Geología - Cuadrangulo de Maure (35x) y Antajave (35y), 1965
Geología - Cuadrangulo de Maure (35x) y Antajave (35y), 1965
Geología - Cuadrangulo de Maure (35x) y Antajave (35y), 1965
RESUMEN ............................................................................................................................. 1
INTRODUCCION ................................................................................................................. 3
Ubicación y extensión ..................................................................................................... 3
Accesibilidad ................................................................................................................. 5
Base topográfica ............................................................................................................ 5
Trabajos de campo ........................................................................................................ 6
Trabajos previos ............................................................................................................ 6
Agradecimientos ............................................................................................................ 7
FISIOGRAFIA ....................................................................................................................... 9
Flanco Occidental de los Andes ..................................................................................... 9
Arco Volcánico del Barroso ......................................................................................... 12
Altiplano ...................................................................................................................... 12
Planicies ............................................................................................................. 13
Zona de conos volcánicos ................................................................................... 15
Lomadas ............................................................................................................ 17
Superficies de erosión .................................................................................................. 19
Glaciación .................................................................................................................... 21
Drenaje ........................................................................................................................ 23
Clima ........................................................................................................................... 25
Recursos naturales ....................................................................................................... 26
ESTRATIGRAFIA ................................................................................................................ 27
Generalidades .............................................................................................................. 27
Grupo Yura .................................................................................................................. 28
Formación Ataspaca .................................................................................................... 32
Formación Chachacumane ........................................................................................... 34
Grupo Toquepala ......................................................................................................... 36
Volcánico Huilacollo ..................................................................................................... 39
Formación Maure ........................................................................................................ 41
Volcánico Sencca. ........................................................................................................ 44
Formación Capillune .................................................................................................... 46
i
INGEMMET
ii
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
BIBLIOGRAFIA .................................................................................................................. 91
iii
RESUMEN
El área de este estudio se halla ubicada en la Cordillera de los Andes del Sur del
Perú, comprende parte del Altiplano peruano-boliviano y sectores de la vertiente del Pacífi-
co.
1
INGEMMET
Por último, se describen todos los depósitos clásticos recientes que comprenden los
conos de escombros, aluviales, fluviales, coluviales y eólicos.
2
INTRODUCCION
Ubicación y extensión
El área que abarcan las hojas de Maure y Antajave, a excepción de la Cordillera del
Barroso que forma la divisoria de aguas, se halla en la parte occidental del Altiplano peruano-
boliviano y está delimitado por las siguientes coordenadas geográficas:
Longitud: desde 70° 00’ Oeste hasta la frontera con Bolivia
Latitud: entre 17° 00’ y 17° 30’ Sur
Según la demarcación política del país, el área comprende sectores de las provincias
de Tacna y Tarata del departamento de Tacna y parte de la provincia de Chucuito del depar-
tamento de Puno, abarcando una superficie de 2,967 Km2. (Fig. 1).
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INGEMMET
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Accesibilidad
Las vías disponibles que conducen al área, a partir de la ciudad de Tacna, son las
siguientes :
La carretera internacional que une la ciudad de Tacna con Villa Industrial (Chile) y
Charaña (Bolivia), pasa cerca al límite Sur del área, a partir de ella se ha construido sendas
trochas, mayormente no afirmadas, hacia las localidades de Paucarani, Sencca y Titijahuani.
Una trocha angosta sin afirmado parte de la carretera Tacna-Ilave a la altura del
caserío de Chila, la misma que pasa por el distrito de Pizacoma y luego se bifurca hacia los
poblados de Huacullani y Desaguadero, dando acceso a toda la parte oriental de la hoja de
Maure y al sector Norte de Pizacoma.
Además, dentro del área existen varias trochas que parten de las carreteras troncales
ya mencionadas y cruzan la mayoría de las pampas del altiplano, dando acceso a diferentes
caseríos y estancias esparcidas en el área.
Base topográfica
Los mapas topográficos que han servido de base para el presente trabajo corres-
ponden a las hojas de Maure (35x) y Antajave (35y) de la Carta Nacional, a la escala
1:100,000, que han sido levantadas por el Instituto Geográfico Militar, mediante métodos
fotogramétricos (Multiplex) en base a fotografías aéreas tomadas en 1955, y publicadas en
1962 y 1961, respectivamente.
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INGEMMET
Trabajos de campo
Trabajos previos
Por otra parte, F. Mégard (1961) ha llevado a cabo observaciones a lo largo del río
Maure con fines hidrogeológicos, cuyos resultados aparecen en el trabajo titulado: Informe
Geológico de las zonas: Río Maure, Laguna Vilacota y Lagunas Loriscota (Inédito).
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Agradecimientos
Igualmente, se agradece a todas las personas que en una u otra forma, tanto en el
campo como en la oficina, han brindado su cooperación en los diferentes aspectos que trata
el presente estudio.
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INGEMMET
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FISIOGRAFIA
En el extremo Suroeste de la hoja Maure, se halla una zona con caracteres morfológicos
muy peculiares, que corresponde al Flanco Occidental de los Andes y forma parte de la
vertiente del Pacífico. El límite oriental de esta unidad está señalado por los cerros Vizcachuñe,
Oquecollo, Pucipuajo, Aviljivave y Negro, en tanto que por el Sur y Oeste se extiende fuera
del cuadrángulo.
La topografía más abrupta de toda el área se presenta en este sector, la altura mínima
de 3,400 m.s.n.m. queda en el fondo del valle de Chacavira y la máxima de 4,800 m. en el
Cerro Vizcachuñe; esta enorme diferencia de nivel ha dado como resultado la existencia de
profundos valles y quebradas encañonadas tales como Ticalaco, Chacavira, Caparaja, Yanajire
y Suncumayte. La profundidad máxima de estas formas negativas oscila alrededor de 850 m;
las partes más bajas de los flancos de estas quebradas son escarpadas y tienen alturas de
alrededor de 200 m., y la gradiente de los valles está comprendida entre 7.6% y 10.2%.
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INGEMMET
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Todos los valles de esta zona se encuentran en un estado juvenil y en pleno proceso
de profundización. Igualmente se advierten procesos de alargamiento por erosión retrocedente,
entre cuyos fenómenos activantes se puede anotar los frecuentes desmoronamientos en las
cabeceras.
Los valles que atraviesan esta unidad son “valles de elevación de tipo transversal”,
que en el caso presente ofrecen una marcada convergencia hacia las proximidades de la
localidad de Tarata. Se supone que estos valles son el resultado de una rápida erosión
ocasionada por el considerable aumento de los caudales de los ríos debido a los deshielos de
los glaciares en el Pleistoceno y a la gran pendiente inicial.
Algunos de estos valles, principalmente los de las partes más elevadas, localmente
han atravesado las formaciones más modernas y penetrado en rocas con estructuras que no
estuvieron expuestas al comenzar la erosión, por lo cual se les considera como valles
“sobreimpuestos”.
El paisaje de esta unidad está labrado casi exclusivamente sobre las rocas más anti-
guas del área; por los valles preexistentes han descendido derrames más modernos a manera
de lenguas, que influyeron en el drenaje y en la actualidad constituyen un aspecto
geomorfológico particular dentro del conjunto. Esta zona presenta muy escasa vegetación y
es completamente deshabitada.
De Vilaque hacia el Sur el valle Jaruma se estrecha y encañona, y sigue casi entera-
mente una zona de contacto hasta la vecindad de Añaque Putina, donde se ensancha antes de
unirse a otro valle de la vertiente del Pacífico.
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INGEMMET
Esta cadena constituye la divisoria de aguas entre la cuenca cerrada del altiplano pe-
ruano-boliviano y la cuenca del Pacífico (Foto No. 2). Las cumbres más elevadas de la región,
algunas de ellas cubiertas de nieve (nevados de Coruña, Iñuma, etc.), quedan a lo largo de esta
cadena montañosa formada por rocas volcánicas, mayormente horizontales o de muy poca
inclinación. Los derrames volcánicos por efecto de la denudación presentan una configuración
incipiente de gradines y otras veces ofrecen superficies rugosas de extensiones algo reducidas,
terminando frecuentemente en bordes escarpados.
El Arco del Barroso está disectado por una serie de valles y quebradas de tipo
consecuente en estado netamente juvenil, con perfiles transversales en “V” y en gran parte
simétricos y de poco fondo. Estos valles tienen una disposición radial en los conos volcáni-
cos y adquieren formas dentríticas en las partes más bajas. La parte occidental del Arco del
Barroso ofrece mayor pendiente y por consiguiente es más escarpado, los numerosos circos
glaciares le dan un aspecto muy particular cuya descripción se hace aparte. Foto No. 2).
También a lo largo de esta unidad se encuentran varias lagunas pequeñas de origen glaciar,
siendo la más grande la laguna Casiri.
Altiplano
La unidad geomorfológica que se extiende al Este del Arco del Barroso, a excepción
de la pampa de Mamaraya, corresponde al borde occidental del Altiplano peruano-bolivia-
no. En esta parte del Altiplano se han diferenciado las siguientes formas topográficas: plani-
cies, zonas de conos volcánicos y lomadas.
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Foto No. 1. En primer plano un sector de la Pampa Mamaraya. Al fondo, de izquierda a dere-
cha, los cerros Iscampu y Pisarane formados por el volcánico Barroso, y finalmente
el cerro Purupurini compuesto por el volcánico Purupurini.
Foto No. 2. Vista de un circo glaciar, ubicado en los cerros Caparaja e Isca Añaque. Al fondo el
nevado Chontacollo que forma parte de la divisoria de aguas entre el Pacífico y la
cuenca del altiplano peruano-boliviano
Planicies
En la parte del altiplano abarcada por las hojas de Maure y Antajave se encuentran
numerosas planicies de relieve suave, ondulado y con espacios interfluviales moderadamente
convexos.
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INGEMMET
Estas planicies o pampas son llanuras aluviales o también lacustres, producidas por
relleno parcial de cuencas relativamente cerradas. En algunos casos estas acumulaciones
reflejan la superficie de suaves pendientes pre-existentes, y en otros han rellenado depresio-
nes de fondos irregulares. Posteriormente estos depósitos han sido afectados por la erosión
fluvial y actualmente muchos de los valles que atraviesan las pampas están en un proceso
acelerado de encañonamiento, acción que va destruyendo su morfología típica. Un ejemplo
muy claro de este proceso se encuentra en las pampas que se extienden al Este de la cadena
Condorpico-Jucure, en cambio, en Mocco-Mocco Pampa, Caypajapu, Añotocoña, Jihuaña,
Capazo, Llaitire, Achapate, Títire y Pilarpampa, la labor destructiva de los ríos está pasando
por una etapa de inactividad relativa, gracias a obstáculos naturales que han ocasionado la
formación de niveles de base locales y transitorios, prevaleciendo los ríos divagantes y prin-
cipalmente anastomosados, razón por la que frecuentemente inundan las pampas y en algu-
nos casos dan lugar a la formación de bofedales.
Las pampas que se hallan alrededor de las lagunas Vilacota y Tacatta, parecen ha-
berse originado por el relleno de una laguna mucho más extensa que habría sido la antecesora
de aquellas, cuya cubeta fue reduciéndose dando lugar a una llanura lacustre, quedando
como remanentes las lagunas antes citadas.
En esta zona el valle más grande y mejor definido es el Maure, éste comienza a la
altura del caserío Taccata, entre los cerros Chimingo y Ancocollo, cerca al borde Oeste de la
hoja de Maure, a la cual cruza íntegramente con dirección SE, pasando a la hoja de Antajave
para luego continuar un territorio boliviano. En todo este trayecto el valle presenta anchos y
profundidades variables, marcadas inflexiones y una gradiente promedio de 0.4%.
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Foto No. 3. En primer plano un sector de la Pampa Títire. Al fondo el Chila cubierto con abun-
dantes materiales morrénicos y fluvioglaciares en sus partes bajas. Nótese el
grado de destrucción que ha sufrido el cono volcánico.
Foto No. 4. En primer plano un sector de la Pampa Capazo. Al fondo el cerro Soravico formado
por rocas del volcánico Chila, su base aparece cubierta por morrenas.
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INGEMMET
También dentro de esta unidad se han considerado a las rocas volcánicas más o
menos horizontales que circundan a los conos, los cuales forman colinas cortadas por un gran
número de quebradas y a veces terminan en bordes casi verticales.
Todos los conos volcánicos se hallan disectados por numerosas quebradas, que en
muchos casos dan lugar a sistemas radiales bien definidos. (Foto No. 3).
Foto No. 5.- En primer plano un sector del área de Queñaplaza y al fondo los cerros Mucara
donde se distinguen las formaciones Huilacollo (A), Chachacumane (B), Ataspaca
(C) y el volcánico Barroso (D).
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Foto No. 6. Vista de un circo glaciar en el flanco del cerro Chila. Nótese la gran cantidad de
coluvios en las paredes del anfiteatro.
Los mejores ejemplos de aparatos volcánicos están representados por los conos
Condorpico, Chila, Huancure, Toccoraque, Soravico, etc. (Fotos Nos. 3,4,14).
Lomadas
Esta clase de morfología está representada por una sucesión de pequeñas colinas
bajas y alargadas, cuyas partes superiores son en unos casos aplanadas y en otros ligeramen-
te convexas o hasta levemente onduladas. También se presentan como protuberancias aisla-
das o en grupos pequeños de poca altura, de contornos algo circulares y flancos muy inclina-
dos.
En el área de Maure y Antajave existen dos sectores importantes con esta clase de
topografía, que son las lomadas de Alcocollopampa y las lomadas de Pichacane.
La parte más occidental de la zona indicada se halla cubierta por morrenas o materia-
les fluvioglaciares que conforman pequeñas colinas generalmente alargadas, está atravesada
por valles anchos de poca altura, fondo plano y laderas fuertemente inclinadas hasta vertica-
17
INGEMMET
les (Fotos Nos. 7 y 8). En general, estos valles y quebradas son de tipo consecuente y casi
siempre con perfiles transversales simétricos.
En esta zona existen numerosas bofedales y las condiciones climáticas son las mismas
de las planicies, en ella quedan ubicados varios caseríos y cabañas de pastores.
En el área de esta lomadas existen numerosos valles y quebradas con una distribu-
ción marcadamente radial, cuyos perfiles transversales son simétricos y algunos de ellos tie-
nen fondo plano con abundancia de extensos bofedales (Foto No. 9).
La vegetación y las condiciones climáticas en general son similares a las que se pre-
sentan en el sector de Alcocollapampa.
Foto No. 7. En primer plano vista parcial de las lomadas de Alcocollopampa labradas en la
formación Maure. Al fondo de tufos Sencca, cuya posición horizontal se nota bien
en la quebrada Sencca.
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Foto No. 8. Afloramiento del tufo Sencca en la márgen derecha de la quebrada Tolapata, al Sur
de Queñuaputo.
Superficies de erosión
En las áreas vecinas a la hoja de Maure se pueden apreciar con mejor claridad y en
mayores extensiones. En los lugares donde está cubierta por formaciones más modernas, la
traza de dicha superficie se distingue en los flancos de algunos valles, coincidiendo con la pro-
longación del plano de las superficies que se notan en la cima de las colinas.
La superficie Puna se ha formado después del plegamiento de las rocas del volcánico
Huilacollo del Terciario inferior y también después del emplazamiento de los plutones. La
intensa denudación redujo las rocas plegadas y falladas a una penillanura suavemente ondu-
lada caracterizada por colinas suaves y valles amplios de fondo casi plano. Se supone que
esta superficie ha comenzado a labrarse después del Eoceno y finalizado antes del Plioceno.
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INGEMMET
La superficie Maure se reconoce en el extremo Sur del cuadrángulo del mismo nom-
bre y también en el de Pizacoma. Está labrada principalmente en la formación Maure, de
donde deriva su nombre. En la vecindad de Titijahuani y Cairiri se encuentra a una altura de
4,350 m., o sea una diferencia vertical de 450 m. con relación a la superficie Puna.
La superficie Maure es suavemente ondulada, además está disectada por valles pe-
queños y tiene una leve inclinación general en dirección Este-Sureste. Cuando está cubierta
por los volcánicos Sencca es fácilmente reconocible por su traza, más o menos horizontal que
se distingue a lo largo de los flancos de las quebradas.
Esta superficie es suavemente ondulada, está caracterizada por colinas bajas de flan-
cos suaves y se halla disectada por valles amplios de fondo plano.
Foto No. 9 En primer plano las lomadas de Pichacane. Al fondo el cerro Llallahua, donde se
nota el volcánico Barroso (A) sobreyaciendo a la formación Capillune (B).
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Foto No. 10 Cerro Iscampu, formado por bancos de lavas del volcánico Barroso
Glaciación
La glaciación cuaternaria tiene especial interés en este sector de los Andes; pues las
partes más altas han sido afectadas grandemente por la acción denudatoria del hielo, mientras
que las partes bajas adyacentes están cubiertas por morrenas y en mayor proporción por
depósitos fluvioglaciares, que a su vez se hallan parcialmente cubiertos por materia aluvial.
Por otro lado, no todos los lugares por encima de la altitud indicada están cubiertos
de hielo, pues la mayor parte solamente llega a cubrirse de nevizas temporales durante la
estación de lluvias, el resto del tiempo permanecen descubiertos.
21
INGEMMET
Los circos tienen forman simples, colgantes y compuestos, y algunos son del tipo de
acumulación nival. Los tres primeros se caracterizan por tener paredes empinadas principal-
mente en sus cabeceras, sus pisos presentan las hondonadas y desgastes típicos con lagunas
internas en muchos casos, pero no siempre se observan los umbrales; sus paredes se hallan
altamente fracturadas y el material proveniente de su disgregación se acumula como talud de
escombros a sus pies. A diferencia de los anteriores, los circos de acumulación nival no tienen
paredes tan empinadas, ejemplos de estos circos se pueden apreciar en el flanco occidental
de la Cordillera del Barroso, donde también destacan los circos compuestos que son los que
dan una fisonomía particular a la morfología de esta Cordillera. Igualmente, los circos simples
son muy conspícuos, como el que se halla en las cabeceras de la quebrada Caparaja y los
que se aprecian en los cerros Soravico, Chila y Condorpico. (Fotos Nos 2 y 6).
La Cordillera del Barroso como resultado de la erosión glaciar se presenta como una
“cresta dentada”. Los circos de ambos lados de la Cordillera por el retroceso de sus cabe-
ceras han recortado fuertemente las partes altas y originado un paisaje agreste y dentado.
Por otra parte, las morrenas que se encuentran en las planicies parecen ser más
antiguas que aquellas de las partes altas, pues todos sus detalles morfológicos ya han sido
borrados y los elementos que las integran frecuentemente están alterados; además están cor-
tadas por valles, en algunos de los cuales se han hallado testimonios de morrenas más moder-
nas, encontrándose un ejemplo de esta relación en las inmediaciones de la Pampa Laramaque.
Por otro lado, el volcánico Purupurini parece haberse emplazado entre dos etapas de
glaciación, pues rellena una hondonada existente entre los cerros Antajave y Pisarane, ambos
formados por rocas volcánicas mucho más consistentes que la del cerro Purupurini; sin em-
bargo aquellos se encuentran intensamente afectados por la acción glaciar y este último sólo
levemente.
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Igual cosa ocurre con las rocas que forman los cerros Palluta y Chillipiña, ubicados
en el sector comprendido entre el cerro Antajave y el nevado Mamuta, que aparecen como
remanentes de un depósito mayor que se alojó en un valle glaciar.
Estas relaciones se explican suponiendo que la acción denudatoria que han soporta-
do dichos cerros de rocas más resistentes, ocurrió antes de la formación del volcánico
Purupurini; después de este evento tuvo lugar otra etapa de actividad glaciar, pero de menor
intensidad, que afectó también al volcánico Purupurini, el cual por su naturaleza poco com-
pacta y liviana sufrió una fácil desintegración, especialmente en sus flancos.
Drenaje
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INGEMMET
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Clima
En el altiplano de manera general e clima es seco y frío, está caracterizado por una
fuerte insolación y cambios bruscos de temperatura entre el día y la noche, este fenómeno es
más acentuado durante el invierno austral; en este mismo período no son muy frecuentes las
heladas y escarchas, los vientos son persistentes principalmente por las tardes y corriente-
mente adquieren las características de ventarrones; asimismo en determinados sitios se pro-
ducen ventiscas.
En el flanco occidental andino el ambiente es menos seco y más abrigado, las preci-
pitaciones son mayormente líquidas e intensas durante el verano austral, aunque no es raro
que se produzcan lluvias esporádicas en cualquier época del año.
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INGEMMET
Recursos naturales
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ESTRATIGRAFIA
Generalidades
Los volcánicos del grupo Barroso reposan sobre Capillune con discordancia, cu-
bren grandes áreas con derrames más o menos horizontales o formando estructuras cónicas
27
INGEMMET
que siguen un alineamiento en arco, otras veces los conos están dispuestos en forma desor-
denada; a estos volcánicos se asigna una edad plio-pleistocena.
Grupo Yura
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
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INGEMMET
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
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INGEMMET
Formación Ataspaca
La parte inferior del grupo Yura ha sido denominada formación Ataspaca, siguiendo
la nomenclatura dada por J. Wilson (1962) en la hoja de Palca.
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
La topografía que origina las rocas de esta formación tiene superficies suaves, pero
no es raro encontrar dentro del conjunto algunos horizontes de mayor dureza que destacan y
corresponden a capas areniscosas.
Los estratos arcillosos no son muy abundantes y casi siempre se les encuentra en
capas delgadas y algo endurecidas.
Las areniscas tienen una textura que varía de fina a gruesa, la matríz a veces es algo
arcillosa y algunos horizontes tienen cemento calcáreo; el grado de compactación es variable,
pero normalmente la cohesión es considerable.
Las calizas en ciertos casos se presentan algo arcillosas y silicosas en estratos mayor-
mente delgados; en algunos sitios se han encontrado nódulos pequeños de forma elipsoidal,
con su eje mayor orientado a lo largo de los planos de sedimentación; dichas concreciones
son de naturaleza calcárea y coloración más oscura que las calizas que las contiene, además
son más fácilmente solubles, por lo que las calizas a veces se muestran con pequeñas cavida-
des.
33
INGEMMET
Formación Chachacumane
A las areniscas y cuarcitas de la parte superior del grupo Yura se les ha denominado
formación Chachacumane, de acuerdo a lo propuesto por Wilson (1962) en la hoja de
Palca, cuyo afloramiento pasa en forma ininterrumpida a la hoja de Maure.
Esta formación se halla expuesta en los lugares más altos del cerro Altarani, donde se
encuentra conformando un pliegue asimétrico muy pequeño; la prolongación de este aflora-
miento hacia el Sur queda en primer lugar debajo de un conglomerado volcánico y un poco más
allá debajo de derrames volcánicos, con relación discordante; por otro lado sobreyacen a la
formación Ataspaca en aparente conformidad o con muy débil discordancia. (Foto No. 5).
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Algunos bancos de las cuarcitas muestran una estratificación cruzada bien notoria; en
general se encuentran muy fracturadas en forma irregular, pero en algunos lugares dichas
fracturas se hallan bien alineadas y definidas, conservando en conjunto un marcado paralelis-
mo, con sus planos de junturamiento casi perpendiculares a los de estratificación.
35
INGEMMET
Grupo Toquepala
Aunque las rocas volcánicas pertenecientes a este grupo tienen gran propagación en
el Sur del país, en Maure y Antajave sus afloramientos son relativamente escasos, sólo que-
dan expuestos en un pequeño sector del extremo Suroeste de la hoja de Maure, además de
algunos afloramientos menores más al Norte y en el límite Oeste del mismo cuadrángulo.
Por otra parte, si se tome en cuenta el proceso de los eventos volcánicos se tiene que
cada manto volcánico, es el reflejo en parte de la superficie sobre la cual se emplazó, además
su composición y volumen varían lateralmente de acuerdo con las distancias de sus posibles
focos de origen, por estos hechos las rocas involucradas en este grupo muestran ciertas
diferencias tal como se indica en las tablas Nos. 2 y 3.
Por lo dicho se comprende que no es posible seguir por grandes distancias todos los
mantos volcánicos, por esta razón se ha tratado de agruparlos teniendo en cuenta su parale-
lismo en tiempo, aunque en ciertos casos difieren en aspecto y hasta en composición.
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Volcánico Huilacollo
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Superyaciendo a estas rocas se encuentran otras brechas volcánicas, las cuales hacia
la parte superior van perdiendo su coherencia a la vez que disminuye el tamaño de sus ele-
mentos, la matríz es lapillítica con sus intesticios rellenados por tufos.
A partir del cerro Churicollo, hacia el Norte, cerca del límite Oeste del cuadrángulo
de Maure, el volcánico Huilacollo aflora a manera de ventanas entre las lavas posteriores y
los depósitos fluvioglaciares; uno de estos afloramientos se observa en la quebrada Jaruma
Grande y otro, el más septentrional, se presenta al Sur del cerro Ancocollo. Estos aflora-
mientos están constituidos por brechas y derrames volcánicos de composición intermedia y
coloración variada.
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Formación Maure
Las rocas de esta unidad fueron primeramente estudiadas en Bolivia, por R. Kozlowski
(1918) bajo el nombre de Estratos del Río Mauri”, posteriormente Ahlfeld y Branisa (1960)
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INGEMMET
las describe con la categoría de formación. Dichos autores incluyen en la unidad una serie
sedimentaria inferior y un manto de toba volcánica superior, separados por una discordancia.
La sección típica se halla a orillas del río Mauri, cerca a la frontera con el Perú, de donde se
prolonga al área Maure-Antajave. En el presente informe los dos miembros se consideran
separadamente, teniendo en cuenta su litología y la discordancia entre ellos, y se describen
con las denominaciones de formación Maure (en vez de Mauri) y volcánico Sencca, respec-
tivamente (Foto No. 7).
La formación Maure aflora principalmente en los flancos del valle homónimo y que-
bradas tributarias del extremo Sudeste del cuadrángulo de Maure y sector Sur de Antajave.
La formación normalmente aparece estratificada en capas gruesas alcanzando algunas de
ellas más de 3 m. de espesor, pero también se encuentran en escasa proporción capas delga-
das; en conjunto todas ellas se muestran como estratos bien definidos y en algunos casos
lenticulares, de posición subhorizontal o con inclinaciones de muy poco ángulo.
Las brechas son de naturaleza volcánica y de color oscuro, sus elementos angulosos
y sub-angulosos varían entre 5 y 20 centímetros de diámetro, llegando en algunos casos a
tener más de 0.50 cm., la matríz es tufácea y en parte arenosa y algo conglomerádica.
Las areniscas y areniscas tufáceas son de grano fino a grueso, de color blanco a gris
o gris verdoso, buena estratificación, compactas a medianamente compactadas y en algunos
casos hasta sueltas; la matríz es arcillosa.
Las limolitas y arcillas son de color marrón, se hallan en capas delgadas, son com-
pactas e intercalan principalmente con las areniscas y las tufitas.
De un modo general se puede decir que en la formación Maure hay una gran propor-
ción de materiales volcánicos, estos son más persistentes y aún llegan a predominar hacia la
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
parte superior. La naturaleza y características de las capas que integran esta formación,
indican que los materiales han sido acarreados y depositados por torrentes en un ambiente
lacustre.
Una de las mejores exposiciones de la formación sobre el río Maure, ofrece la si-
guiente litología.
Estratos Descripción Grosor en m
Volcánico Sencca
Discordancia angular
Formación Maure
16 Conglomerado lapillítico con matríz tufácea....................................................... 0.60
15 Areniscas gris oscuras y rojizas con lentes aglomerádicos.................................. 0.10
14 Tufo color salmón, poco compacto, con inclusiones angulosas y
subangulosas, principalmente de andesitas y pómez ......................................... 5.00
13 Tufo retrabajado de color salmón con inclusiones líticas pequeñas,
estratificación gruesa a delgada......................................................................... 7.00
12 Conglomerado volcánico con matríz tufácea ..................................................... 2.00
11 Arenisca tufácea de color salmón. Hacia la parte inferior son gris
claras y contienen lentes conglomerádicos....................................................... 15.00
10 Areniscas conglomerádicas de color gris, poco compactas y fácilmente disgregables
2.00
9 Areniscas tufáceas blandas, de color gris y grano medio .................................... 5.00
8 Conglomerado volcánico fino con matríz tufácea y color gris claro,
contiene lentes de arena ................................................................................... 3.00
7 Tufo riodacítico de color blanquecino y textura fina, con un
horizonte de 5 m. de arcilla blanca en la base .................................................... 1.00
6 Areniscas gruesas algo conglomerádicas, con intercalaciones de
horizontes de tufos retrabajados de color salmón .............................................. 2.50
5 Tufo dacítico de color gris, poco compacto y con abundantes
inclusiones de pómez...................................................................................... 11.50
4 Alternancia de areniscas gruesas, areniscas conglomerádicas y
conglomerados, grises y gris claros ................................................................... 4.00
3 Tufo riolítico de color blanco, con pocas inclusiones de pómez .......................... 8.00
2 Areniscas y conglomerados alternantes en estratos delgados y medianos ........... 6.00
43
INGEMMET
Volcánico Sencca.
44
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Las rocas se componen de elementos vítreos, cristalinos y líticos, cuyo color predo-
minante es blanco a blanco grisáceo, encontrándose también unos tufos rojizos en la parte
inferior.
Estos tufos son casi siempre lapillíticos y brechoides, en general tienen una coheren-
cia apreciable y poca dureza, pero hay casos donde son poco consistentes y por tanto fácil-
mente disgregables; engloban abundantes fragmentos angulosos hasta redondeados de lavas
y pómez, los fragmentos de pómez son los más abundantes y los de mayor tamaño. Igual-
mente contienen capas lenticulares de aglomerados y brechas tufáceas, cuyas proporciones
en algunos casos es considerable.
Los tufos Sencca en los cortes de los valles y quebradas ofrecen escarpas muy pro-
nunciadas, en cuyas paredes se distingue una disyunción columnas, tabular y en algunos casos
sólo es posible apreciar un resquebrajamiento desordenado (Foto No. 8).
Superficialmente los tufos muestran una costra endurecida de color más oscuro que
la roca fresca debido a la meteorización; otras veces se disgregan fácilmente dando lugar a un
manto de material completamente suelto, de grano fino hasta pulverulento.
Formación Capillune
La formación tiene amplia distribución en las hojas de Maure y Antajave; sus rela-
ciones estratigráficas son: yace con leve discordancia sobre el volcánico Sencca y soporta a
los volcánicos del grupo Barroso con discordancia erosional (Foto No. 9).
Otros sitios donde existen buenas exposiciones son las faldas de los cerros Amcolla,
Llallahua, Coracorani, pampa Cochiuta, cerros Pichacane, Juana, Pisiquire, Chocochocone,
y en los lugares aledaños a los caseríos de Caonajayabe, Paconasa, Tiracullo, Challamuco,
Huaylluma, Condoriqueña, Taccata, etc.
Los conglomerados también son abundantes y tiene una coloración gris amarillenta o
gris verdosa, se muestran en estratos y bancos gruesos con algunos casos de lenticularidad,
pero en general la estratificación no siempre es definida. Estos conglomerados están com-
puestos por elementos volcánicos redondeados, subredondeados y esporádicamente
angulosos, de tamaño muy variable y se hallan en una matríz areniscosa o tufácea, y casi
siempre ofrecen moderada compactación.
46
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
El espesor máximo observado es de 195 m., pero esta cifra varía completamente de
un lugar a otro, en algunos sitios sólo tiene unos pocos metros; sin embargo, fuera del área de
Maure y Antajave se han observado
47
INGEMMET
48
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Grupo Barroso
Dentro del grupo hay algunos tipos de rocas que podrían constituir magníficos niveles
guías; sin embargo, sólo tienen un valor local por su escasa amplitud, razón por la cual no se
han considerado para hacer divisiones que podría resultar arbitrarias.
Por las características anotadas las rocas del grupo se han dividido en las siguientes
unidades: Volcánico Chila, Volcánico Barroso y Volcánico Purupurini.
Volcánico Chila
Se denomina así al conjunto de coladas lávicas y piroclásticos que forman los conos
volcánicos más antiguos del área, es decir aquellos que se hallan al Este y Noreste de la
Cordillera del Barroso, donde destacan conspicuamente por sus formas imponentes en el
paisaje del altiplano. El nombre deriva del cerro homónimo ubicado en la hoja de Maure.
Estos conos volcánicos se diferencian nítidamente de otros de edad más reciente por sus
formas regulares, bases amplias de contorno circular y fuerte erosión glaciar.
49
INGEMMET
Las relaciones de campo del volcánico Chila no son muy claras, debido a la cubierta
de morrenas y fluvioglaciares que cubren la mayor parte de los afloramientos. Queda cubier-
to por corrientes lávicas del volcánico Barroso con discordancia que muestra cierta angularidad
por acumulación original; en cambio descansa discordantemente sobre la formación Capillune.
En los volcanes del volcánico Chila son comunes los circos glaciares y sus flancos se
hallan cubiertos en gran parte por depósitos morrénicos, destacando sólo la parte superior
del volcán. Rocas volcánicas más modernas cubren en parte los flancos de dichos volcanes
y en muchos casos quedan completamente tapados por productos de reactivaciones poste-
riores.
50
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
de sus flancos están cubiertos por morrenas, a excepción de la quebrada Chiliculco donde
aflora el volcánico Barroso. En el cono descrito la litología del volcánico Chila está constitui-
da por una alternancia de bancos de brechas de flujo con aglomerados de elementos de gran
tamaño, y hacia la parte superior con derrames andesíticos y traquiandesíticos de textura
porfiroide hacia los niveles superiores.
Otro ejemplo del volcánico Chila se halla en el cerro Condorpico (5,400 m.) que se
encuentra ubicado en el empalme de la hoja de Maure con la de Palca. Es un cono volcánico
que se eleva alrededor de 1,000 m. sobre la planicie y sus flancos muestran una pendiente
promedio de 17%. Las rocas que conforman este cono consisten de una alternancia de lava
con brechas de flujo y aglomerados. Las lavas de un modo general son de grano más fino
que las del Cono Chila y se presentan con coloraciones oscuras hasta negras. Los aglome-
rados y brechas son de colores más claros. El Condorpico se halla más destruido que el
Chila, en los anfiteatros existen pequeñas lagunas y en sus flancos hay explanadas.
El cerro Soravico (5,200 m.s.n.m.) es otro cono que se yergue unos 700 m. por
encima de la planicie, sus flancos tienen una pendiente promedio de 19%, y en gran parte
están cubiertos por morrenas bien conservadas (Foto No. 4). La estructura está formada
por mantos de lavas intercaladas con proporciones menores de brechas. Las lavas son
andesíticas, oscuras, de grano fino en las partes inferiores y más gruesas hacia arriba, es
decir, hacia las partes externas.
El espesor del volcánico Chila se estima en 1,000 m. pudiendo ser mayor, especial-
mente en el caso del cerro Condorpico.
51
INGEMMET
52
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
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INGEMMET
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
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INGEMMET
Volcánico Barroso
Las lavas Barroso reposan con discordancia de erosión y a veces con discordancia
angular sobre las formaciones más antiguas; a su vez, soportan con discordancia erosional al
volcánico Purupurini.
Las andesitas, especialmente las de grano más fino, cuando se encuentran en bancos
horizontales o con muy poca inclinación ofrecen una estructura subesquistosa bien marcada.
En general las diferentes emisiones lávicas se presentan en bancos gruesos, en algunos de
ellos se advierte una estructura fluidal con disposición subparalela incipiente de sus minerales;
en otros casos el carácter fluidal es bien marcado, pues todos sus elementos tienen un alinea-
miento definido; por lo común los bancos se presentan en bloques irregulares.
Las brechas son de flujo y se intercalan entre las lavas en bancos más delgados; los
elementos de las brechas son andesíticos, subangulares, con tamaños variables entre 5 y 10
cm. de diámetro, sin embargo algunos son mayores de 30 cm. La matríz es andesítica y de
grano fino a medio.
Los aglomerados se hallan en menor proporción que las brechas, son mayormente
andesíticos, en matríz tufácea y de compactación moderada.
56
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Las rocas de este miembro forman principalmente las estructuras cónicas y cupulares,
los mantos volcánicos tienen inclinaciones pronunciadas en el mismo cono, pero en sus bases
llegan a ser casi horizontales. Ejemplos muy característicos se hallan expuestos en el nevado
Antajave, los cerros Tres Puntas, Koverane, Chocata, Barahuarani, etc.
El miembro superior es de naturaleza tufácea, está constituido por los llamados “tufos
de cristales”, son de composición fundamentalmente traquítica a traquiandesítica, con peque-
ñas variaciones en el tamaño de sus granos tanto vertical como lateralmente. Este miembro
tiene gran propagación en las áreas de Maure y Antajave, se le encuentra en las partes más
externa de los conos volcánicos rellenando grandes depresiones irregulares, también a mane-
ra de lenguas en los valles más profundos o formando cubiertas casi horizontales de poco
espesor. El contacto con el miembro inferior en la mayoría de los casos es discordante,
aunque hay sitios en que estas relaciones no están muy claras.
El color de la roca en las partes inferiores es gris oscuro hasta gris azulado en fractura
fresca, hacia los niveles superiores, debido esencialmente al intemperismo, va cambiando a
tonalidades rojizas cada vez más débiles. En los lugares próximos a las vertientes termales y
yacimientos de azufre, han sufrido un proceso de decoloración intenso por la circulación de
emanaciones gaseosas, adquiriendo color gris blanquecino o blanco sucio, como se puede
apreciar en el abra de los nevados Auquitaipe y Casiri, en la quebrada Auquitaipe, en las
faldas del cerro Mocomocone y en la azufrera Gloria (Foto No. 15).
57
INGEMMET
Volcánico Purupurini.
Los otros afloramientos forman los cerros Kere (Foto No. 13), Palluta y Chillipiña;
además, existen pequeños remanentes de las mismas rocas en el paraje de Pacollo, cerro
Chaucarcollo, Pampas Quesane, Mamaraya, etc.
58
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Foto No. 11.- Vista del nevado Casiri. Los mantos de lavas corresponden al volcánico Barroso.
Foto No. 12.- Vista del cerro Purupurini con el afloramiento típico del volcánico Purupurini. El
lugar queda al lado Oeste de la Apacheta de Livine sobre la carretera Tacna-Ilave.
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INGEMMET
Los afloramientos del volcánico Purupurini son muy característicos debido a sus su-
perficies de erosión inconfundibles, de aspecto afrolítico y en parte algo rugoso. Los diferen-
tes bancos forman pequeñas plataformas escalonadas, en algunos casos con perfiles leve-
mente arqueados, que terminan casi siempre en escarpas bien pronunciadas.
Depósitos fluvioglaciares
Bajo este nombre se han considerado en el mapa geológico en una sola unidad, las
morrenas y los fluvioglaciares propiamente dichos.
Morrenas
Los depósitos de esta clase se hallan en la actualidad en su mayor parte muy afecta-
dos y obliterados por los agentes remocivos, a tal punto que no es posible identificarlos en
toda la magnitud que alcanzaron como consecuencia del máximo avance de los glaciares en el
área. Debido a esta remoción sólo quedan pequeños remanentes aislados, restringidos prin-
cipalmente a los flancos de los conos volcánicos o áreas elevadas, donde conservan clara-
mente su morfología característica, tal como puede observarse en las fotos (Nos. 3, 4 y 14).
60
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Foto No. 13.Vista del cerro Kere, ubicado al Este del nevado Antajave, constituido por rocas del
volcánico Purupurini.
Foto No. 14.Vista del cerro Toccoraque constituido por rocas del volcánico Barroso, cubiertas
en gran parte por depósitos morrénicos y fluvioglaciares.
61
INGEMMET
Foto No. 15.- Vista del cerro Paucarani con el nevado Casiri a la izquierda y el nevado Mamuta
a la derecha. Al pie del cerro Paucarani se distingue parte de la azufrera Gloria.
Foto No. 16.- Vista parcial de la boratera de Sapiutapa ubicada en la pampa de Chillicolpa, al
Oeste de Challapalca.
62
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Fluvioglaciares
Esta clase de depósitos se encuentran en los lugares bajos inmediatos a las laderas,
donde se muestran como acumulaciones clásticas de gran distribución en la región. También
estos depósitos se hallan como remanentes a lo largo de los valles y quebradas altas, perte-
neciendo la mayoría de ellos a la categoría de “depósitos de transición encauzados”.
Estos depósitos están formados por una gran variedad de materiales, mayormente
volcánicos, que muestran una escasa selección de sus componentes, incipiente estratificación
y un espesor máximo de 50 m. aproximadamente.
63
INGEMMET
Los límites entre las morrenas y fluvioglaciares no siempre son bien definidos, estos
últimos en sus partes más elevadas están constituidos por material algo más grueso, consis-
tentes de arenas gruesas, gravillas, gravas y de menor proporción de bloques y fragmentos
grandes, las dimensiones de estos materiales van disminuyendo hacia las partes bajas donde
predominan las arenas y gravillas finas formando horizontes definidos de poca extensión y
espesor.
Volcánico Paucarani
Son rocas compactas, duras, livianas, en parte vesiculares y contienen algunas inclu-
siones mayormente de lapilli de carácter tufáceo y escoriáceo, cuya composición es similar a
la roca principal.
Los derrames muestran una estructura fluidal poco desarrollada, pues sus constitu-
yentes minerales tienen una disposición subparalela, menos acentuada en el caso de la sanidina;
en cambio, en la superficie de las distintas efusiones se presentan líneas de flujo bien defini-
das, cuyos contornos convexos de mantienen preservados y muestran una cuerda de mayor
longitud a medida que se alejan del punto de origen, conformando una estructura semejante al
tipo “ trappeano”.
Claramente se advierte que el avance de las lavas fue corto y siempre en cada fase
han seguido un solo sentido. Al respecto se ha observado que las emisiones han avanzado en
64
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
tres direcciones diferentes, que en orden de sucesión son las siguientes: de Norte a Sur, de
Noroeste a Sureste y de Este a Oeste; los mantos en todos los casos tienen una inclinación
suave, gran grosor y poca amplitud, factores que indican cierta viscosidad en las lavas.
Cenizas volcánicas
Las cenizas son de color blanquecino a gris claro, pulverulentas; litológicamente con-
sisten de material fragmentario de 1 a 4 mm. de tamaño, en el que se distingue a simple vista,
partículas de pómez, feldespatos, cuarzo y polvo fino, formando un conjunto homogéneo y
sin estratificación.
Con los datos que se disponen no es posible atribuirlas a una actividad ígnea cono-
cida dentro del área, tampoco se ha establecido si la ubicación es original o han sido acarrea-
das y acumuladas por acción eólica, circunstancias por las cuales no es factible correlacionarlas
con otros depósitos de cenizas de la región.
Los depósitos clásticos modernos tienen una amplia propagación en el área de Maure-
Antajave, donde forman una cubierta superficial que enmascara las relaciones estratigráficas
y estructurales de las rocas subyacentes.
65
INGEMMET
Entre estos depósitos se diferencian las acumulaciones aluviales que son los más
extensas, los coluviales, conos de escombros, fluviales, eólicos, etc. Los límites de estos
depósitos mayormente son gradacionales y su mapeo se ha hecho bajo la denominación
general de aluviales.
Conos de escombros
Los depósitos de este tipo se encuentran acumulados al pie de las laderas y pendien-
tes empinadas, y en la parte inferior de las pequeñas quebradas secas, donde destacan por su
forma, naturaleza del material que no muestra selección ni rasgos de estratificación.
En el área estudiada los conos de escombros se observan por doquier con dimensio-
nes variables, y son el testimonio de una erosión activa e intensa en el modelado de detalle del
paisaje actual de la región.
Depósitos aluviales
Los depósitos aluviales rellenan las depresiones y lugares pandos comprendidos en-
tre las diferentes cadenas de cerros, constituyen gran parte de las planicies o pampas del
altiplano y en muchos casos corresponden a verdaderas “ llanuras aluviales “. Estos depósi-
tos litológicamente se componen de gravas, arenas y arcillas, mayormente de naturaleza vol-
cánica, que muestran una estratificación poco definida y un carácter lenticular.
66
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Depósitos fluviales
Esta clase de depósitos se hallan restringidos al fondo de los valles de los ríos actua-
les, están compuestos principalmente de conglomerados, gravas y arenas pobremente
estratificadas en bancos, con lentes de limos y arcillas.
Los depósitos fluviales normalmente no alcanzan mayor grosor y en los sitios donde
se hallan un poco alejados de los cursos de agua se van confundiendo con los aluviales más
antiguos o con los fluvioglaciares.
Las acumulaciones más importantes de este tipo se hallan a lo largo del río Maure y
algunos de sus tributarios mayores. En ciertos tramos del Maure se está produciendo actual-
mente un relleno parcial de su cauce provocado por la existencia de niveles de base locales y
transitorios, formados por estratos resistentes. Por ejemplo, en la proximidad de Conchachiri
afloran bancos de conglomerados compactos que interrumpen el perfil longitudinal del valle,
determinando la acumulación del material de acarreo aguas arriba, mientras que aguas abajo
predomina la erosión.
Depósitos eólicos
67
INGEMMET
68
Capítulo IV
Rocas plutónicas
Como puede apreciarse en le mapa geológico la extensión que abarcan los plutones
es relativamente pequeña y aparecen en dos sectores separados por una lengua del volcánico
Barroso.
El afloramiento de los plutones destaca dentro de las rocas volcánicas por sus colo-
res claros y superficies suaves hasta algo redondeadas.
69
INGEMMET
Edad.- Con respecto a la edad de estos plutones se sabe que están intruyendo al
grupo Yura del Jurásico superior-Cretáceo inferior, también penetran al volcánico Huilacollo
del Terciario inferior; juntamente con las formaciones citadas han sufrido la peneplanización
que originó la superficie Puna. Por otro lado, en ciertas áreas de la costa Sur (Hojas de
Clemesí, Locumba, etc.) los intrusivos subyacen con discordancia erosional a la formación
Moquegua del Mioceno. Estas relaciones generales de campo sugieren ubicar el emplaza-
miento de los plutones del cuadrángulo de Maure, en el Cretáceo superior-Terciario inferior.
Rocas filonianas
Las rocas hipabisales se encuentran en diferentes sitios del área, en forma de diques,
filones capas y chimeneas volcánicas, en los dos primeros casos son generalmente de com-
posición andesítica.
Los diques normalmente son angostos, cortos y son inclinaciones que llegan hasta
subverticales. Los filones capas en general son de poca amplitud lateral y grosores reduci-
dos; su posición es subhorizontal o con inclinaciones que guardan relación con la de las rocas
volcánicas.
70
GEOLOGIA ESTRUCTURAL
A esta unidad corresponden las rocas del gurpo Yura y del volcánico Huilacollo, en
cuyos afloramientos se han observado los siguientes elementos estructurales.
Pliegues
71
INGEMMET
reducida extensión, cuyo eje tiene un rumbo N 30° O y su plano axial es recto e inclinado
hacia el Noreste. Los flancos en el núcleo del pliegue están constituidos por las cuarcitas de
la formación Chachacumane con buzamientos generales que varían de 14° a 31°, el flanco
más inclinado es el Noreste. En el flanco Suroeste aparece la formación Ataspaca, con
inclinaciones más acentuadas (50° a 60°) a medida que se aproxima al contacto con el intrusivo.
Igualmente se han observado algunas flexuras suaves que dan un aspecto levemente
ondulado al terreno, los mejores ejemplos se aprecian en el área comprendida entre los
cerros Mucara y Vizcachuñe, donde todas ellas se hallan alineadas conforme a la tendencia
de los pliegues mayores.
Fracturas
En las formaciones pre-plutónicas se han observado una gran variedad de estas es-
tructuras, destacando entre ellas las junturas y las fallas.
En general las rocas están afectadas por dos sistemas principales de junturas, uno es
paralelo a los planos de estratificación y el otro corta perpendicularmente al primero, origi-
nando una disyunción de bloques prismáticos. Además existen otras junturas diagonales a las
anteriores pero son de menor importancia.
72
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Las fallas que se han observado son de poca magnitud y saltos muy reducidos, en la
mayoría de los casos estas fallas se deben a esfuerzos tensionales.
En el sector del altiplano abarcado por las hojas de Maure y Antajave, no se obser-
van fallas en superficie por la cubierta que forman los volcánicos post-orogénicos y depósitos
clásticos cuaternarios, pero es muy probable que las rocas pre-plutónicas subyacentes se
encuentren falladas. En base a esta suposición se interpreta a esta región como una cubeta
tectónica formada en la superficie Puna, por fallamientos en bloques, quedando limitada al
Este por la Cordillera Real de Bolivia y al Oeste, por los Andes Occidentales del Sur del
Perú. Esta depresión fue rellenada por sedimentos y volcánicos durante el Terciario superior
y el Cuaternario.
En lo que respecta al área de este trabajo algunas de las fallas del lado occidental de
dicha cubeta, se infieren aproximadamente en el límite Nororiental de los afloramientos del
volcánico Huilacollo, donde existe un alineamiento pronunciado de rumbo general Noroeste-
Sureste, con una concavidad hacia el Pacífico. El alineamiento corresponde al Arco del
Barroso, que a su vez coincide con la línea de fuego más reciente de la región. Asimismo,
existe otro alineamiento paralelo al anterior que está indicado por la ubicación de los conos
del volcánico Chila y puede corresponder a una zona de fracturamiento o simplemente de
debilidad, a lo largo de la cual se han formado dichos aparatos volcánicos. En cambio más al
Este los conos tienen una disposición irregular.
Para poder establecer las verdaderas relaciones de estas posibles fracturas son ne-
cesarios mayores estudios regionales.
Estos productos volcánicos forman las partes más elevadas de la Cordillera Occi-
dental de los Andes en esta parte del país.
73
INGEMMET
Los conos y demás acumulaciones volcánicas han dado lugar muchas veces a la
formación de cuencas cerradas, las cuales han sido parcialmente rellenadas por depósitos
clásticos.
Los principales elementos estructurales que se presentan en esta unidad son los si-
guientes :
Las rocas volcánicas del grupo Barroso se encuentran en parte formando estructuras
cónicas definidas, pero los conos más grandes y de amplia base circular son los formados por
el volcánico Chila, esta regularidad de formas de los conos Chila se debe en parte, al hecho
de que se emplazaron sobre superficies más o menos planas, mientras que los conos más
modernos, o sea los correspondientes al volcánico Barroso, se han adaptado a una topogra-
fía preexistente más irregular, por lo cual el contorno de sus bases es a veces algo asimétrico.
Ciertas lavas y especialmente las del miembro inferior del volcánico Barroso, presen-
tan una exfoliación bien marcada que semejan a capas muy delgadas hasta laminares; la
exfoliación coincide con las superficies del enfriamiento en cada manto y por consiguiente
tienen la misma dirección e inclinación de los derrames. Los derrames en algunos casos,
especialmente cuando han encontrado algún obstáculo en su desplazamiento, se han flexionado
hacia abajo, originándose un fracturamiento radial a partir del centro de la curvatura; otras
veces los derrames están suavemente ondulados dando la impresión de arrugamiento.
Las fallas observadas en esta unidad son pequeñas y de tipo tensional, ocurren prin-
cipalmente en los volcánicos Barroso y Purupurini. La falla más importante es la de Pacollo
que se encuentra en la naciente del río Chaquiri, entre los cerros Pacollo y Sorpresani. Esta
falla se reconoce por una distancia de 6.5 Km. con rumbo N 5° O, a partir del Cerro Chucñuma
cambia a N 30° O hasta perderse debajo de los fluvioglaciares en la pampa de Tabacollo.
La falla está caracterizada por una escarpa pronunciada en el bloque oriental, donde
se interrumpen las capas del volcánico Barroso; delante de la escarpa hay una depresión
longitudinal y angosta en la cual se alojan pequeñas lagunas.
74
Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Aparte de la falla Pacollo, las otras estructuras de esta clase observadas en los cerros
Caracollo, Chillipiña, Purupurini y Pallallamaco son de muy poca longitud y desplalzamiento.
Están representadas por pequeñas escarpas con alineamiento más o menos definidos y para-
lelos entre sí, sus rumbos varían entre N 5° y 12° O. Los planos de falla son fuertemente
inclinados y hasta casi verticales.
Estructuras similares a las anteriores existen en los cerros Putina y Quequesani donde
se han reconocido dos sistemas principales de fallas con rumbos promedios N 11° O y N 5°
E respectivamente. Oblícuamente al segundo sistema se presentan fracturas tensionales,
paralelas entre sí y con rumbo promedio N 30° O.
Las fallas descritas afectan a rocas del grupo Barroso, la erosión en grado moderado
de sus escarpas hace suponer que son de origen casi reciente. Por su ubicación en los flancos
de la Cordillera se asemejan a las estructuras denominadas “ Escarpas de piedemonte “; por
lo cual se supone que se trata de fracturas de reajuste probablemente asociadas a reactivaciones
de fallas antiguas.
Esta unidad comprende a todas las rocas ígneas intrusivas dentro del área, las cuales
atendiendo a su profundidad de consolidación, formas, dimensiones y relaciones con las
rocas intruidas han sido consideradas como stocks, diques, filones, capas y chimeneas.
Los stocks en algunos lugares de las zonas de contacto, presentan una foliación,
primaria poco desarrollada, cuya orientación de un modo general, coincide con la línea de
contacto. Igualmente en los bordes del stock se observan pequeñas fracturas de tipo tensional
más o menos perpendiculares al contacto.
75
INGEMMET
Las series de junturamientos más difundidos son las longitudinales (en algunas de las
cuales se hallan pequeños diques) y las diagonales, que forman un sistema conjugado dando
lugar a disyunciones en forma de bancos que en muchos lugares aparentan una
seudoestratificación. También se presentan bloques irregulares ocasionados por fracturas
transversales a las anteriores.
Por otro lado, no son raros los casos de disyunción en bolas, estas se presentan en
forma de esferas regulares de tamaño variable, algunas de las cuales presentan una estructura
catafilar.
En cuanto a las rocas hipabisales, las observaciones hechas han sido muy limitadas
debido a lo reducido de sus afloramientos, habiéndose notado solamente una lineación para-
lela a sus contactos o un fracturamiento desordenado.
76
GEOLOGIA ECONOMICA
Asimismo no se tiene referencia de que algún depósito metálico haya sido explotado
en el pasado, únicamente se sabe de la explotación de algunos yacimientos no-metálicos,
cuya extracción en el presente se halla paralizada por diferentes motivos.
En el área estudiada se observan dos tipos de mineralización, por un lado, las forma-
ciones anteriores a los plutones presentan manifestaciones de mineralización metálica y por
otro, las rocas posteriores a dichos plutones se caracterizan por la ocurrencia de minerales
no-metálicos. Al primer grupo corresponden las rocas del grupo Yura y el volcánico Huillacollo,
este último es equivalente al volcánico Tacaza, que es una formación de gran importancia en
la región, por albergar yacimientos de metales comunes y preciosos.
En el Altiplano de Maure y Antajave las rocas indicadas, quedan cubiertas por for-
maciones sedimentario-volcánicas post-minerales; sin embargo, mediante exploraciones
geofísicas o geoquímicas quizás puedan localizarse depósitos minerales en situaciones favo-
rables para su explotación.
Estos datos corroboran al conocimiento regional que se tiene, en el sentido de que las
unidades volcánicas nombradas se han originado después del período de mineralización que
77
INGEMMET
dio lugar a los yacimientos metálicos que ocurren en esta parte del país, resultando por lo
tanto, desfavorables para la prospección por minerales metálicos; en cambio relacionados
con estos volcánicos existen algunos depósitos de azufre.
Mineralización metálica
En primer lugar en las áreas donde el volcánico Huilacollo, está penetrado por los
plutones existe una aureola de alteración amplia y profunda, caracterizada principalmente por
la presencia de hidróxidos de fierro y material arcilloso que aparecen con coloraciones ama-
rillentas, pardas o rojizas. En estas zonas las rocas se muestran muy porosas, descompuestas
y parcialmente disgregadas originando un material suelto. En las mismas zonas también se
distinguen manchas de carbonato de cobre que dan coloraciones características a los sitios
donde se hallan localizados.
Dentro de las rocas menos alteradas se advierte la presencia de chispas, así como
venillas y lentes diminutos de pirita y chalcopirita. Aparentemente se trata de una mineralización
diseminada; y si se toma en cuenta el grado de alteración de las rocas y la oxidación superfi-
cial, cabe la posibilidad de que exista algún yacimiento de valor económico.
También en algunas brechas interlavas de los conos del volcánico Chila se ha visto
pequeñas manifestaciones de óxidos y sulfuros de fierro, probablemente asociadas con el
volcanismo.
78
Depósitos no-metálicos
Los depósitos no-metálicos que han sido trabajados en el área, comprenden peque-
ños yacimientos de azufre y ocurrencias superficiales de boratos, ambos relacionados
genéticamente a los acontecimientos volcánicos de la región.
Los depósitos de azufre de las minas Gloria y San Luis fueron explotados en diversas
oportunidades hace algún tiempo, pero a la fecha los trabajos se hallan paralizados.
La mina Gloria se halla ubicada al Sureste del nevado Paucarani y al Noreste del
cerro Mocomocone (Foto No. 15). La zona mineralizada con azufre cubre un área de forma
irregular de cerca de 1 Km2. El azufre se encuentra dentro de un material volcánico muy
alterado, en forma de lentes y masas de forma caprichosa e irregularmente distribuidos, y a
veces fuertemente mezclados. El espesor del material descompuesto es variable y en la
actualidad exhalan abundantes emanaciones sulfurosas.
La mina San Luis no ha sido examinada por encontrarse las labores inundadas y en
parte cubiertas por nieve, advirtiéndose únicamente desprendimientos de anhidrido sulfhídri-
co.
Los principales minerales son bórax y úlexita que se hallan asociados con epsomita,
cloruro de sodio, geyserita y material arcilloso; estos minerales se presentan como costras
superficiales, generalmente de pocos centímetros de grosor, que cubren la superficie.
Los boratos, juntamente con las otras sales, son depositados por las aguas termales
y fumarolas que surgen a lo largo de la quebrada Putina; a partir de los surtidores de agua se
extiende por la misma quebrada y la pampa Chillicolpa, donde precipitan las sales formando
costras duras, también ocurren como eflorescencia.
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INGEMMET
Es casi evidente que las aguas termales y fumarolas que surgen en esta localidad,
representan las manifestaciones finales de la gran actividad volcánica ocurrida durante el
Cuaternario en esta región.
Los boratos de Sapiutapa han sido explotados en pequeña es cala, pero a la fecha no
se trabajan debido entre otras cosas a la impureza y escasa cantidad del material aprovecha-
ble.
Recursos hidrológicos
El recurso hídrico de mayor importancia está representado por el río Maure y sus
numerosos tributarios. El caudal de este río, aunque no se dispone de registros estadísticos,
es apreciable y puede tomarse en cuenta para proyectos de irrigación que beneficiarían, no
precisamente a las áreas inmediatas que por su elevación y condiciones climáticas no son
aptas para la agricultura, sino para mejorar el riego y abarcar nuevas tierras, de la costa de los
departamentos de Tacna y Moquegua. Ya existe por ejemplo, la derivación del Uchusuma,
tributario del Maure hacia el valle de Tacna, y se sabe de otros proyectos de derivación de
aguas hacia la vertiente del Pacífico.
Con este objeto convendría un estudio más detenido de la naturaleza de las rocas,
estructuras, extensión de la cuenca de alimentación, precipitaciones, caudales de los diversos
riachuelos, etc.; en el aspecto geológico durante los estudios se tendrá en consideración que
este lugar queda a lo largo de la zona de debilidad del Arco del Barroso.
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
Las aguas termales de Sapiutapa, en la quebrada Putina, brotan con ruido y al estado
de ebullición, son las que originan las borateras del mismo nombre.
Otros ejemplos de vertientes termales son las de Calachaca y las que se hallan en las
quebradas Quequesani y Ancomarca, esta última tiene propiedades medicinales.
Estas aguas termales evidentemente tienen relación con la intensa actividad volcánica
ocurrida en la región, durante el Cuaternario; advirtiéndose que las de mayor temperatura se
hallan a inmediaciones del arco del Barroso, dichas vertientes juntamente con las emisiones
solfatáricas probablemente constituyen las fases finales de dicha actividad.
Suelos
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INGEMMET
En primer lugar, al examinar los suelos de la región se aprecia que son de muy poca
profundidad y tienen perfiles imperfectos, las diversas capas y horizontes se muestran muy
confusas o aún están ausentes. Dichos caracteres indican un proceso formacional en perío-
dos relativamente cortos, durante el cual jugaron papel importante el ambiente climático, la
topografía y la naturaleza de la roca madre.
El contenido orgánico es variable, tanto en las áreas pantanosas como en las pampas
y laderas, en general es pobre y derivan de la escasa vegetación que caracteriza la región.
Por sus características los suelos de Maure y Antajave pueden incluirse dentro del
grupo de los intrazonales, a aquellos desarrollados en las partes planas o pampas y como
zonales a los que se encuentran en las laderas, es decir, por encima del nivel de las pampas.
En las pampas, en especial en las inmediaciones de los ríos, riachuelos y lagunas, los
materiales por anegamiento se sobresaturan de agua y dan lugar a un tipo de suelos
hidromórficos denominados localmente “bodefales”. Estos consisten mayormente de cieno
con una proliferación de hierbas de raíces enmarañadas, constituyendo bancos húmedos
denominados “champas” que descansan o sobrenadan en material mucho más empapado,
razón por la cual se mueven al ser empujadas o soportar un peso. Las champas, algunas
veces, cubren casi la totalidad del área de los bofedales, dejando sólo pequeñas aberturas a
través de las cuales puede notarse el agua. En estos bofedales se observa una formación
incipiente de turberas y frecuente acumulación de pecina.
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
En conjunto a los suelos descritos se les denomina “suelos altiplánicos”, por estar
caracterizados por su ubicación a grandes alturas en regiones de latitud tropical, pobreza de
drenaje y por tanto abundancia de bofedales, vegetación baja y escasa, cambios bruscos de
temperatura, gran insolación, alta evaporación, régimen de vientos fuertes, granizadas y ne-
vadas.
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GEOLOGIA HISTORICA
Dentro de los límites del área materia de este estudio no hay afloramientos de rocas
más antiguas que el Jurásico superior. Por esta razón, para referirse a eventos anteriores a
esta época es necesario recurrir a la geología regional, de la cual a continuación se hace un
pequeño esbozo.
Las formaciones más antiguas que se conocen en el Sur del país están representadas
por las rocas metamórficas del Complejo Basal, de posible edad paleozoica inferior a pre-
paleozoica, que afloran mayormente a lo largo de la llamada Cordillera de la Costa y parte de
la Cordillera Oriental.
En la región del altiplano del Sur del Perú; las revelaciones de la historia geológica
paleozoica son escasas. Sólo a lo largo de la faja Costanera y Cordillera Oriental, se han
reconocido formaciones pertenecientes al Devónico, Carbonífero y Pérmico; estas unidades
por la manera como se presentan indican que al final del Paleozoico y comienzos del Mesozoico
sufrieron plegamientos y denudación intensa que alcanzó en muchos lugares hasta el mismo
Complejo Basal, originando posiblemente una superficie de relieve suave.
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INGEMMET
Regresión post-Caloviana.
Aparentemente desde las postrimerías del Caloviano fue produciéndose una emer-
sión paulatina, las condiciones marinas variaron progresivamente a un ambiente netamente
continental. Las evidencias de esta emersión son el aumento cada vez mayor en la propor-
ción de rocas psamíticas sobre las pelíticas, hasta llegar a predominar los sedimentos areno-
cuarcíticos que constituyen la formación Chachacumane. La máxima regresión fue alcanzada
durante el Cretáceo inferior, quedando emergidas desde entonces ciertas áreas de la región.
La edad exacta de estos eventos no es posible precisar, pues en los sedimentos referidos no
se han encontrado fósiles, salvo algunos restos vegetales sin mayor valor paleontológico.
Plegamiento cretáceo
Los depósitos del volcánico Huilacollo sobreyacen con discordancia angular al gru-
po Yura, indicando entre ambos un movimiento tectónico. La fecha de este evento no se
puede precisar, puesto que no se ha logrado determinar las edades de las formaciones cita-
das. De este modo, al correlacionarse al volcánico Huilacollo con los de Tacaza de probable
edad terciario inferior y teniendo en cuenta las relaciones que guardan ambos volcánicos con
formaciones subyacentes en otras áreas, se puede deducir que el plegamiento que afectó a
las rocas del grupo Yura se ha producido durante el Senoniano. Este movimiento orogénico
podría corresponder al “Plegamiento Peruano” de Steinmann (1930), evento que abarcó a
los Andes en general, con intensidad variable que de un lugar a otro. Con esta orogenia
probablemente se relacionan algunas fases del emplazamiento del batolito andino.
Volcanismo paleogeno
Después del movimiento orogénico del Cretáceo superior sobrevino una etapa de
gran denudación, cuyos productos son los conglomerados que se sobreponen a las cuarcitas
del grupo Yura y forman la base de la serie de piroclásticos y derrames del volcánico Huilacollo.
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Plegamiento y plutonismo del Paleogeno
El fallamiento fue seguido por una denudación regional que podría considerarse como
una continuación de la acción erosiva comenzada en el Paleogeno, dando los materiales
clásticos que componen la formación Maure; la actividad volcánica concomitante originó los
piroclásticos que se encuentran intercalados con dichos sedimentos.
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Este proceso fue seguido por una nueva actividad volcánica que originó los tufos
Sencca de litología muy característica y amplia distribución en el Altiplano.
Posiblemente a fines del Plioceno tuvo lugar la acumulación de los clásticos y volcá-
nicos de la formación Capillune en un ambiente lacustre. La extensión y naturaleza de esta
formación sugiere la existencia de grandes lagos antiguos, probablemente intercomunicados,
en lo que hoy es el altiplano. Remanentes de estos lagos serían el Titicaca y otros que se
encuentran en Bolivia.
Volcanismo plio-pleistoceno.
Desde fines del Plioceno y gran parte del Pleistoceno tuvo lugar una intensa actividad
volcánica, cuyos productos cubrieron grandes áreas del Sur del país. En primer lugar se
formaron los imponentes conos de volcánico Chila, los que probablemente se emplazaron a
lo largo de zonas de debilidad o de fallamiento. Después de un período de erosión, una
nueva fase de actividades volcánicas originó extensos derrames andesíticos y traquíticos, así
como conos más pequeños corresponden al volcánico Barroso.
Estos volcánicos fueron afectados por una glaciación antes de que se depositara el
volcánico Purupurini, cuyos afloramientos restringidos se localizan únicamente a lo largo del
arco del Barroso.
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Geología de los cuadrángulos de Maure y Antajave
En la región tuvieron lugar por lo menos dos etapas de glaciación que causaron una
fuerte erosión, especialmente de las rocas del grupo Barroso, dando como resultado exten-
sos depósitos morrénicos y fluvioglaciares, que se hallan ampliamente distribuidos en el alti-
plano y partes altas del flanco occidental andino.
Volcanismo reciente
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