El Árbol de Los Problemas
El Árbol de Los Problemas
El Árbol de Los Problemas
Un día decidió ir a la granja, para verificar como iban todos los trabajos. Llegó temprano y
se dispuso a colaborar en los quehaceres que realizaba el
carpintero.
Cuando pasaron nuevamente cerca del árbol, la curiosidad fue grande y le preguntó
acerca de lo que había visto hacer un rato antes. Le recordó su conducta con el árbol.
Y luego procedió a explicar y dijo: sé que no puedo evitar tener dificultades en mi trabajo,
percances y alteraciones en mi estado de ánimo. Pero una cosa si es segura: Esos
problemas no pertenecen ni a mi esposa y mucho menos a
mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el “árbol de los
problemas” cada noche cuando llego a casa. Luego en la
mañana los recojo nuevamente, porque tengo que
solucionarlos. Lo divertido es, dijo sonriendo el carpintero,
que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos
como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.
“Tenemos que saber que el mundo sólo se puede captar mediante la acción y no la
contemplación. El impulso más poderoso, en el ascenso del hombre, es el placer
que le produce su propia habilidad. Gocemos haciendo lo que hacemos bien, y
habiéndolo hecho bien, gocémonos haciéndolo mejor y lo que no sabemos
aprendámoslo y gocemos aprendiendo y luego seremos mejores porque habremos
aprendido con gozo”.