popper. Tesis PUCMM. Santiago, Rep. Dom., p. 32.
39
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
una teoría en sus enunciados singulares, se pretende que estos últimos revelen todo lo que
la teoría lleva en sí, cuando solo se acercan a una porción de ella.
“Lo único que pasa es que unos experimentos se ponen en frente de la antigua teoría.
Esta, incluso cuando queda superada, suele conservar su validez como una especie de caso
límite de la misma: Aún es aplicable, al menos con bastante aproximación, en los casos en
los que antes tenía éxito”74.
El método deductivo deja por explícito lo que se planteó al principio de este acápite: la
primacía del hombre sobre el conocimiento frente a su realidad externa. Ambos agentes
son importantes en el desarrollo de la ciencia, pero el hombre y su facultad abstractiva, es
74
Ibid, p. 33.
40
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
En el ser humano es más lo que se ignora que aquello de lo que se tiene certeza y
seguridad. Este no debe creer conocer algo a cabalidad, y nunca debería utilizar palabras
grandilocuentes76. La falsación científica es un ejemplo de esto. La ciencia siempre será
un camino a la verdad, nunca una llegada. De aquí que el hombre protagonista de la
75
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p. 114.
76
Ibid, p. 118.
41
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
“Cuando un estudiante llega a la universidad no tiene idea de qué normas debe aplicar, y
por lo tanto adopta las normas que encuentra. Como las normas intelectuales de la mayoría
de departamentos de filosofía (y en particular de sociología) permiten la pomposidad y el
conocimiento presunto (todas estas personas parecen conocer una suerte terrible), se
trastocan por completo incluso las buenas cabezas. Y aquellos estudiantes que se sienten
irritados por las falsas presunciones de la filosofía “dominante” se vuelven oponentes de
a filosofía y con razón. Creen entonces, erróneamente, que estas presunciones son las de
la “clase dominante” (…)”77.
Al reflexionar sobre esta temática, Popper se siente movido a citar a Sócrates y sostener
que el hombre verdaderamente sabio es aquel que no se vanagloria en su sabiduría, sino
el que reconoce que no sabe nada. Para Popper, Sócrates es el mayor ejemplo de humildad
77
Ibid.
42
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
y sabiduría78. Éste, a pesar de ser una lumbrera, se consideraba como el hombre más
ignorante de todos en su ciudad. Este es el camino que debe dirigir tanto a la ciencia como
a la filosofía: el reconocimiento constante de la ignorancia y las limitaciones del ser
humano, no para quedarse simplemente en un pesimismo, sino para impulsarse a nuevos
planos de investigación y de nuevos conocimientos.
78
Estas ideas están plasmadas en todos sus escritos, aunque pueden encontrarse con más exactitud en su
discurso con motivo del Doctorado Honoris Causa de la universidad complutense de Madrid.
79
H. G. DUQUE. El criterio de demarcación entre la ciencia y la metafísica entre Popper y Sócrates. Dossier.
Filosofía de la Educación., p. 3.
43
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
El ser humano lleva dentro la preocupación por el conocimiento en todos los sentidos.
Al ver un fenómeno de la naturaleza no se queda indiferente, él representa para el hombre
una motivación para incursionar todas sus energías a tratar de comprenderlo y buscarle
una explicación, en este caso, científica. Es entonces, que ayudado por el lenguaje, intenta
describirlo objetivamente. Sin embargo, este proceso no es una acción al azar, atemporal
e in-espacial. Sino que se circunscribe, por el mismo hecho de existir, en un espacio
80
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p. 62.
44
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
llamado universo, en el cual obtiene significado. En el ámbito filosófico, tiene que ver con
la consistencia de lo real y su clasificación dentro de lo que es comprensible y accesible a
la razón.
81
K. R. POPPER. El universo abierto. Op. Cit., p. 137.
45
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
Esta teoría de los “Tres mundos” hace posible una interacción directa entre lo subjetivo
y lo objetivo; entre la cosa, el pensar y lo creado, esto último consecuencia de la
creatividad humana. Popper sostiene la hipótesis de un universo creador cuando dice:
82
K. R. POPPER. El Yo y su Cerebro. Editorial Labor. Barcelona, 1982., p. 147.
83
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 247.
84
Como “Mundo 1” me refiero a lo que puede llamarse el mundo de la física: de las rocas, los árboles, y
los campos físicos de fuerzas. También incluyo aquí los mundos de la química y la biología. Con “Mundo
2” me refiero al mundo psicológico. Lo estudian los estudiosos de la mente humana, pero también los de la
mente animal. Es el mundo de los sentimientos de temor y esperanza, de las disposiciones a actuar y de todo
tipo de experiencias subjetivas, incluidas las subconscientes e inconscientes. Así, los términos “Mundo 1”
y “Mundo 2” quedan fácilmente explicados. La explicación de lo que llamo “Mundo 3” es un poco más
difícil. Con “Mundo 3” me refiero al mundo de los productos de la mente humana. aunque incluyo las obras
de arte en el “Mundo 3” y también los valores éticos y las instituciones sociales (y así podríamos decir, las
sociedades), me limitaré, principalmente, al mundo de las bibliotecas científicas, a los libros, a los problemas
científicos, y a las teorías, incluidas las erróneas. (K. R. POPPER. El universo abierto. Editorial Tecnos.
Madrid, 2011., p.136).
46
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
“El Mundo físico o Mundo 1 está habitado por los objetos físicos y los estados
físicos”86. Esta primera dimensión de la realidad es el mundo concreto, puramente físico
o material. Se puede afirmar desde una perspectiva evolutiva que Popper lo llama de este
modo por ser el primero en emerger o surgir como constituyente del universo. Por su parte,
la ciencia otorga un papel fundamental al Mundo físico, por ser este el de la materia, los
cuerpos sólidos, las fuerzas, y la energía87; los cuales resultan eficientes en una
investigación científica, no como realidades últimas, sino como espacios concretos de
contrastación de las teorías y conjeturas propuestas o creadas por la mente humana.
“Partes de la realidad en la que vivimos hoy son materiales. Vivimos sobre la superficie
de la tierra que la humanidad ha conquistado sólo en fecha reciente, siendo ya octogenario
yo. Sabemos poco sobre su interior, y es preciso subrayar este “poco”. Aparte de la tierra,
existen el sol, la luna y las estrellas. El sol, la luna y las estrellas son cuerpos materiales.
La tierra, junto al sol, la luna y las estrellas, nos da nuestra primera idea de un universo,
de un cosmos. La investigación de este universo es la tarea de la cosmología. Todas las
ciencias sirven a la cosmología. Hemos descubierto dos tipos de cuerpos sobre la tierra:
animados e inanimados. Ambos pertenecen al mundo material, al mundo de los objetos
físicos. A este mundo lo denominaré “Mundo 1”88.
85
K. R. POPPER. El yo y su cerebro. Op. Cit., p. 17.
86
K. R. POPPER. Conocimiento objetivo. Un enfoque evolucionista. Op. Cit., p. 106.
87
Cfr. K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p. 23.
88
Ibid, p. 22.
47
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
Este mundo que postula Popper es la primera forma de existencia tal como la conoce
el ser humano. Analizándolo desde un proceso evolutivo, es la primera forma de
evolución, a tal punto que se puede señalar como la causa primera de donde surgió la
mente humana, la razón y la capacidad abstractiva del hombre. El punto culmen de su
evolución es el hombre. Esto lo explica de una forma clara Teilhard de Chardin, en la
crítica que de él hacen Monserrat y Sequeiros:
“El materialismo busca entender al hombre solo desde la materia. Teilhard sigue el
camino contrario: busca entender la materia desde el hecho de la presencia de la
consciencia en el ser material que es el hombre. Si el hombre es un ser material
autoconsciente, esta cualidad de la consciencia tiene que estar de alguna manera también
presente en toda la materia. Esto le lleva a proponer la idea de que en la materia hay un
“interior” además de un “exterior”. (…) El incremento en complejidad en la evolución
se identifica con una mayor dimensión espiritual. A este doble carácter de la materia
(interior y exterior) corresponden también dos tipos de energía: una energía “tangencial”,
que corresponde a la energía física con la que las cosas interaccionan unas con otras a su
mismo nivel y otra energía “radial” o “espiritual”, que es responsable de la convergencia
de la evolución de la materia en la línea de una mayor complejidad y una mayor
consciencia, es decir, en la dirección del espíritu. Para Teilhard estos dos tipos de energía
son en realidad los dos componentes de una sola energía fundamental que incluye ambas.
El camino de la evolución es el de lo múltiple a la unidad. La evolución progresa hacia el
espíritu. Esta dimensión puede seguirse en su famoso “Himno a la Materia”89.
La materia como estructura del Mundo físico de Popper tiene como fundamento un
interior que no es materia en sí. Esta ha evolucionado desde las primeras formas de vida
(animales, plantas, organismos vivos), a tal punto que este interior, como lo llama Teilhard
de Chardin, se ha hecho consciente y autónomo, surgiendo así el animal racional, el ser
humano. Pero surge la pregunta, esta realidad que postula Popper con el Mundo físico,
llamándolo como “prima facie”90, ¿realmente este mundo de los objetos físicos o
89
J. MONSERRAT Y L. SEQUEIROS. Tendencias de las Religiones. Revista Electrónica de Ciencia, Tecnología,
Sociedad y Cultura. Universidad Pontificia Comillas. Madrid, 2007., p. 2.
90
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p.23.
48
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
En caso de ser esto último lógicamente posible, se podría explicar por qué la realidad
última de todo lo existente no es posible desde una perspectiva material. Y con esto
sumaremos un punto a la posibilidad de la metafísica en el pensamiento de Karl Popper.
Entonces ya el Mundo 1 o Mundo físico de Popper no sería el punto de partida de la
realidad, sino que postulo ahora que es el Mundo 091.
91
El “Mundo 0” es el mundo de lo metafísico, como origen de lo físico o material. Está fuera de la existencia
tal como la conocemos, dentro de un espacio y tiempo. Sin embargo, es el fundamento de lo real, físico y
un buen argumento para explicar el origen de la consciencia, frente a la teoría materialista.
92
Cfr. Ibid.
93
K. R. POPPER. El universo abierto. Un argumento en favor del indeterminismo. Op. Cit., p. 136.
49
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
“[…] Popper se ha visto obligado en el Mundo 2 a introducir el mundo animal, esto es,
a asimilar, en cierta medida, hombre y animal. Esto significa que, si se quiere mantener la
singularidad del hombre, y de esto no ha dudado Popper jamás, será preciso arbitrar otro
nivel con lo que es único y caracterizador exclusivamente de lo humano. Es decir, el
desarrollo del conocimiento en general ha descubierto nuevos aspectos y dimensiones las
cueles hacen muy difícil basar la especificidad humana en el hecho psíquico y sus
consecuencias más relevantes, por lo que un dualismo no basta, es radicalmente
insuficiente […]”94.
94
R. QUERALTÓ. Karl Popper, de la Epistemología a la Metafísica. Universidad de Sevilla, 1996., pp.
192-193.
50
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
Por otro lado, es en este mundo donde tiene lugar el método que defiende Popper para
la ciencia: el deductivo. Es de aquí, precisamente, que se parte para postular una hipótesis
que luego se contrasta y se falsea. Y tiene, entonces, primacía el hombre falible como el
generador del conocimiento científico. En el Mundo de la conciencia se encuentra la
acción que engendra las creaciones humanas. Es este, además el que permite que se
comuniquen o interactúen el Mundo físico y el Mundo de las creaciones humanas95.
El Mundo físico y el Mundo de la conciencia han emergido del universo, el ser humano
no ha participado de su creación. En el Mundo de las creaciones humanas no pasa lo
mismo, ya que este sí ha sido creado por el hombre, es una construcción puramente
95
Cfr. K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 248.
96
K.R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., pp. 23-24.
51
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
humana. Este mundo posee un nivel superior en relación con los demás, y a la vez es el
más conjetural de todos, al tener como origen la mente humana. Es la realidad de este
mundo tanto real como ideal, es la única que existe en todas partes y a la vez no existe en
ninguna, pues es concreta en su acción y abstracta o metafísica en su verificación.
Este mundo, por su parte, es capaz de crear objetos que luego se independicen del ser
humano y se ajusten a las leyes del universo. El ejemplo más palpable es el de las
matemáticas. Estas son invenciones humanas, otros dicen que son solo descubrimientos
que siempre han existido. Sin embargo, fuera del ser humano, hasta donde este conoce,
no se puede hablar en lenguaje matemático para una interpretación del funcionamiento
cósmico. Es decir, las matemáticas son una creación del intelecto del hombre, pero que se
ha independizado, hasta cierto punto, de su origen creador. Popper admite de las
matemáticas, tanto que son invenciones humanas como que son objetivas e independientes
de este, las cuales más que creadas fueron descubiertas.
“[…] la matemática es obviamente labor nuestra, invención nuestra. Pero casi toda la
matemática es con seguridad objetiva y al mismo tiempo abstracta: es todo un mundo de
problemas y soluciones, que nosotros no inventamos, sino más bien descubrimos. (…) Y de
hecho tenemos dos filosofías de la matemática.
1. La matemática es obra de la humanidad.
2. La matemática es un campo que existe objetivamente por derecho propio.
(…) la teoría del mundo 3 muestra que ambas tienen razón: la serie infinita de números
naturales (por ejemplo) es una invención lingüística nuestra; una invención nuestra, una
construcción nuestra. Pero los números primos y sus problemas no lo son: a estos los
descubrimos en un mundo objetivo, que realmente hemos inventado o creado, pero que
(como todas las invenciones) se vuelve objetivado, separado de sus creadores e
independiente de su voluntad (…)”97.
Pasa lo mismo con el tema de las ideas, siempre se ha discutido en la filosofía sobre la
consistencia de las ideas: ¿cuál es el ser de las ideas? ¿existen realmente? ¿poseen un ser
97
Ibid, p. 44.
52
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
propio, y por tanto, autónomo? En el pensamiento popperiano son los hombres los
creadores del mundo de las ideas, pero ocurre igual que las matemáticas, una vez que estos
crean las ideas, ellas adquieren cierta autonomía e independencia. Por ejemplo, un literato
crea una novela, pero una vez que la escribe, ella como un ser que salió de su interior,
como un vástago, toma una realidad propia. En definitiva, el Mundo 3 es autónomo en lo
que podríamos llamar su condición ontológica, aunque genéticamente sea producido por
nosotros98.
“No puede negarse que en el mundo 1 hay cosas tales como aviones. Pero tampoco
puede negarse que los aviones son productos del mundo 3, esto es, de teorías, de
proposiciones: de hipótesis sobre hechos del mundo 1. Ciertamente considero la más
impresionante demostración de la realidad del mundo 3 el hecho de que la técnica se
manifieste principalmente en el mundo físico, el mundo 1, pero que, no obstante, sea
enormemente dependiente de las teorías; y ciertamente del contenido de las teorías, en
modo alguno de la formulación más o menos casual... Se construyen aparatos fotográficos
muy similares y aproximadamente las mismas lentes sobre la base de cálculos que son
distintos en su formulación lingüística. El contenido de las teorías es objetivo y autónomo
y ejerce una influencia sobre el mundo 1. Y esto muestra que este mundo 3 de teorías, de
contenidos lingüísticos, existe realmente... Pero el mundo 3 también surge como trama de
hipótesis y suposiciones que frecuentemente no son formuladas en lenguaje escrito o
hablado; así, pues, aún no configuradas en el mundo 1”99.
98
K. R. POPPER. Conocimiento objetivo. Op. Cit., p. 154.
99
K. R. POPPER. El universo abierto. Un argumento en favor del indeterminismo. Op. Cit., pp. 116-117.
53
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
Se dijo al principio de la teoría de los tres mundos que la materia evolucionó en lo que
es la mente humana para poder entenderse a sí misma, y por tanto, aún quedan muchas
maravillas por descubrir o por inventar, y de esta manera el Mundo 3 o de las creaciones
humanas seguirá activo y quién sabe, si sea la antesala de un Mundo 4, o más allá de la
teoría de los tres mundos. De igual modo, este proceso evolutivo no es explicable desde
una perspectiva puramente material, si se reflexiona sobre la esencia de la materia y sobre
la irreductibilidad de la razón humana a la materia.
Los tres mundos que conjetura Popper y los señala como estructura de la realidad
universal que conocemos, no están enteramente divididos entre sí. Sino que más bien se
da una especie de relación entre ellos. El Mundo 1, por su parte, el de lo físico-material,
interactúa con el Mundo 2, de la experiencia psíquico-mental. Lo interesante entra aquí
cuando se reflexiona seriamente sobre él cómo una entidad física entra en contacto o en
relación con algo psíquico, se puede ir más allá, con los productos o creaciones de la
mente humana y viceversa (Mundo 3).
“[…] los objetos del Mundo 3, tales como las teorías, interactúan de hecho con fuerza,
con el Mundo 1, físico. Los ejemplos más simples son los modos en que hacemos cambios
en el Mundo 1 cuando construimos, digamos, reactores nucleares o bombas atómicas o
rascacielos o aeropuertos, de acuerdo con planes y teorías del Mundo 3 que son con
frecuencia, sumamente abstractas”100.
100
Ibid, p. 139.
54
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
efectos físicos (Mundo 1). Junto a esto se da un segundo nivel, una enfermedad por lo
general provoca alguna molestia (en la mayoría de los casos dolor); es un efecto psíquico
(Mundo 2). Y finalmente, el ser humano se inclina por necesidad a encontrar una solución
a dicha enfermedad, a buscar una cura, un antídoto; es decir, crea soluciones a través de
la teoría, la técnica y la tecnología, con la cual quiere eliminar o disminuir los efectos tanto
físicos como psíquicos de la enfermedad (Mundo 3). En esta relación del Mundo 1 con el
2 y con el 3, que plantea Popper, tiene lugar la configuración de la realidad:
101
K.R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., pp. 45-46.
55
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
puede, hasta cierto punto, con la inteligencia humana, tratar de controlar la interacción
violenta que tiene lugar en el Mundo físico.
Los tres mundos se pueden vislumbrar como una explicación estructural bastante
lógica de la realidad existente, por lo menos la que hasta ahora conocemos. Sin embargo,
esta teoría pluralista de Popper también hace posible la introducción de las realidades que
aún son un misterio para el intelecto humano. Pues este crear y estructurar hipótesis sin
tener ninguna evidencia en el Mundo 1, es decir donde se hace posible la verificación; con
la ayuda del Mundo 2 y del Mundo 3. En este último se encuentra el conocimiento en
sentido objetivo, producto de la mente del hombre, la cual es posible codificarla
materialmente por medio del lenguaje: la filosofía, la teología, la misma actividad
científica, la historia, la literatura, la tecnología, etc.
102
K. R. POPPER. El yo y du cerebro. Op. Cit., p. 235.
56
CAP. II: LA CIENTIFICIDAD Y EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
Aquí se introduce lo que llamo Mundo 4, el cual lo hace posible el Mundo 3. Esta nueva
realidad nace de la esencia de los tres mundos: la realidad metafísica. Planteaba, contrario
a Popper, que el Mundo 1 no puede ser el fundamento de toda la existencia. Sin embargo,
se puede tener una explicación lógica si se añade como causa primera, la de un Mundo 0,
es decir, un mundo fuera de la existencia que haga posible la existencia, y que no se
reduzca al aspecto puramente físico.
La metafísica, de este modo, vuelve a retomar un sentido más profundo para la ciencia.
Ya no es una simple demarcación entre lo que es ciencia y lo que no lo es, se habla ahora
de que los fundamentos que hacen posible a la ciencia descansan más allá de lo físico o
material. De esta forma, la metafísica adquiere una significación más importante que la ya
proporcionada por la demarcación realizada por Popper. Ahora pasa a ser parte esencial
de la ciencia. Entre la metafísica y la ciencia debe existir una estrecha relación, teniendo
como finalidad la construcción de una cientificidad que sea capaz de acercarse lo más que
pueda a la verdad. Pues esta es la meta buscada por todo hombre de ciencia, ofrecer
conocimientos cada vez más acabados, completos, coherentes y consistentes de la realidad
que interpela al hombre, la cual le produce admiración, lo motiva a la investigación y a la
comprensión de las incógnitas del mundo y de su propia existencia.
103
K. R. POPPER. El universo abierto. Un argumento en favor del indeterminismo. Op. Cit., p. 109.
57
CAPÍTULO III
Karl Popper desarrolla una metodología científica que abre horizontes para la ciencia
mayores quizás a los que él imaginó. No obstante, muchas de sus propuestas más tarde
fueron refutadas, como es el caso de la falsabilidad, por carecer esta de una buena
fundamentación (al parecer), que garantizara el progreso de la ciencia. Filósofos de la
ciencia como Kuhn, Lakatos y Feyerabend, criticaron los puntos débiles de Popper,
mejorándolos en ocasiones y en otras, en cambio, eliminándolos del contexto científico.
Por otro lado, a pesar de las fallas de Popper, en su pensamiento se encuentra inserta
la preocupación por el conocimiento, la búsqueda constante de la verdad como ya se ha
desarrollado en los capítulos anteriores. Él ha propuesto una realidad dinámica, creativa y
capaz de ser causa de emergencia de cosas nuevas. Desde su crítica a la inducción, su
propuesta deductivista, la falibilidad antropológica, la incapacidad de alcanzar una verdad
científica absoluta, su teoría de los tres mundos (de los cuales propuse la teoría del Mundo
(0), como mundo causal del mundo de los objetos físicos, psíquicos y creativos; y de igual
modo, el sentido que le otorga Popper a las proposiciones metafísicas.
Todos estos puntos van dirigiendo al pensamiento de este filósofo vienés, a una
apertura de la ciencia a la concepción metafísica. Al no encontrar una fundamentación
segura en lo simplemente científico, verificable, justificable y experiencial, entonces hay
que dejar el camino abierto a algo que no sea limitado por los conceptos espacio-
temporales, por los que está limitado el mundo material. De aquí que para lograr la
construcción de un quehacer científico que sea capaz de acercarse mucho más a la verdad
de lo real, se hace necesario un diálogo abierto entre ciencia y metafísica.
59
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
60
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
104
Cfr. J. NAVARRO. Karl Popper, un filósofo con los pies en el suelo. Universidad Internacional de
Cataluña., p. 2.
105
Ibid.
106
K. R. POPPER. La Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p.57.
61
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
“[…] no es una de las tesis de L.I.C., ni tampoco tiene el papel de una presuposición en
ningún lugar. Y sin embargo, está ahí. Forma una especie de trasfondo que da sentido a
nuestra búsqueda de la verdad. La discusión racional, es decir, la argumentación crítica
con el propósito de acercarse más a la verdad, carecería de sentido sin una realidad
objetiva, un mundo cuyo descubrimiento hacemos nuestra tarea”108.
Popper es un realista, pero no deja de ser al mismo tiempo un metafísico. De aquí que
su realismo ha de llamarse “realismo metafísico”. En su autobiografía de 1974 Popper
argumentando del PostScript, expresa:
107
Ibid, p. 252.
108
K. R. POPPER. Realismo y objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 121.
109
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., pp. 200-201.
62
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Algunos autores podrían criticar del realismo metafísico de Popper, que es incoherente
con su teoría del conocimiento científico; sin embargo, es del todo compatible. Esto se
evidencia en su racionalismo crítico, cuando sostiene que ninguna teoría científica puede
ser tomada como una verdad incuestionable e irrefutable acerca del mundo. Esto tampoco
quiere decir que las hipótesis formuladas por la actividad científica deben estar al margen
de la realidad, pues es precisamente esto lo que les otorga su condición de “científicas”110.
El realismo para Popper, se basa en la defensa de un mundo real, concreto, material y que
interpela al ser humano111. Esto es contrario a un idealismo, en el cual solo lo que es
producto de la mente es posible llamarlo real.
"El realismo nos explica por qué nuestra situación de conocimiento es necesariamente
precaria. Si, por otro lado, alguna forma de idealismo es cierta, entonces cualquier cosa
puede pasar y, por tanto, posiblemente también aquello que sucede. Con esto el realismo
es, de las dos teorías metafísicas, la más fuerte lógicamente. Es preferible por razones
lógicas: el idealismo metafísico resulta estar vacío de todo poder explicativo"112.
110
Cfr. J. NAVARRO. Karl Popper, un filósofo con los pies en el suelo. Op. Cit., p.2.
111
Para comprender mejor la usanza que da Popper al término “real”, es preciso acercarse al siguiente texto:
“Me da la impresión de que el uso más central del término “real” es el que se hace para caracterizar las
cosas materiales de tamaño ordinario, cosas que puede manejar un bebé y (preferiblemente) meter en la
boca. A partir de ahí, la usanza del término “real” se extiende primero a cosas mayores, cosas demasiado
grandes para que las manejemos, como trenes, casas, montañas, la tierra y las estrellas, así como cosas
menores, como partículas de polvo o insectos diminutos. Por supuesto, se extiende también a los líquidos y
al aire, a los gases y a las moléculas y átomos”. (K. R. POPPER. El yo y su cerebro. Op. Cit., p. 10).
112
K. R. POPPER. Realismo y Objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 102.
63
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
demostrable, al igual que todo lo que caiga fuera del campo de la lógica y la aritmética finita,
pero mientras que las teorías científicas empíricas son refutables, el realismo ni siquiera lo es”113.
El realismo de Popper, por otro lado, es una relación entre la existencia real de un
mundo exterior o Mundo 1, y la existencia del mundo de los productos de la creatividad
de la mente humana o Mundo 3, tales como hipótesis, conjeturas y teorías. Sin embargo,
donde falla Popper es en la relación que existe entre estos dos mundos, para lograr una
explicación de la realidad.
“El realismo de Popper queda en una afirmación bastante trivial acerca de la existencia
del mundo exterior al sujeto, y en una postura que señala la dirección realista de nuestro
conocimiento, pero que se revela incapaz de dar razón del valor real concreto de ese
conocimiento. […] La teoría del conocimiento de Popper se encuentra desligada de sus
afirmaciones realistas; dicho de otro modo, el realismo de Popper se agota en la afirmación
de una realidad independiente de nuestras experiencias subjetivas, pero no llega a influir
seriamente en su teoría del conocimiento, pues no da razón de que conozcamos la realidad
en concreto”114.
113
K. R. POPPER. Conocimiento objetivo. Op. Cit., pp. 45-46.
114
M. ARTIGAS. Karl Popper: Búsqueda sin término., pp. 116-117.
64
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
115
Término que procede del griego "atomos", indivisible. El atomismo fue la doctrina defendida por Leucipo
y por Demócrito de Abdera, en la que se afirma que la realidad se compone de átomos, siendo los átomos
partículas materiales infinitamente pequeñas e indivisibles. (http://www.webdianoia.com).
116
El tema del “Positivismo Lógico” y su ataque exacerbado contra todo enunciado metafísico se desarrolló
con detalle en el Capítulo I de este trabajo de investigación.
117
R. CARNAP. “La superación de la metafísica mediante el análisis lógico”. En: Ayer, A. J. (comp.). El
positivismo lógico. México, 1965., p. 66.
65
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Pero, ¿cómo realiza Popper tal hazaña?, ¿cómo desde un contexto científico, y por
tanto, contrastable con la experiencia, postula que es posible hablar en la ciencia de algo
que escapa a la pura percepción experiencial? Ante todo hay que reconocer el perfil
científico de Popper, él es un hombre de ciencia. No obstante, se convierte en filósofo
desde el momento en que comenzó a poner en duda el proceder de la ciencia de los
positivistas, y su método de acercarse a la verdad de la realidad del mundo y del cosmos.
66
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
y lo que le pertenece en propio. Esta ciencia no se confunde con ninguna de las llamadas
ciencias particulares, pues ninguna de ellas considera en general el ser en tanto que ser,
sino únicamente una parte del mismo" (Met., Γ, Ι, 1003 a 20)”118.
118
J. F. MORA. Diccionario de Filosofía. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1965., p. 1238.
119
A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Ser y Pensar. Blog de filosofía., p. 1.
120
K. R. POPPER. Conjeturas y Refutaciones. Op. Cit., p. 63.
121
Ibid.
122
Un ejemplo de estos, son las hipótesis científicas, las cuales tienen origen en la razón humana, y por tanto
poseen el carácter de metafísicas, y estas a su vez son el objeto que mueven el ejercicio de la falsabilidad.
67
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
La metafísica de Popper no se ubica en una línea de las esencias o de las últimas cosas,
al menos aparentemente. Este no trata los problemas concernientes al sentido exacto de
los términos, ya que esto conllevaría la búsqueda del ser de las cosas. En esto Popper se
muestra un tanto reacio, debido a su marcada posición antiesencialista125. Toda pregunta
que lleve como dirección la partícula “qué es”, representa para el filósofo de la ciencia un
problema al cual prefiere no referirse, ya esta pregunta lleva consigo el objetivo de
encontrar la esencia de lo que se pregunta. Al respecto, Popper sostiene que el sentido de
un término solo puede regirse por convenciones:
“No existe una esencia de la filosofía, algo que pudiera destilarse y condensarse en una
definición: todas las de la palabra «filosofía» podrán tener tan sólo el carácter de una
convención, de un acuerdo; y, en todo caso, no veo mérito alguno en la propuesta arbitraria
de definir dicha palabra de modo que impida a todo estudioso de la filosofía el que intente
contribuir al avance de nuestro conocimiento del mundo”126.
123
El programa metafísico de investigación es una estructura que tiene como origen una proposición
metafísica, y de la cual es posible extraer un conocimiento científico. Por su parte, Imre Lakatos habla sobre
estos programas de investigación, pero agregándole su propio matiz: “Una ciencia consiste en un enorme
programa de investigación con: a) un núcleo firme de hipótesis con capacidad heurística: b) protegido por
un cinturón de hipótesis auxiliares que se modifican con mayor flexibilidad, según las anomalías que
aparecen.”. (I. LAKATOS. La metodología de los programas de investigación científica. Editorial Alianza.
Madrid, l983, p. 66-68.)
124
K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 231.
125
Cfr. K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 26. “Aún sigo pensando que este [el esencialismo]
es el camino más seguro a la perdición intelectual: el abandono de los problemas reales por mor de los
problemas verbales”.
126
K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 20.
68
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Una palabra para Popper no vale por sí misma en cualquier tiempo y espacio, sino que
está sujeta a cambios y, por tanto, a nuevas interpretaciones. Siguiendo una postura de la
filología, sostiene que “toda buena traducción es una buena interpretación del texto
original”127. Dota con esta frase de una gran importancia a la hermenéutica textual y
factual.
El contexto es el espacio donde una palabra tiene sentido, y en este caso la metafísica
que se inserta en el pensamiento popperiano hay que entenderla en su propio contexto.
Para Popper ninguna de las metafísicas postuladas hasta entonces agotan la significación
de la metafísica y su funcionalidad, ni la aristotélica, tomista o cartesiana128, por poner
algunos ejemplos. Estas solo representan convenciones, que bien pueden servir para
acercarse al concepto metafísico y comprenderlo, no obstante los argumentos bien
fundamentados que plantean los filósofos anteriores.
Sin embargo, surge nuevamente la pregunta: ¿qué es, entonces, la metafísica para
Popper? y ¿de qué manera es posible encontrarla en su propuesta filosófica-científica?
Luego de encontrar el primer vestigio de metafísica en su teoría de la demarcación, aquí
simplemente como una reivindicación respecto al pensamiento neopositivista, hay que
127
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 31.
128
Cfr. A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Op. Cit., p. 2.
69
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
intentar encontrarla más allá de una simple demarcación. Cuando Popper se refiere a la
filosofía en el prefacio de su primera obra, la Lógica de la Investigación Científica, lo
hace de una manera un tanto temerosa, es lo que se puede vislumbrar. Ya se ha dicho que
este filósofo es antiesencialista129, entonces ante la definición de lo que está realizando, es
decir, filosofía de la ciencia, llama a esta como un problema filosófico, evitando referirse
a conceptos como ser o esencia: “Creo, sin embargo, que, al menos, existe un problema
filosófico por el que se interesan todos los hombres que reflexionan: es el de la
cosmología, el problema de entender el mundo”130.
De esta manera ¿se puede concluir que la metafísica, en Popper, es simplemente una
parte de una demarcación entre lo que es ciencia y lo que no lo es? O, por otro lado, como
ya se trató en su realismo ¿es una simple fe metafísica en la existencia de regularidades
en la naturaleza? Aparentemente podría concluirse esto. Sin embargo, hay que tomar en
cuenta la figura de Popper como científico, un hombre investigador de los fenómenos, de
las cosas materiales, y un defensor de la verdad, que no la puede agotar la materialidad.
De este modo, hay que encontrar el sentido que Popper le concede a la metafísica en dos
vertientes: una material, como era de esperarlo, y la otra en su propuesta filosófica, dentro
de la que se encuentra su metodología deductiva, la falsabilidad, las hipótesis y conjeturas,
la falibilidad y la búsqueda constante de la verdad. Además ya en la madurez de su
pensamiento, aplica el mismo método crítico-racional a las proposiciones metafísicas, ya
que al igual que en la ciencia se pueden contrastar hipótesis, resultando unas falsas y otras
verdaderas o más razonables, así también pasa en las concepciones de la metafísica.
Por otro lado, la pregunta por la metafísica se puede referir casi de inmediato a la
pregunta por las causas. En Aristóteles se puede encontrar una interpretación del ser, en
129
La propuesta antiesencialista de Popper la plantea con la siguiente afirmación: “Nunca te permitas la
inclinación de tomar en serio los problemas acerca de las palabras y sus significados. Lo que ha de tomarse
en serio son las cuestiones de hecho y las aserciones sobre hechos: teorías e hipótesis; los problemas que
resuelven; y los problemas que plantean”. (K. R. POPPER. Autobiografía intelectual. Op. Cit., p. 26.
130
K. R. POPPER. La Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 6.
70
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
varios sentidos131, postulando cuatro causas: material, eficiente, formal y final132. De ellas
solo se tomará la material.
Por tanto, una Metafísica con mayúscula no pertenece a ninguno de los tres mundos,
pero sí “la metafísica de Aristóteles”, por poner un ejemplo, ya que es un producto de la
mente humana, y desde luego perteneciente al Mundo 3, que sostiene Popper. Además,
una acción metafísica como la anterior, puede dar como resultado la cosa metafísica, en
definitiva, las teorías metafísicas135. ¿Cuál es la diferencia entre ambas? Mientras el “hacer
metafísica” es una cuestión psicológica, la “teoría metafísica” es una cuestión lógica y
metodológica. Esta última es la que permite una relación con el proceder de la ciencia,
aunque ambas, tanto el hacer como la teoría, forman la entidad metafísica.
131
ARISTÓTELES. Metafísica. V. Op. Cit., p. 7.
132
Ibid, pp. 25-34.
133
Cfr. A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Op. Cit., p. 3.
134
Lo que existe es el mundo. Para Popper hay tres mundos, por el cual podemos decir que estos tres mundos
contienen cosas reales. El primer y el segundo mundo hacen referencia a Descartes, la res cogitans y la res
extensa, el mundo de la conciencia y el mundo físico (Cfr. K. R. POPPER. El cuerpo y la mente. Op. Cit., pp.
35-36), pero además proclama la existencia de un mundo más, el “mundo 3”, es decir su pluralismo, el
mundo de los productos de la mente humana, El Quijote de la Mancha, por ejemplo.
135
Cfr. A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Op. Cit., p. 3.
71
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
En esta clasificación se distingue una diferencia muy marcada, por un lado están las
teorías lógicas o metafísicas las cuales no pueden ser falsables; y por otro, las empíricas y
científicas que sí lo son. Es aquí donde tiene lugar el debate ciencia-metafísica, en la
irrefutabilidad empírica de la metafísica respecto de la ciencia, siendo esta última,
precisamente ciencia porque puede ser falsable, según sostiene Popper. Las teorías
filosóficas o metafísicas (véase aquí el carácter disyuntivo de estas dos expresiones,
dándole una peculiaridad respecto a las otras dos)138, no pueden ser refutables por medio
de la experiencia, ya que son proposiciones puramente existenciales: “Un enunciado
existencial estricto o puro se aplica a todo el universo y es irrefutable simplemente porque
no puede haber método alguno por el cual se lo pueda refutar”139.
136
K. R. POPPER. La Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 6.
137
K. R. POPPER. Conjeturas y Refutaciones. Op. Cit., p. 239.
138
Cfr. “[…] cuando (Popper) hace la diferencia entre las clases de teorías, como las lógicas y
matemáticas, las empíricas y científicas y las filosóficas o metafísicas, veremos que siempre va a separar
la filosofía de la metafísica con una “o”, a diferencia de las demás, en todo momento que hable de filosofía
va a adjuntar con una disyunción la otra palabra inseparable que es metafísica. “Filosofía o metafísica”
no dice otra cosa que forman una misma entidad, y hacer filosofía o hacer metafísica llegan a ser una
misma actividad”. (A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Op. Cit., p. 4).
139
K. R. POPPER. Conjeturas y Refutaciones. Op. Cit., p. 242.
72
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
“Hay una característica clara en todo hacer metafísica: es ser global, tener al cosmos
entero frente a ti. La ciencia solo se ocupa del cosmos, el metafísico o filósofo se ocupa del
mundo; la característica es su cosmología. En primer lugar es una reflexión, es el mirar
detenidamente una cosa. En segundo lugar, la cosa es el mundo. Supuestamente, esta
reflexión, al abarcar todo el mundo, al mismo tiempo pierda las cosas particulares del
mundo, de ahí que estas reflexiones tengan como resultado teorías sin comprobación
fáctica o particular. Hacer metafísica es una construcción mental del mundo, es una
suposición de lo que se cree que existe y la forma cómo se la descubre”140.
Ahora bien, hay que detenerse un poco en las teorías filosófico-metafísicas de Popper
y su carácter de irrefutabilidad. Es aquí donde entra la tercera etapa del pensamiento
metafísico de Popper, adquiriendo esta cierta formalidad, y representando para ella un
cambio positivo. En su primera obra de 1934, la Lógica de la Investigación Científica, la
metafísica era una simple demarcación o creencia estructurada de ideas un tanto oscuras
a las cuales la razón crítica no tenía acceso. En cambio, ya en la obra Conjeturas y
Refutaciones, del año 1963, las concepciones metafísicas pueden ser objeto de discusión
crítica. En uno de sus últimos escritos Búsqueda sin término, publicada en el 1976,
también aparece la actitud crítica respecto de la metafísica:
140
A. PEREIRA. Popper y la metafísica. Ibid.
73
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
“La lógica de la investigación_ científica era el libro de un realista, aunque por aquel
tiempo no hubiese pretendido decir gran cosa sobre el realismo. La razón estaba -en que
entonces no me había dado cuenta de que una posición metafísica, aunque no fuese
contrastable, podía ser racionalmente criticable o argüible. Yo había confesado ser realista
pero pensando que esto no pasaba de una confesión de fe (...)”141.
141
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 200.
142
Cfr. K. R. POPPER. Conjeturas y refutaciones. Op. Cit., p. 241.
143
Ibid., pp. 241 y 242.
74
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Popper considera que estas cinco tesis son falsas, aunque sean irrefutables. Sostiene
que el idealismo metafísico es falso frente al realismo metafísico que es verdadero. Claro
está, no es una postura que resulta de un conocimiento demostrable ni contrastable
científicamente; no obstante, es bastante razonable, pues posee argumentos más fuertes
que el idealismo144. Las razones por las que dice que son falsas la podemos extraer de sus
propias palabras:
“Tal es nuestra lista. He elegido los ejemplos de manera tal que pueda decir de cada
una de esas cinco teorías, después de cuidadosa consideración, que estoy convencido de
que es falsa. Para decirlo con mayor precisión: primero y ante todo, soy un indeterminista;
segundo, soy un realista; tercero, un racionalista. Con respecto a los ejemplos cuarto y
quinto, admito gustosamente —junto con Kant y otros racionalistas críticos— que no
podemos poseer nada semejante a un pleno conocimiento del mundo real, con su riqueza y
su belleza infinitas. Ni la física ni ninguna otra ciencia pueden ayudarnos a lograr tal fin.
Pero estoy seguro de que tampoco puede ayudarnos la fórmula voluntarista: "El mundo es
voluntad". Y en cuanto a nuestros nihilistas y existencialistas que se aburren (y quizás
aburren a otros también), sólo puedo sentir piedad por ellos. Deben ser ciegos y sordos,
los pobres, pues hablan del mundo como un ciego de los colores del Perugino o como un
sordo de la música de Mozart”145.
Una crítica que puede surgir de las razones que da Popper para concluir la falsedad de
estas cinco teorías, es su punto de origen subjetivo. El filósofo austriaco al parecer echó a
un lado la objetividad y se centró demasiado en su opinión personal. Esto se hace evidente
cuando utiliza las siguientes palabras: “estoy convencido”; “soy un indeterminista146”
144
Cfr. P. GARCÍA Y P. MOREY. Ciencia y Metafísica en el pensamiento de Karl Popper. Epistemología e
Historia de la Ciencia. Volumen X. Universidad Nacional de Córdoba, 2004., p. 5.
145
K. R. POPPER. Conjeturas y refutaciones. Op. Cit., p. 241.
146
“Yo personalmente creo que la doctrina del indeterminismo es verdadera y que el determinismo carece
por completo de fundamento. Entre las razones de mi convicción destaca el argumento intuitivo de que la
creación de una obra nueva, tal como “Sinfonía en sol menor de Mozart, no puede predecirse en todos sus
detalles por un físico o un fisiólogo que estudie con detalle el cuerpo de Mozart, especialmente su cerebro
y su entorno físico. La opinión contraria parece, intuitivamente absurda; en cualquier caso, parece obvio
que sería dificilísimo dar argumentos razonables en su favor y que no hay nada en el momento actual,
75
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Ahora bien, si todas las teorías filosóficas son irrefutables, y además pueden someterse
a la discusión y a la crítica, surge la siguiente pregunta: ¿de qué manera se puede distinguir
entre las teorías filosóficas verdaderas y las falsas? Popper respondiendo a esta inquietud
dice que lo primero que hay que tomar en consideración es la relación que debe existir
entre la teoría propuesta y los problemas a los que posiblemente puede dar soluciones
acertadas, y ofreciendo, además, una serie de pautas a seguir para el sometimiento crítico
de estas teorías filosóficas.
“Mi solución es ésta: si una teoría filosófica no fuera más que una afirmación aislada
acerca del mundo, que nos la arrojan diciéndonos tácitamente: "Tómela o déjela" y sin
ninguna sugerencia de conexión con alguna otra cosa, entonces estaría realmente más allá
de toda discusión (…) En otras palabras, toda teoría racional, sea científica o filosófica, es
excepto un prejuicio cuasi-religioso para apoyar esa opinión o el prejuicio de que la omnisciencia de la
ciencia se aproxima de alguna manera, aunque sólo sea en principio, a la omnisciencia divina”. (K. R.
POPPER. El universo abierto. Op. Cit., p.64).
147
“(…) doctrina de que la estructura del mundo es tal que cualquier suceso puede ser racionalmente
predicho, con cualquier grado de precisión que se desee, si contamos con una descripción suficientemente
precisa de los sucesos pasados junto con todas las leyes de la naturaleza”. Op. Cit., p. 25.
148
K. R. POPPER. Teoría cuántica y el cisma en Física. Editorial Paidós, 1982., p. 222.
76
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Para Popper la solución de los problemas concretos con los que se enfrenta el hombre
en la realidad, es lo que representará el grado de verdad o falsedad de una teoría filosófica
irrefutable. Por tanto, debe existir una especie de conexión entre estas tesis metafísicas, y
el mundo real y material. De aquí puede extraerse otro vestigio de acercamiento entre la
ciencia y la metafísica, que luego se llamará “programa metafísico de investigación”. De
este modo, cuando se presenta una teoría metafísica incontrastable, pero sí criticable, se
pueden evaluar y tratar de buscarle una solución que diga si es verdadera o falsa a través
de las siguientes preguntas: “¿Resuelve el problema? ¿Lo resuelve mejor que otras
teorías? ¿Ha desplazado simplemente el problema? ¿Es simple la solución? ¿Es fecunda?
¿Contradice otras teorías filosóficas necesarias para resolver otros problemas?”150
Estas preguntas son una clara evidencia de que teorías con las características de ser
irrefutables pueden ser sometidas a una discusión racional, sin caer en una contradicción
lógica. En definitiva, ya se ha demostrado la estrecha relación que existe entre la filosofía
y la metafísica en Popper, y su carácter de irrefutabilidad que une a ambas. Se ha
desarrollado, de igual forma, la tercera etapa del pensamiento metafísico popperiano,
aunque no en su totalidad, pues el culmen de su filosofía metafísica son los programas
metafísicos de investigación.
Estos son los que permiten una relación inherente a lo científico con lo metafísico,
debido a que uno da paso al otro. Pero estos programas ¿no serán un indicio de que la
ciencia por sí misma no se sostiene y que necesita de algo que esté fuera de ella? En todo
su pensamiento, Popper sostiene que la ciencia es un acercamiento a la verdad, ¿puede,
149
K. R. POPPER. Conjeturas y refutaciones. Op. Cit., p. 245.
150
Ibid, p. 246.
77
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
78
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
“Hilbert en 1900 convoca un congreso en París con una intención, lleva a allí a los
mejores investigadores en el ámbito de la lógica, de la epistemología, de la matemática. Su
intención es elaborar un sistema axiomático, por tanto racional según se entendía la razón
humana que tratara de acabar con esta crisis de la ciencia (¿la ciencia por sí sola es
completa?) y que pudiera dar explicación de todo. Cuántas veces se nos ha dicho: esto está
dicho con rigor matemático, como si fuera la máxima expresión del rigor, tamaño error.
Pues bien esto era el sueño del racionalismo. Sin embargo, tiempo después se reúnen de
nuevo los investigadores en cuestión y llegan a una terrible conclusión. No solamente no
han podido elaborar ese sistema axiomático totalmente completo, sino que algunos han
demostrado de un modo formal, por tanto lógico, que es imposible. (…) Y aquí están tres
grandes teoremas: Teorema de Guedel, teorema de Debens, Hayn Scolem y el teorema de
Chals. ¿Qué dicen estos teoremas? Estos teoremas están elaborados en una parcela de la
lógica-matemática un poquito más compleja de lo habitual, es la lógica de predicados de
orden superior, no es por tanto, la lógica habitual, la lógica de enunciados que se estudia
en cualquier fin, es decir, en psicología, o en el bachillerato. Lo que explican estos teoremas
es que “la fórmula que demuestra la coherencia de un sistema racional no pertenece a ese
sistema racional”. Es decir, que para fundamentar la ciencia, hay que salir de ella, porque
su fundamento no pertenece a ella. (…) De tal modo, por ejemplo, que para fundamentar
la matemática, necesito principios meta matemáticos, extra matemáticos, y por eso la
matemática no es ninguna ciencia exacta, sino que es exacta siempre y cuando ponga yo
unos fundamentos que están más allá”152.
151
“David Hilbert es una de esas figuras que marca una nueva época en las Matemáticas. Como veremos,
realizó importantes contribuciones en muy distintas áreas (Álgebra, Geometría, Teoría de Números,
Análisis Funcional, Física, etc.) pero, sobre todo, desarrolló nuevos métodos y técnicas que provocaron
cambios radicales en la manera de entender y desarrollar la matemática”. (F. BOMBAL. David Hilbert: La
búsqueda de la certidumbre. Real Academia de Ciencias de España. Facultad de matemáticas, Universidad
Complutense, Madrid, 2013. Doc. PDF., p. 1).
152
P. DOMÍNGUEZ. Conferencia Fe y Razón. Madrid. Video. Fuente: You Tube. Jueves 23 de febrero de
2017, 9:53:00 am.
79
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
153
Cfr. “Res Extensa. Del latín “res”, cosa. Las substancias corpóreas o materiales. El atributo por el que
conocemos esta substancia, el que constituye su naturaleza y esencia, y del que dependen todas las demás,
es la extensión en longitud, anchura y profundidad. El resto de características que podamos atribuir a
los cuerpos (como la figura y el movimiento) presuponen la extensión. Descartes presenta con estas ideas
una concepción geométrica o matematizante de la realidad física, puesto que considerará como reales sólo
aquellas propiedades físicas que se pueden describir matemáticamente. Los animales son pura extensión,
no poseen mente alguna. Res Cogitans. Del latín “res”, cosa, y “cogito”, pensar. La mente o substancia
pensante. El atributo por el que conocemos esta substancia, el que constituye su esencia y del que dependen
todas las demás es el pensamiento. Todas las propiedades que encontramos en la “res cogitans” no son
sino diferentes modos de pensar: la imaginación, el sentimiento y la voluntad, dependen de tal modo de una
cosa que piensa, que no podemos concebirlos sin ella. Recordamos que, en realidad, con “pensar” no se
refiere aquí Descartes al pensamiento en sentido estricto sino propiamente al “ser consciente de”, a todo
aquello que puede estar acompañado de consciencia. Por esto, como nos dice en las “Meditaciones
Metafísicas”, “una cosa que piensa es una cosa que duda, que entiende, que concibe, que afirma, que niega,
que quiere, que no quiere, que imagina también y que siente”. (J. ECHEGOYEN OLLETA. Historia de la
Filosofía. Volumen 2: Filosofía Medieval y Moderna. Editorial Edinumen. (Revista de Filosofía Digital. 17
de marzo 2017- 9:30 am).
80
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Por otro lado, otro conocimiento que entra dentro de la categoría de lo metafísico y que
representó para el hombre desde sus primeros inicios un intento de explicar la realidad
que le interpelaba fue la astrología. Esta tiene su origen en un conocimiento mítico-
religioso, que buscaba explicaciones a los fenómenos naturales en la acción de los dioses
sobre el mundo. Tiempo después y con el avance de la ciencia, estas creencias se fueron
transformando en teorías científicas, y se comprobó que realmente existía una influencia
de los astros sobre la tierra, atribuyendo a las entidades planetarias poderes, pero que esta
vez era posible calcularlos matemáticamente155. De aquí que lo iniciado por un simple
acto de fe, y por tanto metafísico, no estaba tan lejos de una explicación real, como lo
comprobó la ciencia tiempo después.
Se puede decir que en la base de todo cambio científico hay proposiciones metafísicas.
El filósofo A. Koyré156 en su libro Pensar la ciencia, tiene un capítulo que lleva por
154
K. R. POPPER. Realismo y el objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 219.
155
Cfr. R. F. FEBRER. Verdad y realismo en la obra de Karl Raimund Popper. Op. Cit., p. 346.
156
Cfr. “Alexandre Koyré judío-ruso nacido en Taganrog en agosto de 1892, fue ante todo filósofo e
historiador de la ciencia. Precoz intelectual, a los 13 años empleaba su tiempo libre en leer las
Investigaciones lógicas de Edmund Husserl; su enorme capacidad políglota le permitía, muchas de las
veces, leer las obras de su interés en la lengua en la que fueron escritas originalmente por sus autores. Muy
joven emigró al centro de Europa, inicialmente a Alemania, en donde estuvo de 1908 a 1912, año este
último en el que se traslada a Francia en donde radicó la mayor parte de su vida. Fue discípulo de Edmund
Husserl y Henri Bergson y fue maestro de Thomas S. Kuhn y Bernard Cohen entre otros”. (B. GEORGINA Y
81
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
nombre Influencia de las concepciones filosóficas en las teorías científicas. Plantea este
pensador que la ciencia sería imposible sin un sistema filosófico como fundamento. Para
esto propone tres postulados157:
Anteriormente se han planteado las etapas del pensamiento metafísico de Popper. Los
programas de investigación pertenecen a la 3ra. y última etapa de su concepción
metafísica. Esta se puede catalogar como la oficialización de la misma, valorándola con
82
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
“(…) las hipótesis metafísicas son importantes para la ciencia al menos en dos sentidos:
antes que nada, para tener una visión general del mundo, precisamos hipótesis metafísicas.
En segundo lugar, en el estado actual de nuestra investigación, nos guiamos por programas
metafísicos de investigación”158.
158
K. R. POPPER. El yo y su cerebro. Op. Cit., p. 496.
159
Cfr. P. GARCÍA Y P. MOREY. Ciencia y Metafísica en el pensamiento de Karl Popper. Op. Cit., p. 6.
160
Cfr. K. R. POPPER Teoría cuántica y el cisma en física. Op. Cit., p. 181.
83
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
“-El universo en bloque de Parménides, que contiene como ideas generales la negación
del vacío, del movimiento y del cambio, al mismo tiempo que sostiene la necesidad de una
imagen racional del mundo basada en la deducción y el principio de contradicción.
-El atomismo, cuyas ideas generales son que el mundo consiste en átomos y vacío.
-La geometrización, tal como aparece en la cosmología del “Timeo” de Platón, en la cual
se considera que el mundo físico es espacio lleno de materia, siendo la materia espacio
formado o moldeado.
-El esencialismo y potencialismo de Aristóteles, que se caracteriza por su negación del
vacío y la afirmación de la existencia de substancias con esencias que se despliegan
pasando de la potencia al acto.
- También la física del Renacimiento, con Copérnico, Bruno, Kepler y Galileo, que en gran
medida restaura la cosmología geométrica de Platón y emplea el método hipotético
deductivo”.
Todos estos programas metafísicos de investigación son discutibles, por tanto, pueden
ser objeto de análisis para considerárseles con el carácter de científico o no. El mismo
Popper al respecto dice: “los programas metafísicos de investigación están abiertos a la
discusión y pueden ser cambiados a la luz de la esperanza que inspiran o de los
desengaños de los que pueden considerarse responsables”162. Por otro lado, hay que
destacar que cada uno de estos programas no plantea sus teorías alejados de la realidad,
a pesar de su categoría de metafísicos, sino que son problemas propios de la física los que
estos sostienen. Por ejemplo, los problemas del cambio, el espacio, el de los átomos y el
vacío, al igual que el de la estructura atómica de la materia163.
161
Ibid, pp.182-184.
162
K.R. POPPER. Realismo y el objetivo de la ciencia. Op. Cit., p. 232.
163
Cfr. P. GARCÍA Y P. MOREY. Ciencia y Metafísica en el pensamiento de Karl Popper. Op. Cit., p. 8.
84
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Esto hace constatar que la búsqueda del conocimiento cierto, y por ende verdadero,
tiene como aristas dos concepciones que aparentemente son contrarias: lo físico y lo
metafísico. Sin embargo, su vinculación en el campo de la cognición humana es lo que
164
E. A. BURTT. Los fundamentos metafísicos de la ciencia moderna. Editorial Sudamericana. Buenos Aires,
1960., p. 67.
165
K. R. POPPER. Realismo y el objetivo de la ciencia. Op. Cit., pp. 199-200.
85
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
permitirá que cada vez el hombre esté más cerca de descubrir las realidades que aún
representan un misterio para él. Esto por la simple conjetura de que el universo no es
determinado por lo puramente material, es una realidad más compleja que abarca un sinfín
de posibilidades gracias a su característica más importante: su creatividad emergentista166.
166
La creatividad emergentista se refiere a que el universo está en constante dinamismo, surgiendo de él
nuevas realidades. Un ejemplo de esta emergencia es la vida y la misma consciencia humana.
167
“Los valores son cualidades irreales, porque carecen de corporalidad, pero su estructura difiere de la
de los objetos ideales, asimismo irreales, pues mientras estos últimos pertenecen propiamente a la esfera
del ser, sólo de cierto modo y habida cuenta de la pobreza del lenguaje puede admitirse que los valores
"son". Mas no sólo esto: el valor no puede confundirse con el objeto ideal, porque mientras éste es
concebido por la inteligencia, el valor es percibido de un modo no intelectual, aun cuando lo intelectual no
pueda tampoco excluirse completamente de la esfera de los valores. (…) Dentro de este marco ha insertado
la teoría actual de los valores sus debates e investigaciones, especialmente los que se han referido al
carácter absoluto o relativo de los valores, es decir, los que han tomado como punto de partida para una
axiología la determinación del valor como algo reductible esencialmente a la valoración realizada por los
sujetos humanos o como algo situado en una esfera ontológica y aun metafísica independiente. Pues
mientras unos, siguiendo inconscientemente”. (J. FERRATER MORA. Diccionario de filosofía. Op. Cit., p.
868).
86
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
concepción es tan importante que es una de las incógnitas más interesantes que posee la
ciencia: entender el porqué y el para qué de la vida. Cómo esta ha evolucionado desde
simples bacterias hasta las formas más complejas de células vitales que hacen posible el
pensamiento humano, llegando de esta forma a la más compleja de todas las
construcciones: la conciencia humana. Esta, se puede afirmar, es la que hace posible la
comunicación de un mundo que aparentemente es simple materia con otro que trasciende
todas las formas físicas existentes, el mundo de lo metafísico. De ahí se puede sostener
que una de las características del elemento metafísico en el hombre es precisamente su
sentido humano, que es toda una amalgama de realidades, desde los sentimientos, los
sentidos, hasta su capacidad de razonar.
La ciencia debe estar siempre al servicio del ser humano y no al contrario. De aquí que
la verdad debe ser siempre su meta. Sin embargo, existe la posibilidad de dirigir el
conocimiento científico por caminos que no son los más adecuados ni los más honestos
en beneficio del hombre. Es por esta razón que lo ético no debe estar separado de la
cientificidad, sino que ambas concepciones deben ir de la mano.
168
K. R. POPPER. Conjeturas y refutaciones. Op. Cit., p. 458.
87
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Tiempo después, para los años 1960, Popper retoma el tema de las relaciones existentes
entre la cientificidad y los principios morales. Esta relación se hace evidente en el
“addendum”171 de 1961 a su obra La sociedad abierta. A propósito de su crítica al
relativismo, Popper trató la problemática de las relaciones de los hechos y las normas
morales172. Al relativismo lo considera como la enfermedad filosófica más importante173.
Esta enfermedad puede sanarse con la implementación de la teoría de la verdad de
Tarski174, que tanta influencia tuvo en su pensamiento. Sin embargo, esta solo aplicaba al
campo de los hechos, no a lo referido a las normas175. Entonces, hay que buscar un punto
en común entre ambos elementos, en el que la interacción del ámbito científico y moral
sea posible. Esto se explica de la siguiente manera:
169
Cfr. J. F. MARTÍNEZ SOLANO. El problema de la verdad en K. R. Popper: Reconstrucción histórico-
sistemática. Editorial Gesbiblo, S. L. Madrid, 2005., p. 286.
170
Cfr. K. R. POPPER. Lógica de la Investigación Científica. Op. Cit., p. 82.
171
“Addendum” (Apéndice).
172
Cfr. K. R. POPPER. La sociedad abierta. Editorial Paidós, Barcelona., pp. 369-396.
173
Cfr. Ibid.
174
“Para Tarski, la verdad ha de entenderse como correspondencia entre las oraciones y los referentes de
estas en un modelo en el que se interpretan. No obstante, la noción de correspondencia no resultaba
suficientemente precisa, siendo a lo sumo una metáfora, por lo que a Tarski le pareció más precisa, aunque
no perfecta, la definición que daba Aristóteles en el libro IX de la Metafísica: “Decir de lo que no es que
es, o de lo que es que no es, es falso, y decir de lo que es que es, o de lo que no es que no es, es verdadero.”
(ESTEBAN GALISTEO GÓMEZ. Alfred Tarski. “La Guía”, revista de filosofía. Acceso: 18 de marzo de 2017,
8:50 pm.
175
Cfr. Ibid., p. 383.
88
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
“(…) Popper busca primero las similitudes entre el campo de los hechos y el ámbito de
las normas. Piensa que hay dos similitudes básicas en la Ciencia y la Moral: una, centrada
en que tanto las normas como los hechos se pueden discutir y criticar; la otra, que en ambos
casos existe una idea reguladora a la que los hechos o las normas pueden ajustarse o no.
En el primer ámbito la idea reguladora es la noción de “verdad” absoluta, mientras que
en el segundo puede ser la idea de lo “justo” o lo “bueno”.
Pero la consideración de las dos ideas reguladoras es diferente, porque la idea de
“correspondencia con la realidad” o “verdad” es inapelable, mientras que la idea de
“bondad” es discutible y depende de nuestra aceptación previa, esto es, de nuestra decisión
de seguirla o no, de lo contrario, caeríamos en un autoritarismo normativo”176.
“(…) este es un tema muy difícil. Lo que creo es que la Ética o la Moral la realiza el ser
humano, como la Geometría, pero produce sus propios problemas, y las soluciones a esos
problemas conducen a nuevos descubrimientos. Creo que hay un paralelismo [pero] no
pienso que haya ideales últimos o leyes morales. (…) Pienso que vivimos en un mundo en
el que tenemos que revisar y pensar constantemente no sólo sobre nuestras proposiciones
científicas, sino también sobre nuestras actitudes morales”177.
176
Cfr. J. F. MARTÍNEZ SOLANO. El problema de la verdad en K. R. Popper: Reconstrucción histórico-
sistemática. Op. Cit., pp. 286-287.
177
K. R. POPPER. Knowledge and the Body-Mind Problem. Conferencia en la Universidad de Emory, 1969.,
pp. 45-46.
89
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Este es el título que lleva el capítulo 6 de la obra de Popper El mito del marco común179
(1968). Sostiene el filósofo austriaco que el problema de la Moral y la Ética aparecieron
con el desarrollo de las posibles aplicaciones de la ciencia. “A mi juicio, nuestro tema, “la
responsabilidad moral de los científicos”, es una suerte de forma eufemística de referirse
al problema de la guerra nuclear y biológica”180. De aquí que Popper elige como modelo
de conducta para los hombre de ciencia, el Juramento hipocrático181, renovándolo a su
vez.
178
K. R. POPPER. La sociedad abierta. Op. Cit., p. 238.
179
Cfr. K. R. POPPER. El mito del marco común. Op. Cit., p. 123.
180
Ibid.
181
“El Juramento Hipocrático, es un juramento público que pueden pronunciar los que se gradúan en
medicina ante los otros médicos y ante la comunidad. Su contenido es de carácter ético, para orientar la
práctica de su oficio. El contenido del juramento se ha adaptado a menudo a las circunstancias y conceptos
éticos dominantes de cada sociedad. El Juramento Hipocrático ha sido actualizado por la Declaración de
Ginebra de 1948”. (PROF. DRA. TEODORA ZAMUDIO. El juramento hipocrático. Historia de los Bio-
Derechos y del Pensamiento Bioético. Revista digital. Acceso: 18 de marzo de 2017. 8:26 pm).
182
K. R. POPPER. El mito del marco común. Op. Cit., pp. 124-125.
90
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
“Pertenece a una tradición y a una comunidad, debe respeto a todos los que han
contribuido, o contribuyen, a la búsqueda de la verdad. También debe lealtad a todos sus
maestros, que libre y generosamente comparten su conocimiento y su entusiasmo con él. Al
mismo tiempo, tiene el deber de ser crítico con los demás, incluso con sus maestros y
colegas, y especialmente consigo mismo. Y tiene el deber, esto es lo más importante, de
estar en guardia contra la arrogancia intelectual y tratar de no sucumbir a las modas
intelectuales”184.
El papel moral del científico es tratado por Popper también en su conferencia titulada
“Tolerancia y responsabilidad intelectual”186, de 1981. Allí plantea tres principios éticos
183
Ibid, p. 123.
184
Ibid, p. 125.
185
Cfr. K. R. POPPER. Respuestas a mis críticos. Editorial Schilpp, P. A. La filosofía de Karl Popper, Vol.
II., p. 962.
186
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Op. Cit., p.241.
91
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
“El viejo imperativo de los intelectuales es: ¡sé una autoridad!, ¡conoce todo en tu
especialidad! Tan pronto se le reconoce a uno como autoridad, su autoridad estará
protegida por sus colegas; y uno debe a su vez proteger la autoridad de sus colegas. La
antigua ética que estoy presentando no deja lugar al error. Sencillamente no se toleran los
errores. No tengo que subrayar que esta antigua ética profesional es intolerante. Además,
siempre ha sido intelectualmente deshonesta: conduce (especialmente en medicina y en
política) al encubrimiento de los errores con el fin de proteger a la autoridad”189.
Hay que aprender de los propios errores. Hacerse conscientes de ellos. Y finalmente
conducirlos hacia la verdad. Pero una verdad que pasa a ser ahora un valor.
Popper, al referirse a los valores, también los relaciona con los problemas que estudia
la ciencia. Llega a afirmar que el puesto que ocupen los valores en el mundo de los hechos
ha de ser el mismo que el de los problemas. Sobre esta situación expresa tres ideas en su
obra Búsqueda sin término de 1975: “1) los valores surgen conjuntamente con los
problemas; 2) los valores no pueden existir sin los problemas; 3) ni los valores ni los
problemas pueden derivarse de los hechos”190. De aquí que el problema más grande para
187
Ibid, p. 255.
188
Ibid, pp. 257-258.
189
Ibid, pp. 256-257.
190
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. Op. Cit., p. 193.
92
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
La verdad se convierte de este modo en el valor ético fundamental. Si los valores son
objetivos en sí mismos, la verdad debe ser el valor por excelencia. Popper sostiene esto
cuando dice: “la verdad objetiva es un valor, es decir un valor ético, quizá el mayor que
exista y que la crueldad es el mayor mal”192. Esta temática es parte de la tercera etapa del
pensamiento metafísico de Popper, cuando este toma una gran importancia para la ciencia.
191
K. R. POPPER. En busca de un mundo mejor. Sobre el conocimiento y la ignorancia. Op. Cit., p. 39.
192
K. R. POPPER. Búsqueda sin término. El conocimiento y la configuración de la realidad. Op. Cit., p. 6.
193
J. F. MARTÍNEZ SOLANO. Op. Cit., p. 293.
93
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Es posible que el lector esperara que se colocara como título a este último acápite: “El
hombre, un ser metafísico”. Sin embargo, no se ha hecho con el propósito de ser fiel al
pensamiento popperiano. ¿En qué sentido? Bueno, Popper siempre se mostró algo reacio,
como ya se ha explicado anteriormente, con el tema de las esencias y el ser último de las
cosas. Esto pudo haber sido una de las causas principales por las que su filosofía metafísica
no se desarrolló aún más. Se quedó incompleta en muchos temas metafísicos como, por
ejemplo, la teoría del principio del universo.
Hay que recordar que Popper ante todo es un hombre de ciencia, por tanto, parte de lo
que puede someter a un riguroso examen de contrastación hipotética y empírica. Los entes
son sus objetos de estudio, y dentro de estos el más importante es el mismo ser humano.
El hombre como ente, dotado de una facultad única: la razón. Con esta toma primacía
sobre los demás seres vivos, y es la que le otorga la capacidad de entender el mundo y a
la vez transformarlo. En la última etapa del pensamiento de Popper se da un giro biológico,
es decir:
“[…] el filósofo austriaco toma como centro de referencia científica para su reflexión
filosófica a la biología y no tanto a la física”. (…) este giro se hace plausible desde el
objetivo reiterado de ocuparse del tema del hombre, pues la rama científica que incide en
los niveles más básicos de la dimensión antropológica es la biología. Esta afirmación en
ningún caso ha de entenderse como que se quiere ignorar otras contribuciones, científicas
o no, tales como la psicología o la misma filosofía. Tan sólo significa que el núcleo de
consideraciones y teorías científicas que se sitúan a la base de la filosofía popperiana son
de naturaleza biológica principalmente”194.
194
R. QUERALTÓ. De la epistemología a la metafísica. Op. Cit., pp. 184-185.
94
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Este giro tiene lugar según W. W. Bartley195 editor del “Postscriptum” con la invención
de los tres mundos de Popper, los cuales están descritos en el capítulo anterior. El ser
humano pasa a pertenecer en primer lugar al mundo de la conciencia y los sentimientos,
el de los seres vivos. Sin embargo, para diferenciarlo de los demás animales, pasa a
establecer el mundo de las creaciones e invenciones humanas, el mundo de los productos
de la mente.
Sí es posible la metafísica en el ámbito científico, y no sólo eso, sino que estas son
inseparables, entonces el sujeto protagonista de la ciencia debe ser tanto físico como
metafísico. Esto contrario a los que defienden la tesis de que el ser humano es solo materia,
el materialismo antropológico. Si esto es así, el instrumentalismo humano está
permitido197. Desde una filosofía puramente material la vida humana no tiene ninguna
relevancia, al fin y al cabo, el hombre es solo materia, se reduce simplemente a eso, y ahí
termina su existencia.
195
Cfr. W. W. BARTLEY. Epistemología evolucionaria. Filosofía y biología vs filosofía y física. La Salle,
Illinois, 1987., pp. 18-19.
196
“La teoría “emergentista” alude al hecho de que en el transcurso de la evolución ocurren cosas y
sucesos nuevos con propiedades inesperadas y realmente impredictibles; cosas y sucesos que son nuevos
en el sentido en que se puede considerar nueva una gran obra de arte”. (K. R. POPPER Y J. C. ECCLES. El
yo y su cerebro. Op. Cit., p.24).
197
Este instrumentalismo daría pie a la justificación de sucesos como el genocidio Tutsi en Ruanda, la
Primera y Segunda Guerra Mundial, el Holocausto Judío, el atentado a las Torres Gemelas, y tantas muertes
perpetradas por otros seres humanos, muchas veces por el odio y la irracionalidad.
95
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Uno de los pensamientos en todos los estudios filosóficos que más han sido causa de
reflexión para el autor de este trabajo de investigación, es cuando Kant dice que hay dos
cosas que llenan su mente de creciente y renovada admiración y respeto: los cielos
estrellados sobre su cabeza y la ley moral en su interior200. En otras palabras, el mundo
natural estudiado por la ciencia, es decir el universo físico; y el universo invisible que
alberga el interior del hombre. Estas dos realidades son las más interesantes de todos los
conocimientos existentes. De esto Popper dice:
“Creo que Kant está esencialmente en lo cierto. Como dijo en una ocasión Josef Popper-
Lynkeus, cada vez que un hombre muere se destruye todo un universo. (Es algo fácil de
198
Ibid, p. 12.
199
“Plenitud”.
200
Cfr. I. KANT. Crítica de la razón práctica. Librería general de Victoriano Sánchez. Madrid, 1913., pp.
281-285.
96
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
comprobar si nos identificamos con ese hombre). Los seres humanos son irreemplazables
y, por el hecho de serlo, está claro que son muy distintos de las máquinas. Son capaces de
disfrutar la vida, de sufrir y de enfrentarse conscientemente a la muerte. Cada uno de ellos
es un yo; son fines en sí mismos, como decía Kant”201.
Por otro lado, Popper llama milagros a tres acontecimientos en el universo 202: 1) el
origen de la vida; 2) la emergencia de la conciencia animal, de sentimientos de alegría y
de dolor; y 3) la emergencia del cerebro humano, de la mente y la razón humana. Estas
realidades no son más que un inicio de otras apariciones en el universo, solo que ahora
estas son capaces de ser comprendidas y estudiadas, aunque no sea posible encerrarlas
dentro de una comprensión científica, aunque sea el conocimiento más confiable que
exista.
201
K. R. POPPER Y J. C. ECCLES. El yo y su cerebro. Op. Cit., p.3.
202
K. R. POPPER. El universo abierto. Op. Cit., p. 144.
203
Ibid.
97
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Esto denota una vez más la imposibilidad de poseer verdades absolutas en la ciencia,
sólo hay acercamientos a la verdad. Una de las invenciones más extraordinarias, esta vez
de la mente humana, es el lenguaje. Con este instrumento se es capaz de hacer concreto el
pensamiento y de hacer físico algo metafísico como el caso de las ideas. También es
posible a través del lenguaje, que estas se mantengan en el tiempo y en el espacio. “Es,
por tanto, el papel del lenguaje humano y del “Mundo 3” lo que tenemos que mirar
cuando tratamos de explicar este tercer gran milagro: la emergencia del cerebro humano
y de la mente humana, de la razón humana y de la libertad humana”204. El lenguaje es la
forma más cercana de relacionar el mundo natural externo y el mundo interior del ser
humano. También es la mejor herramienta para tratar de entender la misma consciencia
humana. Aunque a veces el lenguaje del silencio ante realidades que no comprendemos
es mejor. Se podría decir que en muchos casos hay que abogar por una filosofía del
silencio.
204
Ibid, p. 145.
205
Cfr. K. R. POPPER. La responsabilidad de vivir. Op. Cit., p. 97.
98
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
mundo mejor para todos, donde el conocimiento sea la posesión más anhelada y la verdad
una meta común.
Una de las últimas obras de Karl Popper lleva como título “En busca de un mundo
mejor”. Si la ciencia como ya se ha tratado es la búsqueda constante de la verdad, aquí es
posible hacer una analogía de esta con la concepción de un mundo mejor. El ser humano
anhela inherentemente el progreso, desarrollarse, alcanzar su realización, resolver los
problemas más acuciantes de su existencia y esto lo buscará hasta el día de su muerte. En
el prefacio de su obra dice el filósofo de la ciencia, a la vez que extiende esta característica
a todas las formas de vida, animal y vegetal:
“Todos los seres vivos van a la búsqueda de un mundo mejor. Los hombres, animales,
plantas e incluso los organismos unicelulares tienen una actividad constante. Intentan
mejorar su situación, o al menos evitar su deterioro. (…) Todo organismo está
constantemente ocupado en la tarea de resolver problemas. Estos problemas derivan de su
valoración de sus condiciones que el organismo intenta mejorar”206.
206
Ibid, p. 9.
207
Ibid, p. 11.
99
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Cuando el hombre analiza su situación frente a un mundo que muchas veces se torna
oscuro, con fenómenos sociales como la guerra, la pobreza, la corrupción desmedida, la
crisis de los valores, una ciencia inhumana capaz de hacer negocios con la vida de las
personas, tendencias contra-natura, el desplazamiento de lo natural por lo artificial (siendo
esto en algunos casos beneficioso pero en otros no), el mal uso de la tecnología y el avance
de la ciencia (la fabricación de armas y bombas nucleares, por ejemplo), un materialismo
exagerado que intenta destruir la dignidad humana, y muchos otros males. Ante esta
realidad la búsqueda de un mundo mejor se torna algo un poco ficticio. Esto si esta
búsqueda se concentra solo en el mundo físico.
“Al contemplar con optimismo el avance a gran escala, que ha tenido la ciencia en los
últimos siglos, puedo darme cuenta que vivimos en un universo que es un misterio. El cual
se va develando poco a poco. Trabajo este del cual se encarga la razón humana, o por lo
menos hasta donde conocemos”208.
Se requiere, por tanto, una trascendencia del hombre, en la que sea capaz de ver más
allá de lo concreto y aparente. Esto puede ser un vestigio de por qué el ser humano pone
su esperanza en algo que no entiende, pero que representa algo importante para él. Aquí
208
K. R. POPPER. El universo abierto. Op. Cit., p. 144.
100
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
entra el elemento de la fe. Pero no una fe, como plantea Popper, que se queda en el ámbito
de lo propiamente científico, sino que es un paso a lo que no representa ninguna garantía,
a algo que ha concebido la mente humana sin tener ninguna experiencia material, pero que
le puede cambiar el rumbo a su existencia, y encaminarla hacia la búsqueda de este mundo
mejor.
Es así como surge uno de los problemas más interesantes tanto de la filosofía, de la
ciencia como de la metafísica: el tema de Dios. La teología es la ciencia de Dios. Popper
a la edad de 87 años, en una de sus últimas entrevistas, realizada por Jesús Mosterín en la
vivienda del filósofo de la ciencia, en el condado de Surrey, al sur de Londres, se refiere
a Dios y a la teología así:
209
J. MOSTERÍN. Entrevista con Karl Popper. EPISTEME NS, Vol. 22, N. 1, Londres, 2002. Humanitas.
Portal temático en humanidades. Londres, 2002., pp. 95-118.
101
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Al parecer, Popper sí tenía algún conocimiento de Dios, y no solo eso, llegó hasta
describir algunas de sus funciones. En el primer caso, da la posibilidad a Dios de
determinar desde fuera todo lo que acontece en el interior del universo. Y en el segundo
caso, se ve a un Dios que tiene conocimientos previos de las acciones futuras. Popper no
solo se refiere a Dios, sino que le concede una característica humana: el conocimiento. No
obstante, este pensamiento de Popper acerca de la inexistencia de algún conocimiento
sobre Dios es bastante razonable, si comparamos el limitado lenguaje humano, que
también utiliza la teología, para describir a Dios. Pero el error está en la pretensión de
encerrar a Dios o intentar agotar toda su comprensión con una herramienta de la
comunicación humana. Y eso no es lo que pretende la teología. Así la define Aristóteles
ya en la antigüedad:
“TEOLOGÍA. La ciencia absolutamente primera, dice Aristóteles, tiene por objeto los
seres a la vez separados e inmóviles, y como si lo divino está presente en alguna parte lo
está, según el Estagirita, en estas naturalezas, la teología o filosofía teológica resulta ser
la más elevada entre todas las ciencias elevadas, es decir, entre todas las ciencias teóricas.
La teología trata, según la definición tradicional, de Dios, de su existencia, naturaleza y
atributos, así como de su relación con el mundo: es, en suma, un sermo de Deo”211.
210
K. R. POPPER. El universo abierto. Op. Cit., p. 109.
211
J. F. MORA. Diccionario de Filosofía. Op. Cit., p. 774.
102
CAP. III: LA POSIBILIDAD DEL DIÁLOGO CIENCIA-METAFÍSICA
Del mismo modo que en la filosofía de Popper hay una estrecha relación entre la
ciencia y la metafísica, puede haberla entre la ciencia y la teología, entrando en esta última
el elemento de la fe. O ¿acaso esa Verdad que tanto busca la ciencia, no es la misma que
intenta explicar la teología? Esa Verdad que se pretende alcanzar con la investigación
científica, solo se entenderá en un plano ontológico más completo, con la posibilidad de
relacionarla con la ciencia de la fe. Esa fe de los científicos en su mayoría desprovista de
seguridades, es la misma fe de un creyente que tiene la esperanza en un Ser trascendente,
solo que en esta última hay que aplicar la metodología popperiana de la discusión racional,
para diferenciar una fe madura e íntegra de fanatismos irracionales.
“En la relación ciencia y fe, la fe debe tener una cierta razonabilidad en la que la razón
descansa, porque descubre sintonía, descubre una perfecta armonía, descubre que aunque
siendo fuentes distintas, aunque hay una aparente discontinuidad, sin embargo, forman un
sistema coherente, completo y consistente; y que al hombre le permite descansar en la
verdad”212.
Hay que destacar que tanto la ciencia como la fe teológica son dos caminos distintos,
pero que tienen una meta común: la Verdad. De aquí que las dos forman la estructura
completa de la razón humana, por un lado, la ciencia que se fundamenta en la experiencia,
y por otro la fe, que se fundamenta en lo metafísico. Sin embargo, este tema es objeto de
otro trabajo de investigación. Por otro lado, es posible que Popper haya sido un creyente,
solo que optó por no hablar de su fe, por temor quizás a caer en aparentes contradicciones.
En definitiva, el ser humano solo se acercará aún más a la verdad, cuando se hace
consciente de su realidad física y metafísica, siendo estas la garantía de construir ese
mundo mejor que tanto investiga, indaga y que siempre espera alcanzar.
212
P. DOMÍNGUEZ. Conferencia Fe y Razón. Op. Cit. Video-Conferencia.
103
ix
CONCLUSIÓN
Aquí entra uno de los puntos más interesantes desarrollados por Popper: una razón
propensa a cometer errores, una razón que concibe lo absoluto, infinito e infalible, pero
que a la vez ella no es ni absoluta ni infinita ni infalible. Tal planteamiento dio origen a
su falibilidad antropológica. El ser humano es grande en la medida en que reconoce que
es limitado, que puede equivocarse, que no necesariamente debe tener la razón siempre.
Tal proposición es válida, no solo en el campo científico, sino también en lo político,
social y ético.
Por otra parte, se ha podido constatar que Popper concibe una realidad estructurada por
su teoría de los tres mundos. En ella se encuentra impregnada su posición emergentista y
evolucionista. El mundo físico es para el filósofo de la ciencia lo primero que emergió del
universo, siguiendo de las primeras formas de vida, y teniendo esta a su vez como culmen
el ser humano y su consciencia creativa. Es una trialidad cósmica la que postula Popper,
en la que hay una interacción constante de estas tres dimensiones.
Ciencia y metafísica en Popper, son dos realidades, que aunque puedan ser vistas como
antagónicas en muchos campos, están muy estrechamente vinculadas. Son dos
dimensiones que comprende la razón humana y que tienen como meta la verdad, siendo
origen en diversos casos de horizontes de investigación científica la proposición de
conceptos de orden y procedencia puramente especulativa y por tanto metafísica. Por su
parte, la concepción extra-empírica que plantea Popper no tiene como objetivo la
explicación de realidades últimas, de su esencia o de su ser, en relación con la metafísica
aristotélico-tomista. Sino que esta tiene sentido solo en el contexto de sus llamados
programas metafísicos de investigación.
-Apreciaciones
Después de un análisis de los puntos fuertes y débiles del pensamiento de Karl Popper,
surgen las siguientes preguntas: ¿cuál es la novedad que trae el pensamiento de Popper?
y ¿cómo puede aplicarse su propuesta hoy en la actualidad? Las respuestas son diversas.
Por un lado, Popper, quizás sin pretenderlo, elaboró una síntesis muy interesante, entre
dos pensamientos de gran importancia para la filosofía: el subjetivismo kantiano y el
realismo aristotélico-tomista, los cuales se constituyeron en su Racionalismo Crítico. Una
propuesta que sostiene la existencia de la verdad, capaz de ser alcanzada por el hombre,
siempre que se fundamente en la correspondencia de la verdad con los hechos. Y también,
una teoría que plantea como punto de partida del conocimiento a la mente del ser humano,
una epistemología evolucionista y que sustenta el conocimiento como conjetura.
Además, este filósofo de la ciencia, podría decirse el iniciador formal de tal rama de
la filosofía, ha dejado abiertas las puertas a una relación más estrecha entre la filosofía y
la ciencia. En una sociedad, que en muchos casos, es caracterizada por sus grandes avances
en el campo científico y tecnológico, se hace necesario hoy una interpretación de tales
progresos a la luz del pensamiento filosófico.
xiv
CONCLUSIÓN
Este mundo que se desea construir debe dar apertura a las ciencias metafísicas, las
cuales en muchos casos por no decir en su gran mayoría, han sido desplazadas hoy día del
interés investigativo. Se exaltan, más bien, las ciencias pragmáticas, aquellas que son
útiles, verificables por un llamado método científico que se ha puesto en moda y se ha
catalogado como el único capaz de ofrecer certeza y seguridad a la ciencia. En esta
realidad se imponen las ciencias que han tenido mayor éxito en su tiempo, dígase la
biología, la física, la química, entre otras; las cuales han ofrecido en sus determinados
campos soluciones a problemas importantes de la realidad. Sin embargo, otros
conocimientos tales como la filosofía, la psicología y la misma teología van siendo
desplazadas por no ser objeto de dicho método, al ser conocimientos que escapan de una
realidad puramente justificacionista o verificacionista.
estos temas, es susceptible de ser un punto de partida para la relación ciencia y fe, y por
tanto, un acercamiento entre la razón y la fe, como los dos caminos hacia un fin común:
la Verdad. Al momento de comprender la realidad en la que le ha tocado al hombre
desarrollar su existencia, la ciencia por sí misma se queda incompleta, y la fe sola puede
convertirse en una simple creencia sin fundamento e irracional. Con ambas es posible la
creación de un sistema coherente, completo y consistente; el cual presupone la falibilidad
del hombre, pero solo en él se hace posible alcanzar la meta que posee dentro y que es el
anhelo más grande de su existencia: comprender el por qué está aquí, de dónde ha venido
y hacia dónde se dirige.
xvi
APÉNDICE
HUMÁNITAS
Portal temático en Humanidades
EPISTEME NS, Vol. 22, Nº 1, 2002, pp.95–118
(Documento)
JESÚS MOSTERÍN
Karl Popper vive en el condado de Surrey, al sur de Londres. Lo visité en un día soleado
de mayo, y llegué a su casa después de atravesar praderas multicolores bordeadas de
espinos albares tan recubiertos de flores blancas que parecen nevados. Tras la muerte de
su mujer, hace pocos años, Popper, que carece de hijos, vive solo. Su biblioteca incluye
ejemplares de las primeras ediciones de los libros de Galileo, Newton y otros clásicos de
la ciencia, que él muestra con orgullo. También ocupa un lugar prominente el piano de
cola, testimonio de la afición de Popper por la música, heredada de su madre.
A sus 87 años de edad y después de haber sufrido cinco ataques de apoplejía, Popper
sigue desplegando una sorprendente actividad. El día anterior a mi visita acababa de
regresar de la Universidad de Stanford, en California, y por tanto es de suponer que estaba
afectado por el jet–lag o diferencia de horario. En un par de días volaría a Barcelona a
recoger el primer Premio Internacional de Catalunya. La London School of Economics
pone a su disposición una secretaria y ayudante de investigación, Melitta Mew, que le
ayuda a ordenar la copiosa correspondencia que le llega de todo el mundo y que se había
apilado sobre la mesa durante su estancia en California.
Agradecemos al Prof. Jesús Mosterín la gentileza que tuvo por permitirnos publicar la entrevista que le
hiciera al Prof. Karl Popper. Agradecemos, además, al Prof. Benjamín Sánchez por su efectiva mediación
al respecto.
xvii
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
Aprovechando el raro buen tiempo, la entrevista tuvo lugar al aire libre, en el jardín
trasero de su casa, donde el césped sólo es interrumpido por los abedules de plateada
corteza. Popper, que tiene dificultades para oír, habla en voz baja, a veces apagada por los
estruendosos cantos de los mirlos. En contraste con ellos, los planeadores del cercano
aeropuerto de Croydon surcan el cielo como fantasmales pájaros silenciosos. La lucidez y
energía de Popper, insólitas en un hombre de su edad, se manifestaron durante nuestra
larga conversación de más de cinco horas, no interrumpidas por un sólo minuto de
descanso. Es obvio que los grandes problemas de la ciencia, y en especial de la física, le
apasionan, y que no vacila en sostener opiniones vigorosas al respecto, incluso a sabiendas
de que éstas con frecuencia van contra corriente.
ENTREVISTA
M: — Sir Karl, ¿sigue siendo el universo el tema que más le interesa?
P: — Como ya dije en mi Lógica de la Investigación Científica, lo que más me interesa
es el universo, pero no hay que olvidar que el universo incluye también los animales y las
plantas, la humanidad, e incluso cosas tales como el conocimiento y la bondad humana.
Todo eso pertenece al universo, y hace al universo más difícil de entender. Sí; sigo estando
muy interesado en el universo y en todo lo que ha emergido en él.
[…]
PROBABILIDAD Y DETERMINISMO
M: — Según el determinismo el mundo entero sería como una película cuyos fotogramas
anteriores permiten calcular los posteriores. Ud. se ha opuesto vigorosamente a esa
concepción.
P: — Sí, tiene razón. Se puede comparar la visión del mundo del determinismo con una
película que vemos en el cine. Aunque en cada momento sólo vemos unas imágenes de la
película, sabemos que toda la película y su final están ya grabados y fijados en el film.
¿Somos sólo actores de una película predeterminada? Creo que no. Los recientes
resultados de la física matemática del caos muestran que la física determinista es
cuasicontradictoria, en el sentido de que ciertas aplicaciones suyas conducen al caos, y el
caos no sólo es impredecible, sino que convierte todo en indeterminado. Hay cosas
determinadas y otras indeterminadas, especialmente en biología. En biología es absurdo
pensar que cuando millones y millones de espermatozoides salen a fecundar un óvulo, ya
está predeterminado cuál de ellos lo fecundará.
M: — Alguien podría decir que en el film de la vida está determinado qué espermatozoide
alcanzará al óvulo, pero que es imposible encontrar la fórmula para calcularlo.
P: — Eso sería metafísica e incluso metafísica falsa. Es una metafísica basada en varios
mitos. Uno es el mito «científico» de que todo es predecible, otro es el mito religioso de
xix
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
un dios omnisciente que todo lo conoce por adelantado. Hay muy buenos argumentos en
contra, como el Hadamard, que cito en mi libro El universo abierto.
M: — Ud. tuvo discusiones con Einstein en Princeton sobre este tema. ¿No era Einstein
un determinista?
P: — Sí, lo era inicialmente. Pero Pauli visitó a Einstein un año después de nuestras
discusiones y Einstein le dijo que había abandonado su determinismo, según escribió Pauli
en una carta a Max Born. No sé si luego volvió a cambiar de idea.
M: — También tuvo Ud. discusiones con Schrödinger sobre la flecha del tiempo.
P: — Schrödinger pensaba que no había más flecha del tiempo que la termodinámica y
que ésta era completamente explicable en términos estadísticos, tal y como lo había hecho
Boltzmann. Pero yo creo que hay muchos procesos irreversibles en la naturaleza. Toda
acción siempre empieza a partir de un centro. No se puede regular un experimento si no
xx
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
Lo que pasa en el segundo foco podría hacer pensar que se ha invertido la dirección del
tiempo, pero ello no es así, pues depende de una emisión central previa. Sin ella,
tendríamos que poner una infinidad de emisores coherentes en el borde del elipsoide. Estos
emisores tendrían que «conspirar» para emitir sus ondas conjuntamente, coherentemente.
Pero para ello sería necesario un control central previo. Mi argumento contra la
reversibilidad del tiempo es que hay cosas físicas, como las ondas globulares
mencionadas, que no son reversibles. Hay procesos, como arrojar una piedra en un
estanque, que no son reversibles. Contra esto protestaba Schrödinger dogmáticamente.
Aunque no sabía responder a mi argumento, lo rechazaba. Era un hombre con mucho
temperamento. Se excitaba mucho cuando discutíamos, me decía que lo volvía loco,
incluso se arrancaba pelos de la cabeza en gesto de desesperación. Más adelante se volvió
más calmado e hicimos las paces.
EL FINAL DE LA FÍSICA
M: — En los últimos años se observa un gran fermento y expectación entre los físicos
teóricos debido a los avances en la unificación de las teorías de las fuerzas fundamentales.
Muchos piensan que la integración de la mecánica cuántica y la relatividad general en
algún tipo de superteoría está a la vuelta de la esquina. Stephen Hawking ha dicho que el
fin de la física teórica está a la vista. Otros físicos han expresado su esperanza de llegar
xxi
APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
P: — La unificación de las varias fuerzas es una tarea concreta muy importante, que
todavía no ha sido realizada, pero para la que ya se han dado los primeros pasos. Pero la
opinión de que esto significa acercarse al final de la física me parece increíblemente
estrecha de miras. La idea de que, el día que se consiga la gran unificación, ya no quedarán
cuestiones abiertas, me parece totalmente equivocada. Con cada nueva teoría surgen
nuevos problemas. Estoy a favor de ir hacia la unificación, pero su consecución planteará
nuevos e insospechados problemas. Heisenberg creyó que él había llegado al final de la
física con su principio de incertidumbre, que ponía límites definitivos a nuestra capacidad
de medir. Pero desde entonces hemos seguido mejorando nuestras mediciones. Este tipo
de ilusiones son típicas de los grandes descubridores. Piensan que su descubrimiento
solucionará todos los problemas. Es algo que ha ocurrido muchas veces en la historia de
la ciencia. Ya Parménides pensó eso.
Es muy ingenuo pensar que algún día habrá una teoría definitiva, que no pueda ser
mejorada y que no contenga un gran número de problemas no resueltos. Una buena
solución siempre abre nuevos problemas. De hecho el descubrimiento de nuevos
problemas es algo aún más importante y creativo que la solución de viejos problemas. Por
ejemplo, Heisenberg creía que sólo había dos tipos de partículas: electrones y protones, y
se planteaba el problema de reducir un tipo al otro. Dirac dijo que el protón no era más
que un agujero en un mar de electrones. Luego se descubrió el neutrón. Se lo interpretó
como una combinación de protón y electrón. El siguiente descubrimiento fue el positrón.
Todavía se trató de salvar la teoría. Pero luego se vio que a cada partícula corresponde
una antipartícula. A Feynman se le ocurrió que un positrón es un electrón que viene del
futuro y va hacia el pasado, que es lo mismo que decir que mis deudas son mis ingresos
futuros, de camino hacia el pasado. Matemáticamente es lo mismo, consiste en cambiar
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APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
los signos. Todas estas teorías son tremendos gazapos. La teoría cuántica está llena de
gazapos. No creo en la unificación final, aunque sí creo en los esfuerzos para obtenerla.
COSMOLOGÍA
P: — No recuerdo el nombre exactamente, pero desde hace veinte años se están haciendo
tales fotografías. Hay unos 32 tales casos. Es más que suficiente para refutar la teoría de
que el corrimiento hacia el rojo nos permite determinar la distancia.
M: — Hay una explicación diferente para esas fotografías. Dos objetos colineales con el
observador aparecerán juntos en la fotografía, aunque están separados por grandes
distancias.
P: — Desde luego, pero se trata de galaxias físicamente conectadas entre sí. Es difícil
explicar de otra manera los 32 casos conocidos.
M: — Estos problemas del horizonte de eventos a los que Ud. se refiere parecen haber
sido solucionados por el modelo cosmológico inflacionario.
P: — No, no. El equilibrio no puede establecerse en estas teorías sin asumir una acción a
distancia.
M: — Así que Ud. considera que tanto la ley de Hubble como el modelo cosmológico del
Big Bang están refutados. ¿Se da Ud. cuenta de que esta posición suya no es nada estándar
y que va en contra de las opiniones más extendidas hoy en día?
P: — Sí, mi posición es muy poco estándar. Pero son los otros los que se aferran
dogmáticamente a una teoría que ha cambiado tanto que ha perdido los motivos que
llevaron a su aceptación original.
EPISTEMOLOGÍA
Desde luego los animales tienen conocimiento, porque son capaces de anticipar
acontecimientos en su entorno y son capaces de resolver problemas. La construcción del
nido por un pájaro implica una gran cantidad de conocimientos. El conocimiento de los
animales no es idéntico al nuestro, pero comparte con él muchas características. Cualquier
teoría del conocimiento que no tenga esto en cuenta es insatisfactoria. Nuestra teoría tiene
que dar cuenta de los rasgos que nuestro conocimiento comparte con el conocimiento
animal y de cómo puede haber evolucionado a partir de él. Es un hecho histórico que
nuestro conocimiento ha crecido, y mi epistemología es una teoría del crecimiento del
conocimiento. La historia sólo puede entenderse mediante la lógica situacional, que
consiste en la comprensión de las acciones de los agentes históricos en función de sus
creencias e intenciones, que son parte de la situación en que se encuentran. Mi
epistemología aplica la lógica situacional. Nuestra situación epistemológica es la de un
negro, que en una habitación oscura trata de encontrar un sombrero negro que quizás no
se encuentre allí. ¿Qué puede hacer? Sólo puede mover las manos en la oscuridad y tratar
de dar con el sombrero. Incluso si encuentra el sombrero, no puede estar seguro que sea
el sombrero negro el que ha encontrado. Quizás ha encontrado un sombrero rojo. En
definitiva, nunca puede tener la certeza de haber resuelto el problema.
Cuando alguien descubre algo nuevo, previamente estaba en la situación descrita del
negro. Para obtener conocimiento hay que comportarse activamente, sin actividad no se
puede llegar a nuevos conocimientos. Si esperamos a que el mundo nos revele sus
secretos, nos moriremos esperando. Sólo nuestra acción conduce a descubrimientos y
éstos siempre son hasta cierto punto imprevisibles. Pienso que esta lógica situacional
también existe en la teoría de la evolución. Así es también cómo los animales adquieren
su conocimiento. Esto se observa incluso en animales unicelulares que tratan de buscar
comida o de huir de un peligro. Aprenden por ensayo y error, que es un tipo de actividad
congénita. Básicamente, cuando conocemos, estamos haciendo lo mismo que los animales
unicelulares, sólo que de un modo mucho más sofisticado.
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APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
Desde la ameba hasta Einstein no hay más que un paso. Ambos actúan por ensayo y error.
¿Cuál es la gran diferencia? La gran diferencia es que la ameba no desea ser refutada,
mientras que Einstein busca someter sus ideas a la refutación. La ameba se apega a sus
teorías, mientras que Einstein trata de contrastarlas con los hechos, trata de someterlas a
prueba. Lo que es nuevo es la crítica racional, la autocrítica y la crítica de teorías, que solo
pueden darse sobre la base de un cierto grado de consciencia. Esto requiere también la
existencia de un lenguaje descriptivo que permita la formulación explícita de las teorías y
su constitución como objetos independientes de investigación. A diferencia de un lenguaje
que solamente sirva para advertir de peligros o señalar estados de ánimo, el lenguaje
humano es descriptivo. Es la existencia de ese lenguaje descriptivo y de la consciencia lo
que diferencia a Einstein de la ameba y le permite formular teorías y criticarlas
situacionalmente.
M: — Puesto que estamos hablando de la inducción, quería hacerle una pregunta sobre
este tema. La mayoría de los filósofos de la ciencia aceptan su crítica devastadora de la
inducción. Sin embargo, algo parecido a la inducción parece existir a nivel psicológico en
todos nosotros, incluso en los niños y en los animales. Desde luego no se trata de un
mecanismo que sirva para justificar hipótesis científicas, pero sí podría tratarse de un
mecanismo heurístico que sirva para llegar a proponer hipótesis. ¿Aceptaría Ud. que la
inducción tiene un valor heurístico?
P: — No. Si alguien me roba una sola vez, esto cambiará grandemente mis expectativas
respecto a él. No necesito esperar a que me robe varias veces para formarlas. Piense en el
proceso de la impronta, estudiado por Konrad Lorenz. La impronta es un buen ejemplo de
formación de hipótesis basándose en la experiencia de un solo caso. Otros procesos de
aprendizaje pueden ser menos dogmáticos y definitivos que la impronta, pero no se basan
en la inducción.
Las teorías tienen el carácter de las expectativas. Hay dos tipos de expectativas, las
generales, plasmadas en nuestro cerebro y nuestros sentidos, y las específicas, que
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APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
P: — Desde luego fue un alumno y discípulo mío. Utilizó mis ideas y trató de cambiarlas
en un sentido que yo no creo que fuera adecuado. Incluso utilizó mi terminología, por
ejemplo, acerca de los programas de investigación, que trató de convertir en el centro de
una moda filosófica y de una escuela. Pero yo estoy contra las modas y las escuelas.
[…]
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APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
LENGUAJE
P: — En efecto. Muchas de mis otras posiciones filosóficas han tenido influencia y han
sido ampliamente aceptadas. Pero una opinión mía que no ha sido aceptada por ningún
filósofo es la de que las preguntas sobre qué sea tal o cual cosa carecen de interés. Me
temo que ello se debe a que aceptar esta opinión les obligaría a cerrar la tienda. Preguntas
tales como qué es la vida son menos interesantes de lo que parece a primera vista y en
cualquier caso no pueden ser respondidas mediante algo así como un análisis del
significado. La vida es para nosotros una especie de milagro que no acabamos de entender.
Una definición o un análisis de significado no cambian grandemente la situación, a pesar
de lo que puedan pensar esencialistas o wittgensteinianos. Esos filósofos tratan de resolver
el problema del conocimiento analizando la palabra «conocimiento» a partir de la forma
verbal «yo conozco» y preguntándose por cuáles son las condiciones para decir que yo
conozco algo. Pero eso no lleva a ninguna parte, ni a la comprensión del conocimiento
animal, ni a la del conocimiento científico, ni a la de ningún tipo de conocimiento.
P: — No, no creo que eso hubiera servido para nada. Lo que esa gente quería era atacarme
y golpearme. Si la clarificación del significado del término «positivista» hubiera hecho
imposible que me acusaran de positivismo, entonces me habrían acusado de alguna otra
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APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
cosa, por ejemplo de fascismo. Habrían dicho que todo el que no es socialista es fascista,
y que por tanto yo soy un fascista. La polémica no era esa, sólo querían darme una patada.
M: — Ud. es un hablante nativo del alemán y ha escrito obras importantes tanto en alemán
como en inglés. ¿En cuál de esas lenguas se siente Ud. más a gusto, si es que hay alguna
diferencia?
P: — Me siento bien en las dos, aunque ahora me siento más en casa en el inglés. De todos
modos, y a causa de los ataques de apoplejía que he padecido, para algunos conceptos a
veces sólo recuerdo la palabra alemana y otras veces sólo la palabra inglesa.
M: — Algunos filósofos alemanes como Hegel o Heidegger han cultivado un modo opaco
y complicado de escribir. ¿Cree Ud. Que esa oscuridad de estilo tiene algo que ver con la
estructura de la lengua alemana o meramente refleja la oscuridad de las ideas de esos
autores?
P: — No es que la lengua alemana haya presentado problemas a esos autores que Ud.
menciona, sino al revés, lo que ha ocurrido es que esos autores han destruido la lengua
alemana. Muchos intelectuales alemanes de esa tradición son incapaces de utilizar el
alemán con un mínimo de claridad y corrección. En mi opinión, el tipo de lengua utilizado
por Hegel es una de las razones que explican de filosofía, todo vale. En esa lengua nada
puede ser excluido. Los argumentos no son posibles. Sólo hay aserciones. Uno puede
afirmar cualquier cosa que se le ocurra. Los argumentos no cuentan. Este lenguaje
conduce directamente al relativismo, a la opinión de que todo da igual y de que no hay
nada tal como la corrección o incorrección. En un clima espiritual de ese tipo es fácil que
florezca un movimiento como el de Hitler. Las universidades no opusieron ninguna
resistencia a Hitler. Los grandes intelectuales que se resistieron estaban aislados.
Alemania tuvo que decidir entre Kant y Hegel, y se decidió por Hegel. Ranke, el teórico
del nacionalismo alemán, era un hegeliano. Esta teoría absurda no podía ser racionalmente
discutida, porque era presentada en ese horrible lenguaje hegeliano. Una tarea muy
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APÉNDICE: ENTREVISTA CON KARL POPPER
P: — Sí, y yo mismo he señalado desde el principio que esta teoría tiene similaridades
con la platónica. Lo digo al principio de mis escritos sobre el tema. Pero el origen de mi
teoría no está en Platón, sino en Bolzano. El mundo 3 es el producto de la mente humana,
como los nidos son el producto de los pájaros. Los nidos, aunque construidos por los
pájaros, son algo autónomo, objetivo, que está ahí con independencia de ellos. El lenguaje
es un producto de la mente humana, pero tiene una objetividad propia,
independientemente de que sobreviva alguien que lo hable o no. Nadie puede leer el
etrusco, pero como producto de la mente humana, la lengua etrusca sigue formando parte
del mundo 3.
MENTE Y CEREBRO
M: — Ud. ha defendido contra Hume la existencia del yo. ¿En cuál de los tres mundos
que Ud. distingue: el 1, el 2 ó el 3, sitúa Ud. al yo?
mundo 3. Las teorías pertenecen al mundo 3, pero pueden ser escritas en forma de libros
impresos que pertenecen al mundo 1. Son productos de la mente humana que pertenecen
al mundo 1. Pasa lo mismo que con las telarañas que construyen las arañas.
P: — Conocí a Eccles durante mi estancia en Nueva Zelanda. Había allí una Facultad de
Medicina muy buena. Yo recomendaba a mis mejores alumnos que no estudiasen filosofía,
sino medicina, para aprovecharse de la buena facultad disponible. Yo enviaba a mis
alumnos a la Facultad de Medicina, y ellos hablaron a Eccles de mis teorías. Fui invitado
por Eccles a dar una serie de conferencias en su facultad. Eccles me pidió consejos
metodológicos, que posteriormente agradeció con generosidad cuando le fue concedido el
Premio Nobel de medicina.
P: — Esa es una pregunta muy delicada. Solo diré lo siguiente: Pienso que la teología es
impía, en la medida en que pretende saber algo acerca de Dios. La teología es incompatible
con la creencia en Dios. Quien realmente cree en Dios, no puede decir nada acerca de él.
Si creemos en Dios, no podemos saber nada de él, por ejemplo no podemos saber que sea
omnipotente. Quien cree honradamente en algo así como Dios, tiene que reconocer que
no sabe nada acerca de él. La teología es la ciencia de Dios y por lo tanto es incompatible
con el reconocimiento de que no sabemos nada acerca de Dios.
LEYENDA
M: Jesús Mosterín.
P: Karl Popper.
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BIBLIOGRAFÍA
-MOSTERÍN, J. Entrevista con Karl Popper. EPISTEME NS, Vol. 22, N. 1. Ediciones
Humánitas, Portal temático en humanidades. Londres, 2002.