Transparencia Psíquica

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La “Transparencia psíquica” en el embarazo

Por Ibone Olza

Desde el punto de vista psíquico el embarazo se caracteriza por una creciente sensibilidad
emocional y una necesidad de revisar y comprender los vínculos primarios para poder vincularse
afectivamente con el recién nacido. Monique Bydlowski (psiquiatra francesa que ha pasado más
de treinta años trabajando con embarazadas y puérperas en una gran maternidad parisina) ha
acuñado el término: “transparencia psíquica” (Bydlowski, 2007) para describir el estado psíquico
que se desarrolla gradualmente para alcanzar un grado de sensibilidad creciente durante el
embarazo y especialmente al final. Según esta autora la transparencia psíquica se caracteriza por
un resurgir de recuerdos del pasado, que afloran del inconsciente a la consciencia.

Esta transparencia permite que la embarazada pueda pasar mucho tiempo fantaseando y
recordando su propia niñez. Si la infancia fué grata este recuerdo permite imaginarse como será la
infancia del bebé en camino. Pero, señala Bydlowski, si la infancia fue traumática, marcada por los
abusos o el abandono emocional la fuerza de esas “angustias primitivas” (que también
mencionaba Winnicott) puede incluso llevar a pedir una interrupción del embarazo, o
manifestarse por una angustia o una depresión importantes.

Así, la transparencia psíquica del embarazo equivale a, o conlleva, una reactivación de procesos
psicológicos anteriores no resueltos y puede llevar a una reagudización de duelos anteriores
pendientes. Los psicólogos del desarrollo también coinciden en esta afirmación de que la
gestante necesita regresar de alguna manera a sus recuerdos infantiles para poder luego
vincularse eficazmente con su futuro hijo. Bibring (Bibring, Dwyer, & Huntington, 1961)(Bibring et
al., 1961; Bibring & Valenstein, 1976) describe el embarazo como una crisis que revuelve
identificaciones y conflictos no resueltos y ofrece una oportunidad para encontrar soluciones
más adaptadas mediante una nueva organización de la personalidad.

A partir del segundo trimestre los movimientos fetales (el sentir las patadas del bebé) actúan
como un estímulo proyectivo a partir del cual las madres elaboran las fantasías derivadas de su
relación con su propia madre (Zeanah, Keener, & Anders, 1986) lo que se conoce con el nombre
de “representaciones maternas”. Según las investigaciones psicoanalíticas, el como la mujer se
imagina a si misma, a su feto y a su madre durante el embarazo evoluciona de manera que refleja
su historia relacional y los conflictos asociados. La dificultad materna para elaborar una
representación organizada de función parental durante embarazo predice y pronostica situación
de riesgo perinatal por la ausencia de modelo maternal con el que la mujer se pueda identificar.

Daniel Stern (Stern & Bruschweiler-Stern, 1988; Stern, 1997) señaló como las intervenciones
psicoanalíticas madre-bebé destinadas a cambiar las representaciones maternas producen
cambios en la conducta de la madre con el bebé. Como señala Klaus, el vínculo empieza a
formarse en el embarazo y está afectado por una serie de factores interpersonales y
ambientales como son la calidad de la relación de pareja, el apoyo social, la presencia de
estresores, la dinámica intrapsíquica sobre como se concibe el bebé y sobre todo, la manera en
que la madre fue criada por sus propios padres(Klaus & Kennell, 1982).

Una consecuencia de esta transparencia psíquica puede ser que el embarazo suponga un
momento privilegiado en el que resolver mas rápidamente conflictos psíquicos que en otros
momentos de la vida. Las mujeres que han tenido infancias traumáticas o abandónicas pueden
sentir una intensa angustia (que se manifieste con síntomas somáticos) al estar embarazadas;
pero, precisamente por eso, la psicoterapia centrada en comprender y asumir la propia historia
previa vincular puede ser especialmente eficaz. Algunos autores como Fraiberg y col. (Fraiberg,
Adelson, & Shapiro, 1980) ya señalaron hace 30 años que la diferencia entre padres abusados que
eran capaces de superar sus traumas y tratar bien a sus bebés y los que repetían el trauma
estaba en la capacidad de recordar el dolor y no utilizar defensas como la evitación, la negación,
la represión o la desconexión. Así revisar la infancia a lo largo del embarazo puede servir para
incrementar la conscien cia y la empatía con el futuro hijo o hija. Sostener a la futura madre será el
papel no solo del padre y la familia sino también de los profesionales sanitarios. Si la embarazada
tuvo una infancia muy dolorosa o una vida muy difícil es probable que durante el embarazo no
pueda apenas imaginar a su bebé o que incluso viva el embarazo con intensa angustia.

Ibone Olza Fernandez


Extraído de la obra:
Maternidad y salud, ciencia, conciencia y experiencia
Ministerio de Sanidad, políticas sociales e igualdad

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